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Nombre:

Kelvin Reynoso García

Matricula:

2-16-8724

Materia:

Psicología Clínica
Concepto de las enfermedades o trastornos
mentales

Las enfermedades o trastornos mentales son afecciones que impactan su


pensamiento, sentimientos, estado de ánimo y comportamiento. Pueden ser
ocasionales o duraderas (crónicas). Pueden afectar su capacidad de
relacionarse con los demás y funcionar cada día. el término «trastorno
mental» implica, desafortunadamente, una distinción entre trastornos
«mentales» y «físicos» (un anacronismo reduccionista del dualismo
mente/cuerpo). En este manual cada trastorno mental es conceptualizado
como un síndrome o un patrón comportamental o psicológico de
significación clínica, que aparece asociado a un malestar (p. ej., dolor), a
una discapacidad (p. ej., deterioro en una o más áreas de funcionamiento) o
a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor,
discapacidad o pérdida de libertad. Además, este síndrome o patrón no
debe ser meramente una respuesta culturalmente aceptada a un
acontecimiento particular (p. ej., la muerte de un ser querido). Cualquiera
que sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de
una disfunción comportamental, psicológica o biológica. Ni el
comportamiento desviado (p. ej., político, religioso o sexual) ni los
conflictos entre el individuo y la sociedad son trastornos mentales, a no ser
que la desviación o el conflicto sean síntomas de una disfunción.

Características de las enfermedades


mentales

Un trastorno mental o del comportamiento se caracteriza por una


perturbación de la actividad intelectual, el estado de ánimo o el
comportamiento que no se ajusta a las creencias y las normas culturales.
En la mayoría de los casos, los síntomas van acompañados de angustia e
interferencia con las funciones personales.
Los trastornos mentales producen síntomas que son observables para la
persona afectada o las personas de su entorno. Entre ellos pueden
figurar:

➢ síntomas físicos (dolores, trastornos del sueño)


➢ síntomas afectivos (tristeza, miedo, ansiedad)
➢ síntomas cognitivos (dificultad para pensar con claridad,
creencias anormales, alteraciones de la memoria)
➢ síntomas del comportamiento (conducta agresiva, incapacidad
para realizar las tareas corrientes de la vida diaria, abuso de
sustancias)
➢ Alteraciones perceptivas (percepción visual o auditiva de cosas
que otras personas no ven u oyen)

Los signos precoces específicos varían de un trastorno mental a otro. Las


personas que presentan uno o varios de los síntomas enumerados deben
consultar a un profesional si esos síntomas persisten, provocan un
sufrimiento importante o interfieren con las tareas cotidianas.
La depresión, el abuso de sustancias, la esquizofrenia, el retraso mental,
el autismo en la infancia y la demencia son ejemplos de trastornos
mentales. Pueden aparecer en varones y mujeres de cualquier edad y en
cualquier raza o grupo étnico. Aunque no se conocen perfectamente las
causas de muchos trastornos mentales, se cree que dependen de una
combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales, como
sucesos estresantes, problemas familiares, enfermedades cerebrales,
trastornos hereditarios o genéticos y problemas médicos. En la mayoría
de los casos, los trastornos mentales pueden diagnosticarse y tratarse
eficazmente.

Hay numerosas maneras de clasificar las enfermedades mentales, las cuales


pueden ser con mayor o menor gravedad tanto en lo individual como en lo
social; una clasificación clásica es la de: Trastornos Neuróticos y
Trastornos Psicóticos.
• Trastornos neuróticos: trastornos depresivos, de ansiedad, disociativos
(de personalidad múltiple), sexuales (fetichismo, masoquismo) y del sueño
(insomnio), sin una alteración orgánica demostrable (según la OMS)
• Trastornos psicóticos: incluye estados de esquizofrenia, delirios y
alucinaciones, así como los estados producidos por ciertas enfermedades o
sustancias que entran en el organismo.
Como ya se expuso anteriormente, algunas enfermedades como la que
producen estados psicóticos tienen algunas similitudes, pero cumplen con
diferentes criterios, igualmente y de ninguna manera se deben equivocar
términos como la psicopatía con los estados psicótico
Clasificación de las enfermedades mentales
de acuerdo al DSM IV

Los. grupos de trastornos del DSM-lV son los siguientes:

1. Trastornos del neurodesarrollo.

2. Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

3. Trastorno bipolar y trastornos relacionados.

4. Trastornos depresivos

5. Trastornos de Ansiedad.

6. Trastorno obsesivo compulsivo y trastornos relacionados.

7. Trauma y otros trastornos relacionados con Factores de estrés.

8. Trastornos disociativos.

9. Trastorno por síntomas somáticos y trastornos relacionados.

10.Trastornos de la alimentación.

11.Trastornos del sueño-vigilia.

12.Disfunciones sexuales.

13.Disforia de género

14.Trastornos del control de impulsos y conductas disruptivas.

15.Trastornos por uso de sustancias y trastornos adictivos.

16.Trastornos neurocognitivos.

17.Trastornos parafílicos.

18.Trastornos de personalidad.
Definición de la clasificación

➢ Trastornos del neurodesarrollo:


Un trastorno del neurodesarrollo o trastorno del desarrollo neurológico es
el conjunto de dificultades cognitivas que afectan la maduración
neurológica normal de los niños y niñas a distintos niveles, generando, por
ejemplo, alteraciones o retrasos en el aprendizaje y en el crecimiento de
habilidades del tipo motor, comunicacionales y sociales.
estos trastornos se deben principalmente a un desarrollo no neurotípico del
cerebro del niño (es decir, por debajo de la media) o a la presencia de
lesiones o alteraciones en su maduración, y se originan a partir de la
primera infancia o durante su proceso de desarrollo vital”.
Además, estos trastornos producen dificultades de intensidad variable en
los procesos de adaptación y participación social y/o en la realización de
actividades básicas para la supervivencia. La especialista agrega que “la
actividad del menor se ve limitada o alterada respecto a lo que vemos
habitualmente en niños con la misma edad y condiciones
➢ Espectro de la esquizofrenia:
se refiere a síntomas tales como delirios, alucinaciones, pensamiento y
lenguaje desorganizado y comportamiento motor extraño e inapropiado
(incluyendo la catatonia) que indican pérdida de contacto con la realidad.

Otros trastornos psicóticos se categorizan como

• Otros trastornos en el espectro de la esquizofrenia especificados y


otros trastornos psicóticos

• Trastornos en el espectro de la esquizofrenia no especificados y otros


trastornos psicóticos

Estas categorías se refieren a síntomas que son típicos del espectro de la


esquizofrenia u otro trastorno psicótico (p. ej., delirios, alucinaciones,
pensamiento y lenguaje desorganizados, comportamiento catatónico), que
causan un significativo malestar y deterioro social y laboral, pero que no
cumplen todos los criterios para un trastorno específico. Estas categorías
se aplican a veces temprano en un trastorno del espectro de la
esquizofrenia antes de que se haya manifestado completamente.

La categoría de trastorno psicótico no especificado ya no se utiliza.

Un trastorno se clasifica como especificado si el profesional decide


especificar cómo las características de los síntomas no cumplen los
criterios para un trastorno específico. Por ejemplo, un paciente puede
tener alucinaciones auditivas persistentes sin otros síntomas, por lo que no
cumple los criterios para la esquizofrenia, que requiere 2 manifestaciones
psicóticas.
La categoría no especificada se utiliza cuando la información necesaria
para hacer un diagnóstico es insuficiente (p. ej., en un servicio de
urgencias).

➢ Trastorno bipolar y trastornos relacionados:


Los trastornos bipolares se caracterizan por episodios de manía
y depresión, que pueden alternar aunque en muchos pacientes predomina
uno sobre el otro. Se desconoce la causa exacta, pero pueden estar
implicados la herencia, cambios en las concentraciones de los
neurotransmisores cerebrales y factores psicológicos. El diagnóstico se
basa en la anamnesis. El tratamiento consiste en fármacos estabilizadores
del estado de ánimo, a veces con psicoterapia.
Los trastornos bipolares suelen comenzar en la adolescencia, la tercera o
la cuarta década de la vida (Ver también Trastorno bipolar en niños y
adolescentes). Su prevalencia a lo largo de la vida es del 4%. Las tasas del
trastorno bipolar son aproximadamente iguales entre hombres y mujeres.
Los trastornos bipolares se clasifican en

• Trastorno bipolar I: definido por la presencia de por lo menos un


episodio maníaco completo (es decir, que interrumpe la función
social y laboral normal) y habitualmente episodios depresivos
• Trastorno bipolar II: definido por la presencia de episodios
depresivos mayores al menos con un episodio hipomaníaco pero sin
episodios maníacos completos
• Trastorno bipolar no especificado: trastornos con características
bipolares claras que no cumplen criterios específicos para otros
trastornos bipolares
En el trastorno ciclotímico, los pacientes tienen períodos prolongados (>
2 años) que incluyen episodios tanto hipomaníacos como depresivos; sin
embargo, estos episodios no cumplen con los criterios específicos para un
trastorno bipolar.
➢ Trastornos depresivos:

Las causas posibles incluyen una combinación de fuentes biológicas,


psicológicas y sociales de angustia. Cada vez son más las investigaciones
que sugieren que estos factores pueden ocasionar cambios en la función
cerebral, como la actividad anormal de ciertos circuitos neuronales en el
cerebro.
El sentimiento de tristeza permanente o la pérdida de interés que
caracterizan a la depresión grave pueden provocar una variedad de
trastornos emocionales y físicos. Pueden incluir trastornos en hábitos del
sueño, apetito, nivel de energía, concentración, comportamiento diario o
autoestima. La depresión también puede asociarse con pensamientos
suicidas.
El tratamiento principal son los medicamentos, la terapia conversacional o
una combinación de ambos. Cada vez son más las investigaciones que
sugieren que estos tratamientos pueden normalizar los cambios cerebrales
asociados con la depresión.

➢ Trastornos de ansiedad:

La ansiedad puede ser normal en situaciones estresantes, como hablar en


público o realizar una prueba. La ansiedad es solo un indicador de una
enfermedad subyacente cuando los sentimientos se vuelven excesivos, en
todo momento e interfieren con la vida cotidiana.
La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que temes a lugares
y situaciones que pueden causarte pánico o hacerte sentir atrapado,
indefenso o avergonzado y a menudo intentas evitarlos

➢ Trastorno obsesivo compulsivo y trastornos relacionados:

El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por obsesiones,


compulsiones o ambas. Las obsesiones son ideas, imágenes o impulsos
irresistibles y persistentes de hacer algo. Las compulsiones son necesidades
patológicas para actuar según un impulso que, si es resistido, provoca
ansiedad y angustia excesivas. Las obsesiones y las compulsiones causan
gran angustia e interfieren con el desempeño académico y social. El
diagnóstico se basa en la anamnesis. El tratamiento consiste en terapia
conductista e ISRS. El TOC es un poco más frecuente en las mujeres que
en los varones, y afecta del 1 al 2% de la población. La edad media de
inicio del TOC es 19 a 20 años, pero alrededor del 25% de los casos
comienza hacia los 14 años (ver Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y
trastornos relacionados en niños y adolescentes). Hasta un 30% de las
personas con TOC también tienen un trastorno de tic pasado o actual.
Obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes intrusivos, no
deseados cuya presencia por lo general causan angustia o ansiedad
intensas. El tema dominante de los pensamientos obsesivos puede ser un
daño, un riesgo hacia uno mismo o hacia otros, un peligro, una
contaminación, una duda, una pérdida o una agresión. Por ejemplo, los
pacientes pueden obsesionarse con contaminarse con suciedad o gérmenes
al menos que se laven las manos por ≥ 2 h al día. Las obsesiones no son
placenteras. Por lo tanto, los pacientes tratan de ignorar o reprimir los
pensamientos, impulsos o imágenes. O intentan neutralizarlos con una
compulsión.
Las compulsiones (a menudo denominadas rituales) son conductas
excesivas, repetitivas, intencionales que las personas afectadas sienten que
deben realizar para prevenir o reducir la ansiedad causada por sus
pensamientos obsesivos o para neutralizar sus obsesiones. Algunos
ejemplos son
• Lavarse (p. ej., lavarse las manos, ducharse)

• Asegurarse (p. ej., de que la cocina esté apagada, que las puertas
estén cerradas con llave)

• Contar (p. ej., repetir una conducta un cierto número de veces)

• Ordenar (p. ej., ordenar la vajilla o los elementos de trabajo en un


patrón específico)
➢ Trauma y otros trastornos relacionados con Factores de estrés:

Los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés implican la


exposición a un evento traumático o estresante. Dos de los trastornos
relacionados con el traumatismo son el trastorno por estrés agudo (TEA) y
el trastorno por estrés postraumático (TEPT)

Los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés son un


conjunto de alteraciones mentales en los que la exposición a un evento
traumático o muy estresante es uno de su principal criterio diagnóstico.

Actualmente, se entiende como factor estresante a cualquier estresor que


perturbe el equilibrio fisiológico, cognitivo, comportamental o emocional
normal de una persona. El origen de este factor estresante puede ser de
diferente índole, pudiendo ser física, económica, social o psicológica.
Por su parte, un factor traumático es cualquier acontecimiento que pueda
causar un grave perjuicio sobre la integridad física y psicológica de la
persona, ya siendo en forma de amenaza de muerte, daños graves, violencia
sexual, tanto en esa misma persona como en un familiar o amigo cercano.

Los trastornos de esta categoría producen un elevado coste personal,


económico y social. A nivel personal provocan malestar, sufrimiento y una
serie de secuelas postraumáticas tan graves que pueden dejar marcada a la
persona de por vida.

➢ Trastornos disociativos:
Los trastornos disociativos son trastornos mentales que suponen una
desconexión y falta de continuidad entre pensamientos, recuerdos,
entornos, acciones e identidad. Una persona que sufre trastornos
disociativos escapa de la realidad de formas involuntarias y poco
saludables, lo que causa problemas con el funcionamiento diario.

Por lo general, los trastornos disociativos aparecen en reacción a un trauma


y ayudan a mantener los recuerdos difíciles controlados. Los síntomas, que
pueden ir de la amnesia hasta las identidades alternativas, dependen, en
parte, del tipo de trastorno que tengas. Los períodos de estrés pueden
empeorar temporalmente los síntomas, haciéndolos más evidentes.

Los tratamientos para los trastornos disociativos pueden ser la terapia de


conversación (psicoterapia) y los medicamentos. Si bien tratar los
trastornos disociativos puede ser difícil, muchas personas aprenden nuevas
formas de afrontarlos y llevan una vida saludable y productiva.

➢ Trastorno por síntomas somáticos y trastornos relacionados:


El trastorno de síntomas somáticos (TSS) se presenta cuando una persona
siente una ansiedad extrema exagerada a causa de síntomas físicos. La
persona tiene pensamientos, sensaciones y comportamientos tan intensos
relacionados con los síntomas que siente que no puede hacer algunas de las
actividades de su vida diaria. Ellos pueden creer que los padecimientos
médicos cotidianos son mortales. Esta ansiedad puede no mejorar a pesar
de los resultados normales del examen y de la reconfirmación del
proveedor de atención médica.
Una persona con TSS no finge sus síntomas. El dolor y los demás
problemas son reales. Pueden ser provocados por un padecimiento de
salud. A menudo, no se puede encontrar una causa física. Sin embargo, el
problema principal es la reacción extrema y los comportamientos
relacionados con los síntomas.

Causas
El TSS generalmente comienza antes de los 30 años. Se presenta más
frecuentemente en las mujeres que en los hombres. No está claro por qué
algunas personas presentan esta afección. Ciertos factores pueden estar
involucrados:

• Tener perspectivas negativas


• Ser más sensible física y emocionalmente al dolor y otras sensaciones
• Antecedentes familiares o educación
• Genética

➢ Trastornos de la alimentación:
Los trastornos de la alimentación son afecciones graves que se relacionan
con las conductas alimentarias que afectan negativamente la salud, las
emociones y la capacidad de desempeñarte en áreas importantes de la vida.
Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa,
la bulimia nerviosa, y el trastorno alimentario compulsivo.

La mayoría de los trastornos de la alimentación se caracterizan por fijar


excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida, lo que
causa conductas alimentarias peligrosas. Estas conductas pueden tener una
repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la
nutrición adecuada. Los trastornos de la alimentación pueden causar daños
en el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca, y
derivar en otras enfermedades.

Con frecuencia, estos trastornos se manifiestan en la adolescencia y los


primeros años de la adultez, aunque pueden aparecer a otras edades. Con
tratamiento, puedes volver a tener hábitos alimentarios más saludables y, a
veces, revertir las complicaciones graves causadas por el trastorno de la
alimentación.
➢ Trastornos del sueño-vigilia:
Los trastornos del sueño son afecciones que provocan cambios en la forma
de dormir.

Un trastorno del sueño puede afectar tu salud, seguridad y calidad de vida


en general. La falta de sueño puede afectar tu capacidad para conducir con
seguridad y aumentar el riesgo de otros problemas de salud.

Algunos de los signos y síntomas de los trastornos del sueño incluyen


somnolencia diurna excesiva, respiración irregular o aumento del
movimiento durante el sueño. Otros signos y síntomas incluyen un sueño
irregular y un ciclo de vigilia y dificultad para conciliar el sueño.

Hay muchos tipos diferentes de trastornos del sueño. A menudo, se agrupan


en categorías que explican por qué suceden o cómo te afectan. Los
trastornos del sueño también se pueden clasificar de acuerdo con las
conductas, los problemas de los ciclos naturales de sueño y vigilia, los
problemas respiratorios, la dificultad para dormir o qué tan somnoliento te
sientas durante el día.

Estos son algunos tipos comunes de trastornos del sueño:

• Insomnio, que es la dificultad para conciliar el sueño o para


permanecer dormido durante la noche.
• Apnea del sueño, que es tener patrones anormales en la respiración
mientras estás dormido. Hay varios tipos de apnea del sueño.
• Síndrome de las piernas inquietas, un tipo de trastorno del movimiento
del sueño. Este síndrome, también llamado enfermedad de Willis-
Ekbom, causa una sensación incómoda y un impulso de mover las
piernas cuando estás tratando de dormirte.
• Narcolepsia, una afección caracterizada por somnolencia extrema
durante el día y quedarte dormido repentinamente durante el día.
Hay muchas maneras de ayudar a diagnosticar los trastornos del sueño. Por
lo general, los médicos pueden tratar la mayoría de los trastornos del sueño
de manera efectiva una vez que se diagnostican correctamente.
➢ Disfunciones sexuales:
Las disfunciones sexuales son los problemas que afectan a la capacidad,
tanto de hombres como de mujeres, para responder sexualmente o
experimentar placer sexual. Las disfunciones sexuales suelen generar
inseguridad, falta de confianza en uno/a mismo/a, frustración, problemas
con la pareja, etc.
El funcionamiento sexual supone una interacción compleja de factores
biológicos,
socioculturales y psicológicos y, aunque cuesta reconocerlo en el entorno
por vergüenza, un porcentaje muy elevado de personas que vienen a
nuestra consulta, lo hacer por problemas sexuales.
Si quieres, puedes llamarnos. Te asesoramos y ayudamos a solucionar tus
dificultades sexuales. Puedes consultar también el apartado de sexología
de nuestra web, en el que encontrarás más información.

➢ Disforia de género:
La disforia de género es la sensación de incomodidad o angustia que
pueden sentir las personas cuya identidad de género difiere del sexo
asignado al nacer o de las características físicas relacionadas con el sexo.

Las personas transgéneras y no conformes con su género pueden


experimentar disforia de género en algún momento de sus vidas. Pero no
todas las personas se sienten afectadas. Algunas personas transgéneras y no
conformes con su género se sienten a gusto con sus cuerpos, ya sea con
intervención médica o sin ella.

La disforia de género es un diagnóstico catalogado en el Manual


Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, por sus
siglas en inglés), un manual publicado por la American Psychiatric
Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría) para diagnosticar
afecciones mentales. Se intenta que este término sea más descriptivo que el
que se usaba anteriormente, trastorno de identidad de género. El término
disforia de género se centra en la incomodidad como problema, más que en
la identidad. Se creó un diagnóstico de disforia de género para ayudar a las
personas a tener acceso a la atención médica necesaria y a un tratamiento
eficaz.
➢ Trastornos del control de impulsos y conductas disruptivas:

Los trastornos disruptivos del control de los impulsos y de la


conducta (DSM-5, APA, 2013) incluyen afecciones que se manifiestan con
problemas en el autocontrol del comportamiento y las emociones mientras
que otros trastornos del DSM-5 pueden tratar sobre problemas de la
regulación del comportamiento y las emociones, los trastornos disruptivos
se traducen en conductas que violan derechos de los demás (por ejemplo:
agresión, destrucción de la propiedad), o llevan al individuo a conflictos
importantes frente a las normas de la sociedad o las figuras de autoridad.

Las causas que subyacen en los problemas del autocontrol del


comportamiento y las emociones pueden variar sustancialmente dentro de
los trastornos disruptivos y así como entre los propios individuos dentro del
mismo grupo diagnóstico.

Estos trastornos se dan de forma más frecuente en el sexo masculino que en


el sexo femenino.

A menudo los trastornos disruptivos se presentan de forma comórbida, es


decir, asociada, al trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH) en sus formas impulsivas-hiperactivas,
cuando existen factores desencadenantes biológicos y/o ambientales
(entorno) como consumo de sustancias, entornos desestructurados,
experiencias de bulliyng, problemas socio-afectivos o antecedentes
familiares. Estas situaciones pueden actuar de catalizadores para la presencia
de este tipo de patologías, especialmente en la etapa de la adolescencia.

➢ Trastornos por uso de sustancias y trastornos adictivos:


Los trastornos de uso de sustancias pueden referirse al uso o a la
dependencia de sustancias. Entre los síntomas de estos trastornos se pueden
encontrar:

• Cambios en el comportamiento, por ejemplo:


o Disminuir la asistencia y el rendimiento en la escuela
o Meterse en problemas con frecuencia (peleas, accidentes,
actividades ilegales)
o Usar sustancias en situaciones que representan un peligro físico,
por ejemplo, mientras conduce u opera una máquina
o Actuar a escondidas o de manera sospechosa
o Manifestar cambios en el apetito o los patrones de sueño
o Exhibir cambios sin explicación en la personalidad o la actitud
o Demostrar cambios en el estado de ánimo, irritabilidad o
estallidos de ira
o Pasar por períodos inusuales de hiperactividad, agitación o
aturdimiento
o No tener motivación
o Mostrarse temeroso, ansioso o paranoico, sin razón alguna
• Cambios físicos, por ejemplo:
o Ojos inyectados de sangre y pupilas de tamaño anormal
o Pérdida o incremento de peso repentinos
o Deterioro del aspecto físico
o Olores inusuales en el aliento, el cuerpo o la ropa
o Temblores, habla inarticulada o coordinación atrofiada
• Cambios sociales, por ejemplo:
o Cambio repentino de amigos, lugares favoritos de reunión y
pasatiempos
o Problemas legales vinculados con el uso de sustancias
o Necesidad de dinero sin explicar o problemas financieros
o Uso de sustancias incluso a pesar de que generan problemas en
las relaciones
➢ Trastornos neurocognitivos:
Los trastornos cognitivos, como su nombre indica, alteran las funciones
cognitivas de la persona que los padece como pueden ser la memoria, el
lenguaje, la atención, la conducta, el aprendizaje o la orientación. Este tipo
de trastornos suele darse en personas mayores, por lo que debemos trabajar
para prevenir dicho deterioro cognitivo.

Dentro de estos trastornos, podemos encontrarnos con el delirium, la


demencia o los trastornos amnésicos que explicaremos a continuación:

Delirium
Se trata del deterioro agudo y global de las funciones superiores. Su dato más
característico es el deterioro del nivel de conciencia.
Al principio sólo se detectan dificultades de atención, concentración y
desorientación (temporal al inicio, luego espacial). Conforme se agrava, se
desestructura el pensamiento y la percepción.

En el delirium se diferencian 2 patrones según la alteración de la conducta:


agitado y estuporoso.

Demencia
La demencia es el síndrome caracterizado por el deterioro crónico y global
de las denominadas funciones superiores. Lo normal en estos casos es un
deterioro intelectual, acompañado de alteraciones de la conducta y del estado
de ánimo.

Su prevalencia aumenta con la edad (de 65 a 70 años, 2%; >80 años, 20%),
siendo la principal causa de incapacidad a largo plazo en la tercera edad.

Suele iniciarse con el deterioro de la memoria y cambios de personalidad,


sin que el paciente tenga conciencia de sus cambios que con frecuencia niega
o disimula. La conducta se vuelve inapropiada y se pierde el interés por las
cosas debido en gran parte a fuertes déficits de atención.

Trastornos amnésicos
El trastorno amnésico se trata de un deterioro específico en la memoria,
normalmente de la memoria reciente.

Los trastornos amnésicos más típicos son lo siguientes:

• Psicosis de Korsakoff: Se define como un trastorno de la memoria


provocado por la deficiencia de vitamina B1. Afecta sobre todo a la memoria
a corto plazo. Los pacientes que presentan este síndrome manifiestan, por
norma general dificultad al caminar y con el equilibrio, confusión,
somnolencia, parálisis de algunos músculos oculares, neuropatía periférica,
etc.

• Traumatismos craneoencefálicos: Se asocian a la amnesia retrógrada y


anterógrada. Ambas se asocian con la intensidad del traumatismo. En él se
asocian déficits cognitivos leves (deterioro de la atención o la memoria) con
síntomas afectivos (ansiedad, labilidad emocional, tristeza), cambios de
personalidad, cansancio, fatiga, cefalea, insomnio, o inestabilidad.

• Amnesia global transitoria: Se caracteriza por una pérdida brusca de la


memoria reciente, provocándole un estado de desorientación y perplejidad al
no poder retener información; el resto de la exploración es normal. El
paciente conserva recuerdos lejanos (nombre, lugar de nacimiento); pero es
incapaz de recordar cosas recientes a pesar de mantener un buen nivel de
atención; es característico que el paciente repita de forma insistente la misma
pregunta.

➢ Trastornos de personalidad:
La personalidad es el conjunto de rasgos emocionales y conductuales que
caracterizan a una persona en su vida diaria en condiciones normales y que
son relativamente estables y predecibles.
Los trastornos de la personalidad suponen una variante de estos rasgos del
carácter que van más allá de lo que normalmente presentan la mayoría de
las personas
El DSM-IV define los rasgos de personalidad como "patrones persistentes
de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno
mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos
sociales y personales". El trastorno de la personalidad se da cuando estos
rasgos, que son egosintónicos (es decir, la persona se siente bien como es, o
en todo caso percibe su sufrimiento emocional como algo inevitable, sin
relación alguna consigo mismo, con su manera de ser y comportarse), se
hacen inflexibles y desadaptativos (hacia el final de la adolescencia se
consolidan de forma permanente y estable), y cuando causan un deterioro
funcional significativo o un malestar subjetivo.
Tal como lo define el capítulo 16 del DSM-IV-TR, "un trastorno de
personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y
de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la
cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad
adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicios
para el sujeto".
La clasificación de este tipo de trastornos que hacen tanto el DSM-IV como
la CIE-10 parte de una perspectiva categorial, cuyo antecedente se
encuentra en el modelo clásico de Kurt Schneider, en el sentido de
considerar "los trastornos de la personalidad como entidades patológicas
individuales y delimitadas entre sí". Es decir, cada trastorno constituye una
categoría diagnóstica y se sustenta en alteraciones específicas.

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