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La conformación y los factores que hicieron posible el orden neogranadino

en los años (1830-1849)

Juan Pablo Contreras Pérez

Las tensiones que vivió la Nueva Granada se desarrollaron en gran parte en


medio de enfrentamientos, lo que generó una inestabilidad social y política; las
preocupaciones acerca del futuro del país fueron comunes, lo que llevó a
preguntarse sobre la institucionalidad como mecanismo regulador de la sociedad.
El presente escrito aborda la problemática de la Nueva Granada en el periodo de
1830 hasta 1849 de lo que confiere respecto a los conflictos que hubo a lo largo
de la nación y de algunos factores que convergieron y consolidaron la nueva
institucionalidad una vez La República de la Gran Colombia se disolvió.
Primeros desafíos
En 1830, una vez Bolívar fallece, la disolución de la Gran Colombia no se hizo
esperar; los problemas que conllevó la unión estuvieron latentes desde la misma
conformación de la Gran Colombia, sin embargo, fue en el año en mención que
estos problemas cobraron mayor importancia y el territorio se dividió en tres
partes: La Nueva Granada, Quito y Venezuela. Una vez disuelta, los conflictos al
interior de la Nueva Granada tampoco se hicieron esperar, el retorno del debate
entre centralismo y federalismo se profundizó y los movimientos separatistas se
incrementaron a lo largo y ancho de todo el territorio neogranadino.
No obstante qué mejor presidente que el que se eligió en la Convención
Granadina, que fue elegido por mayoría, este es, el General Santander, quien
puso orden y estabilidad al interior de la nación. Santander, como se evidenció en
su discurso ante el Congreso, fue un hombre que tenía gran respeto por las leyes,
en donde declaró la importancia de la neutralidad de los asuntos políticos
abogando por un ejército apolítico y una libertad de prensa. Esto sin duda
También existieron otros nuevos desafíos para afrontar el nuevo orden
neogranadino, entre ellos, las profesoras Uribe y López señalan que, hubo la
necesidad de establecer algunos monopolios públicos como el monopolio de la
violencia legítima, el monopolio de la tributación y el de la definición moral y
cultural.1
Las divisiones políticas
Es normal que las divisiones políticas surjan de acuerdo a los intereses
económicos, o como lo plantea la teoría veeriana: los conflictos por intereses
económicos forman divisiones de grupos políticos. Sin embargo, Safford menciona
que en el caso de La República de la Nueva Granada los conflictos no se
originaron por intereses económicos sino más bien las divergencias se
manifestaron por otros aspectos, como la forma de pensar, de ser, o por
pertenecer a una determinada región. Safford también señala un factor revelador

1
Uribe Maria y López María. Las palabras de la guerra. La carreta histórica. Medellín. 2006. Parte 1. La
guerra de los Supremos: los contextos. Pág. 67.
en lo que concierne a la formación de orientaciones políticas, y señala que los
sectores con mayores privilegios tendieron a definirse como conservadores y los
sectores con menores privilegios como liberales. 2 Es así como estos primeros
atisbos divergentes de la segunda década del siglo XIX fueron la base futura para
lo que luego se conoció como los partidos políticos tradicionales colombianos.
Safford, también menciona ciertas convergencias entre liberales y conservadores,
por ejemplo, dice que ambos apoyaban el libre cambio en ese momento, y
abogaron por la implantación de la liberalización. El punto diferencial más notorio
se dio no en lo político como ya se vio, sino en lo filosófico y moral, y estas
diferencias se radicalizaron en momentos de tensión en los que cada espectro se
vio afectado, y como menciona Safford, se utilizaron como armas de guerra. 3
También, una de las manifestaciones de esta división partidista se vio reflejada
años después en las primeras elecciones presidenciales en las que quedó electo
José Ignacio Márquez en el año 1837, triunfando sobre las candidaturas de
Vicente Azuero y José María Obando.
Las divisiones políticas fueron tan profundas años más tarde que dentro de las
mismas orientaciones se generaron diferencias, es así como los liberales se
encontraban en un tipo de disgregación entre ser radical o ser moderado, esto se
evidenció por primera vez cuando se dio el derrocamiento del general Rafael
Urdaneta en el año 1831, pues mientras unos abogaron por la expulsión de los
funcionarios bolivarianos simpatizantes con el General, otros tomaron una posición
más neutral y prefirieron evitar algún tipo de confrontación militar. Los liberales
también compartían muchos aspectos como las ideas de la ilustración y también
compartieron la idea o “la creencia de que el Estado debería gobernarse por las
reglas constitucionales”4 no obstante, esta división se verá disminuida a medida en
que los conservadores ganan poderío.
La Guerra de los Supremos fue también una expresión de las diferencias políticas
que se dieron al interior de la Nueva Granada, y como las profesoras Uribe y
López lo señalan, la guerra no fue uniforme en todo el país, existieron diferentes
intereses en cada región, intereses políticos como lo fueron los intereses
caudillistas y/o económicos como lo fue la tierra 5. La reclamación de la autonomía
regional, sobre todo por parte de los panameños fue un hecho que obligó al
régimen a adquirir un carácter federal.
Las constituciones políticas como fundacionales del nuevo orden
A pesar de que la constitución de 1830 no entró en vigencia, en parte porque la
Gran Colombia se disolvió y con ella la legitimidad también, lo que sí es cierto es
que existió unanimidad con respecto a la idea de que las constituciones políticas
eran elementos fundacionales del nuevo orden político, es por esta razón en el
2
Safford Frank. Aspectos polémicos de la historia colombiana del siglo XIX en Colombia, ediciones Hombre
Nuevo. Medellín. 1997. Pp. 12-16.
3
Safford. Pp. 27-28.
4
Safford Frank y Palacios Marco. Colombia. País fragmentado, sociedad dividida. Su historia. Editorial
Norma. Bogotá. 2003. Capítulo IX. La Nueva Granada 1831-1845. Pág. 282.
5
Uribe Maria y López María. Pág. 67.
año 1832 se realizó una nueva constitución de carácter centralista, adquiriendo de
esta forma el nombre de República de la Nueva Granada.
En 1843 hubo una reforma constitucional, en donde se fortalece, dada la crisis
interna que estaba atravesando el país, el poder ejecutivo. Y claramente continuó
con el carácter centralista.
No obstante, la promulgación de las constituciones no generaron una legitimidad
institucional de forma inmediata, para este proceso fue necesaria, además de su
divulgación, un tipo de adoctrinamiento por parte de la educación, a continuación
se explica el papel de la educación como fundamento para que la ciudadanía
confesara el respeto por las instituciones políticas y tuviera obediencia por la ley.

La educación de carácter político


Debido a la precaria efectividad de las constituciones políticas, la educación se vio
como el mejor elemento para permitir la institucionalidad del Estado. El autor
Hensel6 menciona que la educación moral en ese entonces fue la mayor
preocupación de la Nueva Granada, pues existía una relación estrecha entre la
forma de gobierno y la forma de educación que debía recibir la juventud. Honor,
religión y patriotismo fueron los pilares centrales que se consideraban como
formadores de buenos ciudadanos y hombres que podrían ser funcionales a la
patria.
La educación, también pasó a ser entendida como regeneradora social tras largos
años de guerra, se decretó que los niños desprotegidos (huérfanos, expósitos o
pobres) deberían ser atendidos en colegios para que les impartieran la correcta
educación moral, en donde pudieran identificar lo bueno de lo malo, en últimas fue
una educación con énfasis moral. Para poner en marcha el proyecto de educación,
se acudió al método Lancasteriano, el cual fue realmente eficaz, y también a la
dirección a la que se le apuntó fue hacia la población joven, pues, estos, se decía,
eran más apasionados y las pasiones en lo humano se deben saber controlar, y la
única forma de no permitir el abuso de estas pasiones sería por medio de la
educación.7
Hensel también menciona que algunos vehículos políticos de instrucción moral,
como él lo denomina, fueron los catecismos (sistema de pregunta respuesta) y los
compendios (resúmenes breves y sustanciales) que son en gran parte, dice el
autor, medios para adoctrinar a las personas8
Conclusiones
Establecer un nuevo orden que satisfaga a los ciudadanos y dotarlo de legitimidad
nunca ha sido tarea fácil, el proceso que vivió la Nueva Granada en la primera

6
Hensel Franz. Vicios, virtudes y educación moral en la construcción de la república, 1821-1852. Universidad
de los Andes. 2007. Pág. 29.
7
Hensel Franz. Pág. 32-33.
8
Hensel Franz. Pág. 36.
mitad del siglo XIX tampoco lo fue. Los mecanismos pensados para legitimar la
institucionalidad como lo fueron las constituciones políticas tuvieron poca
efectividad, pues se establecía un orden jerárquico que no permitía al pueblo
sentirse identificado con la actividad política, con el régimen y con la Institución en
sí. Es por esto que el pueblo como sujeto político fue un acontecer necesario para
la conformación y consolidación de este nuevo orden, las divisiones también se
gestaron de manera natural aunque de forma muy particular como lo señala el
profesor Safford en contra de la teoría veeriana, y por último, como se mencionó,
el papel más importante fue el de la educación que claramente tuvo un carácter
político, y que sin duda fue un gran sustento para darle forma a lo que fue la
Nueva Granada.

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