Dios Santo, Rey Eterno Que por tu bondad haz hecho surgir El trigo de la tierra
Haz señor, que como esta harina estaba antes
Esparcida por aquí y por allí, sobre las colinas Y recogida se hará una sola cosa en este pan Que yo indigno voy hacer
Así sea recogida tu iglesia en tu reino
Desde los confines de la tierra, Porque tuya es la gloria y el poder Por los siglos de los siglos, Amen.
Seguidamente se lee el salmo 26,6-12
"Lavo mis manos en señal de inocencia, para dar vueltas en torno a tu altar proclamando en tu honor mi acción de gracias y pregonando todas tus maravillas. Señor, yo amo la casa donde tú resides, el lugar donde tu gloria habita. No unas mi suerte a la de los criminales, ni me hagas solidario con los asesinos, que tienen las manos cargadas de delitos y su derecha repleta de sobornos. Mi conducta, en cambio, es intachable; absuélveme, Señor, y ten piedad de mí; mi pie está firme en el camino recto, en la asamblea bendeciré al Señor."