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Avance de Monografia
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Introducción
La investigación surge a partir de las condiciones en las que se encuentra la población carcelaria al
interior de los centros de reclusión; puesto que como es bien sabido, no es una novedad que los
centros carcelarios del país sean noticia debido a la precariedad en el proceso de resocialización.
Este trabajo ha sido realizado con la finalidad de determinar la existencia o no de la
responsabilidad del Estado Colombiano derivada del incumplimiento de obligaciones nacionales e
internacionales adquiridas mediante tratados internacionales que versan sobre derechos humanos
por las condiciones de hacinamiento y vulneración de derechos humanos en relación con la
dignidad humana de la población carcelaria.
El problema del hacinamiento carcelario o penitenciario, data desde los años 90, sin embargo, a
pesar de tener casi 30 años de estar presentándose en Colombia, y de los múltiples
pronunciamientos de la Corte Constitucional y de las Entidades Defensoras de Derechos Humanos,
entre otros, acerca de la vulneración que se presenta con esta situación a los derechos de las
personas privadas de la libertad, aún no se vislumbra una verdadera solución a esta situación
problemática que afecta a miles de reclusos y por ende a sus familias y a la sociedad en general.
Por lo tanto, esta investigación está orientada a establecer la posible responsabilidad del Estado
colombiano emanada del incumplimiento de obligaciones nacionales e internacionales adquiridas
mediante tratados internacionales sobre derechos humanos por condiciones de hacinamiento y
vulneraciones de derechos en relación con la dignidad humana, de la población carcelaria.
EL HACINAMIENTO
El hacinamiento es sin duda el mayor problema que viven los centros carcelarios del país, de éste
se derivan muchas consecuencias, entre ellas se puede evidenciar que a partir de esta situación
surge en ocasiones la insalubridad acompañada del sufrimiento de enfermedades y el mismo
desconocimiento a los derechos sexuales y reproductivos de los reclusos pues debido al
hacinamiento muchas veces se les niega la posibilidad de hacerlos efectivos.
Esta condición se evidencia cuando, En el marco de las políticas penitenciarias, de las referencias
jurídicas y de la privación de la libertad, es notorio que el valor de la dignidad se vulnera cuando en
una celda para ocho o diez personas deben convivir veinte y treinta personas, hay que resaltar que
el hacinamiento en bellavista y en cualquier cárcel vulnera la dignidad humana por cuanto ataca
directamente la calidad de vida de los reclusos en las celdas y fuera de ella, incidiendo en la
higiene, en la salubridad, en la salud y contra la vida misma.
Luego de entender que conlleva esta situación, se ha podido determinar que en la normativa
vigente no hay normas como tal que regulen la situación de hacinamiento en las cárceles
colombianas, pese a esto las Normas internacionales establecen claramente que la población
reclusa debe tener espacio apto y tener acceso a aire y luz, un ejemplo de ello es el artículo 10 de
las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos de las Naciones Unidas,
Artículo 10: Los locales destinados a los reclusos y especialmente a aquellos que se destinan al
alojamiento de los reclusos durante la noche, deberán satisfacer las exigencias de la higiene,
habida cuenta del clima, particularmente en lo que concierne al volumen de aire, superficie mínima,
alumbrado, calefacción y ventilación.” (Naciones Unidas. 1977.)
Todo lo anterior resalta que el hacinamiento no es una circunstancia simple de tratar pues si bien
los reclusos deben estar retenidos en un lugar determinado, este lugar debe contar con unos
requisitos mínimos que por lo menos garanticen los derechos fundamentales.
Queda pues claro que con la situación de hacinamiento las reglas mínimas del tratamiento de los
reclusos dictadas por la ONU y los demás mecanismos legislativos y judiciales en la materia
quedan sin fundamento real, al convertirse en letra muerta puesto que el hacinamiento influye en
una mala e inadecuada salud, comida, descanso, seguridad, entre otros aspectos del sistema
penitenciario y carcelario.
Objetivo general
Este estado del arte inicia desde el proyecto de reforma al Código Penitenciario y carcelario –Ley
65 de 1993-, propuesto por la rama ejecutiva, específicamente el Ministerio de Justicia y Derecho,
que en atención a lo declarado mediante la sentencia T-762 de 2015 y t-388 de 2013 por la Corte
Constitucional, como estado de cosas inconstitucionales, se propone hacer una reforma para el
mejoramiento de las condiciones de vida de las personas que se encuentran privadas de la
libertad; ajustando la práctica carcelaria a lo establecido en el bloque de convencionalidad,
integrado por la Carta de Naciones Unidas, emitida en 1945 y ratificada por Colombia mediante la
Ley 13 de 1945, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada en 1948, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 y aprobado por Colombia por la Ley 74 de
1968, la Convención Americana de Derechos Humanos, emitida en 1969 y ratificada mediante Ley
16 de 1979, la Convención contra la tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes, en firme
desde 1984 y en aprobada por la Ley 70 de 1986, Convención Interamericana para prevenir y
sancionar la tortura, vigente desde 1987 y ratificada por el Estado Colombiano a través de la Ley
409 de 1997, así mismo integran este bloque de convencionalidad diferentes resoluciones de los
diferentes Comités de las Naciones Unidas referidos a las condiciones en que se debe tener a las
personas recluidas en los establecimientos carcelarios, tales como las reglas mínimas para el
tratamiento de los reclusos, aprobadas por el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas en
sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977.
Por último es indispensable hacer referencia al texto llamado “El fracaso de la resocialización en
Colombia”, en el cual se realiza una reflexión sobre cómo debe ser el tratamiento penitenciario de
los reclusos y porque fracaso la resocialización de tal población
Esta investigación está orientada a establecer la posible responsabilidad del Estado colombiano
emanada del incumplimiento de obligaciones nacionales e internacionales adquiridas mediante
tratados internacionales sobre derechos humanos por condiciones de hacinamiento y
vulneraciones de derechos en relación con la dignidad humana, de la población carcelaria,
igualmente determinar cuál es el medio de control idóneo para acudir al aparato judicial con el fin
de ser reparados los perjuicios causados por dichos incumplimientos.
Teniendo en cuenta que las condiciones generales de existencia de los reclusos dentro del
establecimiento penitenciarios constituyen graves violaciones a los Derechos Humanos, por cuanto
vulneran la dignidad humana, principio fundante que proclama la Constitución Colombiana de 1991
y constituye la base fundamental del Estado Social y Democrático de Derecho orientando la
actuación de todas las entidades y funcionarios del Estado Colombiano, así mismo como lo
establece el artículo 4 de la Ley 1079 de 2014 (Estatuto Penitenciario y Carcelario), que exige el
respeto a la dignidad humana y los derechos humanos reconocidos a dicha población.
Es evidente que la situación de hacinamiento no es el único problema que padecen las personas
privadas legalmente de la libertad, pues esto, conlleva a que las condiciones de seguridad se vean
disminuidas en un alto grado y atenten contra la vida digna de quienes habitan en los
establecimientos carcelarios y penitenciarios del país.
Por lo anterior, se evidencia un incumplimiento de las obligaciones del Estado, de las cuales se
deriva un daño antijurídico que debe ser resarcido o reparado, según los parámetros dados por el
artículo 90 Constitucional, que establece la cláusula general de responsabilidad patrimonial del
Estado, configurándose así, los presupuestos necesarios para activar el aparato judicial a través
del medio de control de reparación directa establecido en el artículo 140 de la Ley 1437 de 2011.