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El Leviatán, de Thomas Hobbes

El Leviatán de Thomas Hobbes trata sobre la naturaleza humana y cómo se debe organizar la


sociedad. Explica la aparición de las normas y de las distintas formas políticas. Para Hobbes el
origen del Estado es el pacto que realizan todos los hombres quedando subordinados entre sí a
un gobernante que es el que debe procurar el bien para todos. La idea central de la obra es la
organización política que propone: un Estado que limite o prohíba al hombre atentar contra la
vida de los otros, es decir, que supere el estado de la naturaleza garantizando la paz.
El Leviatán parte del estudio del origen de la sociedad cuyo comienzo está en la transferencia de
los derechos individuales a un poder absoluto. Un poder que elimina el peligro de una guerra de
todos contra todos que se deriva de la condición libre del hombre en el estado de la naturaleza.
Hobbes piensa que en el estado natural cada uno tiene derecho a todo lo que hay pero debido a
la escasez se originan conflictos. Esta necesidad humana para la supervivencia, “el hombre
actúa para preservar su vida”, el miedo a la muerte y la esperanza de la paz (XIII), llevan al
hombre a pactar con los demás el establecimiento de una autoridad que sea capaz de implantar
una paz interna. Una autoridad soberana que debe poseer un poder absoluto.

En la 1ª Parte “del hombre”, el autor dice que el hombre es únicamente cuerpo. Para el autor, el
sujeto de cualquier actividad debe ser siempre un cuerpo, porque es el cuerpo quien piensa.
Reduce las formas de conocimiento a la sensación que es cuando se encuentran dos cuerpos en
movimiento: el cuerpo percibido y el cuerpo humano.
El hombre se comporta según sus experiencias, evitando lo que le es indeseable. La palabra (o
lenguaje)  es el instrumento que le permite transmitir la verdad y recibir la verdad de los demás.
Por tanto la palabra es la base de la razón, “cálculo de las consecuencias”, que permite al
hombre decidir lo que le conviene según su experiencia (lo bueno) y lo que no le conviene (lo
malo). Por tanto, el principio de conocimiento viene de fuera del sujeto, que imagina la realidad.
Esta parte recoge la antropología del autor, que  se fundamenta por su teoría del conocimiento
concibiendo toda la realidad como materia. La materia llega al  sujeto por la sensación.
En el capítulo X, el autor explica el concepto de poder, que es la tendencia que manifiestan los
hombres de sacar el mayor provecho de los medios que tienen para conseguir bienestar, “un
bien futuro que se le presenta como bueno”. Se manifiesta este deseo de poder cuando se
comparan y desconfían entre sí por el anhelo de reconocimiento y preservación de la vida, que
se relaciona con el honor,  tema estudiado en el capítulo XIII.
El problema surge cuando se producen conflictos (por competición, seguridad y gloria) entre lo
que conviene a uno respecto de lo que conviene a otros. Para solucionar este problema, Hobbes
propone diferentes leyes que exponen que el hombre debe procurar la paz hasta dónde tenga
esperanza de lograrla utilizando su propio poder para la preservación de su vida y hacer lo que
crea necesario y  adecuado para ese fin, “en su relación con los otros hombres como la que él
permitiría a los otros en su trato con él”.

Esta idea conecta con el pacto social que el autor desarrolla en la 2º Parte denominada
“Commonwealth” (no en el sentido de contrato sino como pacto o acuerdo originario o
constituyente). Se entiende pacto como foedus o alianza, que procede de un impulso racional
que es la ley natural.
El autor estudia 19 leyes, de las cuales se puede destacar la primera “buscar la paz y seguirla” y
la segunda que hace referencia a renunciar al derecho natural y a la libertad a favor de la paz. La
tercera introduce el concepto de justicia al obligar a respetar los pactos establecidos. Sin
embargo, para Hobbes estas leyes no sirven para asegurar la paz. Es necesario “reducir todas
las voluntades a una sola”.
Por medio de este pacto, los hombres, racional y voluntariamente, delegan su libertad en favor
de un soberano para poner fin a los conflictos de intereses y para garantizar la seguridad y la
paz, quedando en libertad los ámbitos en los que la ley no interviene. En definitiva, hay una ley
natural que impulsa a los hombres al pacto social. La voluntad del Estado es la voluntad de los
individuos que dan su consentimiento en el pacto.
Hobbes consideraba que este poder o autoridad civil debe ser absoluto con el fin de limitar las
pasiones del hombre y castigando a aquellos que pongan en peligro este orden (XVIII). La
Commonwealth se instaura en el momento en que se cede el derecho natural individual a favor
de un soberano o asamblea (monarquía, aristocracia o democracia) con la condición de que se
preserve la paz (en el interior) y la seguridad (en el sentido de defensa del exterior). Es decir, la
consecuencia es que el derecho natural es asumido por la voluntad soberana que se afirma
mediante la coacción.
De esta manera, el poder político queda como un artificio que contradice la naturaleza aunque
es imprescindible para que los hombres vivan en orden y en paz. Todo lo que vaya contra este
poder es ilícito pues la libertad está determinada por los términos del acuerdo, en virtud del cual
nació el Estado. En el mismo sentido, en el capítulo XXXI se matiza que todo aquello que no lo
ponga en peligro es permisible.
El autor toma preferencia por la Monarquía (Hobbes apoyó a Carlos I, aunque al eliminar el
origen divino del poder no gustó a Carlos II y pareció a algunos que apoyaba la causa de
Cromwell). En ella el monarca tiene unos derechos fundamentales de los que cabe destacar el
hecho de que los súbditos no puedan ser liberados del pacto debido a sus acciones, que no puede
ser acusado de injusticia y que posee la competencia de examinar opiniones o doctrinas antes de
ser publicadas para prevenir discordias (censura). La monarquía es mejor que los otros
regímenes porque no hay conflicto de intereses ya que el interés público y privado son el mismo
mientras que en los otros cabe la corrupción,  la ambición y  la traición.

La lectura del Leviatán de Hobbes es interesante porque describe el sistema político absoluto
cuyas consecuencias se ven refljadas en los mecanismos políticos de los sistemas actuales. La
obra fue escrita en el contexto de las tensiones del siglo XVII en Inglaterra y en el ámbito de
una guerra civil. Hobbes diseña un sistema político para superar el conflicto de los monárquicos
con los parlamentarios y el problema religioso, estableciendo que la soberanía está en el rey y
que su poder no proviene directamente de Dios.
Para el autor los hombres son como máquinas, no hay alma, sólo cuerpo. Observa como un
peligro la condición libre del hombre en el estado de la naturaleza,  “la vida es solitaria, pobre,
sucia, bruta y corta”. Sólo se evita la guerra si el hombre se somete como súbdito a una
autoridad por pacto que haga posible la paz y la seguridad.

La idea principal de la primera parte gira en torno al concepto de naturaleza (ámbito de


individuos en conflicto) y se puede discutir desde el problema del control y descontrol.
En primer lugar puede afirmarse que la teoría de Hobbes trata de contrarrestar el estado de
guerra de todos contra todos. Es decir, evitar el caos porque “el hombre es un lobo para el
hombre”. Niega el plano de relación. La razón humana basada en la experiencia quiere evitar el
mal y favorecer un pacto que evite el conflicto. Esto puede relacionarse con la comunicación
según Aristóteles en el Libro I de la Política. El hombre por medio de la palabra comunica su
pensamiento y lo hace común. Sin embargo, para Hobbes, si bien acepta que por el modo de
comportarse el hombre se comunica, no entiende que la comunicación ponga de relieve una vida
en amistad. La comunidad no es natural sino algo artificial. No hay hombre como animal
político (hombre social, ciudadano) sino individuo como súbdito.
Esto se conecta con el nominalismo, para los que la realidad se agota en la mera asociación
intelectiva de ideas que lleva a cabo el hombre de forma individual. A cada una le atribuye una
serie de imágenes. Así, en Hobbes, hasta el propio individuo es una realidad imaginada, porque
es el individuo quién hace la realidad con su imaginación libre. De lo que se extrae que el acto
de conocer se identifica con el de imaginar. Por tanto la realidad es imaginación.

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