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EL MUNDO Y SU LUCHA CONTRA EL PLÁSTICO

El plástico forma parte de la vida cotidiana de los habitantes en México. Miles de bolsas se otorgan
gratuitamente en supermercados y tiendas de conveniencia. En un puesto de tacos es común que
se sirvan en platos de plástico cubiertos con otra bolsa. Fruta, esquites,  antojitos y bebidas se
entregan en utensilios que se cubren con varias capas de plástico y que finalmente se colocan en
una bolsa.

Pero esta realidad está por cambiar. A partir de enero de 2021 bolsas, cubiertos, globos, popotes,
platos, vasos y cápsulas de café, entre una decena de artículos de plástico, no podrán venderse en
Ciudad de México. El congreso de la capital mexicana aprobó varias reformas a la Ley de Residuos
Sólidos local y estableció que no se podrán distribuir o entregar estos productos a menos que sean
fabricados con material compostable.

Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente de la ciudad (Sedema), cada día se generan


12.816 toneladas de residuos sólidos, un promedio de 1,4 kilogramos por persona.

De las 12.816 toneladas diarias de basura que se generan en México, 48% proviene de casas, 15%
de comercios, 15% de servicios, 10% de mercados, 5% de la Central de Abastos, 4% de otros
lugares no identificados y 3% de residuos hospitalarios, de acuerdo con la Sedema.

Hoy en día solo el 9% de todo el plástico que hemos producido y consumido hasta la actualidad a
nivel mundial se ha reciclado, el 12% se ha incinerado, y la gran mayoría, el 79%, ha terminado en
vertederos o en el medio ambiente. Los objetos de plástico también pueden llegar al mar desde
vertederos, por el agua que fluye por los mismos. Además, también encontramos plásticos en el
mar que proceden de vertidos de basura deliberados, de vertidos accidentales desde barcos, o de
los efluentes de las estaciones depuradoras y plantas de tratamiento de aguas residuales. El 80%
de los residuos que encontramos en el mar proviene de tierra, mientras que el 20% restante de la
actividad marítima

Una vez los objetos de plástico llegan al medio marino tardan entre décadas y cientos de años en
degradarse. El tiempo de degradación depende del tipo de plástico y de las condiciones
ambientales a las que se expone (luz solar, oxígeno, agentes mecánicos). En el caso de los océanos,
la radiación UV procedente de la luz solar es el principal agente que degrada el plástico. La acción
del oleaje acelera este proceso y como resultado los fragmentos más grandes se van rompiendo
en trozos más pequeños, generando microplásticos.

Es difícil estimar el tiempo que tarda en biodegradarse el plástico en los océanos pero se considera
que es mucho más lento que en tierra. Una vez que el plástico queda enterrado, pasa a la columna
de agua o queda cubierto por materia orgánica o inorgánica (lo que es muy frecuente en el medio
marino) queda menos expuesto a la luz solar, y disminuyen las temperaturas y el oxígeno, lo que
retrasa su degradación.

Durante todo este tiempo hasta que se degraden, todos los objetos de plástico que llegan al mar
pueden causar graves daños a la fauna marina. Actualmente, unas 700 especies de organismos
marinos se ven afectados por este tipo de contaminación. Cada año, más de un millón de aves y
más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de todos los plásticos que llegan
al mar.
¿Qué podemos hacer nosotros?

En nuestro día a día podemos cambiar nuestros hábitos para reducir el consumo de plásticos y
buscar alternativas.

#1 Cambia las bolsas de plástico por otras reutilizables, carros o cestas

 #2 No uses vasos, platos y cubiertos de plástico cuando estés fuera de casa

Es mejor llevar tus propios utensilios. Si compras comida o bebida para llevar pide que no te la den
envuelta en plásticos o lleva tus propios recipientes y botellas reutilizables.

#3 Compra tu comida a granel y evita el exceso de envoltorio, como por ejemplo bandejas

Es más barato, te permite elegir la cantidad que necesitas y además la calidad será mejor.

#4 Cambia los tuppers de plástico por los de acero inoxidable o vidrio

Almacenar y/o calentar comida en los tuppers de plástico de toda la vida puede estar
envenenándote, ya que al calentar el plástico se liberan sustancias tóxicas.

#5 Elige envases para tus bebidas y líquidos que sean retornables, como el vidrio, en lugar de brik
y botellas de plástico

#6 Di no a las maquinillas de afeitar desechables. Cámbialas por una maquinilla eléctrica o bien de
metal con cuchillas sustituibles (las de toda la vida), lo que te permitirá ahorrar mucho dinero.

#7 Intenta conseguir productos de higiene y cuidado personal que no estén envasados en plásticos
y que no contengan microplásticos en su composición

No es fácil, pero protegerás tu salud. Por ejemplo, usando pastillas de jabón en lugar de gel de
baño o jabón en barra para afeitar en lugar de espuma. Que sean naturales y más sanos. También
hay cepillos de dientes eléctricos o de madera y dentífrico en pastillas.

#8 Evita los productos de limpieza envasados en plástico

El bicarbonato, vinagre, jabón, aceites esenciales, entre otros, que se han usado toda la vida para
limpiar, son la mejor forma de mantener nuestra casa y ropa limpias sin dañarnos a nosotros o al
medio ambiente.

Si es imposible reducir más tu consumo de plástico, recuerda reutilizar esos productos en la


medida de lo posible y, en último caso, tirarlos al contenedor correspondiente

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