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Antibióticos inyectables en dosis única

para infecciones respiratorias


Última actualización 21/09/2010@09:15:52 GMT+1

Las enfermedades respiratorias causan grandes pérdidas en las explotaciones ganaderas. La


administración de antibióticos de dosis única como tratamiento de estos procesos
disminuye el manejo de los animales y aumenta los índices de productividad al disminuirse
el tiempo de tratamiento.
Victoria Villagrasa Sebastián
Doctora en Farmacia
Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU-Cardenal Herrera. Moncada (Valencia)
Imágenes cedidas por Santiago Vega García

Las enfermedades del sistema respiratorio constituyen uno de los capítulos más importantes
de la patología veterinaria, ya que son uno de los problemas más serios y frecuentes que
aparecen en planteles de producción animal.

Las enfermedades respiratorias causan grandes pérdidas en las explotaciones ganaderas por
la disminución de la ganancia diaria de peso que provocan en los animales, el alto riesgo de
transmisión a otros individuos, los elevados costos de tratamientos y la pérdida de
reemplazos.

Como cualquier otra membrana mucosa que está en contacto directo con el medio
ambiente, el sistema respiratorio tiene su propia flora bacteriana, los tipos de bacterias
presentes en la flora nasal varían en función del medio ambiente donde se crían los
animales. Es importante destacar que ciertas bacterias de la flora normal son capaces de
producir severas infecciones respiratorias cuando actúan como patógenos oportunistas.

En el presente artículo se van a revisar los antibióticos que generalmente se emplean para el
tratamiento de las infecciones bacterianas del sistema respiratorio en animales de
producción, y que se comercializan como inyectables en dosis única y de acción
prolongada. La administración con dosis única disminuye la maniobra de animales y
aumenta los índices de productividad al disminuirse el tiempo de tratamiento.
Penicilinas
Las penicilinas impiden la formación de la pared celular bacteriana provocando un efecto
bactericida, pero sólo en aquellas células bacterianas que están en crecimiento, es decir, en
las células que están sintetizando su pared celular.

Bencilpenicilinas
La bencilpenicilina o penicilina G, por vía parenteral se puede administrar como sal
potásica o sódica (forma cristalina) o bencilpenicilina procaína y bencilpenicilina
benzatina, estas dos últimas para su administración intramuscular o subcutánea de acción
prolongada. Las formas de acción prolongada producen concentraciones plasmáticas
máximas inferiores a las que se alcanzan con la forma cristalina de la bencilpenicilina, pero
los niveles en sangre perduran más tiempo.

Entre las de acción prolongada la bencilpenicilina procaína se absorbe más rápidamente y,


por tanto, alcanza una concentración plasmática máxima mayor que la bencilpenicilina
benzatina, pero esta última tiene un efecto más duradero. Se comercializan formulaciones
para acción prolongada que contienen cada una de estas dos formas en una proporción del
50%. La bencilpenicilina es activa principalmente frente a bacterias aerobias Gram (+).

Aminopenicilinas
Las aminopenicilinas, amoxicilina y ampicilina, son penicilinas de amplio espectro, es
decir, efectivas frente a bacterias Gram (+) y Gram (-). No obstante, la resistencia adquirida
por las bacterias ha reducido mucho la eficacia de estas penicilinas, por ello se introdujo su
combinación con fármacos inhibidores de las β-lactamasas, como el ácido clavulánico. Su
administración más habitual es por vía oral, pero para lograr un efecto prolongado la
amoxicilina se emplea por vía parenteral en una suspensión lipófila que provoca una
absorción lenta del principio activo.

Tetraciclinas
Las tetraciclinas poseen actividad bacteriostática. Se unen a la subunidad 30S de los
ribosomas de microorganismos sensibles. Después de la unión al ribosoma, las tetraciclinas
interfieren en la unión del aminoacil-ARNt con el complejo ribosoma/ARNm; por ello
interfieren en la síntesis proteica y, por tanto, en el crecimiento y multiplicación de los
microorganismos. Son antibióticos de amplio espectro.

Oxitetraciclina dihidrato
Por vía parenteral y para efecto prolongado la que se utiliza tradicionalmente es la
oxitetraciclina dihidrato. Está indicada cuando se requiere una acción antibiótica
prolongada o cuando por razones prácticas, económicas o veterinarias el manejo frecuente
de los animales no es factible, ya que se obtienen niveles antibacterianos sanguíneos
sostenidos hasta por siete días consecutivos al tratamiento.

Fenicoles
Los fenicoles inhiben la síntesis proteica bacteriana, ya que interfieren en la actividad de la
peptidiltransferasa de la subunidad 50S del ribosoma bacteriano. Son antibióticos de amplio
espectro y actúan como bacteriostáticos.

Florfenicol
El florfenicol cuando se administra por vía intramuscular al ganado bovino se absorbe
lentamente y tiene una vida media de 18 horas. Esta lenta eliminación prolonga la
concentración plasmática eficaz (por encima de 1 µg/ml en el caso de patógenos
respiratorios) durante 23 horas en el ternero.

Sulfamidas
Las sulfamidas son una de las familias de antimicrobianos más antiguas.

Con respecto a su mecanismo de acción, interfieren en la síntesis de ácido fólico. Como


consecuencia de ello se impide la producción normal de ARN, la síntesis proteica y los
mecanismos de replicación microbiana.

Las sulfamidas son agentes antimicrobianos de amplio espectro. Tienen efecto


bacteriostático, pero cuando se combinan con el trimetoprim logran un efecto bactericida,
ya que este último también bloquea la síntesis del ácido tetrahidrofólico. Con esta
combinación se intensifica el efecto y se reducen las resistencias.

Aminoglucósidos
Los aminoglucósidos producen su acción antibacteriana al unirse a la subunidad 30S del
ribosoma bacteriano e interferir varios procesos de traducción del ARNm, impidiendo, por
tanto, la síntesis proteica.

Son bactericidas y, a pesar de su toxicidad, todavía se consideran de elección para el


tratamiento de infecciones graves por Gram (-) aerobios.

Dihidroestreptomicina
La dihidroestreptomicina tiene propiedades muy semejantes a la estreptomicina, que fue el
primer aminoglucósido que se empleó en la clínica veterinaria, pero tiene mayor
probabilidad de inducir sordera.

Macrólidos
Los macrólidos inhiben la síntesis proteica de las bacterias al unirse la molécula del
antibiótico a la subunidad 50S del ribosoma bacteriano impidiendo el paso de la
translocación del ARNt. Los macrólidos, a concentraciones terapéuticas, actúan como
bacteriostáticos, pero algunos pueden actuar como bactericidas, dependiendo de la
concentración y de la sensibilidad del microorganismo. Este grupo de antibióticos se
emplea sobre todo para las neumonías e infecciones del tracto respiratorio superior.

Eritromicina
La eritromicina, que es el macrólido de referencia, tiene un empleo reducido en las
enfermedades respiratorias, ya que su eficacia es moderada sobre los agentes patógenos.
Además produce dolor extremo en el punto de administración tras inyección parenteral, por
lo que se debe evitar cuando hay disponibilidad de otros antimicrobianos.

Tilmicosina
La tilmicosina es un macrólido especialmente activo contra especies de Pasteurella, por lo
que se utiliza ampliamente para el tratamiento de las infecciones debidas a estos
microorganismos en el ganado bovino, ovino, porcino y en conejos. También es activa
frente a Mycoplasma. Para el tratamiento de la enfermedad respiratoria bovina se utiliza en
inyección subcutánea de acción prolongada a una dosis de 10 mg/kg de peso vivo en
ganado vacuno, proporcionando un pico máximo de tilmicosina en sangre dentro de la
primera hora y manteniendo los niveles terapéuticos durante más de 72 horas.

Tulatromicina
La tulatromicina es un macrólido más reciente. Ha sido desarrollada para una aplicación
única, por administración parenteral en el ganado vacuno y porcino, buscando una eficacia
clínica contra las enfermedades respiratorias de origen bacteriano y también para la
micoplasmosis pulmonar con un mínimo manejo. Las concentraciones del antibiótico en el
tejido pulmonar permanecen durante 9-10 días por encima de la CIM para M. haemolytica
y 15 días sobre la CIM para la P. multocida.

Quinolonas
Las quinolonas son bactericidas puesto que inhiben la replicación y transcripción del ADN
bacteriano. Para provocar este efecto inhiben una enzima bacteriana que es la ADN girasa,
encargada del desenrollamiento, corte y resellado del ADN bacteriano.
Danofloxacina
La danofloxacina es un antibiótico inyectable de amplio espectro de la clase de las
fluoroquinolononas. Tiene una notable distribución al tejido pulmonar, tras su
administración tiene una rápida absorción en el sitio de inyección por lo que alcanza niveles
de concentración terapéutica en tejido pulmonar en 2 horas. Se mantiene por encima de
niveles bactericidas por un periodo de 12 a 24 horas desde el inicio del tratamiento.

Enrofloxacina
La enrofloxacina es una fluoroquinolona que generalmente se ha asociado sobre todo a
infecciones del aparato digestivo, pero por su amplio espectro es igualmente eficaz en
infecciones del aparato respiratorio. Concretamente se comercializa junto a la L-arginina
para el tratamiento del síndrome respiratorio bovino; su administración en dosis única por
vía subcutánea proporciona una acción rápida y enérgica frente a las bacterias patógenas, su
acción es concentración dependiente. Consigue la eliminación prácticamente total de las
bacterias en poco tiempo y, por tanto, previene la aparición de posibles cepas resistentes a
enrofloxacina.

Criterios de elección y uso racional


La selección óptima de un antimicrobiano requiere criterio clínico y conocimiento detallado de los factores
farmacológicos y microbiológicos, incluyendo en estos últimos datos actualizados de sensibilidad. Un hecho común
es que el veterinario no siempre tiene la posibilidad de identificar de modo definitivo una infección bacteriana antes
de emprender un tratamiento; en estos casos el comienzo de la antibioticoterapia empírica óptima exige conocer los
microorganismos patógenos más frecuentes y su sensibilidad a los antimicrobianos disponibles en el mercado
nacional.
La elección del agente antimicrobiano dependerá del diagnóstico de sospecha, la experiencia con el fármaco en
casos anteriores y los resultados del antibiograma, si están disponibles.
La causa principal de diseminación de bacterias o genes resistentes es el uso inapropiado de los antibióticos. Las
normas enunciadas por distintas organizaciones como la OMS (Organización Mundial de la Salud) la FAO
(Organización para la Alimentación y Agricultura) y la OIE (Organización Internacional de Epizootias) para el buen
uso de la terapéutica antimicrobiana se pueden resumir en los siguientes puntos:
• Los antibióticos son útiles en infecciones producidas por bacterias. En otras enfermedades, como por ejemplo las
víricas, los antibióticos no sólo no son eficaces sino que además pueden perjudicar al animal.
• Se debe emplear el antibiótico de espectro más restringido y más antiguo de los posibles. Cada vez que se emplea
un antibiótico se está gastando parte de su utilidad, hay que reservar los antibióticos nuevos para casos más graves.
• Los antibióticos deben administrarse respetando la dosificación y la duración del tratamiento, así como el tiempo
de espera establecido. Hay que tener en cuenta que si se varían las condiciones de administración el veterinario debe
establecer un nuevo tiempo de espera.
• Los antibióticos no se pueden emplear como sustitutivos de las buenas prácticas de manejo e higiene de los
animales. Se deben promover las técnicas de prevención de enfermedades basadas en la desinfección de las
explotaciones y el empleo de vacunas.

Bibliografía
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Botana LM., Landoni F, Martín-Jiménez T. Farmacología y Terapéutica Veterinaria.
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