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Jaume Terradas
CREAF-Unitat d'Ecologia, Universitat Autònoma de Barcelona
esde hace algunos arios, las adver- peratura sensible en los últimos quince arios,
tencias acerca de los riesgos del si se considera el hecho de que estamos en un
cambio global, y en especial del período caluroso dentro de los ciclos habitua-
D cambio climático, se suceden. El les. Pero los trabajos científicos que reconocen
Informe Stern, por proceder de un economista como reales el cambio y su autoría humana han
poco sospechoso de ser un ambientalista más o seguido llegando a un ritmo creciente, y no sólo
menos ácrata, y por haber sido encargado por abonan las tesis del IPCC, sino que en muchos
el Gobierno británico, fue un aldabonazo fuerte casos indican que éstas pueden haberse queda-
que resonó en medios generalmente sordos, e do cortas. La razón de esto último es fácil de
incluso muy refractarios a esta clase de preocu- comprender.
pación. Luego llegó el 'cuarto informe del IPCC
que, aunque moderado y prudentísimo en sus El informe del IPCC es ciencia corisensuada.
cálculos, dejaba claro que el cambio climático Cada afirmación ha de ser aceptada por todos.
era real y sus consecuencias temibles, y venía Por tanto, establece lo que es la verdad científica
respaldado por dos mil quinientos científicos conocida sobre el tema, una especie de mínimo
de todo el mundo. La película de Al Gore Una común denominador para miles de investigado-
verdad incómoda tuvo también mucha resonan- res de muy diversas disciplinas cuyos resultados
cia, aunque entre los más reticentes la persona- a menudo son heterogéneos y difíciles de com-
lidad política de Gore más bien causó reaccio- parar (Terradas, J., Peñuelas, J, 2008. Ambio 3,
nes opuestas. Algunos han seguido negando la 4: 321). El Global Carbon Project, un importante
realidad del cambio climático, empezando por programa internacional, ha señalado que las es-
el Gobierno Bush en EE UU y por personas tan timaciones del IPCC estaban siendo desborda-
conocidas como el excelente novelista de cien- das: entre el 2000 y el 2008, el aumento del
cia ficción Michael Crichton. También hay cien- CO2 en la atmósfera siguió una tendencia más
tíficos solventes que creen que se han exagerado rápida que la peor hipótesis de todas las utili-
mucho las tintas y que los datos reales de que zadas por el IPCC (Michael R. Raupach, Gregg
disponemos no avalan un aumento de la tem- Marland, Philippe Ciais, Corinne Le Quéré, Jo-
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res. Esto no significa que sean completamen- tuberculosis y los 39 0 a unas vulgares anginas.
te inútiles. Me parece que pueden tener cierta Que España tenga un PBI más alto que Italia en
función pedagógica. Pero también pueden ser un cierto momento no significa que su econo-
engañosos. No es tanto que se puedan usar me- mía sea más fuerte: el tejido industrial español
jor o peor, como el hecho en sí de que, cuando es muy inferior al italiano y nuestro PBI tenía
tenemos cifras, tendemos a creer demasiado en mucho que ver con el negocio inmobiliario, que
ellas. Un ejemplo conocido por cualquier inves- ha pinchado escandalosamente. Sin embargo,
tigador es el de los índices de impacto o el va- antes del batacazo nuestros políticos estaban
lor h en la evaluación de la investigación. Que eufóricos acerca del . "sorpasso" frente a Italia,
algo significan es evidente. Y que han ayudado pese a la endeblez intrínseca del indicador.
a estimular la deseada tendencia a publicar en
revistas internacionales, también. Pero son de- ¿Son tan débiles los límites que se nos propo-
masiado fáciles de usar, demasiado cómodos, nen para el sistema planetario? Puede que no.
y prácticos, a la hora de dirimir los casos sin Para empezar, tienen una ventaja muy impor-
tomarse la molestia de profundizar lo que hay tante: no son valores agregados. Cada uno se
tras el valor numérico (empezando por la ca- refiere a una,variable específica. Por ejemplo, la
lidad real de las aportaciones y acabando por situación del ciclo del carbono y el cambio cli-
las condiciones en que se han producido y qué mático se pondera en relación a un valor límite
parte de lo realizado por cada investigador no se de 350 ppm de CO2 en la atmósfera (por cierto,
refleja en la cifra). Los indicadores son útiles en ya ampliamente superado). Una sola variable,
algunos aspectos, en otros pueden desviarnos cierto, para una serie de procesos muy com-
de lo esencial. Cuando tratamos de problemas plicados, y eso también es un inconveniente.
mucho más relevantes, de magnitud global y re- Para empezar, hay otros gases de efecto inver-
lativos al bienestar de toda la Humanidad, hay nadero además del CO2 . Luego, las relaciones
que extremar la prudencia. entre cada variable y los procesos planetarios
son poco menos que indescifrables. Hay indi-
El sistema planetario es de una complejidad cios para pensar que un aumento de CO2 ha
enorme. También lo es el cuerpo humano, y to- ido asociado a mayores temperaturas: el análi-
marle la temperatura sigue siendo un indicador sis de las burbujas de aire apresadas en la sonda
útil: un estado febril puede derivar de muy dis- obtenida en los hielos de Vostok ha permitido
tintos procesos, pero nos advierte de que algo reconstruir la evolución, fluctuando en parale-
no funciona lo bastante bien. Sin embargo, te- lo, de la concentración del gas y la temperatura
ner 38° no es necesariamente estar menos en- hasta hace 400.000 arios. Sin embargo, este pa-
fermo que tener 39°, dada la multiplicidad de ralelismo es menos evidente cuando se consi-
causas. Puede que los 38° sean debidos a una dera el aumento del CO2 en las últimas décadas
-
afirmación que es difícil no suscribir. Las debilidades se hallan en
a dificultad de establecer cuáles son estos umbrales y qué variables
eberíamos considerar, dado que no se trata de variables independientes,
, sino que hay interacciones que aún no comprendemos en los diversos
bubsistemas
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Los límites planetarios
La acidificación oceánica y los vertidos de fósforo al mar son dos de los siete umbrales que, según los científicos de
Estocolmo, no se deben traspasar si no queremos resultados catastróficos. Foto: Vicente González.
y la evolución de la temperatura, que no parece brepasado los límites tolerables para este indi-
seguir el mismo ritmo. Además, en las muestras cador. Tanto más cuánto nadie sabe cuál es el
polares el aumento de temperatura precede al mínimo de diversidad necesaria para mantener
del CO 2 , mientras que ahora el proceso debe- el funcionamiento de los sistemas soporte de
ría ir al revés, el cambio atmosférico provoca el vida. En cuánto al nitrógeno, aunque es cierto
aumento térmico. Sobre las razones de la actual que se está produciendo una fertilización ex-
respuesta térmica hay mucha discusión, en par- cesiva en muchos ecosistemas, tampoco parece
ticular sobre el posible papel de los aerosoles, y que sea fácil decidir cuál es el umbral de peli-
no entraremos en ellas. gro y si lo hemos pasado o no. De momento, la
fertilización tiene su cara positiva, al contribuir
Otras variables presentan problemas. En rea- a la alimentación de las poblaciones humanas.
lidad, es casi imposible determinar la tasa de Aunque es evidente que, tanto en el caso del
extinción con un mínimo de garantías. Sólo se nitrógeno como en el del fósforo, estamos ge-
infieren estimaciones a partir de la pérdida de nerando un problema, resulta muy arriesgado
hábitats, pero cuando los cálculos de la biodi- dar un valor para un umbral que no debiera
versidad existente varían entre cinco y treinta traspasarse y los propios autores advierten del
o incluso cien millones de especies, la incer- alto grado de incertidumbre en que se mueven,
tidumbre es excesiva para hacer afirmaciones a pesar de lo cuál escogen un valor de fijación
en este sentido, y el equipo de Rockström se del nitrógeno atmosférico que ha sido pasado
muestra muy atrevido al decir que hemos so- con creces.
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Jaume Terradas
La constante No hace falta seguir examinando las variables convincente de cómo ha de ser un desarrollo
pérdida de propuestas una a una. La fortaleza de la pro- sostenible que sea a la vez desarrollo, entendido
biodiversidad
es otro de los puesta es señalar que hay umbrales en el siste- como mejora de las condiciones económicas y
indicadores ma planetario, pasados los cuales pueden pro- de calidad de vida, y sostenible en el sentido
que marcan
' los limites ducirse cambios abruptos, afirmación que es de ser compatible con el mantenimiento de los
del Planeta': difícil no suscribir. Las debilidades se hallan en procesos de soporte de la vida. Pero la sosteni-
Foto: Roberto
Anguita. la dificultad de establecer cuáles son estos um- bilidad se ha convertido en un cuarto eje de la
brales y qué variables deberíamos considerar, utopía, junto a los clásicos de libertad (o gobier-
dado que no se trata de variables independien- no democrático respetuoso con los derechos del
tes, sino que hay interacciones que aún no com- individuo), igualdad (o justicia equitativa en el
prendemos en los diversos subsistemas (clima, acceso a los recursos básicos y trato igual ante la
océanos, respuestas ecosistemicas, etc.). ley) y fraternidad (o solidaridad entre las gentes
y los pueblos). Y, como estos tres ejes anterio-
res, la sostenibilidad puede parecer algo desea-
UNA NUEVA PALABRA PARA EL RETO ble, pero también inalcanzable, ya que no está
DEL FUTURO: LA DESCARBONIZACIÓN claro que los buenos deseos lleguen a imponer-
se a las realidades de la naturaleza humana y los
Desde hace arios, se vienen empleando algunos conflictos perennes. Sin embargo, mientras que
términos clave para referirse a la situación am- no existen condicionantes externos que puedan
biental. Uno de ellos, que ha conocido mucho obligarnos a ser más libres, más iguales y más
éxito desde su formulación en el Informe Brun- solidarios, sí pueden haberlos que nos fuercen a
dtland, es desarrollo sostenible. Cierto que su de- avanzar hacia una mayor sostenibilidad: si no lo
finición se suele hacer más por crítica del cre- hacemos podemos sufrir consecuencias graves y
cimiento insostenible que por una explicación cuando éstas se vayan manifestando serán una
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Los límites planetarios
fuerza que empujará hacia la toma de medidas. en el uso de hidratos de metano, abundantísi-
En este sentido, el utopismo aparentemente mos en las regiones frías del planeta con suelos
idealista del desarrollo sostenible puede devenir helados (permafrost) y en algunos fondos mari-
una imperiosa necesidad, aun a costa de gran- nos. También en este caso hay dificultades, ya
des sacrificios, e incluso a costa del desarrollo que la tecnología actual no permite la explota-
económico. Sería mucho mejor, desde el pun- ción sistemática de estas reservas por la dureza
to de vista de los intereses humanos, evitar que de las condiciones ambientales y las dificultades
esto ocurra por la fuerza mayor de una creciente de acceso, pero las cantidades existentes supon-
disfunción en los sistemas planetarios. drían la posibilidad de disponer de una fuente
inmensa de gas natural.
El problema más preocupante con el que nos
enfrentamos es, seguramente, el posible cam-
bio climático derivado de las crecientes emisio- ¿CÓMO AVANZAR HACIA
nes de gases de efecto invernadero. Por tanto, LA DESCARBONIZACIÓN?
los esfuerzos deberían concentrarse en realizar
cambios profundos en qué clase de energía em- La apuesta por estas fuentes de combustible por
pleamos y cómo lo hacemos. La palabra clave parte de las grandes compañías existe, y la ven
para la estrategia del futuro podría muy bien como la manera más sencilla de continuar con
ser descarbonización. Aunque las reservas ac- el modelo actual. Sin embargo, es este modelo
tuales de petróleo y gas natural pueden resultar el que genera problemas. Todas estas fuentes su-
insuficientes para soportar una demanda que ponen continuar con la sociedad que ha prospe-
crece muy deprisa, y que esto se agrave por el rado a lomos del petróleo, pero que también ha
hecho de que gran parte de estas reservas es- generado el problema de las emisiones de gases
tén bajo control de países que puedan resultar invernadero. La propuesta alternativa es un reto
políticamente problemáticos para los occiden- bastante más complejo: descarbonizar significa
tales, quedan en el planeta muchos recursos ampliar mucho el espectro de las energías em-
energéticos con carbono. Está aumentando pleadas y, por otra parte, impedir que el CO2
mucho el uso de carbón, de los que la China y emitido por procesos industriales llegue a la at-
la India poseen una cuarta parte de las reservas mósfera. En efecto, una idea consiste en retener
mundiales. Hay enormes reservas de arenas y el CO2 emitido por centrales de carbón u otras
arcillas bituminosas, especialmente en Canadá, y mandarlo canalizado hasta lugares apropiados
que aún ofrecen dificultades tecnológicas para para inyectarlo en capas profundas y seguras de
su explotación, pero las mayores inversiones en la corteza terrestre. Las centrales de combusti-
nuevas energías tienen lugar precisamente en la bles fósiles, nucleares o de cualquier otro tipo
producción de combustibles a partir de estos de energía (fotovoltaica, eólica, geotérmica, de
materiales. Y se han puesto muchas esperanzas olas y mareas, etc.) deberían servir para au-
ier emir
La descarbonizacirplantea un cambio de estrategia global de vastas 911"11119
dimensiones. La dificultad mayor estriba en que muchos procesos
industriales, muchas empresas y muchos puestos de trabajo han de ser
sustituidos por otros procesos y otras maneras de hacer. Para que esta
transición sea posible, las grandes empresas que actualmente controlan la
producción y distribución de energía no deberían oponerse a ella, sino entrar
a fondo en las nuevas posibilidades de negocio que aparecerán con el cambio
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Los límites planetarios
Habrá que repensar el urbanismo para disminuir el transporte horizontal y crear ciudades compactas polinucleares
autosuficientes, con mayor desarrollo vertical por encima y por debajo del suelo y más ahorro de suelo. Foto: Vicente
González.
decisiones muy costosas que podrían evitarse La cuestión es que, si el mundo, o al menos
y que implicarán que los recursos invertidos las sociedades más poderosas económicamen-
en luchar contra un fantasma no estén dispo- te, deciden que hay que declarar la guerra al
nibles para temas que consideran mucho más cambio climático, pueden generar una ola de
prioritarios, como la mejora de la salud y de actividad del mismo modo que ha ocurrido
la alimentación en el mundo. Esta es la excu- cuando estas sociedades han entrado en un
sa. Pocas veces, me temo, son quienes trabajan gran conflicto bélico: la economía entera de
por mejorar la alimentación y la salud los que un país puede reconvertirse en meses o algún
expresan su temor de perder recursos por la dis- ario cuando se produce una situación de nece-
tracción de parte de estos hacia la lucha contra sidad. La movilización de recursos puede ser
el cambio climático. Pero no entremos en jui- impresionante. La Segunda Guerra Mundial
cios de intenciones. Es objetivamente cierto que fue un ejemplo espectacular de esto. No hizo
las cantidades de recursos son limitadas, y que falta mucho tiempo para que, en lugar de otras
los que se destinen a una partida en cualquier cosas, se fabricasen ametralladoras, cañones,
presupuesto no estarán a punto para otras par- tanques, aviones, destructores, submarinos o
tidas. Claro que en lugar de detraer recursos de acorazados, para que se crearan equipos e ins-
alimentación y sanidad, podrían detraerse de la tituciones encargadas de controlar el desarro-
fabricación de armamentos y del mantenimien- llo de las operaciones, el espionaje de las acti-
to de guerras para asegurar los yacimientos y vidades del enemigo, el apoyo a la resistencia,
conducciones de petróleo y otros recursos. Pero la defensa civil y, de hecho, toda la actividad
me parece que no es ésta la cuestión. social se transformó enseguida.
El motor de este cambio fue la aparición de una es mi campo. Para razonarlo debo explicar algo
causa externa perentoria. Al presidente Roose- que creo sustancial. Estamos viviendo una crisis
velt, cuyo New Deal no había logrado sacar al que puede ser larga, aunque no tenga la magni-
país de la recesión de modo definitivo, le vino tud de la de 1929. Ha sido considerada como
bien el ataque japonés a Pearl Harbour, la ex- una crisis financiera, producida por la propa-
cusa necesaria para embarcar a Estados Unidos gación, en el sistema financiero mundial, de las
en un inmenso esfuerzo bélico. La gran recesión famosas "subprimes". Esta fue, al parecer, la cau-
quedó atrás. ¿Podría ocurrir algo parecido si se sa más directa, al provocar sonadas bancarrotas
declarase la guerra al cambio climático, sea este de prestigiadas entidades crediticias y la consi-
tan inminente como dice la mayoría o tan poco guiente retracción de los créditos, reducción de
como creen algunos? Es muy posible. Se podría la actividad empresarial, aumento del paro, etc.
relanzar la economía en una nueva dirección y Sin embargo, hay otras dos causas que prece-
cambiarlo todo si algo lo bastante fuerte empu- dieron a la crisis financiera y que van a subsis-
jase a los gobernantes a actuar y les diese los tir cuando ésta haya sido superada. La primera
motivos suficientes para esgrimirlos ante sus crisis, que es de fondo y de largo trayecto, es la
electores. ambiental. El continuo aumento de la presión
que ejercemos sobre los recursos y los ecosis-
temas del planeta produce una degradación de
RECESIÓN Y SUS CAUSAS los sistemas de soporte de vida. En este mar-
co se produce una segunda crisis: la demanda
¿Puede esto ocurrir? Mi impresión es que sí, y de petróleo de países emergentes tan poblados
me acojo a la explicación que le he escuchado a como China e India se dispara y arrastra con
un importante economista, Antoni Serra Ramo- ella una histórica subida del precio del barril de
neda, aunque puede que no logre transmitir con crudo en 2008, que roza los 150 dólares, el más
corrección total sus ideas ya que la economía no alto jamás registrado. Esta subida del petróleo
La sociedad ha prosperado a lomos del petróleo, pero también ha generado el problema de las emisiones de gases
invernadero. Refinería de petroleo. Foto: Vicente González.