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4 FORMAS PARA SALVAR LA OFICINA DE UN ABOGADO

Son pocos los abogados que tienen su “propia oficina” y


cuando hablo de propia me refiero al inmueble
debidamente registrado en instrumentos públicos, sin duda
una muestra de éxito profesional o por lo menos de
inversión sabia en épocas de bonanza.

Pero, las cosas han cambiado y ahora todos aquellos que se


jactaban de tener oficina propia o por lo menos arrendada,
han sentido el peso implacable de la crisis económica que
apenas empieza, la cesación del litigio y la escases de
clientes debido a la disminución de la dinámica del
mercado. Por tanto, esa oficina, paso de ser un motivo de
orgullo para muchos a ser una preocupación por la carga
que implica sostener un inmueble que genera más perdidas
que ganancias.

Si esto pasa en las grandes firmas o con abogados de


renombre ¿Qué se deja para el abogado promedio?, ese
mismo que vive de esporádicos procesos y que entre otras
cosas, procesos que se han visto truncados por el covid19 y
el cese de actividades de la rama judicial.
Sin duda, una preocupación para muchos que estaban
empezando con su propio espacio o que pretendían iniciar
este año con “pie derecho”, no obstante, no todo está
perdido aquí traemos las opciones más utilizadas nivel
Latinoamérica con la cual está emergiendo muchos juristas:

NEGOCIAR CON EL ARRENDATARIO: Sin duda una opción


nada criticable para aquellos juristas que no tienen clientes
fijos y apenas están empezando, en plena crisis, la
prestación del servicio de justicia casi que nulo sin contar
con el represamiento de procesos a no ser que de la noche
a la mañana se convierta en la super estrella de las
asesorías pagas en un “mar de colegas regalados”, es muy
difícil que se sostenga en un mundo donde hasta firmas
grandes y poderosas están prescindiendo de sus propios
abogados, por tanto llegar a un acuerdo con el arrendatario
de pagos más económicos o amortizar las cuotas es la
tendencia de muchos colegas en Latinoamérica, así mismo
hay que recordarles que si algo está en crisis también es el
sector inmobiliario y los propietarios lo saben, por tanto no
le de miedo sugerir rebajas o amortización de pagos, no
pierde nada y puede salvar su oficina.
OFICINA COMPARTIDA: A nuestro punto de vista lo más
sensato y recomendado que pueden hacer si no están en
una posición fuerte desde el punto de vista económico, ES
compartir oficina, gastos de sostenimiento o subarrendar
temporalmente espacios de oficinas grandes, es un gran
alivio para los implicados.

Con lo que hay que tener cuidado es compartirla con más


de tres colegas independientes, porque podría convertirse
en una especie “un call center” donde el afán de los días,
entradas de clientes de distintos abogados, varias
secretarias y constantes llamadas de secretarias atendiendo
el teléfono, convertirían un mercado persa el sitio, así
mismo le restaría elegancia. es mejor que el colega mejor
posicionado mantenga su nombre y que el que entre haga
su espacio bajo dicha sombra, ya tendrá tiempo de salir a su
propia oficina cuando todo pase, pero no está bien visto
tener una puerta con “tres carteles de tres bufetes, en un
mismo sitio”.

ESTRATEGIA DE COWORKING: Tienen a confundirse con la


anterior en el tema de compartir oficina con colegas, pero
este concepto ampliamente utilizado en Europa permite a
emprendedores, pymes y profesionales independientes de
distintos sectores compartir un mismo espacio de trabajo
de forma independiente, pero siempre con la posibilidad de
generar sinergias. Es decir, un abogado puede compartir
oficina con un contador y entre los dos ofrecer paquetes de
productos a sus clientes o una pequeña empresa puede
subarrendar un espacio sobrante a cambio de que el jurista
se encargue de algún servicio público o remuneración, así
mismo puede ofrecer servicios de asesoría como forma de
pago, lo importante es que se convierta en un “gana gana”
que alivie las cargas económicas de las partes.

TRASLADARSE AL MUNDO DIGITAL MIENTRAS MEJORA EL


MERCADO: Cuidado con este impulso en manada que se
está propagando más rápido que el Covid-19 entre
abogados, pasarse al mundo digital no es “abrir una cuenta
en Facebook con el logotipo de una balanza”, si bien es
cierto que pueden contactar uno que otro cliente, tienen
que tener muy claro que si no tenía clientes en el mundo
físico, en el mundo virtual las reglas son parecidas en
incluso más agresivas, se requiere trabajo, creatividad,
estrategia, constancia, tenacidad e inteligencia, mucho
cuidado con pensar que como la moda es internet, al
pasarte “triunfaras en internet”, la mayoría de abogados
que han hecho el intento se han quedado en el camino por
falta de creatividad, visión, marketing y porque no decirlo,
algo de Osadía. Aquí lo importante es tener claro que se
está experimentando mientras se logra cierta estabilidad o
ingresos para regresar al mundo real con su propia oficina,
no es lo mismo ser atendido por video llamada con la sala
de tu apartamento de fondo, la cocina o incluso la terraza,
que en tu propia oficina con saco y corbata, el primero
trasmite inmadurez o poca experiencia y el segundo envía
un mensaje contundente de éxito (aunque el traje sea
alquilado, la oficina prestada y no tenga ni idea de lo que
esté hablando). Por eso es importante tener en mente tener
nuestro espacio, el mundo puede ir a lo digital pero aún
existe una generación de clientes que exigirá trato personal
y no virtual, por eso cuando pase la pandemia muchos
regresaran a los viejos hábitos de visitar a su abogado en su
oficina. Saludos.

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