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Marco Teórico 1 PDF
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Fernández Trespalacios (1994) citado por Salorio Del Moral (2000), defina a la
terapia conductual como “el conjunto de técnicas mediante las cuales se utilizan los
procesos del aprendizaje, contrastados por la psicología experimental, para eliminar los
conjuntos de síntomas que constituyen los distintos trastornos”.
De este modo, las terapias conductuales han ido evolucionando hasta el punto tal de
contar actualmente con un total de tres grandes generaciones de terapias que se han ido
adaptando a las distintas demandas y concepciones, y que han ido superando
limitaciones de modelos anteriores.
Conocida como ACT por sus siglas en inglés (acceptance and commitment therapy),
corresponde a la terapia más representativa y completa dentro del grupo de las terapias
contextuales. Define al sufrimiento como una condición propia del ser humano por lo
que no busca eliminarlo, sino por el contrario, dirige su intervención en el
establecimiento de nuevas formas de vivir e interpretar la realidad que permitan
desarrollar la flexibilidad psicológica de a persona y, por ende, aumentar el grado de
aceptación de aquello que no podemos controlar.
La terapia de aceptación y compromiso (ACT), como se explica anteriormente, tiene
su base dentro del conductismo radical enmarcándolo en el contexto que vive cada
persona (contextualismo funcional), lo que permite comprender la conducta verbal de la
persona a través del análisis de los eventos con los que se relaciona (teoría de los
marcos relacionales)
Desarrollo teórico
La terapia de aceptación y compromiso tiene sus raíces en la teoría de los marcos
relacionales (TMR), que se fundamenta filosóficamente en el contextualismo funcional
que, a su vez, se deriva del conductismo radical propuesto por Skinner. Dentro de esta
postura se entiende a los eventos privados (esquemas cognitivos, contenido) como
conductas y que estos se conforman en la historia individual (Luciano & Valdivia,
2006)
Es decir, desde la teoría de los marcos relacionales, se entiende que las conductas
que desarrollamos, se dan por la relación que establecemos entre eventos a lo largo de
nuestras vidas, que generan funciones nuevas. Por lo que, esta teoría se centra
principalmente en la habilidad de relacionar y la cataloga como “un repertorio de
conducta operante aprendido en el curso normal de socialización, en virtud de
innumerables ocasiones, que forman parte de la práctica cotidiana” (Pérez, 2014).
La teoría de los marcos relacionales estudia los procesos del desarrollo del lenguaje y
la cognición y como se derivan de la práctica social, definiéndolas como conductas
verbales, que se dan de forma relacional, “responde a un evento en términos de otro,
dado que un estímulo es definido verbalmente cuando parte de sus funciones vienen
dadas por su participación en un marco relacional” (Wilson & Luciano, 2002).
Características
1) la clarificación de valores;
2) la aceptación de los eventos privados ligados a lo que no puede cambiarse que
implica el abandono de una agenda de cambio no efectivo y la flexibilidad para
elegir cómo responder,
3) el fortalecimiento del yo como contexto para poder notar o contemplar los
contenidos privados de uno, tomados como lo que son, y desde esa perspectiva
experiencial estable y cierta de uno mismo, elegir.
Conceptos generales
Contexto verbal: FEER
F: Fusión cognitiva
E: Contexto de la Evaluación o valoración (negativa o positiva de los eventos
privados)
E: Evitación de los eventos privados
R: Contexto de dar Razones (razonar o explicar el comportamiento) y tener razón
Fusión cognitiva: El comportamiento guiado por reglas suele facilitar el contacto con
los eventos y regular la conducta en torno a ellos, no obstante, cuando se siguen
rígidamente sin poder someterlos a cambios, se convierten en obstáculos para la
persona, controlando por completo la conducta (Pérez, 2014).
Evitación experiencial: Intentos por cambiar las experiencias privadas que se vuelven
inefectivos o innecesarios porque muchas veces forman parte de nosotros
Bibliografía
Luciano, M. del C., & Valdivia, M. S. (2006). La terpia de aceptación y compromiso
(ACT). Fundamentos, caracterisitcas y evidencia. Papeles del Psicólogologo,
27(2), 79-91. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77827203
Pérez Álvarez, M. (2006). La Terapia de Conducta de Tercera Generación. eduPsykhé,
5(2), 159-172.
Pérez, M. (2014). Las terapias de tercera generación como terapias contextuales (1.a
ed.). Recuperado de www.sintesis.com
Salorio Del Moral, P. (2000). Tratamientos psicológicos (III). Terapia de conducta. En
Tratado de Psiquiatría (1.a ed., p. 1008). Recuperado de
https://psiquiatria.com/tratado/cap_44.pdf
Wilson, K., & Luciano, M. C. (2002). Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Un
tratamiento conductual orientado a los valores. Madrid: Ediciones Pirámide.
Zych, I., Buela, G., Sierra, J. C., & Gómez, S. (2012). El conocimiento y la difusión de
las terapias conductuales de tercera generación en psicólogos españoles. anales de
psicología, 28(1), 11-18. Recuperado de
https://www.redalyc.org/pdf/167/16723161002.pdf