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El príncipe - Maquiavelo

Maquiavelo al iniciar su libro muestra la diversidad de gobernantes, a los cuales él llama


príncipes, que existen en el panorama político y cuál es su manera de acceder al poder. Desde
un principio señala que la forma de tener durabilidad es el ser aceptado por el pueblo por
medio de la conservación de sus costumbres. De ser el Príncipe un extranjero no familiarizado
con las convicciones de sus gobernados, este debe hacer un esfuerzo en adquirirlas y accionar
en el caso de no haber mutua cordialidad o comprensión entre las dos partes.

No obstante, en este resumen del Príncipe de Maquiavelo se muestra que es desfavorable


acceder al poder mediante la fuerza, ya que el regente debe contar con los medios como el
dinero, el ejército y conexiones que le posibiliten sustentarse en el poder. Un ejemplo es el
caso de Alejandro Magno, un conquistador que tras su triunfal batalla se aseguró de separar a
los antiguos partidarios del reino de Darío.

En otras secciones capítulos del Príncipe de Maquiavelo, hace evidente los tres mejores modos
de conservar un estado a gobernar, los cuales eran regidos a través de antiguas leyes. Esto
último de acuerdo a la clase de gobernante que aspiraba al poder, entre los que se hallan los
que tenían los medios suficientes para una contienda exitosa y la capacidad para su
conservación, aludiendo como ejemplo a Moisés y el reino de Hierón de Siracusa.

Por otro lado se encuentran los principados con asesoría y capital no propio, príncipes que
accedieron al poder con escaso esfuerzo y que su permanencia en el mandato es incierto. Es el
caso de César Borgia, que llegó a gobernar por la fortuna de su padre. Aquellos príncipes que
rigieron por medio de perjurio o al contrario mediante la simpatía popular. Entre ellos
sobresale el siciliano Agatocles, déspota que comandó a Siracusa mediante la masacre del año
316 a.c y Nabis, Príncipe que accedió al poder en el año 2017 a.c gracias a la popularidad de los
principios que practicaba.

Pero de manera ideal cada Príncipe debe conducirse por su propia capacidad para gobernar,
en dicho caso, es un modelo que Maquiavelo evidenció en el Príncipe. A través de la historia
hubo principados que emergieron de maneras como las citadas previamente, ya sea por medio
del dinero, voto del pueblo, crímenes o estirpes, no obstante, hubo casos de mandatos
surgidos mediante la ilusión religiosa.

Éste último es de la clase de aquellos que realizan una labor sin verdaderamente hacerla ya
que se sostienen en un ideal. Y pese a las escasas probabilidades de sustentarse, o hasta de
llegar a permanecer según el príncipe, hay que destacar que es el modelo de principado más
sólido y duradero en la historia. Como ejemplo se alude al Papa n°214 Alejandro VI, regente
que por medio de estrategia y dinero logró acrecentar el poder eclesiástico.

A partir de ello, Maquiavelo plantea que un mandato no solo es regido por la habilidad y la
riqueza, si no que se requiere satisfacer ciertas pautas para con el pueblo y cómo
mantenerlas.

Entre los que aplican la capacidad de adquirir soldados para el ejército, lo que significa que es
más fácil perpetuarse si existe la total confianza en una milicia, que el solo control de
criminales y mercenarios ya que estos pueden ser comprados según el poder adquisitivo.
Igualmente resalta que se necesita que el principado tenga siempre como prioridad el
armamento y las habilidades en el campo. Como ejemplo está Filopómenes, príncipe estratega
desde el año 222 a.c. El segundo criterio que el principado ha de tener presente es la
vinculación con el pueblo. Todo príncipe ha de proceder según los parámetros fijados al
principio de su reinado. ¿Qué significa esto? Cada país, como se señaló al inicio, establece
ciertas formas de coexistir por lo que cuando arriba un nuevo gobernante este puede llegar a
no respetarlas. Esto es algo que Maquiavelo califica de forma sencilla cómo codicia,
comportamiento afeminado y frívolo, tiranía, traición y arrogancia, que puede conducir a que
un pueblo decepcionado conspire para su destitución.

Como ejemplo está el Príncipe Lucio Aurelio Cómodo, quien gobernó en el año 177 por estirpe
y que pese a contar con todos los instrumentos para reinar, fue depuesto por su multiplicidad
de actuaciones contradictorias por las que colocó al pueblo y al ejército en su contra.Como
contraste tenemos al Príncipe Fernando de Aragón, dirigente católico desde el año 1474 que
por medio de grandes proezas en batalla y con capacidad de seducir a las masas produjo una
de las generaciones de principados más sobresalientes de la historia. Aun así un reinado puede
venirse abajo de variados motivos y uno de los primordiales es la seducción que genera un
principado, y como muy bien alude el Príncipe de Maquiavelo, los halagadores.

Todo soberano o emperador, merced al nivel de poder que administra, origina elevados
niveles de ego que pueden ser desfavorables, puesto que tales alabanzas producen opiniones
nada reales acerca del modo de gobernar, y esto al final pone en riesgo su mandato. Por ello es
prudente para un reinado prolongado la consecución sincera de buenos consejeros. Por último
en este resumen del Príncipe de Maquiavelo, el autor expone cuáles fueron las principales
razones de la pérdida del poder de los dirigentes italianos, y se cuestiona el por qué se alcanza
un mismo resultado operando o procediendo de distintas maneras en un reinado. Y que no
importando cómo actúes, la suerte será siempre la misma.

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