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Uribe Maria y López María. Las palabras de la guerra. La carreta histórica. Medellín. 2006. Parte 1. La
guerra de los Supremos: los contextos. Pág. 67.
en lo que concierne a la formación de orientaciones políticas, y señala que los
sectores con mayores privilegios tendieron a definirse como conservadores y los
sectores con menores privilegios como liberales. 2 Es así como estos primeros
atisbos divergentes de la segunda década del siglo XIX fueron la base futura para
lo que luego se conoció como los partidos políticos tradicionales colombianos.
Safford, también menciona ciertas convergencias entre liberales y conservadores,
por ejemplo, dice que ambos apoyaban el libre cambio en ese momento, y
abogaron por la implantación de la liberalización. El punto diferencial más notorio
se dio no en lo político como ya se vio, sino en lo filosófico y moral, y estas
diferencias se radicalizaron en momentos de tensión en los que cada espectro se
vio afectado, y como menciona Safford, se utilizaron como armas de guerra. 3
También, una de las manifestaciones de esta división partidista se vio reflejada
años después en las primeras elecciones presidenciales en las que quedó electo
José Ignacio Márquez en el año 1837, triunfando sobre las candidaturas de
Vicente Azuero y José María Obando.
Las divisiones políticas fueron tan profundas años más tarde que dentro de las
mismas orientaciones se generaron diferencias, es así como los liberales se
encontraban en un tipo de disgregación entre ser radical o ser moderado, esto se
evidenció por primera vez cuando se dio el derrocamiento del general Rafael
Urdaneta en el año 1831, pues mientras unos abogaron por la expulsión de los
funcionarios bolivarianos simpatizantes con el General, otros tomaron una posición
más neutral y prefirieron evitar algún tipo de confrontación militar. Los liberales
también compartían muchos aspectos como las ideas de la ilustración y también
compartieron la idea o “la creencia de que el Estado debería gobernarse por las
reglas constitucionales”4 no obstante, esta división se verá disminuida a medida en
que los conservadores ganan poderío.
La Guerra de los Supremos fue también una expresión de las diferencias políticas
que se dieron al interior de la Nueva Granada, y como las profesoras Uribe y
López lo señalan, la guerra no fue uniforme en todo el país, existieron diferentes
intereses en cada región, intereses políticos como lo fueron los intereses
caudillistas y/o económicos como lo fue la tierra 5. La reclamación de la autonomía
regional, sobre todo por parte de los panameños fue un hecho que obligó al
régimen a adquirir un carácter federal.
Las constituciones políticas como fundacionales del nuevo orden
A pesar de que la constitución de 1830 no entró en vigencia, en parte porque la
Gran Colombia se disolvió y con ella la legitimidad también, lo que sí es cierto es
que existió unanimidad con respecto a la idea de que las constituciones políticas
eran elementos fundacionales del nuevo orden político, es por esta razón en el
2
Safford Frank. Aspectos polémicos de la historia colombiana del siglo XIX en Colombia, ediciones Hombre
Nuevo. Medellín. 1997. Pp. 12-16.
3
Safford. Pp. 27-28.
4
Safford Frank y Palacios Marco. Colombia. País fragmentado, sociedad dividida. Su historia. Editorial
Norma. Bogotá. 2003. Capítulo IX. La Nueva Granada 1831-1845. Pág. 282.
5
Uribe Maria y López María. Pág. 67.
año 1832 se realizó una nueva constitución de carácter centralista, adquiriendo de
esta forma el nombre de República de la Nueva Granada.
En 1843 hubo una reforma constitucional, en donde se fortalece, dada la crisis
interna que estaba atravesando el país, el poder ejecutivo. Y claramente continuó
con el carácter centralista.
No obstante, la promulgación de las constituciones no generaron una legitimidad
institucional de forma inmediata, para este proceso fue necesaria, además de su
divulgación, un tipo de adoctrinamiento por parte de la educación, a continuación
se explica el papel de la educación como fundamento para que la ciudadanía
confesara el respeto por las instituciones políticas y tuviera obediencia por la ley.
6
Hensel Franz. Vicios, virtudes y educación moral en la construcción de la república, 1821-1852. Universidad
de los Andes. 2007. Pág. 29.
7
Hensel Franz. Pág. 32-33.
8
Hensel Franz. Pág. 36.
mitad del siglo XIX tampoco lo fue. Los mecanismos pensados para legitimar la
institucionalidad como lo fueron las constituciones políticas tuvieron poca
efectividad, pues se establecía un orden jerárquico que no permitía al pueblo
sentirse identificado con la actividad política, con el régimen y con la Institución en
sí. Es por esto que el pueblo como sujeto político fue un acontecer necesario para
la conformación y consolidación de este nuevo orden, las divisiones también se
gestaron de manera natural aunque de forma muy particular como lo señala el
profesor Safford en contra de la teoría veeriana, y por último, como se mencionó,
el papel más importante fue el de la educación que claramente tuvo un carácter
político, y que sin duda fue un gran sustento para darle forma a lo que fue la
Nueva Granada.