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Todos nos sentimos bastante bien con nuestros equipos Apple, con sus
innumerables funciones y su increíble capacidad para el almacenamiento de
datos, pero en algún momento puede que hayas tenido un inconveniente bastante
molesto: que hayas perdido alguna información valiosa y no hayas sabido cómo
poderla recuperar. Para resolver estos líos de la manera más efectiva posible
existe la aplicación Ibeesoft Data Recovery, en esta ocasión en su versión para
modelos Apple (Iphones, Ipods e Ipads), el cual se encargará por ti de encontrar la
información que desees recuperar, y la traerá rápidamente de vuelta a tus manos.
Para recuperar la información, el programa Ibeesoft cuenta con tres
métodos: el primero de ellos es escaneando la IOS de tu celular en sí, a través de
un rápido análisis, pero también cuenta con la opción de extraer información de las
copias de seguridad de ITunes e IClouds, con lo cual tu restauración será 100%
garantizada, ampliando el número de posibilidades para el hallazgo del material
perdido.
¿Qué tipo de información se puede recuperar y cuál no? La aplicación te
garantiza la recuperación ante todas las situaciones posibles, ya sea por un virus
en el dispositivo, por un fallo del sistema, algún posible daño en el equipo, una
restauración de móvil indebida o por la razón más sencilla de todas, por una
eliminación accidental, entre muchas otras situaciones.
Difícilmente habrá una situación más kafkiana que la de visitar una EPS. En ellas
estamos sometidos a la remisión de la remisión, a un experto que remite a alguien más
experto que a su vez nos remite a un experto más experto que el anterior, y así… Al final
nunca sabremos por qué nos duelen las tripas, pero resignada y diligentemente cumplimos
con la vertiginosa tramitología y con las innumerables citaciones clínicas, no porque
creamos que en algún momento vamos a estar sentados frente al Gran Especialista de
nuestra tripa enferma; al contrario: sólo porque nos sentimos demasiado comprometidos
con el proceso.
Seguramente algún día, al salir de una de las eternas remisiones a alguien más, un
individuo cualquiera nos terminará por pegar una puñalada. Agonizantes, diremos: “Como
a un perro. Me han matado como a un perro”. Pero qué le vamos a hacer, this is Colombia,
y después de todo una solución es una solución, con unas cuantas estocadas por fin
habremos hecho cesar una dolencia crónica, la más insoportable de todas, aquella que
ocupa el espacio de la barriga. Aquel espacio que también es el primer habitáculo de lo
vivo.
En el fondo, en el último segundo vida, puede que realmente agradezcamos nuestra
suerte: se siente más calor y vida en la resolución violenta de nuestro verdugo, que en la
inmóvil seriedad de mármol del doctor, en la extraña indiferencia de las esfinges
especializadas.