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Los PGR ejercen efectos dramáticos a bajas concentraciones (0.001-10 μM). Controlan y
modulan la iniciación y el desarrollo de brotes y raíces en explantes y embriones en cultivos
semisólidos o en medios líquidos. También estimulan la división y expansión celular. A veces,
un tejido o un explante es autotrófico y puede producir su propio suministro de PGR. Por lo
general, los PGR se deben suministrar en el medio para el crecimiento y desarrollo de los
tejidos o células en cultivo.
Las clases más importantes de los PGR utilizados en el cultivo de tejidos son las auxinas y las
citoquininas.
Las citoquininas promueven la división celular y la iniciación y crecimiento del brote in vitro.
Las citoquininas más comúnmente usadas son zeatina, dihidrozeatina, quinetina,
benciladenina, tidiazuron y 2iP. En concentraciones más altas (1-10 μM), inducen la formación
de brotes adventicios pero inhiben la formación de raíces. Promueven la formación de brotes
axilares al oponerse a la dominancia apical regulada por auxinas. La benciladenina tiene una
actividad de citoquinina significativamente más fuerte que la zeatina de origen natural. Sin
embargo, una concentración de 0,05-0,1 μM de tidiazurón, una urea sustituida con difenilo, es
más activa que la BA 4-10 μM, pero el tidiazurón puede inhibir la formación de la raíz, lo que
causa dificultades en la regeneración de la planta.
Las giberelinas (GA) se utilizan con menos frecuencia en cultivos de tejidos vegetales. GA3 es el
más utilizado, pero es muy sensible al calor (después del tratamiento en autoclave se pierde el
90% de la actividad biológica). Por lo general, se esteriliza por filtración y se agrega al medio
tratado en autoclave después de que se haya enfriado. Las giberelinas ayudan a estimular el
alargamiento de los entrenudos y han demostrado ser necesarias para el crecimiento de
meristemas en algunas especies.
El ácido abscísico (ABA) normalmente no se considera una PGR importante para el cultivo de
tejidos, excepto para la embriogénesis somática y en el cultivo de algunas plantas leñosas. Por
ejemplo, promueve la maduración y la germinación de embriones somáticos de alcaravea
(Ammirato, 1974), cítricos (Kochba et al., 1978) y picea (Roberts et al., 1990).
Los cultivos de órganos y callos pueden producir etileno, un PGR gaseoso. Como los recipientes
de cultivo están casi completamente cerrados, a veces se puede acumular etileno. Muchos
recipientes de plástico también contribuyen al contenido de etileno en el recipiente. Hay
informes contrastados en la literatura sobre el papel desempeñado por el etileno in vitro.
Parece influir en la embriogénesis y la formación de órganos en algunas gimnospermas.
Algunas veces, el etileno puede promover el crecimiento in vitro. En otros momentos, la
adición de inhibidores de etileno da como resultado una mejor iniciación o crecimiento. Por
ejemplo, los inhibidores de etileno, particularmente el nitrato de plata, se usan para potenciar
el inicio de cultivo embriogénico en el maíz. Los altos niveles de 2,4-D pueden inducir la
formación de etileno.