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General: Los signos del zodiaco dentro del un templo masónico


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De: Alcoseri (Mensaje original) Enviado: 14/05/2016 16:23
Los signos del zodiaco dentro del un templo masónico

En un templo masónico los 12 signos zodiacales se distribuyen Comenzando en Aries


(inicio del Año astronómico y espiritual) en el Oriente, donde se encuentra el Venerable
Maestro representando al Sol, y prosiguiendo, "Hacia la izquierda" Hacia el Norte,
LUEGO Pasando por Occidente y Sur para terminar en El Medio de las columnas, que
Muestra la imagen de la estrella Sirio colocada entre las dos columnas .

Las 4 Estaciones del año simbolizadas en el Templo Masónico, se localizan en los cuatro
lados del templo, donde se circulan "hacia la derecha": el Medio columnas esta
representada La Primavera, con el verdor característico , El renacer de su vitalidad, su
tiempo de La Siembra; Al Mediodía: El Verano, es plenitud de la vida y del cuidado
activo del Campo; al Occidente el Otoño, El Tiempo de la cosecha del resto, del placer de
salario justo por Recibir por el Obrero; al Norte el frío Invierno, con la esperanza que el
Sol regrese a calentar su casa zodiacal , todo en la espera de la nueva primavera, esto
en Oriente .

La Línea Este-Oeste, La de los equinoccios, es el eje de la Acción, pues en el Oriente,


esta secundado por su fiel ayudante, el Primer Vigilante, que es en el Lugar Opuesto y
Sobre la equinoccial Línea, se encuentra el Venerable, Cuya Función reza el rito: "abrirá
la Logia, El Sol·a emplear e instruir a los HH:. En La francmasonería ". En Cambio La
Línea del Sur Norte es el eje de iniciación, pues es en la columna del Norte, donde se
sientan los aprendices que Vienen del frío del mundo profano, y donde, de la mano del
Segundo Vigilante, son llevados por el camino , según nuestro, rito "al descansar del
Trabajo, viene la época del provecho y del placer por el trabajo concluido". Es El Tiempo
y El Lugar Donde, dejándolo se cristalizó en la quietud del Invierno, Hay Que Pasar el
aprendizaje, bajo la intensa Luz del Mediodía donde el objetivo Todas Las Cosas de la
Realización de la Gran Obra. Con miradas alertas para palpar La Realidad tal cual es, Y
Que en el mundo profano nunca se dirige a ella con la debida Atención.

Sobre esta Línea Sur-Norte es Extiende siguiendo la Vía Láctea, siguiendo


iniciáticamente los masones a sus blancos lienzos de su manto en el cielo , conformado
por millones de estrellas, eso ahora lo sabemos . La Vía Láctea es una sección de
Nuestra galaxia vista de perfil desde la Tierra, y que está formada por millones de
estrellas, y Siendo la galaxia un disco que gira Alrededor del centro , Y Posee un
diámetro de UNOS CIEN MIL años luz, cuyo vórtice gigantesco para siempre gira al
Alrededor del núcleo central , y el Planeta Tierra no es más que un granulo de arena, y
nuestra galaxia a su vez es otro granulo de arena en medio de miles de millones y
millones de otras galaxias . En un rincón de la galaxia se encuentra nuestro de Sol,
Nuestra Tierra acompañándole , que la miramos con asombro y Cuyos habitantes
pensantes apenas ya comienzan a ver la grandiosidad de la obra de Dios el Gran
Arquitecto del Universo , gracias a los telescopios ,comienzan recién medirla y
admirarse del Orden y concierto glorioso de la INMENSA Geometría. La aglomeración de
cuerpos luminiscentes exaltó la imaginación de los antiguos a Quienes la celestial La
Bóveda hacían ya observaciones y tomaban Conocimiento del tiempo, las Estaciones, su
ecología , y planearon vivir acorde con la Tierra y con el Cielo.

A la Vía Láctea también se la llamaba "Camino de Santiago", siendo Guía de los


peregrinos en su ruta hacia Santiago de Compostela. Donde hay una catedral , y este se
toma como un recorrido iniciático, que se remonta según he leído a miles de años atrás.
Alcoseri
Rey Salomón
Blog Masónico
sábado, julio 22, 2006
MASONERÍA Y SIMBOLISMO ZODIACAL.

Sebastián Jans

Los templos de la Masonería Universal son representación simbólica de lo que, los


masones de cada rito, consideran necesario destacar como los contenidos
fundamentales de su concepción masónica. Sin embargo, más allá de tales
particularidades, la gran idea que se expresa siempre en la distinción espacial y
simbólica del lugar destinado al desarrollo ritual –el templo – es que corresponde a una
representación simbólica del Universo.

En el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, aquello se hace mucho más patente que en otros
Ritos, que presentan muros menos dotados de componentes simbólicos, por ejemplo,
en el Rito de Schroeders. La idea del Universo en el Rito E\ A\ y A\ se manifiesta
tangiblemente en la presencia de los signos del zodiaco, y las doce columnas que
sostiene la bóveda sideral.

En este Rito, los signos zodiacales están ubicados a veces en las mismas columnas, como
es el caso de la masonería chilena o mexicana, o bien, en el cielo del templo, sobre las
columnas, como ocurre en la masonería colombiana. En los nuevos Manuales de
Procedimientos para Tenidas de Primer Grado de la Gran Logia de Chile, se señala: "En la
parte superior de los muros o sobre las columnas, mejor aún, alrededor de la Bóveda
Celeste, irán pintados los doce Signos del Zodiaco, según el orden que les corresponde a
las estaciones del hemisferio norte de la tierra". A estos componentes simbólicos se
agregan el sol y la luna en el oriente, y sobre las dos columnas del pórtico, una granada y
una esfera, que sumados al lazo o cadena que circunda el templo por el friso,
robustecen la idea de universalidad o de concepción cósmica. Obviamente, no puede
obviarse una explicación respecto de esta última afirmación, considerando el valor que
tiene la propuesta de la ciencia actual, respecto de un mundo caótico, divergente de la
concepción de origen greco-pitagórica de un cosmos, o universo ordenado y armonioso.
Sin embargo, ontológicamente el hombre tiene que dar un orden para organizar su
estudio y proveerse de una metodología de búsqueda, por lo cual, más allá de la
naturaleza caótica, todo constructo intelectual por excelencia requiere de un orden
indagatorio. La importancia que tienen los signos del zodiaco en la Masonería es
trascendental. En primer lugar, porque, todos los componentes simbólicos que están
presentes en la ornatura del templo, ligan a la Masonería a las tradiciones iniciáticas y
esotéricas de más antigua data en la historia del Hombre. De ellos, las concepciones
astrales relacionan a la Masonería con las remotas formas de conocimiento y sabiduría
de la civilización humana. Ellos no conectan a una Masonería profunda, que tiene sus
raíces en las elaboraciones más sublimes de la sabiduría del hombre, y que mantienen
sus constantes en el sentido trascendente de la naturaleza del homo sapiens.
Vilipendiada por cierto absolutismo empírico y por los prejuicios de la modernidad, la
indagación zodiacal es un punto de unión con una forma de exploración especulativa,
tan válida como otras disciplinas que profesionalmente tienen más reputación en el
concepto academicista del conocimiento. Esta indagación acompañó al hombre por más
de tres milenios, para sucumbir en su legitimidad bajo la impronta de la modernidad,
anatemizada y caricaturizada, como lo han sido otras formas del conocimiento. Es lo que
también ocurre con el alquimismo, que ha sido motejado como una obsesión por la
transmutadora de los metales. Por cierto, quien piense que el objeto del estudio
zodiacal, que emerge con las primeras culturas humanas, bajo la anatemizada
denominación de "astrología", es una simple búsqueda horoscópica de adivinación
cotidiana del futuro, está haciendo una caricatura. Consideraciones más extensas sobre
el tema, están presentes en un trabajo que me correspondió presentar ante la Resp\
Log\ de Estudios e Investigación Mas\ "Pentalpha" # 119, publicado en el Anuario 2001,
que apunta a una revaloración de la astrología y del estudio zodiacal y a su presencia
simbólica en la Masonería. El objetivo de éste artículo, apunta más bien a señalar
algunos aspectos interpretativos del simbolismo zodiacal. El primer aspecto que
debemos tener presente, es que los signos zodiacales representan la idea cósmica. Esto,
es el sentido pitagórico de un orden del Universo, que el hombre construye para
entenderlo, para desentrañar sus misterios, sobre una mirada trascendente que se
sostiene en la trina indagación consustancial del pensador: ¿qué somos?, ¿de donde
venimos?, ¿para donde vamos?. El segundo aspecto, es que, el Zodiaco no solo está
presente en los signos que adornan el templo. En algunos Orientes, la venda que cubre
los ojos del recipiendario, durante la ceremonia de iniciación, es también llamada
"Zodiaco". Esto puede tener varias interpretaciones simbólicas, algunas de ellas
absolutamente contrapuestas, según el acento o perspectiva en que se perciba la
explicación simbólica. La banda muaré que tercia el pecho del maestro, también es
identificada con la franja zodiacal, queriendo representar con ello que el hombre, al
acceder a la maestría, se encuentra en el centro mismo del Universo.

Tenemos, pues, que en un sentido general, los signos zodiacales establecen la relación
simbólica con el Universo, y la ubicación de ellos en el Templo debe tener un orden en
su distribución, manteniendo la condición cósmica.

Para determinar masónicamente ese orden, resulta irrelevante la ubicación o el


determinismo hemisférico que puedan darse respecto al carácter de la orientación del
templo, sea boreal o septentrional. Por un efecto cultural y de fidelidad a los orígenes
boreales el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, la disposición del templo masónico ha
quedado con un norte simbólico, no hemisférico, representativo de los fríos y las
sombras, de lo incipiente y remoto, y con un sur simbólico, que representa el calor y la
plenitud de la luz, de lo logrado y cercano. Este factor determina la disposición boreal de
los seis primeros signos (Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo y Virgo), y septentrional de
los otros seis (Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis). Esto se
compatibiliza con la idea del desplazamiento del Sol por la franja zodiacal durante un
año, en tanto los trabajos masónicos simbólicos, efectivamente, dan condición solar a
quien preside la logia, que desarrolla su acción desde el norte hacia el sur (recordemos
por ejemplo, como circula la palabra). En consecuencia, el primer signo (Aries), debe
ubicarse inmediatamente a la derecha del Venerable Maestro, seguido hacia occidente,
por el norte, de manera consecutiva, por los otros cinco signos boreales. Continúan por
el sur, de occidente a oriente, para terminar en Piscis, junto al oriente. En el libro "Guía
de Oro del Francmasón", Luis Umbert Santos (1), éste notable autor masónico señala la
relación zodiacal con los oficiales de una logia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, al
indicar: "Las dignidades de la logia son 12, porque doce son las columnas del Templo de
Salomón", equivalentes a los 12 signos zodiacales o los meses del año, eternos apoyo
del tiempo". En tanto, Francisco Javier Peña (2), agudo investigador masónico chileno,
se sumó a un planteamiento pre-existente de que los signos zodiacales en el templo
masónico, representan doce facultades del espíritu. Así, Aries es la voluntad guiada por
el cerebro; Tauro, la fuerza del pensamiento silencioso; Géminis, la unión de la razón y la
intuición; Cáncer, el equilibrio entre lo material y lo espiritual; Leo, los anhelos del
corazón; Virgo, la realización de las esperanzas; Libra, la percepción externa equilibrada;
Escorpión, la generación de las ideas; Sagitario, la facultad organizadora del espíritu;
Capricornio, la regeneración o renacimiento; Acuario, la ciencia y la verdad; y Piscis, la
paciencia y la obediencia. Uniendo ambas ideas, si el tránsito del Sol marca o determina
la condición y cualidad del tiempo, referencia humana necesariamente humana –
cósmica -, como el Venerable Maestro marca y determina el hacer de la logia, podemos
establecer las siguientes relaciones, entre los signos zodiacales, las facultades del
espíritu y los trabajos de una logia masónica:

Signos boreales

Aries la voluntad guiada por el cerebro


Secretario

Tauro la fuerza del pensamiento silencioso


Hospitalario

Géminis la unión de la razón y la intuición


Experto

Cáncer el equilibrio entre lo material y espiritual


Maestro de Banquetes

Leo los anhelos del corazón


Primer Vigilante

Virgo la realización de las esperanzas


Guarda Templo

Signos septentrionales

Libra
la percepción externa equilibrada
Segundo Vigilante

Escorpión la generación de las ideas


Bibliotecario

Sagitario la facultad organizativa del espíritu


Maestro de Ceremonias

Capricornio la regeneración o el renacimiento


Tesorero

Acuario la ciencia y la verdad


Orador

Piscis la paciencia y la obediencia


Past Venerable Maestro

No es el propósito de este breve ensayo explayarnos con extensión respecto de estas


relaciones que hemos apenas esbozado, y que buscan solo ser sugerentes propuestas
para un estudio más particular y acabado. Sin embargo, apropósito de los que hemos
expuesto, en otro de sus libros, Luis Umbert Santos (3), en el capítulo referido a las
"Exequias Masónicas", pone relevancia en la presencia zodiacal que también se pone de
manifiesto en la ceremonia fúnebre, al decir: "El templo revestido de colgaduras negras,
sembradas de lágrimas y guarnecidas de galones y borlas de plata, presentan un triste y
majestuoso aspecto. Todos los símbolos y emblemas que lo decoran, al igual que el
trono del Venerable Maestro y los bufetes de los Dignatarios y Oficiales, y los asientos
de los Obreros, se hallan cubiertos de negro crespón. Alrededor del friso se destacan
solamente los cuatro signos del zodiaco: el de Géminis y Leo, al Norte, y el de Libra y
Acuario al Sur, para significar que la muerte alcanza a los hombres de todas las
jerarquías y edades". Como podemos ver, las sugerencias simbólicas que pueden
derivarse de la presencia simbólica del zodiaco en el templo masónico pueden ser
crecientes. Lo importante es que, en el contexto de la necesaria presencia de los signos
zodiacales, en la ornatura del espacio en que los masones trabajan sus ritos, se da la
posibilidad de acoger una propuesta de conocimiento, que la antigua sabiduría del
hombre dejó como un trascendente legado. En virtud de ello, la Gran Logia de Chile, en
la publicación reciente de sus Manuales de Procedimiento para Tenidas, deja
establecida la importancia en la decoración del templo los siguientes criterios. En el caso
del templo de Aprendices: "En la parte superior de los muros o sobre las Columnas,
mejor aún, alrededor de la Bóveda Celeste, irán pintados los doce Signos del Zodiaco,
según del orden que les corresponde a las estaciones del hemisferio norte, por ser allí
donde se originó nuestro Rito (4)". En cuanto al templo de Compañeros, señala: "El cielo
está adornado por la Bóveda Celeste que descansa sobre las 12 Columnas zodiacales
(5)". Y en el caso del templo de Maestros: " El cielo descansa sobre las 12 Columnas
zodiacales (6)".
Notas.
1) Publicado por la Editorial Humanidad (México, 1948)
2) )Trabajo realizado para la Logia de Investigación Masónica
"Pentalpha", hace más de tres lustros, y que se publicará este año en
"Temas Masónicos" # 8
3) "Manual Ortodoxo del Maestro Masón" (Editorial Humanidad, México, 1947)
4) "Manual de Procedimiento para Tenida de Primer Grado. Logia
Simbólica. Rito Escocés Antiguo y Aceptado". Gran Logia de Chile.
Oriente de Santiago de Chile. Año 2002. Pag. 12
5)"Manual de Procedimiento para Tenida de Segundo Grado. Logia
Simbólica. Rito Escocés Antiguo y Aceptado". Gran Logia de Chile.
Oriente de Santiago de Chile. Año 2002. Pag. 11
6) "Manual de Procedimiento para Tenida de Tercer Grado. Logia
Simbólica. Rito Escocés Antiguo y Aceptado". Gran Logia de Chile.
Oriente de Santiago de Chile. Año 2002

Reloj astronómico con los signos del zodiaco, de aproximadamente 1 metro de


diámetro, que lleva en su centro una cara de Winston Churchill, amigo personal de
Bernard Bracken, constructor del edificio que lo acoge en Londres. Remko van Dokkum
Updated August 23, 2016.
El zodiaco es uno de los símbolos más expandidos por el mundo. Resulta sorprendente
que a donde quiera que vayamos se encuentra establecido un elemento astronómico
circular tan bien sistematizado que ha provocado numerosas reflexiones sobre su
utilidad y origen.

El horóscopo y la degradación del zodiaco


El zodiaco se inventó como una herramienta con la que medir el tiempo para convertirse
en un instrumento sagrado (y mucho después popular) que suponía ayudaba a tomar
decisiones, la astrología.

Los horóscopos modernos no son más que la consecuencia espúrea de aquella arcana
sabiduría.

El zodíaco sigue siendo un referente para muchos ciudadanos. Se trata de un juego y


distracción que muchos toman como verdad e incluso anuncia un implacable destino,
como cualquier otro sistema de creencias. Pero ciertamente, la universalidad de la
creencia nos hace reflexionar sobre la dependencia que los humanos tenemos de los
cielos, como un atavismo inscrito en nuestros genes, como el miedo a la oscuridad.

El zodiaco una invención de los sacerdotes

Sólo la reflexión continuada y crítica nos permite asumir que la influencia de los astros
en nuestro destino social y personal no es real, sino una invención de los antiguos
sacerdotes mesopotámicos como elemento de manipulación colectiva con un éxito que
perdura 4 000 años.

La palabra zodiaco proviene de las expresiones griegas zoe (vida) y diakos (rueda), es
decir, rueda de la vida, aunque otras interpretaciones la denominan rueda de los
animales de la etimología zoon, esto es, animales.

Lo que resulta más llamativo es que todas las épocas históricas y prácticamente todas
las culturas poseían un sistema simbólico con doce divisiones basado en el periplo del
Sol y siete planetas por el cielo, según lo observamos desde la Tierra, y en demasiados
casos con una simbología y una interpretación astrológica similar.

El zodiaco es un reloj celeste


Imaginemos la bóveda celeste como una gran tarta circular que tenemos que dividir en
12 porciones iguales. Cada porción ocupa un espacio de 30º. 12 porciones ocupan la
totalidad de 360º de la tarta, como un reloj (donde el nueve correspondería al orto, 12
al cenit, 3 al ocaso y 6 al nadir), aunque la situación de los signos se establecerían en el
sentido contrario a las agujas del reloj.

Para muchos historiadores de la ciencia y arqueoastrónomos, el zodíaco, prácticamente


como lo conocemos, procede de la civilización minoica que floreció en Creta dos mil
años aC., pero muchos indicios apuntan hacia la idea de que los elementos que
confluyeron en la organización simbólica del zodíaco fuesen muchísimo más antiguos,
máxime cuando sabemos que tablillas de la época del rey acadio de Mesopotamia,
Sargón, ya esbozan este sistema, nada menos que hace casi 5 000 años.

En un imaginario círculo celeste que dibujara el astro, éste atravesaría 12


constelaciones, la mayor parte ya representadas desde la antigüedad por animales. Este
bestiario celeste para algunos simbolistas como Marius Schneider y su discípulo Juan-
Eduardo Cirlot) que esa extraña denominación de las constelaciones se debe a la
preexistencia de una religión de origen totémico, cuyos elementos aplicaron al cielo con
posterioridad por un proceso de catasterismos.

El zodiaco y su relación con los animales

Aunque no existe una confirmación científica para tal aseveración, los prehistoriadores
han reconocido que el hecho de que el 80% de las pinturas rupestres tengan formas de
animales y que se encuentren en lo más recónditos de las cavernas, tiene más relación
con la devoción religiosa que con la representación puramente estética (el hecho
artístico).
Posiblemente, esta adoración zoomórfica tenga que ver con una primitiva dependencia
para la supervivencia, aunque no lo sabemos, pero en algún momento existió una
transposición de esos animales sagrados a la bóveda celeste de manera que las estrellas
acabaron dibujando en la imaginación prehistórica un carnero, un toro, un león o un
escorpión y así nos ha sido legado.

También resulta significativo, señalan los historiadores, que Aries corresponde a la


primavera cuando comienzan a proliferar los rebaños o que Piscis corresponda con la
época de freza en los ríos Eúfrates y Tigris de la antigua Mesopotamia. En definitiva, en
buena medida los signos del zodiaco relacionaban los ciclos celestes con las actividades
de supervivencia: caza, pesca, agricultura, ganadería.

El zodiaco posee realmente trece signos

Pero mientras el zodiaco chino conserva todos los animales en su organización, el


occidental ha perdido al menos tres a lo largo de su desarrollo para ser sustituidos por
Géminis, Virgo y Libra.
Por otra parte, realmente el Sol no recorre doce constelaciones, sino trece. Se conoce
como Ofiuco o Serpentario (el portador de serpientes) y debería situarse entre Libra y
Escorpión.

No se trata de un moderno descubrimiento astronómico. Los antiguos astrólogos lo


tenían bien presente y mantenían los doce signos con Ofiuco, pero sin Libra, ya que las
estrellas de esta constelación pertenecían entonces a la del Escorpión (sus pinzas) y
parece que Julio César impuso la existencia de la constelación Libra, representada por
una balanza que también era el atributo del gobernante romano, un fiel de la diosa de la
Justicia (Iustitia o Dicea para los griegos).
Esta jugada eliminó a Ofiuco del tablero para que astrológicamente el zodiaco siguiera
ajustándose a sus dodecágono, pero ya se había roto el primitivo sentido de “rueda de
seres vivos” o el más primitivo aún de “rueda de animales”.

Fechas de los signos del zodiaco

Isaac Newton desarrolló la teoría de que los nombres de las constelaciones zodiacales
rendían homenaje al mito de Jasón y los Argonautas en su viaje tras el vellocino de oro
(simbolismo solar) que comienza (tal como comenzaba el año antiguamente) con el
propio vellocino (Aries). Cada uno de los signos encuentra su correlación en algún
animal de todos los que pueblan la frondosa mitología griega.

Definitivamente, el zodíaco quedó establecido con los siguientes signos que


corresponden a un mes natural que transcurre de 21 a 21 aproximadamente. Estas son
las fechas correspondientes a cada signo tal como impusieron los astrólogos hace unos 4
000 años:

Aries. Del 21 de marzo al 20 de abril


Tauro. Del 21 de abril al 21 de mayo
Géminis. Del 22 de mayo al 21 de junio
Cáncer. Del 22 de junio al 22 de julio
Leo. Del 23 de julio al 23 de agosto
Virgo. Del 24 de agosto al 23 de septiembre
Libra. Del 24 de septiembre al 23 de octubre
Escorpión. Del 24 de octubre al 22 de noviembre
Sagitario. Del 23 de noviembre al 21 de diciembre
Capricornio. Del 22 de diciembre al 20 de enero
Acuario. Del 21 de enero al 18 de febrero
Piscis. Del 19 de febrero al 20 de marzo
Tu signo del zodiaco no es el que crees
Pero la realidad actual es bien distinta. Probablemente tu signo no sea realmente el que
crees, ya que debido al fenómeno de la precesión de los equinoccios, cada 2 160 años
todo el zodiaco ha retrocedido 30º, así que el 95 por ciento de las personas no
pertenecen al signo que le adjudicaron los caldeos. Pero de las falacias de la astrología
ya hablaremos en otra ocasión

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El origen del zodiaco
Cómo se originó el concepto de zodíaco
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Atlas zodiacal (Harmonia Macrocosmica) de Andreas Cellarius (1661)
Atlas zodiacal (Harmonia Macrocosmica) de Andreas Cellarius (1661) en el que se
aprecia la banda zodiacal y la Tierra como centro del universo del sistema ptolemaico.
Andreas Cellarius / Dominio Público
Por Salvador Hernáez
Actualizado 29 de julio de 2017
Aunque acaparado luego por la astrología, el zodíaco que surgió en Mesopotamia (en
imperios sucesivos que duraron miles de años) hace más de 3 000 años, en su origen
servía como referencia astronómica para medir el paso del tiempo. Un recurso práctico
que permite dividir el cielo en partes y ser usado para definir tiempos de acción social:
época de sacrificios, época de cosecha, época de recogida, etc.

El zodíaco como herramienta para medir el tiempo


El zodíaco representó una inteligente herramienta para las primeras civilizaciones. Y
ello, porque aunque no veamos las estrellas por el día, sí podemos estudiar su posición
con un poco de atención, ya que las primeras estrellas aparecen por el oeste a la misma
hora cada día tras el ocaso.

No es muy preciso el sistema, pero incluso rudimentario permite entender cómo el Sol
discurre por el cielo y describe un círculo a lo largo del año. Círculo al que se denomina
eclíptica (que no es fija, ya que se desplaza en el cielo a lo largo de los siglos) y las 12
constelaciones que sirven de fondo a este periplo solar las conocemos como zodíaco
(también puede escribirse sin tilde –zodiaco– según la Academia de la Lengua Española).

Pero recordemos que aunque basado en esas constelaciones, los signos zodiacales
abarcan áreas de la esfera celeste algo distintas, aunque posean el mismo nombre.

Se trata de un fenómeno (conocido como precesión de los equinoccios) que la astrología


no contempla.

El zodíaco es una construcción mental

Los primeros astrónomos dividieron el cielo en 12 partes iguales que abarcaban cada
una 30º de arco, pero en definitiva el zodíaco es una construcción mental basada en un
acontecimiento que se produce diariamente en cualquier parte del mundo: el
movimiento del Sol.

El Sol aparece cada día por el este y se pone por el oeste como el resto de los astros.
Circunstancia debida al movimiento de rotación de la Tierra que, por ser desconocido en
la antigüedad, ofrecía la apariencia de que todo alrededor de la Tierra giraba, mientras
ésta permanecía inmóvil.
Así que los humanos realizaron una prodigiosa construcción mental a partir del aparente
transcurrir del Sol entre el cielo diurno y las estrellas nocturnas. Existen tres
movimientos importantes en ese periplo:

salida del Sol en el horizonte (orto)


cenit (cénit o culminación, el punto más alto que alcanza en el cielo)
puesta tras el horizonte (ocaso).
Las primeras observaciones de las estrellas

El punto de salida y el de ocaso ofrecieron dos importantes referencias a los primeros


asentamientos humanos, los puntos cardinales este y oeste. A partir de estos, es fácil
imaginar otros dos hitos espaciales, el norte y el sur. El norte, para los habitantes del
hemisferio septentrional, es muy fácil de localizar ya que parece que existe un punto en
el cielo alrededor del cual giran las constelaciones (el polo norte celeste) y hacia donde
apunta el eje de rotación terrestre, que nosotros ahora identificamos con la estrella
polar (Polaris).

El siguiente paso en la observación humana pudo ser el establecimiento de una línea


imaginaria en el cielo por la que parecen cruzar o transitar todos los astros. Línea que
conocemos como meridiano celeste local, un arco circular que va desde el punto norte
del horizonte hasta el sur del mismo.

Al llegar a su punto más alto, el astro alcanza su mayor ángulo de altitud en el cielo.
Cuando es el Sol el que alcanza su punto más alto, es el momento del día que llamamos
mediodía. Y no cuesta mucho imaginar que en algún momento alcanzará su cenit en la
otra punta del planeta, gracias a otras construcción mental muy importante, como es el
meridiano celeste insertado en una semiesfera invisible. Un polo sur celeste donde es
medianoche cuando en el otro hemisferio es mediodía.
Conocimientos imprescindibles para entender el zodíaco

Este movimiento diario es el responsable de la salida y puesta de todos los objetos


celestes, nos marca el ritmo del día. Pero una observación más atenta a lo largo del año
nos permite apreciar un segundo movimiento del Sol que dura un año y que sigue
siempre el mismo recorrido a través de una ruta de estrellas (si pudiéramos ver a la vez
el Sol y el cielo estrellado).

Algunas constelaciones se observan en el cielo en verano como Escorpión y otras en


invierno como Orión. Es como si el Sol se hubiera trasladado a esa región del cielo y las
estrellas salen y se ocultan a la vez que el Sol. Como decíamos más arriba este proceso
es debido a la rotación de la Tierra alrededor del Sol, aunque a los terrestres nos parece
que es el propio Sol el que viaja por ese fondo de estrellas, tal y como imaginaron los
humanos hasta Copérnico.

Como escribe el arqueoastrónomo Juan Antonio Belmonte del Instituto de Astrofísica de


Canarias (España) en Las leyes del cielo, "los 12 signos zodiacales no son más que
espacios matemáticos de la esfera celeste de 30º de anchura por 18º de altura, sin
ningún sentido físico".

Las constelaciones del zodíaco

En cuanto a las constelaciones que forman el zodíaco, tablillas mesopotámicas muy


antiguas, con más 3 000 años, nos demuestran que muchas de las constelaciones del
zodíaco ya estaban establecidas en aquellos pueblos, como Tauro, Leo, Capricornio,
Escorpión o Aries con otros nombres.

Las hipótesis más sugerentes y contrastadas provienen de principios del siglo XX, cuando
Edward Maunder (1851-1928) teorizó sobre el origen de las constelaciones modernas
que se habrían diseñado hacia el 2700 antes de Cristo, en un lugar comprendido entre
las latitudes 35º y 40º norte. Posteriormente, distintos investigadores han afinado
mediante un análisis detallado de salidas y puestas de estrellas, valiéndose de
herramientas informáticas, y demostrado que se crearon 2 000 años antes de Cristo (con
200 años arriba o abajo de error) y en la isla de Creta.

Por otra parte, algunos investigadores, como el citado Juan Antonio Belmonte, dudan
que las constelaciones fueran inventadas en un único sitio.

Se trataría de un patrimonio inmaterial que afectaba a varias culturas antiguas y que se


fueron conformando a lo largo de los siglos, así algunas constelaciones, las más cercanas
a la elíptica, tendrían un origen mesopotámico, mientras que los pueblos navegantes del
Mediterráneo, como los minoicos, aportaron otras.

El zodíaco astrológico lo inventaron los griegos

Los griegos reunieron esta amalgama de conocimientos del cielo (de los Pueblos del
Mar, de Egipto o de Mesopotamia) y le dieron forma en las constelaciones zodiacales (y
muchas otras) tal como hoy las conocemos. Pero eso ocurrió entre los años 540 y 370
antes de Cristo, y sobre ellas se construyó la astrología personal que hoy padecemos, y
no con anterioridad como afirman muchos de sus seguidores

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La polaridad entre los signos
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Foto: Bernhard Aichinger / stock.xchng


Por Arístides Molina
Actualizado 28 de julio de 2017
El equilibrio natural de las cosas se pone también de manifiesto en la relación entre los
signos. La rueda zodiacal es una representación equilibrada de las características
humanas. La polaridad entre los signos asegura la expresión de la multiplicidad de la
naturaleza humana.

Lo polar en el zodiaco se expresa mediante los llamados signos opuestos. Estos signos se
ubican a 180° unos de otros. Se pueden encontrar en lados opuestos de la rueda
zodiacal.

Pero como todos los opuestos perfectos, también son complementarios.

Antes de continuar, enunciemos los signos opuestos del zodiaco:

Aries y Libra
Tauro y Escorpio
Géminis y Sagitario
Cáncer y Capricornio
Leo y Acuario
Virgo y Piscis
Elemento: Los signos opuestos son complementarios entre sí, en relación al elemento al
que pertenecen. Los elementos activos, fuego y aire, se complementan uno al otro. Lo
mismo ocurre con los elementos pasivos, tierra y agua.
Cada signo de fuego tiene como opuesto complementario un signo de aire. El aire aviva
el fuego. Sin oxígeno no hay fuego. El calor del fuego provoca el movimiento de las
moléculas de aire y es el responsable de la evaporación. Así se complementan fuego y
aire.

Cada signo de tierra tiene como opuesto complementario un signo de agua. La tierra
contiene y canaliza el agua. El agua, con su humedad, mantiene la tierra viva y fértil. Así
se complementan tierra y agua.

Cualidad: Los signos opuestos tienen la misma cualidad.

Las cualidades -cardinal, fijo y mutable- se expresan en cada uno de los cuatro
elementos. Cada cualidad se manifiesta en dos ejes, uno que polariza signos pasivos y
otro signos activos complementarios.

Motivación: Los signos con motivación personalista, son opuestos complementarios a


los de motivación social.

En virtud de esto, las motivaciones de cada signo están en un extremo que es


compensado por su opuesto, ubicado en el otro extremo. Lo mismo ocurre con los
signos con motivaciones familiares se ubican en un extremo que es equilibrado con las
motivaciones trascendentales.

Veamos cómo se expresan estas relaciones en cada pareja de signos:

Aries y Libra: Ambos signos intentan liderar de forma activa. Mientras Aries es un líder
impositivo e impulsivo, Libra se centra en la diplomacia y las relaciones armoniosas.
Asimismo, Aries está movido por su ambición y su necesidad de estar a la cabeza. Libra
adora socializar y seducir con elegancia.
Tauro y Escorpio: Son persistentes. Escorpio se abalanza con intensidad en pos de un
objetivo. Necesita un estímulo para perseverar. Si este desaparece, es difícil que vuelva
a interesarse. Tauro es paciente, le da vueltas a cosas antes de involucrarse. Una vez
involucrado no necesita estímulo externo para perseverar. Tauro es sensualidad y
Escorpio es sexualidad.
Géminis y Sagitario: Géminis es una mente inquieta y curiosa que se alimenta de los
estímulos externos. Versátil y algo superficial, su gran motivador es la comunicación.
Sagitario es una mente que anticipa y crea realidades. Es un futurista que responde a un
destino que ha prefigurado.
Cáncer y Capricornio: Representan dos extremos de la manipulación. Cáncer utiliza el
paternalismo y la culpa para lograr sus fines. Es totalmente emocional. Capricornio es
mental y nada apasionado. Calcula y planifica. Sabe cómo sacar lo que quiere de los
demás.
Leo y Acuario: Manejan la autoimportancia y la relación con la sociedad. Leo necesita
reconocimiento social. Se mantiene dentro de las estructuras incluso para crear. Acuario
es independiente, rebelde e irreverente por naturaleza. Se sabe importante en tanto
diferente y original.
Virgo y Piscis: Se enfocan en el servicio. Virgo abraza el servicio, siempre que encuentre
algún beneficio personal. Piscis lo hace desinteresadamente. Es capaz de
comprometerse con las más variadas causas

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