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UNIDAD 2: Estructura y funcionamiento del Sistema Nervioso.

Funciones del Sistema nervioso central y Sistema Nervioso periférico

1. El Sistema Nervioso Central

Toda la conducta está mediada por el sistema nervioso central, que consta de la médula espinal y
el encéfalo.

El encéfalo está compuesto por seis regiones, cada una de las cuales se puede subdividir en varias
áreas diferenciadas desde el punto de vista anatómico y funcional. Las seis partes principales del
encéfalo son el bulbo raquídeo, la protuberancia, el cerebelo, el mesencéfalo, el diencéfalo y los
hemisferios cerebrales o telencéfalo.

Antes de definir las funciones de las partes del encéfalo, es necesario mencionar la función de la
médula espinal. Alojada en el conducto vertebral se extiende desde el agujero occipital hasta la
primera vértebra lumbar. Presenta una estructura segmentada, de la que se desprenden diversos
nervios (raíces dorsales y ventrales) . A través de las raíces dorsales se produce la entrada de
información de los receptores sensoriales del tronco y extremidades; por las raíces ventrales sale
información hacia los órganos efectores. Si se observa una sección transversal en cualquiera de
sus segmentos, puede verse una región central en forma de mariposa de sustancia gris y
contorneándola una región de sustancia blanca.

La sustancia gris contiene somas de neuronas y la sustancia blanca está formada por haces
ascendentes y descendentes de fibras nerviosas, vías de conducción de dos direcciones que
conectan el encéfalo con diferentes segmentos medulares.
A nivel medular se inicia el procesado de la
información sensorial y se establecen
circuitos para realizar muchos reflejos que
son la base de la postura y del movimiento.

Bulbo raquídeo

El bulbo raquídeo es la extensión rostral


directa de la médula espinal y se parece a
ella tanto en su organización como en la
función. Participa en la regulación de la presión arterial y la respiración, el mantenimiento del
equilibrio, así como el control de los músculos del cuello y la cara.

Protuberancia

Se encuentra localizada arriba del bulbo raquídeo y tiene la forma aproximada de un cubo. Realiza
un relevo de la información sobre el movimiento y la sensibilidad transmitida desde la corteza
cerebral al cerebelo. Además, participa en la respiración, el gusto y el sueño y conecta la medula
espinal y el bulbo raquídeo con estructuras superiores como los hemisferios del Cerebro o el
Cerebelo.

Mesencéfalo.

El mesencéfalo establece vínculos importantes entre los componentes de los sistemas motores, en
especial el cerebelo, los ganglios basales, músculos oculares y los hemisferios cerebrales. También
contiene componentes de los sistemas auditivo y visual.

Cerebelo

El cerebelo, situado sobre la protuberancia, contiene un número mayor de neuronas que cualquier
otra subdivisión del encéfalo, incluidos los hemisferios cerebrales. Esta estructura desarrolla
funciones fundamentales relacionadas con el control de los músculos esqueléticos. Interactúa con
la corteza cerebral para producir movimientos, ayuda a controlar la postura y participa en el
mantenimiento del equilibrio.

En el pasado el cerebelo se consideraba una estructura puramente motora, pero los estudios
modernos de imagen funcional del cerebro humano han revelado que también participa en el
lenguaje y otras funciones cognitivas
Diencéfalo

El diencéfalo contiene dos subdivisiones importantes; el tálamo y el hipotálamo. El tálamo es un


eslabón esencial en la transferencia de la información sensitiva desde los receptores periféricos a
las regiones de procesamiento sensitivo de los hemisferios cerebrales.

Anteriormente se pensaba que el tálamo sólo actuaba como estación de relevo de la información
sensitiva que se dirigía a la neocorteza, pero en la actualidad está claro que desempeña un papel
de control de entrada y modulador en la transmisión de la información sensitiva, determinando si
la información sensitiva alcanza la consciencia en la neocorteza.

El hipotálamo está situado debajo del tálamo y justo encima del tronco encefálico. Regula
conductas esenciales para la homeostasis y la reproducción. Por ejemplo, controla diversas
funciones corporales, como el crecimiento, el comer, el beber y la conducta maternal, además de
los ciclos circadianos. El hipotálamo influye también en la conducta por su amplia red de
conexiones aferentes y eferentes con la práctica totalidad del sistema nervioso central. Es un
componente esencial del sistema de motivación del cerebro, iniciando y manteniendo conductas
que el organismo encuentra gratificadoras.

Telencéfalo

El Telencéfalo o hemisferios cerebrales forman la región más gran- de del encéfalo humano.
Consisten en la corteza cerebral, la sustancia blanca subyacente, y tres estructuras profundas; los
ganglios basales, el núcleo amigdalino y la formación del hipocampo. Los hemisferios cerebrales se
ocupan de funcionan perceptivas, motoras y cognitivas, incluidas en la memo- ria y la emoción. Los
dos hemisferios están conectados entre sí por el cuerpo calloso, un conjunto llamativo de fibras
que conectan regiones simétricas en ambos hemisferios.

El cuerpo calloso, visible en la cara medial de los hemisferios, es la mayor de las comisuras,
estructuras que contienen fibras que unen fundamentalmente regiones similares del lado
izquierdo y derecho del encéfalo. El núcleo amigdalino está relacionado con la conducta social y la
expresión de las emociones, el hipocampo con la memoria y los ganglios basales con el con- trol de
los movimientos finos.
2. Sistema Nervioso Periférico

Tanto el encéfalo como la médula espinal, elementos principales del sistema nervioso central,
están unidos a los órganos sensoriales, a los músculos y a las glándulas a través de los nervios y
ganglios que componen el sistema nervioso periférico.

Este último está constituido o se encuentra relacionado con el Sistema nervioso somático y con el
Sistema nervioso autónomo por medio de tres componentes: nervios craneales, nervios raquídeos
y ganglios autónomos.

a) Sistema nervioso somático

El sistema nervioso somático está compuesto por los nervios craneales y raquídeos. Los nervios
craneales son 12 pares de nervios que salen de la base del encéfalo. Algunos de ellos están
involucrados en los sistemas sensoriales del encéfalo, como los nervios olfatorios, ópticos y
auditivos. Otros son exclusivamente vías motoras del encéfalo, como los nervios que dan
movimiento al ojo (oculomotores) y los faciales. También están aquellos que tienen funciones
mixtas, sensoriales y motoras. Por ejemplo, el nervio trigémino, proporciona sensibilidad facial y
controla los movimientos de masticación.

Los nervios raquídeos son 31 pares de nervios, cada miembro de la pareja va a una parte del
cuerpo, y salen por cada uno de los lados de la médula. Estos nervios salen en la médula en
determinados intervalos. Los que envían información sensorial (tacto, dolor) del tronco y las
extremidades hacia el sistema nervioso central a través de la médula espinal, reciben el nombre
de raíces dorsales (tienen fibras sensitivas), mientras que los nervios que envían información de la
posición y el estado de la musculatura y las articulaciones del tronco y las articulaciones para el
control de la musculatura esquelética reciben el nombre de raíces ventrales (tienen
fibras motoras). Todos estos nervios pasan a través de pequeñas aberturas en el
cráneo, para penetrar o abandonar el encéfalo.

b) Sistema Nervioso Autónomo

Es el conjunto de neuronas sensoriales y motoras que conectan el sistema nervioso central con los
diversos órganos internos: corazón, pulmones, estómago, etc.

Las respuestas que se producen en el sistema autónomo son involuntarias; es decir, actos que se
realizan sin que intervenga nuestra voluntad. Así se regulan las actividades internas del
organismo, tales como: el número de latidos del corazón y el funcionamiento del sistema
digestivo y del sistema respiratorio.

Una respuesta interesante controlada por este sistema es la reacción de un sujeto frente a
situaciones de peligro. Cuando estamos en un caso de emergencia, aumenta el ritmo cardíaco,
haciendo que el corazón lata con mayor rapidez y que aumente también el aporte de sangre a los
músculos, dejando así la musculatura más tensa y dispuesta a actuar en cualquier momento.

Igualmente, este sistema regula las respuestas frente a condiciones ambientales que no suponen
peligro. Durante el sueño todas nuestras funciones corporales siguen activas, controladas por este
sistema autónomo.

El sistema nervioso autónomo o vegetativo está compuesto por dos subsistemas: el sistema
nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático.

Tanto el sistema nervioso somático como el sistema autónomo pueden responder ante el mismo
estímulo.

La complejidad que se aprecia en las respuestas de los organismos superiores, como el del
hombre, se explica por la participación combinada e integrada de los siguientes componentes:

Vías sensoriales

La información sensorial es captada por un determinado receptor sensorial del sistema nervioso
periférico. La información viaja en forma de potenciales de acción por medio de neuronas
aferentes sensitivas.

Estas neuronas también pertenecen al sistema nervioso periférico. La información llega al sistema
nervioso central, ya bien sea a la médula, coordinando un arco reflejo, a la base del encéfalo,
promoviendo una acción involuntaria, o a la corteza cerebral, donde la información entonces se
hace consciente.

Las vías motoras

Parten del sistema nervioso central (en caso de emisión de conducta consciente) a través de
neuronas eferentes. Si las neuronas eferentes son del sistema nervioso periférico entonces
inervarán el músculo esquelético y ejecutarán información voluntaria consciente.
Aunque también pueden ejecutar reflejos.

Las neuronas eferentes o motoras, llevan los impulsos desde los centros nerviosos hasta los
órganos efectores (glándulas, músculos, etc.). Si las neuronas eferentes pertenecen al sistema
nervioso autónomo, entonces inervarán el músculo liso, el músculo cardíaco y las glándulas.

BIBLIOGRAFIA

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