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De Luca. Los Recursos de La Parte Acusadora
De Luca. Los Recursos de La Parte Acusadora
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Le dedico este artículo a Gustavo A. Bruzzone, empecinado defensor de nobles ideas y compañero de ruta
de muchos años.
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Por Tribunal Oral se entiende a todos los que tienen competencia penal: Criminales Federales de Capital
Federal y lor radicados en las provincias; los Criminales; de Menores; en lo Penal Económico.
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Ya sean los juzgados correccionales radicados en la Capital Federal o los juzgados federales, en Capital o
provincias, con competencia correccional.
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El fundamento no cambia para el querellante, porque el Estado ha confiscado el conflicto a la víctima, quien
sólo puede concretar sus intereses persecutorios de los delitos que la damnifican a través del Poder Judicial
que es uno de los Poderes del Estado. Esto es así aun en los delitos de acción privada, donde el titular de la
acción es la víctima, pero que siempre debe buscar la realización de sus pretensiones a través de la ley.
Cuando la ley le limita ese derecho, ello constituye una autolimitación del Estado en la persecución del
castigo de los hechos punibles.
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3) El punto de partida.
Quiero comenzar con una observación poco difundida y cuya
inadvertencia es fuente de innumerables conflictos: el de los recursos es un
sistema en el cual juegan siempre cuatro premisas. No tener en cuenta alguna
de ellas, puede resultar fatal para la suerte del recurso planteado. Ellas se
encuentran relacionadas y son:
a) qué recurso se pretende plantear,
b) cuál es la decisión que se pretende recurrir,
c) qué tribunal la dictó, y
d) qué parte es la que pretende recurrir.
Voy a proponerles el estudio de estas cuestiones comenzando por el
final, esto es, desde el último de los recursos disponibles en el ordenamiento
jurídico argentino, el recurso extraordinario federal, regido por los artículos 14
a 16 de la ley 48, el artículo 6° de la ley 4055, el Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación y, en lo que aquí interesa, por el Código Procesal
Penal de la Nación, así como por el Decreto-ley 1285/58.
Entiendo que no es correcto explicar los requisitos y condiciones de
habilitación de un recurso de casación, si previamente no está lo
suficientemente claro qué supuestos deben darse para que proceda el recurso
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creó el Poder Judicial de la Nación para aplicar las leyes federales dotado de
medios de coerción para hacerlas cumplir7. El ejercicio de esa función fue, y es,
lo que asegura el imperio de las atribuciones del Congreso Nacional; en ella se
apoya la existencia y funcionamiento del régimen federal de gobierno.
Todo el sistema está condensado en el art. 31 CN que establece la
supremacía del orden jurídico federal y, como veremos, el recurso extraordinario
federal tiene su fundamento y fin en ese principio: asegurar esa supremacía.
Nacen así la Corte Suprema y los jueces federales de sección para aplicar y
hacer cumplir la legislación federal en todo el territorio. En concordancia con
ello, la jurisdicción federal es privativa y excluyente. De ahí también surge un
principio político: el gobierno central no puede quedar sometido a la jurisdicción
de una sola provincia en un caso concreto puesto que, si así fuera, ese poder
provincial estaría sometiendo a todas las demás que conformaron –vía
delegación de poderes– el gobierno nacional. Tal es la razón de que algún
tribunal federal (se eligió la Corte Suprema) diga la última palabra en materias
federales (normas o actos de autoridad).
Para completar este punto, cabe anotar que los jueces federales pueden, en
los casos de su competencia, aplicar e interpretar las leyes provinciales, además
de las comunes ya mencionadas, sin que ello importe alterar las jurisdicciones
locales8.
Ahora bien, como en toda causa provincial puede estar involucrado algún
derecho de la Constitución o legislación nacional, v.gr. la nulidad de un
allanamiento sin orden judicial (art. 18 CN), el alcance de la libertad de prensa
(arts. 14 y 32 CN), ello llevaría a que todas las causas pudieran ser consideradas
de naturaleza federal y ser sustraídas del conocimiento de los jueces locales 9.
Para evitar esas consecuencias, desde temprana hora se decidió que sólo
tramitarían en la soberanía federal aquellas causas en que el derecho que se
pretendiera hacer valer en juicio estuviera directamente fundado
(“especialmente regida”, dice la ley 48) en la Constitución, tratado o ley de la
Nación10. Los puntos sobre los que versan las causas, son los hechos que las
motivan, y no los fundamentos alegados por las partes.
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En la Argentina, también se agregó el instituto de la intervención federal (art. 6° CN).
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Art. 21, ley 48; Fallos: 41:260.
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Una interpretación literal de nuestros arts. 116 y 117 CN, copiados de la Constitución norteamericana, puede
llevar a esa solución. La ley 27, de 1862, disponía un recurso ante los jueces de sección respecto de las decisiones
de la justicia provincial. Fue derogado por la ley 48 porque generaría innumerables conflictos.
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Fallos: 115:356.
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Los jueces provinciales pueden y deben interpretar y aplicar la Constitución, leyes o tratados nacionales, porque
la aplicación de las leyes nacionales no es una atribución exclusiva de los jueces nacionales, en los casos de su
jurisdicción cuando la disposición esté vinculada al derecho cuestionado. Fallos: 10:134 y 302:1325. Principio
desarrollado in extenso en “Strada” y “Di Mascio”, ya citados.
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Frase del Dr. Andrés D'Alessio, en el curso de posgrado sobre Recurso Extraordinario de la Facultad de
Derecho de la U.B.A. 1993, de cuyos apuntes también he extraído otras informaciones que aquí me he tomado
el atrevimiento de volcar.
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Se dice que la causa está “principalmente” regida por una materia federal, porque dentro de cualquier causa
hay innumerables cuestiones de derecho no federal (ej. tentativa, autoría, concurso de delitos,
individualización de la pena, excarcelación, nulidades, etc.).
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Debo aclarar que ya existían otros tribunales de apelaciones establecidos por otras leyes, ej. en el proceso
civil, de modo que menciono a esta ley para tomar un punto de partida común y uniforme para todos los
tribunales superiores nacionales y federales.
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D'Alessio, ya citado. .
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Parecen entenderlo así Lugones, Narciso Juan y Dugo, Sergio O., "Casación Penal y Recurso
Extraordinario", Edit. Depalma, Bs. As., 1993, Capítulo III, página 93 y ss. La consecuencia de su
interpretación es que la Cámara Nacional de Casación Penal debería ser asimilada a una de las Cámaras de
Apelaciones que menciona la ley 4055 y siempre habría que pasar por ella antes de llegar a la Corte, más allá
del límite que se establezca en otra ley.
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En el marco de este sistema el recurso de inconstitucionalidad en el Código Procesal Penal de la Nación
(arts. 474 y 475), deviene innecesario.
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El hecho de que también tenga competencia en causas que provienen de la justicia nacional no lo priva de
esa calidad. Por empezar, se llama Cámara Nacional. La llamada justicia nacional funciona como local para
entender en los hechos ocurridos en la Capital Federal. Pero esto no significa que constitucionalmente sea
equiparada a una jurisdicción provincial. La demostración de esta afirmación es que, contra las sentencias de
las cámaras nacionales (no federales) de apelaciones radicadas en la Capital Federal, sólo puede interponerse
el recurso del art. 6º de la ley 4055 ante la Corte Suprema. Reitero, que es igual al del art. 14 de la ley 48. Aún
no se ha resuelto en la práctica qué pasará con la “justicia nacional” a partir de la autonomía constitucional de
la Ciudad de Buenos Aires, donde se asienta la Capital Federal. La justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, sí es equiparable a las provinciales.
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Tipo de recurso; decisión que se recurre; tribunal que la dictó; parte que pretende recurrir.
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Así, el Procurador Fiscal ante la Corte Suprema, desistió del recurso extraordinario federal interpuesto por
un fiscal, contra una resolución dictada durante el proceso por una cámara de apelaciones que no había hecho
lugar a la nulidad de las actuaciones por él pedida, por entender que debía pasar por la Cámara de Casación.
Este es un asunto ajeno a este trabajo y también hay jurisprudencia de la propia Corte Suprema (ver el trabajo
de Gloria Manriquez y del suscripto que se cita), mas queda claro que, para el Procurador Fiscal, una vez que
la resolución que se apela es "equiparada a definitiva", el fiscal inferior debió haber interpuesto recurso de
casación. Sin embargo, su dictamen ante la Corte se apoya en precedentes donde la que apela es la defensa y
en otro, in re "Villegas", Fallos: 320:277, donde se el que apelaba era el fiscal y donde la mayoría de la Corte
no había rechazado el recurso por ausencia de superior tribunal, sino por ausencia de sentencia definitiva.
Sólo la posición minoritaria del juez Petracchi desestimaba el remedio federal por ausencia del requisito de
superior tribunal. Tanto es así que las disidencias, sorteado el obstáculo de sentencia definitiva, trataron el
fondo y le dieron la razón al fiscal. Esta situación podría haber generado que el Procurador Fiscal desistiera
del recurso porque no se trataba de una "sentencia definitiva" o que lo mantuviera porque el origen de la
nulidad era distinto al del precedente y causaba un gravamen irreparable al Ministerio Público Fiscal. De
todos modos, en el caso ahora comentado, donde se presentara este dictamen del Procurador Fiscal, la Corte
no se expide sobre la vía recursiva, sino que simplemente tiene por desistido el recurso. La causa es A.855.
XXXVII "Autopista Rosario-Buenos Aires", resuelta el 4 de abril de 2002.
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Sala II, causa 3359 "Sciarrotta" del 13-6-2001; Sala IV, causa 1430 "Rico",
del 6-3-2000; Sala I, causa 848, "Paz", del 31-5-96, entre otros).
Ahora bien, en el precedente "Arce" la Corte Suprema sostuvo que el
art. 458 del C.P.P.N. en cuanto establece un límite para el Fiscal para recurrir
en casación es constitucional "en la medida en que, de acuerdo a las
particulares circunstancias del sub lite, no se ha demostrado que se haya
afectado la validez de otras normas constitucionales". La Casación sostuvo en
los casos citados, que esa frase significa que cuando hay una cuestión federal
(afectación de normas constitucionales), no rige el límite para ninguna parte,
su competencia está habilitada y puede resolver el fondo.
Me pregunto, ¿cuál es la cuestión federal involucrada? ¿La
inconstitucionalidad del límite o alguna otra que hace a los agravios de fondo?
Esa inteligencia, diría "extensiva" o amplia del fallo de la Corte, no
discrimina entre las distintas cuestiones, y de ese modo no tiene en cuenta que
en la causa "Arce" -como se desprende de su íntegra lectura- el fiscal había
planteado solamente una cuestión federal tendiente a que se removiera el
límite y se abriera la instancia anterior, esto es, la de casación. La Corte trató y
resolvió que el límite legal no era inconstitucional, de modo que no había
ninguna otra afectación constitucional que tratar, y así lo dice la Corte en el
referido párrafo24.
Es que la presencia de otras cuestiones federales no permite soslayar el
límite legal. Me remito a lo dicho respecto de la historia y naturaleza del
recurso extraordinario federal en el marco de la jurisdicción apelada de la
Corte del art. 117 CN.
Como puede verse, se discutía si el fiscal tenía un "derecho individual"
o "garantía" a la doble instancia (porque los Pactos Internacionales se lo
reconocían al imputado y porque ello violaría la igualdad ante la ley), y se
resolvió que no. No se trató el asunto desde el punto de vista la organización
judicial, esto es, de la conveniencia de que siempre intervenga un "tribunal
intermedio".
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En el considerando 3º), referido a la admisibilidad del recurso extraordinario federal, la Corte dice: "Que el
recurso es admisible en tanto se ha puesto en tela de juicio la validez de una ley nacional (art. 458 del Código
Procesal Penal de la Nación) por ser contraria a normas de la Constitución Nacional y de un tratado
internacional al que ella hace referencia, y la decisión ha sido adversa al derecho fundado en estas últimas
(art. 14, inc. 3º de la ley 48)". Esa es el único agravio por el cual se abrió el recurso extraordinario federal; se
lo trató, y se resolvió que no tenía razón. Nada más.
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8) Crítica.
Para algunos la posición de la mayoría de la Corte, descripta en el punto
6), parecerá un dislate, pero otros verán en ella algo más profundo y valioso:
el mantenimiento de la constitucionalidad de los límites para recurrir
sentencias absolutorias o de baja pena por los acusadores, constituye una
autolimitación del Estado en su función represiva de los delitos. Estas partes,
no tienen una garantía o derecho individual en juego, y no podrán discutir más
cuestiones de hecho ni de derecho no federal (art. 75, inc. 12, y art. 116 CN).
Sólo les queda la Corte para dirimir cuestiones federales.
El único que tiene derecho a sortearlo es el imputado, porque tiene un
derecho "individual" fundado en una norma de superior jerarquía (in re
"Giroldi").
Existen otros problemas, también atinentes a los derechos individuales,
como lo es la contracara del derecho a la doble instancia y el principio de
igualdad. En el primer supuesto, se trata de que si el fiscal o la querella tienen
el mismo derecho a recurrir las sentencias que la defensa, ésta última podría
ver limitado su derecho al doble conforme. El segundo, es que la querella
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La opinión de que en estos casos de reenvío (art. 471 CPPN, art. 15 y 16 de la ley 48) se lesiona el ne bis in
idem no es compartida. De Luca, Javier Augusto: “Ne bis in idem (especialmente en el ámbito de las
nulidades y recursos)”. Revista del Ministerio Público Fiscal, Procuración General de la Nación, Nº 7, abril
de 2001, p.194; “Non bis idem. Derecho a una rápida decisión judicial. Reformatio in pejus. Iura curia
novit”. Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal, Año VI, Nº 10 C, Edit. Ad-Hoc, p. 175. “Reflexiones
sobre el non bis in idem y el derecho a un juicio rápido”. Ciencias Penales Contemporáneas. Revista de
Derecho Penal y Criminología, Año 1, Nº 2, 2001, Ediciones Cuyo, Mendoza, marzo de 2002, p. 181. En
estos trabajos hay unas cuantas citas sobre esta cuestión, entre las que se destacan las posiciones de
J.B.J.Maier y A.Carrió.
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A veces la Corte flexibiliza los requisitos y trata casos en los que ellos no se presentan de una manera muy
clara. Pero debe quedar bien claro al lector, y por más que ello no sea de nuestro agrado, que la Corte no se
comporta como juez de la causa, sino que es juez de un recurso y, dentro de él, solamente de la cuestión
federal planteada. De modo que en teoría, si no se dan todos los requisitos elaborados por la ley y la
jurisprudencia del Alto Tribunal, por más injusta o escandalosa que aparezca la sentencia apelada, la Corte
“no se hará cargo” de esa cuestión. Los jueces de la causa son los de “abajo” y ellos son los responsables de
su solución del caso. La Corte no es una segunda o tercera instancia instalada para resolver injusticias. Así de
crudo.
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recurrente que acompañara copias una vez resuelta la otra vía. Ver caso “Jubert”, Fallos: 304:1468, del 14-10-
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De Luca, Javier A. y Manriquez, Gloria, Investigación... ya citado.
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Lo cual ya ha sido declarado violatorio del principio constitucional de juez imparcial.
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9). Conclusiones:
1. Cuando la defensa desea agraviarse de una sentencia de un juez
correccional o tribunal oral, federal o nacional, no rigen los límites del Código
Procesal Penal de la Nación.
Ello se basa en que tales límites se oponen a un derecho de superior
jerarquía, contenido en el art. 8.2.h. de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos; art. 14.5. Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos 37. Por lo tanto, por imperio del art. 31 de la Constitución Nacional, la
ley que los establece, es inconstitucional.
2. Cuando los que recurren son el fiscal o la querella, esos límites no
son inconstitucionales, porque no hay ningún derecho de superior jerarquía
involucrado.
3. No interesa que en los recursos del fiscal o la querella se
introduzcan cuestiones federales que hacen al fondo del asunto, porque la
Cámara de Casación no tiene competencia para tratar el fondo. La única
cuestión federal que la Cámara de Casación debe tratar es la de la
inconstitucionalidad del límite. Ello así porque se trata de una cuestión federal
que pretende habilitar su instancia. Rechazada ésta, por los argumentos ya
expuestos, no tiene competencia para tratar más nada.
4. Esa fue la única cuestión federal sometida a juzgamiento en "Arce"
-para el fiscal-, y en "Verbitzky" y "Mainhard" -para la querella-.
5. Ese criterio ha sido ratificado por la mayoría de la Corte en causas
civiles y penales, partiendo de la base de que el estándar de “Strada” y “Di
Mascio” no es aplicable al orden jurídico-procesal federal o nacional.
6. En esos casos no es doctrina de la Corte –al menos, todavía– que la
cámara de casación deba funcionar como un tribunal intermedio cuando hay
una cuestión federal involucrada.
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El referido art. 459 en “Giroldi”, y la parte final del art. 316 CPPN en cuanto declara inexcarcelables
determinados delitos, en “Nápoli, Erika”.
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Explayarse sobre esto ya es una obviedad. El problema es que el recurso extraordinario federal no satisface
los requisitos del derecho constitucional someter a revisión la sentencia condenatoria. La Corte y la Comisión
Interamericana han declarado que el recurso de casación interpretado en forma amplia, satisface ese derecho.
Así lo declaró la Corte Suprema desde "Giroldi" en adelante.
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