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Materia : Lengua Curso: 2° año Tema: El cuento policial Profesor: Marcelo Mendieta

LA ARAÑA NO TENÍA PATAS


  El edificio Natokami era tan alto que parecía construido con la ambición de mirar frente a frente a la Luna. Me
demoré unos instantes en contemplar su gigantesca fachada de cristal y sentí, por un momento, un mareo
anticipador del vértigo que previsiblemente me invadiría.
Entré en el inmaculado edificio y me recibió un corpulento y musculoso vigilante, que me informó que el
inspector y los demás agentes me esperaban en la azotea del edificio. No pude dejar de maravillarme cuando
observé que el vigilante llevaba unos guantes de cuero puestos, a pesar de que las mangas de su camisa no le
cubrían ni los codos. Demasiadas películas norteamericanas, pensé.
El ascensor, en un tiempo increíblemente rápido, me subió hasta la azotea, justo por encima del piso treinta y
tres. Cuando las puertas se abrieron, un frío extraño y denso me obligó a subirme el cuello de la chaqueta. Sin
pensarlo dos veces, encendí un cigarrillo y contemplé la noche. El inspector me hizo una seña para que me
acercara hasta el balcón que le separaba del abismo. Cuando llegué, me agarré a la barandilla de tal manera que
ni un luchador de sumo lograría soltarme. Mis piernas comenzaban a flaquear.
—¡Borges, Borges, Borges! Me sigue resultando extraño que alguien con su sangre fría se asuste tanto de las
alturas. Además…
—Señor inspector, si continúa usted haciendo observaciones gratuitas me veré en la obligación de o bien
retirarme o bien caer desmayado y mortalmente pálido. Ninguna de las dos opciones me es particularmente
atractiva; así que, por favor, hábleme del asunto.
El inspector me miró divertido y comenzó a relatarme lo ocurrido:
—Verá, este edificio se diseñó con un propósito bien claro: evitar los robos. Las puertas de los departamentos
son prácticamente inexpugnables, y hay cámaras custodiando cada pasillo. Sin embargo, nadie pensó que los
ladrones podrían subir hasta el piso treinta y tres por la fachada, romper el cristal de la ventana y hacerse con
una importante colección de joyas. Y eso es exactamente lo que ha ocurrido esta noche. Un par de hombres
llevaron a cabo tan increíble plan, pero salió mal. Cuando descendía el segundo, un hombre excepcionalmente
pequeño, la cuerda se desprendió de la terraza y el ladrón se precipitó hacia el vacío. Su cómplice, supongo que
horrorizado, huyó, pero, eso sí, llevándose el botín. Hasta aquí todo está muy claro. Pero hay varias cosas que
no entiendo. Por ejemplo: no hay marcas en la fachada de pisadas o señales de ningún tipo que delaten el hecho
de que alguien ha escalado por ella. Tampoco logro comprender cómo pudieron desde allá abajo lanzar una
cuerda de la que sí hemos encontrado muestras en esta azotea, y asegurarla para emprender la escalada. Y todo
ello sin hacer ruido alguno… ¿Cómo es todo esto posible?
—Creo que todas esas preguntas, y alguna más, se las podrá contestar el vigilante…
—Tenía usted razón en pensar que el robo lo cometieron dos personas, pero equivocó las perspectivas. En primer
lugar, tal y como usted ha señalado, ¿cómo es posible arrojar una cuerda desde tanta distancia y asegurarla en
una barandilla? La respuesta es simple: alguien ata la cuerda a la barandilla y la desciende lentamente, para
evitar golpes, hasta el suelo. Una vez allí, el ladrón se la ata a su cintura y espera. Su cómplice en la terraza, un
hombre muy vigoroso, va tirando de la cuerda hasta que su compañero, un sujeto excepcionalmente pequeño,
como usted indicó, le hace una señal que lo detiene a la altura indicada. Abre la ventana, entra en la casa, lo que
da un descanso a su forzudo amigo, y vuelve a colocarse la cuerda para salir al exterior. Pero durante el descenso
ocurre un accidente. La cuerda se desliza demasiado deprisa por las manos del hombre fuerte, quemándole
dolorosamente las palmas, y deja caer a su cómplice. Baja corriendo, sale del edificio y recupera el botín antes de
dar la alarma. De resultas de las quemaduras, nuestro hombre tiene que ponerse unos guantes que oculten las
heridas a la policía, que está a punto de llegar… Pregúntele al vigilante de este edificio por qué lleva guantes de
cuero en pleno verano… Y ahora, si me lo permite, quisiera regresar a tierra firme. Buenas noches, inspector.
 
Actividades
Luego de leer el cuento “La araña no tiene patas” responde:
1. Cómo se llama el detective ? A qué le tiene miedo?
2. De qué manera estaba diseñado el edificio?
3. En cuál piso sucede el crimen ?
4. Cómo hizo el ladrón para cometer el robo?
5. Cuántos y cómo eran los ladrones?
6. Cómo descubre Borges que el vigilante era el otro ladrón?

La pieza ausente
de Pablo de Santis

Comencé a coleccionar rompecabezas cuando tenía quince años. Hoy no hay nadie en esta ciudad
-dicen- es más hábil que yo para armar esos juegos que exigen paciencia y obsesión.
Cuando leí en el diario que habían asesinado a Nicolás Fabbri, adiviné que pronto sería llamado a
declarar. Fabbri era Director del Museo del Rompecabezas. Tuve razón: a las doce de la noche la
llamada de un policía me citó al amanecer en las puertas del museo.
Me recibió un detective alto, que me tendió la mano distraídamente mientras decía su nombre en voz
baja -Lainez- como si pronunciara una mala palabra. Le pregunté por la causa de la muerte: «Veneno»
dijo entre dientes.
Me llevó hasta la sala central del Museo, donde está el rompecabezas que representa el plano de la
ciudad, con dibujos de edificios y monumentos. Mil veces había visto ese rompecabezas: nunca dejaba
de maravillarme. Era tan complicado que parecía siempre nuevo, como si, a medida que la ciudad
cambiaba, manos secretas alteraran sus innumerables fragmentos. Noté que faltaba una pieza.
Lainez buscó en su bolsillo. Sacó un pañuelo, un cortaplumas, un dado, y al final apareció la pieza.
«Aquí la tiene. Encontramos a Fabbri muerto sobre el rompecabezas. Antes de morir arrancó esta pieza.
Pensamos que quiso dejarnos una señal.
Miré la pieza. En ella se dibujaba el edificio de una biblioteca, sobre una calle angosta. Se leía, en
letras diminutas, Pasaje La Piedad.
-Sabemos que Fabbri tenía enemigos -dijo Lainez-. Coleccionistas resentidos, como Santandrea, varios
contrabandistas de rompecabezas, hasta un ingeniero loco, constructor de juguetes, con el que se peleó
una vez.
-Troyes -dije-. Lo recuerdo bien.
-También está Montaldo, el vicedirector del Museo, que quería ascender a toda costa. ¿Relaciona a
alguno de ellos con esa pieza? -Dije que no.
- ¿Ve la B mayúscula, de Biblioteca? Detuvimos a Benveniste, el anticuario, pero tenía una buena
coartada. También combinamos las letras de La Piedad buscando anagramas. Fue inútil. Por eso pensé
en usted.
Miré el tablero: muchas veces había sentido vértigo ante lo minucioso de esa pasión, pero por primera
vez sentí el peso de todas las horas inútiles. El gigantesco rompecabezas era un monstruoso espejo en el
que ahora me obligaban a reflejarme. Sólo los hombres incompletos podíamos entregarnos a aquella
locura. Encontré (sin buscarla, sin interesarme) la solución.
-Llega un momento en el que los coleccionistas ya no vemos las piezas. Jugamos en realidad con
huecos, con espacios vacíos. No se preocupe por las inscripciones en la pieza que Fabbri arrancó: mire
mejor la forma del hueco.
Laínez miró el punto vacío en la ciudad parcelada: leyó entonces la forma de una M.
Montaldo fue arrestado de inmediato. Desde entonces, cada mes me envía por correo un pequeño
rompecabezas que fabrica en la prisión con madera y cartones. Siempre descubro, al terminar de
armarlos, la forma de una pieza ausente, y leo en el hueco la inicial de mi nombre.

Actividades
1. ¿Por qué motivo llaman a declarar al protagonista? ¿Era sospechoso? Explica.
2. ¿Qué pista había dejado la víctima sobre su asesino?
3. ¿Qué deducciones habían sacado los detectives a partir de esa pista? ¿Quiénes eran los posibles
culpables?
4. El protagonista dice que encuentra la solución sin buscarla, ¿qué explicación da acerca de esto?
5. Montaldo fue arrestado como el autor del crimen, ¿por qué?
6. Hacia el final, el protagonista nos cuenta sobre la actitud del asesino, ¿qué le envía todos los meses?
¿cuál crees que es el mensaje de los envíos?

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