Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Completo PDF
Completo PDF
Completo PDF
ASIMILACIONES
A LA COMPRAVENTA EN EL
DERECHO ROMANO
(DISTINTAS FORMAS
DE LA CAUSA PRO EMPTORE)
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO
(DISTINTAS FORMAS DE LA CAUSA PRO EMPTORE)
© MARCELO NASSER OLEA
2010 Legal Publishing Chile • Miraflores 383, piso 10, Santiago, Chile • Teléfono: 600 700 8000 • www.legalpublishing.cl
Registro de Propiedad Intelectual Nº 198.593 • I.S.B.N. 978 - 956 - 238 - 942 - 6
1ª edición diciembre 2010 Legal Publishing Chile
Tiraje: 300 ejemplares
Impresores: CyC Impresores - San Francisco 1434, Santiago
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
ADVERTENCIA
La Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual prohíbe el uso no exceptuado de obras protegidas sin la autorización expresa de los titulares de los
derechos de autor. El fotocopiado o reproducción por cualquier otro medio o procedimiento, de la presente publicación, queda expresamente pro-
hibido. Usos infractores pueden constituir delito.
ABREVIATURAS MÁS USADAS
D. : DIGESTO DE JUSTINIANO
C. : CÓDIGO DE JUSTINIANO
INSTS. : INSTITUCIONES DE JUSTINIANO
GAI. : INSTITUCIONES DE GAYO
ED. PERP. : EDICTO PERPETUO
PAL. : PALINGENESIA IURIS CIVILIS
U.E. : EPÍTOME DE ULPIANO
F.V. : FRAGMENTA VATICANA
TEOPH. : PARÁFRASIS DE TEÓFILO
PS. : SENTENCIAS DE PAULO
CIC. : MARCO TULIO CICERÓN
BOETH. : BOECIO
VARR. : VARRÓN
AG : ARCHIVIO GIURIDICO FILIPPO SERAFINI
AHDE : ANUARIO DE HISTORIA DEL DERECHO ESPAÑOL
BIDR : BULLETINO DELL’ISTITUTO DI DIRITTO ROMANO
IURA : IURA. RIVISTA INTERNAZIONALE DI DIRITTO ROMANO E ANTICO
LABEO : LABEO. RASSEGNA DI DIRITTO ROMANO
NNDI : NOVISSIMO DIGESTO ITALIANO
REHJ : REVISTA DE ESTUDIOS HISTÓRICO - JURÍDICOS
RIDA : REVUE INTERNATIONALE DES DROITS DE L’ANTIQUITÉ
SDHI : STUDI ET DOCUMENTAE HISTORIAE ET IURIS
ZSS : ZEITSCHRIFT DER SAVIGNY-STIFTUNG FÜR RECHTSGESCHICHTE
ÍNDICE I
ÍNDICE Página
Página
PRÓLOGO............................................................................................................. V
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 1
CAPÍTULO I
USUCAPIO Y IUSTA CAUSA
CAPÍTULO II
LA CAUSA PRO EMPTORE DE LA USUCAPIÓN
Página
CAPÍTULO III
INCORPORACIÓN DE LA LITISAESTIMATIO
A LA CAUSA PRO EMPTORE DE LA USUCAPIÓN
Página
CAPÍTULO IV
LA LEX COMMISSORIA EN LAS GARANTÍAS
REALES Y LA CAUSA PRO EMPTORE DE LA USUCAPIÓN
Página
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO V
PRÓLOGO
Es para mí una gran alegría prologar esta obra de Marcelo Nasser, actualmente
profesor de Derecho Romano de la Universidad de los Andes, a quien tuve la suerte
de dirigir su trabajo de tesis doctoral, que actualmente se vierte en este libro.
Ya desde sus años de alumno del pregrado sintió una fuerte inclinación hacia el
Derecho Romano, formando parte primero de un curso especializado de formación
para romanistas dirigido por el profesor Francisco Samper, y luego, una vez egresado,
se desempeñó como ayudante de la asignatura. El año 2002 decidió ingresar a sus
estudios de Doctorado en Derecho en la Universidad de los Andes, consiguiendo una
beca del Programa, que le permitió desarrollar su trabajo de tesis doctoral. El año
2004 realizó una estadía en la Universidad de Santiago de Compostela, donde pudo
conseguir la bibliografía aun pendiente, e intercambiar opiniones con el catedrático
de Derecho Romano de dicha universidad, profesor doctor don Javier d’Ors. Culminó
finalmente la redacción de su tesis, titulada “Asimilaciones a la causa pro emptore
de la usucapión”, la cual fue defendida el 29 de septiembre de 2006, ante el Tribunal
compuesto por los señores doctores, don Francisco Samper (Universidad Católica);
don Alejandro Guzmán Brito (Universidad Católica de Valparaíso); don Patricio Lazo
(Universidad de Antofagasta). La tesis fue calificada con la nota máxima: sobresa-
liente cum laude.
La importancia de este acto se debe a que se trata de la primera tesis doctoral de
Derecho Romano defendida en Chile desde que se reiniciaron los estudios de Docto-
rado de Derecho en las universidades chilenas. Con ello se ha dado un fuerte impulso
a la disciplina: varios estudiosos han decidido incursionar en esta área que tan grandes
lecciones nos da, también para el derecho actual.
En fin, culmina, con la publicación de esta obra, un trabajo en el que el autor ha
vertido todo su vigor, sus recursos de ingenio, de razonamiento y de iniciativa, que
no son pocos. En efecto, he sido testigo de la tenacidad, de la profundidad, y en no
pocos casos de la audacia que ha desplegado para enfrentar la solución de complejos
problemas que fueron variando en el curso del trabajo.
En primer lugar se presentó la dificultad de la estructura de la tesis. No fue fácil,
por ejemplo, la determinación de eliminar un capítulo en el cual se pensaba incursio-
VI MARCELO NASSER OLEA
nar, e incorporar, en cambio, uno relativo a la usucapio y la iusta causa, que se juzgó
necesario para comprender a cabalidad la parte esencial de la tesis.
En segundo lugar, se advirtió la dificultad relativa a la base textual de la investi-
gación, de un lado escasa y, de otro, compleja. Ello obligó al entonces doctorando
a someterse a un exigente esfuerzo de interpretación, en el cual invirtió sus mejores
energías. Desde otro punto de vista, en la parte medular de la tesis, debió el autor
combinar complejos argumentos de orden sustantivo con otros de corte procesal.
Creo que es justo destacar las virtudes de trabajo intelectual del autor que hicie-
ron posible que la obra llegara al estado actual: el equilibrio entre la iniciativa para
plantear sus posiciones, y la humildad para aceptar argumentos nuevos o puntos de
vista no considerados previamente y que pudieran invalidar sus planteamientos an-
teriores. Estas cualidades contribuyeron a que la dirección de este trabajo fuese una
tarea particularmente grata y enriquecedora.
El libro comienza con un capítulo de carácter más bien introductorio pero que,
a mi modo de ver, es necesario para iluminar el resto de la obra. Así lo explica con
nitidez el autor en la introducción: si bien la parte esencial del libro se relaciona con
la causa emendi y las asimilaciones a la compraventa que se introducen en el Derecho
Romano, la explicación del origen de la usucapio, tan ligada a la compraventa con
efectos reales de aquella época arcaica (mancipatio), permiten entender a cabalidad
algunos aspectos de la causa pro emptore de la época clásica y las mencionadas asi-
milaciones.
En esta primera parte, podemos destacar la claridad, consistencia y coherencia del
hilo expositivo que sigue el autor: pese a la dificultad y oscuridad de algunos acápites
(el mismo título de uno de ellos lo da a entender: “El usus. Un concepto oscuro”), estos
se pueden leer con soltura y agilidad. El autor no deja temas desencajados y aborda
cada una de las cuestiones sobre la base de una adecuada selección de la bibliografía,
y condimenta las explicaciones con interesantes reflexiones y conclusiones personales.
Llama la atención, por ejemplo, que el autor se inclina con decisión en el sentido de
afirmar que el usus arcaico no puede relacionarse sólo con la garantía de evicción que
presta el dans, sino que claramente se dirige a la adquisición de poderes, posiciones
jurídicas, e incluso cosas materiales, pese a admitir de acuerdo con las fuentes, que
la adquisición respecto de algunas cosas determinadas (res furtivae y res hostiles)
estaba excluida. Es interesante también el desarrollo del acápite referido al paso del
usus a la possessio, que cuenta con un clarísimo resumen referido a la aparición del
concepto de possessio, vinculado en un principio a una finalidad puramente funcional.
La extensión de la protección posesoria a sujetos que ostentaban posiciones similares
a las del supuesto original se debió a razones prácticas y de equidad. Pero es preci-
samente esta ampliación la que permite el desarrollo del concepto de possessio y la
distinción de éste respecto del de usus. Todas estas ideas, aunque no son novedosas,
se exponen con extraordinaria sencillez sin por eso caer en la simplicidad. Muy ade-
cuados resultan, por otro lado, los apartados finales del capítulo I, referidos a la iusta
causa usucapionis y al régimen de la acción publiciana, donde se hace hincapié en la
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO VII
eminente protección que supone este recurso para el poseedor civil, que justifica que
pueda hablarse realmente de un dominium duplex.
En el capítulo II se hace un análisis específico de la causa pro emptore de la usuca-
pión. Son interesantes, por ejemplo, las descripciones de la mancipatio y de la in iure
cessio, y la afirmación de que ambas figuras, pese a funcionar como modos de adquirir
las cosas, no pueden ser consideradas como antecedentes de la compraventa consen-
sual romana. En efecto, al menos en los estadios más antiguos no existía obligación
ni de una ni de otra parte, y, en realidad, dichas figuras no siempre funcionaban como
compraventas. Las otras cuestiones que se abordan resultan necesarias para una com-
prensión de lo que serán las asimilaciones a la causa de compra (causa emendi).
Y entramos en el capítulo III dedicado a la incorporación de la litis aestimatio, es
decir, el pago de la condena por parte del reo, a la causa pro emptore de la usucapión.
Varios de estos textos señalan que es Salvio Juliano el autor de la regla que equipara
al que paga la condena con el comprador, y le otorga una causa pro emptore que le
permite usar la acción publiciana, y usucapir en el plazo correspondiente. Sin embargo,
dicha equiparación tiene un ámbito bastante determinado: se trata de aquel que paga
la litis aestimatio en acciones que cuentan con cláusula arbitraria.
En esta sede el autor, por medio de una amena y ágil exposición, introduce al lector
en el terreno procesal que le permitirá comprender con profundidad el expediente
de asimilación referido a aquel que paga la estimación del litigio. En este sentido,
es absolutamente necesario abordar el funcionamiento de la cláusula arbitraria, que
permite al demandado optar por la restitución para evadirse del pago de la condena,
sistema intrínsecamente conectado con la condena siempre pecuniaria, al menos en el
marco del procedimiento formulario romano. Todos estos asuntos son desarrollados
con dedicación y claridad, sin eludir por ejemplo, la difícil pregunta acerca de las
acciones que contienen la mencionada cláusula.
El autor va como desgranando las ideas que facilitan la comprensión de materias
que serán desarrolladas más adelante y retoma cuestiones esbozadas en otros lugares, lo
que hace cálida y elegante la exposición. Así, no resulta difícil comprender el análisis
fino y audaz de los textos, que primero expone de modo general, como para facilitar
al lector que se oriente más adelante cuando se adentre en profundidades.
Es especialmente interesante observar el tratamiento que hace de la base textual,
y la honestidad con que trabaja los diversos pasajes. En efecto, a pesar de ser estos
escasos, no pretende darles un significado que no tienen, ni los fuerza para extraer de
ellos más de lo que dicen. Es lo que sucede por ejemplo con D. 6,1,46.
No elude el análisis de textos especialmente difíciles como es el referido a la
actio rerum amotarum, y es notable el tratamiento argumentativo en que detalla las
principales características de esta acción, que enlaza con el origen penal de la misma.
Debe destacarse, por ejemplo, el rechazo que manifiesta el autor a considerar esta
acción como una condictio en el sentido de que, si así realmente fuera, el pasaje no
hablaría de una causa de usucapio ya que, en virtud del efecto extintivo de la acción,
la demandada habría adquirido la propiedad de la cosa, lo cual haría innecesario
indagar acerca de la causa de usucapión.
VIII MARCELO NASSER OLEA
INTRODUCCIÓN*
* Este trabajo contó con la cooperación del Fondo de ayuda a la investigación de la Universidad de
los Andes (FAI).
2 MARCELO NASSER OLEA
CAPÍTULO I
USUCAPIO Y IUSTA CAUSA
1. CONCEPTOS PRELIMINARES
La usucapio (usu-capere) es un modo de adquirir el dominio1 que permitía a los
ciudadanos romanos y a los extranjeros con commercium2 apropiarse de ciertas cosas
tras haberlas poseído ininterrumpidamente durante un año, cuando se trataba de bienes
muebles, o dos, en el caso de los inmuebles3.
Las fuentes, además de describir la usucapión tomando como fundamentos la
posesión de la cosa y el tiempo o plazo requerido por ley para usucapir, dedican im-
portantes pasajes a la denominada iusta causa usucapionis que sirve de antecedente
objetivo de la apropiación. Asimismo, en varios pasajes se delimita el ámbito de
aplicación de la usucapio, ya que había cosas que podían ser usucapidas y otras cuya
usucapión estaba vedada4.
La importancia de la usucapio, al parecer, dice relación con la necesidad de
“certeza jurídica” que suele buscar toda sociedad. Como sostiene Gayo, la usucapio
habría nacido como una necesidad de bien común, establecida con el fin de evitar la
incertidumbre que se produce por largo tiempo, acaso permanentemente, respecto
del dominio de las cosas5.
1 Algunos autores prefieren hablar de “apropiación posesoria” cuando se refieren a estos modos de
adquirir. Así D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, 9ª edición, EUNSA, Pamplona, 1997, §§ 157,
164 y § 172. La denominación “apropiación posesoria justa” la usa, entre otros, SAMPER, Francisco,
Derecho Romano, Ediciones de la Universidad Católica de Chile, Santiago, 2001, p. 150.
2U.E. 19,4. Con todo, véanse los cuestionamientos de SIXTO, Marié, “Algunas dudas sobre la usu-
capión en las XII Tablas”, en REHJ 17 (1995), pp. 153 s.
3 GAI. 2,42 “Vsucapio autem> mobilium quidem rerum anno completur, fundi uero et aedium biennio;
a 41,10 (Pro suo); vid., también, las referencias a este modo de adquirir en Insts. 2,6.
5 D. 41,3,1 Gai. 21 ad Ed. Prov. “Bono publico usucapio introducta est, ne scilicet quarundam
rerum diu et fere semper incerta dominia essent, cum sufficeret dominis ad inquirendas res suas statuti
temporis spatium”.
8 MARCELO NASSER OLEA
2. USUS Y POSSESSIO.
LA ADQUISICIÓN DE LAS COSAS POR EL TRANSCURSO DEL TIEMPO EN LAS XII TABLAS
A. EL USUS. UN CONCEPTO OSCURO
Según confirma la etimología, la usucapio deriva de una antigua figura que las
fuentes (principalmente literarias), denominan usus. A pesar de que no existe claridad
acerca del origen de la adquisición de las cosas por medio del usus continuado, existen
huellas de su aplicación al menos desde la promulgación de la ley de las XII Tablas7.
Cicerón da algunas noticias acerca del origen de esta institución haciendo expresa
referencia a la ley decenviral8.
CIC., Top., 4,23 “Quoniam usus auctoritas fundi biennium est, sit etiam aedium. At in lege
aedes non appellantur et sunt ceterarum rerum omnium quarum annuus est usus”.
CIC., Pro Caec., 19,54 “Lex usum et auctoritatem fundi iubet esse biennium...”.
Fundados en los dos textos que hemos traído a colación, es posible observar que si el
usus era ejercido continuamente, acarreaba consecuencias importantes sancionadas por la
ley (“in lege”, en la Tópica; simplemente “Lex” en Pro Caecina)9. Si hurgamos un poco
más, nos daremos cuenta de que los textos no hablan simplemente de usus, sino de “usus
auctoritas”, y veremos que la utilización de este binomio no es casual ni irrelevante.
cesariamente relación con la ley de las XII Tablas. Con todo, nos parece que GAI. 2,42 y ss. es fuente
suficiente para reconocer que la ley que reguló este asunto era, justamente, la ley decenviral.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 9
Los textos, a simple vista, revelan que este usus auctoritas era de dos años para los
inmuebles (fundi), y de un año para los muebles (ceterarum rerum). Sin embargo, no
resulta fácil atribuir al usus la calidad de fundamento de la possessio ad usucapionem
clásica fundados, simplemente, en el tenor literal de los dos textos citados10. Una lectura
desprejuiciada o, si se prefiere, objetiva, impide sostener que Cicerón describe allí un
modo de adquirir la propiedad. Tal es, hasta ahora, el punto de partida.
Según Diósdi, la falta de referencia textual expresa a los efectos adquisitivos del
usus en los textos de Cicerón podría explicarse porque, en la época de la ley decen-
viral, el concepto de usus no podía aún distinguirse c on toda claridad de la idea de
dominium. Este autor afirma que la diferencia entre usus y dominium sólo pudo per-
filarse al haberse desarrollado un concepto jurídico nuevo denominado possessio11.
En efecto, Diósdi sostiene que sólo al quedar definitivamente configurada la noción
de possessio, y perfectamente escindida del concepto definitivo de dominium, pudo
la usucapio tomar efectos de apropiación dominical.
Nos parece que la teoría de Diósdi es interesante, pues entronca de manera coherente
con la idea descrita por Gayo en sus Comentarios al Edicto Provincial, recogida por
Justiniano para encabezar D.41,3, en el sentido que la usucapio funcionaba como un
medio para consolidar definitivamente una posición posesoria determinada, con el
objeto de terminar con un estado de incertidumbre respecto del dominio12. En efecto,
al no estar verdaderamente diferenciados los conceptos de dominio civil y de usus, y
siendo este último un ejercicio meramente fáctico de un poder personal, la cuestión
de la certeza jurídica respecto de la propiedad de las cosas no pudo ser un problema
demasiado relevante.
Sostienen algunos autores, entre los que sobresalen Kaser y Mayer-Maly13, a los
que se ha plegado últimamente, aunque con variantes, Marié Sixto14, que el binomio
10 NICOSIA, Giovanni, Problemi possessori nell’esperienza giuridica romana, Librería Ed. Torre,
Catania, 1997, p. 183 s. Vid. sobre la antítesis usus/possessio/dominium las citas a HORAT, Satyrae 2,2,134;
TIT. LIV. 14,13 seleccionadas por BONFANTE, Pietro, “La iusta causa dell’usucapione e il suo rapporto
colla bona fides”, en Scritti... 2, cit., p. 471 nº 1; algunas de estas citas, además, en ALBERTARIO, Emilio,
Corso di Diritto Romano, Il possesso, Giuffrè, Milano, 1939, pp. 38-41, con análisis histórico-crítico.
Para una crítica a la antítesis usus/possessio, vid. LAURIA, Mario, “Note sul possesso”, en Studi in onore
di Siro Solazzi, Jovene Editore, Napoli, 1948, p. 781; una relectura de los textos en CARCATERRA, Antonio,
Possessio. Ricerche di storia e di dommatica, L’Erma di Bretschneider, Roma, 1967, pp. 109-113. Un
análisis corto y certero relativo al origen de la posesión, en FABI, Bruno, Aspetti del posseso romano,
L’Erma di Bretschneider, Roma, 1972, pp. 5-10.
11 DIÓSDI, György, Ownership in ancient and preclassical Roman Law, Akadémiai Kiadó, Budapest,
1970, p. 89.
12 Vid. supra n. 5.
13Vid. KASER, Max, “Neue Studien zum altrömischen Eigentum” en ZSS 68 (1951), pp. 155 s.,
y MAYER-MALY, Theo, “Studien zur Frühgeschichte der usucapio II”, en ZRG 78 (1961), pp. 233 s.
Cfr. DIÓSDY, György, Ownership... cit., p. 78.
14 SIXTO, Marié, “Algunas dudas sobre la usucapión en las XII Tablas”, en REHJ 17 (1995) cit.,
p. 153.
10 MARCELO NASSER OLEA
“usus auctoritas” al que se refiere Cicerón debe entenderse como una garantía de
evicción vinculada a la antigua compraventa solemne de efectos reales celebrada
ante cinco testigos (mancipatio)15. Así, en el caso de los fundos, la garantía del dans
o auctor a favor del accipiens era de dos años continuos, y respecto de los muebles
sólo de uno16.
Este sector de la doctrina vincula el concepto de auctoritas presente en el binomio
ciceroniano, con una especie de responsabilidad del dans que es propia de la man-
cipatio en función de venta. Esta responsabilidad estaría limitada a un plazo previa-
mente determinado por la ley de las XII Tablas (Tab. VI,3), esto es, a uno o dos años
dependiendo del tipo de res mancipi de que se trate (muebles o inmuebles).
La interpretación que esta parte de la romanística da al binomio usus auctoritas, su-
pone que los efectos adquisitivos de la usucapio son más bien colaterales. Así, durante
el plazo establecido por las XII Tablas, el adquirente de una res mancipi que tiene la
cosa en su ámbito de custodia, no gozaba de una tenencia plenamente independiente,
de manera que si un tercero pretendía reivindicar la cosa como suya, el accipiens podía
exigir del dans una reparación total por medio de la actio auctoritatis17. Transcurridos
los plazos legales, el accipiens debe defender su dominio por su cuenta mediante la
exceptio iusti dominii, a menos que la cosa reclamada sea de aquéllas sobre las cuales
la auctoritas del dueño (y no del dans), era considerada eterna.
Pensamos que es justamente en relación con la auctoritas aeterna donde mayores
problemas enfrenta la teoría que identifica, preferentemente o exclusivamente, los tex-
tos de Cicerón con la responsabilidad por garantía o auctoritas. En efecto, las fuentes
hablan de la existencia de cosas sobre las cuales, se dice, la auctoritas es eterna. Tales
son las cosas hurtadas (res furtivae), según nos explica Aulo Gelio al comentar una
Lex Atinia en sus Noches Áticas: “Quod subruptum erit, eius rei aeterna auctoritas
esto”18; así como las cosas que pertenecen a los extranjeros (res hostium), según nos
informa Cicerón: “Adversus hostem aeterna auctoritas esto”19.
15Para BREZZO, C., La mancipatio, L’Erma di Bretschneider, Roma, 1972, p. 14, el usus y la auc-
toritas de las XII Tablas se limitaban a las res mancipi. Cfr. AMIRANTE, Luigi, “Il concetto unitario
dell’auctoritas”, en Studi Solazzi cit., p. 381.
16 Esta teoría había sido sustentada anteriormente por PERNICE, Alfred, Labeo II, 1, Niemayer, Halle,
1895-1900, p. 328 y por DE VISSCHER, Fernand, “Le rôle de l’auctoritas dans la mancipatio”, en RHD
(1933), pp. 630 s. Con todo, la teoría de la garantía sustentada por el romanista belga tiende a identificar
la cuestión con una especie de asentimiento del dans para que el accipiens adquiera.
17Para la actio auctoritatis vid., PS. 2,17,3. Sobre esta acción además, ANKUM, Hans, “L’actio
auctoritatis appartenant á l’acheteur mancipio accipiens at-elle existe?”, Perugia, 1979, p. 45. GIRARD,
Paul Frédéric, Manuel élémentaire de Droit Romain, 6ª edición, Libr. A. Rousseau, Paris, pp. 565 s.
SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 149 sostiene que se trataba de una acción formularia, civil
y, en un comienzo, de carácter delictual.
18 GELL. Noct. Att., 17,7,2-3; GAI. 2,45 y 49.
19 Tab. VI,4; CIC., De off., 1,12,37. Sostiene D’ORS, Álvaro, “Adversus hostem aeterna auctoritas
esto”, en AHDE 29 (1959), pp. 597 ss., que el ciudadano romano no podía adquirir cosas de los extranjeros
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 11
En los dos casos señalados, el dueño no perderá jamás el dominio, aunque la cosa
sea transferida. El problema radica en que en ninguno de los casos citados se puede
hablar de “garantía” o “responsabilidad” dada por el dueño de la cosa, pues éste no
ha participado en el acto mancipatorio y, por ello, mal podría otorgar al accipiens una
seguridad de ninguna especie.
El asunto ha sido tratado por Álvaro d’Ors, quien ha pretendido dar a esta cuestión
una explicación, especialmente en relación con las res hostis. Á. d’ Ors sostiene que
el dans que vendía una cosa perteneciente a un hostis quedaba permanentemente
obligado respecto a su comprador20. Esta interpretación, como se ve, supone traducir
“adversus” en el sentido de “a favor”21 o “respecto a”, de manera que la autoridad o
garantía del dans debe siempre prestarse, acaso para proteger al extranjero en virtud
de la reciprocidad. De tal manera colateral, queda vedada al accipiens la usucapión
de las res hostium. Al ser la usucapio una apropiación posesoria de derecho civil o ius
Quiritium, los hostes tampoco podían adquirir por esta vía las cosas que pertenecían
a los ciudadanos romanos.
El análisis onmicomprensivo y lógico de otros textos, es decir, no sólo los de Ci-
cerón nos lleva a concluir, siguiendo la intepretación de Á. d’Ors, que el usus es una
institución que no sólo (y ni aun preferentemente) deba conectarse con la garantía que
presta el dans al accipiens, sino que con la clase de posesión arcaica que conducía a
la adquisición de las cosas ajenas22.
Nos parece, además, que la conjetura de los autores que ven en el usus auctoritas
exclusivamente un plazo de garantía debe ceder ante el texto:
GAI. 2,42 “Vsucapio autem> mobilium quidem rerum anno completur, fundi uero et
aedium biennio; et ita lege XII tabularum cautum est”.
Aunque Gayo explica una usucapio reelaborada, el pasaje se refiere igualmente
a las XII Tablas para explicar la adquisición del dominio. Gayo no explica en esta
sede la garantía de evicción otorgada por el vendedor. En efecto, el fragmento citado
no parece admitir demasiadas interpretaciones ni parece prudente sospechar de su
autenticidad. Además, las referencias gayanas a las XII Tablas no terminan en Gai.
2,42. Justamente en los textos que siguen a dicho fragmento, Gayo explica algunos
casos de inusucapibilidad, y varios de ellos hacen referencia directa a prohibiciones
decenvirales (Gai. 2, 45, 47 y 49). Lo anterior significa, a contrario, que la ley decen-
Continuación nota 19
en virtud de un principio de reciprocidad que impedía a los extranjeros usucapir cosas de los romanos,
debido a que la usucapio era un modo de adquirir de ius civile. Vid. DOMINGO, Rafael, Auctoritas, Ariel,
Madrid, 1999, p. 33.
20 D’ORS, Álvaro, “Adversus hostem aeterna auctoritas esto”, en AHDE 29 (1959) cit., p. 603.
21 Ibid., pp. 601 s.
22 SIXTO, Marié, “Algunas dudas sobre la usucapión en las XII Tablas”, en REHJ 17 (1995), p. 151,
afirma que Á. D’ORS no se refiere a la usucapio en el sentido clásico, sino que más bien a un efecto
adquisitivo resultante de la limitación de la auctoritas del dans.
12 MARCELO NASSER OLEA
viral regulaba la usucapio como una forma de adquisición de las cosas, prohibiéndola
para algunas situaciones muy calificadas. De tal manera, resulta más o menos claro
que la ley trataba al usus como uno de los medios existentes para la adquisición de las
cosas, aunque limitado en algunos casos como el de la res furtivae, y el de las cosas
pertenecientes a los hostes.
Si entendemos que el usus debe identificarse preferentemente con un fenómeno de
hecho que podía conducir a la adquisición, más que con una garantía de evicción del
derecho arcaico, es necesario ahora desentrañar su verdadero alcance. Aun cuando
Cicerón no nos indica con claridad las consecuencias y la naturaleza del usus, pen-
samos que esta institución implicaba un poder de hecho sobre una cosa, sancionado
por la ley. Esta posición, además, difiere del dominium.
Si hacemos un análisis más general de los textos, sin limitarnos a los fragmen-
tos literarios, es posible deducir, tal como en su momento hizo Bonfante23, que las
características externas del usus y las de la usucapio son muy similares24. Es más,
veremos que la usucapio responde más bien a un desarrollo histórico y jurisprudencial
del concepto arcaico de usus25.
Sabemos que el usus permitía el apoderamiento lícito de potestades y posiciones
distintas de las que se ejercen sobre las cosas corporales. El usus, en efecto, no se
restringía a las cosas sino que, por ejemplo, facultaba al marido para adquirir el poder
marital sobre la mujer (manus)26. Por otra parte, el usus también permitía la adquisición
del poder propio del heredero a quien, sin serlo, “poseyera una cosa hereditaria” (...si
rem hereditariam, cuius possessionem heres nondum nactus est...)27.
Como se ve, la adquisición por usus operaba por el simple hecho de haberse
ostentado materialmente una posición durante un tiempo determinado. Esta posi-
ción no decía relación, necesariamente, con la posesión de cosas, pues ni el poder
23 Para BONFANTE, Pietro, “La iusta causa dell’usucapione e il suo rapporto colla bona fides”, en
Scritti... 2 cit., p. 471, lo que ocurre con “mancipium y mancipatio” es lo mismo que ocurrió con “usus y
usucapio”. Para este autor, en la lengua más antigua, el término era simplemente usus y así se conservó
en las XII Tablas. BONFANTE ve, finalmente, una similitud entre ambas categorías. Sobre esto, vid. FABI,
Bruno, Aspetti... cit., p. 7 n. 3.
24 Vid. LAURÍA, Mario, “Usus”, en Studi e ricordi, Jovene, Napoli, s/d (=Studi Arangio-Ruiz 4,
pp. 131 ss.), pp. 460-462; una lista de posiciones que podían adquirirse por medio del usus, ibid, pp. 457
ss. Una crítica a este estudio en DIÓSDI, György, Ownership... p. 89. Según este autor, LAURÍA identifica
usus con usucapio sin más. Nos parece, sin embargo, que ello no es así. LAURÍA, más bien, identifica
usus con potestas y no exige una iusta causa.
25Para D’ORS, Álvaro, “Adversus hostem aterna auctoritas esto”, en AHDE 29 (1959) cit., p. 597
n. 4 para la época de las XII tablas “usus vale por possessio; sólo la jurisprudencia ulterior llegó a dis-
cernir ambos conceptos”.
26 GAI. 1,111; Vid. CAPOGROSSI, COLOGNESI, Luigi, Proprietà e signoria in Roma antica I, 2ª edición,
28 Con todo, tampoco la mancipatio servía exclusivamente para transferir cosas, sino también para
constituir otro tipo de poderes. Sobre esto, vid. CAPOGROSSI COLOGNESI, Luigi, Proprietà e signoria...
cit., pp. 205 ss.
29 DIÓSDI, György, Ownership... cit., p. 90 sostiene tajantemente: “The requirements of bona fides
and iustus titulus did not yet exist in early law”. LAURÍA, Mario, “Usus”, en Studi e ricordi cit., pp. 463
ss., sin embargo, afirma que la causa es idéntica en la posesión y en el usus, aunque esto se debe a su
concepto particular de causa.
30 En relación con la especie de usucapión especial y anómala denominada usucapio pro herede, vid.
DIÓSDI, György, Ownership..., p. 86 nº 9 (donde expone la doctrina de VON LÜBTOW, Ulrich, Erbrecht,
p. 459), donde se afirma que el efecto adquisitivo de esta usucapión es históricamente posterior al efec-
to de garantía que atribuye, también, al usus auctoritas arcaico. Concretamente, se dice, esta clase de
usucapio habría nacido sólo con las XII Tablas.
31 Sobre esto, vid. LAURIA, Mario, “Usus”, en Studi e ricordi... cit., p. 457.
14 MARCELO NASSER OLEA
32
Sobre esta cita, BONFANTE, Pietro, Corso di Diritto Romano 3 (Diritti Reali), Giuffrè, Milano,
1972, p. 182.
33 Para un concepto de possessio como “control”, vid. HONORÈ, Tony, About law, Clarendon Press,
Oxford, 2004 (Reimp.), pp. 35-36 y 42. Para este autor, sin embargo, hay que hacer una distinción entre
posesión jurídica (legal possession) que es una especie de “control más refinado”, y la posesión física
(physical possession). Un concepto de possessio como una especie de usus diverso del dominium en
D. 50,16,115 Iav., 4 Epist. “Quaestio est, fundus a possessione vel agro vel praedio quid distet. “Fundus”
est omne, quidquid solo tenetur. “Ager” est, si species fundi ad usum hominis comparatur. “Possessio”
ab agro iuris proprietate distat: quidquid enim adprehendimus, cuius proprietas ad nos non pertinet
aut nec potest pertinere, hoc possessionem appellamus: possessio ergo usus, ager proprietas loci est.
“Praedium” utriusque supra scriptae generale nomen est: nam et ager et possessio huius appellationis
species sunt”.
34 El término “custodia” como sinónimo de control posesorio es usado en diversos fragmentos del
libro 41 del Digesto. Así, vid. D. 41,1,3,2, Gai. 2 Rer. Cott.; D. 41,1,31,1 Paul. 31 ad Ed.; D. 41,2,3,3;
D. 41,2,3,13; D. 41,2,3,15; D. 41, 2, 3, 23 todos Paul. 54 ad Ed.; D. 41,2,10,1 Ulp. 69 ad Ed.; D. 41,2,39 Iul.
2 ex minic.; D. 41,2,47 Pap. 26 Quaest.; D. 41,2,51 Iav. 5 ex post. Lab.; y D. 41,5,2 pr. Iul- 44 Dig.
35 WATSON, Alan, The law of property... cit., p. 81.
36CARCATERRA, Antonio, Possessio... cit., p. 120 quien, además, identifica el asunto con un origen
sacral y político (pp. 110 n. 4 y 118.); vid. también, LAURÍA, Mario, “Usus”, en Studi e ricordi cit.,
pp. 456-459. Cfr. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., § 195 n. 1. Para SIXTO, Marié, “Algunas
dudas sobre la usucapión en las XII Tablas”, en REHJ 17 (1995) cit., p. 152, habría mediado algo más
de un siglo entre la ley de las XII Tablas y el nacimiento de la possessio interdictal.
37 Así, vid. NICOSIA, Giovanni, Problemi possessori... cit., pp. 181 s.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 15
En particular, se suele decir que la possessio como concepto más o menos autó-
nomo nace en los últimos años de la República, y su aparición suele ser conectada
a la aparición del interdicto uti possidetis que, como se sabe, servía para proteger al
poseedor de un fundo.
En ese orden de cosas, se han planteado una serie de diferencias entre usus y
possessio, entre las cuales sobresale la distinta intensidad con que se ejercían uno y
otra. Para algunos autores, tanto el usus como la possessio significaban un verdadero
señorío38 o potestad39 del usuario o, en su caso, del poseedor sobre la cosa. Por otra
parte, existen quienes sostienen que el usus carecía de toda protección por lo que no
podría presentarse una situación de verdadero señorío, sino que, a lo sumo, un control
meramente fáctico de la cosa de parte del “usuario”40.
Nos parece que este supuesto “señorío” no se puede entender sin hacer referencia a
la causa de la atribución posesoria. En efecto, ni siquiera en la época clásica todas las
“posesiones” implicaban igual grado de intensidad, por lo que la calidad de “señorío”,
incluso en el caso de la posesión, debe ser puesta en duda. En efecto, no vemos qué
tipo de señorío puede tener un mero poseedor natural que reconoce dominio ajeno y
carece de toda independencia. Lo mismo nos parece, con mayor razón, debe entenderse
para el caso del simple usus.
Por otra parte, Samper sostiene que la possessio sólo se pudo escindir del usus
arcaico al haberse creado las servidumbres urbanas, que son distintas de las cuatro
originarias (rústicas)41. En efecto, las servidumbres rústicas arcaicas eran consideradas
dentro de la categoría de res mancipi y, por ello, podían perfectamente “poseerse”
en un sentido técnico42. Las servidumbres urbanas, como la de vista por ejemplo, no
podían poseerse sino que solamente admitían usus. De tal manera podría comprobar-
se la desvinculación definitiva de los conceptos de possessio y de usus. Lo anterior,
además, trae como consecuencia lógica que las servidumbres urbanas no puedan
38 En efecto, al referirse a las diversas clases de posesión, BONFANTE, Pietro, Corso... 3 cit., pp. 181
s., y p. 265, califica la posesión (incluso la possessio naturalis) como una “signoria”.
39 Para el “usus” como “potestas”, vid. LAURIA, Mario, “Usus”, en Studi e ricordi cit., pp. 460-
462.
40 Para BOZZA, Francesca, “D. 41,1,3,23 e la classificazione dei genera possessionum” en Synteleia
Arangio-Ruiz II, Jovene, Napoli, s/d, p. 618, el usus es el mero ejercicio de hecho de un derecho con el
fin de adquirirlo. Para esta autora el usus sólo tenía efectos adquisitivos pero carecía de defensa. Vid,
también NICOSIA, Giovanni, Il possesso I, Dalla lezioni del corso di Diritto Romano 1995-96, Librería
Editrice Torre, Catania, 1997, p. 40.
41Para la diferencia entre servidumbres urbanas y rústicas, vid. BONFANTE, Pietro, Corso... 3, cit.
pp. 29 s.; SCHULZ, Fritz, Derecho Romano Clásico, p. 376.
42 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 168, sostiene que, en derecho clásico, cuando las
servidumbres ya eran consideradas iura, a pesar de no poder ser poseídas, cabía ejercer sobre ellas un
usus.
16 MARCELO NASSER OLEA
43 SAMPER, Francisco, Apuntes del Curso de Doctorado Universidad de los Andes [inédito], 2005.
44
WATSON, Alan, The law of property... cit., p. 22, fija la aparición de la lex Scribonia alrededor
del 50 a. de C.
45
Vid., por todos, D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., § 143. En contra, LAURIA, Mario,
“Note sul possesso”, en Studi Solazzi cit., p. 782. Sobre el ager publicus, vid. CAPOGROSSI COLOGNESI,
Luigi, Proprietà e signoria... cit., pp. 4-52.
46 FABI, Bruno, Aspetti... cit., p. 21. Para una explicación detallada, vid. BONFANTE, Pietro, Corso... 3
cit., p. 182.
47 LAURÍA, Mario, “Note sul possesso”, en Studi Solazzi cit., p. 791, afirma que el poseedor del ager
publicus no adquiría nunca el dominium ni el mancipium. Con todo, gozaba de protección interdictal.
Vid., también, D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., § 143.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 17
dicto era el del sequester. Se trata, por cierto, del tercero que poseía la cosa interinamente (y en virtud
de un decreto), en el marco de un procedimiento per sacramentum in rem.
54 Vid. la misma fórmula (aunque con algunas variaciones menores) en D. 43,31,1 pr. Ulp. 72 ad Ed.
“Preator ait: Utrubi hic homo, quo de agitur, maiore parte huiusce anni fuit, quo minus is eum ducat,
vim fieri veto”.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 19
y dobles del interdicto propio de los inmuebles55. Asimismo, surge la duda de si este
interdicto tenía o no una cláusula de posesión viciosa, no obstante se trata de un tema
que excede con creces el ámbito restringido de este trabajo56.
En consecuencia, podemos afirmar que la defensa posesoria ampliada a situacio-
nes no previstas originalmente permite que se desarrolle fluidamente un concepto de
possessio que, aunque no totalmente unitario, reconocía cualquier forma de tenencia
lícita de una cosa protegida por interdictos57. Este nuevo concepto más extenso de
possessio reconoció, a su vez, distintos grados de intensidad y efectos muy diver-
sos, fundamentalmente determinados según si el poseedor funda su posición en una
iusta causa o no. Entre tales efectos sobresale, por su importancia, la posibilidad
del poseedor de conducir su posición posesoria hacia el dominio (usucapio). Más
adelante veremos que las causas de usucapión tampoco eran demasiadas, y ello nos
conducirá indefectiblemente al problema de la causa pro emptore y sus circunstancias
particulares.
55 Sobre la extensión del concepto de possessio a los muebles, vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado
Romano cit., § 143. Más en EL MISMO, La posesión del espacio, Civitas, Madrid, 1998, p. 12. Nos parece,
con SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 137, que el hecho de que el interdicto utrubi proteja a
quien no necesariamente detenta actualmente el bien mueble significa una especie de espiritualización
de la posesión.
56
No incluyen esta cláusula GAI. 4,160 ni D. 43,31,1 pr. Ulp. 72 ad Ed. Sólo puede inferirse de GAI.
4,150 y de PS. 5,6,1 aunque no tan claramente.
57 Sobre la inexistencia de la antítesis possessio ad usucapionem/possessio ad interdicta, vid. D’EMI-
LIA,Antonio, “Intorno alla configurazione del possesso romano e bizantino”, en Studi in memoria di
Emilio Albertario II, Giuffrè, Milano 1953, pp. 521 s.
20 MARCELO NASSER OLEA
58 Para VOCI, Pasquale, Modi di acquisto... cit., p. 159, la palabra “adiectio” que se nos transmite en
la definición de MODESTINO no puede ser original y se debe, probablemente, a un error del amanuense.
VOCI sostiene que “adiectio” debe reemplazarse por “adeptio”. La Edición Vulgata inserta “acquisitio
et” entre “est” y “adiectio”.
59 Sobre hechos “causales”, vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., §170; SAMPER,
Francisco, Derecho Romano cit., p. 232; sobre los diversos sentidos de la palabra “causa”, vid. GUZMÁN
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 21
Continuación nota 59
BRITO, Alejandro, “Causa del contrato y causa de la obligación en la dogmática de los juristas medievales
y modernos y en la codificación europea y americana”, en REHJ 23 (2001), passim; la diferencia entre
causa “motivo” y causa, ya no en la posesión sino en la tradición, en relación con D. 41,1,36 itp., Iul.
13 (10?) Dig., en GORDON, W.M., “The importance of the iusta causa traditionis”, en Essays for Barry
Nicholas cit., pp. 127 s.
60 Esto ya lo pone de manifiesto VON IHERING, Rudolf, La teoría de la posesión. El fundamento de la
protección posesoria (Adolfo Posada, Trad.), 2ª edición, Hijos de Reus, Madrid, 1912, p. 93, “Lo que da
a la posesión su importancia práctica no es este efecto subjetivo psicológico según el cual el poseedor se
siente y se sabe poseedor –y de ahí por otra parte, según más adelante demostraremos, el signo distintivo
normal de la posesión–, sino su importancia para la propiedad: la usucapión y la protección posesoria”.
Sobre esto, vid. BONFANTE, Pietro, Corso... 3 cit., pp. 175 s.; especialmente vid., p. 191.
61 La literatura jurídica es abultada. Para un panorama general sobre corpus (corpore possidere) y
animus vid., entre otros, CANNATA, Carlo Augusto, “L’animo possidere nel diritto romano classico”, en
SDHI 26 (1960), pp. 81-95 y 102-104; EL MISMO, “Dalla nozione di animo possidere all’animus possi-
dendi come elemento del possesso”, en SDHI 27 (1961), pp. 47-51; MAC CORMACK, Geoffrey, “The role
of animus in the Classical Law of Possession”, en ZSS 86 (1969), pp. 119-120. Una teoría interesante
en ZAMORANI, Pierpaolo, Possessio e animus, Giuffrè, Milano, 1977, aunque véanse las recensiones de
DIDIER, P., en RHD 58 (1989), pp. 447 ss. y VACCA, Letizia en BIDR 82 (1979), pp. 296-304; una obra
más moderna, que incorpora un status quaestionis sobre todo el tema posesorio, ofrece LAMBRINI, Paola,
L’elemento soggettivo nelle situazione possessorie del diritto romano, Cedam, Padova, 1998, passim.
62 Vid. BONFANTE, Pietro, Corso... 3 cit., pp. 229 s. Por otra parte, RICCOBONO, Salvatore, “La teoría
del possesso in diritto romano”, en AG 50 (1893), pp. 227 ss. afirma que, históricamente, la idea de
causa fijaba la esencia posesoria, y que sólo con el tiempo se exigió el elemento psicológico; D’EMILIA,
Antonio, “Intorno alla configurazione...”, en Studi Albertario II cit., pp. 542-543, considera que la
bipartición causa possessionis y elemento corporal, es propia de la posesión preclásica. Esta visión se
habría mantenido en época clásica por los Sabinianos, mientras que los Proculeyanos –dice–, habrían
incorporado el animus como elemento subjetivo que sustituye a la causa.
63 Entre muchos, vid. BONFANTE, Pietro, “Le singole iusta causa...”, en Scritti...2 cit., pp. 552-682;
VOCI, Pasquale, “Iusta causa traditionis e iusta causa usucapionis”, en Studi Solazzi cit., pp.141-185;
COLLINET, Paul, “Iusta causa et bona fides dans l’usucapion d’après les Institutes de Gaius”, en Mélanges
Fournier cit., pp. 71-85. Sobre el título o causa de la tradición, vid. DE MOLINA, Luis, Los seis libros
de la Justicia y el Derecho, Traducción, estudio preliminar y notas de FRAGA IRIBARNE, Madrid, 1941,
p. 306 (Trat. II, Disp. XIII) [el original es MOLINA, Ludovicus, De iustitia & iure, Hac prostema editione
emendati insuper Summariis et Indicibus aucti, Ioannem Keerbergium, Amberes, 1615]. Para la tradi-
22 MARCELO NASSER OLEA
Continuación nota 63
ción como un negocio de “estructura posesoria”, vid. VOCI, Pasquale, Modi di acquisto della proprietà,
Giuffrè, Milano, 1952, p. 67. Para este autor, la traditio es un negocio bilateral y abstracto.
64 D. 41,2,3,21 Paul 54 ad Ed.
65 GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I cit., p. 482.
66Vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, cit., § 174; TALAMANCA, Mario, Istituzioni di
Diritto Romano, Giuffrè, Milano, 1990, pp. 425 s., entre otros; para LAURÍA, Mario, “Usus”, en Studi e
ricordi, cit., pp. 464 ss., la iusta causa usucapionis es la gran ilusión de la doctrina.
67 Vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I, cit., pp. 483 ss.
68Sobre el uso, acaso semitécnico, que pudieron dar los juristas romanos a la palabra negotium,
vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, “Para la historia de la formación de la teoría general del acto o negocio
jurídicos y del contrato I. El vocabulario de la negocialidad jurídica en el Derecho Romano”, en REHJ 17
(1995), cit., p. 87. En relación con el carácter fáctico o negocial de la iusta causa la literatura es copiosa.
Para VOCI, Pasquale, “Justa causa usucapionis”, en Scritti Carnelutti 4, cit., p. 159, las iustae causae,
o son negocios (negozia), o son decretos (provvedimenti); TALAMANCA, Mario, Istituzioni... cit., p. 426
parece seguirlo, y utiliza tanto la voz negozio como provvedimento; prefiere la palabra “contrato” LONGO,
Carlo, Corso... cit., p. 159; GUARINO, Antonio, Diritto Privato Romano, 11ª Edizione, Jovene Editore,
Napoli, 1997, p. 721, las llama “situaciones objetivas”; para un análisis detallado sobre la naturaleza
diversa de las iustae causae, vid. D’EMILIA, Antonio, “Intorno alla configurazione del possesso...”, en
Studi Albertario II, cit., pp. 520 ss.
69Para CANNATA, Carlo Augusto, “Dalla nozione di animo possidere all’animus possidendi come
elemento del possesso”, en SDHI 27 (1961), p. 49 nº 7, el acto de adquisición de la posesión es, por
definición, sin causa, y jamás puede ser conducido a la moderna categoría de los negocios jurídicos.
70 BONFANTE, Pietro, “La ‘iusta causa’ dell’usucapione e il suo rapporto colla bona fides”, en Scritti... 2
cit., p. 536.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 23
Efectivamente, en este entendido, nos parece que algunas justas causas, como la
donación –válida o nula– no pueden calificar como negotium en el sentido más puro
de la expresión71. La misma falta de bilateralidad estructural puede predicarse de al-
gunos casos de usucapio pro suo72 que, si bien a veces pueden provenir de un negocio
estructuralmente bilateral, en otras ocasiones no, como ocurre con la usucapión del
esclavo abandonado noxalmente73, y la del hijo de la esclava furtiva74.
En consecuencia, existen muchas más causas que las meramente negociales que
hemos enunciado, pues también caben dentro de la categoría de causas de posesión
(y de la usucapión que es, en definitiva, lo relevante), algunos actos unilaterales como
el legado de efectos reales, y otros actos extrínsecos al mismo poseedor, como puede
ser el decreto de un magistrado75. Finalmente, incluso puede funcionar como título
posesorio –cuya relevancia es, empero, casi nula–, la mera creencia de ser poseedor,
aunque en tal caso no estamos verdaderamente frente a una causa usucapiendi76.
Paulo nos advierte que la posesión puede ser de diversa índole: algunas clases de
posesión aparecen como insignificantes, como el caso de las posiciones posesorias
injustas, entre las cuales pueden citarse las que provienen de los delitos de hurto u
otros ilícitos. Otras, como las que se identifican con la posesión civil, son más intensas
71Respecto de la donación, vid. SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., pp. 256 s. En efecto, la
expresión “negocio”, en relación con este tema, no debe tomarse en sentido técnico.
72 En relación con la causa pro suo, vid. LONGO, Carlo, Corso... cit., p. 160; VOCI, Pasquale, “Justa
causa...”, cit., pp. 162 s.; sobre el origen justinianeo de un título pro suo unitario vid. VENDRAND-VOYER,
Jacqueline, “Possessio pro suo”, en Sodalitas-Scritti in onore di Antonio Guarino 3, Jovene Editore,
Napoli, 1984, p. 1405. La causa pro suo no puede enmarcarse en la categoría de “negocio” y esto ya
lo observaba BONFANTE, Pietro, “Le singole iusta causa usucapionis e il titolo putativo”, en Scritti... 2,
cit., p. 635, quien la califica como un rapporto; sobre el título pro suo y los genera possessionum, vid.
WINKEL, Laurens, “Usucapio pro suo and the classification of the causae usucapionis by the Roman
Jurists”, en Essays for Barry Nicholas... cit., pp. 215 ss.
73 BONFANTE, Pietro, “Le singole iusta causa...”, en Scritti... 2 cit., p. 619; SAMPER, Francisco, Dere-
cho Romano cit., pp. 156 ss. Para VOCI, Pasquale, Modi di acquisto... cit., p. 179 la noxae deditio es una
causa usucapiendi autónoma. De la misma manera opina GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado
Romano I cit., p. 492. Ambos autores basan su afirmación en D. 6,2,5 Ulp. 16 ad. Ed.; D. 9,4,28 Afr. 6
Quaest. GUZMÁN BRITO, Ibid., además, cita D. 41,2,3,21 Paul. 54 ad. Ed.
74 D. 41,10,4 pr. Pomp. 32 ad Sab; contra D. 41,10,2, Paul. 54 ad. Ed.; cfr. D. 41,3,33 pr. Iul. 44 Dig.
(caso que para Juliano es ratione iuris y no pro suo), y D. 6,2,11,4 Ulp. 16 ad. Ed., (también referido a
Juliano); BONFANTE, Pietro, “Le singole iusta causa...”, en Scritti... 2 cit., pp. 636 s.
75 Es el caso de la missio in possessionem ex secundo decreto de D. 39,2,15,16 Ulp. 53 ad Ed., y en
general de la concesión de la bonorum possessio. Los bonorum possessores son poseedores ex decre-
to. Vid. la opinión de QUINTO MUCIO en relación con quienes poseen por autoridad del magistrado en
D. 41,2,3,23 Paul. 54 ad Ed. Sobre el poseedor ex decreto, vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Ro-
mano cit., § 174 nº 8.
76 Como ocurre en el derecho justinianeo con los casos de error excusable. Así D. 41,10,5,1 Nerva 5
Membr.; cfr. D. 41,4,2,15 Paul. 54 ad Ed.; sobre título putativo y probabilis error, vid. BONFANTE Pietro,
“Le singole iusta causa usucapionis e il titolo putativo”, en Scritti... 2 cit., pp. 638 nº 1 y ss.
24 MARCELO NASSER OLEA
una crítica textual, vid. ALBERTARIO, Emilio, “Possessio pro suo et possessio pro alieno”, en SDHI 1
(1935), p. 297.
80 Sobre la posesión como preferencia personal de hecho, vid. D’ORS, Álvaro, La posesión del
del resto de la comunidad. Así vid. D. 41,2,36 fin. Iul. 13 Dig. “...cum plus iuris in possessione habeat qui
precario rogaverit quam qui omnino non possidet”. Cfr. LAMBRINI, Paola, L’elemento soggettivo...cit.,
pp. 21 ss., para quien la posesión debe entenderse como ‘godimento’ de la cosa misma. Cfr. la recensión
a esta obra publicada por CANNATA, Carlo Augusto, en IURA 50 (1999), pp. 266 s.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 25
82 Para esta clase de posesión como aquélla protegida por acciones y excepciones, vid. D. 41,1,52
Mod. 7 Reg. Vid., sobre el in bonis habere, BONFANTE, Pietro, “Sulla denominazione in bonis habere”,
en Scritti... cit. pp. 386 ss., en general, sostiene que es una expresión atécnica que identifica a todo el
que va a usucapir, y que goza de una completa protección, incluso contra el dueño. BONFANTE incluye
también, bajo esta denominación, al propio dueño iure Quiritium. Vid., asimismo, SOLAZZI, Siro, “In
tema di duplex dominium”, en SDHI 16 (1950) cit., p. 288. Cfr. ALBERTARIO, Emilio, “La definizione
dell’obbligazione romana”, en Studi di Diritto Romano III, p. 6, quien sostiene que el in bonis habere no
es dominium. Vid., asimismo, DI MARZO, Salvatore, “Il duplex dominium di Gaio” en BIDR 43 (1935)
p. 293. Cfr. SEGRÈ, Gino, “Obligatio, obligare, obligari nell testi della giurisprudenza classica e del tempo
di Diocleziano” en Studi in onore di Pietro Bonfante, Fratelli Treves, Milano, 1930, p. 575. BETTI, Emilio,
“Sul cosidetto dominio bonitario e in particolare sulla denominazione in bonis habere” en Scritti Varii
II, Torino, 1918, (reimp. Giuffrè, Milano, 1926). DIÓSDI, György, “In bonis esse”, en Studi in onore di
Edoardo Volterra II, Giuffrè, Milano, 1971, pp. 125-145. Vid., también, KASER, Max, “In bonis esse”, en
ZSS 78 (1961), pp. 173-220. Después de 1984, KASER habría modificado su posición original indicando
que posee in bonis quien tiene un título pretorio absoluto sobre una cosa (vid. ANKUM, Hans & POOL,
Eric, “Traces of the development of Roman double ownership”, en Essays for Barry Nicholas cit., pp. 5
ss.). Últimamente, vid. CASTRO SÁENZ, Alfonso, “Notas sobre un paralelismo en la creación pretoria del
Derecho: bonorum possessio e in bonis habere”, en RIDA 3, sèrie 42 (2000), pp. 193-220.
83 Sobre el uso de la terminología “poseedor ad usucapionem”, vid. NICOSIA, Giovanni, Problemi
possessori... cit., p. 190 nº 12, con citas a GAI. 2,44 y 2,51; D. 41,2,1,15 Paul. 54 ad Ed. y D. 41,3,16
Iav. 4 Ex Plaut. Para BONFANTE, Pietro, Corso... 3 cit., p. 266, la terminología possessor ad usucapionem
es justinianea.
84 Vid. supra n. 51.
85 Vid. supra pp. 26 ss.
86Sobre la iusta causa usucapionis vid. BONFANTE, Pietro, “La iusta causa dell’usucapione e il suo
rapporto colla bona fides”, en Scritti Giuridiche Vari II, UTET, Torino, 1926, pp. 532-536. VOCI, Pasquale,
“Justa causa usucapionis”, en Scritti giuridici in onore di Francesco Carnelutti 4 (Diritto pubblico e
26 MARCELO NASSER OLEA
Tales justas causas serían, entre otras, las que de manera ejemplar expone en:
D. 41,2,3,21 Paul. 54 ad Ed. “Genera possessionum tot sunt, quot et causae adqui-
rendi eius quod nostrum non sit, velut pro emptore, pro donato, pro legato, pro dote,
pro herede, pro noxae dedito, pro suo, sicut in his, quae terra marique vel ex hostibus
capimus vel quae ipsi, ut in rerum natura essent, fecimus. Et in summa magis unum
genus est possidendi, species infinitae”.
Lo mismo opinaba Ulpiano en sus Comentarios al Edicto del Pretor, en donde
reconoce que es posible poseer una cosa por distintas justas causas:
D. 41,2,3,4 Ulp. 54 ad Ed. “Ex plurimis causis possidere eandem rem possumus, ut
quidam putant; et eum, qui usuceperit, et pro emptore, et pro suo possidere; sic enim
et si ei, qui pro emptore possidebat, heres sim, eandem rem et pro emptore, et pro
herede possideo; nec enim, sicut dominium non potest nisi ex una causa contingere,
ita et possidere ex una duntaxat causa possumus”.
Con la misma razón, en un texto relacionado con la propiedad del hijo de la esclava
hurtada, Salvio Juliano explica que podía usucapirse el hijo no sólo por quien había
comprado la esclava de buena fe (esto es, sin mancipatio), sino que por “todos quienes
poseen por una causa por la que suele tener lugar la usucapión...”87.
D. 41,3,33 pr. Iul. 44 Dig. “Non solum bonae fidei emptores, sed et omnes, qui pos-
sident ex ea causa, quam usucapio sequi solet, partum ancillae furtivae usu suum
faciunt, idque ratione iuris introductum arbitror: nam ex qua causa quis ancillam
usucaperet...”.
Ello significa, en general, que los juristas clásicos reconocían un catálogo más o
menos generalizado de justas causas posesorias. Dicho de otro modo, para los juristas
la mera posesión física no habilitaba para usucapir, pues el requisito de la iusta causa
usucapionis está presente en todos los textos relevantes. Paulo, incluso, intenta un
elenco. Asimismo, a lo largo de este trabajo veremos que Salvio Juliano tuvo una
gran importancia en el tratamiento de la causa emendi, llegando incluso a ampliarla
a actos y negocios que no necesariamente se vinculaban con una compraventa con-
tractual. Ello significa que la noción de justa causa respondía a un criterio técnico, de
Continuación nota 86
storia del diritto), Cedam, Padova, 1950, p. 157, define la iusta causa usucapionis como “la circostanza
dalla qualle, sotto il presupposto che l’acquisto del possesso non si risolva in un danno per il precedente
possessore e non importi il raggiungimento di uno scopo non ammesso dal diritto, l’usucapione è resa
possibile”; LONGO, Carlo, Corso di Diritto Romano, Le cose-la proprietà e i suoi modi di acquisto,
Giuffrè, Ristampa, Milano, 1946, p. 157 nº 3 afirma “iusta causa (si badi) non significa causa giusta in
astratto, ma causa conforme al ius (diritto positivo); noi diremmo titolo legittimo. Causa significa ragione
giustificativa”. Para SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 388, la justa causa es un negocio, hecho
o circunstancia antecedente apto para dar al accipiens la apariencia de haber asumido una justa posición
de dueño. Un listado de las justas causas de la usucapio en VOCI, Pasquale, ibid. pp. 178 s.
87 Juliano dice “usu suum faciunt”, esto es, “hacen suyo con el uso”, acaso asimilando usus a pos-
sessio.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 27
Quint. Muc.; D. 49,15 27 Iav. 9 ex post. Lab. y GAI. 2,45-49. Sobre este requisito en la usucapión, vid.
28 MARCELO NASSER OLEA
efecto, aun mediando una aparente iusta causa, no podían adquirirse por este medio
las cosas furtivas94, las arrebatadas por la violencia95, las que estuvieran destinadas
al culto, etc.96.
Continuación nota 93
MIQUEL, Juan, “Iusta causa traditionis y iusta causa usucapiendi en las Instituciones de Gayo”, en Es-
tudios jurídicos en homenaje al profesor Ursicinio Álvarez Suárez, U. Complutense de Madrid, Madrid,
1978, p. 264; VOCI, Pasquale, Modi di acquisto... cit., pp. 161 ss.
94 Las prohibiciones para usucapir manifestadas en GAI. 2,45 y 49, que recogen la prescripción de-
cenviral, se refieren no sólo al ladrón sino a todo aquel que adquiera la cosa ajena hurtada o arrebatada.
GAI. 2,49 nos dice que el ladrón posee con mala fe, aunque nos parece que simplemente se trata de una
prohibición legal. Parece ser que la antigua prohibición de la ley de las XII Tablas sólo alcanzaba al
ladrón, pero fue recién una lex Atinia (200 a. de C. app.) de la que sabemos algo, por ejemplo, por GELL.,
Noct. Att., 17,7,1, y por D. 41,3,4,6 Paul. 54 ad Ed. y D.41,3,33 pr. Iul 44 Dig., la que habría extendido
la prohibición de adquirir las res furtivae en relación con cualquiera, y no exclusivamente con el fur.
Sobre esta última lex, vid. WATSON, Alan, The law of property... cit., pp. 24 ss.; especialmente, pp. 28 s.;
vid., también, CHORUS, Jeroen, “Illegal alienations in Roman law”, en Essays for Barry Nicholas cit.,
pp. 91 s. Más sobre las prohibiciones para usucapir (especialmente en lo relacionado con el derecho
arcaico) supra n. 18 y 19.
95 Fue una lex Plautia de vi la que declaró inusucapibles las cosas arrebatadas por la violencia. Sobre
la fecha de esta lex (entre el 78 y 63 a. de C.), vid. WATSON, Alan, The law of property... cit., p. 30.
96 Como en el caso del sepulcrum. Vid. CIC., Leg. 2,24,61 “Quod autem ‘forum’, id est vestibulum
sepulcri, bustumve usu capi vetat, tuetur ius sepulcrorum. Haec habemus in XII, sane secundum naturam,
quae norma legis est”. Tampoco pueden usucapirse los predios provinciales según indica GAI. 2,46.
97 RICCOBONO, Salvatore, “La teoria romana dei rapporti di possesso” en BIDR 23 (1911), pp. 9 ss.
98 Para una contraposición entre posesión civil y posesión natural o tenencia corporal, vid. D. 41,2,24
Iav. 14 Epist. “Quod servus tuus ignorante te vi possidet, id tu non possides, quoniam is, qui in tua
potestate est, ignoranti tibi non corporalem possessionem, sed iustam potest adquirere: sicut id, quod
ex peculio ad eum pervenerit, possidet. Nam tum per servum dominus quoque possidere dicitur, summa
scilicet cum ratione, quia, quod ex iusta causa corporaliter a servo tenetur, id in peculio servi est et
peculium, quod servus civiliter quidem possidere non posset, sed naturaliter tenet, dominus creditur
possidere. Quod vero ex maleficiis adprehenditur, id ad domini possessionem ideo non pertinet, quia
nec peculii causam adprehendit”.
99 Posesión natural, según RICCOBONO, Salvatore, ibid., pp. 9 ss., es aquélla meramente fáctica, sin
valor jurídico, que debe identificarse con el elemento material de la posesión. Vid. D. 41,2,12 pr., Ulp. 70
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 29
Continuación nota 99
ad Ed. donde se afirma que el usufructuario posee “naturaliter”. Del mismo modo, la expresión posesión
natural se repite en el Digesto en D. 41,2,1 pr. y D. 41,2,3,3 (ambos Paul. 54 ad Ed), como tenencia física.
Como antónimo de “adquisición según el Derecho Civil”, en D. 41,1,53 Mod. 14 ad Quint. Muc.
100 Para una explicación de la prohibición de cambiar por sí y ante sí la causa posesoria,
vid. MAC CORMACK, Geoffrey, “Nemo sibi ipse causam posseessionis mutare potest”, en BIDR 75 (1972),
pp. 85 ss.
101 GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I cit., p. 482.
102Los textos que nos dan noticias de esta acción son GAI. 4,36 y D. 6,2,1 Ulp. 16 ad Ed., D. 6,2,7,6
Ulp. 16 ad Ed.; D. 44,7,35 pr. Paul. 1 ad Ed.; vid. LENEL, Otto, Das Edictum Perpetuum, Scientia Ver-
lag Aalen, Darmstadt, 1985 p. 170 (en adelante se citará como Ed. Perp.); además, vid. WUBBE, F.B.J.,
“Quelques remarques sur la fonction et l’origine de l’action publicienne”, en RIDA 8 (1961), pp. 426
nº 27 y 427 ss.; sobre la adquisición de las cosas por la compra hecha a un no dueño, vid. FEENSTRA,
Robert, “Duplex dominium”, en Symbolae iuridicae et historicae Martino David dedicatae I, E. J. Brill,
Leiden, 1968, pp. 65-67. Para un análisis completo, vid. CARUSI, Evaristo, L’azione publiciana in Diritto
Romano, L’Erma di Bretschneider, Roma, 1967, pp. 1-69.
103 En consecuencia, se aplican las mismas reglas. Vid. D. 6,2,7,8 Ulp. 16 ad Ed. “In publiciana
104
En los párrafos que siguen a D. 6,2,3,1 Ulp. 16 ad Ed., se señalan una serie de causas diversas
que califican a un poseedor que perdió la posesión de una cosa, para reclamarla erga omnes.
105 Para JÖRS, Paul (por KUNKEL), Derecho Privado Romano, Editorial Labor (Trad. de la 2ª edición
alemana por PRIETO CASTRO), Madrid, 1937, la fecha de la actio publiciana es desconocida; para SCHULZ,
Fritz, Derecho Romano Clásico (Santa Cruz Teigeiro, trad.), Bosch, Barcelona, 1960, p. 360, la fecha
es incierta, pero probablemente en el siglo I a. de C.; un análisis en CARRELLI, Odoardo, La genesi del
procedimento formulare, Giuffrè, Milano, 1946, pp. 198 s.; PUGLIESE, Giovanni, Istituzioni di Diritto
Romano, Giappichelli Editore, 3ª edición, Torino, 1991, p. 472, sostiene que la fecha de esta acción es
el año 67 a. de C., lo mismo que D’ORS, Álvaro Derecho Privado Romano, cit., § 176 y GUZMÁN BRI-
TO, Alejandro, Derecho Privado Romano I cit., p. 507, los tres últimos basados en Insts. 4,6,4. “...quae
actio Publiciana appellatur, quoniam primum a Publicio praetore in edicto proposita est”. Recogiendo
la teoría de KASER, quien sostuvo que al seguir la acción publiciana el modelo de una fórmula petitoria
(introducida hacia el 150 a.C.), no pudo ser coetánea sino que un poco posterior a ésta, vid. DIÓSDI,
György, Ownership... cit., p. 156. Con todo DIÓSDI sostiene que la fecha exacta no se puede saber con
total exactitud (p. 155). En contra de esta suposición se sitúa WATSON, Alan, “Some remarks on the da-
ting of the actio publiciana”, en Estudios de Derecho Romano. Homenaje al profesor Sánchez del Río y
Peguero, Fac. de Derecho U. de Zaragoza, Zaragoza, 1967, p. 93 lo mismo que en WATSON, Alan, The
law of property in the later Roman Republic, Clarendon Press, Oxford, 1968, pp. 104-107. Más sobre
la incertidumbre sobre la fecha de la acción publiciana en CARUSI, Evaristo, L’azione publiciana... cit.,
pp. 83 s. Este autor nos revela la existencia de tres pretores PUBLICIOS, dos de ellos anteriores a la lex
Aebutia. El tercero de ellos, QUINTO PUBLICIO, lo extrae de CIC., Pro Cluent., 45. CARUSI advierte que se
trataba de un pretor peregrino y que, en consecuencia, mal podría haber introducido la acción publiciana
porque los peregrinos no podían usucapir. Para este autor (Ibid., p. 76), como conclusión, la fecha de
aparición de la acción publiciana admite solamente soluciones aproximadas.
106 Vid. BONFANTE, Pietro, “La ‘iusta causa’ dell’usucapione e il suo rapporto colla ‘bona fides’“,
en Scritti... 2 cit., pp. 414 s.; BONFANTE, Pietro, “Le singole iusta causa...”, en Scritti... 2 cit., p. 618;
tratándose de la legitimación para la acción publiciana, tal parece que la causa pro emptore fue la
primera que históricamente fundó la titularidad, habiendo los juristas asimilado las demás causas a la
compraventa en un estadio posterior; así PEROZZI, Silvio, “L’Editto Publiciano”, en Scritti Giuridici II
(A cura di Ugo Brasiello), Giuffrè, Milano, 1948, p. 418. Parece ser que las demás causas posesorias
se plegaron con posterioridad al régimen de protección del Edicto Publiciano. La adquisición a non
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 31
No obstante, tal parece que no será sino hasta la determinación del elenco completo
de justas causas, que quizás puede fijarse en la codificación del Edicto Perpetuo, que
los que habían recibido por una causa distinta de la compraventa podrán gozar de una
verdadera tutela frente a terceros distintos del dueño. La mancipatio continuaba en
uso durante esta época107, pero resulta evidente que los usos comerciales permitían
que personas pudieran entregar res mancipi por medio de una simple traditio. Ello
explica la aparición del poseedor in bonis como sujeto protegido, y la individualización
definitiva del dominium duplex108.
Ulpiano, al citar la rúbrica edictal de la acción publiciana, hace justamente referen-
cia al caso particular de la compra de buena fe. Sin embargo, el mismo autor aporta
casos de procedencia general de la acción publiciana, sin referencia exclusiva a la
causa emendi bonae fidei109.
D. 6,2,7,11 Ulp. 16 ad Ed. “Praetor ait: ‘qui bona fide emit.” Non igitur omnis emptio
proderit, sed ea, quae bonam fidem habet: proinde hoc sufficit me bonae fidei emptorem
sostiene que las actuaciones “públicas” como la mancipatio y la in iure cessio, aún se usaban en la época
clásica. Sin embargo, en el siglo II, dice, ya habían caído prácticamente en desuso. Para la desaparición
de la mancipatio vid. WACKE, Andreas, “La recepción del Derecho Romano en Europa central. Una
visión introductoria”, en REHJ 17 (1995), p. 323. Sobre la tardía desaparición y los atavismos respecto
de la mancipatio, presentes todavía en los textos visigodos, vid. SCHULZ, Fritz, History of Roman Legal
Science, Clarendon Press, Oxford, 1967 (cum addenda), p. 294 nº 2.
108 Sobre las razones de la introducción de la acción publiciana, la literatura es inagotable. Un
completo análisis de las discusiones de los juristas medievales en FEENSTRA, Robert, “Action publiciene
et preuve de la propriété, principalement d’après quelques romanistes du Moyen Age”, en Mélanges
Philippe Meylan I, Imp. Centrale, Lausanne, 1963, pp. 9 ss.; para la teoría que basa la aparición de
la publiciana en facilitar la prueba al actor, vid. RÉVIGNY, JACQUES, Lectura insignis et fecunda super
Prima (et secunda) parte Codicis domini Iustiniani: cum additionibus, in Edibus Petri Gromosi, Paris,
1519 (citado por FEENSTRA, Robert, ibid., p. 15 nº 86), afirmaba “difficile est probare se dominium et
hoc necesse habet probare agens rei vendicatione. Ideo voluit introducere praetor actionem in qua non
exigitur probatio dominii”.
109 D. 6,2,1 Ulp. 16 ad Ed.; D. 6,2,3 Ulp. 16 ad Ed., y siguientes. La idea de un Edicto Publiciano
prejulianeo y otro diverso a partir de Juliano aparece, entre otros, en PACCHIONI, G. en BIDR 9 (1896),
pp. 129-132. Sobre el Edicto Publiciano, vid. MIQUEL, Juan, “Iusta causa...”, en Estudios Álvarez Suárez
cit., pp. 267 y 278 nº 14; SANSÓN RODRÍGUEZ, María Victoria, La transmisión... cit., p. 150 nº 86. Sobre
la acción publiciana, vid. BONFANTE, Pietro, ibid., pp. 390 y 422 ss. Para una reconstrucción del Edicto
Publiciano, vid. BONFANTE, Pietro, Recensión a CARUSSI, Evaristo, L’azione publiciana in diritto romano,
en BIDR 3 (1890), cit., p. 316.
32 MARCELO NASSER OLEA
fuisse, quamvis non a domino emerim, licet ille callido consilio vendiderit: neque enim
dolus venditoris mihi nocebit”.
Además opina lo mismo Nerva, quien funda su aparición en razones de equidad:
D. 6,2,17 Ner. 3 Membr. “Publiciana actio non ideo comparata est, ut res domino
auferatur: eiusque rei argumentum est primo aequitas, deinde exceptio ‘si ea res
possessoris non sit’: sed ut is, qui bona fide emit possessionemque eius ex ea causa
nactus est, potius rem habeas”110.
Antes de la aparición de esta acción, el bonae fidei emptor, esto es el comprador sin
mancipatio, no podía ostentar una preferencia posesoria demasiado intensa, y acaso
contaba con la excepción general de dolo sólo contra el vendedor. Tampoco podía
hacer valer judicialmente su preferencia ante terceros, salvo por la vía extrajurisdic-
cional que dispensan los interdictos, siempre y cuando se cumplieran las condiciones
que ellos mismos establecían.
la existencia de una acción como la publiciana. En el medioevo, se hizo forzoso recurrir a particiones del
dominio (dominium utile, quasi dominium, dominium directum, etc.), para explicar esta acción. En efecto,
dentro de un esquema de propiedad absoluta, la publiciana (al menos contra el dueño) no tiene cabida.
Sobre esto vid. FEENSTRA, Robert, “Action publicienne...”, en Mélanges Meylan I cit., pp. 15-18.
34 MARCELO NASSER OLEA
114GAI. 1,55 habla de “potestas”, en parte, asimilándola al dominium. El uso de la palabra potestas,
como control económico puede verse reflejado en GAI. 2,62 (como potestas alienandi), entre otros
textos.
115 Vid. supra n. 82.
116
Véanse también D. 6,2,7,17 Ulp. 16 ad Ed., que habla de “recibir” la cosa de buena fe, lo que
parece un poco dudoso. Comprar sin mancipatio no obstaría, según PAULO, a la excepción de justo
dominio del verdadero dueño (D. 6,2,16 Pap. 10 Quast.). Todo esto es más razonable en los tiempos
en que los actos formales de transferencia de la propiedad han desaparecido o quedado prácticamente
en desuso.
117 Sobre el in bonis habere como dominio, sin más, vid. BONFANTE, Pietro, “Sulla denominazione
in bonis habere”, en BIDR 8 cit., p. 301; cfr. ALBERTARIO, Emilio, “La definizione dell’obbligazione
romana”, en Studi di Diritto Romano III cit., p. 6, y SOLAZZI, Siro, “In tema di duplex dominium” cit., en
SDHI 16 (1950), cit., p. 288; vid, asimismo, las conclusiones de ANKUM, Hans, & POOL, Eric, “Traces of
the development of Roman double ownership”, en Essays for Barry Nicholas... cit., pp. 40 ss.
118 D. 6,2,3,1 a D. 6,2,7,1.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 35
Aun más, resulta medianamente claro que incluso antes de la codificación del
Edicto Perpetuo podrían incluirse como legitimados para el ejercicio de la publiciana
a los que recibían pro emptore de un vendedor que no era dueño119. Este comprador,
si bien no es un poseedor in bonis, claramente dispone de una iusta causa120 y puede
usucapir en virtud de ella, aun cuando no prevalezca frente al verdadero dueño en la
acción reivindicatoria.
119 SANSÓN RODRÍGUEZ, María Victoria, La transmisión... cit., pp. 132 ss.
120 Es precisamente lo que dice GAI. 2,43 cuando afirma: “si modo eas bona fide accepierimus...”.
36 MARCELO NASSER OLEA
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 37
CAPÍTULO II
LA CAUSA PRO EMPTORE DE LA USUCAPIÓN
1. CUESTIONES PRELIMINARES
En el capítulo anterior, pudimos ver que los romanos reconocían algunas causas
posesorias más importantes e intensas que otras. La importancia disímil de las di-
versas causas posesorias se traducía en la existencia de diversas clases de posicio-
nes posesorias, unas más preferentes, y otras más débiles. En ese marco, pudimos
también observar que a los poseedores con iusta causa se les ponía en el camino de
la usucapión, y por ello se les llamó, acaso impropiamente, poseedores ad usucapio-
nem. Además, desde el punto de vista procesal, esta clase de poseedores gozaban de
legitimación activa en la acción publiciana y contaban con excepciones especiales,
incluso frente al dueño.
Dentro de esta clase de poseedores con iusta causa se encontraba el llamado po-
seedor pro emptore, esto es, el que posee “con (o por) causa de compra”. En general
debe entenderse por poseedor pro emptore todo poseedor civil cuya posición posesoria
se debe a una entrega (traditio) por causa de compraventa.
Para analizar la causa emendi en general, es necesario recordar algunos conceptos
acerca de la compraventa romana. Se trata de repasar brevemente el origen de esta
institución, su configuración en cuanto negocio, su estructura y, finalmente, sus efectos
posesorios cuando ha operado una traditio.
Como se sabe, la compraventa romana de la época clásica se configuró como uno
de los contratos consensuales. Gayo nos ilustra acerca de la naturaleza de esta forma
de contraer obligaciones, diciéndonos que no se contraen ni por la escritura ni por las
palabras solemnes, sino por el solo hecho de producirse el consentimiento respecto
del negocio.
GAI. 3,136 “Ideo autem istis modis consensu dicimus obligationes contrahi, quia neque
uerborum neque scripturae ulla proprietas desideratur, sed sufficit eos, qui negotium
gerunt, consensisse. Unde inter absentes quoque talia negotia contrahuntur, ueluti per
epistulam aut per internuntium, cum alioquin uerborum obligatio inter absentes fieri
non possit”.
38 MARCELO NASSER OLEA
Este tipo de configuración negocial reconoce efectos obligacionales para las partes
desde el momento en que han prestado su consentimiento y no se limita a la compra-
venta, sino que existen otros contratos que participan de la calidad de “consensuales”,
como al arrendamiento, la sociedad y el mandato.
A continuación, proponemos un breve recorrido por las primeras formas de com-
praventa y por el origen de la compraventa consensual. Asimismo, analizaremos su es-
tructura, elementos, formas y extensión, y cómo todo ello puede explicar algunos de los
efectos posesorios de la ejecución de las obligaciones consensualmente contraídas.
121 GAI. 2,22 ss. Sobre la transferencia de las res mancipi vid., por todos, BREZZO, C., La mancipatio,
la época de las XII Tablas. Esta afirmación se obtiene de Insts. 2,1,41 como afirma ARCHI, Gian Gualberto,
Il trasferimento della proprietà nella compravendita romana, A. Milani Ed., Padova, 1934, p. 95.
124
GUARINO, Antonio, Diritto Privato Romano cit., pp. 677 s. Para KASER, Max, Compraventa y
transmisión de la propiedad en el Derecho Romano y en la dogmática moderna, Publ. de la Facultad
de Derecho de la U. de Valladolid, Valladolid, 1962, p. 10, había “tres instituciones que sirven para la
transmisión de la propiedad: dos formales, mancipatio e in iure cessio, y una amorfa, traditio”.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 39
A. LA MANCIPATIO
La mancipatio (de manu capere)126, ha sido calificada por algún autor como una
de las instituciones más discutidas del Derecho Romano127. Esta institución nace ori-
ginalmente como un negocio solemne de compraventa, mediante el cual los romanos
compraban las cosas importantes para el patrimonio (mancipium)128. Dentro de estas
cosas importantes deben contarse, además de las servidumbres rústicas, los fundos
itálicos, los esclavos y los animales que suelen domarse (res mancipi)129.
La formalidad del acto se manifestaba en la presencia de un dans y de un accipiens,
además de cinco testigos romanos y púberes y un libripens, este último encargado de
pesar las barras de bronce (aes rude) que funcionaban a modo de precio real. Dichas
barras de bronce se cambiaban actualmente por la res mancipi, adquiriendo el acci-
piens el dominio civil de la cosa. Asimismo, el dans recibía el bronce como pago. Si
la cosa mancipada era mueble, debía estar presente en la celebración del acto. Si era
inmueble, entonces era necesario llevar un símbolo130.
125 Sobre este texto, vid. ROMANO, Silvio, Nuovi studi sul trasferimento della proprietà e il pagamento
sobre manu capere, vid. BREZZO, C., La Mancipatio cit., p. 8 n. 23 y, especialmente, 31 n. 1. Sostiene
BREZZO que de mancipium facere se origina la palabra mancipare. El significado es siempre uno: dar
vida al mancipium, o cumplir el acto de la mancipatio. (Trad. libre).
127 DIÓSDY, György, Ownership... cit., p. 62.
128 BREZZO, C., La mancipatio cit., pp. 10 ss., expone el asunto de las res mancipi y sus orígenes.
Para el “mancipium”, ibid., pp. 20 ss.
129 La cosa objeto de mancipatio ha de ser, en principio, una res mancipi, aunque el asunto no es
pacífico. Sobre esto vid. FREZZA, Paolo, Le garanzie delle obligazioni II, Cedam, Padova, 1963, pp. 15
ss. Cfr. ARANGIO-RUIZ, Vincenzo, La compravendita in Diritto Romano I, Jovene, Napoli, 1952, p. 39.
DIÓSDY, György, Ownership... cit., p. 138, sostiene que la in iure cessio también servía para la transfe-
rencia de res nec mancipi. Sobre esto último U.E. 19,9. Para las servidumbres, vid. supra n. 44.
130 Vid. GAI. 1,121. Sobre esto, vid. LONGO, Carlo, Corso... cit., pp. 184 s. Aun así, el asunto no es
relevante sino en lo meramente simbólico, pues el efecto real de adquisición se producía, no en razón
de estar la cosa presente, sino en virtud de la naturaleza abstracta del acto.
40 MARCELO NASSER OLEA
GAI. 1,119 “Est autem mancipatio, ut supra quoque diximus, tantum imaginaria quae-
dam venditio; quod et ipsum ius proprium ciuium Romanorum est; eaque res ita agitur:
Adhibitis non minus quam quinque testibus ciuibus Romanis puberibus et praeterea
alio eiusdem condicionis, qui libram aeneam teneat, qui appellatur libripens, is qui uel
hominem mancipio accipit, <istum manu>131 tenens ita dicit: HVNC EGO HOMINEM EX
IURE QVIRITIUM SECUNDVM SVAM CAUSAM MEVM ESSE AIO, ITAQVE MIHI EMPTVS ESTO HOC
AERE AENEAQVE LIBRA; deinde aere percutit libram idque aes dat ei, a quo mancipio
accipit, quasi pretii loco”132.
Como se ve, la mancipatio tenía efectos reales, esto es, producía la transferencia
de lo que se afirmaba que era propio (meum esse aio...). El hecho de pesarse el bronce
y transferirse el dominio de manera inmediata con la declaración de propiedad del
bien por parte del accipiens, implica que este acto gozaba de efectos adquisitivos ipso
facto, como si se hubiese tratado de un trueque133.
La estructura solemne de la mancipatio es muy discutida en la doctrina y esto se
debe, fundamentalmente, a una aparente contradicción de las fuentes134. Por una parte,
como veíamos, Gayo 1,119 nos dice que el accipiens teniendo la cosa en la mano (istum
manu tenens) pronunciaba las mismas palabras de la vindicatio (hunc ego hominem
ex iure quiritium meum esse...). Boecio (ad Cic. Top. 5,28) más tarde comentaría el
mismo fragmento gayano, sosteniendo que el accipiens pronunciaba la misma frase de
la vindicatio pero no “teniendo la cosa”, sino que “teniendo el bronce” (aes tenens)135.
ss. El asunto, en síntesis y con crítica, en PUGLIESE, Giovanni, “Compravendita e trasferimento della
proprietà in Diritto Romano”, en Vendita e trasferimento della proprietà nella prospettiva storico-
comparatistica (Atti Pisa-Viareggio-Lucca) t. I, Giuffrè, Milano, 1991, p. 27 n. 5 y 6 y p. 28. Para una
traducción que parece tomar como base ‘res tenens’ vid. SAMPER, Francisco, Instituciones jurídicas de
Gayo. Texto y traducción, Ed. Jurídica de Chile, Santiago, 2000, p. 51. Cfr. BREZZO, C., La mancipatio
cit., p. 32.
135Vid. BOETH., In topica. Ciceronis Commentaría (en adelante ad. Top. Cic.). 5,28 “Nexus uero
est quadam iuris solemnitas, quae fiebat eo modo quo in Institutionibus Caius exponit. Eiusdem
autem Caii libro primo institutionem de nexu faciendo, haec verba sunt: Est autem mancipatio, ut
supra quoque indicauimus, imaginaria quaedam uenditio, quod ipsum ius proprium Romanorum
est ciuium, eaque res ita agitur, adhibitis non minus quam quinque testibus Romanis ciuibus pube-
ribus, et praeterea alio eiusdem conditionis qui libram aeneam teneat, qui appellatur libripens. Is
qui mancipium accipit, aes tenens, ita dicit: Hunc ergo hominem ex iure Quiritium meum esse aio,
isque mihi emptus est hoc aere aeneaque libra. Deinde aere percutit libram, indeque aes dat ei a
quo mancipium accipit, quasi pretii loco”. Nótese, sin embargo, que BOECIO al describir la in iure
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 41
sesorio podría nacer una obligación posterior de traspasar la posesión (satisdatio secundum mancipium)
que acaso daría lugar a la consensualidad de la compraventa. Contra, vid. ARANGIO-RUIZ, Vincenzo, La
compravendita... I cit., pp. 53 s.
137
El asunto, por ahora, excede nuestro estudio. Volveremos sobre esto infra capítulo IV al tratar de
la mancipatio fiduciae causae y la lex commissoria en las garantías reales, concretamente en la fiducia
cum creditore. Por ahora, vid. BREZZO, C., La mancipatio cit., pp. 33 ss.
138 Esto por aportación de U.E. 19,4 “Mancipatio locum habet inter cives Romanos et Latinos
Coloniarios Latinosque Iunianos eosque peregrinos, quibus commercium datum est”. BREZZO, C., La
mancipatio cit., pp. 19 s., especialmente, p. 20 n. 58 y p. 32. En cualquier caso GAI. 1,119 habla sola-
mente de los ciudadanos romanos.
139 GAYO repite el apelativo imaginaria venditio que había utilizado a propósito de la mancipatio
para constituir la manus o coemptio (vid. GAI. 1,113). Sobre el nombre “imaginaria venditio” y sobre
GAI. 1,113 vid. ARANGIO-RUIZ, Vincenzo, La compravendita... I cit., pp. 18 ss.; especialmente vid. p. 20
n. 1. Para ARCHI, Gian Gualberto, Il trasferimento della proprietà... cit., p. 76 n. 1, originariamente la
mancipatio no era una venta ficticia, sino la venta misma.
140 Vid. infra n. 142.
141 Esta relación en PUGLIESE, Giovanni, “Compravendita e trasferimento della proprietà in Diritto
fenderlo contra el verdadero dueño, en el caso de que la cosa vendida fuera reivindicada
por este verdadero dueño142.
Según lo que acabamos de señalar, resulta más o menos claro que cualquier efecto
obligacional diverso –como eventualmente podría ser una “obligación de entregar la
cosa” o la “obligación de pagar el precio”–143, se tornan muy difíciles de imaginar en
los primeros tiempos de la mancipatio144. En efecto, la compraventa romana primitiva
pertenecía al ámbito de los derechos reales, y no al campo de las obligaciones. Ello
implica que el comprador no se obligaba a nada, y el vendedor tampoco contraía obli-
gación, pues el acto legítimo, por sí mismo, tenía la virtualidad de crear el dominio
(meum esse aio) sin necesidad de cumplir con un determinado acto posesorio para su
perfección, ni con el traspaso del precio rudo.
Tras la invención de la moneda145, el acto mancipatorio ya no necesitó del peso
efectivo de las barras de bronce146. Aparentemente, existió una etapa en la cual las
mismas monedas debían pesarse pues, se decía, representaban su valor “no en su
número sino en su peso” (non in numero erat, sed in pondere)147.
Más tarde, cuando las monedas comienzan a valer más en su número que por
su peso, la mancipatio pudo evolucionar hacia un estadio diverso. Con este nuevo
panorama, la entrega del precio pudo ser diferida a un momento posterior, acordado
por las partes148. La mancipatio se desliga, en consecuencia, de su carácter de trueque
o cambio de efecto real, pasando a transformarse en algo diverso.
142 Sobre la auctoritas como garantía de evicción vid. supra pp. 16 ss. Vid. también GUARINO, An-
tonio, Diritto Privato Romano cit., p. 679. Sobre los efectos generales de la mancipatio, vid. DIÓSDI,
György, Ownership... cit., pp. 82 s. Como expone DIÓSDI, el asunto de los efectos de la mancipatio no
es precisamente pacífico. Por un lado, hay autores que sostienen que los efectos de la mancipatio son la
adquisición y la auctoritas; por otro lado, existen autores que afirman que sólo la auctoritas es el efecto
principal de la mancipatio, debiendo funcionar ésta más como una causa usucapiendi.
143
Es, justamente, esta última cuestión la que mayores dificultades suscita la doctrina de MEYLAN.
Así, ARANGIO-RUIZ, Vincenzo, La compravendita... I cit., p. 54.
144 PUGLIESE, Giovanni, “Compravendita e trasferimento della proprietà in Diritto Romano”, en
p. 73 n. 162, con status quaestionis. Sostiene que la opinión dominante es que la moneda fue introducida
por los decenviri.
146 ARCHI, Gian Gualberto, Il trasferimento...cit., pp. 98 ss., se refiere con detalle a la evolución de
la mancipatio nummo uno y al pago del precio, en este caso, un precio real en dinero. Sobre la aparición
de la mancipatio nummo uno, vid. DIÓSDI, György, Ownership... cit., pp. 73 s.
147 GAI. 1,122.
148
El pago del precio en la mancipatio nummo uno se transforma en un pago ficticio (simbólico
dice DIÓSDI, György, Ownership... cit., p. 73) de manera que la obligación de pagarlo realmente y en
monedas, se cumple en un momento posterior y diverso del acto formal. Tal es la teoría de BECHMANN,
August, Das Kauf nach Gemeinem Recht I, Erlangen-Leipzig, 1876, pp. 175 ss.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 43
149 BREZZO, C., La mancipatio, p. 72 n. 161. Asimismo, “Rodus vel raudus significat rem rudem et
imperfectam...” (FEST. s.v. “Rodus”, p. 265 MÜLL.; s. v. “raudos”, en LEWIS, CHARLTON & SHORT, Oxford
Latin Dictionary, Clarendon, Oxford, 2002). Raudusculum significa una pequeña cantidad de bronce
usada como moneda. Vid. CIC., Ad. Att. 7,2,7.
150 La expresión “quasi pretii loco” es gramaticalmente redundante y, acaso, impropia. GAYO, sin
embargo, vuelve a usar esta forma gramatical al hablar de la festuca en la antigua vindicatio en GAI.
4,16 en que, como se sabe, el Magistrado insta a las partes a dejar el esclavo en aquella pelea simulada.
En este contexto habla de “quasi hastae loco, signo quodam iusti dominii, quando iusto dominio ea
maxime sua esse credebant...”.
151 GUARINO, Antonio, Diritto Privato Romano cit., p. 678.
152 Sobre esta clase de mancipatio, vid. infra Cap. IV.
153 BREZZO, C., La mancipatio, p. 78, afirma, con todo, que el sinalagma subjetivo necesariamente
presupone un motivo lícito. La mancipatio no puede prescindir sustancialmente, dice, del momento
causal.
154 Sin embargo, en el caso de la mancipatio de que nos da cuenta la Tabla Pompeiana (vid. su
transcripción en BREZZO. C., La mancipatio cit., p. 73 n. 164), aparece un precio real con relevancia
para la compra (emit ob sesteritos MLD...”).
44 MARCELO NASSER OLEA
155La propiedad queda inevitablemente transferida por el sólo hecho de desarrollarse el acto. Vid.
PUGLIESE, Giovanni, “Compravendita e trasferimento della proprietà in Diritto Romano”, en Vendita
e trasferimento della proprietà I cit., pp. 42-45, quien expone apretada y certeramente el problema de
la transferencia o no de la propiedad por mancipatio cuando falta el pago del precio. Para la discusión
doctrinal sobre el traspaso de propiedad si falta el pago del precio vid. ARCHI, Gian Gualberto, Il tras-
ferimento della proprietà... cit., pp. 103 s.).
156 Sobre el consensus en la mancipatio, vid., BREZZO, C., La mancipatio cit., p. 62; Contra la opinión
de una mancipatio como acto unilateral, vid. DIÓSDI, György, Ownership... cit., p. 67; sobre la mancipatio
como acto del accipiens, vid. SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., pp. 148 s.
157 GAI. 1,121 respecto de los inmuebles.
158 PUGLIESE, Giovanni, “Compravendita e trasferimento della proprietà in Diritto Romano”, en
Vendita e trasferimento della proprietà I, cit., p. 34 expone que el único medio para exigir el precio
habría sido la sponsio-stipulatio. Para las legis actiones que pudieron usarse para exigir las obligaciones
nacidas en este caso, ibid. p. 34 n. 15. En general, vid. ARANGIO-RUIZ, Vincenzo, La compravendita... I
cit., pp. 45 ss. La cuestión es debatida hasta hoy. Así, vid. CANNATA, Carlo Augusto, “La compraven-
dita consensuale romana: significato di una struttura”, en Vendita e trasferimento della proprietà nella
prospettiva storico comparatistica; Atti del Congresso Internazionale Pisa-Viareggio-Lucca (a cura di
Letizia VACCA), Giuffrè, Milano, 1991, t. 2, pp. 422 ss.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 45
vínculo obligacional del accipiens para que pague el precio, no conduce a descifrar la
calidad recíprocamente obligacional del contrato de compraventa clásico. En efecto,
el problema del origen de la compraventa consensual clásica tampoco se soluciona
recurriendo a la sponsio pretii, pues una promesa de este tipo (de haber existido) sólo
entraña una obligación unilateral del accipiens a favor del dans y no viceversa.
Según hemos dicho, el dans tampoco quedaba obligado en la mancipatio nummo
uno, por lo que mal podía haber quedado pasivamente legitimado en una acción personal.
La reciprocidad propia de las acciones bonae fidei clásicas, en consecuencia, simplemen-
te no se puede derivar con soltura de la operación de la mancipatio nummo uno159.
Lo anteriormente expuesto, nos lleva a afirmar que no puede decirse con certeza
que el mero hecho de diferir el pago del precio en una mancipatio constituya la par-
tida de nacimiento de la compraventa consensual romana clásica pues, a lo sumo,
esta explicación sirve para advertir acerca de la exigencia (negocial y posesoria) que
trae consigo la evolución de la mancipatio. Además, el mero hecho de diferir las
obligaciones de la mancipatio no soluciona el problema del origen de la compraventa
para los casos de las res nec mancipi160. En relación con estas cosas, sobre las que
antiguamente tampoco cabía ejercer la reivindicatio161, el problema es más agudo
puesto que, de incumplirse las obligaciones de cualquiera de las partes, no se conoce
acción con la cual podrían reclamarse mutuamente162.
B. LA IN IURE CESSIO
Detengámonos ahora en la otra forma de adquirir formalmente la propiedad. Los
romanos también recurrieron al sistema procesal para operar formalmente la transfe-
rencia de res mancipi. Dentro de este sistema, comprador y vendedor simulaban una
reivindicación, en la cual el vendedor dueño confesaba in iure que la cosa no le per-
tenecía. Interrumpido el procedimiento ante litem contestatam, el pretor pronunciaba
una addictio atributiva de dominio y el demandante comprador podía llevarse la cosa
en calidad de dueño. Al llevarse a cabo ante el pretor (in iure), este procedimiento
toma el nombre de in iure cessio.
159 Para WLASSAK, Moriz, Römische Processgesetze, Liepzig, 1891, pp. 301 ss. las acciones bonae
fidei tendrían su origen en las primeras acciones in factum conceptae. Vid., asimismo, ARANGIO-RUIZ,
Vincenzo, La compravendita... I cit., p. 56 n. 3.
160 Para ARCHI, Gian Gualberto, Il trasferimento della proprietà... cit., p. 79 s. sólo había dominio
iure Quiritium respecto de las res mancipi. Ello trae como consecuencia que las res nec mancipi no
pudieran ser apropiadas dominicalmente sino sólo poseídas. Así, la traditio era el medio idóneo para
transferir manualmente la posesión de esta clase de cosas que, al no poderse apropiar dominicalmente,
no podían reivindicarse. Cfr. La opinión de ARANGIO-RUIZ, Vincenzo, La compravendita... I cit., p. 41
respecto de la “doble tradición” y el traspaso de la propiedad de las res nec mancipi.
161 Vid. supra nota anterior.
162 Durante la época clásica, GAI. 2,19 y 2,20 nos dice que las cosas no mancipables se hacen inme-
diatamente (statim) del accipiens por tradición, siempre que el tradente sea dueño.
46 MARCELO NASSER OLEA
Gai, 2,22 “Mancipi uero <res sunt>, quae per mancipationem ad alium transferuntur;
unde etiam mancipi res sunt dictae. Quod autem ualet mancipatio, <idem ualet et in
iure cessio”163.
Esta forma de adquisición supone una verdadera consensualidad no obligacional
entre las partes que acuerdan comparecer a un juicio reivindicatorio, de manera que
la confessio in iure del demandado (previamente acordada también), dé lugar a una
addictio atributiva de dominio por parte del pretor, con efectos absolutos164. En palabras
de Longo, la in iure cessio permitía que el pretor adjudicara la cosa al demandante
que afirmaba ficticiamente que la cosa le pertenecía, en el marco de una reivindicatio
simulada (lis imaginaria), tras haberse allanado el demandado a la pretensión165.
No parece razonable ver esta forma de transferencia del dominio de las cosas como
un antecedente directo de la compraventa obligatoria consensual. En efecto, resulta
que el mero acuerdo de las partes que van a participar en el litigio simulado no es
exigible jurisdiccionalmente por medio de acciones in personam. En efecto, el actor
no puede forzar jurisdiccionalmente al reo a comparecer in iure mediante una acción
civil in personam para que juntos hagan la in iure cessio.
Al igual que en la mancipatio, que también supone un acuerdo previo de cele-
brarla, el consentimiento a que las partes llegan para concurrir in iure no las obliga
iure civili. La única vía imaginable para forzar jurisdiccionalmente a una persona a
transferir la res mancipi o a pagar el precio por ella es, en época preclásica, la sponsio
o la stipulatio. En este caso, no se puede hablar de un antecedente de la compraventa
consensual, pues las obligaciones nacidas de una promesa no son recíprocas.
Además, igual que en la mancipatio, la venta no es la única causa por la cual una
parte puede acudir in iure para ceder una res mancipi. La causa, aun cuando es irre-
levante para los efectos mismos del acto, debido a que la in iure cessio es abstracta,
bien puede consistir en una donación o en cualquiera otra causa de tradición (solutio,
dos, creditum).
C. EN CONCLUSIÓN
Las dos formas solemnes de transferir el dominio entre vivos (la mancipatio y la
addictio subsiguiente a la in iure cessio) acarrean efectos adquisitivos pleno iure. Por
ello, resulta complejo equiparar ambas formas solemnes con la compraventa consen-
sual, en el sentido de que los efectos de la compraventa y los que producen los actos
formales de transferencia son muy diversos. La gran diferencia entre el contrato de
compraventa consensual y los negocios de efectos reales descritos en este apartado, es
163 Sobre la in iure cessio, en general, vid. ROMANO, Silvio, Nuovi studi... cit., pp. 102 ss. Vid. U.E.
19,3 y F.V 313. Aparentemente, la in iure cessio habría caído en desuso: vid. GAI. 2,25 y FREZZA, Paolo,
Le garanzie delle obbligazioni I cit., p. 15. Vid. supra n. 107.
164 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 147.
165 Vid. LONGO, Carlo, Corso... cit., p. 185. Sobre la in iure cessio como acto procesal de allanamiento,
que estos últimos se asemejan siempre más a una permuta que a un contrato de buena
fe generador de obligaciones recíprocamente exigibles en un tiempo posterior.
Por otra parte, los actos formales de transferencia operan con una presunción de
causa. En efecto, de estos actos se dice que son abstractos, puesto que su causa (ordi-
nariamente una causa de venta) se presume y, así, no es necesario probar la existencia
de la misma para la producción de los efectos deseados por las partes166. Sin embargo,
tanto en la mancipatio como en la in iure cessio subyace una iusta causa, aunque
ésta no deba probarse ni parezca exteriormente relevante. Es precisamente cuando
no quedan claros los supuestos sobre los que descansa la transferencia cuando puede
ser importante acudir a la iusta causa167.
En la normalidad de los casos, sin embargo, ni la mancipatio ni la in iure cessio
presentan vicios. Por ello, usualmente no se hace necesario hurgar acerca de la causa
para que se produzcan, ipso iure, los efectos dominicales pretendidos tanto por el
dans como por el accipiens.
166 Sobre la abstracción de la mancipatio y la in iure cessio, vid. KASER, Max, Compraventa y trans-
misión... cit., pp. 12 s. Sobre la mancipatio como acto abstracto, vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado
Romano cit., §§ 163 y 170.
167 Sobre los efectos de una mancipatio imperfecta, vid. CARUSI, Evaristo, L’azione publiciana...
A. LA CONSENSUALIDAD EN LA COMPRAVENTA
Las fuentes, las definiciones de los manuales y tratados, y las obras particulares
acerca de la compraventa nos llevan directamente al tema de la consensualidad ne-
gocial. La consensualidad se manifiesta en la medida que el ordenamiento jurídico
reconozca efectos obligacionales a un acuerdo entre las partes (consensus)172, respecto
del contenido de un negocio173. El reconocimiento de dichos efectos obligacionales se
manifiesta en la sanción jurisdiccional, especialmente por la vía de la acción.
En las Instituciones de Gayo, aparecen cuatro clases o géneros de obligaciones,
según sean contraídas por propiedad, por palabras, por escritura o, finalmente, por
acuerdo (re, verbis, litteris o consensu).
Gai. 3,89 “Et prius uideamus de his, quae ex contractu nascuntur. Harum autem
quattuor genera sunt: aut enim re <con>trahitur obligatio aut uerbis aut litteris aut
consensu”174.
171 Sobre la congruencia entre las relaciones sancionadas por los bonae fidei iudicia y las relacio-
nes contractuales que LABEÓN describió como obligaciones “ultro citroque” y llamó contractus, en D.
50,16,19 Ulp. 11 ad Ed., vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, “Sobre el concepto de contrato”, en Boletín
Nº 3 de la Asociación venezolana para el estudio y difusión del Derecho Romano, Universidad de los
Andes, Mérida, 1996, p. 16.
172La palabra “consensus” es el resultado de la estructura formada por el prefijo “cum” y el verbo
“sentire”. Significa, en consecuencia, “sentir en conjunto”. Sobre esto vid. GUZMÁN BRITO, Alejan-
dro, “Para la historia de la formación de la teoría general del acto o negocio jurídicos y del contrato
I. El vocabulario de la negocialidad jurídica en el Derecho Romano”, en REHJ 17 (1995) cit., p. 90.
Vid., también, TAFARO, Sebastiano, “Hombre y obligaciones: equilibrio entre las prestaciones”, en
ponencia presentada al “XIII Congreso Latinoamericano de Derecho Romano: El Derecho Romano en
la Identidad e Integración de América Latina frente al fenómeno de la Globalización” (Yuri González
Roldán, Trad.), Cuba, 7-10 de agosto de 2002 cuyo texto puede consultarse en http://www.dirittoestoria.
it/tradizione2/Tafaro-Hombre-y-obligaciones%20.htm#_ftn1.
173 CANCELLI, Filippo, L’origine del contratto consensuale di compravendita nel Diritto Romano,
Giuffrè, Milano, 1963, p. 167 n. 409 define consensualidad negocial como el reconocimiento que hace
el ordenamiento jurídico de la lex privata, permitiéndose a los privados la potestad para dictar leyes que
regulen sus propios intereses. (Trad. libre). CANCELLI sostiene, ibid., que la consensualidad es el triunfo
de la voluntad sobre el fetichismo de las formas.
174 Este es el mismo texto que JUSTINIANO recoge en D. 44,7,2 pr. Gai. 3 Inst.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 49
175 Vid. sobre contractus D’ORS, Álvaro, “Creditum y contractus”, en AHDE 26 (1956).
176 Sobre este asunto, vid. supra n. 158.
177 Sobre este pasaje y la pertenencia o no de la compraventa (y acaso de todos los contratos consen-
se innova, y otra por scriptura, introducida por medio de una constitución imperial.
50 MARCELO NASSER OLEA
179 LEVY, Ernst, West Roman Vulgar Law cit., p. 128 sostiene que más comúnmente de lo que se puede
la teoría general del acto o negocio jurídicos y del contrato I. El vocabulario de la negocialidad jurídica
en el Derecho Romano”, en REHJ 17 (1995), cit., p. 89.
181 Tampoco puede hablarse derechamente de una compraventa contractual en el caso del pago de
la litisaestimatio en las acciones reales por parte del reo vencido ni en la retención del pignus por lex
commissoria. Las fuentes, como veremos en los capítulos siguientes, usan los giros “similis emptionis”,
“loco emptoris” o “iure emptoris”, para referirse a estas situaciones.
182 CANNATA, Carlo Augusto, “La compravendita consensuale romana: significato di una struttura”,
en Vendita e trasferimento della proprietà nella prospettiva storico-comparatistica, t. 2 cit., pp. 415 s.
183 ARANGIO-RUIZ, Vincenzo, La compravendita... I cit., pp. 57 ss., es el máximo exponente de esta
doctrina. Las modalidades de la doble estipulación no son pacíficas. Vid., EL MISMO, ibid., pp. 60-67.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 51
184 Vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano II, cit., pp. 125-127.
185 Vid. supra n. 158.
186 MOMMSEN, Theodor, en Juristische Schriften 3, Berlín, 1907, pp. 132 ss. (citado por ARANGIO-
RUIZ, Vincenzo, La compravendita... I, cit., p. 49 s.).
187 CANCELLI, Filippo, L’origine del contratto consensuale di compravendita cit., passim.
52 MARCELO NASSER OLEA
188 Para la traducción de “ex bono et aequo” por “principio de correspondencia”, vid. SAMPER,
diritto pregiustinianeo, Giuffrè, Milano, 1960, p. 15. Es interesante advertir que la reciprocidad no guarda
relación con una supuesta justicia del precio. Sobre pretium, vid. SCHULZ, Fritz, Derecho Romano Clásico
cit., p. 505; para la venta vid. D. 4,4,16,4 Ulp. 11 ad Ed.; también para el arrendamiento D. 19,2,22,3.
Paul. 34 ad Ed. y D. 19,2,23 Herm. 2 Iuris epit.
191 Vid. ARANGIO RUIZ, Vincenzo, La compravendita... I cit., pp. 137 ss.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 53
favor del comprador se da la actio empti, y a favor del vendedor se concede la actio
venditi192.
Asimismo, existen obligaciones accesorias al contrato de compraventa como
son las obligaciones de garantizar la evicción y la responsabilidad por vicios. No es
primera vez que a lo largo de este estudio nos topamos con la garantía de evicción.
En efecto, al tratar de los orígenes de la usucapio, hemos revisado que parte de la
doctrina identifica la auctoritas del binomio “usus auctoritas” que describía Cicerón,
con un tipo de garantía que otorgaba el dans al accipiens193. Recordemos que dicha
garantía sería de un año para los muebles y de dos para los inmuebles, siendo eterna
en el caso de las res furtivae, entre otras cosas inusucapibles.
Esta interpretación, como se ve, está en íntima conexión con la mancipatio, donde
sabemos que el dans garantizaba con su auctoritas que él era el propietario de la cosa
que transfería al accipiens. De esa garantía surgía una acción (actio auctoritatis). Como
se sabe, en el caso de la mancipatio, los efectos dominicales son propios del acto
mismo, por lo que una defraudación por parte del dans trae aparejados efectos muy
intensos y ello explica la calidad de infamante de la condena en la actio auctoritatis.
Con todo, resulta curioso que la evicción sea imaginable sólo en la mancipatio en
función de compraventa y no, por ejemplo, en función de coemptio u otra similar.
Tratándose de compraventas contractuales, la garantía de evicción es mucho más
relevante. En efecto, el vendedor en el caso de la venta corriente, no se obliga a transferir
el dominio sino el goce o posesión pacífica de la cosa194. Ello supone que el vendedor
puede perfectamente no ser dueño de la cosa cuya posesión se obliga a transferir.
192 Para el pago del precio como requisito de la transferencia en el derecho postclásico, vid.
D. 18,1,19 Pomp. 31 ad Q. Muc.; D. 40,12,38,2 Paul. 15 Resp.; D. 14,4,5,18 Ulp. 29 ad Ed.; Insts. 2,1,41;
cfr. D. 18,1,53 Gai. 28 ad Ed. Prov.; D. 18,1,74 Pap. 1 Def. y GAI. 2, 20; el tema excede este estudio.
Con todo vid., entre otros, ROMANO, Silvio, Nuovi studi sul transferimento della proprietà e il pagamento
del prezzo nella compravendita romana, Giuffrè, Milano, 1937, passim; LONGO, Carlo, “Passaggio della
proprietà e pagamento del prezzo nella vendita romana” en BIDR 45 (1938), pp. 15 ss., donde expone las
doctrinas de PRINGSHEIM, ALBERTARIO y MEYLAN y la abundante batería crítica de los textos; además y,
especialmente, vid. pp. 20-37. También vid. MARRONE, Mateo, “Trasferimento della proprietà della cosa
venduta e pagamento del prezzo”, en Vendita e trasferimento della proprietà nella prospettiva storico
comparatistica; Atti Pisa-Viareggio-Lucca cit., pp. 483 ss. y ARGIROFFI, C.; CRISCUOLI, G. Y MARRONE,
M., “A proposito del passaggio della proprietà e del pagamento del prezzo”, en Trasferimento della
proprietà nella prospettiva storico comparatistica cit., pp. 489 s. (premessa).
193 Sobre “usus auctoritas” y evicción, vid. las opiniones de KASER, MAYER-MALY y SIXTO supra
notas 13 y 14.
194 Sobre esta obligación, vid. supra pp. 60 s.
54 MARCELO NASSER OLEA
hará dueño y no sólo poseedor. Ello trae como consecuencia que el accipiens tenga
legitimación activa no sólo en la acción publiciana sino que en la acción propia del
dueño (reivindicatio), ambas erga omnes. Sin embargo, ya hemos advertido que hay
ocasiones en que los requisitos de la transferencia de propiedad pueden no concurrir,
especialmente en lo relacionado con la venta de res mancipi. Asimismo, y esto vale para
toda clase de cosas, puede suceder que, aunque se hayan observado las formalidades
de la transferencia, el dans no tuviera la postestas para vender (potestas alienandi).
En ambos casos, la tradición de la cosa fundada en una justa causa no conducía al
accipiens al dominio sino a la usucapio pro emptore.
En general puede decirse que poseen pro emptore los que cumplen con dos re-
quisitos:
1. Haber comprado una cosa (por ello entiéndase, en principio, mediante la cele-
bración de un contrato de compraventa).
2. Haber comenzado materialmente a poseer la cosa comprada. En efecto, los
poseedores pro emptore son quienes han recibido de un vendedor el goce pacífico
de la cosa y en virtud de dicha causa tienen apariencia de dueños. Son, como se ve,
poseedores civiles, y en virtud de ello pueden usucapir y gozan de la defensa de la
acción publiciana195.
Como siempre, es necesario analizar si la expresión pro emptore obedece a un crite-
rio técnico o si, por el contrario, estamos frente a una estructura de lenguaje coloquial
que admite libertad en su uso. El asunto es importante debido a que la causa emendi fue
ampliada jurisprudencialmente hacia situaciones que no son propiamente un contrato
de compraventa, a pesar de tener con ella una similitud en algunos elementos.
Es conocido que los términos y expresiones usadas por los juristas experimen-
taron constantes mutaciones históricas, por lo que el uso que se dio a la expresión
pro emptore debe examinarse desde esta perspectiva. En efecto, si se toman como
punto de referencia las fuentes recogidas por Justiniano, la expresión pro emptore
conlleva, efectivamente, un contenido técnico. Ahora bien, es cierto que en las mismas
fuentes aparecen otras expresiones similares a pro emptore, como los vulgarismos
pro colono, pro furtiva, etc., que no obstante usar preposición pro y tener la misma
estructura gramatical que pro emptore, pro suo, pro donato, etc., no son ni pretenden
ser expresiones técnicas, sino giros puramente coloquiales196.
De todos modos, la expresión pro emptore viene a calificar en el Digesto la pose-
sión del que tiene “como comprador” de una cosa que es hábil para ser usucapida197,
195 D. 6,2.
196 Vid. D. 41,2,37 Marcian. l. S. ad form. hypoth. (pro colono in agro); en relación con la voz pro
furtiva (D. 41,3,32 pr. Pomp. 32 ad Sab.) vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano
1 cit., p. 488; para BRANCA, Giuseppe, “Missiones in possessionem e possesso” en Studi Solazzi cit.,
p. 488, la voz pro pignore de D. 30,114,12 Marcian. 8 Inst., debe considerarse abiertamente interpolada;
respecto de la causa pro soluto, que no tiene un tratamiento unitario, cfr. VOCI, Pasquale, “Iusta causa
traditionis e iusta causa usucapionis”, en SDHI 15 (1949), pp. 142 ss.
197 Vid. D. 41,4 que trata, en general, de la usucapio pro emptore.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 55
198 En efecto, la venta debe ser válida para provocar una iusta causa, como resulta claro de
D. 41,4,2,16 Paul. 54 ad Ed. En el caso de que se compre algo a un loco que el comprador cree sano, no
se podrá usucapir pro emptore, pero igualmente se puede usucapir –en derecho justinianeo–, utilitatis
causa. Este “comprador utilitatis causa”, se encuentra en una posición muy particular, pues como la
venta es nula, no puede demandar la evicción y no goza de la acción publiciana. No se trata de un título
putativo, sino de una causa de utilidad, como las de D. 41,2,40,1 Afr. 7 Quaest. itp., y D. 41,4,2,9 del
mismo Paul. 54 ad Ed., itp.
199 Sobre la necesidad de un titulus verus, vid. SCHULZ, Fritz, Derecho Romano Clásico cit.,
p. 343.
200 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., pp. 384 ss.
201 Para un concepto de entrega como acto neutro, meramente físico (delivery, which itself is a neu-
tral physycal act), en relación con GAI. 2,20 vid. GORDON, W.M., “The importance of the iusta causa of
traditio”, en Essays for Barry Nicholas... cit., p. 125.
202 Cfr. MURGA, José Luis, “La aestimatio litis y el pretium rei” en Sodalitas - Scritti in onore di
del pignus por haberse cumplido la condición de no pago del préstamo principal (lex
commissoria)203. Si bien ambos casos son diversos, no parece posible que la jurispru-
solutum. Esta última en un texto sumamente dudoso (D. 42, 4, 15 Ulp. 6 Fideicomm. ). Vid. la reconstruc-
ción, que excluye la datio in solutum, de LEVY, Ernst, “Die Enteignung des Klägers in Formularprozess”,
en ZSS 42 (1921), p. 483 Nº 1. Una defensa, en CARRELLI, EDOARDO, L’acquisto della proprietà per litis
aestimatio nel processo civile romano, Giuffrè, Milano, 1934, pp. 100 s., con abundante crítica. (Una
alabanza a este estudio puede verse en el prefacio –póstumo– de ARANGIO RUIZ, a CARRELLI, Edoardo
(sic), La genesi del procedimento formulare cit., p. xi. Sobre este texto y D. 44,4,4,31 vid. MONIER,
Raymond, “Quelques remarques a propos de la dation en paiement en Droit Romain” en Festschrift
Hans Lewald, Verlag Helbing & Lichtenhahn, Basel, 1953, pp. 118 ss.; más crítica en RUSSO SPENA,
Raffaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en Rassegna bibliografica delle scienze giuridiche, sociali e
politiche, Anno X, Fasc. IV (Ott-Dec), Jovene Editore, Napoli, 1935, pp. 561 s.//. Un caso singular es
el de la bonorum venditio de los bienes del deudor concursado. Se trata del caso expuesto por Gai. 3,77,
3,78, 3, 79 y, especialmente 4, 35 (Vid. Paraph.Teoph. 3,12 pr.; Cic. ad Att. 7, 1, 15; y D. 50,16,57 Paul.
59 ad Ed.). Como se sabe, en este caso un bonorum emptor adquiere de un magister bonorum el patri-
monio del deudor aunque no sabemos si opera una causa emendi u otra (por ejemplo la causa ex decreto,
especialmente por Gai. 2,79). Para una defensa de la causa emendi sobre la base de D. 41, 4, 2, 7 Paul.
54 ad Ed. “Eius bona emisti, apud quem mancipia deposita erant: Trebatius ait usu te non capturum,
quia empta non sint”, vid. SOZA, María de los Ángeles, Procedimiento concursal. La posición jurídica
del bonorum emptor, Dykinson, Madrid, 2008, p. 242. Gai. 3,80 explicando lo que denomina “sucesión
que nos compete por la compra de un patrimonio” (Gai. 3,77) nos revela que por virtud de esta compra
(bonorum emptorum) el bonorum emptor no se hace dueño por todo el derecho (pleno iure) sino que
sólo adquiere la propiedad pretoria (in bonis). El bonorum emptor requiere la usucapio, mientras sea
capaz de usucapir y la calidad de la cosa lo permita. De otro modo, quedará siempre como poseedor y
perderá frente al verdadero dueño. El hecho de que el bonorum emptor no adquiera la propiedad sino
la posesión civil se podría explicar en que compra a un no dueño (magister bonorum) pero también a
que se debe a una causa decretal y no a una iusta causa traditionis. La doctrina tradicional, defendida
especialmente por SOLAZZI, ha sostenido que el bonorum emptor en realidad no paga un precio sino
que se subroga a todos los efectos como si fuera un verdadero sucesor. Esta se refleja claramente en la
siguiente cita: SOLAZZI, Siro, Il concorso…II, cit., pp. 131 ss. “la bonorum venditio era stata creata per
mettere alla testa del patrimonio del debitore, che non si difendeva regolarmente, un altra persona che
ottemporasse a questo dovere e occorrendo pagasse i debiti sia pure in una misura limitata”; en el mismo
sentido, VOCI, Pasquale, Manuale di Diritto Romano, Giuffrè, Milano, 1998, p. 476 aunque cfr. con EL
MISMO, “Esecuzione forzata” (Diritto Romano), en ED 15 (1966), p. 422 ss. WENGER, Leopold, Istituzioni
di procedura…cit., p. 234, con una pequeña variación, califica el acto de ofrecerse a pagar deudas como
un precio “sui generis”). Critica esta doctrina, SOZA, María de los Ángeles, Procedimiento concursal…
cit., p. 211ss. A juicio de la autora, dicha doctrina, o teoría de la portio, según la cual el bonorum em-
ptor asume la obligación de pagar un porcentaje de las deudas del concursado, se funda principalmente
en Paráfrasis de Teófilo 3,12pr., texto tardío que presenta notables diferencias respecto de los escasos
testimonios que nos dan noticias acerca del procedimiento concursal clásico (fundamentalmente GAYO).
En efecto, en GAYO no aparece mencionada esta supuesta portio a la que se habría comprometido el
bonorum emptor en la subasta: de haber existido realmente tal portio tendría que haber de ella alguna
constancia, sobre todo considerando que tal forma de responsabilidad limitada debía de causar diversos
problemas procesales. La fuente sobre la que se basa esta teoría, pues, se conforma mejor con el funcio-
namiento posclásico del procedimiento concursal, en que los acreedores asumen un papel protagónico.
Todo esto hace pensar que la Paráfrasis, por una parte reproduce una información bastante manipulada
de las Institutiones de GAYO y, por otra, añade rasgos y trámites concursales propios de la época en la
que se escribió. En cualquier caso, y desde el punto de vista práctico, la teoría de la portio no lograría
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 57
dencia clásica haya considerado estos hechos o actos como contratos, en el verdadero
sentido sinalagmático o labeoniano204. En ambos supuestos, no puede detectarse con
toda claridad el consensus propio de todo contrato, y acaso también falta la bilateralidad
estructural205. No existe tampoco la reciprocidad, y prueba de ello es que, en los casos
de extensión de la causa pro emptore, las partes no quedan obligadas por las cargas
accesorias del contrato de venta, ni se les conceden las acciones bonae fidei, que es
lo que precisamente identifica a un verdadero contrato clásico. De todos modos, es
necesario advertir que, para referirse a estos supuestos, los juristas tuvieron especial
cuidado de no hablar de emptio sin más y, en cambio, usaron convenientemente los
giros emptoris loco, o similis emptionis causae, haciendo uso de expresiones con las
que habitualmente la jurisprudencia aconsejaba extender situaciones jurídicas deter-
minadas por razones de utilidad manifiesta206.
según Labeón”, en REHJ 1 (1976), pp. 17 ss.; GUZMÁN BRITO, Alejandro, “Para la historia de la forma-
ción de la teoría general del acto o negocio jurídicos y del contrato I. El vocabulario de la negocialidad
jurídica en el Derecho Romano”, en REHJ 17 (1995), cit., pp. 95 s. y EL MISMO, “Sobre el concepto de
contrato”, en Boletín Nº 3 de la Asociación Venezolana para el estudio y difusión del Derecho Romano cit.,
pp. 13 ss.: EL MISMO, Derecho Privado Romano I, cit., pp. 708 ss.; MEYLAN, Philippe, “La loi 43 Dig. 46,4
et la notion de bilatéralité du contrat de vente chez Labeon” en Studi in onore di Salvatore Riccobono
4, Arti Grafiche Castiglia, Palermo, 1936, pp. 282 ss. Véase especialmente D. 50,16,19 Ulp. 11 ad Ed.,
“Labeo libro primo praetoris urbani definit: (...) contractum autem ultro citroque obligationem, quod
graeci synallagma vocant, veluti emptionem venditionem, locationem conductionem, societatem” y cfr.
D. 46,4,23 Labeo (Iav.?) 5 Pithaton a Paulo epitom.
205 Las asimilaciones a compraventa (o a causa pro emptore) ni siquiera pueden subsumirse en el
sentido que GAYO otorga a la voz contractus, pues este autor exige que en los contratos al menos exista
una convención (conventio). Para el sentido gayano, más amplio, de contrato, vid. GUZMÁN BRITO, Ale-
jandro, Ibid., p. 702 y EL MISMO, “Para la historia de la formación de la teoría general del acto o negocio
jurídicos y del contrato I. El vocabulario de la negocialidad jurídica en el Derecho Romano”, en REHJ
17 (1995), cit., pp. 106 ss.
206 Es el caso de giros comunes en la jurisprudencia, como filiae loco y loco heredis, usados para
asimilar distintas situaciones, por motivos de conveniencia. Por ejemplo GAI. 1,123 (servorum loco); GAI.
1,136 (loco filiorum); resulta interesante también el caso del bonorum possessor, que según GAI. 3,32
se encuentra “loco heredum...”. Este último litiga, según GAI. 4,34, “ficto se herede”, que es la misma
ficción que encontramos a propósito de una de las acciones del bonorum emptor de las que nos da cuenta
GAI. 4, 35 fine. Vid. también D. 50,17,117 Paul. 11 ad Ed. Otros ejemplos en Frag. Aut., 2, 66.
58 MARCELO NASSER OLEA
El carácter acotado de las justas causas, sin embargo, no aparece tan evidente
en la época que corre desde la creación de la acción publiciana hasta el reinado del
emperador Adriano (117-138 d. C.). Todo parece indicar que sólo fue el protegido de
éste, Salvio Juliano, quien –por razones procesales que veremos–, elaboraría un elenco
unitario de las iustae causae usucapionis. Éstas sólo adquieren en dicho momento
un significado que dice especial relación con la concesión de la acción publiciana
para casos que antes quedaban fuera de esta protección. Se produce, entonces, una
extensión de la causa pro emptore a situaciones antes no previstas207.
La sistematización, necesaria y acaso forzosa para un codificador como Juliano,
explica que se llegara a imponer el tránsito de una situación antes innominada, como
el pago de la litisaestimatio en las acciones petitorias con cláusula arbitraria hacia una
causa posesoria típica, concretamente, hacia la compraventa. La tarea sistematizadora
también explica que Juliano concediera probablemente las correspondientes excep-
ciones del comprador (como la rei venditae et traditae)208 a situaciones posesorias que
antes no quedaban bajo la tutela jurisdiccional ni parajurisdiccional209. Más tarde, por
consejo de Papiniano, Antonino Caracalla extendería la situación en que se encuentra
el acreedor que retiene el pignus por el evento de la lex commissoria hacia la posición
justa del comprador (iure emptoris).
207
El elenco, incluida la causa pro suo, también sigue presente en la mentalidad de los juristas tardo
clásicos. De ello dan testimonio los textos –retocados– de D. 6,2,3 pr. Ulp. 16 ad Ed. y D. 6,2,4 Paul.
19 ad Ed. y ss. Para los clásicos epigonales el esquema de justas causas como elenco paradigmático es
plenamente aceptado, como fluye de D. 41,2,3,23 Paul. 54 ad Ed., contra la opinión de QUINTO MUCIO;
vid. LAURIA, Mario, “Nota sul possesso”, en Studi Solazzi cit., p. 791.
208 Siendo la fecha de esta excepción dudosa, todo parece indicar que fue introducida junto a la
acción publiciana y para su supuesto primigenio. Sobre este tema vid. una obra que lamentablemente
no hemos podido conseguir, consistente en una tesis doctoral de GONVERS, L’exceptio rei venditae et
traditae, Lausanne, 1939, pp. 145 ss. [citado por SANSÓN RODRÍGUEZ, María Victoria, La transmisión de
la propiedad, Marcial Pons, Madrid, 1998, p. 155]; para un status quaestionis relativo a esta excepción
vid. SANSÓN RODRÍGUEZ, María Victoria, ibid., pp. 155-162; sobre esta excepción BONFANTE, Pietro,
“Sulla exceptio rei venditae et traditae”, en Scritti...2, cit., pp. 450 ss.
209 Nos referimos a la protección interdictal que suele ser considerada dentro de la jurisdicción ex-
traordinaria del Pretor. Sin embargo, BONFANTE considera abiertamente no jurisdiccional esta forma de
protección. Así, BONFANTE, Pietro, Corso... 3 cit., p. 244 afirma que la defensa interdictal era de naturaleza
administrativa, no jurisdiccional y, por ello, de imperium; ibid. pp. 244 s. y lo seguimos; entre quienes
ubican los interdictos dentro de la “jurisdicción”, vid. GANDOLFI, Giuseppe, Contributo allo studio del
processo interdittale romano, Giuffrè, Milano, 1955, p. 25; sobre las razones de la protección interdictal
vid. VON IHERING, Rudolf, El fundamento de la protección posesoria... cit., pp. 12 ss.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 59
CAPÍTULO III
INCORPORACIÓN DE LA LITISAESTIMATIO
A LA CAUSA PRO EMPTORE DE LA USUCAPIÓN
1. CUESTIONES PREVIAS
En el capítulo anterior revisamos la existencia de algunas situaciones que, pese
a no estructurarse como un contrato de compraventa propiamente tal, por falta de
consentimiento, fueron asimiladas a la causa emendi por obra de la jurisprudencia
clásica o de alguna legislación imperial.
En efecto, algunos juristas más o menos determinados, movidos por razones de con-
veniencia, justicia y coherencia, ampliaron el ámbito de aplicación de la causa emendi
mediante el uso de giros gramaticales que denotaban claramente una asimilación y,
en ocasiones, derechamente una identificación. Esta ampliación de la compraventa a
situaciones antes no previstas traería consigo consecuencias de derecho sustantivo.
Dentro de ese ámbito sobresale, por su originalidad, el caso de la condena al pago
de la litisaestimatio y sus consecuencias posesorias. En efecto, pese a las diferencias
estructurales y de fondo existentes entre un contrato de compraventa y el pago de la
condena hecho por el reo vencido, existen antecedentes textuales directos e indirectos
que indican que Salvio Juliano210 consideraba como poseedor civil pro emptore al
poseedor demandado que sufría la condena a la litisaestimatio.
Son numerosas las fuentes que consideran la condena a la litisaestimatio como
una causa de retención posesoria, tal como si se tratase de una regla de asimilación
de aplicación general. En ese sentido, se encuentran textos a propósito de acciones
210 Por todos, vid. LEVY, Ernst, “Die Enteignung des Klägers...”, en ZSS 42 (1921) cit., pp. 482 ss., y
D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., §§ 109 y 174 nº 2; PEROZZI, Silvio, Istituzioni... cit., p. 725
nº 2, va más allá, y afirma que cada vez que subyace un cambio o una ganancia, Juliano asimiló la causa
de la tradición a la causa emendi. En contra de que la invención de la asimilación litisaestimatio=emptio
sea julianea se manifiesta RUSSO SPENA, Raffaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en Rassegna X cit.,
pp. 550 passim y, especialmente, pp. 565 s., con abundante bibliografía. Sobre SALVIO Juliano, vid. SCHULZ,
Fritz, History of Roman Legal Science, Clarendon Press, Oxford, 1967 (cum addenda), pp. 105 y 229 s.;
sobre los caracteres eclécticos de la jurisprudencia altoclásica en general, vid. BEHRENDS, Okko, “Iusta
causa traditionis”, en LABRUNA, Luigi, Tradere et altre studi, Jovene, Napoli, s/d, pp. 32 ss.
60 MARCELO NASSER OLEA
cuyos objetos son muy diversos. Sin embargo, a pesar de que los fragmentos más
relevantes transmiten la apariencia de un canon generalmente aplicable, notaremos
que el problema de la asimilación del pago de la litisaestimatio a una compraventa
no es tan sencillo.
A lo largo de este capítulo, podremos apreciar que son numerosos los problemas
que acarrea una asimilación de este tipo. Ellos dicen relación, fundamentalmente, con
el ámbito de aplicación de la asimilación, pues teniendo en cuenta el sistema romano
de acciones, no parece coherente que la asimilación haya operado en toda clase de
juicios. Asimismo, el asunto trae consigo conflictos relacionados con la génesis misma
del negocio. En efecto, el hecho de que el demandado se ofrezca a pagar la litisaesti-
matio, o que de hecho la pague, no resulta fácil de subsumir en una convención entre
el actor y el demandado.
Habiendo ya examinado los elementos esenciales del contrato consensual de
compraventa, y de cómo este negocio se identifica con una de las justas causas que
fundan una tradición adquisitiva de dominio o, en su caso, conducen a la usucapión, se
hace necesario detener el análisis en el concepto de litisaestimatio y en los supuestos
primigenios que habrían dado origen al problema.
2. LA CONDEMNATIO PECUNIARIA
Para conocer la estructura del proceso formulario romano nos basamos en Gayo,
quien describe la estructura procesal romano clásica de manera bastante didáctica y
completa en el Libro 4 de las Instituciones. Gayo señala que el procedimiento formu-
lario se sometía a las reglas de la denominada condemnatio pecuniaria211. Así:
GAI. 4,48 “Omnium autem formularum, quae condemnationem habent, ad pecunia-
riam aestimationem condemnatio concepta est. Itaque et si corpus aliquod petamus,
uelut fundum, hominem, uestem, aurum, argentum, iudex non ipsam rem condemnat
eum, cum quo actum est, sicut olim fieri solebat, <sed> aestimata re pecuniam eum
condemnat”.
La condemnatio pecuniaria se presenta, de hecho, como una característica propia
y general del proceso romano clásico. Ello traía como consecuencia que el juez tenía
prohibido condenar al reo a devolver la misma cosa (ipsa res) como, según Gayo, se
hacía en el derecho arcaico (iudex non ipsam rem condemnat eum, cum quo actum
est, sicut olim fieri solebat...). Así, no estando el objeto determinado en pecunia sino
211 Sobre la condemnatio pecuniaria en general, vid. GIFFARD. A., Leçons sur la procedure civile
romaine, Ed. Domat-Montchrestien, 1932, p. 141. Vid. también, KASER, Max y HACKL, Karl, Das Rö-
mische Zivilprozessrecht, Beck’sche Verlagsbuchhandlung, München, 1986, p. 372; PROVERA, Giuseppe,
Contributi allo studio del iusiurandum in litem, Giappichelli, Torino, 1953, pp. 76 ss. Para el origen
de la condemnatio pecuniaria en las legis actiones y su paso al procedimiento formulario, temperado
en el caso de las acciones reales con el mecanismo de la cláusula arbitraria, vid. GIOFFREDI, Carlo, “Su
l’origine della condemnatio pecuniaria e la struttura del processo romano”, en SDHI 12 (1945), pp. 137
ss.; vid., especialmente, p. 140.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 61
condenar a restituir la ipsa res. Para aminorar los efectos de este obstáculo, el sis-
tema procesal romano clásico introdujo un remedio en la misma fórmula, mediante
el cual el actor podía hacer, mediante un juramento, la estimación pecuniaria de la
cosa litigiosa215.
En este escenario, el demandado se arriesgaba a ser condenado a pagar una suma
de dinero altísima, unilateralmente fijada por el demandante, pero le quedaba a salvo
la alternativa de restituir la cosa litigiosa post litem contestatam, con efectos abso-
lutorios plenos216.
Este sistema, alternativo pero inseparable de la condemnatio pecuniaria podía,
todavía, acarrear un efecto complejo. En efecto, puede suceder en el marco del pro-
ceso reivindicatorio, que el demandado condenado a la estimación de la cosa, prefiera
pagar la condena y retener el objeto del litigio. El problema surge, como veremos a
lo largo de este capítulo, con la causa de esta retención posesoria y la extensión que
pudo darse a la adquisición operada en virtud de ella.
Pero el fragmento gayano (Gai. 4,48) nos dice que la cuestión no puede limitarse
a las acciones reales. En efecto, las reglas de la condemnatio pecuniaria se aplican a
todas las acciones que lleven fórmulas y, dentro de ellas, nos interesan todas aquéllas
en que se pida una cosa corporal (si corpus aliquod petamus), como un fundo, un
esclavo, un vestido, oro o plata.
El análisis es más complejo que en el caso de las acciones reales, pues, en las
acciones personales de derecho estricto (civiles u honorarias) y en las de buena fe,
no resulta clara la facultad expresa de restituir la cosa al actor. Tampoco pueden asi-
milarse los efectos de la litiscontestatio en las aciones personales stricti iuris a los
que se producen normalmente en las acciones reales.
En el caso de las principales acciones civiles de derecho estricto llamadas condic-
tiones217, el juez está obligado a condenar al reo si es que resulta cierta la obligación
descrita en la intentio. Tomemos como ejemplo la acción crediticia que persigue una
especie cierta (condictio ex re certa), o incluso el caso de la denominada condictio
furtiva o ex furtiva causa. El problema de la condemnatio pecuniaria aparece en este
tipo de situaciones en toda su magnitud. El juez estimará el valor de la condena, pero
la jurisprudencia no estaba conteste en admitir que el reo pudiera restituir la cosa para
evitar ser condenado218, desde luego, porque la cosa litigiosa en una condictio no le
pertenece al actor y, procesalmente, porque la misma fórmula no contempla dicha
posibilidad de restitución de manera expresa.
215 GREENIDGE, A.H.J., The legal procedure of Cicero’s time, Augustus M. Kelley Publishers, New
contrato”, en Boletín Nº 3 de la Asociación venezolana para el estudio y difusión del Derecho Romano,
cit., p. 17.
218 GAI. 4,114.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 63
puede comprender algo más, como por ejemplo, la indemnización por los deterioros de la cosa y los
frutos, vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I cit., pp. 184 s.
64 MARCELO NASSER OLEA
3. LA CLÁUSULA ARBITRARIA:
ESTRUCTURA BÁSICA Y ACCIONES QUE LA CONTIENEN
también llevaban esta cláusula las acciones que se construyeron a imagen y semejanza
de la reivindicatoria como, por ejemplo, la acción publiciana225. Esta cláusula arbi-
traria se caracterizaba, en los hechos, porque permitía al juez poner al demandado en
una encrucijada jurídico-económica. En efecto, éste podía restituir la cosa litigiosa
al actor, con un completo efecto procesal absolutorio, o bien, podía someterse a la
condemnatio pecuniaria. En esta última situación, el reo debía pagar la litisaestimatio,
en cuyo caso podía retener válidamente la cosa litigiosa en su patrimonio en calidad
de poseedor civil. La cuantía de la litisaestimatio en las acciones reales era fijada por
el mismo demandante por medio de un juramento estimatorio in litem, razón por la
cual podía alcanzar cifras muy elevadas.
Si bien la amplitud de acciones en que fue insertada la cláusula arbitraria es
un tema en permanente discusión226, concordamos, en parte, con Chiazzese, quien
sostuvo que el asunto debe limitarse a las acciones civiles y pretorias in rem; a la
actio ad exhibendum227 y, finalmente, aunque esto es más discutible, a la actio aquae
pluviae arcendae228. Acaso también pudo tener aplicación un sistema similar en el
caso de algunas acciones penales pretorias229 en las que, sin embargo, la restitución
unilateral y liberatoria de la cosa litigiosa post litem contestatam no resulta fácil
de explicar.
Sin entrar aún en el detalle de la aplicación de la cláusula arbitraria, adherimos a la
postura de Provera230, en cuanto a que el caso originario en que se utilizó la cláusula
arbitraria debió haber sido la reivindicatio, y sólo desde esta acción se extendió la
aplicación de una cláusula similar hacia otras acciones no necesariamente reales.
En concreto el problema de la cláusula arbitraria se presenta cuando el juez, ya
convencido por las pruebas aportadas de que la cosa litigiosa pertenece al demandante,
abandona en parte su labor puramente judicial y, según su arbitrio (“neque ea res ar-
bitrio iudicis restituetur”), expide una orden al demandado conminándolo a devolver
al demandado a exhibir con el fin de evitar la condemnatio pecuniaria. Así, SAMPER, Francisco, Derecho
Romano cit., p. 92. Sobre las acciones en que se puede pedir árbitro, para litigar más expeditamente,
vid. GAI. 4,163 “quod si nec restituat neque exhibeat quanti ea res est, condemnatur”; sobre la acción
exhibitoria, vid. MARRONE, Mateo, “Actio ad exhibendum”, en Annali Palermo 26 (1957), pp. 276 ss.;
para el carácter arbitrario de la actio ad exhibendum, vid. MURGA, José Luis, “La aestimatio litis y el
pretium rei”, en Sodalitas 6 cit., p. 2614 n. 27.
228 Vid. sobre su procedencia en esta acción, GIFFARD, A. Leçons sur la procédure... cit. p. 141.
229 Vid. infra n. 335.
230 PROVERA, Giusseppe, Contributi allo studio del iusiurandum in litem cit., p. 42.
66 MARCELO NASSER OLEA
231 Sobre el iussum de restituendo vid. CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., pp. 121 ss.;
pp. 146 ss.; especialmente, pp. 152 ss.; PROVERA, Giusseppe, Contributi allo studio del iusiurandum in
litem cit., pp. 18 nº 21; pp. 31 y 40. Para GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I cit.,
p. 184 el iussum de restituendo más que un mandato es una “autorización” del juez en orden a restituir.
232 Sobre la pronuntiatio, vid. PERNICE, Alfred, Labeo II cit., p. 288. GUZMÁN BRITO, Alejandro,
Derecho Privado Romano I cit., p. 184 n. 105 nos informa precisamente de algunos textos en relación
con pronuntiationes judiciales (D. 3,3,40,4; D.44,2,15; D.44,2,30,1). Esta notificación previa resulta
perfectamente congruente con el juego de la cláusula arbitraria. Sobre este mecanismo, vid. D’ORS, Ál-
varo, Derecho Privado Romano cit., § 109 nº 1. Sobre la pronuntiatio como declaración previa del juez
que reconoce el derecho del actor en las acciones arbitrarias, vid. SAVIGNY, F.K., Sistema del Derecho
Romano Actual V [Mesía y Poley Trads.], Góngora y Cía Editores, Madrid, 1879, V cit., pp. 203 s.
233 PROVERA, Giussepe, Contributi allo studio del iusiurandum in litem cit., pp. 17 ss., especial-
mente p. 18 nº 21; respecto al asunto de la retención dolosa por parte del reus contumax se suele citar
D. 6,1,70 Pomp. 29 ad Sab. que niega la quasi publiciana al contumax y al que con dolo malo hizo
que no se poseyera (D. 6,1,69 Paul. 13 ad Sab.) pues “compró la cosa” contra la voluntad de su dueño.
Sobre este texto vid. RUSSO SPENA, Raffaello, “Litis aestimatio ed emptio” en Rassegna X cit., pp. 550
ss. Vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I cit., p. 185. Sobre los diversos sentidos
de contumacia, especialmente la desobediencia al iussum de restituendo, vid. CHIAZZESE, Lauro, Jus
iurandum in litem cit., pp. 121 ss. y 146 ss.
234 Véanse D. 12,3,1 Paul. 51 ad Sab., y D. 12,3,2 Paul. 13 ad Sab.; asimismo, D. 6,1,68 Ulp. 51
ad Ed. Todos ponen de manifiesto que el reus contumax sufría la estimación del actor mediante frases
como “quanti in litem actor iuraverit” (D. 12,3,2,1) o “in infinitum” (D. 6,1,68).
235 Sobre restituciones en las fuentes vid. D. 50,16,22 Gai. 4 ad Ed. Prov., y D. 50,16,35 Ulp. 17 ad
Ed.; CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit. p. 31. La restitución consiste en volver el asunto al
estado primigenio o “repristinar”. Vid. EL MISMO, pp. 32 y 34 s. Sobre los criterios de restitución en los
juicios petitorios (impensas, accesiones, productos, etc.), vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano
cit., § 151. Vid. también, este último tema, en GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I
cit., p. 185.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 67
236Un ejemplo de enajenación forzosa (en relación con la litisaestimatio) en un texto de ULPIANO al
que hemos llegado gracias a CUQ, Edouard, Manuel des institutions juridiques des romaines, Lib. Plon-
Nourrit, Paris, 1917, p. 301 nº 6. Se trata de D. 27,9,3,2 Ulp. 35 ad Ed. “Item quaeri potest, si fundus a
tutore petitus sit pupillaris nec restituatur, an litis aestimatio oblata alienationem pariat, et magis est,
ut pariat: haec enim alienatio non sponte tutorum fit”. Se trata, según ULPIANO, de una enajenación no
espontánea que Edouard, CUQ, ibid., califica como una “alienación necesaria”.
237 D. 12,3,5 Marcian. 4 Reg.; CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., p. 13. Según SAMPER,
Francisco, Derecho Romano cit., p. 92 el exhibere en la cláusula arbitraria de esta acción tiene por objeto
que se exhiba para evitar la condena pecuniaria. La contumacia se castiga de la misma manera, aunque
aparentemente no in infinitum sino cum taxatio como revela D. 10,4,3,2 Ulp. 24 ad Ed. “...quod reus
contumax per in litem ius iurandum petitoris damnari possit ei, iudice quantitatem taxandi”. Para un
tratamiento unitario de la restitución y la exhibición, vid. GAI. 4,163. Sobre el juramento en la acción
exhibitoria, vid. BERTOLINI, Cesare, Il giuramento nel Diritto Privato Romano, L’Erma di Bretschneider,
Roma, 1967, p. 215.
238Para el efecto temperador de la cláusula arbitraria, vid. GIOFFREDI, Carlo, “Su l’origine della
condemnatio pecuniaria” en SDHI 12 (1945) cit., p. 140. Afirma este autor que la cláusula arbitraria
aminoraba las posibles injusticias que producía el mecanismo de las condemnationes pecuniarias. De la
misma manera, PROVERA, Giussepe, Contributi allo studio del iusiurandum in litem cit., pp. 76-78. En
general, vid. CUQ, Édouard, Manuel... cit., p. 858 s.
68 MARCELO NASSER OLEA
239 Vid., en general D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, cit., § 77 nº 1; también WENGER,
Leopold, Istituzioni di procedura civile romana (Ricardo Orestano, trad.), Giuffrè, Milano, 1938, p. 144;
sobre su presencia en los bonae fidei iudicia, vid. BROGGINI, Gerardo, “Sulle origini del iusiurandum in
litem”, en Studi in onore di Emilio Betti 2, Giuffrè, Milano, 1962, pp. 120 nº 7 y 154 y SOLAZZI, Siro,
“Del iusiurandum in litem”, en Scritti di Diritto Romano 1, Jovene Editore, Napoli, 1955, pp. 78 s.; para
la litisaestimatio en la actio ad exhibendum D. 10,4,3,2 itp. Ulp. 24 ad Ed. y D. 10,4,5, 2 Ulp. 24 ad Ed.;
una reconstrucción de este último texto en CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., p. 168: “Reus
contumax per in litem ius iurandum petitoris damnari possit”. El resto, afirma, es interpolación.
240 Vid. infra pp. 140 ss.
241 Acaso éste es el mecanismo descrito en D. 47,2,32 pr. Paul. 9 ad Sab.; el mismo texto deja claro
que el régimen persecutorio es diverso del penal, lo que está en consonancia con que no es procedente
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 69
vid. CHIAZZESSE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., pp. 7-12; véase un listado de textos en SOLAZZI, Siro,
“Del iusiurandum in litem”, en Scritti... cit., pp. 77 s.
243 LUZZATTO, Giuseppe Ignazio, Procedura civile romana II, Le legis actiones, Ed. UPEB del Dott.
Cesare Zuffi, Bologna, 1948, pp. 134 s.; vid., también BRINI, Giuseppe, Della condanna nelle legis
actiones, G. Bretschneider, Roma, 1978, pp. 56 s.; cfr. PUGLIESE, Giovanni, Lezioni sul processo... cit.,
p. 152.
244 En lo aplicable vid. D. 6,1,46 Paul. 10 ad Sab. itp. “Eius rei, quae per in rem actionem petita
tanti aestimata est, quanti in litem actor iuraverit...”; la terminología “quanti in litem actor iuraverit”
aparece también en D. 12,3,2 Paul. 13 ad Sab. aplicada al caso del contumax y del poseedor que no
exibe dolososamente la cosa, casos que aparecen asimilados. Para una crítica de este texto y a D. 6,1,71
Paul 13 ad Sab. y D. 6,1,68 Ulp. 51 ad Ed.; vid. CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., pp. 194
ss. y CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà per litisaestimatio... cit., p. 78; PROVERA, Giuseppe,
Contributi allo studio del iusiurandum in litem cit., pp. 14 y 18.
245 Cfr. D. 6,1,68 itp Ulp. 51 ad Ed. (Ulp. 51 ad Sab. según la versión de Álvaro D’ORS) que permite
una apreciación in infinitum; sobre este texto vid. WENGER, Leopold, Istituzioni di procedura... cit., p. 146
nº 39; en relación con la discusión sobre la facultad del juez para disminuir la estimación o para imponer
una taxatio, vid. SOLAZZI, Siro, “Del iusiurandum in litem”, en Scritti... 1 cit., pp. 77-81.
70 MARCELO NASSER OLEA
246SAVIGNY, F.K., Sistema IV cit., p. 84 afirma que era un medio indirecto de coacción muy eficaz;
vid. D’ORS, Álvaro, ibid., § 109 con citas a D. 12,3,1 Ulp. 51 ad Ed.; D. 12,3,11 Paul. 3 Resp. y D. 38,2,36
Iav. 8 Epist. y CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit, p. 157. Vid. también, SCHULZ, Fritz, Derecho
Romano Clásico cit., p. 355; sobre la función coercitiva y penal del iusiurandum in litem clásico, vid.
BROGGINI, Gerardo, “Sulle origini del iusiurandum in litem” cit., p. 119 nº 3.
247 SCHULZ, Fritz, Derecho Romano Clásico cit., p. 355.
248
Para PROVERA, Giuseppe, Contributo allo studio del iusiurandum in litem cit., pp. 76-78 el ori-
gen del juramento estimatorio estaría en la doble necesidad de coaccionar al demandado a restituir la
cosa en la acción reivindicatoria y, con ello, solucionar la injusticia que podía producir un régimen de
condemnatio pecuniaria. Sobre esto, además, vid. supra n. 238.
249 BROGGINI, Gerardo, “Sulle origini del iusiurandum in litem” cit., p. 123; BETTI, Emilio, Recensión
a CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà per litisaestimatio... cit., en SDHI 1 (1935), p. 438.
250
D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, cit. § 77 nº 2 dice “vender”; GREENIDGE, A.H.J., The
legal procedure of Cicero’s time cit., p. 193 dice “...being forced to purchase his estate or goods at a
fancy price”. Ambos, por lo visto, suponen ya la asimilación a la compraventa. Vid. también WENGER,
Leopold, Istituzioni di Procedura... cit., p. 196 nº 39.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 71
D. 9,2,33 Paul. Pr. 2 ad Plaut., “Sextus quoque pedius ait pretia rerum non ex affectione
nec utilitate singulorum, sed communiter fungi...”.
En el ius iurandum in litem, en cambio, el actor toma unilateralmente en cuenta los
elementos afectivos y personales (affectus) de manera que el demandado, si quisiera
retener la cosa litigiosa, tenga que pagar un precio extremadamente elevado. Sin
embargo, no es la magnitud de las cifras lo que impide que se hable de un verdadero
pretium (elemento esencial de toda compraventa), sino que la unilateralidad en su
imposición251.
La diferencia entre pretium y affectus no es ajena a las fuentes. En efecto, y aun
cuando el texto no se refiere directamente a nuestro tema, sino a la bonorum possessio
contra tabulas, aparece como parámetro diferenciador y subjetivo en la parte final
(que hemos destacado en negritas), de:
D. 38,2,36. Iav., 8 Epist. “Libertus, qui solvendo non erat, praeterito patrono extra-
rios relinquit heredes: quaero, an possit patronus petere contra tabulas bonorum
possessionem. Respondit: cum a scriptis heredibus adita est hereditas, patronus con-
tra tabulas bonorum possessionem petere potest, quia solvendo hereditas est, quae
inveniat heredem. et sane absurdum est ius patroni in petenda bonorum possessione
contra tabulas aliorum computatione, non iudicio ipsius patroni aestimari auferrique
patrono, quod modicum vindicaturus est. Multi enim casus intervenire possunt, quibus
expediat patrono petere bonorum possessionem, quamvis aeris alieni magnitudo, quam
libertus reliquerit, facultates patrimonii eius excedat, veluti si praedia sunt aliqua ex
bonis liberti, in quibus maiorum patroni sepulchra sint et magni aestimat patronus
bonorum possessione iura pro parte ea ad se pertinere, vel aliquid mancipium,
quod non pretio, sed affectu sit aestimandum. Non ergo ideo minus habere debet ius
petendae bonorum possessionis, qui animo potius quam aliorum computatione bona
liberti aestimat, cum eo ipso sufficere patrimonium videri possit, quod et heredem
habeat et bonorum possessorem”.
Ahora bien, tratándose del reus contumax en particular, Paulo sostiene claramente
que la condena a la litisaestimatio va más allá del pretium (ultra rei pretium):
D. 12,3,1 Paul. 51 ad Sab. , “Rem in iudicio deductam non idcirco pluris esse opina-
mur, quia crescere condemnatio potest ex contumacia non restituentis per iusiuran-
dum in litem: non enim res pluris fit per hoc, sed ex contumacia aestimatur ultra rei
pretium”.
En el mismo sentido, Ulpiano nos enseña que el contumax se arriesga a que el actor
fije unilateralmente la litisaestimatio sin límite, esto es, hasta el infinito:
251 Igualmente vid. la crítica de RUSSO SPENA, Rafaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en Rasseg-
na X, cit., pp. 551-552 nº 3. // Sobre la influencia del cristianismo en la expresión iustum pretium,
vid. ALBERTARIO, Emilio “Iustum pretium e iusta aestimatio”, en BIDR 31 (1921), pp. 1 ss. Vid., contra,
DE FRANCISCI, Pietro “Iustum pretium”, en Studi in onore di Ugo Enrico Paoli, Ed. Felice le Monnier,
Firenze, p. 214; para VOCI, Pasquale, L’obbligazioni romane (Corso di Pandette). Il contenuto dell’obli-
gatio, Giuffrè, Milano, pp. 48 s., la aestimatio rei del actor se refiere al valor objetivo de la cosa.
72 MARCELO NASSER OLEA
D. 6,1,68 Ulp. 51 ad Ed. “Qui restituere iussus iudici non paret contendens non
posse restituere, si quidem habeat rem, manu militari officio iudicis ab eo possessio
transfertur et fructuum dumtaxat omnisque causae nomine condemnatio fit. Si vero
non potest restituere, si quidem dolo fecit quo minus possit, is, quantum adversarius
in litem sine ulla taxatione in infinitum iuraverit, damnandus est. Si vero nec potest
restituere nec dolo fecit quo minus possit, non pluris quam quanti res est, id est quanti
adversarii interfuit, condemnandus est. Haec sententia generalis est et ad omnia, sive
interdicta, sive actiones in rem sive in personam sunt, ex quibus arbitratu iudicis quid
restituitur, locum habet”.
Como se ve, el juramento estimatorio es un acto unilateral, pues sólo el dueño y
demandante, en principio, puede valorar la cosa conforme a parámetros de affectus.
Por tratarse de un acto unilateral, no puede generar las obligaciones “recíprocas”
propias de los contratos, y menos aún los efectos de la compraventa. Ello trae como
consecuencia que el incumplimiento del demandado en el pago de la litisaestimatio,
a que ha sido condenado, no quedara sancionado mediante acciones bonae fidei, pues
éstas suponen la existencia previa de un acto estructuralmente bilateral que, además,
hubiera generado obligaciones recíprocas252. Sin embargo, la realidad nos demuestra
que los juristas asimilaron el pago de la litisaestimatio fijada mediante ius iurandum
in litem a un contrato, concretamente con el contrato de compraventa. La cuestión es
compleja, y no sólo desde el punto de vista estructural.
En principio, podría argumentarse que la estructura misma del proceso formulario
implica una especie de contratación por causa de litiscontestatio, por lo que los efectos
que se generen entre las partes podrían asimilarse a un contrato. Acaso se puede decir
que en el momento de la litiscontestatio tanto el actor como el demandado aceptan las
reglas del juego y, entre ellas, perder la cosa a manos del reo si se obstina en pagar
la estimación, así como el demandado acepta que la cosa sea fijada en un valor exce-
sivamente alto. Aceptar esta opinión traería como consecuencia que, por ejemplo, el
pago de la litisaestimatio transitara hacia un contrato sin mayores dificultades. Entre
los autores que sostienen que la litiscontestatio acarrea un elemento convencional de
esta clase, se encuentra Murga253. Esta posición, a nuestro juicio, acerca demasiado un
supuesto “consentimiento procesal” manifestado en la litiscontestatio, al consensus
necesario para concebir una emptio venditio rei. Sin embargo, veremos que la asimi-
lación de la litiscontestatio a un contrato no es tan sencilla.
dado deviene en la indefensio. Cfr. BISCARDI, Arnaldo, Lezioni sul processo romano antico e classico,
Giapichelli, Torino, p. 204 y la cita a D. 2,1,18 Afr. 7 Quaest.
257 Vid. CARRELLI, Odoardo, La genesi del procedimento formulare cit., pp. 235 s.
74 MARCELO NASSER OLEA
este caso, desde pro possessore a pro emptore. Vid. CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà per
litisaestimatio... cit., p. 13 y D. 41,3,4,13 Paul. 54 ad Ed., con relación a la res furtiva reivindicada por
su dueño, que apud iudicem “acepta” el pago de la litsaestimatio; para las funciones de la litiscontestatio
tanto en las legis actiones como en el procedimiento formulario vid. GIOFFREDI, Carlo, “Su l’origine della
condemnatio pecuniaria”, en SDHI 12 (1945) cit., pp. 141 s., especialmente, p. 144.
259 WENGER, Leopold, Istituzioni di procedura... cit., p. 146 nº 39; sobre la litisaestimatio como una
venta forzosa vid. D. 27,9,3,2 Ulp. 35 ad Ed; RUSSO SPENA, Rafaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en
Rassegna X cit., p. 568.
260 De hecho la cosa se encuentra en poder del reo. Podría sostenerse, no sin dificultad, que se trata
de una especie de traditio brevi manu pro emptore por medio de la cual el poseedor se hace dueño al
operar el título. Es la opinión de BONFANTE, Pietro, “L’editto Publiciano”, en Scritti... 2, cit., p. 413; para
ejemplos de tradiciones sin desplazamiento previo, vid. D. 6,2,9,1 Ulp. 16 ad Ed.; D. 15,1,8 pr. Paul. 4
ad Sab.; D. 21,2,62 pr. Cel. 27 Dig. y 41,1,9,5 Gai. 2, Rer. Cott.; cfr. la opinión de WATSON, Alan, “The
acquisition of youngs in the usufructus gregis”, en IVRA 12 (1961) p. 217, quien afirma que la traditio
brevi manu se refiere primariamente a res nec mancipi.
261
Utilitatis causa es la expresión preferida por PAULO para otras situaciones de extensión de iustae
causae, como la de D. 41,4,2,9 (utilitatis causa pro emptore); y 41,4,2,16 que, sin embargo, no permite
accionar con la publiciana, ni la reclamación por evicción, como tampoco la accessio possessionis
a favor del usucapiente, ambos textos Paul. 54 ad Ed.; sobre utilitas, vid. CICERÓN, De off. 3,19,78;
3,18,74; 3,22,87.
262 CARRELLI, Edoardo, L’acquisto de la proprietà per litis aestimatio... cit., pp. 92 y 102 nº 159;
vid. D. 25,2,10 Pomp. 16 ad Sab., para el solo caso de la mujer contumax en el caso de la actio rerum
amotarum.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 75
B. EL IUSSUM DE RESTITUENDO.
FUNCIÓN Y FINALIDAD
El iussum de restituendo se perfila como un mecanismo necesariamente adecuado
al funcionamiento de la cláusula arbitraria de restitución. En las acciones que contie-
nen esta cláusula, el juez debe conminar al demandado para que restituya el objeto
litigioso. Enfrentado a dicha orden, el demandado poseedor podrá elegir si obedece
al juez y entrega la cosa en manos del actor, o si le desobedece y con ello se expone
a la estimación del litigio (litisaestimatio).
De lo anterior se colige que el iussum de restituendo no está presente en toda clase de
acciones. En efecto, su alcance es excepcional. Si recordamos, Chiazzese nos exponía
el ámbito de acciones donde este iussum podía tener lugar y ello nos limitaba casi a
las acciones reales, la exhibitoria y alguna acción otra no segura. Este mismo autor
nos explica cómo la desobediencia a este iussum por parte del demandado generaba
una situación procesal compleja, denominada contumacia263. La contumacia del reo,
asimismo, da lugar a la condena a la litisaestimatio.
Para Guzmán Brito264, el iussum de restituendo más que un mandato es una “au-
torización” del juez al demandado para que restituya la cosa. Esto significa que el
demandado tiene la opción de retener, la que no se miraría como reprochable o con-
tumaz, pues sólo se encuentra autorizado para devolver. Sin embargo, nos parece que
la orden de restituir es algo más que una mera autorización pues las fuentes asimilan
la contumacia al dolo, institución jurídica con un innegable contenido infamante. Así
puede citarse como ejemplo:
D. 12,3,2 Paul. 13 ad Sab. “Sive nostrum quid petamus sive ad exhibendum agatur,
interdum quod intersit agentis solum aestimatur, veluti cum culpa non restituentis
vel non exhibentis punitur: cum vero dolus aut contumacia non restituentis vel non
exhibentis, quanti in litem iuraverit actor”.
Más allá del problema terminológico, el asunto no es demasiado relevante. El
demandado poseedor debe “ser condenado” (Gai. 3,180) si se cumplen los elementos
263Los diversos sentidos de “contumacia”, especialmente la contumacia que se produce por des-
obedecer la orden de restituir, vid. CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., pp. 121 ss.; pp. 146 ss.;
especialmente, pp. 152 ss.; PROVERA, Giusseppe, Contributi allo studio del iusiurandum in litem cit.,
pp. 18 nº 21; pp. 31 y 40.
264 GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I cit., p. 184.
76 MARCELO NASSER OLEA
de la intentio (que el actor sea dueño), salvo que restituya al actor (Gai. 4,114). La
cuestión se traduce, por último, en una decisión libre y soberana del demandado.
Si es condenado, deberá la condena pues queda obligado a una cantidad de dinero
que antes no debía (al menos no por causa de la sentencia). Si obedece y restituye
la cosa, se libera de ser condenado y, por ello, no deberá nada pues se extingue la
obligación eventual nacida de la litiscontestatio265. Como se ve, en el caso de las
acciones reales, el reo tiene una especie de “deber moral de restituir”, cuyo incum-
plimiento o contumacia se traduce en el pago de la litisaestimatio. Ésta se traduce
en poder pagar la condena con una cosa que no se debe en sentido estricto, lo que
se parecería mucho, aunque en el ámbito puramente obligacional, a la denominada
facultas solutionis.
265 Un caso similar puede darse en la encrucijada en que se encuentra el paterfamilias demandado
en las acciones con cláusula noxal. En esta clase de acciones, el paterfamilias demandado evitaba la
condena en dinero entregando al delincuente en manos del actor. Como se ve, no por ello la condemnatio
deja de ser pecuniaria, sino que se produce la extinción de una obligación (damnatio) por medio de una
facultas solutionis permitida expresamente por el Edicto. Sobre la facultas solutionis en la acción noxal,
vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit. § 435. Sobre el abandono noxal como solutio que
extingue la estimación, vid. LENEL, Otto, Ed. Perp. § 75. La solutio facultativa de la acción noxal tornará
al demandante en un poseedor pro suo del dependiente. Para una iusta causa específica, presuntamente
denominada “pro noxae deditione”, vid. LONGO, Carlo, Corso... cit., p. 160 fundado, posiblemente en
D. 6,2,5 Ulp. 16 ad Ed.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 77
D. 25,2,22 pr. Iul. 19 Dig. “Si propter res amotas egero cum muliere et lis aestimata
sit, an actio ei danda sit, si amiserit possessionem? Movet me, quia dolo adquisiit
possessionem. Respondi: qui litis aestimationem suffert, emptoris loco habendus est.
Ideo si mulier, cum qua rerum amotarum actum est, aestimationem litis praestiterit,
adversus vindicantem maritum vel heredem mariti exceptionem habet et, si amiserit
possessionem, in rem actio ei danda est”266.
Este fragmento nos dice que Juliano consideraba que la mujer que sufría la esti-
mación del litigio267 quedaba colocada como si hubiese comprado la cosa (emptoris
loco habendus est)” y, consecuencialmente, gozaba de las excepciones del comprador.
Para el caso de que perdiera la posesión de la cosa, se le garantizaba, asimismo, una
acción real (si amiserit possessionem, in rem actio ei danda est).
Como veremos más adelante, la asimilación de la litisaestimatio a la compraventa
en este caso no es tan sencilla, máxime si tenemos en consideración que la actio rerum
amotarum clásica no era una acción reipersecutoria sino penal.
Además del texto arriba citado, recogido presuntamente del Libro 19 del Digesto de
Juliano, existen un par de testimonios posteriores atribuidos al jurista Ulpiano. Estos
textos no han sido traídos a colación por Justiniano en el mismo lugar ni a propósito
de las mismas instituciones sino que en lugares bien distintos. Asimismo, según se
puede ver, Justiniano recogió los textos desde libros diferentes de los Comentarios
al Edicto de Ulpiano: uno, a propósito de la acción publiciana misma, lo que no debe
extrañar; pero otro, en relación con la acción de petición de herencia, lo que resulta,
en principio, algo curioso. El primero de ellos dice:
D. 6,2,7,1. Ulp. 16 ad Ed. “Si lis fuerit aestimata, similis est venditioni: et ait Iulianus
libro vicensimo secundo digestorum, si optulit reus aestimationem litis, publicianam
competere”268.
El texto consta de dos partes. La primera de ellas enuncia el principio de asimilación
entre la compra y la litisaestimatio y, hasta ahí, no presenta demasiadas novedades
(Si lis fuerit aestimata, similis est venditioni). En la segunda parte, Ulpiano se refiere
expresamente a la autoridad de Juliano, en cuanto habría sido este jurista el que sostuvo
que le competía la acción publiciana al reo que pagaba la estimación (Et ait Iulianus
libro vicensimo secundo digestorum, si optulit reus aestimationem litis, publicianam
competere). Esta segunda parte del texto significa que el que obtiene la estimación
goza de una iusta causa de posesión civil y por ello goza de la acción propia de esta
clase de poseedores. Aquéllo, leído en armonía con la primera parte del texto, permite
266 Una crítica a la clasicidad de este texto, con abundante bibliografía y estudio textual, en RUSSO
afirmar que la causa que fundamenta la usucapio de este poseedor civil, tanto como
su legitimación activa en la acción publiciana es, justamente, la causa pro emptore.
El segundo texto atribuido a Ulpiano se encuentra recogido por Justiniano a propósi-
to del tratamiento de la causa pro emptore de la usucapión y expresa simplemente:
D. 41,4,3 Ulp. 75, ad Ed. “Litisaestimatio similis est emptioni”.
Como se ve, el fragmento es cortísimo y se puede cotejar con facilidad con la pri-
mera parte de D. 6,2,7,1 arriba citado, salvo en cuanto el primero habla de venditio y
este de emptio cosa que, a nuestro juicio, no resulta demasiado relevante. En efecto,
la regla funciona igual, aunque tiene una formulación gramaticalmente diversa. En
ambos casos, aun cuando Juliano esté tratando de instituciones distintas –pues ya he-
mos advertido que el primero de ellos se refiere a la acción publiciana pero el segundo
no– el pago de la condena pone al reo “en el lugar” de un comprador269.
Finalmente pueden citarse, en relación con nuestro tema, un texto de Paulo, y dos
fragmentos de Gayo. El primero de ellos dice:
D. 6,1,46 Paul. 10 ad Sab. “Eius rei, quae per in rem actionem petita tanti aestimata
est, quanti in litem actor iuraverit, dominium statim ad possessorem pertinet: transe-
gisse enim cum eo et decidisse videor eo pretio, quod ipse constituit”.
Este texto, leído sin crítica, da a entender que la litisaestimatio funciona como causa
traditionis, transfiriéndose el dominio al demandado inmediatamente. Esta regla, dice
el texto, se aplicaría a todas las acciones reales, aunque no expresa a qué título270 por
lo que, como veremos, no sirve demasiado para argumentar sobre la asimilación de la
causa emendi a la litisaestimatio. Ahora bien, el hecho que se considere que el dominio
pasa statim al demandado por la litisaestimatio permite sostener, sin embargo, que en el
fragmento subyace la idea de una justa causa. En efecto, no puede imaginarse un modo
de adquirir derivativo como la traditio (aunque sea brevi manu), sin que medie una de
las justas causas de aquellas que típicamente la sostienen. El problema, sin embargo,
versa sobre la naturaleza de dicha justa causa y Paulo no lo soluciona en esta sede. Por
lo demás, una transferencia dominical plena, no cuadra con la idea (reflejada en otros
textos), de que la litisaestimatio funciona como causa de usucapión y de legitimación
para la acción publiciana y las excepciones propias del poseedor civil.
Gayo tampoco está ajeno a la asimilación de la litisaestimatio a la venta. Así fue
como en sus Comentarios al Edicto Provincial escribió:
D. 41,4,1 Gai. 6 ad Ed. Prov. “Possessor, qui litis aestimationem optulit, pro emptore
incipit possidere”.
Al parecer, Gayo habría considerado que el reo que se ofrece a pagar la litisaesti-
matio comienza (directamente) a poseer pro emptore. Sobre los alcances de la apli-
269 Hay más textos, casi todos de ULPIANO (v. gr. D. 42,4,15 Ulp. 6 Fideicomm. y D. 21,2,21,2 Ulp.
cación de esta regla sin más, nos extenderemos más adelante, aun cuando podemos
adelantar que resulta impropio atribuir efectos posesorios o de usucapión al solo hecho
de ofrecerse a pagar una condena u ofrecerse a pagar cualquier cosa.
Pero aquello no acaba con las aportaciones gayanas. El libro II de las Instituciones
señala:
Gai. 2,202. “Eoque genere legati etiam aliena res legari potest, ita ut heres rem redimere
et praestare aut aestimationem eius dare debeat”.
Este caso no suele analizarse demasiado para explicar el problema de la litisaesti-
matio y la compraventa. Se trata de un testador que obliga al heredero a pagar a un
legatario una cosa que no le pertenece (legado damnatorio de cosa ajena). En tal caso,
el heredero debe obtener la cosa de manera de no incumplir la obligación impuesta por
el causante y no quedar sujeto a la actio ex testamento que, como se sabe, tiene litis-
crescencia. El texto explica las dos posibilidades que pueden presentarse: la primera
posibilidad es el caso del heredero que no tiene la cosa ajena legada en su poder. En
tal caso, tendría que obtenerla de manos de un tercero (normalmente su dueño) para
poder pagar el legado obligacional, por ejemplo comprándosela (aun cuando el texto
no dice expresamente emere sino redimere, palabra que se obtiene, justamente del
prefijo re y el verbo emere). La segunda posibilidad es más compleja y dice relación,
justamente con la adquisición de la posesión civil por litisaestimatio. En efecto, si la
cosa legada estaba en posesión del heredero y éste era demandado por el verdadero
dueño mediante la acción reivindicatoria, Gayo nos dice que el heredero obligado
a pagar el legado debe retener la cosa mediante el pago de la estimación. Mediante
ese mecanismo, el heredero podrá adquirir la posesión de la cosa legada de manera
de poder pagarla al legatario y cumplir su obligación ex testamento. Evidentemente,
aunque el texto no lo dice, la decisión de adquirir la cosa y pagarla al legatario será
una determinación puramente económica, en la que el heredero deberá calcular si le
conviene pagar la condena de la actio ex testamento, o retener la cosa mediante el
pago de la litisaestimatio.
271 Para MURGA, José Luis, “La aestimatio...”, en Sodalitas 6 cit., p. 2624, pese a la evidencia de
D. 6,2,7,1, Ulp. 16 ad Ed., y D. 25,2,22 pr. Iul 19 Dig., el inventor de la regla sería ULPIANO. MURGA
80 MARCELO NASSER OLEA
D. 6,2,7,1. Ulp. 16 ad Ed. “Si lis fuerit aestimata, similis est venditioni: et ait Iulianus
libro vicensimo secundo digestorum, si optulit reus aestimationem litis, publicianam
competere”.
Según Steiner, la primera parte del texto (“Si lis...venditioni”) debe considerarse
interpolada, afirmación que apoya en razones gramaticales272. Steiner sostiene que
la voz “similis” se refiere a la misma lis, lo que traería un problema de construcción
de la frase. Para Russo Spena, en cambio, la frase atribuida a Ulpiano podría ser una
simple abreviación, aunque luego sostiene que cualquier interpretación debe ceder ante
la falta de clasicidad de todo el concepto litisaestimatio=emptio. Por nuestra parte,
debemos finalmente notar que el texto no se refiere al pago mismo de la estimación
del litigio, sino al solo hecho de que el reo se haya “ofrecido” a pagarla (si optulit
reus aestimationem litis...)273. Con todo, es necesario recordar que el requisito de la
acción real es que se trate de un demandado poseedor, por lo que sería ocioso exigir
para la validez de la transferencia una nueva traditio.
Según la referencia directa de Ulpiano contenida en la primera parte del fragmento
que examinamos, la regla “si lis fuerit aestimata, similis est venditioni” decía relación
con la retención de la cosa litigiosa en manos del reo por el evento de la litisaestimatio.
Sin embargo, en el texto no se hace referencia alguna al tipo de acciones en que ello
debía ocurrir. En primer lugar, a pesar de que puede discutirse acerca de la corres-
pondencia de la primera parte del fragmento con la segunda, labor de suyo compleja,
nos parece, en general, que la referencia a Juliano debe considerarse auténtica (et ait
Iulianus libro vicensimo secundo digestorum). En efecto, no se ve la necesidad de que
un compilador hable por medio de un jurista (Ulpiano) para atribuir a otro (Juliano)
la aplicación u origen de una regla. De este modo, si la referencia palingenésica es
correcta, Ulpiano (16 ad Ed.) consideraba la litisaestimatio como una de las causas
de legitimación para la acción publiciana y ello ocurría porque la lis era estimada,
aquéllo era similar a la compraventa, que es justamente una iusta causa usucapionis
y la causa paradigmática de protección posesoria erga omnes.
pudimos encontrar pero que, en lo relevante para este estudio, es citada por RUSSO SPENA, Rafaello,
“Litis aestimatio ed emptio”, en Rassegna X cit., pp. 552 s.
273 Respecto del momento de la operación de la causa que habilita a la posesión y si ésta es el pago
efectivo (litis aestimationem sufferre que se usa en D. 47,2,9,1 Pomp. 6 ad Sab.), o el mero ofrecimiento a
pagar la litisaestimatio (offerre), vid. CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà per litis aestimatio...
cit., pp. 112 ss. El verbo offero (de donde se obtiene el perfecto optulit) se vuelve a encontrar en D. 41,4,2
Gai. 6 ad Ed. Prov. Vid. RUSSO SPENA, Raffaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en Rassegna X cit., p. 553.
Nos parece, sin embargo, que el asunto queda zanjado por D. 41,3,27 Ulp. 31 ad Sab. (fine) “...idem et
in litis aestimatione placet, ut, nisi vere quis litis aestimationem subierit, usucapere non possit”.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 81
efectos reales (dominicales y no meramente posesorios) al pago de la estimación, que, según la última
parte del texto, equivale a una verdadera transacción con pago de precio.
84 MARCELO NASSER OLEA
op<b>tulit) 285. Sin embargo, y a pesar de las dudas textuales que pueden aparecer
de la simple lectura de D. 41,4,1 y de D. 6,2,7,1 el asunto aparece aparentemente
zanjado en otro texto que no se condice con el “litis aestimationem optulit” de ambos
fragmentos arriba citados. Nos referimos a la parte final de:
D. 41,3,27 Ulp. 31 ad Sab. “Celsus libro trigensimo quarto errare eos ait, qui existi-
marent, cuius rei quisque bona fide adeptus sit possessionem, pro suo usucapere eum
posse nihil referre, emerit nec ne, donatum sit nec ne, si modo emptum vel donatum
sibi existimaverit, quia neque pro legato neque pro donato neque pro dote usucapio
valeat, si nulla donatio, nulla dos, nullum legatum sit, idem et in litis aestimatione
placet, ut, nisi vere quis litis aestimationem subierit, usucapere non possit”.
Este texto, tomado del libro 31 de los Comentarios a Sabino de Ulpiano, que trataba
aparentemente de las cosas que se podían dar en dote286, es de suma importancia. De
este fragmento sí pueden predicarse efectos generales pues asimila (contrario sensu,
si se quiere) el pago de la litisaestimatio a una causa de usucapión, aun cuando no dice
a cuál. Lo más relevante, sin embargo, es que para poder usucapir exige que el pago
de la litisaestimatio se haya hecho verdaderamente, y no bastando el hecho de ofrecer
el pago. De lo contrario, sostiene Ulpiano, simplemente no se puede usucapir.
La misma exigencia de pago efectivo se ve confirmada por D. 41,4,2,21 Paul. 54
ad Ed., en donde se expone el caso del poseedor demandado que efectivamente paga
la litisaestimatio en la acción reivindicatoria (litisaestimationem sufferre). De este
poseedor se dice que cambia, sólo desde dicho instante y por tal razón, su causa de
posesión287.
Para acercarnos a un estudio más completo de D. 41,4,1 debemos, en primer lugar,
fijar nuestro análisis en la ubicación misma del fragmento dentro de las Pandectas jus-
tinianeas. Nuestro parecer es que la ubicación compilatoria del texto debe considerarse
acomodaticia por varias razones: en primer lugar, llama poderosamente la atención
el hecho de que Justiniano haya ubicado el pasaje nada menos que encabezando el
tratamiento de la justa causa pro emptore de la usucapión (D. 41,4,1) y no junto a
D. 41,4,3 Ulp. 75 ad Ed. “Litisaestimatio similis est emptionis”, que hubiese sido lo
más coherente desde un punto de vista sistemático. Este último texto, a diferencia de
285
Cfr. el uso del verbo sufferre en D. 47,2,9,1 Pomp. 6 ad Sab. No es posible que ULPIANO haya
seguido a GAYO, por lo que resulta factible creer que el verbo sea interpolado. Sobre esta cuestión vid.
supra n. 273.
286 LENEL, Otto, Pal. I, 1136-2578. Con todo nos parece que el texto está desconectado del resto de
pro emptore que había operado una compra de cosa ajena. El pago de la litisaestimatio lo transforma
(si seguimos la regla de D. 41,4,3) también en un poseedor pro emptore pero ahora respecto del dueño.
Se trata de un cambio “respecto del verdadero dueño”, pero no de una mutación desde una causa a otra
como sí resulta del ejemplo que sigue a continuación en el mismo texto (el caso del dueño que dona la
cosa a quien la había comprado anteriormente a un no dueño). En ese caso hay una mutación desde la
causa emendi (no oponible al dueño) a la causa donandi.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 85
D. 41,4,1, está tomado del título referido a la acción reivindicatoria en los Comenta-
rios al Edicto de Ulpiano.
Si bien según la organización compilatoria justinianea, ambos textos tratan de la
misma materia (D. 41,4), las acciones a que se referían originalmente los dos frag-
mentos difieren de manera abismante. En efecto, D. 41,4,1 no está tomado del trata-
miento gayano de la acción reivindicatoria ni de la publiciana. Tampoco hay relación
orgánica del texto con las justas causas en general, las que están tratadas, en cambio,
en el Libro 7 del Edicto Provincial. Por el contrario, según el orden palingenésico que
ofrece Lenel, D. 41,4,1 está extraído del título “Si hereditas petitatur” correspondiente
al libro 6 de los Comentarios al Edicto Provincial de Gayo288.
Aunque el asunto es controvertido, la acción de petición de herencia –hasta su
propio nombre lo dice–, puede funcionar como una acción petitoria289. Esta acción,
que originariamente no pide una cosa determinada sino que una calidad (la condición
de heredero290) puede, a pesar de ello, operar como una verdadera acción real291. En
ese mismo entendido, la hereditatis petitio podía y debía funcionar a la manera de
las acciones con cláusula arbitraria, cuyo paradigma funcional es claramente el de la
acción del dueño292.
Sin embargo, el asunto nos lleva a un segundo problema. En efecto, la doctrina no
está conteste en aceptar el carácter formulario de la hereditatis petitio293 y es sabido
que sin una fórmula, es difícil imaginar un arbitrium litis aestimandae, un iussum
de restituendo y una verdadera “cláusula” arbitraria294. Si bien todo lo anterior es
opinable, nos parece que la hereditatis petitio en función de acción real pudo tener
Estudios en homenaje al profesor Juan Iglesias III, Seminario de Derecho Romano Ursicino Álvarez,
Madrid, 1988, p. 1257; D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., §§ 249-250 nº 2 y 3.
292 BIONDI, Biondo, Istituzioni di Diritto Romano, Rist. de la 4ª edición, Giuffrè, Milano, 1972,
pp. 653 y 656; cfr. BUCKLAND, W.W., A textbook of Roman Law from Augustus to Justinian, Gaunt,
Florida, 1921, p. 315.
293 El carácter formulario de la petitio hereditatis clásica es muy discutido en la doctrina. Para LENEL,
Otto, Ed. Perp., § 75 (p. 177), y ARANGIO-RUIZ, Vincenzo, Istituzioni di diritto romano, 14ª edición,
Jovene Editore, Napoli, 1989, p. 561, la acción habría tenido fórmula en algún momento histórico
determinado. También para DE LA ROSA, Pelayo, “Hereditatis petitio”, en Estudios Iglesias III, cit.,
p. 1273. Contra, D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, cit., § 249.
294 Para un posible arbitrium litis aestimandae en la legis actio per iudicis arbitrive postulationem,
vid. ALBANESE, Bernardo, Il processo privato delle legis actiones, Palumbo, Palermo, 1987, p. 109. Sólo
sería posible, dice este autor, cuando lo que se demanda es un incertum. Con todo, nos parece que la
estimación, de existir, en este caso dista mucho del funcionamiento y estructura de la cláusula arbitraria
y se refiere sólo a una tasación.
86 MARCELO NASSER OLEA
295 Sobre este asunto, vid. VOCI, Pasquale, Istituzioni... cit., p. 635.
296
Para SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 201, el demandado podía “evitar la condena
mediante un ‘recurso similar’ a la cláusula arbitraria, restituyendo las cosas reclamadas o pagando las
deudas debidas a la herencia ante una pronuntiatio del tribunal centunviral”.
297 GAI. 2,46 “Item provincialia praedia usucapionem non recipiunt”.
298 LENEL, Otto, Pal. I, 200.141-142.
299 El uso de incipit y de possessor, demuestran que GAYO no se refiere aquí al poseedor que dejó
operaba.
301 BONFANTE, Pietro, “L’Editto Publiciano”, en Scritti 2, cit., p. 400.
302 Sobre mutación de la causa possessionis por litisaestimatio, D. 41,4,2,21 Paul. 54 ad Ed.
303 DE SARLO, Luigi, “La definizione dell’actio publiciana nel diritto dei classici”, en Studi Solazzi
cit., p. 207.
88 MARCELO NASSER OLEA
304 Vid. SCHULZ, Fritz, History of Roman legal science cit., pp. 191 s.
305 SAMPER, Francisco, Instituciones jurídicas de Gayo cit., p. xii (Introducción); vid. también D’ORS,
reo y actor. Sólo luego examinaremos la cuestión más compleja que presenta la primera
parte del texto, en especial la frase “dominium statim ad possessorem pertinet” que
vendría a ser el efecto de la transacción supuestamente operada entre actor y reo.
Los autores que citábamos sustentan sus opiniones respecto de la falta de origi-
nalidad del texto en que, entre otras cosas, éste presenta una evidente confusión entre
compraventa y transacción307. En efecto, en el fragmento analizado, la transacción
aparece como una institución contractual y ello se desprende, especialmente, de la
frase “pues parece (...) que convine <con él> en el precio que el mismo fijó”.
El uso de la expresión “convenir en el pretium <de una cosa>” revela que el autor
del texto entendía que el pago de la litisaestimatio entrañaba un acto estructural y
obligacionalmente bilateral (conventio)308, acaso muy similar a una compraventa. Sin
embargo, dejando a salvo el tema del pretium y de su fijación, en la época clásica, la
transacción no era considerada como un contrato, sino como un negocio compuesto
de pacto y estipulación309. Además, en lo propiamente relacionado con la adquisición
de la propiedad o de la posesión, no parece haber existido durante la época clásica una
iusta causa pro transactione como sostiene Voci310, aunque este último autor limite la
operación de este título a la transacción en que se vea involucrada la transferencia de
una cosa lo que, por lo demás, es bastante obvio. En cambio, nos parece más correcto
que la transacción con transferencia pueda acercarse a la datio in solutum cuando hay
un creditum que extinguir, y acaso a uno de los supuestos de datio ob rem, ninguno
de los cuales encuadra en el paradigma contractual y menos en la compraventa. A
mayor abundamiento, es sabido que el derecho postclásico consideró la transacción
efectivamente como un contrato, por lo que resulta perfectamente aceptable sospechar
de la manipulación del texto311.
307 Para una crítica textual vid. LEVY, Ernst, “Die Enteignung des Klägers...”, en ZSS 42 (1921) cit.,
p. 488; para BERTOLINI, Cesare, Della transazione secondo il Diritto Romano, Torino, 1900, pp. 39 s.,
en este fragmento, transigire está usado en un sentido amplio. Una enmendación parcial de transegisse-
constituit en BETTI, Emilio, Recensión a CARRELLI, Edoardo, en SDHI 1 (1935) cit., p. 438. Sobre
transacción vid. SAMPER, Francisco, Derecho Romano, cit., p. 242 y en especial FREIXAS, Juan, “Una
contribución al estudio de Ulpiano 50 ad Edictum, D. 2,15,1 (de transactionibus)”, en Estudios en ho-
menaje al profesor Juan Iglesias I cit., p. 225 (las diferencias con pactum en pp. 230 s.); vid. también
CARRELLI, Edoardo, L’acquisto de la proprietà per litis aestimatio... cit., pp. 102-110 y GIFFARD, A.,
Leçons sur la procédure... cit., p. 142. Para RUSSO SPENA, Rafaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en
Rassegna X cit., p. 567 nº 1 el texto está claramente retocado por los bizantinos.
308 Sobre conventio como “acuerdo de las partes respecto de determinado objeto”, vid. GUZMÁN BRITO,
Alejandro, “Para la historia de la formación de la teoría general del acto o negocio jurídicos y del contrato
I. El vocabulario de la negocialidad jurídica en el Derecho Romano”, en REHJ 17 (1995) cit., p. 90.
309 CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà... cit., p. 109 “La possibilità di configurare la liti-
saestimatio come una transazione resta quindi per diritto classico esclusa: dove invece la frase attribuita
a Paolo trova la sua logica sede è nella dottrina giustinianea”.
310 VOCI, Pasquale, Modi di acquisto... cit., p. 190.
311 Hay más razones. Por ejemplo, para RUSSO SPENA, Rafaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en
Rassegna X, cit., p. 567, la desaparición de la condena pecuniaria en la época postclásica para ser re-
90 MARCELO NASSER OLEA
314 LENEL, Otto, Pal. I, 1282 a 1286 nº 4 en relación con Pal. I- 1857-1858; D’ORS, Álvaro, y
otros, El Digesto de Justiniano, Aranzadi, Pamplona, 1968, t. 1, p. 293, corrige Paul. 1<3> ad Sab.;
Cfr. WATSON, Alan (Trad), The Digest of Justinian, University of Pennsilvania Press, Philadelphia, 1998
quien prefiere el lib. 10 ad Sabinus.
315 LENEL, Otto, Pal. I, 1286 Lib. XIII [De iudiciis]? manifiesta dudas sobre el nombre que debe
llevar el libro XIII ad Sab.; vid. CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà... cit., p. 7 nº 6.
316 No se ve la razón para que PAULO haya exigido un juramento in litem estimatorio para una acción
como la condictio donde, si hubiese lugar a la estimación, la hace por excepción el iudex. Vid. VOCI,
Pasquale, Risarcimento e pena privata nel Diritto Romano Classico, Giuffrè, Milano, 1939, p. 124.
317LEVY, Ernst, “Die Enteignung des Klägers...”, en ZSS 42 (1921) cit., p. 484 nº 1; CHIAZZESE,
Lauro, Jus iurandum in litem cit., p. 54.
318 Tres son las posibilidades que resume CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà...cit.,
pp. 3 ss. y 22 en relación con D. 6,1,46: la primera posibilidad es que por operación de la regla “domi-
nium statim...” lo transferido sea el dominium ex iure Quiritium (GLÜCK, ARNDTS, WINDSCHEID, etc.). La
segunda posición (SAVIGNY y LEVY) sostiene que en virtud de tal regla sólo se adquiere la posesión y, para
defenderla, una acción quasi publiciana y una exceptio quasi rei venditae et traditae; la tercera posición
sostiene que se adquiere la posesión civil in bonis o dominio bonitario (PELLAT, APPLETON, BETTI). Para
un rastro de la presunta quasi publiciana vid. D. 6,1,70 Pomp. 29 ad Ed. y CARRELLI, Edoardo, ibid.,
p. 24; DE SARLO, Luigi, “La definizione dell’actio publiciana nel diritti dei classici”, en Studi Solazzi cit.,
p. 207. Con todo, esta acción quasi publiciana más parece la acción propia del reo que fue condenado
a la estimación, con el fin de recobrar su posesión o el valor de la cosa.
92 MARCELO NASSER OLEA
319
Sobre la condictio certi como acción que sirve para reclamar la propiedad y que implica el dare
en posesión en el derecho bizantino, vid. el escolio de STEPHANOS a B. 23,1,1 (STEPH. Sch. 5); este texto,
con traducción, en GÓMEZ ROYO, Enrique, “La natura condictionis en los Basílicos”, en Estudios en
homenaje al Profesor Juan Iglesias 3, cit., pp. 1368 s.
320
Sobre la regla “nemo sibi ipse causam possessionis mutare potest”, vid. D. 41,5,2,1 Iul. 44 Dig.;
en general, vid. MAC CORMACK, Geoffrey, “Nemo sibi ipse causam posseessionis mutare potest”, en
BIDR 75 (1972), pp. 85 ss.
321Un sector de la doctrina afirma que el reo contumax que paga la estimación obtiene una actio
empti utilis, o una in factum. Para esta afimación y los autores, vid. CARELLI, Edoardo, L’acquisto della
proprietà per litisaestimatio... cit., p. 62 nº 112. Para un caso de extensión de la acción publiciana a
compradores de mala fe, vid. SANSÓN RODRÍGUEZ, María Victoria, La transmisión... cit., pp. 133 s. Se
refiere SANSÓN RODRÍGUEZ al caso de la compra de una res mancipi hecha a domina, sin potestas alie-
nandi. Cfr. FV. 1. También resulta interesante D. 47,2,85 (D. 47,2,84 (86) Paul. 2 ad Nerat.) sobre el
pago de la estimación del litigio en la acción reipersecutoria por causa de hurto (que debe ser a nuestro
entender la reivindicatio, al menos en época clásica, y no la condictio) donde, a pesar de referirse a un
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 93
Paulo decir en dos textos ideas tan contradictorias. En efecto, mal podía opinar Paulo
que en un caso la litisaestimatio trae efectos dominicales statim, y en otro caso similar
sostener que el reo que paga la condena se pone en camino de la usucapio; esto es,
lo transforma en poseedor civil y no en dueño.
Como hemos dicho, el fragmento de D. 6,1,46 que examinamos, pese a aparecer
en la compilación justinianea haciendo referencia expresa a las acciones petitorias in
rem (quae per in rem actionem petita...) y además dentro del mismo título justinianeo
dedicado a la acción reivindicatoria, tiene su origen en textos referidos a la condictio
certae rei. Esta acción, debe clasificarse dentro de las acciones crediticias de derecho
estricto que, como sabemos, no incorporan en sus fórmulas una cláusula arbitraria
de restitución, pues el efecto de la litiscontestatio impide al reo devolver la cosa post
litem contestatam, o por lo menos dicha restitución no tiene un carácter liberatorio
sin que el actor lo acepte expresamente (pactum). En esta clase de acciones, además,
la litisaestimatio sólo opera por excepción cuando la hace el juez mediando una
taxatio322, pero no recurriendo al ius iurandum in litem del actor323, salvo quizá, por
excepción muy calificada. Por estas razones todo parangón con la compra o la causa
emendi carece de sentido en las acciones crediticias clásicas, y ello explica que no se
haga mención de una causa pro emptore pura o asimilada en D. 6,1,46.
Si fijamos nuestra atención en el tenor literal del texto, especialmente en lo re-
lativo a las acciones in rem, el problema se torna casi infranqueable. Paulo podrá
haber sido un jurista caracterizado por ser un sistemático en el tratamiento que dio
a las instituciones, pero ello no nos permite creer que este jurista haya afirmado que
el dominio se traspasaba siempre statim al reo por el hecho del pago de la litisaesti-
matio en acciones como la reivindicatoria y en las demás acciones reales petitorias
creadas a su semejanza, y tal intepretación bien se puede deber a un comentarista
posterior. En efecto, el texto puede desglosarse en tres. La primera parte del texto
(Eius rei, quae per in rem actionem petita tanti aestimata est, quanti in litem actor
iuraverit) funciona perfectamente bien para el caso de las acciones reales a las que
se refiere expresamente, aun cuando sabemos que su ubicación en Paul. 10 ad Sab.
resulta bastante extraña. Sobre la segunda parte del texto (dominium statim ad pos-
quam taxatum sit”. La fórmula de la condictio certae rei o triticaria (vid. STEPHANOS Sch. 2 fin. a Bas.
23,1,1) habría contemplado la frase quanti ea res est según RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. § 95, pp. 105 s.;
lo mismo que para LENEL, Otto, Ed. Perp., § 95 nº 4, p. 239; SAVIGNY, F.K., Sistema V cit., pp. 138 y
141 ss.; vid. SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 306.
323 Tal ius iurandum nada tiene que ver en este tipo de acciones con la cláusula arbitraria ni con un
iussum de restituendo. Sobre el ius iurandum aestimatorio excepcional en las acciones crediticias sólo
en época post clásica vid. CHIEZZESSE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., p. 3.
94 MARCELO NASSER OLEA
sessorem pertinet) ya hemos dicho que resultaría curioso que Paulo en un texto (D.
47,2,84<86> Paul. ad Nerat.) haya hablado de usucapio y en esta ocasión aparezca
reconociendo efectos dominicales inmediatos, salvo que se tratase en esta sede de la
condictio, donde el demandado ya era dueño de la cosa. Finalmente, ya hemos dado
nuestra opinión respecto de la última parte del fragmento (enim cum eo est decidisse
videor eo pretio, quod ipse transegisse) la que debe considerarse un glosema.
Todo lo anterior explica que no pueda usarse este texto para sostener la asimilación
de la litisaestimatio a la compraventa por mucho que se hable de un pretium rei. En
efecto, la retención de la cosa litigiosa por parte del demandado en la condictio no
puede ser pro emptore ni similis emptionis causa, como sucede naturalmente en las
acciones reales petitorias con cláusula arbitraria. En efecto, en las acciones civiles
crediticias el demandado es dueño de la cosa desde antes de la condena por lo que
tampoco se hace dueño statim por causa de litisaestimatio.
Pensamos que D. 6,1,46 no puede ser atribuido, tal como está, a Paulo. En efecto,
es sabido que los Comentarios a Sabino de este jurista fueron profusamente inter-
pretados y comentados durante los siglos IV y V324. Siguiendo la opinión de Russo
Spena, D. 6,1,46 es un claro ejemplo de esta manipulación, acaso atribuible a maestros
orientales325. Paulo no se refería aquí a las acciones reales sino que a las condictiones,
que no tienen cláusula arbitraria de restitución y suponen una dación crediticia al
demandado pero no una venta. Más adelante veremos en detalle cómo es que resulta
completamente innecesario buscar una causa de posesión civil o de usucapión a favor
del reo en la acción crediticia de derecho estricto326. Los textos que hablan de una
transferencia de propiedad o posesión por causa de litisaestimatio, o aquellos que
buscan establecer una causa emendi para el reo en este tipo de acciones, deben ser
puestos bajo inmediata sospecha.
324 Sobre JULIO PAULO, Comentarios a Sabino, vid. SCHULZ, Fritz, History of Roman legal science
329Vid. GUARINO, Antonio, Diritto Privato Romano, Undecima Edizione, Jovene, Milano, 1997,
p. 995; PUGLIESE, Giovanni, Istituzioni... cit., p. 597; D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit.,
§ 367, quien observa, con razón, que el cuadro de obligaciones nacidas de delitos en derecho clásico es
eminentemente pretorio y no civil, y que los actos delictivos propiamente pretorios (no los acondicio-
nados por el praetor como la iniuria) no son, en sentido estricto, fuente de obligación. Para profundizar
el tema de las acciones no civiles, vid. VALIÑO, Emilio, Actiones Utiles, EUNSA, Pamplona, 1973, y
propiamente sobre acciones no civiles de daño, EL MISMO, Acciones Pretorias Complementarias de la
Acción Civil de la lex Aquilia, EUNSA, Pamplona, 1974.
330 D. 4,3,18 Paul. 11 ad Ed. sostiene que cuando fuera posible restituir una cosa (D. 4,3,18,1), la
acción de dolo (y la de intimidación) podrían ser arbitrarias, pero cum taxatio, esto es, al valor de la
cosa y no a lo que jurase el actor.
331 Para una explicación, vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit. § 380.
96 MARCELO NASSER OLEA
Pero no todas las acciones penales involucran una cosa. Así la acción de injurias
no dice relación con objetos ni las de daño traen como consecuencia el traspaso po-
sesorio. En efecto, aunque haya involucrada una cosa en el damnum aquiliano, ésta
no pasa a la posesión del delincuente, por lo que el asunto de la restitución y de los
efectos del pago de la condena no son demasiado relevantes.
Existen acciones penales en que la causa del litigio es el traspaso posesorio ilícito
de una cosa (como la actio furti). En ellas se permite la acumulación con acciones
rem persequens332.
D. 47,2,55,3 Gai. 13 ad Ed. Prov. “Cum furti actio ad poenae persecutionem pertineat,
condictio vero et vindicatio ad rei reciperationem, apparet recepta re nihilo minus
salvam esse furti actionem, vindicationem vero et condictionem tolli: sicut ex diverso
post solutam dupli aut quadrupli poenam salva est vindicatio et condictio”.
En el caso del furtum rei, no puede decirse ni aun en época postclásica que la acción
satisfaga las pretensiones reipersecutorias del actor, ni que la condictio o la reivindica-
toria puedan liberar al fur de la condena penal. Por tratarse de acciones completamente
diversas en cuanto a su objeto, no se produce una extinción de una u otra por el efecto
de la litiscontestatio. En consecuencia, el fur debe ser condenado igualmente a un
multiplum, sin que importe para ello ningún criterio de restitución333.
La litiscontestatio de la actio furti sólo extingue la acción penal contra el fur y, si
son varios los delincuentes, sólo extingue la acción contra aquél que se dirige actual-
mente, pudiendo demandarse a tantos delincuentes cuantos hayan participado en el
delito, dejándose a salvo la reipersecutoria contra quien posea la cosa.
En el ámbito de las acciones que sancionan el damnum ocurre otro tanto con la
cumulatividad, aun cuando estas acciones contengan tanto la poena como la indem-
nización. Claramente, ni la poena ni la indemnización corresponden a un criterio de
restitución, puesto que ambos capítulos relevantes de la lex Aquilia de damnum esta-
blecen una condemnatio aumentada (no multiplicada), quizás debido a que el delito
de daño es culposo y no doloso.
En efecto, si, por ejemplo, un comodatario daña culposa o dolosamente la cosa que
se le ha entregado en comodato, el dueño tiene contra él la actio legis Aquiliae (penal) y
cumulativamente la actio commodati. Tal acumulación se entiende en virtud del carácter
puramente penal de la actio legis Aquiliae334. Otro tanto ocurre si el demandado por la
actio legis Aquiliae es un simple poseedor sin causa contractual ni jurídica, caso en el
cual, además de la acción penal, se verá enfrentado a la reivindicatoria alternativa, que
seguirá en esto las reglas de restitución que emanan de la cláusula arbitraria.
332 La acción que se acumula, en terminología correcta, es la penal (poenam persequens), sin embargo,
por comodidad hablaremos de la acción rem persequens acumulada, dado que lo importante no es cuál
se acumula a la otra, sino que ambas formen un cúmulo de recursos para el actor.
333 D. 47,2,48 Ulp. 42 ad Sab.
334 Vid. SCHULZ, Fritz, Derecho Romano Clásico § 1010, letra d.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 97
Como se ve, de los elementos más importantes de las acciones penales es justamente
la cumulatividad entre las acciones propiamente poenam persequens y las rem perse-
quens, la que explicará los efectos que puede tener una restitución ante o post litem
contestatam de la cosa que ha sido objeto de delictum. El asunto, en último término,
dice estrecha relación con el objeto de las acciones penales que, como se ha visto, no
puede identificarse con un restituere o con un reddere, sino más bien con la imposición
de la poena. El delito genera por sí mismo una obligación penal que debe ser pagada al
actor, sin que pueda importar la restitución de la cosa ante o post litem contestatam.
Hacen una aparente excepción dos acciones que se encuadran en el esquema de
las acciones penales de carácter pretorio. Nos referimos a la acción que proviene del
delito de intimidación (actio quod metus causa) y la que castiga el dolo (actio de
dolo). La actio quod metus causa habría tenido la siguiente fórmula335:
“SI PARET METUS CAUSA AM. AM. FUNDUM CAPENATEM NO.NO. MANCIPIO DEDISSE Q.D.R.A.,
NEQUE PLUS QUAM ANNUS EST CUM EXPERIUNDI POTESTAS FUIT, NEQUE EA RES ARBITRIO IUDICIS
RESTITUETUR, TANTAE PECUNIAE QUADRUPLUM IUDEX NM.NM. AO.AO., C.S.N.P.A…”.
La fórmula revela, en primer lugar, que se trata de una acción in factum y, en se-
gundo, que, aparentemente, se permitía la restitución post litem contestatam de la cosa
que había sido obtenida con intimidación o miedo; es decir, que operaba una especie
de cláusula arbitraria de restitución, aun cuando no queda claro si los efectos de esta
cláusula puedan ser parangonados a los producidos en las acciones reales.
En cuanto a la actio de dolo, según Guzmán Brito336 habría tenido posiblemente
la siguiente fórmula:
“SI PARET DOLO MALO NI. NI. FACTUM ESSE, UT AS. AS. NO. NO. FUNDUM QUA DE AGITUR
MANCIPIO DARET, NEQUE PLUS QUAM ANNUS EST, CUM EXPERIUNDI POTESTAS FUIT NEQUE EA
RES ARBITRIO TUO RESTITUETUR, QUANTI EA RES ERIT, TANTAM PECUNIAM, IUDEX, NM. NM.
AO. AO. C.S.N.P.A”.
Las dos acciones son bastante modernas337 y acarrean consigo un problema muy
complejo. ¿Estamos frente a una acción penal con cláusula arbitraria? El asunto parece
contradecir el mismo carácter autónomo de la obligación penal. Sin embargo, nos parece
que la cuestión tiene una explicación. Ninguna de estas dos acciones se creó a similitud
de un delito civil sino que fueron fruto de una elaboración jurisprudencial original y
casuística338. Así, en relación con la actio quod metus causa Ulpiano habría dicho:
335 LENEL, Otto, Ed. Perp. § 39. CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., pp. 14 ss. Cfr. BIONDI,
Biondo, Studi sulle actiones arbitrariae e l’arbitrium iudicis, L’Erma di Bretschneider, Roma, 1970,
p. 36. Para las acciones penales con cláusula arbitraria (quod metus causa y de dolo), vid. GUZMÁN BRITO,
Alejandro, Derecho Privado Romano II cit., pp. 172 ss., 275 y 283.
336 GUMZÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano II cit., p. 281.
337 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 290, las llama “innovaciones pretorias”.
338 La actio de dolo se debería a AQUILIO GALO y la quod metus causa al pretor OCTAVIO. Sobre esto
vid. SAMPER Francisco, Derecho Romano cit., pp. 291 s. y D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano
cit., § 381.
98 MARCELO NASSER OLEA
339 Algunos autores creen que la palabra “dolo” es una inserción interpolacionística, y que debe
leerse, en vez de “dolo”, “furto adquisiit possessionem”. Una crítica a la clasicidad de este texto, con
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 99
possessionem. Respondi: qui litis aestimationem suffert, emptoris loco habendus est.
Ideo si mulier, cum qua rerum amotarum actum est, aestimationem litis praestiterit,
adversus vindicantem maritum vel heredem mariti exceptionem habet et, si amiserit
possessionem, in rem actio ei danda est”.
En efecto, lo que afirma el texto al utilizar la expresión “emptoris loco” es que
la mujer que soporta la litisaestimatio queda, por ese solo hecho, activamente legi-
timada en las acciones reales de que dispone el que ordinariamente recibe por causa
de compra. Como contrapartida, la mujer podrá oponer, contra la reivindicatoria
del marido, o la de sus herederos, la excepción correspondiente. Ésta parece ser la
exceptio rei venditae et traditae, aun cuando eventualmente pudiera tratarse de una
excepción genérica de dolo.
El pasaje que traemos a colación está obtenido del título del Digesto dedicado al
tratamiento de la acción de cosas amovidas (D. 25,2). Por ello, nos parece que debe
tenerse especial cuidado para no confundirlo con los casos corrientes, propios de las
acciones reales, donde sabemos que la asimilación litisaestimatio=emptio se produce
más cómodamente.
La actio rerum amotarum es una acción especial, típica y con nombre propio,
distinta de las acciones reales y de las crediticias, en cuanto presenta elementos par-
ticulares que pasaremos a analizar.
e limiti della doctrina romanistica contemporanea su società e (con)dominio coniugali), pp. 113 ss.
Obtenido de www.dirittoestoria.it/dirittoromano/Lobrano-uxor-capIII.htm, consultado el 18 de enero
de 2005.
341 LENEL, Otto, Ed. Perp. § 115 (p. 308 y su nota 8), con cita a BEKKER; anteriormente RUDORFF,
Adolf, Ed. Perp. § 121 redactó la fórmula así: “Si paret Nm. Nm., cum Ao. Ao. nupta esset (Titiam cum
in potestate Ni.Ni. esset, Titium cum Am. Am. in matrimonio haberet) illas res divortii causa amovisse
et divortium secutum fuisse, quanti ea res est (dumtaxat de peculio quodque in rem Ni. Ni. Versus est;
filia mortua: dumtaxat quantum ex ea re ad Nm. Nm. pervenit dolove malo Ni. Ni. Factum est quo minus
pervenerit), tantam pecuniam iudex Nm. Nm Ao. Ao. condemna s.n.p.a.”.
100 MARCELO NASSER OLEA
342
Vid., también, D. 25,2,21,6 “Nec viro nec mulieri prodest in hoc iudicio, si facere non possunt:
pendet enim id ex furto”. Con consecuencias mucho más fuertes, vid. D. 25,2,27 Pap. 4 Resp. “Rerum
amotarum actio ob adulterii crimen, quo mulier postulata est, non differtur”.
343 D. 25,2,29 Tryph. 11 Disp. “Rerum amotarum aestimatio ad tempus quo amotae sunt referri
debet: nam veritate furtum fit, et si lenius coercetur mulier. Quare nec a bonae fidei possessore ita res
amotae usucapiuntur: sed si pluris factae non restituuntur quae amotae sunt, crescit aestimatio, ut in
condictione furtivae rei”.
344
HUVELIN, Paul, Études sur le ‘furtum’ dans le trés ancien droit Romain II, L’Erma di Bretschnei-
der, Roma, 1968, pp. 630 ss. PAMPALONI, M., “Sopra alcune azioni attinenti al delitto di furto (actiones
utiles)”, en Studi Senesi 17, Fac. de Giurisprudenza U. de Siena, Siena, 1900, p. 149-151, afirma que
fueron los compiladores justinianeos quienes hicieron de la actio rerum amotarum una acción puramente
reipersecutoria.
345 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 278, nos orienta acerca de algunas acciones que
pueden considerarse penales “no tanto por sus características internas, sino por su origen”. Pensamos
que la actio rerum amotarum es otro ejemplo de este tipo.
346
La acción fue originalmente introducida en beneficio del marido, y no de la mujer, como nos
revela PAULO en D. 25,2,1 Paul. 7 ad Sab. Se suele decir que durante la época clásica no podía intentarla
la mujer contra el marido como sí lo permitirá JUSTINIANO, a pesar de D. 25,2,6,2 Paul. 7 ad Sab. Sobre
este tránsito, vid. BIONDI, Biondo, Studi sulle actiones arbitrariae... cit., p. 55 nº 2.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 101
347 Vid. D. 25,2,19 Ulp. 34 ad Ed. y D. 25,2,20 Marcell. 7 Dig. donde se señala que, aunque ella
misma no hubiese tocado las cosas (ut ipsa non contrectaverit), o en el caso de que hubiese prestado
ayuda al ladrón (vel opem furi tulit), queda igualmente sujeta a la actio rerum amotarum. Además el
asunto de la propiedad es irrelevante, pues la cosa no puede jamás ingresar al patrimonio de la mujer
y se configura igualmente nuestra acción, tal y como afirma la cita a LABEÓN de D. 25,2,19 Ulp. 34 ad
Ed. “Sed et si divortii tempore fures in domum mariti induxerit et per eos res amoverit, ita ut ipsa non
contrectaverit, rerum amotarum iudicio tenebitur. Verum est itaque quod labeo scripsit uxorem rerum
amotarum teneri, etiamsi ad eam res non pervenerit”.
348 Para PAMPALONI, M., “Sopra alcune azioni attinenti al delitto di furto”, en Studi Senesi 17 (1900)
cit., pp. 149 ss., la actio rerum amotarum era una acción penal por el duplum, con cláusula noxal respecto
de las personas in potestate y no perseguía la res.
349 Vid. infra pp. 144 s.
350 Ibid.
102 MARCELO NASSER OLEA
351
D’ORS, Álvaro, “Los precedentes clásicos de la llamada condictio possessionis”, en AHDE 31
(1961), p. 631; especialmente p. 633; cfr., por varios, GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado
Romano I cit., p. 759.
352 D. 13,7,40 pr. Pap. 3 Resp.; al respecto vid. CUENA BOY, Francisco, “Emptio suae rei”, en BIDR
Biondo, Studi sulle actiones arbitrariae... cit., pp. 164 s.; para el uso de la expresión rei persecutionem
continet como sinónimo de rei persecutionem habent y como un concepto incompatible con el de “acción
penal”, vid. D. 25,2,21,5 y D 4,7,4,6 comentados por ANKUM, Hans “Actions by which we claim a thing
(res) and a penalty (poena) in Classical Roman Law”, en BIDR 85 (1982) cit., p. 22.
358 La inexistencia de acciones mixtas, es decir, aquellas que contienen la poena y la indemnización
en derecho clásico ya fue puesta de manifiesto por VOCI, Pasquale, Risarcimento... cit., pp. 146 ss.; sobre
este tema vid. ANKUM, Hans, “Actions by which we claim a thing (res) and a penalty (poena) in Clas-
sical Roman Law”, en BIDR 85 (1982), pp. 21-25. La terminología “acción mixta”, en este sentido, es
justinianea. (Insts. 4,6,16, “...sequens illa divisio est, quod quaedam actiones rei persequendae gratia
comparatae sunt, quaedam poenae persequendae, quaedam mixtae sunt”). Cuando, en cambio, GAI. 4,6
y 4,9, se refiere a las acciones por las que rem et poenam persequimur, se está refiriendo al doble castigo
que recibe el que se resiste (infitiator) en las acciones que derivan de la manus iniectio (como la actio
104 MARCELO NASSER OLEA
El asunto nos interesa en relación con la opinión vertida por Juliano en el libro
19 de su Digesto y recogida por Justiniano en D. 25,2,22 pr., citado más arriba. Si la
actio rerum amotarum era una acción penal, la afirmación atribuida a Juliano en que
se sostiene que el pago de la litisaestimatio ponía a la mujer emptoris loco respecto
de las cosas amovidas, con sus acciones y excepciones debe ponerse en duda. Hemos
dicho que el objeto de la acción penal impide que se produzca un efecto adquisitivo
por el hecho del pago de la poena, lo que, a lo sumo, puede ocurrir tras el pago de la
estimación en la acción reipersecutoria y, originalmente, sólo en aquellas acciones
con cláusula arbitraria de restitución. Sin embargo, si la actio rerum amotarum era
una acción penal in factum, similar a la actio de dolo o a la actio quod metus causa,
la cuestión de la existencia de una cláusula arbitraria en su fórmula, con ius iuran-
dum in litem estimatorio, podría acaso aceptarse. El asunto, sin embargo, no resulta
claro, especialmente por lo que dice relación con las razones para la introducción de
esta acción. Volvamos sobre un texto ya citado, aun cuando se trate ahora sólo de la
segunda parte del mismo para hurgar sobre las razones de su introducción:
D. 25,2,1 Paul. 7 ad Sab, “...quibusdam existimantibus ne quidem furtum eam facere,
ut Nerva Cassio, quia societas vitae quodammodo dominam eam faceret: aliis, ut
Sabino et Proculo, furto quidem eam facere, sicut filia patri faciat, sed furti non esse
actionem constituto iure, in qua sententia et Iulianus rectissime est”.
Paulo nos advierte de una disputa doctrinal respecto de este asunto. Por una par-
te, el jurista nos expone la doctrina de Sabino y Próculo, a quienes se suma Juliano,
todos los cuales sostenían que efectivamente la mujer cometía un furtum pero, no
obstante aquello, el marido no podía ejercer contra ella la actio furti359. En efecto, por
lo general cuando hay vínculos familiares estrechos y relaciones de dependencia no
nace la acción de hurto como señala:
D. 47,2,17 pr. Ulp. 39 ad Sab. “Servi et filii nostri furtum quidem nobis faciunt, ipsi
autem furti non tenentur; neque enim qui potest in furem statuere, necesse habet ad-
versus furem litigare; idcirco nec actio ei a veteribus prodita est”.
La misma falta de acción en relación con las personas in potestate, fluye de un
texto de Gayo, que con muy buen criterio, conecta la cuestión con la imposibilidad
de que nazcan obligaciones entre las personas in potestate y sus jefes o amos:
(D. 25,2,17,2 Ulp. 30 ad Ed.). En el mismo título se advierte que faltando el matrimonio por cualquier
causa, procede sin más, la actio furti (v. gr. D. 25,2,3 Gai. 7 ad Sab.; D. 25,2,17 pr.). Para WACKE,
Andreas, Actio rerum amotarum, Böhlau Verlag, Köln-Graz, 1963, pp. 115 ss., la falta de noxalidad
y la transmisibilidad pasiva explican, entre otras cosas, la imposibilidad de que esta acción sea penal.
También afirma que más que una acción penal, y a falta de un verdadero hurto, la actio rerum amotarum
no podría ser una condictio furtiva sino que una condictio ex iniusta causa.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 105
GAI. 4,78 “Sed si filius patri aut seruus domino noxam commiserit, nulla actio nascitur.
Nulla enim omnino inter me et eum, qui in potestate mea est, obligatio nasci potest;
ideoque et si in alienam potestatem peruenerit aut sui iuris esse coeperit, neque cum
ipso neque cum eo, cuius nunc in potestate est, agi potest”.
Sin embargo, tratándose de la actio rerum amotarum, estas opiniones despejarían
el problema solamente respecto de los matrimonios cum manu, en los que la mujer
se encuentra filiae loco, pero no respecto de los matrimonios sine manu.
La segunda opinión que nos revela Paulo es la que sostenían los juristas Cassio y
Nerva. Ellos pensaban que si la mujer amovía cosas del marido por causa de divorcio,
no cometía hurto360. El argumento, con todo, era distinto y nos resulta a primera vista
discutible pues estos autores habrían afirmado que a la mujer “el consorcio de la vida
la hace en cierto modo dueña” (quodammodo domina) y por ello resultaría impensable
cometer hurtos respecto de lo que es “en cierto modo” suyo.
Nos encontramos con que esta interpretación no alcanza a explicar lo que sucede
en el caso de los matrimonios cum manu. En esta clase de matrimonios, la potestad
marital es de tal magnitud que la mujer es tenida, al menos para efectos hereditarios,
en el mismo lugar de una hija. Ella, además, no puede ser dueña de nada y menos en
comunión con quien ejerce la única e ilimitada potestad marital. Pero más aun, la im-
posibilidad del hurto expresada por Cassio y Nerva nos parece menos probable en los
matrimonios sine manu, en los que la situación marital de la mujer es meramente fáctica,
desprovista, en general, de efectos jurídicos relevantes. Esto dificulta entender que sea
transformada en dueña de los bienes del paterfamilas, ni siquiera “quodammodo”361.
En efecto, tratándose de los matrimonios sine manu, nada debería impedir que
el marido pudiera demandar con la actio furti, al menos en el derecho antiguo. Esta
opinión, sostenida por Huvelin362, se explica porque la mujer no está sujeta a la po-
testad del marido, sino que, probablemente, a la de su propio padre. En tal calidad, el
padre de la mujer puede ser demandado con la acción noxal363 por el duplum, según
las reglas generales (actio furti)364. Ahora bien, si la mujer era sui iuris, no vemos
cuál habría sido el argumento para impedir la interposición de la actio furti, además
de alguna de las acciones reipersecutorias cumulativas.
360 Es la opinión que PAULO también atribuye a PEDIO en D. 25,2,21,1 Paul. 37 ad Ed.
361Existe una opinión muy interesante de WACKE, Andreas, Actio rerum amotarum cit., pp. 83 s.
que, basado en D. 47,2,89(90) Paul. Lib. Sing. de Poenis pagan., sostiene que tampoco en los casos
de hurtos domésticos nace la acción de hurto. Ello daría lugar a la aplicación de la regla de SABINO y
PROCULO también a los matrimonios sine manu.
362 HUVELIN, Paul, Études sur le furtum dans le très ancien Droit Romain I, parte II cit., pp. 631 s.
363PAMPALONI, M., “Sopra alcune azioni attinenti al delitto di furto”, en Studi Senesi 17 (1900) cit.,
pp. 149 ss.
364 Resta, con todo, el problema práctico que se presentaría al ejercerse la facultad de abandonar
noxalmente en manos de la víctima (antiguo marido) a la mujer que le sustrajo bienes por causa de
divorcio.
106 MARCELO NASSER OLEA
365 D. 25,2,2 Gai. ad Ed. de re iud. “Nam in honorem matrimonii turpis actio adversus uxorem
negatur”.
366 D. 25,2,29 Tryph. 11 Disp.
367
Con todo, parte de la doctrina (HUVELIN, Paul, Études sur le furtum sur le très ancien Droit Ro-
main I, parte II cit., pp. 630 ss.) afirmaba que la actio rerum amotarum servía –originalmente–, sólo en
los casos en que el matrimonio era cum manu. Tras la desaparición de la manus, esta acción se habría
extendido a todos los casos y así quedó recogida en las fuentes. Vid., al respecto, el status quaestionis
con las opiniones de CZYHLARZ, ESMEIN, PAMPALONI y ZANZUCCHI en LOBRANO, G., Uxor quodammodo
domina cit., pp. 121-124.
368 HUVELIN, Paul, Études sur le furtum dans le très ancien Droit Romain I, parte II cit., p. 631.
369
Si los cónyuges retornaran al estado matrimonial, la acción se extinguía (D. 25,2,30 Pap. 11
Quaest.).
370 HUVELIN, Paul, Études sur le furtum dans le très ancien Droit Romain I, parte II cit., pp. 631.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 107
376 D. 25,2,9 Paul 37 ad Ed. puede ayudar en esta intepretación. Sobre la naturaleza pacticia de esta
vero et vindicatio ad rei reciperationem, apparet recepta re nihilo minus salvam esse furti actionem,
vindicationem vero et condictionem tolli: sicut ex diverso post solutam dupli aut quadrupli poenam
salva est vindicatio et condictio”.
381 En el ejemplo recogido en D. 47,2,48 pr. Ulp. 42 ad Sab. se dice que cuando el ladrón presenta al
propietario apud iudicem un vaso que robó, igualmente debe ser condenado al duplum pues “in actionem
poenalem non venit ipsa rem”.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 109
cuando el mismísimo Juliano, recogido en D. 25,2,22 pr., nos indica que el pago de la
litisaestimatio por parte de la mujer demandada en la actio rerum amotarum la ubica
en una posición análoga a la que quedaba el demandado tras el pago de la condena
en la acción real con cláusula arbitraria (emptoris loco habendus est). La cuestión no
es sencilla. En efecto, por una parte nos encontramos con el marco teórico que nos
dice, entre otras cosas, que el objeto de la acción penal estaba claramente delimitado
y que las obligaciones penales no pueden nacer dentro del ámbito familiar. Pero, por
otra parte, nos encontramos con la enorme autoridad de Juliano, de quien se dice es el
inventor de la regla litisaestimatio=emptio382. El asunto dice relación con la aplicación
de la regla a la actio rerum amotarum en la época clásica y nos parece que la atribución
de la regla litisaestimatio=emptio a esta acción podría haberse tolerado.En efecto, si
la actio rerum amotarum funcionaba como la actio quod metus causa o como la actio
de dolo, la cuestión puede aceptarse.
En los tiempos del Corpus Iuris, la actio rerum amotarum era ya una acción
reipersecutoria383 con exigencia de litisaestimatio que incluía una cláusula similar
a la cláusula arbitraria384. Aun así, nuestra impresión es que, al ser la actio rerum
amotarum clásica una acción penal semejante a la de hurto, y habiendo contenido la
actio furti un juramento estimatorio cum taxatio para calcular la cuantía penal385, se
hace razonable que la acción de cosas amovidas también pueda haberlo contemplado,
máxime si cada vez que falta matrimonio por cualquier causa, la acción que procede
es la acción penal de hurto386 y el funcionamiento de ambas acciones era, en sus orí-
genes, bastante similar. El problema se presenta, sin embargo, con la adaptación del
juramento antedicho a un juramento estimatorio típico de una acción arbitraria387.
382 D. 6,2,7,1 Ulp. 16 ad Ed. Sobre este texto vid. supra pp. 100 ss.
383 D. 25,2,26 Gai. ad Ed. Prov. “Rerum amotarum actio condictio est”. BIONDI, Biondo, Studio sulle
actiones arbitrariae... cit., pp. 162 considera, además, interpolados D. 25,2,9 y 10.
384 Supra pp. 125 ss.
385 Vid. D. 12,3,9 Iav. 15 ex Cass.; vid. asimismo, RUDORFF, Adolf, Ed. Perp., § 134 (p. 134); LENEL,
Otto, Ed. Perp. § 128; vid. también, PROVERA, Giuseppe, Contributi allo studio dell’iusiurandum in litem
cit., p. 10; p. 47 nº 66; pp. 53 ss. y, especialmente, pp. 91-94.
386D. 25,2,3 pr. Paul 7 ad Sab.; la reipersecutoria acumulativa, cuando no hay matrimonio, es la
condictio furtiva como se lee de D. 25 2,17 pr. Ulp. 30 ad Ed. (en relación con las concubinas y los
matrimonios anulados casos en que procede la actio fruti). Reivindicatio o condictio son las alternativas
para perseguir una cosa. Esta regla se mantiene aún en D. 25,2,24 Ulp. 5 Reg.
387 SAVIGNY, F.K., Sistema IV cit., p. 85 nota e), afirma que el juramento estimatorio en las acciones
de derecho estricto (rigurosas) “no era más que un medio subsidiario en defecto de otras pruebas”. Sin
embargo, en p. 92 afirma que las condictiones no son nunca acciones arbitrarias, lo que confirma que la
cláusula arbitraria y el juramento estimatorio no siempre suelen ir de la mano; vid., asimismo, BIONDI,
Biondo, Studi sulle actiones arbitrariae... cit., pp. 162 considera, además, interpolados D. 25,2,9 y 10.
Para él, no cabía el iusiurandum in litem en la actio rerum amotarum; tampoco en la condictio por tratarse
ésta de una acción de derecho estricto (p. 163 nº 3; pensamos, sin embargo, que la exigencia de juramento
estimatorio atribuida en D. 25,2,8,1 a SABINO bien puede referirse a la acción penal de hurto y el texto
110 MARCELO NASSER OLEA
debere, quanti in litem vir iurasset”, interpolado según RUSSO SPENA, Raffaello, “Litis aestimatio ed
emptio”, en Rassegna X, cit., p. 556. El texto sugiere que la actio rerum amotarum presenta además, un
iussum de restituendo y la posibilidad de restituir (aunque en este caso reddere) post litem contestatam:
“Sabinus ait, si mulier res, quas amoverit, non reddat, aestimari debere, quanti in litem vir iurasset”.
389 PAMPALONI, M., “Sopra alcune azioni attinenti al delitto de furto”, en Studi Senesi 17 (1900) cit..,
pp. 161 s.; también sostiene que la actio rerum amotarum fue transformada por los compiladores en
una acción reipersecutoria. Cfr., BIONDI, Biondo, Studi sulle actiones arbitrariae e l’arbitrium iudicis,
L’Erma di Bretschneider, Roma, 1970, p. 164 s.; Ibid, pp. 156 ss.; ANKUM, Hans, “Actions by which we
claim a thing (res) and a penalty (poena) in Classical Roman Law”, en BIDR 85 (1982), p. 22.
390 PROVERA, Giuseppe, Contributi allo studio dell’iusiurandum in litem cit. pp. 10 s., y p. 53; SA-
VIGNY, F.K., Sistema IV cit., p. 85 nota e.
391 Es la opinión de RUSSO SPENA, Rafaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en Rassegna X cit.,
pp. 558 s.; cfr. CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà... cit., pp. 38 ss.
392 Una exposición apretada y certera en el estudio de TAFARO, Sebastiano, “Hombre y obligacio-
nes: equilibrio entre las prestaciones”, (Yuri González Roldán, Trad.), en http://www.dirittoestoria.it/
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 111
Aun cuando se conoce muy poco acerca del origen de estas acciones en el orde-
namiento judiciario romano, algunos autores han intentado teorías sobre los primeros
esbozos de esta clase de juicios393. En todo caso, el asunto del origen de estos juicios
desborda el tema de nuestro estudio y más bien nos centraremos en los efectos de
esta clase de acciones durante la época clásica, con especial relación al tema de la
restitución de la cosa litigiosa y del pago de la condena.
Las acciones que emanan de un contrato, en cuanto este negocio se caracteriza por
obligar recíprocamente a las partes, son acciones bonae fidei394.
GAI. 4,62 “Sunt autem bonae fidei iudicia haec: ex empto uendito, locato conducto,
negotiorum gestorum, mandati, depositi, fiduciae, pro socio, tutelae, rei uxoriae”.
Se sabe que, en esta clase de acciones, los jueces gozan de amplias facultades para
guiar y fallar el proceso. Esta libertad, única en su especie, tiene importancia a la hora
de analizar la restitución o la retención de la cosa litigiosa por parte del demandado
y los efectos que deben observarse en ella. Así consta de:
GAI. 4,63 “Liberum est tamen iudici nullam omnino inuicem conpensationis rationem
habere; nec enim aperte formulae uerbis praecipitur, sed quia id bonae fidei iudicio
conueniens uidetur, ideo officio eius contineri creditur”.
En las acciones bonae fidei en que exista una cosa litigiosa involucrada, como
pueden generalmente ser, siempre dentro de la enumeración gayana, las acciones de
la compraventa, del arrendamiento, del depósito, fiducia, etc., los demandados se en-
cuentran de ordinario en posesión de la cosa fundados en un título de posesión natural
o civil. Además, en esta clase de acciones, los demandados se hallan en una posición
de incumplimiento en todo o parte de la obligación contraída. Este incumplimiento
de las obligaciones recíprocas que nacen de la buena fe contractual traerá como con-
secuencia el nacimiento de acciones cuyo objeto es, justamente, obtener una condena
que refleje o equivalga al cumplimiento de la obligación incumplida.
En un ambiente como éste, donde el juez cuenta con facultades casi omnímodas
para aceptar restituciones, excepciones (incluso no formularias), compensaciones,
pactos, etc., la existencia de fórmulas con cláusula arbitraria sería absolutamente in-
necesaria. En efecto, por la flexibilidad y libertad de las acciones contractuales no se
hace necesario poner al juez en la “obligación” de expedir un iussum de restituendo
por instrucción del Pretor. En estos casos, el juez simplemente podrá conminar al
demandado a restituir o a aceptar otro tipo de arreglo entre las partes, siempre con
Antonio, Intorno ai bonae fidei iudicia, Jovene, Napoli, 1964, pp. 100-118.
394 Vid. supra n. 240.
112 MARCELO NASSER OLEA
carácter absolutorio o compensatorio pues, como nos dice Gayo, las acciones bonae
fidei son siempre absolutorias:
GAI. 4,114 “Superest, ut dispiciamus, si ante rem iudicatam is, cum quo agitur, post
acceptum iudicium satisfaciat actori, quid officio iudicis conueniat, utrum adsoluere
an ideo potius damnare, quia iudicii accipiendi tempore in ea causa fuerit, ut damnari
debeat. Nostri praeceptores absoluere eum debere existimant; nec interesse, cuius
generis sit iudicium. Et hoc est, quod uolgo dicitur Sabino et Cassio placere omnia
iudicia absolutoria esse. <Diuersae scholae auctoribus de stricti iuris iudiciis contra
placuisse> de bonae fidei autem iudiciis idem sentiunt, quia in eiusmodi iudiciis li-
berum est officium iudicis. Tantumdem et de in rem actionibus putant, quia formulae
uerbis id ipsum exprimatur <ita demum reum condemnatum esse nisi arbitratu iudicis
rem restituerit> ... (161/2 versus) actum fuit”.
En ese entendido, el pago de la condena o la restitución post litem contestatam
tiene para el demandado siempre efectos liberatorios. Ello trae como consecuencia
que, de haber una restitución, cualquiera sea el estado del juicio, el juez debe absolver,
compensar, etc., dentro de la libertad natural que le concede el solo hecho de estar
juzgando un litigio de buena fe.
Sin embargo, este mecanismo absolutorio no es equivalente a la cláusula arbitraria
puesto que la liberación no se produce, en este caso, por la falta de cumplimiento de
la hipótesis rígida contenida en la fórmula (neque arbitrio iudicis restituetur) sino
que, en cambio, se genera en atención a las facultades judiciales extraordinarias y, en
último término, del officium del juez.
H. ACCIONES CREDITICIAS Y
RESTITUCIÓN POST LITEM CONTESTATAM.
CUESTIONES PRELIMINARES
Del análisis del proceso romano, en general, puede desprenderse que el iussum de
restituendo es un mecanismo que debe identificarse primera, aunque no exclusivamen-
te, con las acciones reales con fórmula petitoria, en cuanto tales juicios presentan la
característica de permitir expresamente, y con efectos liberatorios, la restitución post
litem contestatam395. Sin embargo, la ausencia de una orden expresa de restitución en
las acciones personales no quiere decir que, en una acción de este tipo, el demandado
quede totalmente impedido de restituir la cosa pedida después de la litiscontestatio.
Con todo, los efectos de la restitución no pueden ser parangonados a los de las acciones
reales, por diversos motivos.
Entre las acciones personales los casos son distintos pues, a pesar de que en nin-
guna de ellas existe el pronunciamiento de un verdadero iussum de restituendo, el
395 TALAMANCA, Mario, Istituzioni... cit., p. 315 agrega la actio aquae pluviae arcendae, la Fabiana
y los interdictos. En cuanto a la acción exhibitoria, la instrucción del juez no es un iussum de restituendo
sino que un iussum rem duci vel ferri.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 113
397 La categoría de acciones stricti iuris parece haber sido introducida en Insts. 4,6,28. TALAMANCA,
Mario, Istituzioni... cit., p. 314 contrapone los juicios de derecho estricto a las acciones bonae fidei
considerándolos, como GAYO, una categoría residual. Vid., asimismo, D’ORS, Álvaro, Derecho Privado
Romano cit., § 81. Para la diferencia entre los bonae fidei iudicia y los que JUSTINIANO denominaría
“juicios de derecho estricto”, vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, “Sobre el concepto de contrato”, en Boletín
Nº 3 de la Asociación venezolana para el estudio y difusión del Derecho Romano cit., p. 17.
398 Un sentido diverso, acaso más técnico, pero clásico, de “derecho estricto” (stricta iuris ratione)
en GAI. 3,160. GAYO se refiere, nos parece, al derecho estricto como una interpretación estricta del
mismo, y no como una categoría.
399 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 307.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 115
placuisse>400 de bonae fidei autem iudiciis idem sentiunt, quia in eiusmodi iudiciis
liberum est officium iudicis. Tantumdem et de in rem actionibus putant, quia formulae
uerbis id ipsum exprimatur <ita demum reum condemnatum esse nisi arbitratu iudicis
rem restituerit>... (161/2 versus) actum fuit”401.
Como se ve, la verdadera pugna escolástica denunciada por Gayo debe limitarse
a las acciones de derecho estricto y, dentro de éstas, acaso más concretamente a la
acción que nace de los préstamos civiles llamada generalmente condictio402.
De la lectura del fragmento, parece claro que la discusión escolástica debe haber-
se generado por causa del efecto consuntivo que produce la litiscontestatio en esta
clase de acciones. En efecto, debido a que la condictio es una acción personal in ius,
bastaba que el litigio se ventilase entre ciudadanos romanos, en Roma o en una milla
a la redonda, y ante un juez único403 para que la litiscontestatio produjera efectos
extintivos ipso iure404.
GAI. 4,107 “Si uero legitimo iudicio in personam actum sit ea formula, quae iuris ciuilis
habet intentionem, postea ipso iure de eadem re agi non potest, et ob id exceptio supe-
ruacua est; si uero uel in rem uel in factum actum fuerit, ipso iure nihilo minus postea
agi potest, et ob id exceptio necessaria est rei iudicatae uel in iudicium deductae”.
Esta extinción debe conectarse íntimamente con lo expresado por Gayo 3,180 donde
habla de la creación de una obligación nueva, en dinero, diversa de la primigenia que
daba origen al litigio:
GAI. 3,180 “Tollitur adhuc obligatio litis contestatione, si modo legitimo iudicio fuerit
actum: nam tunc obligatio quidem principalis dissoluitur, incipit autem teneri reus
litis contestatione. Sed si condemnatus sit, sublata litis contestatione incipit ex causa
iudicati teneri. Et hoc <est>, quod apud ueteres scriptum est ante litem contestatam
dare debitorem oportere, post litem contestatam condemnari oportere, post condem-
nationem iudicatum facere oportere”.
400Por otra parte, evitando la categorización bonae fidei iudicia/stricti iuris iudicia, por lo demás
sólo segura desde JUSTINIANO, existe una más probable conjetura de KASER, quien suple: “<diversae
scholae auctoribus de condictionibus contra placuit>”.
401En la versión de SAMPER, Francisco (trad.) Instituciones jurídicas de Gayo cit., pp. 368-370 que
sigue en esto a KRUEGER.
402 Vid. dos notas atrás la reconstrucción de KASER: “<diversae scholae auctoribus de condictionibus
contra placuit”.
403 GAI. 4,104.
404 En el caso de los préstamos pretorios, el problema del efecto extintivo puede ser más complejo.
Vid. SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 81, quien sostiene que para que un juicio sea legítimo
es necesario que su fórmula sea civil, y por ello se excluirían de dicho régimen todos los juicios honora-
rios. Si se sigue esa postura, y el mismo GAI. 4,107 la extinción ipso iure en los juicios honorarios (actio
commodati, actio pigneraticia, etc.) no podría darse. Por otra parte, GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho
Privado Romano I cit., p. 131 niega que el carácter civil o pretorio de la acción tenga consecuencias en
su calificación como juicio legítimo o de imperio.
116 MARCELO NASSER OLEA
En efecto, la dificultad de aplicación de Gayo 4,114 para todos los litigios (omnia
iudicia), incluidas las condictiones, como postulaban los sabinianos, recomienda que
el fragmento sea leído conjuntamente con el recién citado Gayo 3,180. Así pues, de
este último texto se deduce que, después de la litiscontestatio, el deudor ya no debe
“dar” (dare oportere), pues dicha obligación se ha extinguido, sino que debe “ser
condenado” (condemnari oportere)405.
En primer lugar, debemos advertir que el uso de la expresión condemnari oportere
que aporta Gayo resulta un poco confuso, y acaso impropio406, pues tal expresión
entraña que el obligado ahora es el juez (a condenar), pero no el reo. El demandado,
en cambio, sólo quedará obligado “por causa de la sentencia” (post condemnationem
iudicatum facere oportere). Sin embargo, ello no nos permite olvidar que, aun supri-
miendo dicha expresión del análisis, el texto revela algo igualmente muy relevante.
Gayo sostiene que, tratándose de juicios legítimos y personales407, la obligación
principal se extingue ipso iure en virtud de la litiscontestatio y el demandado sólo
empezará a estar vinculado “por causa de la sentencia”. Si el demandado es condenado,
deberá pagar “tanto dinero cuanto la cosa valga” al momento de la testificación del
litigio (quanti ea res est).
Es por ello que en el caso de la acción personal crediticia que persigue un
objeto debido, la litiscontestatio no sólo muta el objeto del litigio a dinero sino
que, en los casos que corresponda –como los de condictiones llamadas ex furtiva
causa408–, opera una renuncia definitiva al dominio del actor pues extingue ipso
iure la acción reivindicatoria alternativa de que disponía el dueño. El hecho de
que el actor demande como acreedor implica que la cosa se transfiera statim al
demandado409 como si hubiese operado una especie de dación en su favor. Desde
405 El hecho que la condictio sea una acción cuya intentio persigue un dare oportere y no un restituere
es lo que lleva a autores como LEVY a deducir que el juramento estimatorio sea inaplicable a esta clase
de juicios. Vid. CHIAZZESE, Lauro, Jus iurandum in litem cit., p. 10.
406
Para GIOFFREDI, Carlo, “Sul’origine della condemnatio pecuniaria e la struttura del processo
romano”, en SDHI 12 (1945) cit., p. 143, la expresión condemnari oportere, en cambio, resulta muy
adecuada. Ello debido a que postula que la eficacia del litigio desciende de la condemnatio (iudicatum
facere oportere) y no de la litiscontestatio ni de la voluntad de las partes para obligarse por la damnatio
pública. Afirma este autor que el reo acepta la condemnatio y sus efectos desde la litiscontestatio, y no
es menester un nuevo acto de voluntad.
407
La extinción sólo es aplicable a los juicios legítimos, con fórmula in ius conceptae y siempre
que se trate de acciones personales. En efecto, GAI. 3,181 dice que lo que se extingue (ipso iure) es
la obligación de dar. GAI. 4,107 excluye de la extinción ipso iure las acciones reales y a las in factum
conceptae, a pesar de que entonces cabe la exceptio rei in iudicium deductae.
408 En el caso de la condictio llamada triticaria, vid. RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. § 95; D’ORS, Álvaro,
una transferencia pleno iure del dominio con la misma virtualidad que la mancipatio o la in iure cessio.
Sobre la naturaleza especial de esta datio vid. D’ORS, Álvaro, “Los precedentes clásicos de la llamada
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 117
traria, pero resulta indudable que debía contar con un medio para estimar la cosa pedida cuando –por
ejemplo– ha perecido. Para SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 293 era posible que la condictio
pudiera tener cláusula arbitraria en los casos de pérdida del objeto debido, aunque limitada por taxatio,
afirmación que basa en D. 12,3,5,4. Marcian. 4 Reg. Cfr. CHIAZZESE, Lauro, Jusiurandum in litem cit.,
p. 3 nº 2 y nº 5; cfr. LENEL, Otto, Ed. Perp. § 95; RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. § 95; PROVERA, Giuseppe,
Contributi allo studio dell’iusiurandum in litem cit, pp. 10 s.
411 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 304. Cfr. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Pri-
vado Romano I cit., p. 759 quien sostiene que –para el caso de la condictio furtiva– el ladrón no tiene un
antecedente en una datio previa; afirma D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., § 401 que “no es
que el ladrón adquiera sin más la propiedad de lo que hurta, pero sí viene a retener sin causa una cosa
cuyo propietario no puede ya reivindicar como propia”. Si se paga la litisaestimatio en la reivindicatio,
pareciera que la cosa pierde el vicio de furtividad, conforme la afirmación de PAULO en D. 41,3,4,13
y D. 47,2,85. Esto se entiende sólo cuando ha sido el dueño el que ha recibido la litisaestimatio, por
lo tanto, sólo respecto de la reivindicatio, no la condictio furtiva. Con todo, en ningún caso (tampoco
tratándose de la condictio furtiva) precluye la acción penal por el hurto, que tiene, como sabemos, causa
muy distinta. Sobre lo último, vid. D. 47,2,55,3 Gai. 13 ad Ed. Prov.
412 Sobre este tipo de daciones vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., §§ 400 y 401.
Se trata de casos en que “...se da la condictio recuperatoria aunque no haya habido, por parte del ahora
demandante, una datio inicial y voluntaria que permita hablar de creditum, ya sea (...), por falta de
voluntad para transferir la propiedad; en ellos se produce, de todos modos, el efecto adquisitivo como
correlativo de haberse hecho imposible la reivindicatoria...”.
413 Cfr. SAVIGNY, F.K., Sistema V cit., p. 133.
118 MARCELO NASSER OLEA
datio in solutum que, como hemos visto, tenía para los Proculeyanos un carácter
pacticio y, por ende, bilateral414.
Una regla como “omnia iudicia...” para todos los casos como, según la opinión de
Gayo 4,114, postulaban Cassio y Sabino, no pudo ser aceptada sin discusiones por
parte de todos los juristas. Pensamos que las razones dogmáticas arriba apuntadas,
especialmente lo dicho en relación con los efectos de la litiscontestatio y la propiedad
de la cosa pedida en las acciones crediticias, hubieron de ser tomadas especialmente
en cuenta por los detractores (diuersae scholae auctoribus) para manifestarse en
contra de una regla tan general.
En efecto, resulta evidente que la regla omnia iudicia absolutoriae sunt, no podía
tener una aplicación tan absoluta. Basta acudir a los juicios poenales para darse cuenta
de que en éstos, el objeto de la acción no es la restitución sino imponer una poena415,
lo que imposibilita que una restitución ponga fin al litigio y libere al demandado.
Asimismo, nos resulta extremadamente compleja de aplicar la regla en el caso de los
juicios stricti iuris y, concretamente, imposible desde un punto de vista conceptual en
el caso de la condictio certae rei. En esta última, si de hecho el reo restituye la cosa
post litem contestatam sin que concurra la voluntad del demandante, puede afirmarse
válidamente que tal restitución carece de causa, debido a que la obligación misma
que se pretende extinguir ya se había consumido por litiscontestatio (Gai. 3,180),
tanto como el mismo dominio del actor. En efecto, en estos casos a diferencia de lo
que ocurría con las acciones arbitrarias, no existe la obligación del actor de recibir la
cosa post litem contestatam.
Así, salvo en las condictiones de dinero (condictio certae pecuniae), en que el tema
es irrelevante pues la tanto la obligación primitiva como la nueva son pecuniarias y no
deben “estimarse”, ocurre que en las acciones crediticias de certa res, el demandado
ya no deberá lo mismo que debía antes de la litiscontestatio, pues la obligación primi-
tiva se ha extinguido ipso iure para que nazca otra, eventual, por causa de sentencia
(iudicatum facere oportere).
El problema nace, sin embargo, en el caso en que el reo sea condenado. En este
caso, si seguimos el análisis que nos brinda Gai. 4,114, el demandado debe cumplir
con la nueva obligación (no eventual sino real) que ha sido impuesta en virtud de la
sentencia (iudicatum facere oportere). En tal situación, parece necesario preguntarnos
con qué causa se retiene lícitamente la cosa demandada.
Hemos dicho que las condictiones carecen de cláusula arbitraria. Sabemos también
que en las acciones reales el demandado no es dueño de la cosa pedida y, por ello,
si se halla en contumacia y prefiere pagar la estimación, se hace forzoso buscar una
42 ad Sab. En este caso, cuando el ladrón que presenta (apud iudicem, se entiende) un vaso que robó y
que el propietario recupera del propio ladrón, es igualmente condenado al duplum, pues “nam in actionem
poenalem non venit ipsa res quae subrepta est, sive manifesti furti sive nec manifesti agatur”.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 119
416 Sobre la confusión justinianea entre acciones de restituere y de reddere, vid. PROVERA, Giuseppe,
Contributi allo studio dell’iusiurandum in litem cit., p. 10; sobre restituere vid. D. 50,16,35 Paul. 17 ad
Ed. El depósito, una vez que es configurado como un contrato, no está encaminado a un reddere sino a
un restituere, según la acción de la actio depositi bonae fidei que transmite GAI. 4,47.
417 Sobre el objeto de las acciones penales, vid. supra pp. 119 ss.
418 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 345.
419 RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. 110 y PS. 2,12,6.
420 PS. 2,12,12.
120 MARCELO NASSER OLEA
ella debe regirse por las reglas generales de las acciones de ese tipo, sin que obste el
ejercicio y efectos de la acción penal.
Sólo al final de la época clásica, el depósito terminaría sancionado mediante accio-
nes de buena fe, transitando hacia una figura contractual421. La acción del depósito no
pudo tener cláusula arbitraria pues sería del todo innecesaria por el conocido carácter
absolutorio de las acciones bonae fidei422.
Tratándose del commodatum423 y del pignus424, en cambio, el asunto debe abordarse
desde la perspectiva de los préstamos, y concretamente, de los denominados préstamos
pretorios. En estos negocios, tanto el comodatario como el pignoratario son poseedores
naturales, esto es, sin justa causa, aun cuando derivan su posesión de un acto volunta-
rio del dueño que lo entregó. En ambos casos, perfectamente puede ocurrir que estos
poseedores naturales no devuelvan la cosa al dueño, momento en el cual el poseedor
natural además se transforma en deudor425. En estos casos, comodante o pignorante
podrán demandar con una acción que es también de derecho estricto, pero que, sin
embargo, es in factum (actio commodati o actio pigneraticia in personam).
Corresponde preguntarse si el efecto de la litiscontestatio en el caso de las acciones
pigneraticia y commodati trae como consecuencia la extinción de la obligación de
reddere que sirve como fundamento a la interposición de la acción y si generan una
consecuente dación a favor del reo, como ocurría en la condictio certae rei.
Asimismo, debe someterse a discusión si se podría o no entablar la acción reivin-
dicatoria en estos casos, teniendo en cuenta que se goza de acciones típicas que de
otro modo no se justificarían en el Edicto. En primer término, nos parece que al no
ser la reivindicatoria una acción alternativa a la commodati ni a la pigneraticia no se
421
Las fórmulas de las acciones del depósito en RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. § 110; LENEL, Otto, Ed.
Perp. § 106.
422 En el caso del depósito, algún texto asegura que contaba incluso con un ius iurandum in litem
estimatorio (D. 16,3,1,26 Ulp. 30 ad Ed.), pero realmente no parece que esta acción tuviese cláusula
arbitraria como afirma GAI. 4,47. Vid. SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., pp. 345 s. vid. también
D’ORS, Xavier [coord.], Antología de textos jurídicos de Roma cit., p. 147. Cfr. D.16,3,30 Nerat. <Nerva?>
1 Resp. “Si fideiussor pro te apud quem depositum est litis aestimatione damnatus sit, rem tuam fieri”.
423
Sobre el comodato y sus supuestas dos fórmulas, vid. RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. § 99; LENEL,
Otto, Ed. Perp. § 98. La fórmula de la actio commodati dice “prestó el esclavo Stichus y éste no le ha sido
devuelto” (redditum non esse...); cfr. D. 13,6,1 pr. Ulp. 28 ad Ed. y D. 13,6,3,2 Ulp. id.; para un supuesto
carácter arbitrario de la actio commodati, vid. BERTOLINI, Cesare, Il giuramento... cit., pp. 209 s.
424
Para la fórmula de la actio pigneraticia in personam, vid. RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. § 100,
pp. 110 s.; LENEL, Otto, Ed. Perp. § 99. Sobre el carácter de in factum de la actio pigneraticia, BIONDI,
Biondo, Iudicia bonae fidei, Arti Grafiche Castiglia, Palermo 1920, pp. 233 ss.
425 La legitimación activa en el caso de la acción del pignus
corresponde a quien ha pagado la deuda
o a quien ha desarrollado conductas que se describen en la fórmula que expresa “...y habiéndose solu-
cionado la deuda o satisfecho a su nombre, o impedido N.N. la solución, no ha sido devuelta (redditam
non esse), condena juez...”. Según postula SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., p. 311 también
podría intentarse la reivindicatoria invocando la calidad de dueño del pignorante.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 121
426 Ni siquiera se produce la extinción ope exceptionis conforme GAI. 4,107 “Si uero uel in rem uel in
factum actum fuerit, ipso iure nihilo minus postea agi potest, et ob id exceptio necessaria est rei iudicatae
uel in iudicium deductae”, debido a que no se trata de acciones alternativas. Cfr. SAMPER, Francisco,
Derecho Romano cit., p. 311 respecto de la concurrencia de la reivindicatoria con la actio pigneraticia.
122 MARCELO NASSER OLEA
la exceptio iustii dominii o una excepción rei venditae et traditae427. Como se ve,
también en esta clase de acciones se adquiere por pago de la litisaestimatio pero la
operatividad del sistema está más vinculada a los efectos de la listiscontestatio que
al pago mismo de la condena.
Así, tanto en el pignus como en el commodatum la actitud del demandado consisten-
te en un non reddere, sumada a la condena pagada, es apta para mantener la posesión
natural que ya ostentaban comodatario y pignoratario, pero que no permite que el
dueño pueda recuperar la cosa, tal como sucedía con la asimilación a la causa emendi
que permitía prevalecer frente al dueño. Esta situación sui generis opera desde que la
condena es efectivamente pagada. El pago extingue ope exceptionis no una obligacion
nacida de la litiscontestatio como ocurre en los juicios personales legítimos, sino que
una obligación nacida sólo de la condena que se paga (solvere)428.
D. 42,1,4,7 Ulp. 58 ad. Ed. “Solvisse accipiere debemus, non tantum eum, qui sol-
vit, verum omnem omnino, qui ea obligatione liberatus est, quae ex causa iudicati
descendit”429.
Como se ve, el efecto práctico del pago de la condena en las acciones de reddere
puede asimilarse, aunque no identificarse plenamente, al que describíamos para las
acciones reales con cláusula arbitraria430. En efecto, el sistema que presentan las acciones
de reddere, que hemos citado, hace que un mecanismo como la cláusula arbitraria sea
innecesaria, debido, en parte, a los efectos tenues de la litiscontestatio en el caso de las
acciones in factum no penales. Nos parece que es ésta justamente la extensión a la que
se refería Provera para explicar los efectos del pago de la condena en las acciones de
restituere y las de reddere. Ambas clases de juicio presentan la misma calidad debido
a que en los dos el actor pretende recuperar una cosa o su valor. Aun así, su funciona-
miento procesal y los efectos de la retención son diversos431. También, y por esa misma
razón, es diverso el momento en que operan las adquisiciones o retenciones legítimas432
y la causa podría mejor vincularse con una especie de retención pro suo.
427 Sobre la no admisibilidad de la exceptio rei venditae et traditae cuando la causa es diversa de la
venta, vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I cit., p. 510.
428 Quizás no puede hablarse de verdadero pago por el efecto de la cosa juzgada, pero tampoco puede
hablarse de verdadera compra en el caso de las acciones reales con cláusula arbitraria. El iudicatum es
objeto de solvere y para ello basta el ejemplo de la cautio iudicatum solvi. Vid. además D. 50,16,176
Ulp. 56 ad Sab., y D. 46,3,54 Paul. 56 ad Ed.; cfr. D. 16,1,5 Gai. 9 ad Ed. Prov.; D. 46,3,49 Marcian.
Lib. Sing. ad form. Hipot., ente otros, que restringen la solutio a numerare.
429 Para una crítica textual, vid. CARRELLI, Edoardo, Sulla accessorietà del pegno nel diritto romano,
perit, rem offerentis facit”. Vid. LENEL, Otto, Pal. II, 580-801. Nos parece, con todo, que este texto está
sumamente interpolado.
431 PROVERA, Giuseppe, Contributi allo studio del ius iurandum in litem cit., p. 43.
432 Resultaría interesante, asimismo, argumentar que el efecto absolutorio de las acciones de reddere
podría lograrse por otra forma menos complicada. En efecto, tal intepretación dice relación con el origen
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 123
suma el demandado llegase a adquirir la cosa: no adquiría en realidad más que el derecho del condenado
qui dolo desiit possidere. Pero si conservaba cuidadosamente la posesión, tenía el goce de la cosa, en
perjuicio del propietario, que no podía volver a empezar los procedimientos, extinguido ya su derecho de
acción”. Para D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., § 109 nº 2, la asimilación total con traspaso
de propiedad es bizantina. Agrega que no puede pasar la propiedad directamente al poseedor por medio
del pago de la estimación. Para SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., pp. 76 ss. y 156 ss., el traspaso
de la propiedad o de la posesión civil dependerá de si la cosa es mancipi o nec mancipi, y de si el juicio
es legítimo o de imperio. En el caso de los juicios legítimos, dice, se hará dueño el demandado siempre.
Si se trata de juicios de imperio no podrá hacerse dueño de las res mancipi, sino sólo poseedor civil in
bonis (pro suo). Lo mismo en BISCARDI, Arnaldo, Lezioni sul processo romano antico e classico... cit.,
pp. 206 s.; VOCI, Pasquale, Modi di acquisto... cit., p. 181 s., distingue también el caso del actor que no
era dueño cuando el juez falla en su favor la reivindicatoria. En este caso no importa, dice, que la cosa
sea mancipi o nec mancipi, pues el demandado nunca se hará dueño de inmediato.
434 Acaso pueda decirse que éste es un caso de comprador “con autoridad del juez” de aquéllos
referidos en D. 50,17,137 Ulp. 25 ad Ed. Como dice ULPIANO, se trata siempre en este caso de un po-
seedor de buena fe.
124 MARCELO NASSER OLEA
cosa para sí, si es que paga la condena435. La usucapión, tal como había sido pensada
en sus orígenes, sirvió para consolidar una posición posesoria complicada, a la que
había que tutelar por razones de bien público436.
En efecto, antes de la asimilación julianea de la litisaestimatio a la compraventa,
la retención de la cosa en manos del reo carecía de toda causa. Sin embargo, y aun a
falta de justa causa, nos parece que el contumax podía prevalecer en contra del dueño
si usaba la exceptio rei in iudicium deductae. A pesar de tratarse, sin duda, de una
posesión natural, estos poseedores contumaces no podían estar en total desamparo
ante el derecho, pues habían desembolsado una suma quizás elevada de dinero con
el fin de retener la cosa litigiosa contra la voluntad del demandante dentro de un pro-
cedimiento reglado. Nos parece que con el objeto de solucionar la dificultad que esta
situación producía, se recurrió a la asimilación entre la litisaestimatio y emptio que
garantizara al reo la posibilidad de usucapir. A este privilegio reservado sólo a algunos
poseedores, además debe sumarse la legitimación activa correspondiente en la acción
publiciana y en las excepciones del comprador, tal como lo expresa D. 6,2,7,1.
En efecto, antes de concederse legitimación activa en la acción publiciana al de-
mandado que ofrecía pagar o pagaba la litisaestimatio, éste sólo gozaba de interdictos
posesorios. Ya sabemos que frente al dueño tenía la exceptio rei in iudicium deductae,
pero el asunto es más relevante si se trata de verificar cuál es la posición del reus
contumax ante terceros que pudieran molestar su posesión, y no frente al dueño. Nos
parece que el reo que se somete a la litisaestimatio con el fin de retener la cosa se
puede considerar como un poseedor independiente que, aunque en la terminología de
Paulo, de mala fe437, no poseía vim, clam ni precario respecto del verdadero dueño,
pero tampoco respecto de terceros438.
Este demandado que prefería retener no fundaba su posesión en una iusta causa
propiamente dicha y, consecuencialmente, no gozaba de la acción publiciana, limitada
435 Una opinión contraria sostenía RUSSO SPENA, Raffaello, “Litis aestimatio ed emptio”, en Ras-
segna X cit., pp. 555 y 567. Este autor, que afirma que la asimilacion de la litisaestimatio a la venta es
justinianea, sostiene que ésta sólo pudo producirse una vez que nace la ejecución manu militari de la
sentencia, en la que el pago de la condena produce una especie de transacción con pago de precio que
evita la ejecución.
436 Vid. sobre el origen de la usucapio, supra pp. 14 ss.
437
Sobre la asimilación del contumax al poseedor doloso en PAULO puede verse D. 12,3,2 Paul. 13
ad Sab.; también Juliano parece asimilarlo en D. 25,2,22 pr.
438 En efecto, podemos denominar a este poseedor un poseedor “no vicioso de manera absoluta” pero
no por ello un poseedor civil, ni menos civil in bonis, pues carecía de justa causa. El “poseedor justo”
es, simplemente, el que posee sin vicios de aquellos que se señalan en la cláusula de posesión viciosa
de los interdictos (vi, clam, precario) y no dice relación necesariamente ni con la justa causa ni con la
bona fides. Sobre esta clase de posesión, vid., con abundante crítica, la evolución del concepto de iusta
possessio según DONATUTI, Guido, “Iusta possessio”, en Studi di Diritto Romano I, Giuffrè, Milano,
1976, pp. 10 s.; cfr. ALBERTARIO, Emilio, Corso... cit., pp. 127-137; vid. también WATSON, Alan, The
law of property... cit., p. 49. Sobre la no clasicidad del concepto iusta possessio vid. PEROZZI, Silvio,
“L’Editto Publiciano”, en BIDR 7 cit., p. 63 [=Scritti giuridici cit., pp. 26 ss.].
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 125
por esos días a los poseedores civiles in bonis439. Tampoco podía usucapir. Antes de la
asimilación de la litisaestimatio a una compraventa también le era imposible oponer
la exceptio rei venditae et traditae440 pues, desde luego, nada había comprado. En
consecuencia en esta época, el reo que prefería pagar la estimación, si bien “pagaba”
al dueño (o al poseedor), no por ello “compraba” la cosa en el sentido contractual
genuino. De esta forma, no podía ser considerado como un verdadero poseedor civil
y no podía perseguir la cosa de manos de terceros con la publiciana, ni podía oponer
con éxito la exceptio rei venditae et traditae, por no haber existido una verdadera
compraventa, ni operado ninguna tradición441.
En cualquier caso, nos parece que antes de la asimilación litisaestimatio=emptio,
el Pretor podría haber denegado la acción442 al dueño que insistiera en recuperar por
la misma vía, o mediante la acción alternativa, la cosa que había sido objeto de esti-
mación y que se retenía en contumacia. Igualmente, aun siendo concedida la acción al
dueño, el demandado disponía de la exceptio rei in iudicium deductae443, tanto contra
la reivindicatoria como contra la acción alternativa del acreedor.
La exceptio rei in iudicium deductae fructificaría, además, de manera perpetua, pues
es perentoria444. Como se ve, si bien la protección del reo que pagaba la estimación era
escasa, ya existía antes de la asimilación de la litisaestimatio a la emptio, situándolo
en una posición muy similar al que posee in bonis pues prevalece frente al dueño por
operación de la cosa juzgada. Ahora bien, la naturaleza misma de la exceptio rei in
iudicium deductae implica que esta protección es sólo imaginable frente al dueño sin
439 GAI 4,36 y D. 6,2,3,1 y D. 6,2,7,11, ambos de Ulp. 16 ad Ed. Sobre la acción publiciana y la po-
sesión civil puede verse, con el status quaestionis y abundante bibliografía, BONFANTE, Pietro, “L’Editto
Publiciano”, en Scritti... 2 cit., p. 413; también MIQUEL, Juan, “Iusta causa...”, en Estudios Álvarez Suárez
cit., pp. 267 nº 4 y 268 nº 14.
440 Sobre el ámbito de aplicación de esta excepción y su nombre definitivo recién en HERMOGENIANO,
vid. SANSÓN RODRÍGUEZ, María Victoria, La transmisión... cit., p. 157; Vid. también LENEL, Otto, Pal.
I, 275,93.
441Cfr. DE SARLO, Luigi, “La definizione dell’ actio publiciana nel diritto dei classici” en Studi in
onore di Siro Solazzi, Jovene, Napoli, 1948, p. 207.
442 Sobre la denegatio actionis CARRELLI, Odoardo, La genesi del procedimento formulare cit.,
pp. 104 s.
443 D. 44,2,31 Paul. 3 Resp. resuelve el problema de la exceptio rei in iudicium deductae para las
acciones alternativas reivindicatio y condictio (ex causa furtiva), según PALERMO, Antonio, Studi sulla
exceptio nel diritto classico, Giuffrè, Milano, 1956, p. 117. Este texto explica que el demandante que pierde
en la reivindicatoria puede ejercitar la condictio. Sabemos, sin embargo, que si se da la triple identidad, el
reo puede extinguirla ope exceptionis con la defensa de cosa deducida en juicio. Esta excepción también
opera a favor del reo contumax que pagó la estimación. De esta forma, si el dueño quiere recuperar la
cosa restituyendo la suma percibida, no será oído (D. 6,1,63 Pap. 12 Quaest.), aunque sobre este texto
vid. CHIAZZESE, Lauro, Jusiurandum in litem cit., pp. 50 s. Sobre la exceptio rei in iudicium deductae,
vid. CARRELLI, Odoardo, La genesi del procedimento formulare cit., pp. 168 ss.
444 GAI. 4,121 “quae perpetuo valent...”; sobre este tipo de excepción y el efecto consuntivo de la litis-
contestatio, vid. PALERMO, Antonio, Studi sulla exceptio... cit., pp. 107 ss., en relación con GAI. 3,181.
126 MARCELO NASSER OLEA
6. ASPECTOS CONCLUSIVOS.
LA LITISAESTIMATIO Y EL PROBLEMA DE LA IUSTA CAUSA
Sin que sea necesario volver sobre el asunto de la estructura, que explica ya desde
el principio la diferencia entre litisaestimatio y compraventa, es necesario analizar
el problema de la iusta causa. Junto con las causas credendi, solvendi, dote y do-
nandi, el contrato de compraventa es iusta causa de la tradición445. Operada la causa
traditionis y la tradición misma, se transfiere al comprador el dominio de las res nec
mancipi446. Sin embargo, cada vez que falte algún requisito para que la tradición
transfiera el dominio, la emptio venditio funciona no como causa de la tradición sino
que como iusta causa usucapionis o, si se prefiere, como causa de la posesión civil
que conduce a la usucapio.
Teniendo en cuenta el elenco de justas causas que conducían a la usucapio, cabe
preguntarse por qué se prefirió asimilar la litisaestimatio a la causa emendi y no a otra
iusta causa, como podría eventualmente ser la causa solvendi447 o incluso la causa
pro suo. En efecto, si lo que se pretendía era hacer transitar una situación innominada
a una con nombre propio, se debió pensar también en asimilar el pago de la estima-
ción a una especie de causa pro soluto, aun cuando se sabe que esta causa favorece
445
El elenco siempre incluye la compraventa. Así, por todos, vid. EVANS-JONES, ROBIN & MAC
CORMACK, Geoffrey, “Iusta causa traditionis”, en Essays for Barry Nicholas cit., p. 99, dicen: venta,
donación, mutuo, dote, pago de una deuda (solutio), y datio ob rem.
446
Vid., por todos, ARCHI, Gian Gualberto, Il trasferimento della proprietà... cit., pp. 79-80 y 90 ss.;
un panorama general de la transferencia de la res mancipi, BREZZO, C., La mancipatio, cit. pp. 68 y 75 ss.;
cfr. DIÓSDI, György, Ownership...cit., p. 66; DAUBE, David, “Mancipatio of res nec mancipi in Cicero”,
en Collected studies in Roman Law 2, Vittorio Klostermann, Frankfurt, 1991, pp. 1315-1319.
447
La causa solvendi es la más obscura de todas las justas causas. Sobre esta iusta causa vid.
BONFANTE, Pietro, “Le singole iustae causae...”, en Scritti... 2, cit., p. 556 ss.; Contra VOCI, Pasquale,
“Justa causa...”, cit., p. 167 quien tilda la teoría de BONFANTE como “molto vacilante” (p. 166 nº 1) y
EL MISMO, Modi di acquisto... cit., p. 190; vid. también KASER, Max, Compraventa y transmisión de
la propiedad en el derecho romano y en la dogmática moderna cit., pp. 16-19; sobre esta iusta causa
vid. también, EVANS-JONES, ROBIN & MAC CORMACK, Geoffrey “Iusta causa traditionis”, en Essays
for Barry Nicholas cit., p. 102. Para esta causa en las fuentes, vid. D. 6,2,4 Paul. 19 ad Ed.; 41,3,33,3
Iul. 44 Dig.; D. 41,3,15,3 Paul. 15 ad Plaut.; D. 41,3,4,17 Paul. 54 ad Ed.; D. 41,3,46 Herm. 5 Iur. Ep.;
D. 41,3,48 Paul. 2 Man., y D. 46,3,60 Paul. 4 ad Plaut. Para el supuesto carácter anómalo de la causa
solvendi en LANGE y EHRHARDT vid. BETTI, Emilio, “Sul carattere causale della traditio classica”, en
Studi in onore di Salvatore Riccobono 4, Arti Grafiche Castiglia Ed., Palermo, 1936, pp. 116 ss. Para
una explicación de la desaparición de la causa solvendi en época justinianea, y de su reconducción
hacia el animus domini transferendi, RANIERI, Filippo, “Negozio reale ed astratto”, en Tijdschrift 38,
Fasc. 3-4, p. 323.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 127
al que recibe y no al que paga448. La elevada suma a que podía ser condenado el reo
contumax en la acción real, que es donde originariamente se presentó el problema de
la cláusula arbitraria, explica que Juliano haya preferido hacer transitar la retención
posesoria hacia una venta, puesto que es el mismo actor quien ha determinado esa
especie de “precio”, fundado más en el affectus que en el valor real. En el caso de
las demás accciones, el tránsito a compraventa (aun asimilada), no podría haberse
hecho, puesto que el pago de la condena no reviste los caracteres (ni aun por la vía
de la asimilación) de un acto en que se encuentre presente una merx y un pretium.
Asimismo, el tránsito hacia la causa solvendi habría ayudado poco al poseedor para
lograr la concesión de la acción publiciana, pese a que habría puesto en el camino de
la usucapio. En primer lugar, la solutio no presupone bona fides debido a su caracter
unilateral. Además, la solutio no protege al solvens sino al accipiens. Como tercera
cuestión, la doctrina mayoritaria se inclina porque el origen de la acción publiciana
se debe buscar en la necesidad de protección de quien ha comprado (poseedor civil
pro emptore) y no del poseedor civil pro soluto449. En efecto, la actio publiciana fue
creada para tutelar las compras de res mancipi hechas sin guardar las formalidades
prescritas (mancipatio o in iure cessio). En una segunda etapa, se habría extendido a
las compras de toda clase de cosas hechas a quien no era dueño, aunque en tal caso no
protegen contra el verdadero dueño ni generan posesión civil bonitaria450. Nos parece
que sólo en un estadio más tardío, las adquisiciones con base en otras justas causas
serían tuteladas por el Edicto publiciano451.
448 Por ejemplo, en D. 41,3,33,3 Iul. 44 Dig. hace pasar un caso de transacción hacia la causa solvendi,
y no hacia la causa pro emptore. Como apunta HERMOGENIANO en D. 41,3,46 Herm. 5 Iur. Ep. “Pro soluto
usucapit qui rem debiti causa recipit: et non tantum quod debetur, sed et quodlibet pro debito solutum
hoc titulo usucapi potest”; sobre el pago como causa usucapionis, vid. RUSSO SPENA, Rafaello, “Litis
aestimatio ed emptio”, en Rassegna X, cit., p. 553 y LEVY, Ernst, “Die Enteignung des Klägers...”, en
ZSS 42 (1921) cit., p. 482.
449 El derecho bizantino, y probablemente el derecho clásico postedictal, la concedía para todas
las causas de usucapio. Así D. 6,2,3,1 Ulp. 16 ad Ed. ...ex iusta causa petet. Qui igitur iustam causam
traditionis habet, utitur publiciana: et non solum emptori bonae fidei competit publiciana, sed et aliis...;
D. 6,2,4 Paul. 19 ad Ed.
450 Pues como dice el célebre principio de D. 50,17,54 Ulp. 46 ad Ed. “Nemo plus iuris ad alium
transferre potest quam ipse haberet”. Aunque sobre este principio como un ejemplo de “verdad inútil”,
vid. DE OLIVEIRA, José Lourenço, O formalismo quiricio e a estipulaçao em Gaio, Edit. Oficinas Gráficas
de Velloso & Cia., Belo Horizonte, 1949, cuyo texto se encuentra disponible, a esta fecha, en banco de
textos http://www.letras.ufmg.br/lourenco/banco/EH14.html
451 El tema no es pacífico. Para un análisis, vid. WUBBE, F.B.J., “Quelques remarques sur la fonction
et l’origine de l’action publicienne” en RIDA 8 (1961), pp. 426 y 437 s. y FEENSTRA, Robert, “Action
publicienne et preuve de la propriété...”, en Mélanges Philippe Meylan I cit., p. 6. también CAPOGROSSI
COLOGNESSI, Luigi, Proprietà e diritti reali, Il Cigno Galileo Galilei, Roma, 1999, pp. 154 ss.; Un status
quaestionis relativo a la evolución y gestación de la publiciana, en DIÓSDI, György, Ownership... cit.,
pp. 154 s.; otro en SANSÓN, RODRÍGUEZ, María Victoria, La transmisión... cit., pp. 138 s.
128 MARCELO NASSER OLEA
CAPÍTULO IV
LA LEX COMMISSORIA EN LAS GARANTÍAS REALES Y LA CAUSA PRO EMPTORE
455 Para BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi nella fiducia e nel pignus, Giappichelli,
Torino, 1949, pp. 10 s., fuera del Corpus Iuris, la única referencia a la lex commissoria fiduciaria está
en PS. 2,13.
130 MARCELO NASSER OLEA
456 C.Th. 3,2,1 (de commissoria rescindenda); y C. 8.34.3 pr. IMPERATOR CONSTANTINUS, “Quoniam
inter alias captiones praecipue commissoriae pignorum legis crescit asperitas, placet infirmari eam et in
posterum omnem eius memoriam aboleri.” [Const. a. ad pop. <a. 326 d. II kal. febr. serdicae Constantino
a. VII et Constantio C. Conss.>].
457 Las fuentes hablan de que la cosa queda “inempta”. Pese a su inexistencia en el idioma castellano,
el uso de la palabra “in-emptitud” resulta muy cómodo y técnico para referirse a la operación de la lex
commissoria. Por lo demás, lo tomamos de las fuentes. Así, vid. D. 19,2,22 pr. Paul. 34 ad Ed. “Item
si pretio non soluto inempta res facta sit...”. Sobre los efectos de esta regla en la compraventa y las
posiciones sabiniana y proculeyana, vid. DAUBE, David, “Tenancy of Purchaser and lex commissoria”,
en Collected Studies 2 cit., pp. 723-730.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 131
458 D’ORS, Xavier [Coord.], Antología de textos jurídicos de Roma cit., p. 277 nº 114.
459Es discutible, sin embargo, el caso de la venta de res mancipi cuando ha habido mancipatio y
no se ha pagado el precio; sobre esto vid. ARCHI, Gian Gualberto, Il trasferimento della proprietà...cit.,
pp. 115 ss. Con todo, también puede discutirse que la lex commissoria (y la in diem addictio) en este
caso sea una verdadera lex mancipi; vid. ARCHI, Gian Gualberto, Il trasferimento della proprietà... cit.,
pp. 117 nº 1 y 120.
460 Vid. infra p. 182 ss.
132 MARCELO NASSER OLEA
461 D. 18,3,2 Pomp. 35 ad Sab.; D. 18,3,4 Ulp. 32 ad Ed.; D. 4,4,38 Paul. 1 Decret.; C. 4,54,4, etc.
462
Para los efectos de una traditio correctamente operada y sus requisitos en particular, vid. supra
pp. 43 ss.
463
En el caso de la fiducia no cabe hurtar al creditor, pues la cosa es suya y no es posible hurtar
cosas propias. Sobre la ajeneidad como elemento del furtum vid., con numerosas fuentes, GUZMÁN BRITO,
Alejandro, Derecho Privado Romano II cit., p. 246.
464 BISCARDI, Arnaldo, Appunti sulle garanzie reali in Diritto Romano, Cisalpino-Goliardica, Milano,
1976, p. 193.
465 Para las razones de la derogación de la lex commissoria en el pignus, vid. FELIÚ REY, Manuel
Ignacio, La prohibición del pacto comisorio y la opción en garantía, Civitas, Madrid, 1995, pp. 35 s.;
vid, también, BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit., p. 209.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 133
surge dice relación con el significado originario de la locución, pues resulta notorio
que ni la voz lex466 ni la expresión commissoria467 son unívocas, y dependerán del
contexto histórico y jurídico en que sean analizadas. Ello da lugar a variadas teorías
sobre el origen y funciones de la lex commissoria, sin que hasta ahora exista una
opinión pacífica entre los autores.
En efecto, la doctrina romanística está dividida, básicamente, en dos sectores res-
pecto del origen y aplicaciones de la lex commissoria. Por una parte, están quienes
sostienen que una institución como ésta debió gestarse en el marco del contrato de
compraventa que, como hemos advertido, es el único lugar en que Justiniano la trans-
mite hasta nuestros días de manera sistemática u orgánica. Por el contrario, existen
romanistas que discurren sobre un posible origen de la lex commissoria vinculado al
ámbito de las garantías reales con desplazamiento posesorio.
Biscardi, que ha dedicado más de una monografía a las garantías reales y a las
declaraciones y pactos anejos a éstas, sustenta la tesis de que el origen de la lex
commissoria debe encontrarse en la compraventa celebrada bajo condición suspen-
siva de no pagarse el precio. Así, para este autor, la lex commissoria en función de
garantía no es más que una verdadera emptio venditio in causam obligationis468.
Ello lleva a Biscardi a afirmar que no existieron dos leges commissoriae (una en
el pignus y una en la compraventa), sino que genéticamente sólo una, ya que se
trata en ambos casos, y en sus propias palabras, de dos aplicaciones de un mismo
instituto469.
Si bien la posición de Biscardi es seductora, se enfrenta con varios problemas.
En primer lugar, si de lo que se trata es de averiguar el origen de la lex commissoria
debemos suponer que el ámbito histórico donde debe enmarcarse el análisis debe
ser necesariamente preclásico. Antes de inventarse por los juristas la compraventa
consensual, a la que ya nos hemos referido con latitud, el Derecho arcaico sólo
466 CUQ, Édouard, en Dictionaire des Antiquités grecques et romaines, Daremberg et Saglio III.2,
Paris, 1918, pp. 1107 ss., define lex (en general), como “un enganement pris soit par les citoyens ro-
mains les uns envers les autres, sur la proposition d’un magistrat, soit par un citoyen envers un autre”.
Sobre la lex como cláusula negocial, vid. BRETONE, Mario, I fondamenti del Diritto Romano. Le cose e
la natura, 3ª Ed., Editori Laterza, Roma-Bari, 1999, pp. 104 s. Sobre las declaraciones de las partes en
una mancipatio vid. RANDAZZO, Salvo, Leges mancipi, Giuffrè, Milano, 1998, p. 62.
467 Para el uso de commitere, vid. BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit., p. 14
nº 1 y pp. 112 s. Vid. también CANCELLI, Filippo, L’origine del contratto... cit., pp. 47 s.; especialmente,
vid. p. 48 nº 112; para el uso de commissum como poena, vid. D. 39,4,14 Ulp. 8 Disp. y D. 39,4,16
Marcian. Lib sing. de Delator.
468 BISCARDI, Arnaldo, Appunti sulle garanzie reali... cit., p. 192.
469BISCARDI, Arnaldo, “La lex commissoria nel sistema delle garanzie reali”, en Studi in onore di
Emilio Betti 2, Giuffrè, Milano, 1962, pp. 576 ss.; esta argumentación, todavía, en BISCARDI, Arnaldo,
Appunti sulle garanzie reali... cit., pp. 83-87 y pp. 176-193; una última defensa en BISCARDI, Arnaldo,
La dottrina romana dell’obbligatio rei, Giuffrè, Milano, 1991, p. 125 nº 55; cfr. SENN, Félix, “La dation
des arrhes” en Nouvelle Revue historique de Droit français et étranger 37 (1913), p. 61.
134 MARCELO NASSER OLEA
respecto supra en las pp. 48 ss. Vid., asimismo, GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano
II, cit., pp. 125-127.
473 Para una crítica a quienes han sostenido una posible lex commissoria en la mancipatio en función
de venta, vid. BISCARDI, Arnaldo, “La lex commissoria nel sistema delle garanzie reali”, en Studi Betti 2
cit., pp. 576 ss.; EL MISMO, Appunti sulle garanzie reali... cit., pp. 83 ss. Este autor sostiene (p. 87) que
una clase de lex commissoria de este tipo sería un “mito” debido, en primer lugar, a que no caben las
condiciones en los actos legítimos y, en segundo, a que las fuentes no la mencionan.
474 Sobre esta teoría vid. supra pp. 56 n. 158 y 64 n. 183, entre otras.
475 Un status quaestionis completo en BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit.,
sit”476. Pensamos, siguiendo a Burdese que, si bien es cierto que Justiniano sólo recoge
un tipo de lex commissoria, no puede olvidarse que la figura de hecho sí existió en el
pignus datum, y que justamente a ella se refieren no sólo los textos en que consta su
derogación, sino que Fragmenta Vaticana 9477 y D. 20,1,16,9 Marcian. Lib. Sing ad
Form. Hypoth., que analizaremos oportunamente.
Asimismo, Burdese afirma que los efectos de una y otra clase de lex commissoria no
pueden equipararse, debido a que acceden a instituciones principales muy diversas478.
En efecto, este autor sostiene que la lex commissoria de la compraventa resuelve los
efectos bilaterales del contrato de compraventa, mientras que en la fiducia lo que se
resuelve es la obligación unilateral de restituir la cosa479. Las diferencias que se pueden
detectar son, como se ve, muy relevantes y obedecen principalmente a las distintas
estructuras de los negocios a que acceden.
En general, nos parece que la teoría de Burdese tiene la virtud de incorporar al
análisis de la cuestión la antigua institución de garantía denominada fiducia cum
creditore. Según se sabe, esta institución de garantía se celebraba desde antiguo en
el marco de una mancipatio en cuya virtud se transfería el dominio de una cosa a
un acreedor, quien se obligaba a retransferirla al dans si la deuda era extinguida.
Por su calidad de negocio legítimo, la mancipatio no permitía pactar condiciones.
Ahora bien, esta forma solemne sí permitía a las partes agregar declaraciones ac-
cesorias de carácter preceptivo480, una de las cuales, aparentemente, habría sido la
lex commissoria.
Otra virtud del estudio de Burdese, por el mismo hecho de incorporar la fiducia
al análisis, es que advierte claramente que no debe confundirse la lex commissoria
propia de esta modalidad de garantía (que más tarde se extendería al pignus), con la
que operaba en el contrato de compraventa. En efecto, la lex commissoria de la com-
476 Para un supuesto carácter resolutorio de la lex commissoria (aunque en la venta), vid. VIARD,
Paul Émile, Les pacts adjoints aux contrats en Droit Romain Classique, Recueil, Sirey, Paris, 1929,
pp. 74 ss.
477 Para la fecha de FV. vid. el “Estudio introductorio” en la versión de MONTEMAYOR ACEVES, Martha
Elena, Fragmentos vaticanos, UNAM, México, 2003, p. xv. También de la interpretación correcta de
XII Tab. VIII.
478 BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi...cit., pp. 15 s. afirma que ambas leges
commissoriae tenían en común la característica de consistir en una condición suspensiva. Lo sostiene
nuevamente en la p. 111, con cita a GIRARD, Paul Fréderic, Manuel... cit., p. 815 nº 1. BURDESE sostiene,
sin embargo, que “non è tuttavia esatto concluderne che debba essere destinato all’insuccesso qualsiasi
altro tentativo di individuare un punto di contatto tra la lex commissoria fiduciaria e quella in materia
di vendita, come, sulla scia di Naber e Manigk, sostiene precisamente Erbe...”; vid. ERBE, Walter, Die
Fiduzia im römischen Recht, Böhlaus, Weimar, 1940, p. 44.
479 BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit., p. 12.
480 Sobre las declaraciones preceptivas de las partes en una mancipatio, vid. GUZMÁN BRITO, Alejan-
dro, “Para la historia de la formación de la teoría general del acto o negocio jurídicos y del contrato I. El
vocabulario de la negocialidad jurídica en el Derecho Romano”, en REHJ 17 (1995) cit., pp. 121 s.
136 MARCELO NASSER OLEA
praventa trae aparejados efectos resolutorios del negocio mismo481, pero no equivale
a una condición suspensiva de pecunia soluta482.
481 Es lo que hoy en día se conoce como la condición resolutoria de no cumplirse lo pactado. Sobre los
efectos resolutorios del negocio mismo vid. WIEACKER, Franz, Lex commissoria, Berlín, 1932, pp. 38 ss.
y TALAMANCA, Mario, L’arra... cit., p. 61 nº 39; con todo, ni la voz “resolver” ni “condición resolutoria”
son clásicas. Las denominaciones suspensiva y resolutoria para las condiciones son medievales. Así,
con algunas citas, en LAZO, Patricio, El problema del traspaso del riesgo en la jurisprudencia romana,
Tesis doctoral [inédita], Madrid, 2002 (separata), nº 42. Recoge este autor la idea de que la expresión
condición suspensiva arranca de un concreto pasaje del Digesto: Pap. 1 Def. D.35.1.79 pr.: “Heres meus,
cum morietur titius, centum ei dato. Purum legatum est, quia non condicione, sed mora suspenditur:
non potest enim condicio non exsistere...”. A su turno, hablan los medievales de condición resolutoria,
a partir de Ulp. 28 ad Sab. D.18.1.3 “Si res ita distracta sit, ut si displicuisset inempta esset, constat non
esse sub condicione distractam, sed resolvi emptionem sub condicione”.
482 VOCI, Pasquale, “Justa causa usucapionis”, en Scritti Carnelutti cit., p. 163. ha sostenido que la
compraventa bajo condición suspensiva no cumplida no puede configurar, por sí sola, una iusta causa
usucapionis, acaso porque aún no se han verificado los efectos a favor del comprador. En consecuencia,
según esta postura, si la lex commissoria de la compraventa equivalía a una venta con condición suspen-
siva de no pago del precio, esa misma compraventa nunca pudo haber configurado una iusta causa. Del
mismo modo, la compraventa consensual sería siempre rescindible por no pago del precio y pensamos
que la lex commissoria así entendida se habría tornado en una institución inútil. SAMPER, Francisco,
Derecho Romano cit., p. 372 sostiene, desde un punto de partida diverso, que la lex commissoria tuvo
su origen en el ámbito de las garantías reales, y más concretamente en el pignus.
483 Para el uso de fides en la fiducia como el abandono total de la cosa en manos del creditor que,
sin embargo, tiene un deber moral –fides también– de restituirla al dans, vid. LOMBARDI, Luigi, Della
fides alla bona fides, Giuffrè, Milano, 1961, p. 84. Sobre fides en este ámbito, vid. CASTRESANA, Amelia,
Fides, bona fides: un concepto para la creación del Derecho, Tecnos, Madrid, 1991, p. 57.
484 Cuando la fiducia queda sancionada iure civili, la obligatio fiduciae es restituere y no reddere.
Sobre esto, vid. BELLOCCI, Nicla, La struttura della fiducia II, Riflessioni intorno alla forma del negozio
dall’epoca arcaica all’epoca classica del Diritto Romano, Jovene Editore, Napoli, 1983, p. 43 nº 52
bis.
485 BOETH, Ad Top. Cic. 4,10,41.
486 También existió la fiducia sin desplazamiento, como se desprende de GAI. 2,60. Afirma BONFANTE,
Pietro, Corso 3 cit., p. 198, que el deudor que transmitía la cosa al acreedor formalmente en propiedad,
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 137
(pero ya convertida en contrato) debió de haber existido una acción especial para este negocio, proba-
blemente la legis actio per iudicis arbitrive postulationem, origen de todos los juicios causados; sobre la
posible aplicabilidad de la condictio, vid. D’ORS, Álvaro, Recensión a BURDESE, Alberto, Lex commissoria
e ius vendendi nella fiducia nell pignus cit., en IURA 1 (1950) cit., p. 422 fin. Sobre la analogía de la
fiducia con la datio ob causam y las acciones crediticias que se habrían generado, vid. D’ORS, Álvaro,
Derecho Privado Romano cit., § 464. En todo caso, el sentido originario de creditum (=entrega con se-
guridad de restitución de lo dado) no cuadra con la entrega sometida a la sola fides o palabra empeñada
del accipiens, por lo que pensamos que la fiducia como negocio no puede haber quedado en su origen
sometida a ninguna de las acciones de la ley, salvo que se conjeturase sobre una acción in fidem, del todo
improbable (con todo vid. BUCKLAND, W.W., A text-book of Roman law... cit., p. 429). Sobre el sentido
originario de creditum, vid. CASTRESANA, Amelia, “Reflexión sobre la significación jurídica de auctoritas,
credere y pontifex en las etimologías de A. Pariente”, en BIDR 91 (1988), pp. 435-37.
488 Dice D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit. § 464, que la fiducia se hallaba a la cabeza
de la serie de acciones contractuales. Sobre la fiducia como contrato, vid. FREZZA, Paolo, Le garanzie
delle obbligazioni cit., pp. 12 s.; una lista de juicios con cláusula ex fide bona (según la buena fe), atri-
buida a QUINTO MUCIO SCÉVOLA el pontífice, en CIC., De off. 3,17,70; sobre este texto VOCI, Pasquale,
L’obligazioni romane, Il contenuto dell’obligatio cit., pp. 65 s.; otros textos ibid., p. 65 nº 67; sobre la
fiducia vid. BELLOCCI, Nicla, La struttura del negozio della fiducia nell’epoca repubblicana I, Le nuncu-
pationes, Jovene Editore, Napoli, 1979, pp. 15 nº 9 y 16 ss.; sobre la fiducia cum creditore, en particular,
vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., §§ 464 y 465.
489 BELLOCCI, Nicla, La struttura del negozio della fiducia... I cit., pp. 22 nº 28 y 29 y EL MISMO, La
struttura del negozio della fiducia... II cit., p. 50 con relación a la interpretación de ISIDORO DE SEVILLA,
Originum et Etymologiarum 5,25,23. Cfr. FREZZA, Paolo, Le garanzie delle obbligazioni II cit., p. 9. Para
el contenido del pactum fiduciae, como delimitador de la obligación fiduciaria, vid. BURDESE, Alberto,
Lex commissoria e ius vendendi... cit., p 51.
138 MARCELO NASSER OLEA
Aun cuando existieron dos clases de fiducia, como apuntan los autores siguiendo
a Gayo490, es conveniente recoger, en parte, la objeción de Grosso en cuanto afirma
–al comentar una monografía de Erbe– que el estudio de este contrato hace necesario
el análisis conjunto, y no particular, de ambas formas negociales491. Es así como, aun
cuando en esta sede nos interesa la fiducia cum creditore y no la modalidad cum amico,
algunas de las afirmaciones que haremos, especialmente en relación con el pactum fidu-
ciae que delimita el contenido del contrato, son aplicables a ambos tipos de fiducia.
La fiducia cum creditore es una institución contractual de garantía caracterizada
por una transferencia dominical492 de res mancipi493 a favor de una persona llamada
creditor, quien la adquiere por medio de un modo solemne, corrientemente una man-
cipatio, aun cuando bien puede servir la in iure cessio494.
El contenido del contrato de fiducia cum creditore trae como consecuencia que el
fiduciante entrega la propiedad de la cosa al fiduciario, con el objeto de garantizar el
pago de una deuda, normalmente un mutuo495. El fiduciario o creditor, como contra-
490 GAI. 2,60 “Sed cum fiducia contrahitur aut cum creditore pignoris iure aut cum amico, quo tu-
tius nostrae res apud eum essent, si quidem cum amico contracta sit fiducia, sane omni modo conpetit
usureceptio; si uero cum creditore, soluta quidem pecunia omni modo conpetit, nondum uero soluta ita
demum competit, si neque conduxerit eam rem a creditore debitor neque precario rogauerit, ut eam rem
possidere liceret; quo casu lucratiua usucapio conpetit”.
491
GROSSO, Giuseppe, Recensión a ERBE, Walter, Die Fiduzia im römischen Recht, en SDHI 7
(1941), pp. 426 s.
492 Para D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, cit., § 464, en el caso de la fiducia cum creditore
la causa con la que adquiere el fiduciario es una causa credendi. Cfr., sin embargo, EL MISMO, § 170 nº 5,
donde afirma: “No en la fiducia, pues ésta requiere el negocio abstracto de la mancipatio o la in iure cessio”.
Se sabe que la fiducia es un acto solemne de transferencia de la propiedad con efecto real inmediato, sin
embargo, en cuanto contrato, no es una iusta causa traditionis ni usucapionis. Así, por el hecho de ser la
mancipatio un acto abstracto, no puede hablarse, técnicamente, de iusta causa para su operación. En este
tipo de actos, la causa subyace aunque no deba probarse. Ello no significa, empero, que la mancipatio o la
in iure cessio carezcan de causa, sino que ella no es relevante para los efectos mancipatorios; vid. también
BELLOCCI, Nicla, La struttura del negozio della fiducia... I cit., pp. 22 ss. Ahora bien, la aparente “falta de
causa” de la mancipatio, no permite decir que la fiducia en cuanto contrato carezca de causa.
493
Aunque hemos visto supra n. 129 que no es completamente pacífico que la cosa que es objeto
de una mancipatio deba ser necesariamente una res mancipi. Sobre esto vid., especialmente, FREZZA,
Paolo, Le garanzie delle obbligazioni I cit., pp. 15 ss.
494 Sobre la posibilidad de contraer fiducia por medio de una in iure cessio vid. GAI. 2,59 y 3,201
que menciona expresamente esta opción. Al respecto vid. FREZZA, Paolo, Le garanzie delle obbligazioni
I cit., pp. 6-13 y pp. 15 ss., con el status quaestionis; EL MISMO, Ibid. p. 27; BELLOCCI, Nicla, La strut-
tura del negozio della fiducia... II cit., pp. 43 nº 54; cfr. ISIDORO, Ethym., 5,25,23 “fiducia est, cum res
aliqua sumendae mutuae pecuniae gratia vel mancipatur vel in iure ceditur”. Cfr. BOETH, In Ad Top.
Cic. 4,10,41 que, por ejemplo, no menciona la in iure cessio. Para la in iure cessio en general como
medio alternativo a la mancipatio, vid. GAI. 2,22 “idem valet et in iure cessio”, (por adición, es verdad,
de GOESCHEN); para el supuesto “desuetudo” de la in iure cessio, vid. GAI. 2,25 y FREZZA, Paolo, Le
garanzie delle obbligazioni I cit., p. 15.
495 Es la interpretación de SAN ISIDORO DE SEVILLA, Orig. cit. 5,25,23 “Fiducia est, cum aliqua...
nell pignus cit., en IURA 1 (1950), pp. 422 afirma: “El pactum fiduciae es algo agregado a la mancipatio
fiduciae causa: no queda incluida en ella”.
140 MARCELO NASSER OLEA
leges in mancipio dictae) la lex commissoria modifica los verba sollemnia de una
mancipatio499.
Mediante la declaración de esta lex, el accipiens queda facultado para retener
definitivamente la cosa (commitere), sin que le quepa al dans la posibilidad de de-
mandar por medio de acciones reales ni personales en caso de no pagar al acreedor
la obligación principal.
Nos parece que la renuncia a pedir la cosa ex iure civili, esto es, la renuncia a
ejercer la actio fiduciae, debe estructurarse, en principio, unilateralmente. En efecto,
no se ve en qué medida podría participar el accipiens en la disposición potestativa
y renunciativa del dans o fiduciante. Tampoco se ve cómo la voluntad del accipiens
pudiera ser jurídicamente relevante si, de hecho, participara en la renuncia500. Así,
las declaraciones preceptivas hechas en el marco de una mancipatio más bien son
impuestas a la contraparte con carácter de lex y es justamente por ello que los efectos
le alcanzan501. En efecto, y aun cuando la lex commissoria se encuentra enmarcada en
un acto perfectamente bilateral como es la mancipatio que da cuenta de la celebración
de una fiducia cum creditore, la lex commissoria aparece, como todas las leges de
este tipo, con una estructura unilateral502, pues sólo cabe al fiduciante, y a nadie más,
disponer de una cosa que se le debe503.
499 Para la idea de una lex commissoria como una lex dicta, vid. BURDESE, Alberto, Lex commissoria e
ius vendendi... cit., p. 13. Sobre el concepto de lex mancipi y su funcionamiento vid., por ahora, BELLOCCI,
Nicla, La struttura del negozio della fiducia... I cit., p. 48 “...e fra essi di fondamentale importanza ap-
paiono le ‘nuncupationes’ o ‘leges mancipi’, che inserendosi nel formulario stesso della ‘mancipatio’ la
determinerebbero nel suo contenuto intrinseco e provocherebbero l’accoglimento di una manifestazione
unilaterale di volontà, non solo necessaria da un punto di vista sostanziale a produrre l’effetto voluto,
ma anche tesa a temperare il formalismo della ‘mancipatio’ stessa attraverso l’introduzione di clausole,
che modificherebbero i suoi ‘verba sollemnia’”. Ibid., p. 56. Para las dos teorías (amplia y restrictiva)
sobre el contenido de las nuncupationes, Ibid., pp. 53 s. Vid. también, EL MISMO, La struttura del negozio
della fiducia... II cit., p. 154; para una asimilación entre nuncupationes y leges mancipi, vid. RANDAZZO,
Salvo, Leges mancipi cit., pp. 62 ss.
500 BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit., p. 13 nº 3 considera esta posición
como hipotética.
501
GUZMÁN BRITO, Alejandro, “Para la historia de la formación de la teoría general del acto o ne-
gocio jurídicos y del contrato I. El vocabulario de la negocialidad jurídica en el Derecho Romano”, en
REHJ 17 (1995), cit., p. 121.
502 Sin embargo, la mancipatio no es un acto de violencia unilateral, como ha sido afirmado por
autores como IHERING y KASER (vid. DIÓSDI, György, Ownership... cit., pp. 67 s.). Limitamos nuestra
afirmación solamente a la lex commissoria establecida en el marco de una mancipatio.
503 Sobre la unilateralidad o bilateralidad de las leges, vid. DE FRANCISCI, Pietro, Primordia civitatis,
Roma, 1959, p. 578 [citado por CANCELLI, Filippo, L’origine del contratto cit., p. 45 nº 105]. Para la
lex commissoria (y el ius vendendi) como acuerdo que hace surgir la facultad de obtener la retención
del pignus, vid. RATTI, Umberto, “Sul ius vendendi del creditore pignoratizio”, en Sulla accessorietà
del pegno... cit., p. 5; también para BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit., p. 92, la
lex commissoria es fruto de un acuerdo entre las partes y en esto la opone a la impetratio domini de D.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 141
la historia de la formación de la teoría general del acto o negocio jurídicos y del contrato I. El vocabulario
de la negocialidad jurídica en el Derecho Romano”, en REHJ 17 (1995) cit., p. 121. Para las diferencias
entre lex y pactum, vid. D’ORS, Álvaro, ibid. § 33. Para D’ORS, Xavier (coord.), Antología de textos
jurídicos de Roma cit., p. 227 nº 114, entre muchos otros autores, la lex commissoria es un pacto.
505 DURÁN RIVACOBA, Ramón, La propiedad en garantía. La prohibición del pacto comisorio, Aranza-
di, Pamplona, 1998, p. 17. La confusión entre lex, pactum y condicio se observa, por ejemplo, en el caso
de las llamadas leges venditionis del contrato de compraventa, en D. 18,1,22 Ulp. 28 ad Sab.; D.18,1,33
Pomp. 33 ad Sab.; D.18,1,60 Marcell. 6 Dig.; D.18,1,78 pr. Lab. 4 post. a Iav.; D.19,1,13,14 Ulp. 32
ad Ed.; para el tránsito de lex dicta a condicta y, por ello, de lex a modalidad negocial, vid. CANCELLI,
Filippo, L’origine del contratto... cit., pp. 42 ss.; sobre las arras penitenciales como leges venditionis, vid.
TALAMANCA, Mario, L’arra della compravendita in Diritto Greco e in Diritto Romano, Giuffrè, Milano,
1953, p. 61. Por ejemplo, pensamos que BISCARDI, Arnaldo, “Sul concetto romano di lex”, en Estudios
en homenaje al profesor Juan Iglesias I cit., p. 158 asimila demasiado pactum a lex privata.
506 Sobre pascire, en general, vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, “Para la historia de la formación de la
teoría general del acto o negocio jurídicos y del contrato I. El vocabulario de la negocialidad jurídica en
el Derecho Romano”, en REHJ 17 (1995), cit., pp. 90 s. Para, BISCARDI, Arnaldo, La dottrina romana
dell’obbligatio rei cit., p. 46, la expresión pactum fiduciae y lex fiduciae parecen análogas. // En relación
con XII Tab. I,7, vid. STURM, Fritz, “Il pactum e le sue moltiplici applicazioni”, en Contractus e pactum,
Tipicità e libertà negoziale nell’esperienza tardo repubblicana (Atti del convegno di Diritto Romano e
della presentazione della nuova riproduzione della Florentina), Edizioni Scientifiche Italiane, Copanello,
1998, pp. 151 ss. BURILLO, Jesús, “Los pactos en derecho romano”, en Anales Universidad de Murcia,
1963-64, p.151. Con todo, ibid., p. 155 en relación con D. 47,22,4 y XII Tab. VIII,7; para las acciones
quae infitatione duplantur, que no admiten pactum, PS. I, 19,2.
507 Sobre pactos renunciativos, vid., ALBURQUERQUE, Juan Miguel, “Historia del pactum antes del
Edictum: Pactum como acto de paz en las XII Tablas”, en Estudios en homenaje al profesor Juan Igle-
sias III cit., p. 1116.
142 MARCELO NASSER OLEA
hablan de pactos en los que se renuncia al ejercicio de una acción (como D. 2,14,7
13 a 15 todos Ulp. 4 ad Ed.), ninguno de los ejemplos provistos por Ulpiano pueden
conectarse con una mancipatio y menos con una mancipatio fiduciae causa y más
bien se refieren a negocios de otra clase.
Pensamos que si bien la lex privata se puede parecer al pactum, tal asimilación
refleja sólo una proximidad pero no una identificación total pues, en el fondo, se trata
de dos instituciones distintas con génesis y efectos no siempre parangonables508. Las
propias fuentes conocen esta distinción cuando recogen el siguiente texto como una
regla de derecho antiguo:
D. 50,17,73,4 Quint. Muc., Lib Sing. Def. “Nec pasciendo nec legem dicendo nec
stipulando quisquam alteri cavere potest”.
Tampoco la lex commissoria puede ser una condicio. Las mancipationes y los
demás actos legítimos prohibían las condiciones (D. 50,17,77 Pap. 28 Quaest.). El
hecho de que la lex commissoria revista forma de lex permite superar la objeción de
Biscardi509, que niega la calidad genéticamente “condicional” de esta institución. En
efecto, ya hemos visto que las leges sí cabían en las mancipationes.
Por el mismo hecho de adoptar la forma de una lex dicta, es que la renuncia unila-
teral del dans no queda sujeta a la aprobación negocial del acreedor (accipiens) que
participa de la mancipatio fiduciae causae, aunque los efectos del incumplimiento
perfectamente lo pueden alcanzar510. La operación de la lex commissoria se traduce
en que el acreedor principal se libera de la obligación civil de remancipar la cosa
al fiduciante pues se han cumplido los requisitos para retenerla definitivamente
(commissum). El fiduciante no sólo pierde la acción, sino que consecuencialmente
también pierde la posibilidad de volver a poseer la cosa civilmente con miras a la
usureceptio pues, como afirma Gayo, ésta sólo procede si se ha pagado la obligación
principal511.
508 Para la evolución de pactum, pascire, etc. en época republicana, y sus diversos sentidos, vid.
STURM, Fritz, “Il pactum e la sua moltiplice applicazione”, en Contractus e Pactum... cit., p. 155 ss.; CIC.
De invent. II, 22,68 Pactum est quod inter aliquos convenit quod iam iustum putatur, ut iuri praestare
delicatur... // Para la raíz y usos de “pactum”, vid. ALBURQUERQUE, Juan Miguel, “Historia del pactum...”,
en Estudios Iglesias III cit., pp. 1109 ss.; ibid. p. 1119 para el uso de pactum como “acuerdo para evitar
sanciones y ejecuciones” (en relación con GELL. 20,1,46).
509 BISCARDI, Arnaldo, “La lex commissoria...” cit., p. 586.
510
Cfr. CANCELLI, Filippo, Origine del contratto... cit., p. 35, “Nella mancipatio, la pronuncia,
nuncupatio, e la validità quindi del pronunciato, è atto del mancipio accipiens (...) e non del mancipio
dans...”. La afirmación de CANCELLI se opondría a la consideración de la lex commissoria como nuncu-
patio pero no como lex mancipi si es que se entienden como conceptos distintos como hacía BELLOCCI,
Nicla, cit. supra n. 499. En efecto, la lex commissoria es una renuncia al ejercicio de una acción por
parte del dans, y ello es plenamente acorde con el carácter estructuralmente unilateral de toda lex privata;
Cfr. BREZZO, C., La mancipatio cit., p. 121 ss. Para un estado de la cuestión, vid. RANDAZZO, Salvo,
Leges mancipi cit., pp. 15 ss.
511 Sobre la usureceptio y su funcionamiento, vid. GAI. 2,59 y, especialmente, 2,60.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 143
512 Célebres son los pasajes de D. 2,14 en relación con este tema. Así D. 2,14,7,4 Ulp. 4 ad Ed. “nuda
fiducia en el pignus cit., en IURA 1 (1950), cit., p. 422: “frustrada la condición, el acreedor disponía
de una exceptio pacti...”. Para la forma de la exceptio pacti (de non petendo), vid. GAI. 4,119 y 4, 126;
vid., también, RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. § 277.
515 Vid. infra pp. 192 s.
516 Vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit. § 170 nº 6 quien estima que se trataría de una
datio in solutum que opera desde el momento de no ser pagada la deuda garantizada.
144 MARCELO NASSER OLEA
517 STURM, Fritz, “Il pactum e le sue moltiplici applicazioni”, en Contractus e pactum... cit., p. 164.
518
En su caso, también puede fructificar una exceptio doli general como supletoria no a la exceptio
pacti como en D. 2,14,10,2 Ulp. 4 ad Ed., sino a la de justo dominio.
519 No una compraventa ni una datio in solutum, pues no cabe “dar” ni entregar lo que ya se dio o
son mucho más profundas. En primer lugar, y aunque hemos visto que el tema es
discutible, el ámbito original de aplicación de la fiducia se limitaba naturalmente a
las res mancipi521. En el pignus, el debitor podía garantizar el pago de la deuda con
cualquier cosa mueble, fuera o no una res mancipi522.
Desde el punto de vista de la posición jurídica que ostenta uno y otro acreedor
principal (fiduciario y pignoratario), el pignus datum convierte al pignoratario sólo
en poseedor natural que, aunque protegido por interdictos523, no puede usucapir ni
goza de legitimación activa en la actio publiciana ni menos en la reivindicatoria, en
tanto la fiducia suponía una transferencia dominical.
Aun así, se sabe que la lex commissoria transitó por extensión desde la fiducia
hacia la prenda. Esta última, a diferencia de lo que ocurría con la fiducia, tiene un
carácter crediticio y efectos meramente posesorios. La adaptación de la fiducia al
pignus traería como consecuencia –por razones de forma y de fondo– problemas
conceptuales relevantes. En el caso de la fiducia, la operación de la lex commissoria
significaba que el dominio que ya ostentaba válidamente el fiduciario desde la man-
cipatio se tornara inexpugnable524.
Para la época de la recopilación de las fuentes bajo Justiniano, la fiducia había
desaparecido del espectro jurídico. Asimismo, la lex commissoria, que había transi-
tado al pignus, había sido derogada por decisión imperial hacía ya dos siglos, presu-
miblemente con el objeto fundamental de evitar la usura escondida tras los créditos
garantizados525.
C.Th. 3,2,1 (de commissoria rescindenda); y C. 8.34.3 pr.: IMPERATOR CONSTANTINUS,
“Quoniam inter alias captiones praecipue commissoriae pignorum legis crescit aspe-
ritas, placet infirmari eam et in posterum omnem eius memoriam aboleri.” [Const. a.
ad pop. <a. 326 d. II kal. febr. serdicae Constantino a. VII et Constantio c. conss.>].
Esta prohibición oficial trajo como consecuencia que los textos que nos podrían
haber dado testimonio del funcionamiento de la lex commissoria, en general, no sólo
son escasos y oscuros, sino que resultan poco confiables. Además, la azarosa vida de
pignus eran las res nec mancipi y sólo con el tiempo se pudo extender a toda clase de cosas muebles.
523 Sobre esta protección vid. BONFANTE, Pietro, Corso 3, cit., p. 171; ibid. pp. 195 y 234; BRANCA,
Giusseppe, “Il possesso come diritto affievolito”, en Studi in onore di Francesco Carnelutti, CEDAM,
Padova, 1950, p. 391.
524 FREZZA, Paolo, Le garanzie delle obbligazioni cit., p. 43 “...l’efficacia propria della lex com-
missoria nella rescissione definitiva del rapporto obbligatorio concluso per mezzo del pactum fiduciae,
attribuendo al creditore la cosa, e la facoltà di disporre di essa iure dominii, senza alcuna limitazione
di responsabilità contrattuale, e liberando al tempo stesso il debitore da qualunque delle responsabilità
verso il creditore...”.
525 BIONDI, Biondo, Istituzioni...cit., p. 436 afirma que la lex commissoria en el pignus era frecuente so-
bre todo en Oriente. Aparentemente habría seguido en uso incluso después de la prohibición imperial.
146 MARCELO NASSER OLEA
526
Sobre las modificaciones al régimen de la lex commissoria anteriores a JUSTINIANO y las propias
justinianeas, vid. BUCKLAND, W.W., A text book of Roman law... cit., pp. 474 ss.
527 Sobre este reemplazo, vid. BIONDI, Biondo, Istituzioni... cit., p. 473 nº 50; RATTI, Umberto, “Sul
ius vendendi del creditore pignoratizio”, en Sulla accessorietà del pegno e sul ius vendendi del creditore
pignoratizio, Jovene Editore, Napoli, 1985, p. 35 nº 2. BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi...
cit., pp. 95 ss. También vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., § 465 nº 5.
528 Vid. BELLOCCI, Nicla, La struttura della fiducia II cit., pp. 80 ss.; sobre el pignus dice BISCARDI,
Arnaldo, La dottrina romana dell’obbligatio rei cit., p. 50 “Quanto alla sua struttura, la datio pignoris
consisteva in una traditio possessionis e generava un rapporto, che era in sé essenzialmente possessorio:
un rapporto che, dal punto di vista della sua struttura dommatica, debe essere posto accanto a rapporti
come il sequestro e il possesso precario” (con cita a LA PIRA, Giorgio, “La struttura classica del pignus”,
en Studi Cammeo II, Padova, 1932, pp. 3 ss.). Existe un sector importante de la doctrina que afirma que
el pignus originario o arcaico tenía carácter dispositivo y, derechamente, carácter comisorio. Sobre esto,
vid. BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi...cit., pp. 96 nº 1 y 110 s.
529 Vid. ERBE, Walter, Die Fiduzia im römischen Recht cit., p. 52; cfr. GROSSO, Giuseppe, “Recensión
a ERBE, Walter, Die Fiduzia...”, en SDHI 6 (1961), p. 426. Para un comentario sobre el tema, vid. DIÓSDI,
György, Ownership... cit., pp. 118 s.
530 El tema, con todo, no es pacífico. Para la inexistencia de una actio contraria vid. D’ORS, Álvaro
a BURDESE, Alberto, Recensión a: Lex commissoria e ius vendendi nella fiducia en el pignus cit., en
IURA 1 (1950), p. 426.
531 Vid. FV. 9.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 147
532 BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit., pp. 114 ss. trata sobre esta asimilación
535 SAMPER, Francisco, Derecho Romano cit., pp. 312 s., opina que más que prenda este negocio es
una venta con entrega inmediata sujeta a un pactum de retroemendo para el caso del pago.
536
LENEL, Otto, Ed. Perp. cit., § 99; cfr. RUDORFF, Adolf, Ed. Perp. § 100. Para la fórmula de la
actio pigneraticia, vid. supra n. 424.
537 El presupuesto básico de esta acción puede verse en D. 13,7,9,3 Ulp. 28 ad Ed. cuyo texto LENEL
(Pal. II 583,809) ubica en relación con la actio pigneraticia. vid. también D. 13,7,10 Gai. 9 ad Ed. Prov.
538 Una aparente excepción en D. 13,7,9,5 Ulp. 28 ad Ed., pero que igualmente supone pagar la deuda
principal en el juicio (in iudicium); en cualquier caso este pago debe, más que “in iudicium”, hacerse “in
iure”, esto es ante litem contestatam pues de lo contrario no resultará comprobada la hipótesis de la fór-
mula. Esto puede, a su vez, extraerse de la cita posterior (en la Palingenesia) que es D. 13,7,11 “Solutum
non videtur si lis contestata cum debitore sit de ipso debito...”. (Vid. LENEL. Otto, Pal. II 584,809).
539 D. 13,7,35,1 Flor. 8 Inst.; D.13,7,9,2 Ulp. 28 ad Ed. “Proprie pignus dicimus, quod ad creditorem
transit...”; D. 50,16,238,2 Gai. 6 XII Tab.; C. 4,24,9; vid. CUENA BOY, Francisco, “Emptio suae rei”,
en BIDR 91 (1988) cit., p. 686 nº 34. Sobre la falta de verdadero creditum en los préstamos pretorios
vid. CASTRESANA, Amelia, “Reflexión sobre la significación jurídica de auctoritas, credere y pontifex
a propósito de las etimologías de A. Pariente”, en BIDR 91 (1988) cit., p. 437. Para la ampliación del
concepto de creditum a las cosas entregadas a la fides ajena, vid. D. 12,1,1 Ulp. 26 ad Ed.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 149
En efecto, sin que se hubiese producido un acercamiento entre retención por lex
commissoria en el pignus y la compraventa, no vemos cuál podría ser esta iusta causa
justificante para el mejoramiento de la situación posesoria del pignoratario. Sólo con
la asimilación de la lex commissoria a la causa emendi, el problema de la causa se
simplifica por razones de conveniencia, pues se encuentra una causa negocial, per-
fectamente bilateral y bonae fidei para sostener la transferencia, fundada en una causa
pro emptore a favor del pignoratario en la que se tiene a las partes “como si hubiesen”
comprado y vendido540, tal como había ocurrido con el caso del reo que se sometía a
la litisaestimatio, asunto que ya ha sido estudiado en el capítulo tercero.
540 Vid., con todo, D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., 170 nº 5.
541 La Edición Vulgata y la de HALOANDRO no dicen “iure emptoris” sino dicen “iure emptionis”.
542 LENEL, Otto, Pal. I, 649-29 nº 2; BUCKLAND, W.W, A text-book of Roman Law... cit., p. 474 con-
sideran probablemente itp., ‘iusto...aestimandam’; también D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano
cit., § 426 nº 2. En efecto, el uso de la expresión iustum pretium es siempre señal de manipulación. La
frase “iusto pretio... rescripserunt” la que ha dado lugar a mayor cantidad de dudas interpolacionísticas.
Sobre esto, vid. BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit., p. 121; BISCARDI, Arnaldo,
Appunti sulle garanzie reali... cit., p. 191.
543 La cuestión no es pacífica, debido a que algunos autores entienden que MARCIANO no trata en este
caso precisamente de una lex commissoria sino de otra institución. Al respecto, vid. BURDESE, Alberto,
Lex commissoria e ius vendendi... cit., pp. 119 s., quien considera esta institución como una “convención
análoga” a la lex commissoria y no una lex commissoria propiamente tal.
150 MARCELO NASSER OLEA
F.V. 9: “Creditor a debitore pignus recte emit, sive in exordio contractus ita convenit
sive postea; nec incerti pretii venditio videbitur, si convenerit, ut pecunia fenoris non
soluta creditor iure empti dominium retineat, cum sortis et usurarum quantitas ad
diem solvendae pecuniae praestitutam certa sit”.
Nos parece que los dos textos constituyen la base para explicar coherentemente
este asunto. Además, existe un fragmento del jurista Cervidio Scaevola que parece
recoger la idea de la asimilación de la retención de la garantía en manos del acreedor,
aunque en este caso por una vía más larga, cual es la liberación del deudor pignorati-
cio por el pago de la obligación hecho por el fiador, que por tal pago se convierte en
dueño emptionis causa.
Si analizamos cuidadosamente la primera parte del texto de Marciano (Potest...
aestimandam), nos podremos dar cuenta con facilidad de que el jurista no afirmaba
que el acto subyacente detrás de la operación de esta lex commissoria haya sido,
derechamente, una compraventa, sino que se preocupó de usar un giro técnicamente
suficiente para denotar un cierto grado de asimilación. Marciano, sin entrar a calificar
el negocio como condicional, se refería a la “posición” en que quedaba el acreedor
principal tras verificarse la condición de pecunia non soluta. En efecto, el jurista en
vez de usar los giros “similis emptionis causa” o “loco emptoris” que habíamos visto
a propósito de la asimilación de la compraventa y la litisaestimatio, prefiere una ex-
presión distinta y habla de una posesión “iure emptoris”.
Es necesario resaltar que la cuestión terminológica no puede ser mirada en menos.
En efecto, una retención “iure emptoris” significa, al menos para el caso del pignus
datum, que el pignotarario puede mantener lícitamente la posesión de la cosa fundado
en una “justa posición” que antes no ostentaba544. Esta posición justa es nada menos
que la misma de los compradores (iure emptoris possideat rem...).
También debe llamar la atención la referencia expresa a la hipoteca que Marciano
hace en la primera parte del texto (pignoris datio hypothecaeve). La institución
hipotecaria de garantía, como se sabe, carece de desplazamiento posesorio545 y, por
ello, no puede transformar al pignoratario en poseedor del pignus, a ningún título. En
este caso, a falta de posesión primigenia por parte del creditor546, mal puede pensarse
en una mutación de causa posesoria. Por esta razón nos inclinamos a pensar que la
referencia al pignus conventum puede ser una interpolación. Ello, además, concuerda
544
Sobre ius como “justa posición”, vid. D’ORS, Álvaro, “Aspectos objetivos y subjetivos del con-
cepto de ius”, en Studi in memoria di Emilio Albertario II, Giuffrè, Milano, 1953, pp. 283 s.; SAMPER,
Francisco, Derecho Romano cit., p. 28.
545
Sobre la hipoteca o pignus conventum, vid. FREZZA, Paolo, Le garanzie delle obligazioni II cit.,
pp. 8 ss.; D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., §§ 418 s.; BISCARDI, Arnaldo, Appunti sulle
garanzie reali cit., pp. 150 ss.
546 Para la terminología “debitor” y “creditor”, tanto como “is qui fiduciam dedit” y “is qui fiduciam
acceppit”, vid. BISCARDI, Arnaldo, Appunti sulle garanzie reali... cit., pp. 20 s.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 151
perfectamente con lo que se suele decir en la doctrina cada vez que se encuentra la
expresión “pignus hipothecaeve”547.
Para autores como Burdese, pudo existir una lex commissoria en el pignus conven-
tum. En ese sentido, afirma que el incumplimiento de la obligación principal permitía
al acreedor la disposición de los medios procesales y de favorecerse con sus eventuales
condemnationes. Por nuestra parte, nos cuesta imaginar que el acreedor pueda ejercer
la reivindicatio sin que previamente haya operado una traditio dominical en su favor
pues, como se sabe, ello es precisamente lo que no ocurre en el caso de la hipoteca.
Otro tanto debe decirse de la acción publiciana, pues en el pignus conventum tampoco
hay posesión civil, que es el requisito de legitimación de este recurso.
En fin, producto de las críticas mencionadas, juzgamos que de la primera parte
del texto de Marciano (potest... aestimandam), sólo el fragmento “si intra certum
tempus non sit soluta pecunia, iure emptoris possideat rem...” es perfectamente se-
guro y refleja la opinión del jurista. Ello implica que la opinión pudo sólo haberse
referido a las garantías reales que sí cuentan con desplazamiento posesorio, pero no
a la hipoteca. Asimismo, se refiere a la adquisición de la posesión y no del dominio
(iure emptoris possideat), por lo que el acto subyacente debe ser identificado como
una iusta causa usucapionis.
Más adelante, en el mismo texto, veremos que Marciano cita un rescripto de Severo
y Antonino mediante el cual se habría asimilado la lex commissoria a una compraventa
“de alguna manera” condicional (hoc enim casu videtur quodammodo condicionalis
esse venditio). A nuestro juicio, esta parte (aunque genuina y probablemente fruto de
la inclinación didáctica de Marciano) no resulta congruente con la primera parte del
texto (potest... aestimandam) y manifiesta una concepción atécnica del enunciado “iuris
emptionis possideat”. En efecto, una cosa es poseer “con derecho de comprador”, o
en posición de comprador, y otra muy distinta es poseer “como si hubiese operado
una venta condicional”. Las categorías son evidentemente distintas y pensamos que
obedecen a una manipulación del texto. Así, el subfragmento “hoc... rescripserunt”
permite suponer que en algún momento, que puede fijarse entre los años 210 y 212
(fin del reinado de Septimio Severo y comienzos del de Caracalla), la prenda de efecto
comisorio transitó hacia la compraventa misma, pero ya sin referencia al ius emptionis
reconocido al acreedor, pues se estimó que dicha compraventa era “de algún modo
condicional”.
Resta ahora por verificar si lo dicho para D. 20,1,16,9 concuerda con lo que se
puede desprender del segundo texto que citábamos como fundante de la asimilación
entre la operación de una lex commissoria y una compraventa:
547 Sobre este asunto, vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano cit., § 418 nº 1. Vid., también,
BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi... cit., pp. 113 s. y 120. Sobre la actio Serviana y
su fórmula in factum (presuntamente con cláusula arbitraria), vid. LENEL, Otto, Ed. Perp., pp. 473 ss. y
CARRELLI, Edoardo, Sulla accessorietà del pegno... cit., pp. 5 ss.
152 MARCELO NASSER OLEA
F.V. 9: “Creditor a debitore pignus recte emit, sive in exordio contractus ita convenit
sive postea; nec incerti pretii venditio videbitur, si convenerit, ut pecunia fenoris non
soluta creditor iure empti dominium retineat, cum sortis et usurarum quantitas ad
diem solvendae pecuniae praestitutam certa sit”.
De la simple lectura de este texto, no puede caber duda de que el autor (probable-
mente Papiniano) se está refiriendo a la modalidad de prenda llamada pignus datum, y
no a otra clase de garantía real. En este entendido, se sostiene que el acreedor (creditor)
puede comprar válidamente la prenda a su deudor (debitor). Además, el fragmento
afirma que esta venta puede ser acordada al inicio del contrato o bien después. Evi-
dentemente, para los objetivos trazados en esta investigación nos interesa la que se
pacta al momento de hacerse el contrato (in exordio contractus).
Esta compraventa in exordio contractus que revela Fragmenta Vaticana describe
una convención entre creditor y debitor para el caso futuro e incierto en que no se
llegue a pagar la obligación principal, pudiendo el acreedor retener la cosa en dominio,
fundado en la justa posición derivada de la compra (iure emptoris).
Tal parece que Fragmenta Vaticana 9 permite que la cuestión de la lex commis-
soria y la compraventa se comience a ver bastante más clara. Ocurre que en el caso
del pignus, afirma este texto, las partes pueden perfectamente acordar al inicio del
negocio que de cumplirse la condición de pecunia non soluta, el acreedor principal
podrá retener la cosa como si la hubiese comprado (creditor iure empti dominium
retineat). Tal retención sería, además, en dominio. Tal posición se encuadra con
lo señalado en la última parte de D. 20,1,16,9 de Marciano, en donde se citaba un
rescripto de Septimio Severo y Caracalla, de quienes Papiniano fue contemporáneo
y consejero.
La época de la asimilación total entre venta y lex commissoria se puede fijar, con
alguna seguridad, en aquel rescripto referido por Marciano, que si bien emana del
Príncipe, debemos atribuir a la autoridad de Papiniano. En efecto, Trifonino, discípulo
de Papiniano, revela que su maestro es el autor intelectual de la regla que permite
al creditor comprar la prenda al debitor y que tal principio fue introducido por un
rescripto548.
D. 20,5,12 pr. Tryph. 8 Disp. “Rescriptum est ab imperatore libellos agente papiniano
creditorem a debitore pignus emere posse, quia in dominio manet debitoris”.
Tal como ocurría con Fragmenta Vaticana 9, se puede observar que para Trifonino
resulta lícito al acreedor comprar la prenda al deudor. Ahora bien, el jurista simple-
mente lo afirma, pero no nos informa sobre la manera que debe revestir esa compra
(in exordio contractus o postea). Con todo, el texto nos confirma un dato cronológi-
548 Además de D. 20,5,12 Tryph. 8 Disp., para respaldar esta afirmación, existe un texto casi contem-
poráneo de Q. CERVIDIO SCAEVOLA maestro de TRIFONINO y praefectus vigilum en el 175, vid. SCHULZ,
Fritz, History of Roman legal science, cit., p. 347 addenda, en D. 18,1,81 pr. Scaev. 7 Dig. Sobre este
texto, vid. BISCARDI, Arnaldo, “La lex commissoria...” cit., pp. 580 y 585; vid. también D. 13,7,39 Mod.
4 Resp.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 153
camente útil, que es la existencia de un rescripto imperial que decía relación con el
pignus, cuyo autor intelectual fue Papiniano. Este rescripto, permitía que el acreedor
pignoraticio pudiese comprar válidamente la prenda al deudor pignorante, lo que no
podría suceder, por ejemplo, en la fiducia debido a que el fiduciario es dueño y ya
sabemos que la compra de cosa propia no existe549.
En el ámbito de los conceptos, la renuncia del dueño a reclamar la cosa que es suya
no instala al acreedor pignoraticio en una mejor posición posesoria que la que origi-
nalmente tenía, que es la del simple poseedor natural550. En ese mismo orden de ideas,
resulta claro que sólo tras la correcta operación de una iusta causa podrá el acreedor
pignoraticio mutar su posesión hacia una verdadera posesión civil. Además, para el
caso de permitirlo la calidad de la cosa, esto es, que se trate de una res nec mancipi,
y que estén presentes los requisitos mínimos de la transferencia dominical (potestas
alienandi), la posesión natural podría mutar válidamente hacia el dominio.
A falta de iusta causa, el pignoratario seguiría reteniendo el pignus como simple
poseedor natural, aunque goza de la exceptio doli general en contra del pignorante551
que pretendiera reivindicar la cosa pignorada. Esta excepción, sin embargo, la tendría
no en virtud de una iusta causa pro emptore, en cuyo caso tendría acaso la exceptio
rei venditae et traditae, sino por aplicación de la regla de lógica de que a nadie es
lícito venir en contra de sus propios actos552. Si la asimilación a la causa emendi no
hubiese existido, la posición del pignoratario sólo sería oponible al pignorante y no a
terceros, pues no hubiese ostentado jamás una mejor posesión de aquéllas fundadas
en una justa causa. Asimismo, el pignoratario estaría desprovisto de los recursos
propios de los compradores.
Como puede apreciarse, un acto renunciativo unilateral del pignorante, que con-
siste en abstenerse de reclamar la cosa suya dada en prenda si es que no paga, no
tiene conceptualmente efectos posesorios relevantes, pues no puede encontrarse en
tal renuncia alguna de las iustae causae originales que facultan para tener una cosa
en calidad de dueño o de poseedor civil bonitario.
Enfrentados a una situación conceptualmente compleja como ésta, los juristas se
habrían visto en la necesidad de buscar, acomodaticiamente, una causa posesoria justa
que le garantizara a dicho poseedor incausado, a lo menos, la acción publiciana y la
exceptio rei venditae et traditae, vistiendo asimismo al pignoratario con un manto de
no eran reales sino de extinción de una acción meramente personal, sin mutar la causa possidendi.
551 Vid. supra n. 518.
552 Sobre la formulación del principio non venire contra factum proprium, vid. DOMINGO, Rafael
y RODRÍGUEZ ANTOLÍN, Beatriz, Reglas y aforismos jurídicos, Aranzadi, Pamplona, 2000, p. 135; tam-
bién este principio, en materia de disposición y propiedad en SANSÓN RODRÍGUEZ, María Victoria, La
transmisión..., cit., p. 170; véase también, BURDESE, Alberto, “Convalida del pegno e convalida della
vendita”, en LABEO 6, cit., pp. 132 ss.
154 MARCELO NASSER OLEA
buena fe del que antes carecía por completo. Ello trae como consecuencia que se acepte
la retención de la cosa pignorada por lex commissoria como una situación no unilateral
renunciativa sino que acordada, aunque sea ficticiamente o por asimilación. Con ello,
el pignus con lex commissoria transita hacia un acto condicional de disposición, con
estructura y funcionalidad bilateral. Como consecuencia de ello, esta asimilación iure
emptoris revelada por Marciano y refrendada por Papiniano trae como consecuencia
que la lex commissoria pueda entenderse como una especie de retención posesoria con
iusta causa. Esta estructura no estrictamente contractual puede asimilarse fácilmente
a la compraventa, que es el negocio de buena fe por antonomasia, la cual además
configura una iusta causa de posesión civil.
Como puede apreciarse, no se trata en el caso del pignus de una lex dicta ni de una
lex mancipi como ocurría presuntamente en la fiducia, pues el escenario que funda la
prenda posesoria está muy lejos de ser una in iure cessio o una mancipatio. En este
caso, en cambio, estamos frente a un simple préstamo pretorio de garantía, que permite
la existencia de condiciones y pactos mientras no alteren el normal funcionamiento
del negocio. Según el testimonio de Fragmenta Vaticana 9, las partes son libres de
pactar desde el principio una venta condicional, que operará eventualmente como
iusta causa en el caso de no pagarse el crédito garantizado.
Si leemos el texto, además, nos podremos dar cuenta de que la referida en Frag-
menta Vaticana 9 no es una iusta causa usucapionis, sino que derechamente de una
iusta causa traditionis. Ello trae como consecuencia que si la cosa es nec mancipi,
habilis y de propiedad del debitor (pignorante), se produce la adquisición del dominio
por parte del creditor o pignoratario.
Como se ve, el texto de FV. 9 concuerda perfectamente con lo expresado por Mar-
ciano en D. 20,1,16,9 y con Trifonino en D. 20,5,12 pr., y ello nos permite deducir que,
al menos para el caso del pignus datum, la retención de la prenda por lex commissoria
y la compraventa funcionaban como análogas. Ello, sin embargo, es seguro sólo desde
la época de Papiniano y no antes, lo que se reafirma con que el resto de los juristas
que recogen esta regla son contemporáneos a este jurista.
Finalmente, debemos decir que la asimilación a la compraventa a la manera que
hacía Marciano en el texto recogido en D. 20,1,16,9 y Papiniano en FV. 9, no puede
hacerse coherentemente en el caso de la fiducia cum creditore por varias razones y
resulta solamente aplicable al pignus datum.
En primer lugar, ambos textos están referidos expresamente al pignus. El primero
de ellos, es más, está escrito por Marciano en un libro que versaba sobre una clase
particular de pignus (Liber singularis ad formulam Hypothecariam). Ello incluso
permite decir con alguna certeza que no se trata en este caso de un reemplazo compi-
latorio de una institución por otra tal como ocurrió en numerosas oportunidades. En
cambio, la obra de Marciano de donde está tomado el fragmento corresponde a una
monografía que excluye el tratamiento fiduciario, en beneficio del pignus y la hipoteca
exclusivamente. Un argumento similar vale para Fragmenta Vaticana que, a pesar de
ser una obra que no se caracteriza por su depuración conceptual, está lejos de ser un
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 155
libro compilatorio como son los escritos justinianeos, en donde el reemplazo textual
de fiducia por pignus se hizo de manera sistemática.
Pero el argumento decisivo para excluir la aplicación de los textos a la fiducia dice
relación con la transferencia de la propiedad y los efectos reales de la mancipatio
fiduciae causa. En efecto, en el caso de la fiducia cum creditore, la cosa fiduciada se
hace de propiedad del accipiens desde el momento en que opera el modo solemne
de adquirir (statim). Como dueño de la cosa, el accipiens no podrá comprarla, pues
habría de contraer compraventa consigo mismo553.
Los efectos de la lex commissoria en la fiducia, como se ve, son puramente obli-
gacionales, en cuanto se hace efectiva una renuncia unilateral a la actio fiduciae,
extinguiendo la calidad de acreedor del dans para el caso del no pago. Sin embargo,
no porque ello ocurra se muta la causa de la adquisición del dominio o de la posesión
civil. Por el contrario, en el caso del pignus datum, los efectos de la lex commissoria
no son meramente obligacionales. Se trata, en cambio, de efectos de corte real ma-
nifestados en el tránsito de la posesión natural del pignoratario hacia una posición
más preferente o intensa. En el pignus, el pignoratario no se había hecho dueño por
medio de la pignoris datio, sino que sólo poseedor natural. En tal calidad, la falta de
pago de la obligación principal en el pignus no es equiparable a la posición en que
quedaba el fiduciario. Por ello, se debe haber hecho absolutamente necesario buscar
una causa de posesión, usucapión o incluso de tradición para validar la posesión del
pignoratario frente a terceros.
Por todo lo anterior pensamos que, acudiendo a necesidades prácticas, Papiniano
hubo de recurrir a la operación de una iusta causa asimilada en favor del creditor,
permitiendo que comprara la prenda de manos del pignorante y operando una especie
de traditio brevi manu en su favor. Con ello, la lex commissoria se transforma en
una causa traditionis perfectamente operada, que tendrá la virtualidad de convertir
en dueño al creditor, en la medida de que la cosa pignorada haya sido de propiedad
del debitor y, además, que se trate de una res nec mancipi. La falta de consensus,
que obstaría a considerar esta modalidad como una compraventa propiamente tal, es
suplida por la potestad del Emperador mediante un rescripto.
9. ASPECTOS CONCLUSIVOS
Con lo que se ha dicho respecto de la lex commissoria en general, podemos sostener
que esta institución perdió, en algún momento temprano, el carácter de verdadera lex
privata renunciativa que la caracterizaba originalmente. En este ámbito, podemos decir
que de “lex” sólo conservó el nombre, mantenido incluso en el derecho bizantino.
Con la información textual de que disponemos, es posible sostener, aunque con
carácter de conjetura, que el jurista Marciano juzgaba que la lex commissoria no debía
entenderse como una mera renuncia a una acción determinada, como nos parece que
debió suceder en el caso de la renuncia del mancipio dans a la actio fiduciae, sino
que se trataba propiamente de un acto dispositivo, que situaba al poseedor del pignus
en posición justa de comprador que le conducía a la usucapio. La “justa posición de
comprador” habría sido extendida hacia una compraventa por Papiniano, influyendo
en la redacción de un rescripto imperial.
De esta manera, no pudo tardarse mucho en asimilar la retención comisoria con
una institución del derecho sustantivo con nombre propio. Así, se entendió que dicha
retención tenía características similares a la emptio venditio, aunque condicionada al
hecho incierto del no pago de la obligación principal.
Es el nuevo carácter de la lex commissoria el que la hace transitar desde aquel
acto originalmente unilateral renunciativo presente en la fiducia, hacia un verdadero
negocio jurídico de estructura bilateral anejo al pignus, asimilable primero a un sim-
ple pacto, y luego a un contrato con nombre propio, como se señala en un rescripto
(emptio venditio).
El hecho de acercar la retención posesoria por operación de la lex commissoria a
una justa posición de comprador, y no a la posición que genera otra clase de contrato
o negocio, debe haber obedecido –tal como ocurrió cien años antes en el caso del
demandado que pagaba la estimación– a la necesidad de que el creditor gozara de
las acciones y derechos de que dispone el que ha pagado un precio por una cosa. En
tal calidad si esta compraventa funcionaba como causa traditionis (pues se cumplían
los requisitos), el creditor podía reivindicar y oponer las excepciones del dueño. Si
la venta, en cambio, funcionaba como causa usucapionis, quedará legitimado en las
acciones y excepciones del poseedor civil y podrá también usucapir pro emptore.
En la época anterior a aquella en que la fiducia fuera definitivamente reemplazada
por la prenda (Gayo aún la conocía y Juliano también554) no era necesario otorgar la
protección publiciana al acreedor que retenía la res mancipi dada en garantía, pues este
mismo tenía la exceptio iusti dominii pues, simplemente, era dueño desde el momento
en que había sido celebrada la mancipatio fiduciae causa. La protección del dueño
(reivindicatio) es, evidentemente, más intensa que la del simple poseedor (incluso el
poseedor civil), por lo que el fiduciario no necesitaba otra protección.
Pero tratándose del pignus datum, en aquella misma época, el pignoratario carecía
de protección posesoria y dominical erga omnes, aun cuando era titular de los inter-
dictos que se concedían al acreedor pignoraticio555. Sin embargo, la mera concesión de
554 Vid. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, cit., § 465 nº 5. Para la fecha de la aparición del
pignus, vid. D’ORS, Álvaro a BURDESE, Alberto, Recensión a: Lex commissoria e ius vendendi nella
fiducia en el pignus, cit., en IURA 1 (1950), p. 424. Sobre el pignus, la fiducia, y su tratamiento en los
Comentarios al Edicto de varios juristas post julianeos, vid. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado
Romano I, cit., p. 779.
555
La protección del acreedor pignoraticio es comúnmente clasificada dentro de las posesiones
anómalas junto con la del sequester y la del precarista; vid. BONFANTE, Pietro, Corso... 3 cit., pp. 173
y 195. Nada tiene que ver esta protección con el animus possidendi, como bien es demostrado por el
mismo autor.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 157
556 Tampoco resolvía la cuestión hacer la aproximación hacia las causas pro suo o pro possessore,
que eran las otras posibilidades, sin perjuicio de la opinión de D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano
cit. § 170 nº 6 cit. supra n. 516.
158 MARCELO NASSER OLEA
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 159
CONCLUSIONES GENERALES
557 Así lo afirma derechamente PAULO en D. 25,2,9 Paul. 37 ad Ed. (non enim aequum est invito suo
558 CARRELLI, Edoardo, L’acquisto della proprietà per litisaestimatio... cit., p. 112. Sobre la adquisi-
ción de la propiedad pretoria o de la posesión civil, el autor piensa que podía tener lugar en el momento
mismo de la contumacia del reo ocurrida al ofrecerse a pagar la estimación (operando desde entonces
el título pro emptore), pero esta tesis se encuentra con el inconveniente de que en Derecho Romano no
se transfiere propiedad nudo pacto como expone la célebre constitución de DIOCLECIANO de 293 d. C
(C. 2,3,20), y tampoco nuda traditio (al decir de PAULO en D. 41,3,31 pr. Paul. 31 ad Ed.). En cualquier
caso, el pago efectivo tampoco soluciona la necesidad de traditio.
559 Vid. supra n. 109.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 161
BIBLIOGRAFÍA
I. TRADUCCIONES
1. SAMPER, Francisco (Trad.) Instituciones Jurídicas de Gayo, Edit. Jurídica de
Chile, Santiago, 2000.
2. Di PIETRO, Alfredo (Trad.), Institutas de Gayo. Texto traducido notas e intro-
ducción, Abeledo Perrot, 5ª edición, Buenos Aires, 1997.
3. HERNÁNDEZ TEJERO, Francisco (Trad.), Instituiciones de Justiniano, Univ. de
Madrid, Madrid, 1961.
4. MONTEMAYOR ACEVES, Martha (Trad.), Fragmentos Vaticanos, UNAM, México,
2003.
5. GARCÍA DEL CORRAL, Ildefonso, Cuerpo del Derecho Civil, Ed. Lex Nova
(Reimp.), Madrid, 1989-1998.
6. D’ORS, Álvaro Y OTROS, El Digesto de Justiniano, Aranzadi, Pamplona, 1968.
32. BIONDI, Biondo, Il giuramento decisorio nel processo civile romano, L’Erma di
Bretschneider, Roma, 1970.
33. BIONDI, Biondo, Iudicia bonae fidei I, Arti Grafiche Castiglia, Palermo, 1920.
34. BISCARDI, Arnaldo, Appunti sulle garanzie reali in Diritto Romano, Ciaslpino-
Goliardica, Milano, 1976.
35. BISCARDI, Arnaldo, La dottrina romana dell’obbligatio rei, Giuffrè, Milano,
1991.
36. BISCARDI, Arnaldo, La protezione interdittale nel processo romano, CEDAM,
Padova, 1938.
37. BISCARDI, Arnaldo, Lezioni sul processo romano antico e classico, Giapichelli,
Torino, 1968.
38. BISCOTTI, Barbara, Dal pacere ai pacta conventa, Giuffrè, Milano, 2002.
39. BONFANTE Pietro, Corso di Diritto Romano, 3°, Diritti Reali, Giuffrè, Milano,
1972.
40. BONFANTE, Pietro, Las relaciones de vecindad (Trad. Alfonso García Valdecasas),
Ed. Reus, Madrid, 1932.
41. BONFANTE, Pietro, Scritti Giuridici Varii II. Proprietà e servitù, UTET, Torino,
1926.
42. BONFANTE, Pietro, Scritti Giuridici Varii III. Obbligazioni, Comunione e Possesso,
UTET, Torino, 1926.
43. BOZZA, Francesca, Il possesso dell’ager publicus, G. Casteli, Napoli, 1938.
44. BRETONE, Mario, I fondamenti del Diritto Romano. Le cose e la natura, 3ª edi-
ción, Laterza Ed., Roma, 1999.
45. BREZZO, C., La mancipatio, L’erma di Bretschneider, Roma, 1972.
46. BRINI, Giuseppe, Della condanna nelle legis actiones, G. Bretschneider, Roma,
1978.
47. BROGGINI, Gerardo, Iudex arbiterve. Prolegomena zum Officium des römischen
Privatrichters, Bohlau, Koln-Graz, 1957.
48. BUCKLAND W.W. y MCNAIR, Arnold, Derecho Romano y Common Law. Una
comparación en esbozo, traducción de la 2ª edición por Ignacio CREMADES,
Editado por Facultad de Derecho U. Complutense y Fundación Seminario de
Derecho Romano Ursicino Álvarez, Madrid, 1994.
49. BUCKLAND, W.W., A text-book of Roman law from Augustus to Justinian, Gaunt,
Florida, 1921.
50. BURDESE, Alberto, Lex commissoria e ius vendendi nella fiducia e nel pignus,
Giappichelli, Torino, 1949.
166 MARCELO NASSER OLEA
70. CUENA CASAS, Matilde, Función del poder de disposición en los sistemas de
transmisión, J.M. Bosch, Barcelona, 1996.
71. CUQ, Édouard, Manuel des institutions juridiques des romaines, Lib. Plon-
Nourrit, Paris, 1917.
72. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, 8ª edición, EUNSA, Pamplona,
1991.
73. D’ORS, Álvaro, Derecho Privado Romano, 9ª edición, EUNSA, Pamplona,
1997.
74. D’ORS, Álvaro, La posesión del espacio, Civitas, Madrid, 1998.
75. D’ORS, Xavier (coord.), Antología de textos jurídicos de Roma, Ed. Akal, Madrid,
2001.
76. D’ORS, Xavier, El Interdicto fraudatorio en el derecho romano clásico, Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1974.
77. DE FRANCISCI, Pietro, Il transferimento della proprietà, La Litotipo, Padova,
1924.
78. DE FRANCISCI, Pietro, Translatio domini, Giuffrè, Milano, 1921.
79. DE MALAFOSSE, Jehan, L’interdit “momentaire possessionis”, L’Erma di Bret-
schneider, Roma, 1967.
80. DE MOLINA, Luis, Los seis libros de la Justicia y el Derecho, Traducción, estudio
preliminar y notas de Fraga Iribarne, Madrid, 1941.
81. MOLINA, Ludovicus, De iustitia & iure, Hac prostema editione emendati insuper
Summariis et Indicibus aucti, Ioannem Keerbergium, Amberes, 1615.
82. DE RUGGIERO, Roberto, Il divieto d’alienazione del pegno nel Diritto greco e
romano, Jovene, Napoli, 1980.
83. DE ZULUETA, Francis, D. 41,1, and 2 with translation and commentary, Clarendon
Press, Oxford, 1950.
84. DIÓSDI, György, Ownership in ancient and preclassical Roman Law, Akadémiai
Kiadó, Budapest, 1970.
85. DOMINGO, Rafael, Auctoritas, Ariel Derecho, Barcelona, 1999.
86. DURÁN RIVACOBA, Ramón, La propiedad en garantía. La prohibición del pacto
comisorio, Aranzadi, Pamplona, 1998.
87. ERBE, Walter, Die Fiduzia im römischen Recht, Böhlaus, Weimar, 1940.
88. ERHARDT, Arnold, Litis aestimatio im Römischen Formularprozess, Beck’sche,
München, 1934.
89. FABBRINI, Fabrizio, La definizione del poetre in Roma antica, La Goliardica,
Roma, 1983.
168 MARCELO NASSER OLEA
90. FABI, Bruno, Aspetti del possesso romano, L’Erma di Bretschneider, Roma,
1972.
91. FELIÚ REY, Manuel Ignacio, La prohibición del pacto comisorio y la opción en
garantía, Civitas, Madrid, 1995.
92. FERRINI, Contardo, Diritto Penale Romano, Esposizione storica e dottrina
(en Enciclopedia del Diritto Penale Italiano), Soc. Editrice Libraia, Milano,
1910.
93. FERRINI, Contardo, Opere di Contardo Ferrini, Studi vari di Diritto Romano (A
cura di Emilio Albertario), Ed. Ulrico Hoepli, Milano, 1929.
94. FIORI, Roberto, Ea res agatur. I due modeli del processo formulare repubblicano,
Giuffrè, Milano, 2003.
95. FRANCIOSI, Genaro, Usucapio pro herede, Jovene, Napoli, 1965.
96. FREZZA, Paolo, Le garanzie delle obbligazioni II, A. Milani Ed., Padova,
1963.
97. GALLO, Filippo, Il principio emptione dominium transfertur nel diritto pregius-
tinianeo, Giuffrè, Milano, 1960.
98. GALLO, Filippo, Studi sul trasferimento della proprietà in Diritto Romano,
Giappichelli, Torino, 1955.
99. GANDOLFI, Giuseppe, Contibuto allo studio del processo interdittale romano,
Giuffrè, Milano, 1955.
100. GEORGESCO, Valentin, Essai sur l’expression “lex contractus”: étude de philo-
logie juridique, Imprimeria Nationala, Bucuresti, 1937.
101. GIFFARD, A., Leçons sur la procédure civile romaine, Domat Montchrestien,
Paris, 1932.
102. GIFFARD, A.E., Précis de Droit Romain, Dalloz, Paris, 1938.
103. GIRARD, Paul FRÉDÉRIC, Textes de droit Romain I y II, Rousseau Ed., Paris,
1923.
104. GONVERS, L’exceptio rei venditae et traditae (these), Lausanne, 1939.
105. GORDON, W., Studies in the transfer of the property by traditio, Aberdeen,
1970.
106. GREENIDGE, A.H.J., The legal proceedure of Cicero’s time, Augustus M. Kelley
Publishers, New York (Rothman Reprints, S.Hackensack, 1971).
107. GUARINO, Antonio, Diritto Privato Romano, 11ª edición, Jovene Editore, Napoli,
1997.
108. GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano I y II, Ed. Jurídica de
Chile (reimp.), Santiago, 2001.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 169
128. LOMBARDI, Luigi, Dalla fides alla bona fides, Giuffrè, Milano, 1961.
129. LONGO, Carlo, Corso di Diritto Romano, Le cose-la proprietà e i suoi modi di
acquisto, Ristampa, Giuffrè, Milano, 1946.
130. LUCHETTI, Giovanni, La legislazione imperiale nelle Istituzioni di Giustiniano,
Giuffrè, Milano, 1996.
131. LUZZATTO, Giuseppe Ignazio, Procedura civile romana II, Le legis actiones, Ed.
UPEB del Dott. Cesare Zuffi, Bologna, 1948.
132. MAINE, Sir Henry, Ancient Law, Reprint of the 1861 1st Edition by Beard Books,
Washington D.C., 2000.
133. MANNA, Lorena, Actio redhibitoria e responsabilita per i vizi della cosa nell’editto
de mancipiis vendundis, Giuffrè, Milano, 1994.
134. MARTINO, Paolo, Arbiter, Consiglio Nazinale delle ricerche U. di Roma La
Sapienza, Roma, 1986.
135. MASCHI, La consezione naturalistica del Diritto Romano e deglo istituzioni
iuridiche romani, Milano, 1937.
136. METRO, Antonino, L’obligazione de custodire nell Diritto Romano, Giuffrè,
Milano, 1966.
137. METZGER, Ernest, A new outline of the roman civil trial, Clarendon Press, Oxford,
1997.
138. MILONE, Filippo, La exceptio doli (generalis), L’Erma di Bretschneider, Roma,
1970.
139. MOLINA, Ludovicus, De iustitia & iure, Hac prostema editione emendati insuper
Summariis et Indicibus aucti, Ioannem Keerbergium, Amberes, 1615.
140. MOLINA, Luis de, Los seis libros de la Justicia y el Derecho, Traducción, estudio
preliminar y notas de FRAGA IRIBARNE, Madrid, 1941.
141. MOLINARI, Pedro, Ideas para una revisión de la teoría posesoria, Edit. Depalma,
Buenos Aires, 1968.
142. MONTANELLI, Indro, Historia de Roma, Ed. Plaza & Janés, Barcelona, 1997.
143. MONTEMAYOR ACEVES, Martha Elena, Fragmentos vaticanos, UNAM, México,
2003.
144. MURGA, José Luis, Derecho Romano Clásico II. El proceso, Secretariado de
publicaciones de la Universidad de Zaragoza, Zaragoza, 1983.
145. NICOSIA, Giovanni, Il possesso I, Torre Ed., Catania, 1997.
146. NICOSIA, Giovanni, L’acquisto del possesso mediante i potestate subiecti, Giuffrè,
Milano, 1960.
147. NICOSIA, Giovanni, Problemi possessori nell’esperienza giuridica romana,
Librería Ed. Torre, Catania, 1997.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 171
168. SACCOCCIO, Antonio, Si certum petetur. Dalla condictio dei veteres alle condic-
tiones giustinianee, Giuffrè, Milano, 2002.
169. SALOMÓN, Lourdes, Sine vitio nancisci possessionem La adquisición de la pose-
sión de los legados en el Derecho Romano Clásico, Dykinson, Madrid, 2003.
170. SAMPER, FrancisCO, Derecho Romano, 2ª Edición, Ed. Universidad Internacional
Sek, Santiago, 1991.
171. SAMPER, FrancisCO, Derecho Romano, Ediciones de la U. Católica de Chile,
Santiago, 2003.
172. SANSÓN RODRÍGUEZ, María Victoria, La transmisión de la propiedad, Marcial
Pons, Madrid-Barcelona, 1998.
173. SARGENTI, Manlio, Il diritto privato nella legislazione di Constantino, Giuffrè,
Milano, 1938.
174. SAVIGNY, Friederich Karl Von, Sistema del Derecho Romano Actual (IV, V y VI)
(Mesía y Poley, Trads.), Góngora y Cía. Editores, Madrid, 1879.
175. SAVIGNY, Friederich Karl Von, Traitè de la possession en Droit Romain, 7ª edición
(Henri Staedler, Trad.), Durand & Pedone Lauriel, Paris, 1870.
176. SCHULZ, Fritz, Derecho Romano Clásico (Santa Cruz Teigeiro, trad.), Bosch,
Barcelona, 1960.
177. SCHULZ, Fritz, History of Roman Legal Science Clarendon Press, Oxford, 1967
(cum addenda).
178. SCIALOJA, Vittorio, Studi giuridici; Vol. 1 (Diritto Romano), Anonima Romana
Ed., Roma, 1933.
179. SOHM, Rodolfo, Instituciones de Derecho Privado Romano, 17ª edición, Edit.
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1936.
180. SOLAZZI, Siro, Il concorso dei creditori nel Diritto Romano II, Jovene, Napoli,
1938.
181. SOLAZZI, Siro, La tutela e il possesso delle servitù prediale, Jovene Editore,
Napoli, 1949.
182. SOLAZZI, Siro, Scritti di Diritto Romano I, Jovene Editore, Napoli, 1955.
183. SOZA RIED, María de los Ángeles, Procedimiento concursal: La posición jurídica
del bonorum emptor, Tesis doctoral [inédita], Santiago de Compostela, 1997.
184. STEIN, Peter, El Derecho Romano en la historia europea, Siglo 21 Ed., Madrid,
2000.
185. TALAMANCA, Mario, Contributi allo studio delle vendite all’asta nel mondo
classico, Ed. Academia Nazionale dei Lincei, Roma, 1954.
186. TALAMANCA, Mario, L’arra della compravendita in Diritto greco e in Diritto
romano, Giuffrè, Milano, 1953.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 173
10. ANKUM, Hans & POOL, Eric, “Traces of the development of Roman Double
Ownership”, en New perspectives in the Roman Law of Property. Essays for
Barry Nicholas, Clarendon, Oxford, 1989, pp. 5-41.
11. ANKUM, Hans, “Actions by which we claim a thing (res) and a penalty (poena)
in Classical Roman Law”, en BIDR 85 (1982), pp. 15-39.
12. ANKUM, Hans, “Un cas de traditio dotis dans un texte de Jullien”, en RIDA 23
(1976), pp. 86-107.
13. ANKUM, Hans, “Utilitatis causa receptum”, en Simbolae Martino David, E.J.
Brill, Leiden, 1968, pp. 1-31.
14. APPLETON, Charles, “Le trésor et la iusta causa usucapio”, in Studi Bonfante,
III, Milano, 1930, pp. 11 ss.
15. ARCHI, Gian Gualberto, “La restituzione dei fruti nelle vendite con in diem
addictio e con lex commissoria”, en Studi in onore di Umberto Ratti, Giuffrè,
Milano, 1934, pp. 327-365.
16. ARCHI, Gian Gualberto, “In tema di trasferimento della proprietà per compra-
vendita”, en SDHI 1 (1935), pp. 115-131.
17. ARU, Luigi, “Appunti sulla difesa privata in Diritto Romano”, en Annali Palermo
15 (1936), pp. 151-217.
18. ASCOLI, Alfredo, [Res. a IHERING, Rudolf Von, Der Besitzwille], en BIDR 2
(1889), pp. 295-302.
19. ASTORINO, Samuel, “Roman Law in American Law: Twentieth century cases
of the Supreme Court”, en 40 Duquesne Univerity Law Review, Summer 2002,
pp. 627 ss.
20. BARTOSEK, Milan, “La responsabilità del creditore e la liberazione del debitore
nella vendita pignoratizia secondo il Diritto Romano”, en BIDR 51-52 (1948),
pp. 238-280.
21. BERETTA, “L’anualitá delle azioni pretorie nel diritto romano clásico”, en RISG
3 (1948), pp. 353 ss.; y (1949), pp. 305 ss.
22. BERNEISEN, E. “Per liberam personam” en RIDA 6 (1959), pp. 249-312.
23. BETTI, Emilio, “L’antitesi di iudicare e damnare nello svolgimento del processo
romano”, en RISG 56 (1915), pp. 8 ss.
24. BETTI, Emilio, “Sul carattere causale della traditio classica”, en Studi in onore di
Salvatore Riccobono IV, Arti Grafiche Castiglia, Palermo, 1936, pp. 115-130.
25. BETTI, Emilio, “Sul cosidetto d1ominio bonitario e in particolare sulla denomi-
nazione in bonis habere” en Scritti Varii II, Torino, 1918, (reimp. 1926).
26. BETTI, Emilio, “Res. a CARRELLI, L’acquisto della proprietà per litisaestimatio”,
en SDHI 1 (1935), pp. 435-438.
176 MARCELO NASSER OLEA
27. BIONDI, Biondo, “Ancora in tema di actio arbirtaria”, en BIDR 26 (1913), pp.
153-163.
28. BIONDI, Biondo, “Di nuovo sulla dottrina romana dell’actio arbirtaria”, en BIDR
26 (1913), pp. 5-51.
29. BISCARDI, Arnaldo, “D. 43,16,16: Nota esegetica”, en Studi in onore di Siro
Solazzi, Jovene Editore, Napoli, 1948, pp. 729-739.
30. BISCARDI, Arnaldo, “Lex commissoria nel sistema delle garanzie reali” en Studi
Betti 2, pp. 573-589.
31. BISCARDI, Arnaldo, “Sul concetto romano di lex”, en Estudios en homenaje
al profesor Juan Iglesias I, Seminario de Derecho Romano Ursicino Álvarez,
Madrid, 1988, pp. 157-166.
32. BLONDEL, “Sur l’origine de la proprietè”, en Melanges Charles Appleton, Lyon-
Paris, 1903, pp. 4-49.
33. BONFANTE Pietro, “Le singole iusta causa usucapionis e il titolo putativo”, en
Scritti Giuridici Vari 2, UTET, Torino, 1926, pp. 552-632.
34. BONFANTE, Pietro, “Sulla exceptio rei venditae et traditae”, en Scritti Giuridici
Varii 2, UTET, Torino, 1926, pp. 450-468.
35. BONFANTE, Pietro, “Res. a CARUSI, Evaristo, L’azione publiciana in diritto ro-
mano”, en BIDR 3 (1890), pp. 311-319.
36. BONFANTE, Pietro, “Il punto di partenza dalla teoria romana del possesso”, en
Studi in onore de L. Moriani 1, Siena 1906. [=en Scritti Giuridici Varii 3, UTET,
Torino, 1926, pp. 516-533].
37. BONFANTE, Pietro, “L’Editto Publiciano” en Scritti Giuridici Varii 2, UTET,
Torino, 1926, pp. 390-437.
38. BONFANTE, Pietro, “La iusta causa dell’usucapione e il suo rapporto colla bona
fides”, en Scritti Giuridici Varii 2, UTET, Torino, 1926, pp. 469-551.
39. BONFANTE, Pietro, “Res mancipi o res nec mancipi”, en BIDR 1 (1888),
pp. 46-51.
40. BONFANTE, Pietro, “Sulla denominazione in bonis habere”, en BIDR 8 (1895),
pp. 296-301.
41. BONFANTE, Pietro, “La possessio civilis e la possessio naturalis”, en Scritti Giuri-
dici Varii 3, UTET, Torino, 1926, pp. 534-599 [= en RISG 1894 pp. 161-214].
42. BONIFACIO, Franco, “Iudicium legitimum e iudicium imperio continens”, en
Studi in onore di Vincenzo Arangio Ruiz 2, Jovene Editore, Napoli, 1953,
pp. 207-232.
43. BOZZA, Francesca, “D. 41,2,3,23 e la clasificazione dei genera possessionum”,
en Synteleia Arangio Ruiz 2, Jovene Editore, 1964, pp. 616-622.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 177
44. BRANCA, Giuseppe, “Il possesso come diritto affievolito”, en Scritti giuridici
in onore di Francesco Carnelutti 3 (Diritto Privato), Cedam, Padova, 1950,
pp. 385-407.
45. BRANCA, Giuseppe, “Missiones in possessionem e possessio”, Studi in onore di
Siro Solazzi, Jovene, Napoli, 1948, pp. 483-506.
46. BRETONE, Mario, “Acquisitio per procuratorem?”, en Labeo 1 (1955), pp. 280-
292.
47. BRETONE, Mario, “Note minima su Celsus filius”, Labeo 9 (1963), pp. 331-
345.
48. BRETONE, Mario, “Volgarismo e proprietà postclassica”, en Labeo 11 (1965),
pp. 193-206.
49. BROGGINI, Gerardo, “Sulle origini del iusiurandum in litem”, en Studi in onore
di Emilio Betti 2, Giuffrè, Milano, 1962.
50. BURDESE, Alberto, “Res. a MARUOTTI, Studi sull’abbandono degli immobili nel
diritto romano”, en SDHI 56 (1990), pp. 427-443.
51. BURDESE, Alberto, “Capacità naturale e perdita del possesso”, en Sodalitas-Scritti
in onore di Antonio Guarino 2, Jovene Editore, Napoli, 1984, pp. 759-776.
52. BURDESE, Alberto, “Convalida del pegno e convalida de la vendita”, en Labeo
6 (1960), pp. 130 ss.
53. BURDESE, Alberto, “Editto publiciano e funzioni della compravendita romana”,
en Vendita e transferimento della proprietà nella prospettiva storico compara-
tistica; Atti del Congresso Internazionale Pisa Viareggio Lucca, (A cura di L.
Vacca), Giuffrè, Milano, 1991, Vol. 2, pp. 118-131.
54. BURDESE, Alberto, “Editto Publiciano e funzioni della compravendita romana”,
en Vendita e transferimento della proprietà nella prospettiva storico compara-
tistica (A cura di L. Vacca), Giappichelli, Torino, 1997, pp. 118-126.
55. BURDESE, Alberto, “In tema di animus possidendi nell pensiero della giurispru-
denza clásica (A propósito di taluni recenti studi)”, en Studi in onore di Biondo
Biondi, Vol. I, Milano, 1965, pp. 519-547.
56. BURDESE, Alberto, “Possessio tramite intermediario e possessio animo retenta”,
en Studi Volterra II, Milano, 1969, pp. 381-419.
57. BURDESE, Alberto, “Res. a OLIVECRONA, Three essays in Roman Law”, en IVRA
1 (1950), pp. 349-353.
58. CANNATA, Carlo Augusto, “Dalla nozione di animo possidere all’animus pos-
sidendi come elemento del possesso”, en SDHI 27 (1961), pp. 46-92.
59. CANNATA, Carlo Augusto, “Iul D. 41,1,36: una interpolazione ocasionale” en
Incontro con Giovanni Pugliese, Giuffrè, Milano, 1992, pp. 67-76.
178 MARCELO NASSER OLEA
76. COLLINET, Paul, “Deux textes retrouvés sur la fiduce”, en Studi di Storia e Diritto
in onore di Enrico Besta I, Giuffrè, Milano, 1939, pp. 93-108.
77. COSTA, Emilio, “Datio in solutum “, en BIDR 14 (1901).
78. CUENA, BOY, FrancisCO, “Emptio suae rei: los casos de D. 19,1,29 y D. 17,1,22,3”,
en BIDR 91 (1988), pp. 677-688.
79. CUIGNET, Roger, “De la iusta causa traditionis et des fragments 36 D. adq rer do-
minio 41,1 et 18 (18,1), De reb. Cred 12,1”, en RIDA 6 (1959), pp. 293-312.
80. D’EMILIA, Antonio, “Intorno alla configurazione del possesso romano e bizantino”,
en Studi in memoria di Emilio Albertario II, Giuffrè, Milano 1953, p. 543.
81. D’ORS, Álvaro, “Los precedentes clásicos en la llamada condictio possessionis”
en AHDE 31 (1961), pp. 629-650.
82. D’ORS, Álvaro, “Aspectos objetivos y subjetivos del concepto de ius”, en Studi
in memoria di Emilio Albertario II, Giuffrè, Milano 1953, p. 279.
83. D’ORS, Álvaro, “Creditum y contractus”, en AHDE 26 (1956), pp. 183-207.
84. D’ORS, Álvaro, “Réplicas panormitanas: El contractus según Labeón”, en REHJ
1 (1976), pp. 17-32.
85. D’ORS, Álvaro, “Titulus”, en AHDE 23 (1953), pp. 495-513.
86. D’ORS, Álvaro, “Res. a BURDESE, Lex commissoria e ius vendendi nella fiducia
en el pignus”, en IURA 1 (1950), pp. 420-427.
87. DA NOBREAG, Vandick, “Herméneutique juridique appliquée à l’interdictum unde
vi coactis armativisve dans le Pro Caecina de Ciceron”, en RIDA 7 (1960), pp.
507-519.
88. DAUBE, David, “Concerning the classification of interdicts”, en RIDA 6 (1951),
p. 62. [=en Collected Studies in Roman Law 1, Vittorio Klostermann, Frankfurt,
1991, pp. 403-446.
89. DAUBE, David, “The compilers’ use of a revised Paul and Ulpian”, en ZSS 90
(1973), pp. 359-360.
90. DE FRANCISCI, Pietro “Iustum pretium”, en Studi in onore di Ugo Enrico Paoli,
Ed. Felice le Monnier, Firenze, 1955?, pp. 211-217.
91. DE LA ROSA, Pelayo, “Hereditatis petitio”, en Estudios en homenaje al profesor
Juan Iglesias III, Seminario de Derecho Romano Ursicino Álvarez, Madrid,
1988, pp. 1255-1273.
92. DE MARTINO, “Del possesso”, in Comentario Scialoja-Branca, Bologna-Roma,
1966 (sub. art. 1140).
93. DE SARLO, Luigi, “La definizione dell’ actio publiciana nel diritto dei classici”
en Studi in onore di Siro Solazzi, Jovene, Napoli, 1948, pp. 203-218.
180 MARCELO NASSER OLEA
111. FERRARINO, Pietro, “Res mancipi, res nec mancipi”, en SDHI 3 (1937), pp. 434-
439.
112. FERRINI, Contardo, “Sulla exceptio rei venditae et traditae” en Rendiconti Istituto
Lombardo, 1891, Serie II, Vol. 25, pp. 844 ss. [= en Opere III, Milano, 1929,
pp. 275-285].
113. FRANCESCHELLI, Remo, “La garanzie reali delle obbligazione nel Diritto Romano
Classico nel Diritto inglese”, en Studi in memoria di Aldo Albertoni 3, Cedam,
Padova, 1938, pp. 517-562.
114. FRANCIOSI, Genaro, “Per la storia dell’usucapione immobiliaria in Roma antica”,
en SDHI 69 (2003), pp. 127-147.
115. FREIXAS, Juan, “Una contribución al estudio de Ulpiano 50 ad Edictum, D. 2,15,1
(de transactionibus)”, en Estudios en homenaje al profesor Juan Iglesias I,
Seminario de Derecho Romano Ursicino Álvarez, Madrid, 1988, pp. 223-234.
116. FUENTESECA, Pablo, “Possessio dominio ignorante”, en AHDE 24 (1954),
pp. 559-585.
117. FUENTESECA, Pablo, “Trasferimento della proprietà e auctoritas nella vendita
romana”, en Vendita e transferimento della proprietà nella prospettiva storico
comparatistica; Atti del Congresso Internazionale Pisa Viareggio Lucca, (A cura
di L. Vacca), Giuffrè, Milano, 1991, Vol. 1, pp. 73-118.
118. GAROFALO, Luigi, “Stellionatus: Storia di una parola”, en Atti del Convegno di
studi scientia iuris linguaggio nel sistema giuridico romano, Giuffrè, Milano,
2001, pp. 195-229.
119. GAUDEMET, Jean, “Res. a PROVERA, Contributi allo studio dell’ius iurandum in
litem”, en IURA 5 (1954), pp. 297-302.
120. GODOFREDO, Carlo, “Sul’origine della condemnatio pecuniaria e la struttura del
processo romano”, en SDHI 12 (1945), pp. 136-147.
121. GÓMEZ ROYO, Enrique, “La natura condictionis en los basílicos”, en Estudios en
homenaje al Profesor Juan Iglesias III, Seminario de Derecho Romano Ursicino
Álvarez, Madrid, pp. 1363-1373.
122. GORDON, W.M., “Constitutum possessorium”, en Sudi in onore di Biondo Biondi
1, Giuffrè, Milano, 1065, pp. 519-547.
123. GORDON, W.M., “Interruption of usucapio”, en RIDA 9 (1962), pp. 325-335.
124. GORDON, W.M., “The importance of the iusta causa of traditio”, en New pers-
pectives in the Roman Law of Property. Essays for Barry Nicholas, Clarendon,
Oxford, 1989, pp. 123-135.
125. GORDON, William, “Acquisition of ownership by traditio and acquisition of
possession”, en RIDA 12 (1965), pp. 279-300.
182 MARCELO NASSER OLEA
143. LAURIA, Mario, “Note sul possesso”, en Studi in onore di Siro Solazzi, Jovene
Editore, Napoli, 1948, pp. 781-797.
144. LAURIA, Mario, “Usus”, en Studi i Ricordi, Jovene, Napoli, 1983, pp. 455-465 [=
en Studi in onore di Vincenzo Arangio Ruiz 4, Jovene, Napoli, 1958, pp. 493 ss.].
145. LEVY, Ernst “Die Einteignung des Klagers in Formularprozess”, en ZSS 42
(1921), pp. 483 ss.
146. LEVY, Ernst, “Possessory remedies in roman vulgar law”, en Scritti Ferrini,
pp. 109 ss.
147. LEVY, Ernst, “Vulgarisation of roman law in the early middle ages”, in Medievalia
et Humanistica 1 (1943), p. 43 (= BIDR, 55-56 (1951), pp. 222 ss.).
148. LEWALD, H., “Res.a SOLAZZI, Di alcuni punti controversi nella doctrina roma-
na dell’acquisto del possesso per mezzo di representante”, en ZSS 34 (1913),
pp. 449-456.
149. LONGO, Carlo, “Passaggio della proprietà e pagamento del prezzo nella vendita
romana”, en BIDR 45 (1938), pp. 15-56.
150. LONGO, Carlo, “Sulla in diem addictio e sulla lex commissoria nella vendita”,
en BIDR 31 (1921), pp. 40-50.
151. LONGO, Gianetto, “Animo retinere possessionem”, en AUMA 20 (1956), pp. 119
ss. en Richerche Romanistiche, Giuffrè, Milano, 1966, pp. 447-454].
152. LONGO, Giannetto, “In tema de acquisito del possesso”, en BIDR 42 (1934),
p. 469 ss. [= en Richerche Romanistiche, Giuffrè, Milano, 1966, pp. 423-445].
153. LONGO, Giannetto, “L’elemento soggettivo nel delitto di furto”, en Studi in onore
di Pietro De Francisci 3, Giuffrè, Milano, 1956, pp. 251-283.
154. LONGO, Giannetto, “Il possesso sul servus fugitivus”, in Annali Macerata (25), 1961,
pp. 1 ss. [= en Richerche romanistiche, Giuffrè, Milano, 1966, pp. 455-486].
155. LUZZATTO, Giuseppe Ignazio, “Res. a KASER, Das römische Zivilprocessrecht”,
en SDHI 33 (1967), pp. 416-429.
156. LYSYK, Stephanie, “Purple prose: Writing, rhetoric and property in the Justinian
Corpus”, en 10 Cardozo Studies in Law and Literature, Summer 1998, pp. 33 ss.
157. MAC CORMACK, Geoffrey, “Custodia and culpa”, ZSS 89 (1972), pp. 149-219.
158. MAC CORMACK, Geoffrey, “Hagerstrom and Olivecrona on animus and corpus in
the context of possession”, en Estudios en hmenaje al profesor Juan Iglesias I,
Seminario de Derecho Romano Ursicino Álvarez, Madrid, 1988, pp. 391-405.
159. MAC CORMACK, Geoffrey, “Iusta and iniusta possessio” en Tijdschrift voor
Rechtsgeschiedenis 42 (1974), pp. 71 ss.
160. MAC CORMACK, Geoffrey, “Nemo sibi ipse causam posseessionis mutare potest”,
en BIDR 75 (1972), pp. 71-96.
184 MARCELO NASSER OLEA
161. MAC CORMACK, Geoffrey, “The role of animus in the Classical Law of Posses-
sion”, en ZSS 86 (1969), pp. 105-145.
162. MAGLIOCCA, Francesco, “Per la formula dell interdictum utrubi”, en SDHI 33
(1967), pp. 221-278.
163. MARRONE, Mateo, “A proposito di perdita dolosa del possesso”, Studi in onore
di Arnaldo Biscardi 6 (1987), pp. 179-210.
164. MARRONE, Mateo, “Transferimento della proprietà della cosa venduta e paga-
mento del prezzo”, en Vendita e transferimento della proprietà nella prospettiva
storico comparatistica; Atti Pisa-Viareggio-Lucca (A cura di Letizia Vacca),
Giuffrè, Milano, 1990, T. 2, pp. 483-499.
165. MASCHI, C.A., “Proprietà divisa per piani superficie e l’estenzione ai provinciali
del principio superficies solo cedit”, en Studi in onore di Vincenzo Arangio Ruiz
IV, Jovene, Napoli, 1958, pp. 135 ss.
166. MASCHI, C.A., “Res. a BELLOCCI, La tutela della fuducia nell’epoca republicana”,
en IURA 25 (1980), pp. 101-118.
167. MAY, “Observations sur les acciones arbitraires”, en Melanges Girard II, 1912,
p. 151.
168. MENTXAKA, ROSA, “Stellionatus”, en BIDR 91 (1988), pp. 277-335.
169. MEYLAN, Philippe, “Le pairnenet du prix et le transfert de la propriété de la
chose vendue en droit romain classique”, en Studi in onore di Pietro Bonfante
I, Milano, 1929, pp. 476-490.
170. MEYLAN, Philippe, “Varron et les conditions du transfert de la propriété dans
lé vente romaine”, en Scritti in onore di Contardo Ferrini 4, Società Ed. Vita e
Pensiero, Milano, 1949, pp. 176-201.
171. MEYLAN, Philippe, “La loi 23 Dig. 46,4 et la notion de bilatéralité du contrat de
vente chez Labeon”, en Studi in onore di Salvatore Riccobono 4, Arti Grafiche
Castiglia, Palermo, 1936, pp. 280-311.
172. MEYLAN, Philippe, “Gai. 1,119, rem tenens ou aes tenens?”, en Studi in memoria
di Emilio Albertario I, Giuffré, Milano, 1953, pp. 213 ss.
173. MEYLAN, Philippe, “Res. a ARANGIO RUIZ, La compravendita”, en IURA 4 (1953),
pp. 367-376.
174. MIQUEL, Juan, “Iusta causa traditionis y iusta causa usucapiendi en las Ins-
tituciones de Gayo”, en Estudios jurídicos en homenaje al profesor Ursicinio
Álvarez Suárez, U. Complutense de Madrid, Madrid, 1978, pp. 261-268.
175. MIQUEL, Juan, “La doctrina de la causa de la tradición en los juristas bizantinos”
en AHDE 31 (1961), pp. 515-529.
176. MONIER, Raymond, “La possession est-elle une res incorporalis en droit romain
classique?”, en RIDA 5 (1950), pp. 235-244.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 185
177. MONIER, Raymond, “La notion d’eviction et la notion de vices juridiques dans
la mancipation”, en IURA 5 (1954), pp. 169-171.
178. MONIER, Raymond, “Quelques remarques a propos de la dation en paiement en
Droit Romain”, en Festschrift Hans Lewald, Helbing & Lichtenhahn, Basel,
1953, pp. 115-120.
179. MORABITO, “Sul servus vicarius”, en LABEO 39 (1993), pp. 424-426.
180. MURGA, José Luis, “La aestimatio litis y el pretium rei” en Sodalitas - Scritti in
onore di Antonio Guarino 6, Jovene Editore, Napoli, 1984, pp. 2509-2524.
181. NARDO, Enzo, “Res. a SCHIPANI, Sulla responsabilità del convenuto per la cosa
oggeto di azioni reali”, en IURA 23 (1972), pp. 142-146.
182. NEW YORK SUPREME COURT OF JUDICATURE, “Pierson v. Post”, August, 1805, en
www.lexisnexis.com
183. NICOSIA, Giovanni, “Acquisitio dell posseso per procuratorem e reversio in
potestatem domini della res furtivae”, en IURA 11 (1960), pp. 190-201.
184. O LIVECONA , Karl, “The acquisition of possession”, en IURA 1 (1950)
pp. 535 ss.
185. OSUCHOWSKI, ‘”Des études sur les modes d’acquisition de la propriété en droit
romain.” En Studi in onore di Vincenzo Arangio Ruiz III, Jovene, Napoli, 1958,
pp. 37 ss.
186. PACCHIONI, G. “Una nuova ricostruzione dell’editto pubiciano”, en BIDR 9
(1896), pp. 118-135.
187. PAMPALONI, M., “Studi sopra il delito di furto (il furto improprio a la teoria del
possesso)”, en Scritti Giuridiche 1, Roma, 1941, pp. 625 ss.
188. PAMPALONI, M., “Sopra alcune azioni attinenti al delitto de furto”, en Studi Senesi
17, Fac. de Giurisprudenza U. de Siena, Siena, 1900, pp. 161 ss.
189. PASTORI, “La definizione della bonorum possessio”, en Studi in onore di Pietro
De Francisci 3, Giuffrè, Milano, 1956, pp. 597-615.
190. PEROZZI, Silvio, “L’Editto Publiciano”, en BIDR 8 (1894) [= en Scritti Giuridici
II (A cura di Ugo Brasiello), Giuffrè, Milano, 1948, pp. 418-435.
191. POOL, Eric, “A proposito di Paul. D. 40,12,38,2: trasferimento della prop. pre-
toria senza pagamento del prezzo”, en Vendita e transferimento della proprietà
nella prospettiva storico comparatistica; Atti del Congresso Internazionale Pisa
Viareggio Lucca, (A cura di L. Vacca), Giuffrè, Milano, 1991, pp. 467-478.
192. POSNER, Richard, “Savigny, Holmes, and the law of economics of possession”,
en 86 Virginia Law Review, April 200, p. 535.
193. PRINGSHEIM, Fritz, “Acquisition of ownership through servus fugitivus”, en Studi
in onore di Siro Solazzi, Jovene Editore, Napoli, 1948, pp. 603-630.
186 MARCELO NASSER OLEA
227. SOZA RIED, María de los Ángeles, “Adquisición patrimonial y sucesión: una precisión
de conceptos a partir del Derecho Romano”, en REHJ 21 (1999), pp. 75-101.
228. SOZA RIED, María de los Ángeles, y RODRÍGUEZ PINTO, María Sara, “Bases ro-
manísticas para una interpretación histórica del sistema chileno de transferencia
inmobiliaria”, en Rev. Ch. de Der. 28/4 (2001), pp. 691-711.
229. SPADARI, Sergio, “Il possesso quale diritto affievolito, en Studi in onore di Biondo
Biondi 4, Giuffrè, Milano, 1965, pp. 445-459.
230. ST. TOMULESCU, C., “Gaius 2,55 e l’usucapio pro herede”, en Studi in onore di
Giuseppe Grosso 4, Giappichelli Editore, Torino, pp. 419-455.
231. STEIN, Peter, “Equitable remedies for the protection of property”, en New pers-
pectives in the Roman Law of Property. Essays for Barry Nicholas, Clarendon,
Oxford, 1989, pp. 185-194.
232. STEIN, Peter, “I rapporti interni fra il Diritto Romano Classico ed il Common
Law”, en Incontro con Giovanni Pugliese, Giuffrè, Milano, 1992, pp. 59-65.
233. STEIN, Peter, “Medieval discussions of the buyer’s action for physical defects”,
en Studies in the Roman Law of Sale, dedicated to the memory of Francis De
Zulueta, Clarendon, Oxford, 1959, pp. 103-111.
234. STURM, Fritz, “Il pactum e le sue moltiplici applicazioni”, en Contractus e pac-
tum, Tipicità e libertà negoziale nell’esperienza tardo repubblicana (Atti del
convegno di Diritto Romano e della presentazione della nuova riproduzione della
Florentina), Edizioni Scientifiche Italiane, Copanello, 1998, pp. 149-180.
235. SYMEONIDES, Symeon, “One hundred footnotes to the new law of possession
and acquisitive prescription” en 44 Louisiana Law Review, September 1983.
236. THAYER, James, “Iusta causa in traditione”, en BIDR 44 (1936-37), pp. 438-445.
237. THOMAS, J.A.C., “Celsus: Sale and the passage of property”, en Studies in the
Roman Law of Sale, dedicated to the memory of Francis De Zulueta, Clarendon,
Oxford, 1959, pp. 160-170.
238. THOMAS, J.A.C., “Celsus: Sale and the passage of property”, en Studies on the
Roman Law of sale, Clarendon Press, Oxford, 1959, pp. 160-169.
239. TOMULESCU, C. ST. “Gaius 2,55 e l’usucapio pro herede”, en Studi in onore di
Giuseppe Grosso 4, Giappichelli, Torino, s.d., pp. 419-455.
240. TONDO, Salvatore, “Acquisito del possesso da parte del pupillo”, en Studi in
onore di Emilio Betti 4, Giuffrè, Milano, 1962, pp. 363-399.
241. VACCA, Letizia, “Res. a ZAMORANI, Possesio e animus”, en BIDR 82 (1979),
pp. 296-304.
242. VACCA, Letizia, “Ancora sull’estenzione dell’ambito di applicazione dell actio
empti in età classica”, en Vendita e transferimento dela proprietà nella prospettiva
storico comparatistica, Giappichelli, Torino, 1997, pp. 221-255.
ASIMILACIONES A LA COMPRAVENTA EN EL DERECHO ROMANO 189
256. VOCI, Pasquale, “Justa causa usucapionis”, en Scritti giuridici in onore di Fran-
cesco Carnelutti 4 (Diritto pubblico e storia del diritto), Cedam, Padova, 1950,
pp. 156-181.
257. VOCI, Pasquale, “Res. a WACKE, Actio rerum amotarum”, en SDHI 30 (1964),
pp. 430-434.
258. VOCI, Pasquale, “Res. a GALLO, Studi sul transferimento della proprietà in Diritto
Romano”, en IURA 7 (1956), pp. 276-278.
259. WACKE, Andreas, “La recepción del Derecho Romano en Europa central. Una
visión introductoria”, en REHJ 17 (1995), pp. 319-334.
260. WATSON, Alan & KHALED ABOU, El Fed, “Fox hunting, Pheasant shooting, and
comparative Law”, en 48 American Journal of Comparative Law, pp. 1 ss.
261. WATSON, Alan, “Acquisition of ownership by traditio to an extraneus”, en SDHI
33 (1967), pp. 189-209.
262. WATSON, Alan, “Some remarks on the dating of the actio publiciana”, en Estudios
de Derecho Romano. Homenaje al profesor Sánchez del Río y Peguero, Fac. de
Derecho U. de Zaragoza, Zaragoza, 1967, pp. 93 ss.
263. WATSON, Alan, “The acquisition of youngs in the usufructus gregis”, en IVRA
12 (1961) pp. 210-221.
264. WATSON, Alan, “The origins of usus”, en RIDA 23 (1976), pp. 265-270.
265. WATSON, Alan, “Thinking property at Rome”, en 68 Chicago-Kent Law Review,
1993, pp. 1355 ss.
266. WENGER, Leopold, “Res. a GONVERS, L’ action publicienne”, en ZSS 63 (1943),
pp. 487-492.
267. WESENER, Gunter, “Ius possessionis”, en Festschrift für Max Kaser, Beck’she,
München, 1976, pp. 159-178.
268. WIEACKER, Franz, “Res. a NICOSIA, L’acquisto del possesso mediante i potestate
subiecti”, en IVRA 12 (1961), pp. 371-386.
269. WINKEL, Laurens, “Usucapio pro suo and the classification of the causae usucapi-
onis by the roman jurists”, en New perspectives in the Roman Law of Property.
Essays for Barry Nicholas, Clarendon, Oxford, 1989, pp. 215-221.
272. WUBBE, Félix, “Quelques remarques sur la fonction et l’origine de l’action pu-
blicienne” en RIDA 8 (1961), pp. 417-440.
273. YARON, Reuven, “De usurpationibus”, en Studi Grosso, pp. 79-96.
274. YIANNOPOULOS, A.N., “Possession”, en 51 Louisiana Law Review, January 1991,
pp. 523 ss.
275. ZANZUCCHI, “Sulla storia dell’accessio possessionis dell’usucapione”, en AG 76
(1906), pp. 3 ss.