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¿Hasta qué punto hay desigualdad hoy?

El reconocimiento tardío de la inmensa división que hay dentro de la sociedad, nos hace
reflexionar sobre la necesidad de utilizar nuevos y distintos enfoques.
Para ello, el autor expone como ejemplo unas cifras relacionadas con el crecimiento que
ah tenido el número de multimillonarios estadounidenses en los 25 años anteriores a
2007.
Durante los años del colapso del crédito, que siguieron a la depresión económica y al
aumento del desempleo, esta tendencia adquirido un ritmo exponencial.
Al parecer, la crisis resulto tener mente propia, ya que en lugar de afectar a todo el mundo
como se esperaba, la descarada era tenazmente selectiva en la distribución de sus males,
siempre beneficiando a los mas ricos que por su parte, incrementaron sustancialmente su
fortuna, logrando que el 1% más rico llegara a ser 2000 veces mas rica que el 50% de la
población mundial, esto según cifras del instituto mundial para la investigación de
desarrollo económico.
Tras recopilar las estimaciones disponibles sobre la desigualdad global, Danilo Zolo
concluyó que no hay necesidad de recopilar muchos datos para confirmar de forma
dramática, que el sol se está poniendo sobre “la era de los derechos” en esta fase de la
globalización. La organización internacional del trabajo estima que 3000 millones de
personas viven por debajo del umbral de pobreza, establecido en dos dólares por día.
En el 2013, las cifras mostraban que el 20% mas rico de la población consumía el 90% de
los bienes producidos, mientras que el 20% consume el 1%. Según esto, el panorama ha
empeorado desde 1998 cuando John Galbraith documentó en el prefacio de human
development report, que el 20% de la población mundial poseía el 86% de los bienes y
servicios producidos por todo el mundo, mientras que el 20% más pobre consumía solo
1,3% del total.
Diez años atrás, mientras las economías nacionales en desarrollo obtenían una entrada
masiva de capital en búsqueda de “tierras vírgenes” que prometían un beneficio rápido
con mano de obra dócil y barata aun, no contaminada por el virus del consumismo y
dispuestas a trabajar por salarios de supervivencia, los puestos de trabajo en los países
desarrollados disminuían a un ritmo rápido, dejando a las fuerzas de trabajo locales en
una posición negociadora cada vez más difícil.
10 años mas tarde se hizo mas visible la brecha entre los mas ricos y los mas pobres y los
diferenciales de renta dentro de cada país seguían incrementando.
Tras la entrevista de Erick Orsena por Monique Atlan y Roger-Pol, el economista resumió
las cifras insistiendo en que las recientes transformaciones solo habían beneficiado a una
minoría infinitamente pequeña de la población global. Así que para dar un análisis mucho
mas preciso se dijo que había que centrase en el 1% más rico, quizás en un 0,1%, ya que si
no se hace, no se podrá conseguir apreciar el verdadero impacto del cambio que se esta
produciendo que es la degradación de la clase media al nivel del precariado.
No obstante, por otro lado, todos los estudios coinciden en que en casi todas las partes
del mundo la desigualdad está creciendo rápidamente, lo que genera que los ricos, y en
especial los muy ricos, sean cada vez más ricos, mientras que los pobres y en especial los
muy pobres, sean cada vez más pobres.
Ya en 1979, un estudio de Carnegie Institute demostraba que el futuro de un niño estaba
claramente determinado por sus circunstancias sociales, por su lugar geográfico de
nacimiento y por la situación social de sus padres, y no por su capacidad intelectual, su
talento, esfuerzo ni dedicación.
¿ cuales son, no obstante, las realidades sociales que reflejan estas cifras?
La desigualdad siempre se había justificado con el argumento de que los de arriba
contribuían mas a la economía, actuando como “creadores de empleo” pero entonces
llegaron 2008 y 2009, y se vio como los hombres que habían llevado la economía al borde
de la ruina se marchaban con cientos de millones de dólares.
Estaba claro que no se podía justificar sus ganancias en base a su beneficiosa contribución
a la sociedad. De hecho no contribuyeron creando nuevos empleos, sino incrementando la
cola de desempleados.
Stewart Lansey en su más reciente articulo titulado “inequality: The real cause of our
economic woes” coincide en que el dogma tan socorrido que afirma que el
enriquecimiento de los ricos acaba revirtiendo a la sociedad no es más que una mezcla de
mentira intencionada y de forzada ceguera moral:
Según la ortodoxia económica, una fuerte dosis de desigualdad produce economías que
crecen de manera más rápida y eficiente. Por eso las altas retribuciones y los bajos
impuestos para los ricos -argumenta ellos- incentivan la inversión y dan lugar a un pastel
económico más grande.
El concentrar los medios de crecimiento en manos de una reducida elite financiera global
conduce a burbujas de activos, además la disminución del componente salarial hace caer
la demanda en economías que dependen fundamentalmente del consumo.
Para concluir, además del impacto negativo en la calidad de vida, la desigualdad tiene un
efecto adverso en el rendimiento económico: en lugar de ampliarlo lo reduce, y una de las
causas de esto según Bourguignon es que los emprendedores potenciales no pueden
acceder a los créditos bancarios porque no pueden dar las garantías que los acreedores le
reclaman, además el coste de la educación es cada vez mayor, lo que impide que jóvenes
con talento tengan la oportunidad de adquirir las habilidades que necesitan para para
desarrollar y poner en práctica dicho talento.

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