IMPORTANCIA DEL INTERCAMBIO COMERCIAL Y CULTURAL EN LAS
SOCIEDADES SEDENTARIAS DEL RÍO PORCE (5.000-3.500 AP) Y EN LOS CACICAZGOS MUISCAS (800-1500 DC) La consolidación de actividades agrícolas, la domesticación de plantas y el desarrollo cerámico fueron factores relevantes en el establecimiento del sedentarismo como forma de organización social. Sin embargo, otro aspecto fundamental presente en estas comunidades fue el constante intercambio de bienes, costumbres y conocimientos con grupos vecinos. Por ello, en la presente reseña se analizará la importancia e influencia del intercambio comercial y cultural presentado en los grupos sedentarios del Valle Medio del Río Porce y en las sociedades muiscas del altiplano cundiboyacense. En primer lugar, con el fin de comprender el intercambio presentado en los grupos del Río Porce se acudirá al artículo de investigación El Bosque domesticado, el bosque cultivado: Un proceso milenario en el Valle Medio del Río Porce en el Noroccidente Colombiano, realizado por el historiador y arqueólogo Francisco Aceituno y la antropóloga Neyla Castillo. En este artículo, Aceituno & Castillo (2006) analizan las evidencias arqueológicas del Valle Medio del Río Porce. La importancia de este texto se debe a que por medio de él se pueden observar aspectos culturales, sociales y económicos de estos grupos sedentarios durante el Holoceno Medio y Tardío. Por otra parte, para estudiar la importancia del intercambio comercial y cultural en los cacicazgos muiscas se tendrán en cuenta tres textos. En primer lugar, en el capítulo Las sociedades del norte de los Andes, la antropóloga María Victoria Uribe realiza un breve recuento sobre la evolución de las sociedades andinas de Colombia y sus principales aspectos sociales, económicos, políticos y religiosos. Los otros dos textos corresponden a dos capítulos: Los chibchas: hijos del sol, la luna y los Andes (siglos IX-XVI d. C.) y Los muiscas del altiplano Cundiboyacense, ambos realizados por el antropólogo y arqueólogo José Vicente Rodríguez. A partir de estos textos, se entenderá la relevancia del intercambio como factor social, político y ritual en los cacicazgos muiscas desde el siglo IX hasta el XVI d.C. En cuanto a las sociedades asentadas en el valle del Río Porce, Aceituno & Castillo (2006) afirman que los habitantes de esta subregión fueron grupos de cazadores-recolectores que explotaron recursos de bosques tropicales y de fuentes fluviales. Además, se deben resaltar las actividades antropogénicas evidenciadas en los registros arqueológicos, lo cual refuerza la hipótesis de que estos grupos lograron manipular y domesticar cultivos de plantas desde el Holoceno temprano (p. 561-562). Asimismo, se distinguieron dos periodos de ocupación del territorio: el Precerámico (9.500-5.500 a.P.) y el Cerámico Temprano (5.000-3.500 a.P.), en los cuales se observan procesos y desarrollos sociales y agrícolas que posteriormente promovieron el intercambio en estas comunidades. El intercambio en las sociedades del valle del Río Porce surge debido a la introducción de bienes cerámicos en el periodo Cerámico Temprano. Según Aceituno & Castillo (2006), entre el 5.000 y el 4.300 a.P (periodo de introducción de la cerámica), se evidenciaron restos de vasijas con similitudes estéticas a la cerámica de la costa atlántica del país, lo cual indicaría un posible intercambio de cerámica y/o conocimientos entre estas comunidades (p. 569). Posteriormente, a causa de la popularización de los productos cerámicos y una posible influencia cultural, entre el 4.200 y 3.500 a. P. surge una diversificación en los acabados y decoración de las piezas. No obstante, también se observaron restos de tubérculos fermentados en fragmentos cerámicos y vestigios arqueológicos, por lo que se infiere que existió un consumo de bebidas simbólicas. Por ello, se considera que el intercambio se convirtió en un elemento crucial de carácter ritual y social al promover ceremonias religiosas y fomentar alianzas con otros grupos por medio del trueque. De esta manera, los objetos cerámicos y algunos cultígenos se consolidaron como bienes de prestigio en las comunidades del valle del Río Porce, por lo que empezaron a circular en una red de interacción social y regional (Aceituno & Castillo, 2006, p. 574). Por otra parte, el intercambio en los cacicazgos muiscas fue igual de trascendental que en las comunidades del Valle del Río Porce. En principio, en los cacicazgos tempranos del altiplano cundiboyacense se evidencia la intensificación de la producción agrícola del maíz y del frijol durante el periodo denominado como Muisca Temprano, entre los siglos IX y XII d.C. (Rodríguez, 2011a, p. 89). Sin embargo, la sal también se consolidó como un producto primordial para las sociedades muiscas durante este periodo, ya que por medio de un amplio sistema de trueque regional, estos grupos intercambiaron su sal por productos de pisos térmicos más cálidos y otros bienes exóticos y psicotrópicos (Rodríguez, 2011b, p. 102). Para la sociedad Muisca Tardía (Siglo XIII-XVI d.C.), Rodríguez (2011a) contempla un proceso de expansión territorial, un crecimiento demográfico y el surgimiento de una jerarquización social en los cacicazgos muiscas del altiplano cundiboyacense (p.90). Asimismo, estos cacicazgos reforzaron la actividad del intercambio comercial con comunidades de otras regiones a través de mercados o ferias regionales. Según Rodríguez (2011a), los mercados de Neiva y Vélez se afianzaron como los centros de comercio más significativos, pues en estos mercados los muiscas intercambiaron mantas, frutos, sal y esmeraldas por oro, un producto necesario para la elaboración de piezas orfebres y religiosas (p.95). Estas redes de intercambio lograron fortalecer las relaciones comerciales, sociales, religiosas, políticas y militares en el interior de la confederación muisca y en las comunidades vecinas de la cordillera oriental y del valle del Río Magdalena. Además, de acuerdo a Rodríguez (2011b), en las ofrendas de los muiscas de Sogamoso se encontraron esmeraldas, oro y demás productos rituales traídos desde la Sierra Nevada de Santa Marta, lo cual indica la existencia de una amplia red comercial (p. 106). Finalmente, Uribe afirma que el intercambio se convirtió en una actividad comercial totalmente controlada por el cacique y su séquito familiar (p. 341). Los caciques tomaron posesión del mayor número de productos de intercambio, especialmente de los exóticos, con el fin de demostrar un gran poder social, ritual y ceremonial (Uribe, 1999, p. 332). Estas afirmaciones resultan bastantes relevantes y controversiales, ya que refuerzan las ideas de una sociedad jerarquizada en la cual los grupos familiares más influyentes de los cacicazgos muiscas se apoderaron de actividades sociales y de ciertos recursos. En conclusión, se observa que el intercambio presentado en las sociedades sedentarias del valle del Río Porce y en los cacicazgos muiscas fue trascendental. Esta actividad, además de permitir el acceso a nuevos conocimientos y a una variedad de alimentos, también logró fortalecer las relaciones sociales y las alianzas militares con grupos vecinos. Por ello, se considera que el intercambio fue una actividad bastante importante en los procesos de desarrollo cultural y social de estas comunidades.
BIBLIOGRAFÍA
Aceituno, F. J., & Castillo, N. (2006). El Bosque Domesticado , el Bosque Cultivado : Un
Proceso Milenario en el Valle Medio del Río Porce en el Noroccidente Colombiano Author ( s ): Neyla Castillo Espitia and Francisco J . Aceituno Bocanegra Source : Latin Amer. Latin American Antiquity, 17(4), 561–578. Rodríguez, J. V. (2011a). Los chibchas: hijos del sol, la luna y los Andes (siglos IX-XVI d. C.). In Los chibchas: hijos del sol, la luna y los Andes. Orígenes de su diversidad. Bogotá (pp. 83–98). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Rodríguez, J. V. (2011b). Los muiscas del altiplano Cundiboyacense. In Los chibchas: hijos del sol, la luna y los Andes. Orígenes de su diversidad. Bogotá (pp. 99–114). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Uribe, M. V. (1999). Las sociedades del norte de los Andes. In T. Rojas Rabiela & J. V. Murra (Eds.), Historia general de América Latina (pp. 315–343). España: Trotta- UNESCO.