Está en la página 1de 3

América la descubrió un inglés

HISTORIA | LA FANTÁSTICA TEORÍA DE UN BRITÁNICO

EL MERCADER BRITÁNICO
Richard Amerike fue un rico hacendado, que había nacido en Ross-on-Wye
alrededor de 1440. / Estaba emparentado con Hywel Ap Meurig de Brecon, un
príncipe
galés del siglo XIV. / El escudo de armas de la familia, de barras y
estrellas, guarda un gran parecido con la bandera de Estados Unidos. / El
comerciante
falleció en 1503.

América la descubrió un inglés

GLENYS ROBERTS.

El conquistador. Detrás del descubrimiento de América había un británico,


Richard Amerike, y fue él el que dio nombre al continente.Al menos así lo
asegura
el historiador Rodney Broome. En su libro publicado en Gran Bretaña,
Amerike, el británico que dio su nombre a América, contradice la tesis,
conocida por
todos, de que Colón descubrió América y el continente recibió su nombre de
Américo Vespucio, el navegante italiano que participó en la tercera de las
expediciones
de Colón. Fue Vespucio el primero que se dio cuenta de que el Nuevo Mundo
era un continente.

Rebuscando en documentos de los archivos españoles y británicos, el


historiador dice que fueron buques enviados por mercaderes de Bristol, entre
los que
figuraba Amerike, los que desembarcaron en América una década antes de que
lo hiciera Colón. Sin embargo, dichos comerciantes mantuvieron su
descubrimiento
en secreto porque no querían compartir con nadie más las enormes
posibilidades comerciales que les abría el descubrimiento.

Hacia el siglo XV, los Amerike eran una familia sobradamente conocida en
Bristol. Sus almacenes se levantaban en los muelles a orillas del río Avon.
Hasta
mediados de siglo, el mayor volumen del comercio se concentraba en Burdeos,
bajo dominio de los ingleses, que era su principal fuente de suministro de
vinos.

Cuando los franceses recuperaron Burdeos, en 1453, pusieron fin a tan


provechosas importaciones y los Amerike se vieron obligados a ampliar sus
rutas comerciales
hacia España y Portugal. Existía en aquellos países una gran demanda de
bacalao seco y en salmuera, de modo que, alrededor de 1470, Amerike y sus
socios
añadieron a sus fortunas las importaciones de pescado de Islandia.

En 1475 el rey Christian de Dinamarca prohibió la presencia de los ingleses


en las aguas que bañan Islandia. Los comerciantes de Bristol tuvieron que
lanzarse
a la búsqueda de nuevos caladeros.Amerike tenía un sirviente islandés que
conocía las historias que circulaban sobre la mítica Brassyle. La isla
supuestamente
se encontraba a 400 millas en medio del Atlántico y de ella se decía que
gozaba de pesca en abundancia.

En 1480, unos barcos de Bristol, entre ellos, el Trinity, que estaba


contratado por Amerike, recibió del rey el encargo de buscar la isla. El
misterio envuelve
todavía la auténtica realidad de lo que descubrieron. Había barcos que
partían cargados de sal y con destino a Irlanda -un viaje de no más de tres
semanas
escasas- que regresaban varios meses más tarde cargados de bacalao en
salmuera. Esos barcos recorrían una ruta más alejada de lo que reconocían.

¿Acaso habían descubierto Brassyle y sus incontables riquezas? Las


autoridades aduaneras de Londres sospechaban que algo extraño había en todo
aquello.
En 1481 promulgaron la orden de detención de Thomas Croft, agente de aduanas
de Bristol y amigo de Amerike.Croft alegó, que el Trinity se dedicaba a la
exploración, no al comercio. En su libro, Broome especula con la posibilidad
de que Cristóbal Colón, que conocía Bristol, llegara a tener conocimiento
de los misteriosos viajes que financiaba Amerike, así como que viera la
reciente prosperidad de la ciudad, y sospechara de las razones de todo ello.

El historiador británico dice que en 1488 Colón acudió a Enrique VII para
que le financiara un viaje a través del Atlántico. Le negaron la ayuda.
Finalmente
el viaje fue costeado por la reina Isabel de España, para lo cual contó con
el apoyo de Americo Vespucio. En 1492, Colón puso pie en tierra en las
Indias
Occidentales.Cuando Amerike se enteró del éxito de Colón, decidió financiar
su propia expedición.

Amerike prestó todo su apoyo al navegante italiano John Cabot, con el


encargo de que partiera en busca de nuevos territorios.El 2 de mayo de 1497,
zarpó
desde el Redcliffe Wharf, con el Matthew. Cabot desembarcó en la América
continental, para convertirse en el primer occidental que lo conseguía, y
allí
plantó triunfalmente la bandera inglesa.

Antes de regresar a Bristol, Cabot dibujó un mapa de las costas de América


del Norte y dio a muchos accidentes geográficos el nombre de sus amigos y
patrocinadores,
y a las nuevas tierras, el de Amerike, puesto que éste había puesto como
condición que «cualquier nueva tierra que se encontrara» fuera bautizada con
su
nombre en reconocimiento a su patrocinio.

La prueba más concluyente de esta historia, asevera Broome, es una carta


escrita en 1498 por el comerciante de Bristol Johan Day. En la actualidad se
conserva
en los archivos españoles.En el texto se afirma que barcos mercantes de
Bristol partieron rumbo a América en fechas anteriores a la de Cristóbal
Colón.La
misiva describe cómo los habitantes de aquel lugar ponían a secar pescado
cubierto de sal en la playa, con un procedimiento idéntico al utilizado en
Islandia.

Si creyéramos en esta nueva obra histórica, los barcos de Amerike habrían


descubierto el continente que lleva su nombre. Aunque, como había tantos
intereses
dispuestos a todo con tal de alzarse con la gloria, la historia se hubiera
perdido para la posteridad.El libro de Rodney Broome parece fantástico, que
cada cual aplique el término en la acepción que considere más plausible.

También podría gustarte