Leí tu documento: Una Agenda Urbana Post Covid, me gusto
mucho, te felicito por el esfuerzo, tu investigación, tus conocimientos y la iniciativa de poner estos temas en la agenda urbana, en lo particular no confío mucho en la Sociedad de Urbanismo SURMAC, sigo pensando que sigue secuestrada por un pequeño grupo (YSQ) y pienso que enviarles este documento es como enviar margaritas a los cerdos, pero ni modo no hay muchos foros donde discutir estos temas, en lo personal podría suscribir cada una de sus líneas y te envío estos comentarios en lo particular por si te son de utilidad
Nueva Normalidad
El termino Nueva Normalidad, me incomoda un poco, la
“normalidad” es el resultado de ajustarse a ciertas “normas” una nueva normalidad supone la adopción de nuevas normas, lo que supone una “Nueva Normatividad”
La normalidad como comportamiento social, esta vinculada a la
conducta de un sujeto o grupo de individuos que no muestren diferencias significativas respecto a la conducta del resto de su comunidad, en ciudades como las nuestras existe una amplia expresión de normalidades tanto como de segmentos sociales, y una Nueva Normalidad requiere de una muy precisa definición.
Si no cambian las normas y solo cambian los modos de adaptarnos
a las nuevas circunstancias estaríamos hablando de “Nueva Modalidad” si cambian las “normas” sería muy importante saber cuáles y en qué sentido y aun así con nuevas normas estaríamos viviendo en la “normalidad” recientemente cambiaron la Ley General de Asentamientos Humanos Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano y la Ley de Asentamientos Humanos Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano del Estado de N.L y nadie habla de “Nueva Legalidad”
A mí me gustaría estar hablando de “Nueva Realidad” la ciudad
puede ser distinta si nos proponemos instaurar los cambios que mejoren algunas de las condiciones actuales, para que se nos permita estar mejor preparados para sortear las contingencias futuras, una contingencia como la presente pandemia altera una gran cantidad de sistemas humanos, el trabajo, la salud, los negocios, la movilidad por mencionar solo algunos, al terminar la pandemia deberemos reconstruir los sistemas dañados, y es entonces donde podemos decidir si queremos que queden como antes o modificamos algunas condiciones para mejorar nuestra capacidad de respuesta a las adversidades (lo que hoy se llama “resiliencia”) haciendo una comparación me imagino esta pandemia como un incendio forestal, después de haber controlado el fuego y extinguido el incendio, tenemos la opción de reforestarlo como estaba antes o de sembrar nuevas especies que enriquezcan el valor forestal del bosque, se me ocurre otro ejemplo, cuando el huracán Alex devasto las avenidas Constitución y Morones Prieto teníamos la opción de reconstruirlas como estaban antes, pero se optó por lo que en esos momentos se consideró mejor opción y se cambió el sentido de algunos carriles para dejarlos como un par vial.
En lo particular me rehúso a aceptar que la sana distancia se
convierta en “nueva norma” y a resignarme que de ahora en adelante tendremos que vivir a distancia del resto de los conciudadanos, yo me imagino nuevas normas en los sistemas de salud, en las medidas de conservación ambiental, en los sistemas de anticipación y prevención de contingencias, en las densidades de ocupación del espacio, en el consumo de combustibles fósiles, en el teletrabajo, en la movilidad inclusiva y sustentable y muchas normas más, nuestras ciudades tienen que modificarse para sortear de mejor manera la incertidumbre.
La nueva agenda urbana que necesitamos
La agenda que propones me parece muy completa, yo solo
agregaría que después de esta pandemia debemos salir con una nueva forma de organización social en materia de planeación y construcción de la ciudad. Que nos permita pasar de los “que’s” a los “como´s”, a los “cuando’s” a los “quiene’s” y a los “dinero´s”, con un nuevo marco jurídico-técnico-administrativo que garantice que las decisiones que se tomen en materia urbanística no solo estarán bien estudiadas y consensadas, sino que además se conviertan en programas de obras y acciones fuera de ideologías, partidos políticos, periodos administrativos, intereses económicos particulares y otros grupos de poder.
Cual podría ser este instrumento, no lo sé, lo único que se es que
los actuales no sirven, por ejemplo la Comisión del Área Conurbada, y la Comisión del Área Metropolitana que están plasmadas en la Ley de OTAHyDU-NL y que en principio tienen el sustento del voto ciudadano no sirve, los alcaldes poco o nada saben de urbanismo y nombran a algún burócrata ocurrente como representante de su municipio para la toma de decisiones que afectan a toda la ciudadanía la mayoría de las veces estos funcionarios están en el puesto por lealtad, por trayectoria política, por recomendación sindical o por cualquier otro motivo diferente a su perfil profesional.
Las organizaciones de la sociedad civil ONG’s, Pueblo Bicicletero, La
Banqueta se Respeta, Reforestación Extrema, Bosque Urbano, Sociedad de Urbanismo SURMAC, Colegio de Arquitectos, Distrito Tec, Mov AC, Como Vamos N.L. y muchos más, opinan de todos los temas, solo revuelven el ambiente y sirven mas para criticar que para aportar
Necesitamos algo así como un IMPLAN Metropolitano que funcione
como administrador de la ciudad, apoyado, respetado y sustentado por el gobernador y los alcaldes, con todo lo que esto implica, es una idea loca pero necesaria, ya no podemos confiar en los actuales instrumentos, necesitamos pensar en uno NUEVO
Te mando un afectuoso saludo, y mis mejores deseos en estos
tiempos de confinamiento, espero que muy pronto estemos compartiendo estas y mas ideas ante una rica taza de café.
Marco Tulio Santos
que nos permita tomar las decisiones necesarias para que
me explico, si se altera nuestro estado de salud puede ser que
aumente nuestra temperatura, nuestra presión arterial, el conteo de glóbulos rojos y muchos indicadores mas que aparecen en los análisis de sangre u orina que nos hacemos, cuando se restablece nuestra salud volvemos a entrar en los estándares de las normas previstas de un comportamiento saludable de nuestro cuerpo, una nueva normalidad la entiendo yo si se descubre que por la edad, la estación del año, u otros factores, la temperatura normal que hasta hoy se considera entre 35 y 37 grados centígrados tiene valores distintos, entonces el medico podría decirnos usted tiene 38 grados pero por su edad esta dentro de la nueva normalidad. Si no cambian las normas y solo cambian los modos de adaptarnos a las nuevas circunstancias estaríamos hablando de “nueva modalidad” si cambian las “normas” sería muy importante saber cuales y en que sentido y aun así con nuevas normas estaríamos viviendo en la “normalidad” recientemente cambiaron la Ley General de Asentamientos Humanos Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano y la Ley de Asentamientos Humanos Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano del Estado de N.L y nadie habla de “Nueva Legalidad”
A mi me gustaría estar hablando de “Nueva Realidad” la ciudad
puede ser distinta si nos proponemos mejorar las condiciones actuales para estar preparados para sortear de una mejor manera las contingencias futuras, una contingencia como la presente pandemia altera una gran cantidad de sistemas humanos, el trabajo, la salud, los negocios, la movilidad por mencionar solo algunos, al terminar la pandemia deberemos reconstruir los sistemas dañados, y es entonces donde podemos decidir si queremos que queden como antes o los modificamos para mejorar nuestra capacidad de respuesta a las adversidades (lo que hoy se llama “resiliencia”) haciendo una comparación me imagino esta pandemia como un incendio forestal, después de haber controlado el fuego y extinguido el incendio, tenemos la opción de reforestarlo como estaba antes o de sembrar nuevas especies que enriquezcan el valor forestal del bosque, se me ocurre otro ejemplo, cuando el huracán Alex devasto las avenidas Constitución y Morones Prieto teníamos la opción de reconstruirlas como estaban antes, pero se opto por lo que en esos momentos se consideró mejor opción y se cambio el sentido de algunos carriles para dejarlos como un par vial. En lo particular me rehuso a pensar que la sana distancia se convierta en “nueva norma” y que de ahora en adelante tendremos que vivir a distancia del resto de los conciudadanos, yo me imagino nuevas normas en los sistemas de salud, en las medidas de conservación ambiental, en los sistemas de anticipación y prevención de contingencias, en las densidades de ocupación del espacio, en el consumo de combustibles fósiles, en el teletrabajo, en la movilidad y muchas más nuestras ciudades tienen que modificarse para sortear de mejor manera la incertidumbre.