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COMPETENCIA

CAPACIDADES
Transforma su entorno desde el encuentro personal y comunitario con Dios y
Asume la experiencia del encuentro personal y
desde la
comunitario con Dios en su proyecto de vida en coherencia con fe que profesa.
su creencia religiosa.
Actúa coherentemente en razón de su fe según los principios de su conciencia
moral
en situaciones concretas de la vida.
Desempeño: Cultiva el encuentro personal y comunitario con Dios valorando
momentos de oración y celebraciones propias de su Iglesia y comunidad de fe.
Sant
a Rosa de Lima
“Cuando servimos a los pobre y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos
dejar de ayudar a nuestros vecinos porque en ellos servimos a Jesús”

EL VIA CRUCIS DE SANTA ROSA DE LIMA

El vía Crucis es una devoción antiquísima ( s III), que recuerda las


catorce estaciones o “ camino” que Jesucristo recorrió por las calles
de Jerusalén hasta el calvario.

En el jardín, Santa Rosa de Lima, cargando sobre sus hombros pesadas


cruces de madera, recorría las estaciones del Vía Crucis uniéndose a
los dolores y sufrimientos de Jesús.

Desde la edad de cuatro años comenzó Santa Rosa a practicar la


penitencia cargando sobre sus hombros pesados troncos, o adobes
que ponía sobre sus hombros su amiga Mariana, como si llevase la
cruz en seguimiento de Cristo. Con este peso perseveraba, siendo tan niña, haciendo sus oraciones por el jardín;
recogiendo dentro de si todas sus fuerzas, que eran bien cortas, para poder sostener tan desmedida carga todo el
tiempo que tardaba en rezar. Forcejeaba con el peso, gemía, luchaba y resistía hasta que, rendida por la carga, caía
derribada al suelo.

Aún no cumplidos los catorce años, en las noches, paseaba por el jardín,
los pies descalzos, con una cruz muy grande puesta sobre sus hombros, y
no contenta con esto, dejaba caer a plomo sus íntimos suspiros y lágrimas
amargas, las estaciones de la Vía Dolorosa del Calvario.

Quienes deseen practicar esta hermosa devoción del Vía Crucis,


acompañando a Santa Rosa de Lima en su jardín, pueden guiarse por las
señaladas allí, meditando los misterios de la Pasión y Muerte del Señor. Ya
es tradicional la oración del Vía Crucis, por el jardín de Santa Rosa, todos
los viernes de Cuaresma.

¿Qué significado tiene para ti la devoción del Vía Crucis? La conoces? La practicas? Escribe algunas estaciones del
Vía Crucis que recuerdes:

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SANTA ROSA DE LIMA Y LOS POBRES

! Que pudo dar a los menesterosos una hija de padres pobres, que apenas alcanzaba con el sudor de su rostro y
trabajo de sus manos lo necesario para su alimento y el de sus hermanos! Con todo eso se quitaba a sí misma para dar
a los pobres con largueza. No había cosa que tanto gusto diese a la virgen como tener todo género de personas,
pobres y enfermas, en su casa, para servirlas en las dolencias con sus mismas manos. No sólo acudía dándoles
aposento y cama, sino también procuraba comprar medicamentos con que habían de curarse si sabía que en la casa
de los vecinos había algún enfermo, menos asistido de lo que era necesario, se ofrecía a servirle, pidiendo que le
dejasen a su cuidado y suplicaba a su madre, con constantes ruegos, permitiese que le trajesen a su casa para que ella
le acudiese con más vigilancia. Al primer mendigo que encontraba le convidaba a su casa, limpiaba las canceradas
llagas, rociábalas, ponía los ungüentos lavábale la ropa, remendaba sus vestidos, lavaba también sus pies y cabeza,
aunque estuviese con postillas, sin faltar a ningún ministerio que pudiese ser alivio a su hambre, a su sed o
enfermedad. No hacia diferencia de naciones ni origen.

¿Cuál es tu actitud frente a la pobreza en el contexto ¿Qué acciones concretas podrías realizar para
dónde vives? contribuir a que esta pobreza sea vivida desde el
encuentro con
Dios y con el prójimo?

LA ENFERMERIA
A la izquierda del atrio de la casa hay una amplia sala en la que tenía Santa
Rosa la enfermería. Amaba intensamente a Cristo y sentía un enorme gozo al
asistir a pobres y enfermos en su casa. Cuando se enteraba que en la casa de
un vecino había algún esclavo enfermo necesitado de cuidados, suplicaba a
su madre le permitiera traerle a la casa para brindarle atención. Al primer
mendigo enfermo que encontraba, “le llevaba a la casa, le limpiaba las llagas,
ponía parches y los ungüentos, lavaba su ropa, remendaba los vestidos, le
lavaba los pies y la cabeza, aun con postillas y le sentaba a la mesa para que
recobrara las fuerzas. ”A veces visitaba los hospitales de mujeres, buscaba
por las salas las más llagadas, las curaba y se iba feliz.

EXTREMA CARIDAD CON LOS ENFERMOS


Temía su madre que su hija se contagiara; los vestidos olían, a veces, a
materia podrida que se había pegado al curar a un enfermo. Su madre
consentía en aquellas obras de caridad, pero en algunos días se indignaba y
la reprendía. Rosa, con gran respeto le decía: “cuando servimos a los
enfermos, somos buen olor de Cristo… no haga caso, madre mía que se
manchen la saya con las materias de una enferma, mas feamente
mancillaron el rostro de mi Redentor por nuestras culpas.
EL DOCTORCITO
Viendo Rosa atender a tantos enfermos, uno se pregunta: ¿Estaba sola en la enfermería? No, allí estaba la imagen del
Doctorcito, el Niño Jesús, a quien tenía gran devoción y encargaba la salud de sus pacientes. Alguien dijo, con gracia,
“El doctorcito elaboraba las recetas y Rosa las aplicaba a los enfermos.

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