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Quienes son comerciantes

Concepto y definición de comerciante.

Según el artículo 10 del Código de comercio colombiano, “son comerciantes las personas que
profesionalmente se ocupan en alguna de las actividades que la ley considera mercantiles. La
calidad de comerciante se adquiere aunque la actividad mercantil se ejerza por medio de
apoderado, intermediario o interpuesta persona”. Comerciantes es pues, aquella Persona natural o
Persona jurídica que voluntariamente, y de forma regular y profesionalmente, desarrolla un acto
jurídico considerado como mercantil por la ley.

De lo anterior se evidencia claramente que, el hecho que otorga la calidad de comerciante a una
persona es la realización por parte de ésta de actos de comercio de manera profesional, habitual y
no ocasional, tal y como lo establece el artículo 11 del código de comercio cuando señala: “las
personas que ejecuten ocasionalmente operaciones mercantiles no se considerarán comerciantes
en cuanto a dichas operaciones.”

Si nos detenemos un poco en la expresión profesionalmente, podemos concluir que aunque se


desarrolle una actividad mercantil, se es comerciante sólo si se hace de forma profesional. A
manera de ejemplo, si una Persona natural vende su casa, o sus muebles, no lo está haciendo de
forma profesional ni habitual, es un acto ocasional que en ningún momento lo convierte en
comerciante.

Actividades mercantiles.

Ya tenemos claro que los comerciantes son las personas que en los términos señalados por la ley
ejercen actividades mercantiles, así que debemos ahora definir cuales son esas actividades
mercantiles.

Pues bien, el artículo 20 del Código de comercio, enumera cada una de las actividades que la ley
considera como mercantiles:

“Son mercantiles para todos los efectos legales:

1. La adquisición de bienes a título oneroso con destino a enajenarlos en igual forma, y la


enajenación de los mismos;
2. La adquisición a título oneroso de bienes muebles con destino a arrendarlos; el arrendamiento
de los mismos; el arrendamiento de todo clase de bienes para subarrendarlos, y el
subarrendamiento de los mismos;
3. El recibo de dinero en mutuo a interés, con garantía o sin ella, para darlo en préstamo, y los
préstamos subsiguientes, así como dar habitualmente dinero en mutuo a interés.
4. La adquisición o enajenación, a título oneroso, de establecimientos de comercio, y la prenda,
arrendamiento, administración y demás operaciones análogas relacionadas con los mismos;
5. La intervención como asociado en la constitución de sociedades comerciales, los actos de
administración de las mismas o la negociación a título oneroso de las partes de interés, cuotas o
acciones;
6. El giro, otorgamiento, aceptación, garantía o negociación de títulos-valores, así como la compra
para reventa, permuta, etc., de los mismos;
7. Las operaciones bancarias, de bolsas, o de martillo;
8. El corretaje, las agencias de negocios y la representación de firmas nacionales o extranjeras;
9. La explotación o prestación de servicios de puertos, muelles, puentes, vías y campos de
aterrizaje;
10. Las empresas de seguros y la actividad aseguradora;
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11. Las empresas de transporte de personas o de cosas, a título oneroso, cualesquiera que fueren
la vía y el medio utilizados;
12. Las empresas de fabricación, transformación, manufactura y circulación de bienes;
13. Las empresas de depósito de mercaderías, provisiones o suministros, espectáculos públicos y
expendio de toda clase de bienes;
14. Las empresas editoriales, litográficas, fotográficas, informativas o de propaganda y las demás
destinadas a la prestación de servicios;
15. Las empresas de obras o construcciones, reparaciones, montajes, instalaciones y
ornamentaciones;
16. Las empresas para el aprovechamiento o explotación mercantil de las fuerzas o recursos de la
naturaleza;
17. Las empresas promotoras de negocios y las de compra, venta, administración, custodia o
circulación de toda clase de bienes;
18. Las empresas de construcción, reparación, compra y venta de vehículos para el trasporte por
tierra, agua y aire, y sus accesorios, y
19. Los demás actos y contratos regulados por la ley mercantil”.

Ahora bien, así como la ley señala cuales son los actos mercantiles, también establece cuales
actividades no se consideran mercantiles. Esto lo hace en el artículo 23 del Código de comercio:

No son mercantiles:

1. La adquisición de bienes con destino al consumo doméstico o al uso del adquirente, y la


enajenación de los mismos o de los sobrantes;

2. La adquisición de bienes para producir obras artísticas y la enajenación de estas por su autor;

3. Las adquisiciones hechas por funcionarios o empleados para fines de servicio público;

4. Las enajenaciones que hagan directamente los agricultores o ganaderos de los frutos de sus
cosechas o ganados, en su estado natural. Tampoco serán mercantiles las actividades de
transformación de tales frutos que efectúen los agricultores o ganaderos, siempre y cuando que
dicha transformación no constituya por sí misma una empresa, y

5. La prestación de servicios inherentes a las profesiones liberales.

Obligaciones de los comerciantes.

Entre las muchas obligaciones que tienen los comerciantes, el código de comercio establece que
los comerciantes están: Obligados a llevar contabilidad, a inscribirse en el Registro mercantil, a
registrar los Libros de contabilidad o Libros de comercio, conservar los documentos y soportes
relacionados con su actividad, etc.

Existen otro tipo de obligaciones como son las relacionadas con los impuestos, y con las
obligaciones que les exigen las diferentes entidades de control del estado como las
superintendencias, obligaciones que se irán desarrollando posteriormente.
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Profesión liberal

Definición

Se denomina profesión liberal a aquella actividad personal en la que impera el aporte intelectual, el
conocimiento y la técnica.

Igualmente las profesiones liberales tienen una característica muy particular como lo es la
remuneración de quienes las ejercen, ya que teniendo en cuenta que no están subordinados, su
remuneración no es salario en los términos del código sustantivo del trabajo sino que su
remuneración se realiza mediante el pago de honorarios, lo que supone que no existe un contrato
laboral sino un Contrato de servicios, el cual está regulado por la legislación civil. En el caso que un
profesional ejerza su actividad mediante un Contrato de trabajo, si bien no dejan de ser actividades
civiles propias de una profesión liberal, si pierden su carácter de liberales, pues éstas suponen el
ejercicio independiente y la remuneración mediante honorarios, lo que no es dable en una relación
laboral en la que se configuran los tres elementos del contrato trabajo, contempladas en el artículo
23 del código sustantivo del trabajo.

Si bien es cierto que ni la ley comercial ni la ley civil ha definido lo que es una profesión liberal, la
única norma que tímidamente define lo que es una profesión liberal es el decreto 3050 de 1997 que
en su artículo 25 establece que: “Para efectos de la exclusión de que trata el artículo 44 de la Ley
383 de 1997, se entiende por profesión liberal, toda actividad en la cual predomina el ejercicio del
intelecto, reconocida por el Estado y para cuyo ejercicio se requiere la habilitación a través de un
título académico”.

Igualmente la jurisprudencia en numerosas ocasiones ha precisado lo que de debe entender como


profesión liberal:

Prestación de servicios inherentes a las profesiones liberales.

“A pesar de que ni el Código Civil ni el Código de Comercio definen lo que debe entenderse por
“profesiones liberales”, del Diccionario de la Real Academia de la Lengua, confrontando los
conceptos de “profesión” y de “arte liberal” y de acuerdo con la concepción tradicional que se ha
tenido de aquel concepto, puede afirmarse que son aquellas actividades en las cuales predomina
el ejercicio del intelecto, que han sido reconocidas por el Estado y para cuyo ejercicio se requiere la
habilitación a través de un título académico.

De tal manera que para la Sala el objeto de la sociedad demandante, relacionado con las
actividades propias de las ciencias contables y la asesoría empresarial, se ubica perfectamente
dentro del concepto de “prestación de servicios inherentes a las profesiones liberales”.

La referencia que hace el ordinal 14 del artículo 20 del Código de Comercio a “las demás
(empresas) destinadas a la prestación de servicios”, no debe entenderse, como lo hace la
Superintendencia de Sociedades, en el sentido de comprender absolutamente todas las empresas
destinadas a la prestación de servicios, sino que deben lógicamente entenderse excluidos aquellos
servicios que por otras normas son expresamente exceptuados de la naturaleza mercantil, como es
el caso precisamente de “la prestación de servicios inherentes a las profesiones liberales”, de
acuerdo con el ordinal 5º del artículo 23 del Código de Comercio, salvo lógicamente, que el servicio
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inherente a la profesión liberal esté, a su vez, tipificado en otra de las actividades o empresas que
el artículo 2º del Código de Comercio califica expresamente de mercantiles.

Para la Sala tampoco es cierto, como lo sostiene la superintendencia en la motivación de los actos
acusados, que el carácter no mercantil de “la prestación de servicios inherentes a las profesiones
liberales” dependa de la forma de dicha prestación, de tal manera que si se presta a través de una
empresa, como organización económica, o por medio de una sociedad, ello implique que adquiere
el carácter comercial, ya que la norma excepcional contenida en el ordinal 5º del artículo 23 del
Código de Comercio no hace ninguna distinción al respecto y, según un principio generalmente
aceptado, si la ley no hace distinción, no le es permitido hacerla al intérprete”. (C.E., Sec. Primera,
Sent. mayo 16/91, Exp. 1323. M.P. Libardo Rodríguez Rodríguez).

El código de comercio ha definido expresamente que la actividades relacionadas con las


profesiones liberales no son consideradas actos de comercio o actividades mercantiles, por lo que
quienes ejerzan profesiones liberales no están obligados a inscribirse en el registro mercantil.

Las actividades propias de una profesión liberal no serán consideradas actos mercantiles siempre y
cuando se ejerzan individualmente por cada profesional, lo que quiere decir que si estas
actividades son desarrolladas por una asociación de profesionales o cualquier figura societaria, se
convertirán en mercantiles con las obligaciones propias consagradas en el código de comercio.

Responsabilidades tributarias de quienes ejercen profesiones liberales

Respecto al Impuesto a las ventas, quienes ejercen una profesión liberal individualmente, están
sometidos las obligaciones del régimen común o Régimen simplificado según corresponda. Se
aclara que para el caso de los profesionales que presten alguno de los servicios establecidos en el
artículo 476 del Estatuto tributario nacional, por ser excluidos no pertenecerían a ningún régimen ni
tendrán obligación alguna frente al impuesto de las ventas.

En cuanto al impuesto de renta, quienes ejerzan una profesión liberal es responsable de este y
será declarante en la medida en que lo cobije alguna de las circunstancias establecidas en los
artículos 592, 593 y/o 594-1 del Estatuto tributario.

El profesional liberal que pertenezca al régimen común también será responsable frente a la
retención en la fuente, por lo establecido en el artículo 437-1 del Estatuto tributario, en la medida
en que debe asumir el Iva en las operaciones que realice con responsables del régimen
simplificado, Iva que debe ser asumido mediante el mecanismo de retención en la fuente. Esta
responsabilidad nació con la ley 1066 de julio de 2006, lo que ha llevado a que el régimen común
se convierta en agente retenedor aun si cumplir los topes de que trata el artículo 368-2 del Estatuto
tributario.
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Obligados a llevar contabilidad

Por regla general, todos los Comerciantes están obligados a llevar Contabilidad; así lo dispone el
Código de comercio en su artículo 19: “Es obligación de todo comerciante: (…) Llevar contabilidad
regular de sus negocios conforme a las prescripciones legales”.

El Código de comercio establece que todos los comerciantes deben llevar contabilidad, de modo
pues que para determinar la obligación o no de llevar contabilidad, el primer interrogante que se
debe responder es si, esa persona es o no comerciante.

Pues bien, el mismo código de comercio establece que se consideran comerciantes todas aquellas
personas que se dediquen profesionalmente a desarrollar actividades consideradas por la ley como
mercantiles.

Ahora, ya sabemos que un comerciante es quien realiza profesionalmente Actos mercantiles,


entonces resta definir que son actividades mercantiles. Pues las actividades mercantiles están
claramente señaladas en el Código de comercio en su artículo 20.

No interesa si quien ejerce la actividad mercantil es una Persona natural o una Persona jurídica, en
todo caso, mientras la desarrolle profesionalmente, se considera comerciante. (Vea con más
detalle: Quienes son comerciantes)

No sobra decir que toda persona que pertenezca al Régimen común en el Impuesto a las ventas,
está obligado a llevar contabilidad. Las personas que pertenezcan al Régimen simplificado, desde
el punto de vista tributario, no están obligadas a llevar contabilidad aunque sean comerciantes,
pero de acuerdo al código de comercio si les asiste la obligación de llevar contabilidad.

Respecto a las personas naturales, no están obligados a llevar contabilidad los asalariados ni
quienes ejercen una Profesión liberal, pero sí las personas naturales que son comerciantes.

Tampoco están obligados a llevar contabilidad los agricultores y ganaderos que enajenen sus
productos en estado natural. Los agricultores y ganaderos que transformen sus productos y los
comercialicen mediante una empresa, estarán obligados a llevar contabilidad.

La persona que este obligada a llevar contabilidad, debe hacerlo en debida forma, de acuerdo a los
Principios de contabilidad generalmente aceptados.

La Contabilidad, además de llevar el registro de operaciones de la empresa, es un medio de


prueba oponible a terceros, siempre que se lleve en debida forma.

El hecho que una persona no este obligada a llevar contabilidad, no le impide que la lleve, pero
para que ésta pueda constituir una prueba, debe llevarse cumpliendo con todos los requisitos
exigidos por la ley, de lo contrario no puede ser invocada como prueba en un proceso contra
terceros, como por ejemplo contra la administración de impuestos.

El incumplimiento de la obligación de llevar contabilidad, puede traer consecuencias como el no


poder probar derechos ante un posible litigio con terceros, o en lo relacionado con los impuestos, el
no poder deducir los costos y gastos correspondientes, además que se expone a las sanciones por
irregularidades en la contabilidad, que contempla la legislación tributaria Colombiana.
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Libros de contabilidad.

Las personas obligadas a llevar contabilidad, deben registrar en la Cámara de comercio los Libros
de contabilidad que por ley son obligatorios, y aquellos que considere necesarios:

“Reducción del número de Libros de comercio sujetos a inscripción en las Cámaras de Comercio
(Art. 175 decreto 19 de 2012). Con la nueva normativa anti trámites, el Gobierno Nacional modificó
lo dispuesto en el numeral 7º del Artículo 28 del Código de Comercio que regula la inscripción de
Libros de Comercio. De esta forma, tanto los Libros de contabilidad como los Libros de actas de
Junta Directiva dejan de estar sujetos a la formalidad del registro, por lo que no podrá exigirse su
inscripción ante las Cámaras de Comercio ni ante ninguna autoridad pública.

Esto significa que en adelante únicamente deberán inscribirse ante las Cámaras de Comercio los
libros de registro de socios o accionistas y los libros de actas de Asambleas de Accionistas o
Juntas de socios, según se trate. Esta misma disposición también se aplica respecto de los libros
de contabilidad y los libros de juntas directivas, consejos directivos u otros órganos colegiados de
administración de las Personas Jurídicas sin Ánimo de Lucro cuyo registro se adelanta en las
Cámaras de Comercio, en virtud del reenvío que hace al estatuto Mercantil el artículo 42 del
Decreto Ley 2150 de 1995. De esta forma, solo deberán inscribirse los libros de actas de los
máximos órganos asociativos, así como los libros que permiten relacionar a los asociados y sus
aportes. Es decir, los Libros de actas de asamblea general de socios y libro de registro de socios o
accionistas.

Libro Mayor y Balances: Es el resumen del movimiento mensual de las cuentas, sirve para extraer
de allí los Balances generales y de prueba u los estados de resultados.

Libro de inventarios y balances: Corresponde al libro que de acuerdo al artículo 52 del Código de
comercio, todo comerciante al iniciar el negocio y por lo menos una vez al año debe elaborar un
inventario y un balance que le permitan conocer la situación del negocio, del cumplimiento de esta
obligación deberá dejar constancia en este libro.

Libro diario: Este libro permite detallar los comprobantes diarios en forma cronológica con el fin de
obtener los datos resumidos para registrar el libro mayor y balances.

Libros auxiliares: No requieren registro y se llevan en forma permanente y detallada por cada
cuenta contable, son ejemplo de ellos el libro de caja, el libro de bancos, el libro de cuentas por
cobrar entre otros.

Libros de contabilidad vs Libros de comercio.

Es común hablar de libros de comercio y libros de contabilidad, y aunque en principio son similares,
no son lo mismo. Sobre el respecto la jurisprudencia ha dicho:

“Aunque el artículo 49 (C. Co.), establece que para todos los efectos legales, se entiende por libros
de comercio los que determine la ley como obligatorios y los auxiliares necesarios para el
entendimiento de aquellos, es claro que el texto se está refiriendo a la especie de libros de
comercio llamados de contabilidad (…).
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En efecto, dentro de los libros de comercio se encuentran los libros de contabilidad, en el entendido
que son una especie de los primeros, pues si bien todos los libros de contabilidad son de comercio,
no todos los libros de comercio son de contabilidad. Son libros de comercio, que no de
contabilidad, el de actas de asamblea o junta de socios, el de registro de acciones, el libro de
registro de socios en la limitada, el libro de navegación o bitácora; el libro de campana u órdenes a
las máquinas, etc. (…)

Sólo lo que es traducible en cifras puede ser objeto de registro contable; esta situación conduce a
que la contabilidad sólo acredita parcialmente la historia de la empresa; por ejemplo, no son
cifrables su ambiente laboral, la eficiencia de sus trabajadores y muchos otros hechos no
susceptibles de ser contenidos en guarismos monetarios”. Consejo de Estado, Sección Cuarta,
sentencia de 9 de octubre de 1998. Con Pon. Dr. Daniel Manrique Guzmán”.

Soportes de contabilidad.

La información que se consigne en los libros de contabilidad, debe estar soportada mediante
comprobantes externos o internos. Los libros de contabilidad por si mismo no son prueba si no
están soportados por los documentos idóneos que respalden las cifras contenidas en ellos.

La legislación tributaria Colombiana, establece que en el evento en que los valores registrados en
los libros de contabilidad, difieran de los valores contenidos en los comprobantes y soportes
contables, prevalecerán estos últimos, por lo que resulta de suma importancia conservar
debidamente cada uno de los documentos que dieron origen a los valores registrados en los libros.
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El régimen común en el impuesto a las ventas y sus obligaciones.

Respecto al Impuesto a las ventas existen dos responsables; el Régimen común y el Régimen
simplificado.

Se considera responsable del impuesto a las ventas toda Persona natural o Persona jurídica que
venda productos o preste servicios gravados con el Iva.

Son responsables del Impuesto a las ventas pertenecientes al régimen común, todas las personas
jurídicas y aquellas personas naturales que no cumplan los requisitos para pertenecer el Régimen
simplificado. Toda Persona jurídica por el solo hecho de ser jurídica pertenece al régimen común.
Las personas naturales solo serán responsables del régimen común si no cumplen todos o uno de
los requisitos que la norma establece para poder formar parte del Régimen simplificado.

Cuando una persona natural en un periodo determinado deje de cumplir uno o varios de los
requisitos que le permiten estar en el Régimen simplificado, deberá actualizar el Rut en el periodo
siguiente y pasarse o inscribirse en el régimen común. Recordemos que en el Impuesto a las
ventas, el periodo es de dos meses, por lo que si supera los topes en el periodo 4, en el periodo 5
ya debe ser responsable del régimen común y cumplir con todas sus obligaciones.

Obligaciones del régimen común.

Llevar contabilidad.

Todo comerciante debe llevar Contabilidad de acuerdo a los Principios de contabilidad


generalmente aceptados, y esto supone inscribirse en el Registro mercantil, donde también deberá
inscribir los Libros de contabilidad o Libros de comercio.

Respecto a la obligación de llevar Contabilidad, esta, según el Código de comercio, solo lo es para
los comerciantes (Personas que ejercen Actos mercantiles), mas no para los no comerciantes,
como por ejemplo para las personas que ejercen una Profesión liberal, quienes no están obligadas
a llevar contabilidad por lo que no se les puede exigir. Esto no impide que el contribuyente lleve
registros contables que le permitan tener un control de sus operaciones.

Respecto a la validez de la contabilidad como prueba, el artículo 772 establece que la contabilidad
constituye prueba a favor del contribuyente siempre y cuando se lleve en debida forma.

El no llevar Contabilidad estando obligado o no llevarla debidamente, es sancionable en los


términos del artículo 655 del Estatuto tributario.

El artículo 654 señala cuales son los hechos que se considera irregulares en la contabilidad y que
se consideran sancionables.

La obligación de llevar contabilidad no está dada por pertenecer o no al régimen común, sino por
ser comerciante, de suerte que aquellas personas naturales que no son comerciantes y que
pertenecen al régimen común, no están obligadas a llevar contabilidad. [Consulte: Obligados a
llevar contabilidad]

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Inscribirse en el Rut
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Toda persona perteneciente al régimen común debe inscribirse en el Rut o actualizarlo si ha estado
inscrito antes como Régimen simplificado.

Expedir factura.

El régimen común sin importar si esta o no obligado a llevar Contabilidad, debe expedir factura con
los requisitos establecidos en el artículo 617 del Estatuto tributario:

Articulo 617. Requisitos de la factura de venta. Para efectos tributarios, la expedición de factura a
que se refiere el artículo 615 consiste en entregar el original de la misma, con el lleno de los
siguientes requisitos:

a. Estar denominada expresamente como factura de venta.

b. Apellidos y nombre o razón y NIT del vendedor o de quien presta el servicio.

c. Apellidos y nombre o razón social y NIT del adquirente de los bienes o servicios, junto con la
discriminación del IVA pagado.

d. Llevar un número que corresponda a un sistema de numeración consecutiva de facturas de


venta.

e. Fecha de su expedición.

f. Descripción específica o genérica de los artículos vendidos o servicios prestados.

g. Valor total de la operación.

h. El nombre o razón social y el NIT del impresor de la factura.

i. Indicar la calidad de retenedor del impuesto sobre las ventas.

Al momento de la expedición de la factura los requisitos de los literales a), b), d) y h), deberán
estar previamente impresos a través de medios litográficos, tipográficos o de técnicas industriales
de carácter similar. Cuando el contribuyente utilice un sistema de facturación por computador o
máquinas registradoras, con la impresión efectuada por tales medios se entienden cumplidos los
requisitos de impresión previa. El sistema de facturación deberá numerar en forma consecutiva las
facturas y se deberán proveer los medios necesarios para su verificación y auditoría.

PARAGRAFO. En el caso de las Empresas que venden tiquetes de transporte no será obligatorio
entregar el original de la factura. Al efecto, será suficiente entregar copia de la misma.

PARAGRAFO. < Adicionado por el artículo 45 de la Ley 962 del 2005.> Exigencias sobre
numeración consecutiva para el caso de facturación mediante máquinas registradoras.- Para el
caso de facturación por máquinas registradoras será admisible la utilización de numeración diaria o
periódica, siempre y cuando corresponda a un sistema consecutivo que permita individualizar y
distinguir de manera inequívoca cada operación facturada, ya sea mediante prefijos numéricos,
alfabéticos o alfanuméricos o mecanismos similares.

La no expedición de factura, o la expedición sin el lleno de requisitos es un hecho sancionable en


los términos de los artículos 652 y 657 del Estatuto tributario.

Declarar
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Todo responsable del régimen común esta en la obligación de presentar bimensualmente la


respectiva declaración de Iva en los plazos que el gobierno señale. Esta declaración se debe
presentar así durante el periodo a declarar no se hayan realizado operaciones económicas.

La declaración de Iva no es la única declaración que se debe presentar, puesto que existen otras
como al de Retención en la fuente y la del Impuesto de renta.

Toda Persona jurídica es Agente de retención y como tal debe declarar, y a partir de la ley 1066 de
2006, todo agente de retención debe presentar al respectiva declaración así se en cero.
Adicionalmente, la declaración se debe presentar con pago, de lo contrario se considera como no
presentada.

Solo las juntas de acción comunal no están obligadas a presentar la declaración de retención si en
el respectivo mes no han practicado retenciones.

La ley 1111 de 2006, estableció que un Agente de retención puede presentar la declaración de
retención sin pago, siempre y cuando tenga un saldo a favor el cual sea susceptible de
compensación, y que el saldo a favor se hubiere generado antes de presentar la respectiva
declaración de retención. Adicionalmente, el contribuyente debe solicitar tal compensación dentro
de los 6 meses siguientes a la presentación de la declaración. Si no lo hace dentro de ese plazo, la
declaración se considerara como no presentada.

En cuanto a las personas naturales responsables del régimen común, estas están en la obligación
de asumir el Iva en las adquisiciones que le hagan al Régimen simplificado. Esto se debe hacer
mediante el mecanismo de retención, lo que las convierte en agentes de retención solo por este
concepto, y por tal razón deben presentar la declaración mensual así en el mes no hayan asumido
Iva al Régimen simplificado. (Vea Tratamiento de las operaciones entre régimen común y régimen
simplificado)

Respecto a la declaración del Impuesto de renta, y teniendo en cuenta que los topes para ser
régimen simplificado y para no declarar son básicamente los mismos, toda Persona natural que
pertenezca al régimen común debe declarar. (Vea: Personas naturales no obligadas a declarar
renta)

En cuanto a las personas jurídicas estas deben declarar renta por el solo hecho de ser jurídicas.
Hay que tener en cuenta que algunas pueden pertenecer al Régimen especial. Adicionalmente,
declarar no siempre significa pagar impuestos.

Las declaraciones deben ser presentadas en debida forma y firmadas por quien según la ley deba
hacerlo. Si eso no se hace, se consideran como no presentadas.

El artículo 580 del estatuto establece cuando una declaración tributaria se considera como no
presentada:

Articulo 580. Declaraciones que se tienen por no presentadas. No se entenderá cumplido el deber
de presentar la declaración tributaria, en los siguientes casos:

a. Cuando la declaración no se presente en los lugares señalados para tal efecto.

b. Cuando no se suministre la identificación del declarante, o se haga en forma equivocada.

c. Cuando no contenga los factores necesarios para identificar las bases gravables.
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d. Cuando no se presente firmada por quien deba cumplir el deber formal de declarar, o cuando se
omita la firma del contador público o revisor fiscal existiendo la obligación legal.

e. Cuando la declaración de retención en la fuente se presente sin pago

De ocurrir en una de las causales del artículo 580, supone tener que presentar nuevamente la
declaración la cual será extemporánea, lo que implica el cálculo y el pago de la respectiva sanción.
(Vea Declaraciones tributarias que deben ser firmadas por contador público)

Obligación de informar el cese de actividades.

Los responsables del régimen común están en la obligación de informar a la DIAN cuando cesen
las actividades gravadas con el Iva. Esto supone la actualización o cancelación del Rut.

Si el responsable no informa el cese de actividades, ante la DIAN seguirá siendo responsable, y


debe seguir declarando, de lo contrario si en un futuro va a cancelar el Rut, deberá ponerse a paz y
salvo con todas las declaraciones pendientes.

En términos generales, las anteriores son las principales obligaciones que los responsables del
Impuesto a las ventas pertenecientes al régimen común, tienen con la Dirección de impuestos.
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Diferencia entre local comercial y establecimiento de comercio

Hay dos figuras jurídicas en derecho comercial que muchas veces por no tener claro su significado
podemos confundir, que son, el local comercial y el establecimiento de comercio que
aparentemente parecen lo mismo, pero en sustancia son dos figuras diferentes.

Se define establecimiento de comercio como el conjunto de bienes utilizados por el comerciante


para desplegar su actividad comercial; el artículo 515 del código de comercio establece lo
siguiente:

“Se entiende por establecimiento de comercio un conjunto de bienes organizados por el empresario
para realizar los fines de la empresa. Una misma persona podrá tener varios establecimientos de
comercio, y, a su vez, un solo establecimiento de comercio podrá pertenecer a varias personas, y
destinarse al desarrollo de diversas actividades comerciales”.

Mientras que local comercial es el lugar físico en el cual el comerciante tiene sus artículos o su
conjunto de bienes que conforman el establecimiento de comercio. Entonces el local comercial es
el espacio físico mientras que el establecimiento de comercio lo conforman las cosas, objetos o
bienes utilizados para realizar la actividad comercial.

El código de comercio en su artículo 516 establece que forman parte del establecimiento del
comercio:

La enseña o nombre comercial y las marcas de productos y de servicios.

Los derechos del empresario sobre las invenciones o creaciones industriales o artísticas que se
utilicen en las actividades del establecimiento.

Las mercancías en almacén o en proceso de elaboración, los créditos y los demás valores
similares.

El mobiliario y las instalaciones.

Los contratos de arrendamiento y, en caso de enajenación, el derecho al arrendamiento de los


locales en que funciona si son de propiedad del empresario, y las indemnizaciones que, conforme
a la ley, tenga el arrendatario.

El derecho a impedir la desviación de la clientela y a la protección de la fama comercial, y

Los derechos y obligaciones mercantiles derivados de las actividades propias del establecimiento,
siempre que no provengan de contratos celebrados exclusivamente en consideración al titular de
dicho establecimiento.

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