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Cembrano:

La entrevista con Santiago Cembrano inmediatamente nos recordó a Gramsci. En primer lugar, nos
llegó a la mente el concepto de subalternidad. Los dueños del dinero y de los medios parecen
tener una figura casi que jerárquica sobre los escritores. Esto nos plantea varias incógnitas. En
primer lugar, ¿Existe realmente un periodismo independiente? No parece ser el caso pues editores
y escritores siempre estarán suscritos a la agenda del medio, que a su vez depende claramente de
intereses económicos de fondo, sobretodo si se trata de un medio con proyección internacional,
por más punk y autogestionado que haya sido su origen. En segundo lugar, nos preguntamos ¿qué
poder tienen realmente los intelectuales orgánicos, si es que existen? Su lugar parece confinado si
no tienen los medios disponibles para subsistir.

Narváez:

Hablar de música popular como lo hizo Vice permitió que fuera posible darle un espacio a una
expresión culturar subalterna en medio de lo hegemónico para la prensa especializada en música:
el rock, el rap, la electrónica…lo que venía del norte global. El cambio del discurso que propuso
Narváez para el reggaetón en Noisey le permitió hacerlo más interesante y aceptable para el
intelectual situado en la hegemonía. La relación que desde allí estableció con su público fue una
negociación de carácter profundamente Gramsciano. Al mostrarle a su audiencia un género que
ellos detestaban, buscó cambiar el discurso musical con argumentos y revalidar la identidad
popular, urbana y latina como experiencia valiosa. Claro está, buscó mostrarles el “buen
reggaetón”, uno con contenido de fondo y que, a su gusto, tuviera un mensaje claro y distinto.
Incluso si su audiencia fue reacia al cambio, al final su idea termino prevaleciendo.

Felipe Dávalos:

El último director del ambicioso proyecto regional que fue Noisey en Español explica cómo el
proceso de la transformación de Vice y sus secciones es producto de la crisis global de medios.
Pero además nos muestra como la forma en que se dio el cierre de las salas de redacción es
prueba de que el internet no es un lugar de absoluta democratización, sino que obedece a la lógica
materiales de centro y periferia, o capataces y subalternos. Y, para él, precisamente el valor de la
redacción regional está en la posibilidad de cubrir todo aquello local que es ajeno a la agenda
global: es un espacio de negociación para romper con esa dinámica global y hacer que una
población local se fije a sí misma como centro cultural.

Además, no hay que pasar por superficial el chiste del exdirector de Felipe sobre los “niños
blancos” que Noisey tiene por audiencia objetivo: esa categoría de “lo alterno”, que se enuncia
como subalterna, parte de unas clases sociales que pueden costearse consumo cultural semanal, y
que tienen, por herencia o por práctica performativa, conexión con un mundo cultural occidental:
el del rock, el del punk, el del rap.
Carulla:

Sin darse cuenta, el testimonio de Juan Antonio sobre lo que es Noisey hace una alegoría a Han. Él
nos trae una reflexión muy interesante sobre el rol de los medios y sobre el cambio de los mismos.
Esto se encuentra muy asociado a Han específicamente en dos términos clave. El primero es el de
continuidad. Tanto para Han, como para Carulla, siempre existirá una continuidad de los
elementos que conforman un orden: el fin de unos solamente significa su reemplazo por otros,
como su proyecto personal, que se sienten originales y emocionados por llenar el vacío del medio
pasado, pero pueden correr el riesgo de, en ausencia de agencia, convertirse en una mera
reversión, actualizada a los estándares de su época: el formato youtuber que él utiliza es propio de
las transformaciones en el periodismo que señalaba Castelles, donde las plataformas mediáticas
son herramientas de poder y el periodista crea contenido único en la medida en que sea a la vez
un “artista” consciente del poder implícito en sus lenguajes mediáticos. Y mientras miles de
colombianos hacían canales de youtube, y nacían espacios como La Pulla y las Igualadas en los
medios más grandes del país, los medios culturales, que debían ser los primeros en explorar esa
tendencia, nunca lo hicieron, y se quedaron atrás. El segundo término clave de Han es el cambio
de jerarquías. Carulla nos deja entrever que dada la caída en legitimidad de los medios
mayoritarios, los medios que antes tenían poca relevancia ahora tendrán mucha por el cierre de
Noisey, sobre todo si recurren con rigor a las nuevas herramientas de internet, que Noisey no supo
explotar.

Conto:

Vale la pena detenernos en esa idea de que “Noisey surge como un medio dirigido para los grupos
de personas alternas”. Si bien Noisey se enuncia a sí mismo como un medio alternativo, la
normalización del término de categorización social, “los alternos”, viene de una posición de poder
clara, que no está siquiera fundamentada en legitimidad ganada a pulso en nuestra sociedad, sino
que viene de un poder hegemónico implícito en la marca de Noisey y Vice como medios
norteamericanos aparentemente contraculturales. La categorización de lo alternativo se puede
vincular de forma clave con Foucault: sectoriza y clasifica a un grupo de personas que se sentía
inclasificable, indomable, por ser extremadamente minoritario en nuestro país. Esta sectorización
nos recuerda mucho a la alegoría de la cárcel. Cada uno en su lugar y sin causar problemas. Los
fachos por allí, los gomelos por acá, los alternos por ese otro lado. Cada uno tiene su rol definido y
cuando un medio te tiene como nicho es que has dejado de ser inclasificable, y ahora eres parte
de una agenda.

Conto anexo: La libertad de expresión está entonces mediada, claro, por elementos institucionales
y políticos obvios, pero sobre todo por la posibilidad material de hacer periodismo.

Cembrano anexo: Y, siendo así, empieza una nueva negociación: una lucha por abrirse espacios en
el paradigma empezando por medios independientes con menos difusión, pero con un proceso de
consolidación progresivo.
INTRO:

Las grandes ciudades son muy ruidosas. En ese ruido, en esa convergencia de cosas, hay caldo de
cultivo para historias increíbles, y, claro está, para descubrir ritmos: música sacada del ruido. En
Colombia, hay muchos dispuestos a desenterrar esas historias y esas melodías, así usted no lo
sepa: cada uno a su manera, para su público, a su estilo, pero pocos como Noisey Colombia. Se
trata del brazo musical de Vice Colombia, la sucursal del medio canadiense que nació como revista
contracultural del mundo punk del 94 y hoy es una de las productoras de contenidos mediáticos
más importantes del mundo. Desde que abrió su redacción en 2014 llegó para marcar tendencias.
Sin embargo, hace tan sólo un mes, como si desconectaran una guitarra, Noisey Colombia
desapareció.

Para entender qué era Noisey, qué pasó, y qué ha de pasar ahora, recurrimos a los protagonistas
de esta historia. Hablamos entonces con dos de los editores de Noisey Colombia, el editor general
de la regional Noisey en español, el reportero y analista especializado en rap, y con un
contribuyente recurrente, que dirige el que quizás es el medio musical con contenido original más
grande del país ahora que Noisey no está.

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