Está en la página 1de 52
NESTOR LUIS CORDERO PLATON CONTRA PLATON La autocritica del Parménides y la ontologia del Sofista Editorial Bibles | Cordero, Néstor Luis Platén contra Patn:Is auocritica del Panis y la ontologia del Safa / Néstor Luis Corder. ~ 13. ed, - Ciudad Auténoma de Buenos Aires: Biblos, 2016, 248 pps 23 x 16 em. (Filosola) ISBN 978-987-691-509.0 1. Filosofia geiega. Tito, cop 84 Disefo de taps: Luciano Tihas Imagen de rapa; National Archacological Museum, Atenas, Foto:S, Mavromatis.© Heln lenie Ministry of Culture and Sports/ Archaeological Receipts Fund, Armade: Hendin Diaz © Néstor Lis Conder, 2016 © Eéitoral Biblos 2016” Pas José M. Gift 318, C1066ADD Buenos Aires info@eltraibes com 7 wnoredriilescon Hecho el depésto que dispong a Ley 11.723 Tnnpresg en fs Argentina [No se permite I eproduecin paral total el lnacenamiea, cl lg, rane 0 a tensformacin deeb, en cali Forma o por eslgher media sea elesebico © mecinico, median orcopiy,digtalacin u oes métdansn el perio peo yee del eior, Sa Infaceia ett pena por eyes 1.72325 446. sta edicign ve termng de Jmprimir en Grifia Ale, calle 77, N® 856, San Marin, provincia de Buenos Aires, Repiblin Argentina cn octubre de 2016, Panuénides: Lo que ocure, Sbemtes, esque teres tedaia jovew y la flsola no 12 ha atpade an como estoy seguro te atrapard mds adelante Platén, Perménides 13001 No sé cémo pude comparar a “inméoiles piezas de museo” las Formas de Plats, y ebm no entend [..) que étas son viva, poderosas yongdnias Jorge Luis Borges, Historia de la eteridad Introduccién: Hay casi unanimidad entre quienes se ocuparon de la biografia de Platén en reconocer que el regreso de su segundo viaje a Sicilia tuvo lugar muy probablemente en el afio 365. Platon, que acabada de finalizar Ja escritura de la Repiibtica, alentado por su viejo amigo Dién, se habia dirigido a Siracusa con Ia intencién de asesorar al joven tirano Dionisio en el mangjo del poder, pero la experiencia termind mal. El tirano, que temia una rebelién, exilid a Dién y,segiin cuenta el mismo Platén, "“em- pezé a correr el rumor de que Dionisio 1 queria condenarme a muerte con el pretexto de que yo era culpable de lo que estaba por suceder” (Carta Vil, 329¢9). Finalmente, el tirano se content con manteneslo como rehén, y, ocupado por asuntos bélicos en el continente, finalmente lo liberd. La ausencia de Platén de Atenas habia durado casi dos afios y medio, durante los cuales la Academia habla quedado en manos de Eudoxo, quien, como parte de sus prerrogativas, habia admitido como estudiante a un joven de apenas dieciocho afios, originario de Estagira, Aristételes, Citamos este hecho porque la imaginaciOn desbordante de ciertos estudiosos atribuye a Aristételes los cambios que, de ahi en ade- lante, se producirin en la filosofia de Platén.. No es necesario recurrir a la filosofia-ficcién para explicar que un autor esenciaimente antidogmitico como Platén, que eligié el dislogo como estilo literario para mostrar c6mo se generan, se discuten 0 se refitan posiciones, haya decidido, en un momento dado, examinar str produccién anterior desde una nueva perspectiva, y que haya detectado Ciertos puntos débiles que debfan ser sometidos a un lifting rejuvenece- dor. Es precisamente lo que hizo en el Sofista, Pero, antes de hacerlo, y con una honestidad intelectual nunca vista en otros filbsofos, escribié un [ot 62 ——_Lasutocities det Paris didlogo en el cual, didctica y draméticamente, expuso los problemas que detecté en su theoria, Ese diflogo es el Parménides. Platén, no sélo filésofo sino también artista talentoso, necesitaba una ‘niseen-sene inhabitual para poder transmitir un mensaje también in- habitual.¥, como ocurriré en el caso del Sofsta, donde no seri S6crates ‘quien exponga sus ideas, también en el Parménides seri Sécrates quien cambiar’ de estatus:se encontrari rejuvenecido, Su edad no tendri efecto «en sus concepciones filoséficas pues, como se vers, expondts literalmente frases y conceptos que Platén puso en su boca no sélo en su madurez sino incluso en su. vejez, cuando su proceso esti ya en curso. A qué se debe el rejuvenecimiento impnesto a Sécrates por Platén en el Parmé- ides? A la necesidad de mostrar el riesgo que corre alguien inteligen- te cuando carece de experiencia para defender su posicién. Segin un prejuicio ancestral, por ms inteligente que un joven sea, la juventud va acompaiiada por la inexperiencia, y Sécrates, por falta de experiencia, no podri defender la necesidad de sus Formas, que, a pesar de todo -se re- conoce después del maltrato-,“son, sin embargo, ls tinicas que aseguran la posibilidad [dtinamis] de ejercer la dialéctia [ion dielégesthai)” (135¢2). Final feliz, si se quiere. Poco le costé a Platén elegir al interlocutor ~y refatador~ de Sécra~ tes,si bien el candidato debia reunir varias condiciones: ser un verdadero filésofo, pero capaz de dejar de lado su propia filosofia (de otro modo, Platén hubiese hecho su publicidad) para guiar por el buen camino a un joven entusista pero inexperto; ser alguien que Pltn admiraba,y, final- mente, ser anciano. La figura de Parménides se impuso casi naturalmente. ‘Ya en el Teeteto Pltén lo habia tratado de “venerable y temible” (183e6) y en el Sefista intentars suprimitlo, no por crueldad, sino para desem- barazarse psicoanaliticamente de esa figura paterna que lo obsesionabe EI Parménides parecera ser, a primera vista, un didlogo entre cl joven Sécrates y el viejo Parménides pero, como ocurre en Platén ~y ocurvia cen Parménides- las apariencias engafian, Bl didlego seré un mondlogo entre l Platbn de hoy ~el que escribe el dislogo~ disfuzado de Parménides, y ef latén de ayer “hasta la Repilblice-disfiazado de Séerates. Imaginamos desde ‘nuestro presente el placer inmenso que habri tenido Platén al escribir este dia/monélogo, Cuanto acabamos de decir nos coloca entre quienes no creen en la Ineoduecidn 68 reililad historica del encuentro entre Séecrates y Parménides. Se trata de ‘un dia/mondlogo que intercambia ideas, no personajes histéricos. Ade- ,Platén hace lo imposible para destealizar el encuentro: el diglogo en si esti mostrado como ef recuerdo que alguien, Antifén, que después se ‘ocupé sélo de cuidar caballos (!),? conserva de un relato que Ie hizo un amigo, Pitodoro, de una visita que hace muchos afios hicieron Zenén y Parménides a Atenas.* Un tal Céfalo' y otros amigos que lo acompafian estin interesados en saber qué paso entonces y recurren a Glaucén y ‘Adimanto, hermanos de Antifén (y medio hermanos de Platén) para que le pidan a éte la versién del relato que le hizo Pitodoro. Es asi como este cuidador de caballos “cuenta” Io que le conté un testigo directo de I mencionada visita, durante la cual Zenén pronuncié una conferencia 4 la que asistieron su maestro Parménides y un joven curioso, Sdcrates, Ese relato es el texto que conocemos hoy como el Pannénides de Platon, Como observara Reginald E. Allen (1997: 69), esta “estructura se parece un conjunto de cajas Chinas”, expresién equivalente a “musieca rusa”, ccon un relato dentro de un relato que esa su ver un relato, ete. Este autor calculé Ja fecha probable del encuentro original y Ja del momento en ‘que Antifon la relata, y dedujo que unos cincuenta aftos separan ambos acontecimientos, con fo cual, agrega, el paso del ticmpo afiade un nuevo motivo para desconfiar de la autenticidad del relato. Cuando presenta los interlocutores, Platén oftece detalles bastante precisos sobre sus edades: Parménides tiene alrededor de sesenta y cinco afios ~si bien parece de edad bastante avanzada (mila presiten, 12762)-, Zen6n se acerca a los cuarenta y Sécrates es muy joven (sphéda néon, 1. Hay investgadores ue toman como verdadesrevcladas Is alusiones a veces inca de Plas sen fimcién dela fechas que se deducen del Panne, rasan tents y cinco os ef nacimento de Parménides(). 2, Como contrsargunento en favor des objetvidad del rato Luc Brisson (1994:256,n, 15) comiene que, como segoramente este perionsje no tiene Is menor ides del contenido, de lo que excuché, lo wansmite tl cual, sin interpreta ni modifies. 3. Francis M. Cornford (1939: 64) afirma que “ls complicada explicaién de la manera fen que el lato leg a nuestras manor ayuda al lector» suponer que was eonveracién semjante ni remosimente pudo haberse levado acaba”, 4.¥ que os un homénimo del Céflo que oftece su lyjosa mansién pars que Séerates cexponga la Rep, G4 La america det Prides 127b4, 130d) El pasaje del dilogo que nos interesa en vistas de nues- tro tema comienza cuando Sécrates propone su propia theoria para st- pperar las dificultades que encuentra en la conferencia que Zenén acaba de pronunciat, Este habfa ctiticado la posibilidad de la existencia de la ‘ultiplicidad (ergo, deduce Sécrates, habia defendido la unidad, como Parménides) porque, si ella existe, las cosas pueden ser ala vez semejantes y desemejantes.¥ bien: para Sécrates, nada lo impide.Y es para demostrar esta posbilidad que el Séerates joven, que es el Platén cuya theorla expu= simos en las piginas anteriores, desarzolla su pensamiento, Cada palabra empleada por Sécrates en el texto que veremos parece haber sido pensada para wn articulo de una enciclopedia sobre “Las For- ‘mas de Platén”. Con una conviccién y un entusiasmo que sin duda Pla- ‘én atribuye a su juventud, Sécrates comienza por suponer que sus ideas son practicamente algo quie se impone natnralmente, ya que se dirige a Parménides en estos términos: No piensas acaso que existe algo asi como una Forma en sty por st faut katara cttes ti] de l’semejanza, ala que se le opo- rhe, ome contrara, lo que es desemejante? ZY que las cosas que llamamos miiltiples participan [metalambénein] de amas? 2¥ que las cosas que llegan a ser semejantes lo son porque participan fe falanhiuonta] de la semejanea, y en lx medida en que participen {nctalembing) de ella? 2Y que las desemejantes flo son porque participan] de la desemejanza, y las que son ambas cosas [lo son porque participa] de ambas? Si todo participa [uetalanbénei) de ambas, siendo contrarss, y por el hecho de participar de ambas som ellos mismas semejantes y desemejantes, por qué asombrar- se? En cambio, si alguien dijera que las cosas que son semefantes eb si urd cd homold} devienen desemejances,o las desemejantes, semejantes, eso si que seria prodigioso, Pero si son las cosas que participan (merélienta] de ambas ks que exhiben esis aleecio~ 5.Se admite que alguien puede ser considerado nas hasta pasa los veintcinco aio, pero cl adverho sphid invies a creer que Séerates puede haber wnido apenas unos veinte stir, Respocto de Patménides, ls datos més serios sobre ss cronologia se encuentran ce Didgenes Lseria, que es menos imainativo que Pltén (no es ni f6sofo ni ati), ‘quien utilize as fees el cronéloge Apolodaro, que propone el ato 540, nis o menos, ‘como maciiento.Si es \,eusndo nace Séertes (469), Paeménides ys tene ochentay un ais, ciento uno euando Séerates tiene vents Incodvecién nes, no hay nada en ello, Zenén, que mie parezca fuera de lugar [étapon}, como no lo hay tampoco si se dice que todas son uno, ‘porque participan [metéklen) de lo uno, y las mismas son mili ples porque participan [metdkien] también de Ja multiplicidad. Por el contrario, si es lo Uno en s 2 étin bu] que, &f mismo, se ‘mostrara miltiple, ya su vez, Is Multiplicidad como uno, eso me asombrarfa, y asf con To demas. Si Jos géneros y las Formas en si ‘mostraran en sf mismos ser afectados por estados contrarios, posible asombrars.(128e6 ss) Respecto del estatus de In Forma, que es en si y por si, y por es0 no cambia y de su diferencia respecto de lo miitiple (hasta este momento no aparecié la nocién de “sensible"), Plat6n repite cuanto siempre dijo. Pero es curiosa la insistencia en la nocién de “participar”, que también estuvo siempre presente, pero que aca ocupa un lugar de privilegio: se la encuentra, hasta ac (luego seguird apareciendo) nada menos que ocho veces en dieciséis lineas (en el texto griego). La insistencia se explica, ‘ya que la “participacin” sera el punto central de la autocritica, como Y luego Sécrates, sempre llevado por el impulso que lo caracteriza cen esta etapa (que luego se atenuara y se transformaré en incertidumbre) ofiece ejemplos de cohabitacién, en lo mismo, de unidad (41, como una persona), y de multiplicidad (61, con un lado derecho y uno izquierdo). Pero vuelve a aclarar que eso no significa que lo Uno es miitiple ni que Io Maltiple es uno, La tarea a realizar es la siguiente: "En primer lugar, distinguir sepa~ radamente! las Formas en sé y por si fautd kath’hautd eld), como la semejanza y Ia desemejanza, la multiplicidad y Ia unidad, el reposo y el ‘movimiento, y todas ls cosas por el estilo; y luego —lo cual me asombra- rfa~ que alguien fuera capaz de mostrar que elas, en si fer heautois), tienen 1a posibilidad /dundmena] de reunirse y de separarse” (12946). S6erates re~ ceuerda que Zenén habia reconocido con argumentos convincentes que respecto de “las cosas visibles” (tots horoménois), si son méltiples, surgia la dificultad de que ellas fuesen a la vez algo y su contrario.Y agrega que si alguien fuera capaz.de mostrar que,al haber una mezcla total (pantodapss) 6. Our teaduccién posible". .dstinguit, como separads..". 66 Laautoertca del Poms ‘entre as Formas en si, lo mismo ocurriria con ellas, y pudiera mostrarlo “con el razonamiento” (lgismés), lo aplaudiria gustoso. Como veremos ‘en os capitulos que siguen, este deseo seré Ilevado a cabo en el Sofista? por alguien que no es Sécrates: el Extranjero de Elea.Y¥ no sabemos si Sécrates, que estaba presente en ese momento, aplaudié o no." En el pirrafo siguiente Parménides toma la palabra y los problemas 7.Es muy probable que evmdo Plaén eserbe el Ponds conga ya preparado una suerte de bortador dl Sofie, Esta hipétsis ve confirmaria si tenemas en cuenta que todos los problemas que hallatmos en el primer dilogo (y slo ellos) encontarSn una solucgn en el segundo. 8, Cuando nos ocupemos del tema anazaremosexs revoluconatia fase del Sofsta"Hay rrocho se en fo que eoncieme 2 cada Forma, pero hay también una canidad infinite de nosee” 2566). Capiruto 1 gDe qué hay Formas? (@) El problema de los integrantes del universo de las Formas Una vez finalizado el verdadero alegato pro domo de Sécrates (ver Parménides 128¢6-13022), que fue una verdadera declaracién. de princi- pios, Parménides y Zenén, en ver de enojarse, como Socrates suponia, “demostraron estar contentos [medi] y satisfechos”, escribe Platon.Y, si bien las eriticas de Sécrates se habfan referido a la conferencia de Zen6n, es Parménides quien toma la palabra. Plat6n olvida por un mo- ‘mento que el protagonista del didlogo no es el habitual, y pone en boca del viejo filésofo una frase que podria pertenecer a la reconocida ironia socritica:"|Oh, Sdcrates! Es digno de admiraci6n el ardor que te impulsa a razonar”! (130b1). Hablamos de ironia porque Parménides va a eriticar precisamente el apresuramiento de Sécrates en legar a soluciones ficiles pero criticables, y también su manera de razonar. La primera pregunta que se le hace a Sécrates no la encontramos formulada (ni espondida) en nuestra presentacién general, pero hubiéra- ‘mos podido responder, como hari Sécrates, con una lista de los ejemplos presentados: se trata de precisar cudles son los integrantes del “universo” de las Formas 0, si se quiere, de responder a la pregunta: “De qué hay Formas?”. Es curioso que el interrogatorio de Parménides comience con esta pregunta, Reginald E. Allen sostiene que éste es precisamente el punto débil de Platén 1, lo cual resulta evidente cuando, al final del cuestiona- 1. Debimosrecworr 3 ext paris para conservar el sentido de la ase“ nn ts pts gon” lor 68 ——_Laautoeritica del années _miento, el joven Sacrates rechaza que haya Formas 0 Ideas de realidades sustancales insignificantes."Negar Ideas estas cosas”, afirma Allen (1997: 124), “significa destruir el significado del discurso”. Cuando Sécrates, ya en el Purménides, pone como ejemplo la unidad yy la muliplicidad, dice que “lo mismo ocurre con todas las otras cosas”? (pert td éllgn apéntgn hosaitgs) (129c!). El texto es ambiguo porque én dillon puede referirse a todas las otras Formas 0 a todas los integrantes de una multiplicidad. Pero una frase que ya comentaremos, pronuinciada ‘mis adelante pot Parménides, suprime la ambigtiedad:“Imagino que tit y algin otro colocan tna realidad en sy por st faut tna kath? hawt [.] ‘ousfan] acerca de cada cosa” (133c3). En este caso claramente “realidad” alude a la Forma y “cada cosa” a la multiplicidad. Si bien es Parménides quien habla, Sécrates lo adimite. ‘Un pasaje de la Repiiblica habia intentado responder a la primera pre~ gunta que Parménides le hari a Sécrates para tratar de ponerse de acuer= do sobre “zde qué hay Formas?”, pero no nos ocupamos de ese pasije en su oportunidad porque, a pesar de su apatente clatidad y precision, presentaba un problema del cual Plat6n recién parece haberse percatado cuando escribi6 el Pannénides. El problema ¢s el siguiente. Vimos con ‘mumerosos ejemplos que las Formas, en Platén t (primer y segundo pe- riodo de su produccién) son garantias tanto del conocimiento como de la realidad de todo. El breve texto del Parménides que citamos (1291) confirma que se pueda hablar de “todo”. Pero el pasaje de la Republica al ue aludimos s6lo justifica la existencia de Formas respecto del conoci- siento. Veamos ahora este pasa. Platén dice que no hay que valerse de la néesis cuando no es nece- sario, porque si bien hay cosas a las que, para conocerlas, necesitamos recutrit (parakalodnta) al pensamiento (nésis) y a la investigacion. (epls- kepsis) (62301), hay otras que son juzgadas? (krindmena) suficientemente {hikangs) por la sensacién (asthés).Y a continuacién Platén ofrece un ejemplo:“Las cosas que no necesitan que se recurra a la néesis son aque- llas que no son susceptibles de originar al mismo tiempo una sensacién 2, Qué ae entende por “cous”, que debemos agregar en castellano para reproduce el reutro ploral i dl griego? La ambigiedad existe ambién en griego. 3, lawn evitar el verbo “conocer” De qué hay Forms? Bl ejemplo que Platén propone es el de un dedo, y su respuesta es clara y distinta: “La psuch de la mayorfa no se ve obligada a recurve ala néesis para saber qué es un dedo [ti pot'esti déctulos}”. Por qué? “Porque nunca la vista le mostré a nadie que un dedo sea lo contrario de un dedo” (523d6). En cambio, si se trata de saber si un dedo es grande 0 pequeiio, en ese caso si que hace falta episkopein, dice Platon en 524b4, decir, hay que investigar, porque, antes de pronunciarse, el alma debe pre- guntarse qué ¢s lo grande 0 qué es lo pequefio. Plat6n no dice nada mis, eto otros contextos nos muestran que se tratari de saber silo grande 0 To pequefio estin presentes en el dedo. [Nuestro tema era "gDe qué hay Formas?”, y Plat6n no dice que haya tuna Forma del dedo; dice que, para juzgar si exe objeto es 0 no un dedo, basta con mirarlo. Es verdad que los términos efos,idéa y fSrmulas ha- bituales para aludir a las Formas estén ausentes de este pasaje, pero lo grande o lo pequefio que eventualmente estarian presentes en el dedo son indudablemente Formas. Todo el pasaje gira en torno de la néesis,y ¢n las paginas precedentes (en especial en Ia imagen dela linea dividida) Ja négsis es ta actividad de Ia parte superior del alma, del nods, que con- templa ls Formas. O sea que aunque el término “Forma” no aparezea en nuestro pasaje, Platén da a entender elipticamente que s6lo hay Formas de aquello que admite un contrario, lo cual no es el caso del dedo, pero «el caso de lo grande, que admite como contrario lo pequeio, ‘Ahora bien: zqué es lo que admite un contrario? Las propiedades, las ‘cualidades, os atributos, los accidentes, los estados; no las sustancias. El dedo es una sustancia, y por es0 no hay un no-dedo. Pero si dijimos que seguramente al escribir este pasaje Platén no se percatd de un problema (que recién aparecerd como tal en el Parménides),* es porque, cuando ha- bla de la cama en el Libro x de la Repiiiica (5953), utiliza dos veees la palabra idéa, si bien, asi como no hay un no-dedo, no hay tampoco una no-cama.¥ otro tanto ocurre en los casos de la abeja, o de la lanzadera, ya que no hay una no-abeja,o una no-lanzadera. Pero ocurre que cuando cen el Mendn habla de la abeja, usa efdas (72c) y en el Criilo para la lanza dlera usa la RSrmmula “aut ho éstn kerlsis” (3896). En todos estos casos se trata de “sustancias”. El hecho de que la cama y la Ianzadera sean aréjata no introduce ningin cambio de perspectiva: 4. .y sex solucionado en el Sofia gracias ala Forma dela Diferencia, { 70° Laautocitca del Poménides son objetos sustanciales fabricados. Ni la abeja ni la cama ni la lanzade~ ra son propiedades o cualidades o estados que admitirfan la posibilidad de que hubiese las no-sustancias respectivas, lo cual obligatia a poner fen juego ln néesis para saber si “eso”, por ejemplo, es una abeja 0 una nno-abeja. O hay una abeja, o no hay nada. También en ese caso basta con ‘mirarla (de lejos, de ser posible). Entonces, gpor qué Plat6n niega la exis tencia de una Forma como garantia del dedo, cuando la admite respecto de la abeja, la cama y Ia lanzadera? No caben dudas de que para Platén se trata de un problema no resuelto que seri discutido en el Panménides y solucionado en el Sofsta Incluso Aristoteles parece encontrarse en un aprieto porque, si bien nniega totundamente que haya Formas de los arefacta, como la casa (Me- tafsca x1.3.1070a15), no excluye el caso de las sustancias naturales: “Es asi como Platén no se equivocaba cuando afirmaba que habia Formas de cuantes seres son por naturaleza, por ejemplo, el fuego, la carne, la cabeza” (a9). ‘Veamios a continuacién el cuestionamiento al que Parménides somete a Sécrates en el Parménides después de haber elogiado el impulso que 1o lleva a filosofar. La primera pregunta concierne el punto central de la theorla platéni¢a, pero Parménides la presenta en fancién de un adverbio que tepetiré luego cuatro veces en diez lineas. En efecto, le pregunta a Sécrates si él cree que hay, separadamente (Rll), por un lado, ciertas Formas en si ede autd ta) y, por el otto lado, separadamente (hor), las cosas que participan (metékhonta) de ells. Es precisamente el adver~ bio “separadamente”, que sera repetido dos veces nis, signo inequivoco de.que sera el talon de Aquiles de Platén 1.Y luego Parménides repite la pregunta, pero con los ejemplos ya oftecidos por Sécrates, que van a format parte luego de la lista de los integrantes del “universo” de las Formas: “Crees que hay una Sémejanza en si fautd omoidtes), separada- mente [fthris] de la semejanza que hay en nosottos,y otro tanto respecto de la unidad, de la pluralidad y de todo cuanto esctichamos por parte de Zenén2” (130b2).Y como Sécrates lo admite, Parnignides agrega nuevos é|jemplos, que no habjan sido mencionados antes y que Plat6n propone ‘como si Parménides hubiese leido sus dislogos anteriores: “La Forma de Jo Justo en si y por si [dikafow ti fos autd kath’hautd}, de lo Bello, de lo Bueno y de todas las cosas por el estilo” (13067), De qué hay Forma? 71 Parménides reproduce exactamente la terminologia canénica de Pla- ‘én 1, asi como algunos de sus ejemplos. Como en el caso de los dislogos anteriores ~menos las tres excepciones que mencionamos: a abeja, a lan- zadera y la cama-, se trata de cualidades, atributos, valores, que, segin la caracterizaci6n de Repiiblica 522e, admiten contrarios.A ellos podriamos agregar Reposo y Movimiento, enumerados en 129e1. Los problemas comienzan cuando Parménides aumenta el ntimero de los candidatos que pretenden poseer una Forma propia, ycita el iso de realidades que no son ni propiedades,ni valores, ni estados, ni cualidades: cl hombre, el fuego, el agua.""zExiste también wna Forma del Hombre, separadamente [kigrs] de nosotros y de todos quienes son como noso- tros?" (130c!). La respuesta de Sécrates es la que hubiese podido dar después de csoribir la Repiblica, donde le negé al dedo el derecho de poseer una Forma propia, y se lo concedié a la cama:"Respecto de estas cosas, me encuentro muy a menudo enfrentado a una dificultad aporfa), ya que no sé si debo decir lo mismo que en los otros casos, © no” (130a). Esta confesién, insélita en un gran flésof, justifica de por sla escritura de este libro, Pero el intetrogatorio de Parménides continia con nuevos ejemplos de entidades sustanciales, que no admiten un contrario:"Y a propésito de ‘estas cosas, que te pueden parecer risibles, como el pelo, el barro, a basura ¥¥ todo aquello que no tiene ni valor ni importancia, te ves también en la dificultad faporeis] de afirmar que es necesario que posean, cada una, una Forma separadamente de lo que podemos tocar con las manos, 0 102" (130c6).¥, como si el aspecto negativo de estas"realidades” fuese decisivo para la cuestin, Sécrates responde concretamente que no: “Pensar que esas cosas tienen una cierta Forma seria totalmente insélito [étepon]” (13043). Pero la duda subsiste, y la detallada reflexién de Sécrates (= Platén 1) ue sigue, encabezada por la formula adversativa “Y, no obstante”, me- rece set teproducida en su totalidad, ya que es una verdadera radiograia del estado de espiritu de un gran filésof6 que se atreve a confesar que Jn decisién que tomé, cuando decidid negar el respaldo de una Forma a cada wna de esas sustancias sin importancia, lo perturbé (thraxe): 72 Le auwoertic del Prménides {Qcuere lo mismo con todas las cosa? Primero me afirmé en este punto, pero luego me escapé, huyendo, ante el temor de caer en el abismo de la estupidez. Es asi como regresé a mi refugio,en ‘el cual admito que hay Formas de Io que ya dijimos, yes sobre ellas que concentro mis esferzos. (13043) La respuesta de Parménides es un auténtico programa de estudios para todo fturo filésofo: Lo que ocutre es que eres joven, Sécrates, y que todavia Ia filosofia no se ha ain apoderado de ti como cs mi opinién— lo hari mis adelante, cuando no despreciars ninguna de esas cosas Por el momento, a causa de tu edad, estis afin fiscinado por las opiniones humanas [antinipan [..] déeas* (1301) Platon th que ya esté iberado de las opiniones humans y que “como diet bajo la apatiencia de Parménides en 135d1~ no teme ejercitarse en eso que la gente llama “‘charlataneria" encontraré en la nueva ontologia del Sofista una solucién para la aporla en la que se encontré antes de es- cvibie ef Panméuides. Dado el caricter aporético y autocritico del Purnénides, el problema de los integrantes del universo de las Formas, que es el tema de este ca pitulo, queda sin respuesta, Contrariamente al deseo de todo filésofo de ue sus soluciones sean de aplicacién genera, la theorfa de Platén segin Ja cual la multipliidad individual tiene Formas como respaldo y garantia no ¢s vilida para todo. Entidades sustanciales como el hombre, el fuego, ‘el’pelo, al no admitir negaciones, quedan fuera de la explicacién general ‘Una frase que citamos sin comentar, en cambio, puede tener conse cctencias secundatias inesperadas para nuestro tema. Sécrates (= Platén 1) confiesa que finalmente prefirié la seguridad de su “refugio” tradicional: sélo hay Formas de “Io que ya dijimos”, es decir, lo que admite negacio- nes (y vimos que esto s6lo es posible en el caso de atributos, cualidades, etc,, pero no en el caso de sustancias). Pero confiesa que “primero me afirmé en este punto”, sea, la posibilidad de aplicar las Formas a todo, si 5, ,Se tmta de una align al Baemnides del Poome, cio despindado dels “opiniones y lo no-bello ". Casi todas ls ediciones modernas inchs la nuestra de lo cual hoy nos arrepentimos), aep~ taron esta conjtura.no slo inneceara sino peligrosa como veremos. Uns exeepeién es ‘Arangio-Rit (1951:201). Consecwencins de In definiién del ser come einanis 208 atencién a las dos primeras férmulas en las que el imperfecto aparece, que, muy probablemente, justfiquen la tercera Si encaramos este pasaje, contrariamente a la l6gica, de ateés hacia de~ lante, es decir, partiendo de la conclusién para llegar a las premisas, quiz podamos comprenderlo mejor. La conclusin, que serfa una demostra- ‘ign de que el no-ser“tiene su propia naturaleza” (phisis), es la siguiente: el no-ser “era y es no-ser”. Tomada literalmente, la frase nada dice sobre realidad del no-ser. Platén huubiese podido decir que “el centaur era y es centauro”, sin que de ello se deduzca que haya centauros, Lo mismo ‘ocurre con el no-ser. Platén sélo dice que “el no-ser era y es no-ser”, 0 sea, como el tan criticado Antistenes, quien, segiin parece, afirmaba que del hombre slo puede decirse que es hombre. Pero Platén esta interesa~ do en demostrar que las partes de la naturaleza de lo Diferente, que son tuna serie de no-seres,existen, y no sélo que son no-seres. La dimica respuesta que se nos ocurre es la siguiente. Si buscamos la Justificacién de la conclusién “el no-ser era y es no-ser” en ls frases an- teriores que'contienen también el imperfecto, vemos que ellas no cores- ponder a las etapas precedentes. Para afirmar que “lo grande era grande y Jo bello era bello”, Platén debi6 haber afirmado antes que “lo grande es grande y lo bello es bello”, pero estas fiases 0 similares no formaron parte del razonamiento, que slo mencioné a lo bello o alo grande, para poder luego contraponerle sus negaciones (1o-bello, no-grande) en el dominio de lo Diferente, @Por qué, si bien Platén mencioné sélo “lo grande” y “Io bello”, cuando resume el proceso, después, dice que “lo grande em grande”, etc.? La razén, que tendri consecuencias decisivas en el caso del no-ser, es la siguiente: decir que “lo grande es grande” es admitir que participa de lo ‘Mismo:""Lo grande es lo mismo [que sf mismo: la nocién es relativa, es decir, grande”. Porque Io grande participa de lo Mismo es “una de las cosas que son”, como dice el Extranjero en varias ocasiones respecto del término de referencia de Ia negacién. Pero ~y éste es el punto innova- dor para que la nocién que esti contrapuesta en el dominio de lo Dife- rente pertenezca también a “las cosas que son”, debe patticipar también de lo Mismo. Lo no-grande es lo mismo (que sf mismo), 0 sea no-grande, ademis de ser diferente de lo grande. Es lo que ocurre con el no-ser, que, “respeco de s{ misme, era y es no- 202 La ontologia del Sefita sex”, El complemento modal “respecto de si mismo” (hat tautbn), que suele pasar inadvertido, es esencial.Todo cuanto es lo mismo es siempre lo mismo respecto de si mismo, No es necesario postular un sentido “iden- titativo" del verbo “ser” para legar a estas conclusiones: ya el sentido co- ppulntivo del “era” de “lo grande era grande” permite que el predicado sea {déntico al sujeto (aunque sin Hegar al absolutismo de Antistenes). Es la identidad de cada cosa (0 sea, su participacién en lo Mismo respecto de si misma) la que garantiza la pllsis de cada cosa, o,si se prefiere, st esencia,"* asf como su participacién en la Forma del Ser garantiza su existencia, La fase que analizamos, con la formula “el no-ser tiene su propia naturale 22”, extiende este razonamiento al no-ser. Es licito hacerlo? Llegamos ast al mencionado destiz de Platén. Entusiasmado por su hallazgo, Platén se vale de una formu cuada, Ella figura en 258c3, pero habia sido adelantada en 256d8 en Ia frase que ya cuestionamos:“El Movimiento es realmente no-ser (bntas ouk inade-

También podría gustarte