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Un termopar (llamado también Termocupla por traducción del término inglés Thermocouple) es

un transductor formado por la unión de dos metales distintos que produce una diferencia de potencial muy


pequeña (del orden de los milivoltios) que es función de la diferencia de temperatura entre uno de los
extremos denominado «punto caliente» o «unión caliente» o de «medida» y el otro llamado «punto frío» o
«unión fría» o de «referencia» (efecto Seebeck).
Normalmente los termopares industriales están compuestos por un tubo de acero inoxidable u otro material.
En un extremo del tubo está la unión, y en el otro el terminal eléctrico de los cables, protegido dentro de una
caja redonda de aluminio (cabezal).
En instrumentación industrial, los termopares son usados como sensores de temperatura. Son económicos,
intercambiables, tienen conectores estándar y son capaces de medir un amplio rango de temperaturas. Su
principal limitación está en la exactitud, pues es fácil obtener errores del sistema cuando se trabaja con
precisiones inferiores a un grado Celsius.
Estudios realizados sobre el comportamiento de termopares han permitido establecer tres leyes
fundamentales

Ley de los circuitos homogéneos


En un circuito de un único metal homogéneo, no se puede mantener una corriente termoeléctrica mediante la
aplicación exclusiva de calor, aunque se varíe la sección transversal del conductor.

La suma algebraica de las fuerzas termoelectromotrices en un circuito compuesto por un número cualquiera
de metales distintos es cero si todo el circuito se encuentra a temperatura uniforme. Este caso se ilustra en la
siguiente figura.
Ahora, observando la siguiente figura, la temperatura T3 y T4 no cambia la fuerza termoelectromotriz debido a
T1 y T2. En particular, si T1=T2 y se calientan A o B no fluye corriente alguna. Es decir, las temperaturas
intermedias a que pueda estar sometido cada conductor no alteran la fuerza termomotriz debida a una
determinada diferencia de temperatura entre las uniones.
Ley de los Metales Intermedios
Esta ley establece que si un tercer metal (en este caso, hierro) se encuentra insertado entre dos metales
distintos formando dos uniones termopar, no contribuirá a la tensión de salida del circuito termoeléctrico
formado si estas dos uniones se encuentran a la misma temperatura. Ver figura.

De acuerdo con esta ley, el cable inferior de la figura, queda reducido a una unión cobre-constantán a la
temperatura Tref. Con este resultado ha sido posible eliminar el cable de hierro quedando el circuito total
representado en la siguiente figura.

En esta situación se sigue teniendo la relación:

V=α (T j1 − T ref)
Esto significa que se puede intercalar un instrumento de medida, sin añadir errores, siempre y cuando las
nuevas uniones estén a la misma temperatura. El instrumento se puede intercalar en un conductor o en un a
unión. Un colorario de estas leyes que si se conoce la relación térmica de dos metales distintos con un
tercero. Se puede encontrar la relación entre los dos primeros. Por lo tanto, no hace falta calibrar todos los
posibles pares de metales para conocer la temperatura correspondiente a 1a f.t.e.m detectada con un par
determinado. Basta con conocer su comportamiento con un tercero. Se ha convenido en tomar el Platino
como referencia.
Ley De Las Temperaturas Sucesivas O Intermedias
Si dos conductores homogéneos distintos producen una f.t.e.m. E1 cuando las uniones están a T1 y T2, y una
f.t.e.m. E2 cuando las uniones están a T2 y T3, la f.t.e.m. cuando las uniones estén a T1 y T3 será E1+E2.
Esto tiene una consecuencia práctica importante; la unión de referencia no tiene por qué estar a 0ºC, puede
usarse otra temperatura de referencia. Incluso no tiene que ser fija siempre que sea conocida.
Aplicando las leyes anteriores se pueden analizar fácilmente circuitos como los de la figura.

 
En el primer circuito, se trata de una conexión serie de varios termopares, constituyendo una termopila. Es
fácil comprobar que aumenta la sensibilidad respecto al caso de una sola unión, la tensión de salida será la
suma de las tensiones de cada termopar aislado.
 
En el segundo circuito, la conexión es en paralelo y, si todos los termopares tienen la misma resistencia, se
obtiene a la salida una tensión que corresponde a la temperatura media de las uniones de medida.

TERMOPARES
 
PRINCIPIO DE FUNCIONAMIENTO.
Si la corriente que circula por el circuito del termopar es suficientemente pequeña, para despreciar el efecto
Joule, se pueden considerar exclusivamente los efectos termoeléctricos reversibles. En este caso, la energía
termoelectromotriz generada debe coincidir con la energía térmica neta transformada por la suma de los
efectos Peltier y Thomson.
 
La expresión del coeficiente de Seebeck permite pensar en la aplicación de los termopares a la medida de
temperaturas.

T es la diferencia entre la temperatura de la unión de referencia, normalmente 0ºC, y la temperatura de la


unión de medida, es decir, la temperatura que se pretende medir.
 
TIPOS DE TERMOPARES
 
Tipo K (Cromo (Ni-Cr) Chromel / Aluminio (aleación de Ni -Al) Alumel): con una amplia variedad de
aplicaciones, está disponible a un bajo costo y en una variedad de sondas. Tienen un rango de temperatura
de -200 ºC a +1.372 ºC y una sensibilidad 41µV/°C aprox. Posee buena resistencia a la oxidación.
 
Tipo E (Cromo / Constantán (aleación de Cu-Ni)): No son magnéticos y gracias a su sensibilidad, son ideales
para el uso en bajas temperaturas, en el ámbito criogénico. Tienen una sensibilidad de 68 µV/°C.

Tipo J (Hierro / Constantán): debido a su limitado rango, el tipo J es menos popular que el K. Son ideales para
usar en viejos equipos que no aceptan el uso de termopares más modernos. El tipo J no puede usarse a
temperaturas superiores a 760 ºC ya que una abrupta transformación magnética causa una descalibración
permanente. Tienen un rango de -40ºC a +750ºC y una sensibilidad de ~52 µV/°C. Es afectado por la
corrosión.
 
Tipo N (Nicrosil (Ni-Cr-Si / Nisil (Ni-Si)): es adecuado para mediciones de alta temperatura gracias a su
elevada estabilidad y resistencia a la oxidación de altas temperaturas, y no necesita del platino utilizado en los
tipos B, R y S que son más caros.
 
Por otro lado, los termopares tipo B, R y S son los más estables, pero debido a su baja sensibilidad (10 µV/°C
aprox.) generalmente son usados para medir altas temperaturas (superiores a 300 ºC).
 
Tipo B (Platino (Pt)-Rodio (Rh)): son adecuados para la medición de altas temperaturas superiores a 1.800
ºC. Los tipos B presentan el mismo resultado a 0 ºC y 42 ºC debido a su curva de temperatura/voltaje,
limitando así su uso a temperaturas por encima de 50 ºC.
 
Tipo R (Platino (Pt)-Rodio (Rh)): adecuados para la medición de temperaturas de hasta 1.300 ºC. Su baja
sensibilidad (10 µV/°C) y su elevado precio quitan su atractivo.
 
Tipo S (Platino / Rodio): ideales para mediciones de altas temperaturas hasta los 1.300 ºC, pero su baja
sensibilidad (10 µV/°C) y su elevado precio lo convierten en un instrumento no adecuado para el uso general.
Debido a su elevada estabilidad, el tipo S es utilizado para la calibración universal del punto de fusión del oro
(1064,43 °C).
 

Los termopares con una baja sensibilidad, como en el caso de los tipos B, R y S, tienen además una
resolución menor. La selección de termopares es importante para asegurarse que cubren el rango de
temperaturas a determinar.

Estas propiedades se obtienen mediante las aleaciones que muestra siguiente tabla

 
Los termopares J son versátiles y de bajo coste. Se pueden emplear en atmósferas oxidantes y reductoras.
Se aplican a menudo en hornos de combustión abiertos a la atmósfera. Los termopares K se emplean en
atmósferas no reductoras y, en su margen de medida, son mejores que los de tipo E, J y T cuando se trata de
medir en atmósferas oxidantes. Los termopares T resisten la corrosión, de modo que se pueden emplear en
atmósferas de alta humedad. Los termopares E son los de mayor sensibilidad y resisten la corrosión por
debajo de 0ºC y las atmósferas oxidantes. Los termopares N resisten la oxidación y ofrecen mejor estabilidad
a altas temperaturas. Los termopares con metales nobles (B, R Y S) tienen muy alta resistencia a la oxidación
y a la corrosión.

PARTES CONSTITUTIVAS

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