En los últimos meses se ha presentado una noticia que ha alertado a la población
mundial y ha puesto en conciencia muchas acciones realizadas en contra del ecosistema de nuestro planeta. Australia, desde agosto del 2019, ha presentado una serie de incendios consecutivos a la región boscosa, que, para mediados de septiembre se encontraban en un grado en el que impactaron seriamente a la población dejando hasta el momento 20 muertos y mucha gente atrapada dentro de las feroces llamas, sin contar a las más de 400 casas destruidas, y además afecto a la fauna de esta región de una manera irreversible, poniendo en peligro a razas de animales típicas del país como lo son los canguros y koalas sumando así mas de 480 millones de ejemplares azotados por los incendios y unos 800 millones de animales muertos, marcando tendencia como uno de los incendios mas grandes ocurridos en el mundo en los últimos años dejando aproximadamente un mínimo de 900.000 hectáreas afectadas en las zonas costa este y sur, que es donde vive la mayoría de la gente. Bomberos, aviones y helicópteros de países como Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda han estado combatiendo los incendios durante las veinticuatro horas del día durante algunas semanas pero no se han dado avances grandes ya que factores externos como el clima ha ayudado a que las llamas se propaguen de una manera rápida, haciendo así que el trabajo de los voluntarios se mas dura, pero de igual forma los habitantes australianos piensan que el gobierno no se ha manifestado de la forma debida para combatir esta problemática tan grave, los gobernantes aún no se pronuncian al respecto.
Es fundamental mencionar que el primer ministro australiano Scott Morrison, es
considerado un negacionista del cambio climático. Ha realizado campañas para ocultar los efectos del calentamiento global que, claramente, ha favorecido la virulencia de los incendios. El país, además, ocupa un lugar importante como nación emisora de dióxido de carbono”, Como no se reconoce el problema, se desestima la aplicación de políticas de prevención y mitigación efectivas. Por otro lado, es interesante observar cómo la comunidad académica busca explicar el fenómeno como si solo dependiera de meros cambios climáticos, intentando encubrir el papel tan importante que el humano ha tenido en todo esto, un ejemplo de esta participación, puede ser los radares Doppler, implementados por el gobierno australiano, “que aparte de cumplir su función en el control de tráfico aéreo y el control climático” tiene una coincidencia muy grande ya que donde se encuentran ubicados estos radares es donde se están originando los incendios y el motivo es porque los radares están ahuyentando las nubes. Otra causa es que en las últimas semanas previas a los incendios se estaba roseando aluminio, bario y estroncio, y esta combinación es fatal ya que esto actúa como una manta inflamable. Esta sustancia se esparció por el suelo y los árboles. Otro factor es importante, es el fenómeno meteorológico conocido como el dipolo del océano indico o vulgarmente llamado “el niño indio” el cual se compone de tres fases “positivas, neutrales y negativas” la positiva es por la que está pasando Australia. En el este océano indico las temperaturas de la superficie del mar son más frías de lo normal y ese lugar recibe una cantidad muy reducida de lluvia. Entonces al sumar la falta de lluvias, los radares de efecto Doppler, los químicos roseados y el fenómeno del océano indico, podemos darnos cuenta que tanto las condiciones meteorológicas como la humanidad tienen mucha culpa en lo que sucede.