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Instituciones y mercados financieros.

Las empresas siempre tendrán necesidades de efectivo para cubrir sus necesidades diarias de
operación y por este motivo estas deben salir al mercado para conseguir estos fondos o fuentes
de financiamiento.

Normalmente las compañías acuden a las instituciones financieras, las cuales funcionan como
intermediarios entre individuos, empresas o gobiernos que ahorran sus excesos de dinero y los
que necesitan de estos fondos para invertirlos.

En los Estados Unidos, las principales instituciones financieras son los bancos comerciales, las
asociaciones de ahorro y préstamo, compañías de inversión, fondos de pensiones y otros
similares; los cuales atraen ahorrantes a cambio de un porcentaje de ganancia y estos fondos los
prestan a individuos o instituciones a cambio de un porcentaje de comisión.

Los bancos comerciales son las entidades más importantes de la economía ya que ofrecen a los
ahorradores un lugar seguro para depositar su dinero, pagan una comisión por ello y a su vez
ponen estos fondos a disposición de individuos y empresas que los necesitan en forma de
ahorros. En los Estados Unidos, estos fondos se protegían bajo la Ley Glass-Steagall; la que
aseguraba los ahorros hasta por 250,000 USD, ley que posteriormente fue derogada.

También existen los bancos de inversión, que ayudan a las empresas a reunir el capital, las
asesoran en temas estructurales y hasta participan en negociaciones en el mercado.

En la década de los 90´s, y en respuesta al crecimiento en los mercados financieros, nace


el sistema bancario paralelo, instituciones que no aceptan depósitos pero que cuentan con
capitales importantes para invertir, como lo puede ser un fondo de pensiones.

Los mercados financieros son foros en los que proveedores y solicitantes de fondos pactan


transacciones directamente donde las transacciones a corto plazo y con dinero se efectúan en los
mercados de dinero y los de mayor plazo y en instrumentos como bonos o acciones públicas se
llevan a cabo en el mercado de capitales.
Cuando una empresa emite y vende sus bonos o acciones y las vende directamente a los
inversionistas y recibe el efectivo se dice que incurrió en una colocación privada, sin embargo,
la práctica más común es la oferta al público en general, o una oferta pública en el mercado
financiero. Cuando esta transacción ocurre, directamente entre el emisor y el inversionista se
dice que ha ocurrido en el mercado primario, pero si estos mismos instrumentos se negocian
entre inversionistas dejan el mercado primario y se convierten en acciones de mercado
secundario.
Como se indicó anteriormente, las empresas e individuos proveen o buscan capitales libremente
en el mercado; cuando esto sucede en instrumentos a corto plazo como letras del tesoro, papel
comercial o certificados de depósito, llamados también valores negociables, estos instrumentos
se mueven en el mercado de dinero, y cuando se utilizan depósitos en otras divisas diferentes a
la moneda nacional del mercado donde se transan, se denomina mercado de eurodivisas.
De igual manera, las empresas pueden obtener instrumentos a largo plazo, pero para ello
deberán acceder al mercado de capitales, donde los valores clave ya no será certificados o letras
sino bonos de deuda o acciones de las compañías. Los bonos de deuda son utilizados por las
empresas o gobiernos para atraer grandes cantidades de dinero y por lo general de grupos de
prestamistas y tienen vencimientos de entre 10 y 30 años; las acciones comunes y
preferentes son unidades de patrimonio que pagan dividendos periódicamente cada vez que su
valor incrementa, con la diferencia que los accionistas preferentes obtienen su cuota de manera
prioritaria que los comunes.
Todos estos valores se transan en mercados de valores, donde los emisores y compradores
negocian los instrumentos ya sea directamente en el sitio (mercado de corretaje) o por medio de
corredores de bolsa; o en su defecto los emisores consignan los títulos valores a los creadores de
mercado, quienes generan el mercado y los colocan, esto se denomina mercado de
consignación.
También se puede negociar a través de una plataforma electrónica llamada Nasdaq, o en
el mercado extrabursátil, que acoge los valores de menor cuantía que no se cotizan en las
principales bolsas.
Para que una compañía pueda ofrecer sus bonos o acciones en las bolsas debe reunir una serie
de requisitos previos y solicitar su incorporación, dependiendo de la bolsa donde lo solicite
deberá tener cierta cantidad de acciones, accionistas, rendimientos etc. Una vez incorporada, la
empresa enviará su oferta de compra o venta y con esta los corredores de bolsa generarán
mercado en base al precio de oferta (monto más alto de venta) o precio de demanda monto
mínimo de venta).
Con este mismo mecanismo las empresas pueden colocar bonos y acciones en mercados
internacionales de bonos, donde empresas extranjeras puede colocar bonos extranjeros en la
moneda del mercado.
El objetivo primordial de estos mercados de valores es la eficiente colocación de fondos, para
que los inversionistas incrementen al máximo su riqueza, asignando los recursos a los
instrumentos más atractivos.

La crisis financiera.

Como se ha indicado anteriormente, los bancos captan los ahorros y luego utilizan el dinero de
los depósitos para prestar el dinero; durante la década de los años 70´s los préstamos
hipotecarios se agrupaban y se vendían en forma de concesiones a grupos de inversionistas que
luego captaban el dinero de las cuotas de los deudores, este proceso se conoce
como bursatilización. Durante años esta práctica era considerada segura ya que, según la
experiencia, si los deudores tenían problemas en sus pagos las deudas se podrían refinanciar
bajando los pagos compensando la deuda con la plusvalía que adquirían las propiedades en el
tiempo. Este efecto produjo que se suavizaran los requisitos crediticios de los deudores ya que
se tenía la seguridad que ante el alza en los precios de las propiedades, las deudas se reducirían
en caso del atraso o no pago de las obligaciones.

Sin embargo ante la crisis económica mundial, los precios de las propiedades bajaron en
aproximadamente un 30% durante los años de 2006 y 2009, haciendo que los deudores no
pudieran hacer frente a los pagos y en muchos casos que estos abandonaran los inmuebles ya
que los préstamos superaban el valor de los mismos.

El aumento en la morosidad, el declive en el valor de los valores respaldados con hipotecas


ocasionó la quiebra inminente de 279 bancos entre los años de 2007 y 2010, a pesar de los
esfuerzos de los gobiernos de Bush y Obama. 

Esto ocasionó que los banco ajustaran los términos en el otorgamiento de créditos reduciendo
los préstamos en el mercado de dinero (corto plazo), ya que no se podía recaudar dinero en él o
solo se lograba con tasas extraordinariamente altas. Debido a esto las empresas empezaron a
acumular efectivo y a reducir gastos, lo que generó una caída en el PIB y la pérdida de 8
millones de puestos de trabajo.

De lo anterior se puede evidenciar la fragilidad de la economía, ya que muchos de los negocios


dependen del crédito para subsistir, y si las entidades financieras contraen el crédito la economía
se desacelera.

Regulación de instituciones y mercados financieros.

Para evitar crisis como la anteriormente citada, los gobiernos recurren a leyes regulatorias como
la Ley Glass-Steagall y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, que aseguraba los
depósitos de los ahorrantes, supervisaba la gestión de los bancos y restringía a los bancos de
ahorro a realizar inversiones; dejando esta actividad exclusivamente a la banca de inversión.

Con los años, y ante la dura competencia de bancos e instituciones financieras extranjeras, los
bancos americanos empezaron a perder participación en los mercados; por lo que en 1999 se
derogó la Ley Glass-Steagall y promulgó la Ley Gramm-Leach-Bliley que permite a los bancos
comerciales, bancos de inversión y compañías de seguros a fusionarse para diversificar las
opciones de mercado y competir eficientemente bajo la vigilancia de órganos de control y
observancia.

Además de estas leyes, se promulgaron otras leyes como la Ley de Valores de 1933 donde se
exige informar a los compradores sobre los instrumentos que adquirían y la Ley del Mercado de
Valores de 1934 que no solo regula la negociación en los mercados secundarios, sino creó la
Comisión de Valores y Bolsa, donde las empresas deben informar detalladamente sobre su
desempeño financiero de manera anual y por cuarto.

Impuestos empresariales.

Todas las empresas, indiferentemente de su constitución deben tributar. Por lo anterior se


definirán los siguientes conceptos:

Ingreso ordinario: se genera a través de la venta de bienes o servicios de una empresa.

Tasa impositiva marginal: representa la tasa a la que se grava el ingreso adicional por arriba del
ingreso base.

Tasa impositiva promedio: Son los impuestos de que se pagan sobre el ingreso ordinario, y este
se divide entre sus ingresos gravables.
Doble gravamen: sucede cuando la empresa paga impuestos sobre sus excedentes y estos son
transferidos a sus accionistas los cuales deben pagar impuestos sobre sus dividendos.

Gastos deducibles de impuestos: son gastos incurridos por la empresa para su operación o por
intereses; esta deducción se aplica luego de de impuestos. Si una empresa no reporta ganancias,
no deberá pagar impuestos.

Ganancias de Capital: cuando una empresa vende acciones o liquida inversiones, la diferencia
entre el precio de compra y venta se conoce como ganancia de capital y se suma al ingreso
corporativo y se deberá gravar.

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