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Introducción
El Sistema de Corriente del Norte de Humboldt (NHCS) frente a Perú produce más peces por
unidad de superficie que cualquier otro ecosistema marino (Chavez et al., 2008). Este sistema
se caracteriza por una zona mínima de oxígeno (OMZ) intensa y poco profunda, que estructura
el ecosistema (Bertrand et al., 2011, 2014; Salvatteci et al., 2019). La excepcional productividad
de los peces observada desde principios del siglo XX (Gutiérrez et al., 2009; Salvatteci et al.,
2018, 2019) se mantiene gracias a la afluencia de aguas subterráneas frías, ricas en nutrientes
y bajas en oxígeno, que concentran vida en una capa superficial delgada (Bertrand et al.,
2014). Este sistema también es sostenido por vientos más débiles que otros sistemas de
surgencia debido a la baja latitud de la región y, por lo tanto, a un mayor factor de Coriolis por
la cantidad de turbulencia dada (Bakun y Weeks, 2008). El principal recurso pesquero es la
anchoveta peruana (Engraulis ringens), que representa el 65% de la producción mundial de
anchoveta (Eurofish, 2012) y soporta más del 90% del PIB (Producto Interno Bruto) del sector
pesquero peruano (INEI, 2013 ) La anchoa es central no solo porque constituye la columna
vertebral de las exportaciones pesqueras peruanas, sino también por el papel que desempeña
en la cadena alimentaria (por ejemplo, Espinoza y Bertrand, 2008). Durante mucho tiempo, se
pensó que la anchoa se alimentaba directamente del fitoplancton y que una red alimentaria
tan corta era responsable de la alta productividad del sistema (Ryther, 1969; Walsh, 1981). Sin
embargo, estudios recientes demostraron que la anchoa, así como otras especies pelágicas
como la sardina (Sardinos sagax), el jurel (Trachurus murphyi) y la caballa (Scomber japonicus),
son principalmente zooplanktívoros (Espinoza y Bertrand, 2008, 2014; Espinoza et al. ., 2009;
AlegrenjK et al., 2015).
Al igual que en muchos otros sistemas de surgencia pelágica (por ejemplo, Lindegren et al.,
2016), el NHCS se controla de abajo hacia arriba en una variedad de escalas espacio-
temporales que van desde la escala de ondas internas (minutos - 100 m – 1 km) hasta escalas
milenarias ( Chávez et al., 2008; Gutiérrez et al., 2009; Ayón et al., 2011; Bertrand et al., 2011,
2014; Salvatteci et al., 2014, 2019). En consecuencia, incluso si la búsqueda de peces puede
conducir al agotamiento local del zooplancton (Ayon et al., 2008b), los cambios en la biomasa
y la composición del zooplancton impactan directamente en los niveles tróficos más altos
(Ayon et al., 2011; Bertrand et al., 2011 ; Alegre et al., 2015). Algunos estudios ya se centraron
en las tendencias temporales en biovolúmenes de zooplancton en el NHCS. Específicamente,
Ayón et al. (2004) y Ayon y Swartzman (2008) analizaron las tendencias espacio-temporales en
los biovolúmenes de zooplancton en el período 1964-2005 e identificaron cuatro regímenes de
tiempo: biovolumen alto de zooplancton antes de 1974.5, biovolumen más bajo de 1974.5-
1989.5 y biovolumen promedio durante 1989.5 –1997.5 y 1997.5–2005. Cada régimen también
se asoció con diferentes patrones espaciales y estacionales de biovolumen de zooplancton.
Para completar trabajos anteriores, aquí ampliamos la serie de Ayón et al. (2004) hasta el
período 1961–2012 y expresan los datos del zooplancton en términos de biomasa en lugar de
biovolumen para que sean más directamente aplicables en estudios energéticos y modelos
tróficos. Además, solo usamos datos nocturnos para representar mejor la biomasa total de
zooplancton, ya que la mayoría de los zooplancton migran y se refugian en la ZMO durante el
día (por ejemplo, Ballon et al., 2011). Con tales datos, primero examinamos escalas de décadas
para identificar posibles cambios de régimen, pero también estudiamos los patrones
estacionales para compararlos con estudios previos. En segundo lugar, describimos el cambio
en los patrones espaciales de la distribución del zooplancton entre períodos y temporadas de
décadas. Finalmente, las series temporales de zooplancton publicadas anteriormente y este
estudio se basan en el uso de la red de zooplancton clásica (tamaño de malla: 300 μm) que se
ajustan para observar el mesozooplancton, pero se sabe que subestiman el macrozooplancton
(por ejemplo, Fleminger y Clutter, 1965). Sin embargo, fuera del Perú, la mayoría de los peces
pelágicos toman la mayor parte de su energía del macrozooplancton (Espinoza y Bertrand,
2008; Espinoza et al., 2009; Alegre et al., 2015). Por lo tanto, discutimos si la imagen de la
comunidad de zooplancton que proporcionamos es consistente con la abundancia de
macrozooplancton.
Materiales y métodos
Los datos fueron recolectados a lo largo del ciclo diel durante 158 encuestas científicas
realizadas a lo largo de la costa peruana por el Instituto Peruano del Mar (IMARPE) entre 1961
y 2012 (Fig. 1). Los datos de la encuesta cubrieron la región hasta a 200 km de la costa, pero
más del 95% de los datos se recopilaron dentro de los primeros 100 km de la costa. Las
muestras de zooplancton fueron recolectadas por medio de redes Hensen de 0.33 m2 de área
de boca con malla de 300 μm, en lances verticales desde 50 m de profundidad hasta la
superficie. El biovolumen de zooplancton (ml) se determinó inmediatamente después de la
recolección utilizando el método de desplazamiento (Frolander, 1954, 1957; Kramer et al.,
1972). Antes de determinar el biovolumen (Postel et al., 2000 Ayon et al., 2004), se eliminó el
ictioplancton, que puede dañar a otros individuos de zooplancton, y los coelentes de gran
tamaño (> 2 cm), que podrían sesgar la conversión de biovolumen a biomasa. Las muestras
fueron luego fijadas con 2% de formaldehído tamponado con bórax.
Aquí, para estimar el biovolumen total de zooplancton y la biomasa, solo consideramos las
7538 muestras de plancton recolectadas durante la noche. De hecho, la migración vertical diel
es una característica importante en el zooplancton (por ejemplo, Haury et al., 1978). Fuera del
Perú, la mayoría de las especies zooplanctónicas abundantes realizan una migración vertical
diel (Ayón et al., 2008a). Ballón et al. (2011) estimaron que el 79% de la biomasa de
macrozooplancton migra verticalmente y se refugia en la zona mínima de oxígeno durante el
día (Bertrand et al., 2008, 2014; Ballón et al., 2011). Finalmente, los peces pelágicos se adaptan
a este patrón ya que pueden adaptarse a su período y duración de alimentación para
aprovechar la disponibilidad en la capa superficial (Espinoza y Bertrand, 2008).
El biovolumen (en ml) de cada muestra de zooplancton se convirtió en biovolumen total (en ml
m 2) utilizando el área de la boca de la red (0,33 m2). Para convertir este biovolumen total en
biomasa de peso húmedo (en gmm 2) utilizamos la siguiente ecuación (Wiebe et al., 1975;
Wiebe, 1988):
Log (DV) ¼ a WW þ b
Para describir la variación espacial entre períodos y estaciones interpolamos los datos con el
método "kriging" utilizando Surfer v.15.0. Para el análisis espacial, la costa peruana también se
ha dividido en tres áreas latitudinales: A (03�300S-05�590S), B (06�000S 13�590S) y C
(14�000S-18�200S) según las anteriores trabaja en los patrones espaciales de las
condiciones oceanográficas (p. ej. Carrasco y Lozano, 1989), concentración de oxígeno (p. ej.
Bertrand et al., 2010), productividad primaria (p. ej. Echevin et al., 2008), distribución de
zooplancton (p. ej. Ball�on et al. ., 2011) y distribución de anchoa (por ejemplo, Simmonds et
al., 2009).
La biomasa se comparó por período (resultante de la prueba de Chow), por área (áreas A, B y
C), por temporada (primavera, verano, otoño e invierno) y de acuerdo con el dominio
ecológico (costa adentro, costa afuera). Las diferencias entre los factores se probaron usando
un ANOVA. Antes de realizar los análisis, normalizamos los datos aplicando una transformación
Box-Cox (Box y Cox, 1964).
RESULTADOS
Las biomasas fueron significativamente diferentes entre las Áreas (ANOVA, p <0.0001), siendo
significativamente más altas en el norte (área A) en todos los períodos (Fig. 4, Tabla 1). La
menor biomasa se observó en el centro-norte (área B), excepto durante el último período
cuando la biomasa fue similar entre las áreas B y C (sur del Perú).
Discusión
Los dos cambios de régimen significativos observados en 1973 y 1992 son ligeramente
diferentes de los propuestos por Ayon y Swartzman (2008) (1974.5, 1989.5 y 1997.5). Estas
diferencias pueden estar relacionadas con al menos dos aspectos. Primero, al contrario de este
estudio, utilizaron datos tanto de día como de noche, lo que puede confundir los resultados ya
que la mayoría del zooplancton se somete a una migración vertical diaria (Ballon et al., 2011).
En segundo lugar, nuestra discriminación se basa en la biomasa solo cuando Ayon y Swartzman
(2008) consideraron una variedad de factores espacio-temporales, incluido el ciclo diel.
Sin embargo, los cambios que describimos son consistentes con el análisis semi-cualitativo
realizado por Ayon et al. (2011) que estudiaron el dominio relativo de diferentes clases de
tamaño de más de 15,000 datos de zooplancton entre 1963 y 2005. Mostraron que los
patrones temporales de zooplancton grande en general y euphausiids en particular,
presentaron períodos diferentes, similares a los que observamos considerando biomasa total
Observaron una mayor proporción de macrozooplancton antes de mediados de los años
setenta y después de mediados de los noventa. El macrozooplancton evita las redes, en
particular las redes pequeñas, debido a las perturbaciones visuales y mecánicas (Fleminger y
Clutter, 1965; Debby et al., 2004; Lawson et al., 2008). Los patrones espacio-temporales que
observamos son globalmente consistentes con los del macrozooplancton, en particular los
eufhausidos (Ayon et al., 2011; Ballon et al., 2011). Por lo tanto, en el NHCS, cuando y donde
domina el macrozooplancton, también domina la biomasa obtenida usando muestras clásicas
de red de zooplancton. Esto sugiere que los organismos grandes como los euphausiids y los
copépodos grandes probablemente dominen la biomasa de zooplancton en el NHCS y
gobiernen nuestra serie temporal de biomasa, pero nuestro método de muestreo los
subestima. Ayon et al. (2011) mostraron que la abundancia de anchoa se correlacionó
significativamente con el dominio de macrozooplancton, que también está parcialmente
representado en nuestras series de tiempo. Estos resultados también son consistentes con el
hecho de que pequeños peces pelágicos se alimentan en zooplanqueteros más grandes en el
NHCS en comparación con otros sistemas de corriente de límite oriental (Espinoza et al., 2009).
Si bien observamos cambios decenales significativos, los eventos extremos de El Niño (por
ejemplo, 1982-83 y 1997-98) o los fuertes eventos de La Niño (por ejemplo, 1975 o 2000) no
parecieron desencadenar estos cambios de régimen. Se observaron observaciones similares en
una variedad de componentes del ecosistema sin efecto evidente (por ejemplo, dieta de
anchoa, Espinoza y Bertrand, 2008, o dieta de caballa y jurel, Alegre et al., 2015). Según lo
declarado por Alegre et al. (2015), en este sistema, la abundancia de macrozooplancton parece
altamente resistente a los eventos de El Ni ~ no (ver también Brinton, 1967 y Arones et al.,
2009).