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-Material: Un balón, cojín u otro objeto que se pueda lanzar.

-Fines:
Presentación de participantes, memorización de nombres. Puede servir para la
técnica cambio de nombre (ver técnicas facilitadoras)

-Descripción:
Los participantes se sientan en círculo. Esta presentación tiene varias fases:
1) Lanzamos el balón o cojín hacia alguien. El que lo recibe debe decir en voz
bien alta su nombre, y volverlo a lanzar. Cuando el balón haya recorrido a
todos los participantes un par de veces, comienza la siguiente fase.
2) El que ahora reciba el balón debe decir el nombre de la persona que se lo ha
lanzado. Si no lo recuerda, se lo pregunta al grupo, pero rápidamente porque el
balón “quema las manos”. Al cabo de varias vueltas todos saben el nombre de
los demás.
3) En esta fase no es necesario balón. Cerramos los ojos y uno comienza a
nombrar correlativamente a las personas que están sentadas a su derecha
hasta citar el círculo completo. Si falla, su vecino comenzará de nuevo a partir
de la persona en que éste se equivocó. Luego se repite la operación
comenzando por los de nuestra izquierda.
4) Más sofisticado aún puede ser nombrar (también con los ojos cerrados) a
una persona de nuestra derecha y a otra de nuestra izquierda, alternativamente
e ir progresivamente recorriendo el círculo.

-Nota:
Es preferible que el grupo no sea superior a 20 personas. Si se supera este
número, podemos dividirlo en subgrupos de 10-15 personas, para volver a
reunirlo cuando ya se sepan los nombres de los integrantes del subgrupo.

LO BUENO DE LO MALO
Para percibir de diferente forma un aspecto rechazado de la personalidad.
Se dividen en grupos de hasta 4 participantes. Por turnos, cada uno se queja
de algo de lo que no está conforme (de su físico, personalidad o relaciones).
Los demás le darán 3 conveniencias de aquello que los inquieta.
"El Domador de Leones":

Es una variante del juego de la silla, que seguramente conoces. Tienes que tener la misma
cantidad de sillas que de niños, menos una.
Le dices a los niños que son leones, y que tu eres su domador. Al ritmo de la música los niños
van haciendo su acto (o piruetas) alrededor de las sillas, como si fueran leones. Cuando la
música para, el domador dice: "El circo terminó!!!!" Todos los niños intentar sentarse, pero
uno quedará afuera. Ese pasará a ser el nuevo "domador".

18-Los nombres completos

-Fines: Presentación, ambientación.

-Materiales: Tarjetas, Alfileres.

-Descripción:
Unos doce participantes forman un círculo y cada uno de ellos se prende en el pecho una
tarjeta con su nombre. Se da un tiempo prudencial para que cada quien trate de memorizar el
nombre de los demás compañeros. Al terminarse el tiempo estipulado, todo mundo se quita la
tarjeta y la hace circular hacia la derecha durante algunos minutos, y se detiene el movimiento.

Como cada persona se queda con una tarjeta que no es la suya, debe buscar a su dueño y
entregársela, en menos de diez segundos. El que se quede con unas tarjetas ajena, le toca una
prenda.
El ejercicio continúa hasta que todos los participantes se aprendan los nombres de sus
compañeros.

-El Lazarillo

Objetivo:
Experimentar la necesidad de confiar en los demás, y medir el grado de confianza existente
entre las personas del grupo. Fomentar la sensibilidad no visual.

Desarrollo:
Se forman parejas entre los integrantes del grupo, procurando que se constituyan entre
personas que tienen menor relación interpersonal. “Busquen una pareja, alguien al que
quieran conocer mejor”.
Uno de los integrantes de la pareja hace el papel de ciego (vendándose los ojos), y el otro de
lazarillo. El lazarillo conducirá al ciego por el mundo que le rodea. Durante un tiempo
determinado (5 minutos), el lazarillo conducirá al ciego por lugares y en la forma que más
quiera (una forma interesante de practicar este ejercicio es hacer el acompañamiento en
silencio, prohibiéndose hablar a los participantes).
Después del tiempo estipulado, se invierten los papeles y se repite la experiencia.
Terminado el ejercicio, el grupo reflexiona la experiencia. El grupo puede realizar una ronda en
círculo utilizando la frase: “He descubierto....”.
El coordinador puede ayudar con algunas de estas preguntas:
¿El lazarillo inspiró confianza, por la firmeza de su voz, lo claro de sus indicaciones, etc.?
¿El lazarillo dio indicaciones erróneas?
¿El ciego sintió en algún momento que iba a caer o iba a tropezar?
Al ser lazarillo, ¿nos sentimos preocupados por entendernos bien con el ciego?
¿Qué sentimos al conducir al otro: responsabilidad, cariño, nada especial, instinto protector?
Al ser ciego, ¿cómo nos sentimos: como un juguete a merced del lazarillo?, ¿como un hermano
menor?, como un huésped bien tratado, pero con cierta frialdad?, ¿cómo un amigo tratado
familiarmente?
El conjunto de respuestas puede ser uno de los criterios para detectar el grado de confianza
existente entre los miembros del grupo.
Al final se evalúa la dinámica

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