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CONSECUNCIAS AMBIENTALES Y AFECTACIONES AL

VEHÍCULO POR UN MAL SELLADO DEL MOTOR Y


SISTEMA DE ESCAPE

Contaminación y manejo de aceites lubricantes usados

En una maquinaria o en un motor existe contacto entre superficies que se mueven,


lo que produce fricción entre ellas y ocasiona el desgaste de sus materiales, por lo
que es necesario aplicar entre ellas un agente que reduzca la fricción y el
desgaste, este agente es un lubricante, en este caso aceite, que puede ser de
origen mineral o sintético.

En la vida cotidiana el principal contacto que tenemos con los aceites es en los
motores de nuestros automóviles, su uso como lubricante permite reducir la
energía requerida para la operación mecánica del motor y el desgaste del mismo,
de igual manera se aminora su calentamiento por la acción refrigerante que tiene
el lubricante al propiciar la transferencia del calor entre algunas partes calentadas
por la combustión. El aceite además tiene acción limpiadora al prevenir la
formación de material contaminante en las partes mecánicas (lodo), producto de
su propio desgaste o de contaminantes originados por la combustión y por último
el aceite lubricante tiene propiedades de sellado entre los pistones y los cilindros
del motor.

El manejo inadecuado de los ALU puede causar contaminación en agua, suelo y


aire. Los aceites lubricantes usados (ALU) son considerados como residuos
peligrosos por sus características de inflamabilidad y toxicidad.

Ya en uso el aceite se va quemando y contaminando con partículas metálicas


derivadas del desgaste del motor, así como con productos de la combustión
incompleta del combustible; lo que origina, que se modifiquen las propiedades del
aceite y ya no cumpla sus funciones en la e del motor; por lo que es necesario
cambiarlo y desechar el aceite lubricante usado.

Los aceites lubricantes usados (ALU) son considerados como residuos peligrosos
por sus características de inflamabilidad y toxicidad, se encuentran sujetos a un
plan de manejo de conformidad con lo que se indica en la Ley General para la
Prevención y Gestión integral de Residuos (LGPGIR).

El manejo inadecuado de los ALU puede causar contaminación en agua, suelo y


aire.

Los ALU al ser de baja biodegradabilidad, permanecen en el medio migrando a


través del suelo afectando su productividad, incluso pueden infiltrarse hasta llegar
a aguas subterráneas, con el riesgo que terminen en un pozo y se puedan
consumir por parte de la población, pudiendo ocasionar desde salpullidos, hasta
problemas gastrointestinales, anemias y algunos otros síntomas, dependiendo de
la dosis de exposición en caso de ingestión.

Es en las aguas superficiales y en las subterráneas donde tiene su mayor


potencial contaminante, se dice que un litro de aceite puede contaminar mil litros
de agua, ya que al ser menos denso, forma una película en la superficie del
cuerpo de agua que impide el intercambio de oxígeno; además, bloquea el paso
de la luz afectando a la vida acuática. También, la presencia de ALU puede tener
efectos tóxicos en peces tanto de agua dulce como salada.

Los ALU al quemarse o utilizarse como combustibles pueden generar emisiones


de metales pesado, compuestos nitrogenados, dióxidos de azufre, dióxido y
monóxido de carbono entre otros.

En el caso particular de los aceites lubricantes usados automotrices, los


generadores son los talleres mecánicos y de cambio de aceite, basta con hacer un
recorrido por los talleres cercanos a nuestras casas para darnos cuenta que no
todos manejan adecuadamente estos, pues podemos encontrar evidencias de
derrames en algunos casos a suelo natural, o en las alcantarillas se pueden
observar manchas de aceite e incluso en época de lluvias se pueden ver charcos
de agua que a contraluz se puede identificar un hilo o capa aceitosa en tonos
tornasol.

Para atacar la problemática derivada del manejo de los aceites lubricantes usados,
en particular los generados por talleres mecánicos se puede ver tres frentes: el
regulatorio, el técnico y el social.

Desde el punto de vista reglamentario, los residuos peligrosos son competencia de


las autoridades federales, SEMARNAT, PROFE-PA y en su caso la ASEA.

Para el caso de los talleres mecánicos, éstos generalmente son pequeños


negocios, que se conocen como microgeneradores (que generan hasta 400
kilogramos de residuos peligrosos al año) que por lo mismo se dificulta el
seguimiento y supervisión de la gestión de residuos peligrosos por parte de la
autoridad, a pesar de que para microgeneradores de residuos peligrosos las
autoridades locales ya los pueden regular, previo acuerdo con las autoridades
federales.

En este ámbito la LGPGIR y su reglamento, especifican una serie de trámites y


controles que deben de cumplir los generadores como son: llevar una bitácora de
generación de los residuos peligrosos, contar con una empresa autorizada para el
transporte de los residuos que recolecte los ALU, y a su vez, entregarlos a una
empresa autorizada para su tratamiento o destino final.
En el punto de vista técnico, los ALU tienen un alto potencial de ser reutilizados,
reciclados o regenerados si se somenten al procedimiento adecuado

En el punto de vista técnico, los ALU tienen un alto potencial de ser reutilizados o
reciclados, ya sea reprocesándolos mediante el retiro de partículas y
contaminantes por filtración, centrifugación, decantado, etc.. para un posterior
agregado de aditivos y de aceite virgen para utilizarse nuevamente. También, se
pueden regenerar, es decir someterlos a procesos de refinación para obtener
nuevamente aceite base. Por último, también está el reciclado térmico, en el que
primero se separan las partículas y contaminantes, para posteriormente utilizarlos
como combustibles alternos.

Todos estos procedimientos son viables y dependen de que se tengan los


volúmenes suficientes para que sea económicamente factible, se cumplan los
requisitos legales y cuenten con los controles de ingeniería, para que los procesos
antes descritos, sean lo suficientemente limpios.

Por último, esta la participación de la ciudadanía en estar informada sobre los


problemas ambientales que pueden ocasiones los ALU. El ser consumidores
responsables y llevar nuestro automóvil a talleres que cumplan con la
normatividad en cuanto al manejo de sus residuos peligrosos, el evitar hacer o
contratar los servicios de cambio de aceite en la vía pública, el exigir que las
autoridades u órganos de certificación revisen y aseguren que los aceites
reprocesados cumplan con las normas que deben cumplir los aceites vírgenes y
desmitifique que estos aceites reprocesados son da calidad inferior.

Aunado a ello, en el caso de reciclado térmico, es importante que sea en


instalaciones que aseguren la combustión bajo las normas de emisión que
establecen las autoridades en la materia. Este último punto, es el que armonizará
los dos anteriores, de modo que se puedan establecer planes y programas de
manejo para los ALU generados por talleres automotrices que sean exitosos.

UNA VEZ CONTEMPLDA LA INFORMACIÓN YA DADA

Las principales consecuencias ambientales por un mal sellado del motor :

 Perdida de compresión en cámara de combustión


 Perdida de aceite, provocando que el motor al estar caliente queme este aceite
provocando una gran cantidad de humo que se va la aire

Las principales afectaciones al motor por un mal sellado:

 Perdida de compresión, provocando una perdida de potencia


 Perdida de aceite, provocando un desgaste prematuro y veloz en las piezas del
motor e inclusive puede llegar a pasar lo que conocemos como desvielar el motor
 Sobrecalentamiento, al estar mal sellado también puede perder su refrigerante que
así como el aceite actúa para disipar y enfriar el motor

SISTEMA DE ESCAPE
El sistema de escape, mejor conocido como exhosto, aunque parece no necesitar
de muchos cuidados, de encontrarse en mal estado podría afectar notoriamente el
rendimiento y la potencia de su vehículo y generar daños de tipo ambiental.

Este sistema está compuesto por la válvula de escape, los conductos de escape
de la culata, el catalizador, el ¿tarro¿ y la tubería. Durante el ciclo de admisión,
compresión y combustión, en el cual el motor procesa el combustible para obtener
potencia, se forman gases altamente tóxicos que son evacuados a lo largo del
sistema de escape.

A pesar de no ser una pieza mecánica compleja, el exhosto forma parte integral de
su automóvil. Puede ocurrir que por falta de mantenimiento, los carbones que
salen de la combustión se adhieran a las paredes de la tubería ocasionando
disminución en su diámetro, lo que en consecuencia genera pérdida de potencia.

Algunas veces, cuando el vehículo presenta una baja de rendimiento o emite


niveles de gases y ruido más altos de lo normal, puede ser debido a fallas en el
tubo de escape. Las fisuras en la tubería o el tarro de expansión, este último
encargado de disminuir los decibeles de ruido provenientes del motor, ocasionan
que el molesto sonido que surge a raíz de la explosión de la mezcla salga
directamente al ambiente.

En los carros de inyección, una fisura en la tubería de escape permite que el


oxigeno del ambiente entre al tubo y empobrezca la mezcla, lo cual provoca una
lectura errónea por parte del computador, y por ende, se presente un desajuste en
las funciones del motor. Eso hace que el vehículo pierda brío y aumente el
consumo de combustible.

Daños al medio ambiente

Una máquina en mal estado, bien sea por falta de sincronización o simple
mantenimiento preventivo, hace que la interacción de estos gases con el exterior
sea nociva para la salud humana y el ambiente.

Dentro del sistema de escape esta función reguladora la cumple el catalizador. Y


aunque es considerada como una pieza fundamental en el desfogue del vehículo,
muchos propietarios no saben de su mantenimiento.

El catalizador está compuesto por metales preciosos cuya función consiste en


descomponer las emisiones de gas y reducir los niveles de CO2 (monóxido de
carbono) que llegarán al ambiente. Cuando el carro comienza a expeler un olor
fétido por el escape o cuando no pasa la prueba de gases a pesar de estar
sincronizado, quiere decir que es hora de cambiarlo.

Se estima que su vida útil está entre los 90 mil y los 100 mil kilómetros. Y a pesar
de su precio ¿entre 1 y 1,5 millones de pesos¿, es una pieza cuyo cambio no da
espera debido a la importante función que cumple dentro de la regulación de
gases del vehículo.

Para tener en cuenta


Para un óptimo mantenimiento preventivo, lo mejor es revisar este sistema cada
50 mil kilómetros para verificar el correcto estado de los anclajes, la tubería y los
¿tarros¿, y así garantizar el buen funcionamiento del motor.

Hay quienes aseguran que la adecuación de resonadores en el exhosto genera


ganancia de potencia para el motor. Si bien esto puede ocasionar un aumento, en
la mayoría de los casos no supera un 5 por ciento de rendimiento, relacionándolo
de forma directa con la vida útil de la máquina.

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