Está en la página 1de 13

PROIMMSE ISSN 1870-4115 • diciembre 2014-mayo 2015 • pp.

49-61 volumen 9 • número 18

CIUDADANÍA, SOCIEDAD CIVIL Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA:


DESAFÍOS DEMOCRÁTICOS CONTEMPORÁNEOS EN MÉXICO Y VENEZUELA (1990-2012)

Héctor Hurtado Grooscors


hectorhurtadog@gmail.com
Flacso-México

RESUMEN

Las ciencias sociales han debido afrontar el reto de elaborar marcos conceptuales y analíticos
que permitan abordar las transformaciones de las sociedades contemporáneas. Resaltan los desa-
fíos en materia de desarrollo económico, gobernabilidad, inclusión social, ampliación de la ciuda-
danía, movilización social, etc. En este sentido se ha abordado el estudio de la sociedad civil y los
movimientos sociales vistos como actores que pertenecen a esta, para comprender las presiones
ejercidas a los gobiernos democráticos en América Latina, particularmente en México y Venezuela,
para impulsar la expansión de los derechos ciudadanos, las reformas democráticas, la visibilización
y el reconocimiento de las demandas de los grupos lgbti, indígenas y afrodescendientes.

Palabras clave: sociedad civil, movimientos sociales, democracia, América Latina

CITIZENSHIP, CIVIL SOCIETY AND SOCIAL MOVEMENT IN LATIN AMERICA: CONTEMPORARY


DEMOCRATIC CHALLENGES IN MEXICO AND VENEZUELA (1990-2012)

ABSTRACT

Social sciences have had to face the challenge of developing conceptual and analytic framewor-
ks to approach the transformation processes in contemporary societies. Important challenges are
faced in the fields of economic development, governance, social inclusion, citizenship expansion
and social mobilization among others. The study of civil society and its movements viewed as social
actors has thus been approached in order to understand the pressure exercised by democratic
governments in Latin America, particularly in Mexico and Venezuela, in order to promote the
extension of citizen rights, democratic reforms, the visibilization and recognition of the demands
of lgbti groups, indigenous people and Afro-descendant communities.

Key words: civil society, social movements, democracy, Latin America


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

INTRODUCCIÓN en el ámbito de las democracias latinoamerica-


nas de la actualidad.
En las últimas décadas del siglo xx, buena parte
de las ciencias sociales han centrado sus esfuer- TRAYECTORIAS
zos en pensar las transformaciones de las socie-
DE LA SOCIEDAD CIVIL
dades contemporáneas y los desafíos que se les
presentan en materia de desarrollo económico,
En el siglo xvii la tradición iusnaturalista, con
gobernabilidad, inclusión social, nuevos canales
Hobbes, Locke y Rousseau como máximos ex-
de participación ciudadana, movilización social,
ponentes, se refiere a la sociedad civil como un
entre otros. En el marco de la desintegración de
ente artificial que surge por un acuerdo volun-
los regímenes comunistas de Europa del Este y
tario entre individuos. Ante la irracionalidad del
las transiciones a la democracia en los gobiernos
estado de naturaleza, la sociedad civil se presen-
autoritarios de América Latina, emerge la socie-
ta como el orden racional que funda y justifica
dad civil como un actor privilegiado que debe
el orden político (Arditi 2004).
ser estudiado para comprender dichos proce-
Para Hegel la sociedad civil es entendida como
sos (Arato 1996, Cohen y Arato 2000, Sauca y
el ámbito intermedio entre la familia y el Estado,
Wences 2007).
y se compone de tres momentos específicos: el
Desde esta perspectiva pueden entenderse las
sistema de necesidades, vinculado a lo económi-
presiones realizadas por diversos actores y mo-
co; la administración de justicia para proteger la
vimientos sociales, las cuales vienen acompaña-
propiedad y la vigencia de los contratos entre las
das de críticas a los canales de representación
personas y, el momento de la corporación y de la
tradicional —partidos políticos— y ejercicio de
autoridad pública, que le hace contrapeso a los
derechos —participación en elecciones perió-
otros dos momentos y vela por el interés común.
dicas fundamentalmente—. Lo anterior ha su-
En Hegel la sociedad civil viene a ser un espacio
mado a la discusión la importancia de redimen-
diferenciador de la familia y la producción, pero
sionar la noción de ciudadanía hacia una visión
además una especie de Estado imperfecto por
más amplia, integral y, como en el caso de los
contener las funciones de administración de jus-
aportes realizados desde el feminismo, hacia una
ticia y la autoridad pública (Arditi 2004).
noción diferenciadora que permita visibilizar
Marx entiende a la sociedad civil como el ám-
las particularidades de algunos grupos sociales
bito de las relaciones económicas que posibilitan
(Young 1996, pnud 2004, Sauca y Wences 2007,
la aparición del Estado, en la medida en que se
Revilla 2010).1
entiende como una categoría superestructural,
Esta discusión se complejiza al incorporarle
externa a la economía y dependiente de ella. Por
el papel que la sociedad civil puede cumplir en
su parte, Adam Smith, al equiparar la sociedad
el marco de los procesos políticos contemporá-
con el mercado, concibe a la sociedad civil como
neos. Esto es así ya que no hay acuerdos sobre
un espacio de coordinación colectiva y armoni-
la noción de sociedad civil, por lo que se afirma
zación de intereses contrapuestos (Arditi 2004).
su carácter controvertido y polisémico (Lechner
Por su parte, Gramsci se separa del enfoque
1994, Cohen y Arato 2000, Arditi 2004). En este
desarrollado por Marx, considerando a la socie-
sentido se hace necesario rastrear los vaivenes
dad civil como el complejo institucional donde
del concepto así como precisar, para los efectos
se organiza la disputa ideológica y política de las
de este trabajo, qué se entiende por sociedad ci-
clases sociales, específicamente todos aquellos
vil. Para su desarrollo se sigue la trayectoria ex-
organismos privados que cumplen la función
puesta por Arditi (2004). Esta puede ayudar a
de hegemonía que el grupo dominante ejerce
comprender la centralidad de la sociedad civil
en toda la sociedad. Desde esta perspectiva, la
sociedad civil incluye a partidos políticos, sindi-
1
Por ciudadanía se entiende el conjunto de derechos catos, medios de comunicación social —mass me-
y deberes para todos los miembros de una comunidad po-
dia—, congregaciones religiosas, grupos empre-
lítica, así como su pertenecía en condiciones de igualdad
(Bobes 2002).

• volumen 9/número 18 50 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

sariales, centros educativos, etc. (Portelli 1975, LA RELACIÓN ENTRE CIUDADANÍA,


Pereyra 1988). SOCIEDAD CIVIL, MOVIMIENTOS SOCIALES Y
El recorrido teórico de la sociedad civil mues- DEMOCRACIA
tra cómo en sus inicios es concebida como una
categoría eminentemente política para luego Teniendo presente este contexto, la recupera-
pensarse como un espacio no político de inter- ción de la sociedad civil como categoría en la
cambio entre privados particulares (Arditi 2004). discusión actual parte de la necesidad de replan-
El esfuerzo que ha venido desarrollándose en las tearse el fenómeno democrático en general, ha-
últimas décadas pasa por dejar de lado la tradi- ciendo especial énfasis en la vinculación entre
ción liberal que concibe lo político como vincu- el Estado y los individuos, la inclusión social y el
lado a la esfera estatal y lo social como regulado ejercicio ciudadano. Dicha categoría se entien-
por el mercado, por lo que busca rescatar la im- de como una alternativa a los análisis centrados
portancia social y política de la sociedad civil. a su vez en categorías económicas o políticas
Se entiende a la sociedad civil como el espa- que no dan cuenta de las complejidades de las
cio de interacción entre el Estado y la economía, sociedades contemporáneas. Además, para el
donde confluyen la esfera íntima —la familia—, caso latinoamericano la discusión sobre la socie-
la esfera de las asociaciones —particularmente dad civil pasa por la problematización del sur-
las asociaciones voluntarias—, los movimientos gimiento de los movimientos sociales y cómo se
sociales y las formas de comunicación pública. vinculan con el ejercicio de la ciudadanía y la
En esta definición Cohen y Arato (2000: 8) fi- democracia (Bobes 2002).
jan su mirada en las formas, generalmente no El abordaje de la sociedad civil busca superar
clasistas, de la acción colectiva orientada y vin- las visiones elitistas y economicistas de la demo-
culada con las instituciones legales, asociativas cracia, que reducen su aspecto normativo a un
y públicas de la sociedad (2000: 21). Sumado a conjunto de mínimos sustentados en la nego-
esto, se afirma que el análisis de la sociedad civil ciación, competencia, acceso y responsabilidad
no debe reducirse a las organizaciones y las aso- que se deriva más del mercado que de modelos
ciaciones sino que debe incluir las identidades, de ciudadanía, y aquellas que restringen el pro-
los movimientos sociales, el espacio público y los blema al análisis de las clases sociales, como es
discursos que toda la diversidad de actores ha- el caso de los enfoques neomarxistas (Cohen y
cen circular en su interior. En otras palabras, la Arato 2000: 25).
sociedad civil desborda la institucionalidad for- Sumado a lo dicho en líneas anteriores, para
mal abarcando el ámbito de las socialidades in- esta discusión debe rescatarse la noción de mo-
formales y su dimensión cultural. Esto significa vimientos sociales, entendiéndolos como acto-
comprender la sociedad civil como un espacio res que forman parte de la sociedad civil. Los
de relaciones solidarias para el asociacionismo, movimientos sociales son el elemento dinámico
permitiendo la autonomía de la sociedad frente en procesos que pueden concretar los potencia-
al Estado (Bobes 2010). les que se incuban en el interior de la sociedad
En este sentido, se asume la sociedad civil civil. En otras palabras, la sociedad civil contiene
como un espacio permeado por la política, en el los proyectos de los actores colectivos contem-
que se articulan demandas e intereses diversos poráneos (Cohen y Arato 2000).2
que permiten la constitución de subjetividades
e identidades de diversa índole, lo que a su vez 2
Como señalan Cohen y Arato (2000), en los últimos
puede derivar en estrategias de acción colectiva años se ha acuñado el término «nuevos movimientos so-
de la ciudadanía en general y de los movimien- ciales» para hacer referencia a los movimientos pacifistas,
tos sociales en particular. El apartado siguiente feministas, ecologistas y aquellos a favor de la autonomía
local. Sin embargo, no queda claro si realmente hay algo
tiene como objetivo ahondar en estos temas.
nuevo en estos movimientos y la importancia teórica o po-
lítica de dichas innovaciones. En este sentido descartan la
definición y lo nuevo que pueda haber en los movimientos
sociales, lo que les interesa es el vínculo entre la acción
colectiva contemporánea y la sociedad civil (556-557).

• volumen 9/número 18 51 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

Dichos actores reclaman el reconocimiento, tuvieron un papel preponderante como fuerzas


desarrollo y protección de sus intereses y necesi- opositoras a la dictadura y en las transiciones a
dades, tanto individuales como colectivos, diver- la democracia. Consolidados los gobiernos de-
sificando el tejido social a través de su participa- mocráticos en la región, los movimientos socia-
ción en diversos espacios sociales, por lo que se les se convirtieron en actores privilegiados para
hace necesaria la discusión sobre la pertinencia canalizar el descontento y las demandas de cam-
de la concepción universalista de ciudadanía y bio. Como ejemplos se encuentran los cortes de
los efectos de invisibilización de la diversidad so- ruta de los piqueteros argentinos para protestar
cial que esta genera (Young 1996, Arditi 2004, contra el «corralito» de 2001, las movilizaciones
Sauca y Wences 2007). indígenas en Ecuador para lograr la destitución
Una vez que el discurso de los movimientos de Abdalá Bucaram, las presiones del movimien-
sociales permea la esfera pública, contribuye a to lgbti mexicano y venezolano por el recono-
modificar los contenidos empíricos asociados a cimiento de sus demandas, etc. (Revilla 2010).
las cualidades positivas de pertenencia a la socie- Se ha señalado que América Latina tiene una
dad civil, lo cual demuestra que tradicionalmen- dinámica en la que convergen la democracia, la
te han sido excluidos de la esfera de la sociedad pobreza y la desigualdad, por lo que deben li-
civil diversos grupos sin posibilidades de gozar diar con niveles de pobreza que superan 40 % y
plenamente de la condición de ciudadanía con el hecho de ser la región más desigual del
(Bobes 2002). Se evidencian de esta manera las mundo. Esto ha incidido en los niveles de gober-
demandas de los grupos ecologistas, feministas, nabilidad de los países del área, los cuales han
sexodiversos, estudiantiles, obreros, minorías ra- tenido que gobernar con altos niveles de conflic-
ciales y religiosas, etnias indígenas, etc. En cier- tividad social. De ahí que cobre mayor relevancia
to sentido, esto implica una despolitización de la discusión sobre la ciudadanía y la urgencia de
la ciudadanía para darle paso a una participa- que esta trascienda su dimensión política para
ción que resalta la particularidad de los actores, darle protagonismo a la ciudadanía civil y social
por lo que no se participa como ciudadano sino (pnud 2004). Esta línea argumentativa es res-
como mujer, homosexual, afrodescendiente, in- paldada por Kymlicka y Norman (1997) cuando
dígena, entre otros (Bobes 2002). afirman que el vigor y la estabilidad de una de-
Como es sabido, una vez concluidas las tran- mocracia moderna no dependen solamente de
siciones de las dictaduras a democracias más o la justicia de su estructura básica sino también
menos estables (O’Donnell 1989), los países de de las cualidades y actitudes de sus ciudadanos.
la región tuvieron que asumir la tarea de conso- En este sentido, el asunto de la ciudadanía
lidar y mejorar la gobernabilidad y la calidad de —en su versión acotada a lo político— parece
la democracia (Levine y Molina 2007). La labor no ser suficiente para comprender las particu-
no solo era poner en marcha mejores canales de laridades y los problemas de los países de la re-
representación y reformas institucionales para gión. De hecho, la tarea pasa por comprender
el ejercicio ciudadano —la descentralización el fenómeno político más allá de la tradición li-
política fue uno de ellos—, sino que se hacía beral, constreñido al Estado y a la institucionali-
necesario pensar además la vinculación entre dad que le da soporte, reconociendo que en los
el Estado y los ciudadanos, así como nuevas for- tiempos actuales las fronteras de la política han
mas de inclusión social y política en vista de los desbordado las instituciones del Estado, al per-
altos niveles de desigualdad social, económica mear espacios como la sociedad civil y trasladar
y de pobreza, que dejaban en claro formas de la luchas políticas a otras esferas (Arditi 2005).
exclusión e impedimento del ejercicio pleno de Por eso se habla de la emergencia de nuevas
la ciudadanía a un número importante de per- formas de ciudadanía. Se entiende que la am-
sonas. En este contexto los movimientos sociales pliación de derechos implica un ensanchamien-
to de la ciudadanía más allá de la concepción
Siguiendo este argumento, el presente artículo hace refe- liberal individualista, enmarcada en un nuevo
rencia a movimientos sociales sin tomar en cuenta el adje- escenario que se define por la práctica de los
tivo de «nuevos».

• volumen 9/número 18 52 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

actores sociales, bajo coordenadas como igual- de una tradición eminentemente masculina, he-
dad/diferencia, individuo/colectivo. Se gana terosexual y eurocéntrica (Young 1996).
en precisión si se entienden las relaciones en- A su vez, se entiende que los movimientos so-
tre derechos, movimientos sociales y el Estado ciales comprometen a actores que han adquiri-
desde una perspectiva dinámica. Es así como los do conciencia de su capacidad para crear identi-
actores sociales han hecho evolucionar sus estra- dades y de las relaciones de poder implicadas en
tegias de lucha y la formulación de sus deman- su constitución. En este sentido, los movimien-
das, no solo en términos de reconocimiento de tos sociales van más allá de la movilización de
derechos sino también a través de procesos de recursos, entendiendo que también se esfuerzan
construcción de identidades (Lachenal y Pirker por crear una identidad de grupo diferenciada
2012). de una identidad social general que cuestionan
De ahí que diversos actores de la sociedad (Cohen y Arato 2000). Es aquí donde entran en
civil, particularmente los movimientos sociales, consideración los esfuerzos de afirmación iden-
hayan asumido el cuestionamiento de la capa- titaria de los grupos feministas, de los sexodiver-
cidad estatal para garantizar los ideales de liber- sos, de las minorías étnicas y raciales, los grupos
tad e igualdad propios de la democracia. Esto se estudiantiles, etc. No en vano la proliferación de
traduce en la pérdida del protagonismo que el estos y la visualización de sus demandas ha sido
Estado había tenido en años anteriores, dejando considerable en los últimos años.
de concebirse como el centro de la organización En resumen, los movimientos sociales han
social para darle paso a la autonomía y autoor- cumplido una función importante al impulsar o
ganización de la sociedad. De esta forma, la so- fortalecer los procesos de transición a la demo-
ciedad civil, a través de actores diversos como cracia en los países latinoamericanos. Su partici-
los movimientos sociales y las ong, pasa a ser el pación en la esfera política, mediante la presión
espacio de canalización de las demandas y del y articulación de demandas por el reconoci-
ejercicio de la ciudadanía (Bobes 2002, 2010). miento de sus derechos, ha tenido un impacto
Hay una autocomprensión por parte de los significativo en la expansión y diversificación de
movimientos sociales que orienta su actuación la ciudadanía. En este sentido, queda en eviden-
en la esfera pública hacia una reforma radical cia cómo los gobiernos latinoamericanos han
que no tiene al Estado como su principal obje- emprendido reformas constitucionales y legales
tivo. En este sentido, se abandona la dimensión para reconocer los derechos ciudadanos de gru-
revolucionaria y se sustituye por un «radicalismo pos sociales que hasta ahora habían estado mar-
autolimitado» que busca la defensa y democrati- ginados e invisibilizados de la comunidad polí-
zación de la sociedad civil, aceptando la diferen- tica, como en el caso de los grupos indígenas y
ciación estructural y la integridad de los sistemas afrodescencientes, la comunidad sexodiversa,
políticos y económicos (Cohen y Arato 2000: etcétera.
557).
Un elemento que debe rescatarse a partir de LA PROBLEMÁTICA VISTA A LA LUZ
la discusión de las nuevas concepciones de la DE LOS GOBIERNOS MEXICANOS
ciudadanía, la sociedad civil y los movimientos Y VENEZOLANOS ACTUALES
sociales, tiene que ver con la movilización de re-
cursos —estrategias de acción colectiva— y la re- En este apartado se analiza la trayectoria de lu-
afirmación de la diversidad a partir de la consti- cha de los movimientos sociales indígenas, afro-
tución de identidades novedosas. Esta es la línea descendientes y lgbti por el reconocimiento
argumentativa que sigue el feminismo al señalar de sus derechos. Además, se muestra el papel
la necesidad de considerar una ciudadanía dife- que han tenido los movimientos estudiantiles
renciada como representación de grupo, la cual en la exigencia de democratización política y
permite visibilizar todas aquellas particularida- aceptación del pluralismo. El trabajo se hace
des que han quedado encubiertas por el sesgo mediante la comparación de dos gobiernos que
implantaron las políticas económicas estableci-

• volumen 9/número 18 53 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

das por el «Consenso de Washington» a finales al grupo zapatista en Chiapas y a aquellos que
de los la década de 1980. Se considera el caso en Oaxaca y Guerrero establecieron experien-
venezolano para dar cuenta de un proceso que cias autonómicas (Almeyra 2008).
si bien puso en marcha las reformas neolibera- En respuesta a las presiones del movimiento
les, a finales del siglo xx estas fueron cuestio- indígena, el Estado mexicano impulsó una serie
nadas para dar el llamado «giro a la izquierda» de reformas constitucionales tendientes a con-
y asumir modelos alternativos a la democracia sagrar la existencia de los pueblos indígenas y
liberal-representativa. Por su parte, se aborda el carácter pluriétnico de su sociedad, todo esto
el caso mexicano para analizar un proceso que como parte de una política de reconocimiento
impulso estas reformas sin mayores cuestiona- y visibilización de dichos pueblos como repa-
mientos y en paralelo experimentó un proceso ración legal de una injusticia histórica. De ese
de apertura política con el declive de la hege- modo, se reformó el artículo 4 de la Constitución
monía del Partido Revolucionario Institucional Política de los Estados Unidos Mexicanos para
(Paramio 2006, Diez 2011).3 En otras palabras, dar reconocimiento a los usos, costumbres y el
se analiza el vínculo entre la acción colectiva de derecho consuetudinario de los pueblos indíge-
los movimientos sociales, entendidos como ac- nas; además, se reconoció el carácter anterior al
tores que forman parte de la sociedad civil, y el Estado de estos pueblos indígenas. Otro artículo
impacto que ha tenido en la reconfiguración de que se vio modificado en su contenido fue el 27,
la concepción de ciudadanía y la democracia en al poner el destino de las tierras campesinas en
México y Venezuela en los últimos lustros. manos de las autoridades comunales y ejidales.
En México se observa que, si bien diversos ac- Sin embargo, la reforma en este aspecto buscaba
tores de la sociedad civil y movimientos sociales aprovechar las posibilidades de asociación con
habían comenzado a luchar por sus derechos en el capital, lo que ha llevado a preguntar hasta
décadas anteriores, denunciado las violaciones qué punto dicha reforma aspiraba a la autode-
y los abusos del Estado, la naturaleza de la tran- terminación y autonomía de las comunidades
sición democrática en el país, centrada en una indígenas (Iturralde 1997, Lachenal 2012).
visión acotada de la ciudadanía como ejercicio En Venezuela no pueden entenderse las mo-
del derecho al voto, no ha permitido el desa- dificaciones introducidas a la Constitución de la
rrollo de las otras dimensiones de la ciudadanía República Bolivariana de Venezuela (crbv) de
(Lachenal y Pirker 2012). 1999 sin tomar en cuenta el trabajo realizado
La irrupción de movimientos indígenas diver- por los movimientos sociales en años anterio-
sos, con particular fuerza a partir de la década res. Entre las novedades incorporadas al texto
de los noventa, buscó el cese de la discrimina- constitucional se tiene la ampliación y compleji-
ción contra aquellos, exigiendo en algunos ca- zación de los derechos humanos, al incorporar
sos el reconocimiento legal de las autonomías los derechos indígenas y ambientales. Además,
indígenas y sus formas ancestrales de organiza- establece una sociedad democrática, participa-
ción. El propio movimiento indígena demostró tiva y protagónica, lo que significó una profun-
heterogeneidad interna, siendo en su mayoría dización de la democracia política al incorpo-
un movimiento que aspiraba a integrarse a la so- rar diversas formas de participación ciudadana
ciedad, antes que definirse como un movimien- (López 2003). De hecho, la demanda por am-
to revolucionario y antisistémico, exceptuando pliar los espacios de ejercicio ciudadano más
allá de los tradicionales establecidos por la de-
3
Según Paramio (2006), el «giro a la izquierda» se re- mocracia representativa de corte liberal va a sig-
fiere a aquellos gobiernos de izquierda o regímenes nacio- nificar la vinculación de los derechos políticos
nal-populares que han irrumpido en América Latina en con otras formas de participación directa. El ar-
los últimos años, particularmente los gobiernos de Hugo
tículo 70 del Capítulo IV de la crbv así lo señala:
Chávez, Nestor Kirchner y Cristina Fernández, Rafael
Correa y Evo Morales. Con sus respectivos matices, todos
han seguido una orientación económica y política alter- Son medios de participación y protagonismo del
nativa al programa neoliberal del llamado «Consenso de pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo políti-
Washington».

• volumen 9/número 18 54 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

co: la elección de cargos públicos, el referendo, la do por las principales fuerzas y organizaciones
consulta popular, la revocatoria del mandato, las políticas del país. Luego de muchas tensiones,
iniciativas legislativa, constitucional y constituyen- de acciones sin un objetivo claro por parte del
te, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y movimiento estudiantil, sumado a un diálogo in-
ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vin-
fructuoso entre los estudiantes y las autoridades,
culante, entre otros; y en lo social y económico, las
instancias de atención ciudadana, la autogestión,
la Policía Federal Preventiva ocupó el recinto
la cogestión, las cooperativas en todas sus formas universitario y apresó a un número importante
incluyendo las de carácter financiero, las cajas de de estudiantes, a los que se acusó de terrorismo,
ahorro, la empresa comunitaria y demás formas entre otros cargos (Almeyra 2009, Poy 2009).
asociativas guiadas por los valores de la mutua coo- Tuvo que transcurrir poco más de una década
peración y la solidaridad (crbv 1999: 14). para que el movimiento estudiantil irrumpie-
ra nuevamente con fuerza en la esfera pública
Bajo este esquema de democracia participa- mexicana gracias al movimiento «Yo soy 132»,
tiva se incorporan figuras como los Comités de el cual surge en la Universidad Iberoamericana
Tierra Urbana (ctu), entendidos como actores con motivo de la visita del entonces candidato
que venían luchando por la regularización de la presidencial Peña Nieto en mayo de 2012 para
tierra en los principales asentamientos pobres participar en el foro «Buen Ciudadano Ibero».
del país (García 2007). Otra figura que pasa a La presencia de Peña provocó la reacción de
formar parte del entramado legal venezolano los estudiantes universitarios, quienes le re-
es el de los consejos comunales, pensados como clamaron su participación en el caso Atenco y
espacios de democracia directa donde los ciuda- su relación con Televisa y TV Azteca (Coutiño
danos pueden participar de forma activa en la 2012, Prieto s.f.). Su estructura básica difería
gestión de las políticas públicas y tomar decisio- de los movimientos sociales tradicionales: no
nes en la solución de los principales problemas poseían un comité central y las relaciones entre
que los afectan, además de que se les permite sus miembros eran predominantemente virtua-
administrar los recursos públicos en la ejecución les. El movimiento se gestó y creció vertiginosa-
de los proyectos comunitarios (García 2008). mente en parte debido al síndrome de viralidad
Ahora bien, como se ha dicho en líneas an- que caracteriza a las redes sociales (Facebook,
teriores, los movimientos sociales se posicionan Twitter, etc.). Al igual que el movimiento estu-
en la esfera pública asumiendo la bandera de diantil venezolano, abiertamente crítico a la ges-
la democratización de la sociedad civil. De ahí tión del gobierno chavista, «Yo Soy 132» estaba
que pueda entenderse el papel que cumplen los conformado por jóvenes familiarizados con el
movimientos estudiantiles como actores que se uso de las tic y la cultura horizontal, abierta y
enfrentan al Estado, ya no para buscar reivindi- participativa que ofrece la red. En este sentido,
caciones de demandas específicas en el ámbito el reclamo estudiantil dejó ver el malestar hacia
educativo/universitario, sino para presionar por lo que se consideraba una campaña electoral in-
mayores niveles de democratización, espacios de equitativa por el respaldo de las dos televisoras
ejercicio de la ciudadanía, etcétera. más importantes del país al candidato del pri,
En México, el movimiento estudiantil co- perteneciente al grupo Atlacomulco, sin duda
bra protagonismo —además de cobertura me- uno de los más influyentes en la política mexica-
diática— en la escena política a finales del si- na.4 Pero lo que se encontraba de fondo era un
glo xx con la huelga general impulsada en la reclamo por la democratización de los medios
Universidad Nacional Autónoma de México de comunicación mexicanos (Coutiño 2012,
(unam) y que mantuvo parada la universidad Candón 2013, Galindo y Gomez 2013).
más importante de América Latina durante 10
meses por el intento de las autoridades univer- 4
Se sostiene que el grupo Atlacomulco es una agrupa-
sitarias de modificar el Reglamento General de ción de políticos mexicanos vinculados al pri, con nexos fa-
Pagos, lo que fue visto como un intento de priva- miliares y laborales en el Estado de México, los cuales han
tización de la educación universitaria respalda- hecho negocios importantes y han tenido una ascendencia
importante en las decisiones políticas del país.

• volumen 9/número 18 55 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

En un principio, el movimiento tenía entre tender puentes para propiciar el diálogo entre
sus demandas la exigencia de transparencia y de- ciudadanos de distintas posiciones político-ideo-
mocratización de los medios de comunicación, lógicas. El movimiento estudiantil vino a llenar
incremento en el número de la matrícula uni- el vacío presencial de la oposición política, en
versitaria y un ataque categórico a la corrupción, gran medida inmersa en un ciclo de desgaste,
lo que se asemejaba a los propuestas estableci- además de intentar crear públicos alternos a los
das por el movimiento de 1968 (Coutiño 2012). existentes para propiciar el diálogo en una so-
Rápidamente el movimiento se expandió a otras ciedad altamente polarizada (García y Mallén
instituciones públicas y privadas, incorporando 2010).
de manera novedosa el uso de las redes sociales Es discutible si las protestas del movimiento
—Twitter, Facebook, etc.— como herramientas estudiantil, en el referendo de 2007, fueron de-
estratégicas para la movilización, participación e cisivas en la derrota de la propuesta de reforma
incidencia pública (Goche 2012). constitucional. A pesar de que su discurso de re-
Numerosos grupos de la sociedad civil se iden- conciliación nacional amplió los límites discur-
tificaban con los reclamos de «Yo soy 132», lo sivos de su propio público, lo cierto es que no
que posibilitó la incorporación de otros sectores lograron revertir la decisión de cierre de rctv y
y movimientos y le dio carácter nacional a la pro- el quiebre de la dinámica polarizadora imperan-
testa. Se realizaron marchas que exigían la de- te en el país (García y Mallén 2010).
mocratización de los medios y la transparencia En cuanto a la reafirmación identitaria por
de los próximos comicios presidenciales. Luego la que luchan numerosos movimientos sociales
de la jornada electoral el movimiento, por me- que buscan la visibilización de sus particularida-
dio de su Comisión de Vigilancia Ciudadana, sis- des, el caso mexicano muestra la relevancia que
tematizó hasta 1 100 casos de presuntas irregula- han tenido los movimientos indígenas en la re-
ridades, lo que llevó a cuestionar sus resultados afirmación de sus particularidades étnicas y cul-
(Coutiño 2012). turales. Como se comentó en líneas anteriores,
Para el contexto venezolano, si bien el mo- dentro del indigenismo mexicano confluyen al
vimiento estudiantil tuvo una fuerte presencia menos dos corrientes contrapuestas: en primer
en la década de 1980, irrumpe con importante lugar la revolucionaria y antisistémica del zapa-
visibilidad en 2007 luego de que el gobierno tismo donde el sectarismo del ezln y su actividad
nacional se negara a renovar la concesión al antielectoral han contribuido a su aislamiento
canal Radio Caracas Televisión (rctv), lo que en los territorios controlados en Chiapas. Luego
se tradujo en el cese de sus transmisiones. En están las iniciativas autonomistas de Cherán en
este sentido, asume la lucha por la libertad de Michoacán, Oaxaca y Guerrero, las cuales han
expresión y la necesidad de contar con espacios creado sus respectivas policías comunitarias,
plurales para acceder a la información. Además han establecido mecanismos asamblearios para
tuvo un papel importante en las movilizaciones la toma de decisiones y proclamado su indepen-
en contra de la propuesta de reforma constitu- dencia de las principales fuerzas políticas del
cional presentada por el presidente Chávez y sus país. Tomando en consideración los matices,
aliados (Chaguaceda y Ponce 2013). puede afirmarse que los indígenas, que repre-
A diferencia de otros actores de la sociedad ci- sentan alrededor de 15 % de la población mexi-
vil venezolana, el movimiento estudiantil —cla- cana, no libran una lucha en contra de la insti-
ramente opositor— reconocía legalidad y legiti- tucionalidad mexicana, antes bien, aspiran a la
midad al gobierno de Chávez, por lo que centró reforma de las leyes y de la Constitución para
su agenda en la necesidad de romper con la po- que sean reconocidas sus tradiciones ancestra-
larización política y buscar la reconciliación na- les. La excepción a esto sería el ezln, que ha
cional. Parte de las propuestas del movimiento optado por la vía armada y el enfrentamiento
estudiantil apelaba a la construcción de un es- con el Estado para visibilizar e impulsar sus de-
pacio público plural, alterno tanto al chavismo mandas (Almeyra 2008).
como a la oposición. En este sentido, buscaban

• volumen 9/número 18 56 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

En Venezuela se inicia esta discusión en el posibilidad de adquirir una identidad colectiva,


marco de la Asamblea Nacional Constituyente lo cual se tradujo en su introspección y fragmen-
(anc), responsable de la redacción de la tación (Diez 2011).
Constitución de 1999. Para el momento, varios A partir de la década de 1990 tendrá una in-
movimientos de afrodescendientes propusieron tensa lucha por la despenalización de la homo-
incorporar la noción afrovenezolana dentro del sexualidad. Desde 1997 hasta el presente, el mo-
carácter pluriétnico y multicultural y como ele- vimiento ha venido fortaleciéndose a raíz de la
mento fundacional de la República. La propues- adopción de una identidad colectiva sustentada
ta exigía el reconocimiento histórico, político y en la «diversidad sexual», dentro de un entor-
cultural de las personas de origen africano y su no de transición democrática acelerada (Diez
descendencia, además de la reconsideración de 2011).
la propiedad colectiva de los antiguos cimarro- La evolución y fortaleza del movimiento lgb-
nes y cimarronas (García 2007). ti mexicano, en cuanto a su visibilidad y articula-
A pesar de estos esfuerzos por el reconoci- ción de demandas políticas, ha estado condicio-
miento y la visibilización, el movimiento de afro- nado por la intersección entre las oportunidades
descendientes considera que el Estado venezola- políticas que el régimen ha proporcionado y el
no ignoró la presencia de la población africana desarrollo de una identidad colectiva. La evo-
en el territorio, además de invisibilizar el papel lución del movimiento ha dependido no solo
que tuvo en la gesta independentista. A su vez, de estos dos factores, sino de su interrelación.
denuncian la contradicción entre lo establecido El proceso de democratización y apertura polí-
en la Carta Magna, que afirma el carácter plu- tica tuvo un punto de inflexión con la victoria
riétnico y multicultural de la nación venezola- del Partido de la Revolución Democrática en el
na y la ausencia de instancias gubernamentales Distrito Federal en 1997, lo cual abrió espacios
que atiendan la situación de la población afro- para negociar las reivindicaciones políticas de
descenciente en el país (García 2007). De ahí grupos marginados, entre ellos la comunidad
que cobre importancia la consolidación de una lgbti. Esto se ha materializado en la legaliza-
red de afrodescendientes —rescatando el hecho ción de la convivencia o uniones civiles realiza-
de ser el tercer país sudamericano con mayor das por las autoridades del gobierno del Distrito
población afrodescendiente después de Brasil Federal desde 2010 (Diez 2011). También es
y Colombia— (García 2011), que apunta al re- importante señalar que luego de la realización
conocimiento de la diversidad etnodemográfi- del Foro de Consulta sobre Diversidad Sexual
ca y en la necesidad de canalizar sus demandas y Derechos Humanos en 1999, se modificó el
diferenciadas. Código Penal del DF en el sentido de castigar la
Otro actor que no puede obviarse al hacer re- discriminación por razón de orientación sexual
ferencia al papel de los movimientos sociales en (Mogrovejo s.f.).
los procesos políticos contemporáneos es el lés- La elección de Patria Jiménez, en 1997, la
bico-gay. En México se hace visible desde finales primera candidata abiertamente lesbiana, para
de los años setenta, específicamente el 26 de ju- la Cámara de Diputados, dio paso a una nueva
lio de 1978, día en que un grupo de aproximada- conquista del movimiento lgbti en el tema de
mente cuarenta personas marcharon en contra las oportunidades políticas. A partir de ese mo-
de la represión del régimen político, demandan- mento el movimiento contó con representación
do la liberación de ciudadanos homosexuales. en el parlamento para defender sus intereses y
Era la primera vez que miembros de la comuni- exponer sus demandas. Lo anterior formó par-
dad Lésbico-Gay (lg) mexicana se organizaban te de un cambio en la dirección estratégica del
y presentaban sus demandas públicamente. En movimiento al abandonar el debate sobre la
ese momento denunciaron la ausencia de liber- importancia de preservar la autonomía frente
tad política al no permitir la libertad sexual de al Estado y optando por insertarse de lleno en
los grupos homosexuales. El movimiento sufrió este para impulsar desde dentro las luchas de la
un repliegue entre 1984 y 1997 debido a la im- comunidad lésbico-gay. A su vez, la comunidad

• volumen 9/número 18 57 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

se ha visto más cohesionada y enfocada en la En lo que atañe a los entes estatales, la Alcaldía
demanda por sus reivindicaciones a partir de la Metropolitana de Caracas fundó una división ex-
consolidación de una identidad colectiva arro- clusiva para la población lgbti de la Oficina de
pada bajo la bandera de la diversidad sexual, Atención al Soberano. El 17 de mayo de 2005,
la cual ha servido como eje movilizador (Diez la Alcaldía Mayor de Caracas realizó una sesión
2011). solemne en la que se izó la bandera arcoíris en
A pesar de estas conquistas, el movimiento lés- la plaza Bolívar. En 2006, envió representantes
bico-gay considera la necesidad de hacer mayor a Londres para participar en el EuroPride y en
presión para que se pongan en práctica aquellos el Congreso de Gays, Lesbianas, Bisexuales y
derechos conquistas y reconocidos legalmente, Travestistas de la Confederación de Sindicatos
como en el caso de las adopciones entre ma- de Gran Bretaña. Venezuela se encuentra entre
trimonios del mismo sexo. Si bien la Suprema los 54 países «que han apoyado públicamen-
Corte de Justicia de la Nación afirma la cons- te la orientación sexual como un tema ante la
titucionalidad del derecho a adoptar de estos Comisión de Derechos Humanos de la onu»
matrimonios, todavía existe discriminación por entre 2003 y 2006 (Gutiérrez, Navarrete y Tovar
parte de los jueces al determinar si se va a dar en 2007). Asimismo, en una reunión sobre dere-
adopción o no al menor (Estrada 2010). chos humanos de Mercosur, se comprometió
En el caso venezolano, el movimiento lgbti a luchar contra la homofobia (Gutiérrez et al.
ha establecido relaciones complejas y disímiles 2007).
con el chavismo. A pesar de que el gobierno pro- Sin embargo, los cuerpos policiales siguen
puso una Ley para las Minorías Sexuales, poco violando la Constitución y los acuerdos interna-
se ha avanzado en la materia desde la fecha. Se cionales. Esto ha sido señalado por numerosos
ha afirmado que la formación militar y nacio- grupos del movimiento LGBT y activistas reco-
nalista del entonces presidente Hugo Chávez le nocidos como la abogada transgénero Tamara
impidió sensibilizarse con las demandas de las Adrián, quien ha denunciado las prácticas dis-
minorías sexuales del país (Saint 2008). Incluso criminatorias hacia la población sexodiversa,
el discurso político de algunos voceros del cha- lo que ha sido respaldado por el informe de la
vismo ha estado cargado de mensajes sexistas cidh de 2013 donde resalta el alto índice de
y homófobos para desprestigiar a líderes de discriminación y violencia contra la comuni-
la oposición, como en el caso del gobernador dad lgbti, además de señalar que desde 2008
del estado Miranda y excandidato presidencial han ocurrido 64 asesinatos de personas trans,
Henrique Capriles Radonski. Esto no ha impedi- ocupando el cuarto lugar en homicidios en la
do que diversos grupos de la comunidad lgbti, región, después de Brasil, México y Colombia.
identificados con el gobierno de Chávez, hayan Las presiones del movimiento llevaron a que la
conformado el Movimiento Gay Revolucionario Defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, anun-
de Venezuela fundando en 2002. ciara la creación de una Defensoría Especial de
Los grupos lgbti identificados con el proce- Diversidad Sexual (cidh 2013).
so chavista apuestan por el llamado que hiciera Pese a todos estos esfuerzos, son pocos los ins-
Hugo Chávez para construir el «socialismo del trumentos legales que explícitamente apoyen
siglo xxi», diferenciado del socialismo real, co- la no discriminación por orientación sexual en
nocido por sus prácticas discriminatorias hacia Venezuela. Aunque la protección de mujeres está
el derecho a la diversidad sexual. En este senti- contemplada en varias leyes (por ejemplo, en la
do, aspiran a una profundización y el reconoci- Ley por una vida libre de violencia), sólo en la
miento de la variedad de las identidades y prác- Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y
ticas de género para defender la diversidad y la Trabajadoras se pauta como ilegal el despido con
diferencia, más allá de las imposición de matri- la orientación sexual como causal (Gutiérrez et
ces androcéntricas y heterosexistas (Gutiérrez, al. 2007). Siguen estando pendientes la legaliza-
Navarrete y Tovar 2007). ción de las uniones civiles, el reconocimiento de

• volumen 9/número 18 58 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

la identidad de las personas transgénero, entre raciales y étnicas, los grupos lgbti, etc. En este
otros derechos fundamentales. sentido se ha dado una expansión de la noción
universal de ciudadanía, aquella que recono-
CONCLUSIONES ce la pertenencia a una comunidad política en
igualdad de condiciones, pero a su vez se afirma
El debate sobre las sociedades latinoamericanas la diferencia mediante el reconocimiento de de-
contemporáneas pasa por la necesaria reflexión rechos a grupos de la sociedad civil, incluidos
sobre la emergencia de la sociedad civil como varios movimientos sociales.
actor privilegiado en los procesos de transición Se entiende el papel fundamental que ha
de los gobiernos autoritarios hacia las democra- cumplido la sociedad civil latinoamericana en la
cias. La sociedad civil, entendida como espacio transición y consolidación de la democracia. Los
de acción colectiva y afirmación identitaria, movimientos sociales han logrado poner en la
ocupa la centralidad del discurso académico y agenda pública temas que eran impensables dé-
político luego de concluida la fase de transición cadas atrás. Al mismo tiempo, han contribuido a
hacia la democracia. Esto se da en gran medida la ampliación de la comunidad política gracias
por el desbordamiento de la política de las insti- al reconocimiento de derechos de numerosos
tuciones del Estado, que permea espacios antes grupos y minorías que hasta hace poco no goza-
considerados ajenos a los conflictos y luchas po- ban de una condición de ciudadanía plena.
líticas. Se da una especie de socialización de la La breve revisión de los vaivenes de la socie-
política, por lo que esta ya no puede restringirse dad civil en México y Venezuela, particularmen-
a la reflexión sobre los partidos políticos y a la te los movimientos estudiantiles, étnicos y lgb-
participación en elecciones. ti, muestran diversos planos de las luchas de los
Se incorpora a la discusión el tema referente a movimientos sociales: por un lado a grupos que
la calidad de las democracias en América Latina, denuncian vicios de las élites políticas y la ma-
particularmente los retos que enfrentan para re- nera en que administran los asuntos del país, y
solver el problema de la pobreza, la desigualdad, ponen al descubierto las tendencias autoritarias
la participación ciudadana, la gobernabilidad y de muchas de las decisiones de los gobiernos
la inclusión social. En este sentido, se discute la de ambos países; a su vez se está en presencia
cuestión de la ciudadanía y se critica la concep- de grupos que luchan por ser reconocidos en
ción heredera de la tradición liberal que la res- igualdad de condiciones como miembros de
tringe a la esfera de los derechos políticos, espe- una misma comunidad social y política, que as-
cíficamente el ejercicio del voto. De una versión piran a ser ciudadanos plenos; por último, se
acotada, la mirada se ha vuelto a la necesidad de encuentran aquellos que buscan reafirmar su
contar con una ciudadanía ampliada, que reco- autonomía y particularidad, que aspiran a no ser
nozca sus esferas civiles y sociales. invisibilizados en una categoría como la de ciu-
Esto no se ha dado por generación espontá- dadanía, que esconde las complejidades y parti-
nea, aquí cobran protagonismo los movimientos cularidades de las sociedades contemporáneas.
y actores de la sociedad civil que, por medio de Por todo lo anterior, obviar la labor de la so-
diversas formas de presión y de protesta, han ciedad civil y las presiones de los movimientos
cumplido un papel de primer orden para lograr sociales en la esfera pública impediría compren-
la expansión de una serie de derechos que ante- der la complejización y diversificación en los re-
riormente no se tomaban en cuenta. Los casos gímenes democráticos de los países de la región,
mexicano y venezolano ilustran claramente este el consecuente fortalecimiento y la expansión
aspecto. de la condición ciudadana que de esto se deri-
Así se ha logrado el reconocimiento de dere- va, así como los avances, los retos y desafíos que
chos fundamentales a las mujeres, las minorías deben abordar los gobiernos de los países de la
región en los próximos años.

• volumen 9/número 18 59 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

FUENTES DE CONSULTA García, Jesús, 2011, Venezuela, tercer país con mayor po-
blación afrocedescendiente en América del Sur, en
Almeyra, Guillermo, 2008, «Los vaivenes de los movi- http://www.aporrea.org/actualidad/a127985.
mientos sociales en México», OSAL, año ix, 24, html [consultado: 6 de noviembre de 2013].
pp. 87-101. García, Jesús, 2007, «La deuda del Estado venezo-
——, 2009, «A diez años de la huelga en la unam», La lano y los afrodescendientes» Journal of Latin
Jornada, 19 de abril. American and Caribbean Anthropology, 12(1), pp.
Arato, Andrew, 1996, «Emergencia, declive y recons- 223-232.
trucción del concepto de sociedad civil. Pautas García-Guadilla, María Pilar, 2007, «Ciudadanía y au-
para análisis futuros», Isegoría, 13, pp. 5-17. tonomía en las organizaciones bolivarianas: los
Arditi, Benjamin, 2004, «Trayectoria y potencial polí- Comité de Tierras Urbanas como movimientos
tico de la idea de sociedad civil» Revista Mexicana sociales», Cuadernos del Cendes, año xxiv, 66, pp.
de Sociología, año lxvi, 1, pp. 1-21. 47-73.
——, 2005, «El devenir-otro de la política: un archi- ——, 2008, «La praxis de los consejos comunales en
piélago post-liberal» en Benjamín Arditi (ed.), Venezuela: ¿poder popular o instancia clien-
¿Democracia post-liberal? El espacio político de las telar?», Revista Venezolana de Ciencias Sociales,
asociaciones, Barcelona, Anthropos, pp. 219-248. 14(1), pp. 125-151.
Bobes, Velia Cecilia, 2002, «Movimientos sociales García-Guadilla, María Pilar y Ana Mellén, 2010, «El
y sociedad civil. Una mirada desde América movimiento estudiantil venezolano: narrativas,
Latina», Estudios Sociológicos xx, 59, pp. 371-386. polarización y públicos antagónicos», Cuadernos
——, 2010, «De la revolución a la movilización. del Cendes, año XXVII, 73, pp. 71-95.
Confluencias de la sociedad civil y la democra- Goche, Flor, 2012, Yo soy 132, movimiento del siglo XXI,
cia en América Latina», Nueva Sociedad, 227, pp. en http://contralinea.info/archivo-revista/in-
32-50. dex.php/2012/09/11/yo-soy-132-movimiento-
Candón Mena, José, 2013, «Movimientos por la de- del-siglo-xxi/ [consultado: 6 de noviembre de
mocratización de la comunicación: los casos del 2013].
15-M y #YoSoy132», Razón y Palabra, 82. Gutiérrez, Carlos, Rodrigo Navarrete y Marianela
Chaguaceda, Armando y Marco Antonio Ponce, Tovar, 2007, «Diversos y socialistas: la diversidad
2013, «Venezuela: proceso sociopolítico y con- sexual en el socialismo del siglo XXI», Revista
flictividad social. Un balance de 2012», OSAL, Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, 13(2),
año xiv, 33, pp. 51-62. pp. 103-123.
Cohen, Jean y Andrew, Arato, 2000, Sociedad civil y teo- Iturralde Guerrero, Diego, 1997, «Demandas in-
ría política, México, fce. dígenas y reforma legal: retos y paradojas»,
Comisión Interamericana de Derechos Humanos Alteridades, año VII, 14, pp. 81-98.
(cidh), 2013, en http://www.oas.org/es/cidh/ Lachenal, Cécile, 2012, «Encuentros y desencuentros
docs/anual/2013/docs-es/InformeAnual- entre el discurso indígena y el discurso legal. La
Cap4Venezuela.pdf [consultado: 24 de abril de Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades
2014]. Indígenas del Estado de Oaxaca (1998)», en
Constitución de la República Bolivariana de Movimientos sociales, derechos y nuevas ciudadanía
Venezuela, 1999, Gaceta Oficial Extraordinaria, en América Latina, coordinado por Lachenal,
36.860. Cécile y Kristina Pirker, México, Fundar/
Coutiño, Fabiola, 2012, «La elección presidencial de Gedisa, pp. 261-290.
2012: un análisis sobre la participación de los Lachenal, Cécile y Kristina Pirker, 2012, «Hacia una
jóvenes mexicanos», Debate, 4(5), pp. 42-50. lectura dinámica de la relación entre movi-
Diez, Jordi, 2011, «La trayectoria del movimiento mientos sociales, derechos y ciudadanía», en
Lésbico-Gay en México», Estudios Sociológicos, Cécile Lachenal y Kristina Pirker (coords.),
29(86), pp. 687-712. Movimientos sociales, derechos y nuevas ciudadanía
Estrada Corona, Adrián, 2010, «El proceso de lu- en América Latina, México, Fundar/Gedisa, pp.
cha del colectivo lésbico-gay. Entrevista con 19-38.
Alejandro Brito», Revista Digital Universitaria, Lechner, Norbert, 1994, «La (problemática)
11(9), pp. 1-11. invocación de la sociedad civil», Perfiles
Galindo Cáceres, Jesús y José Ignacio Gómez-Acosta, Latinoamericanos, 5, pp. 131-144.
2013, #YoSoy132. La primera erupción visible, López Maya, M, 2003, «Hugo Chávez Frías: su movi-
México, Global Talent University Press. miento y presidencia», en Steve Ellner y Daniel

• volumen 9/número 18 60 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115


Ciudadanía, sociedad civil y movimientos sociales en América Latina: Desafíos democráticos
contemporáneos en México y Venezuela (1990-2012) • Héctor Hurtado Grooscors

Hellinger (eds.), La política venezolana en la época Poy Solano, Laura, 2009, «Se cumplen nueve años de
de Chávez: clases, polarización y conflicto, Consejo la ocupación de la unam por la Policía Federal
de Investigación Científica de la Universidad de preventiva», La Jornada, 6 de febrero.
Oriente y Nueva Sociedad, pp. 97-120. Prieto Sánchez, Guadalupe, s.f., La Universidad
Kymlika, Will y Norman Wayne, 1997, «El retorno Iberoamericana y el movimiento “Yo soy 132”, en
del ciudadano. Una revisión de la producción http://www.peu.buap.mx/Revista_20/articu-
reciente en teoría de la ciudadanía», Ágora, 7, los/El%20movimiento.pdf [consultado: 6 de
pp. 5-42. noviembre de 2013].
Levine, Daniel y José Enrique Molina, 2007, «La ca- Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
lidad de la democracia en América latina: una (pnud), 2004, La democracia en América Latina.
visión comparada», Revista América Latina hoy, Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos,
45, pp. 17-46. Buenos Aires, Alfaguara.
Mogrovejo, Norma, s.f., «Movimiento lésbico mexica- Revilla Blanco, Marisa, 2010, «América latina y los
no y sus demandas», en http://www.glefas.org/ movimientos sociales: el presente de la “rebe-
glefas/files/biblio/movimiento_lesbico_mexi- lión del coro”», Nueva Sociedad, 227, pp. 51-67.
cano_y_sus_demandas_%20norma_mogrovejo. Saint-Upéry, Marc, 2008, «¿Hay patria para todos?
pdf [consultado: 24 de abril de 2014]. Ambivalencia de lo público y “emergencia
O’Donnell Guillermo, 1989, «Introducción a los casos plebeya” en los nuevos gobiernos progresistas»,
latinoamericanos», en O’Donnell Guillermo, Íconos, Revista de Ciencias Sociales, 32, pp.
Phillip Schmitter y Laurence Whitehead (eds.), 75-87.
Transiciones desde un Gobierno Autoritario, Buenos Sauca, José María y María Isabel Wences, 2007, «Un
Aires, Paidós, pp. 15-36. mapa contemporáneo de las teorías de la socie-
Paramio, Ludolfo, 2006, «Giro a la izquierda y re- dad civil», en José María Sauca y María Isabel
greso del populismo», Nueva Sociedad, 205, pp. Wences (eds.), Lecturas de la sociedad civil, Un
62-74. mapa contemporáneo de sus teorías, Madrid, Trotta,
Pereyra, Carlos, 1988, Gramsci: Estado y sociedad civil, pp. 9-19.
Cuadernos Políticos, 54/55, Era, mayo-diciem- Young, Iris Marion, 1996, «Vida política y diferen-
bre, pp. 52-60. cia de grupo: una crítica del ideal de ciudada-
Portelli, Hugues, 1975, Gramsci y el bloque histórico, nía universal», en Carmen Castells (comp..),
México, Siglo XXI Editores. Perspectivas feministas en teoría política, Barcelona,
Paidós, pp. 99-126.

Fecha de recepción: 30 de abril de 2014


Fecha de aceptación: 15 de septiembre de 2014

• volumen 9/número 18 61 diciembre 2014-mayo 2015, pp. 49-61 • ISSN 1870-4115

También podría gustarte