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Papa

Origen del término «papa»[editar]


El término, en el campo eclesiástico, proviene de la voz griega πάππας (páppas), que significa
‘padre’ o ‘papá’, término usado desde el siglo III para referirse a los obispos en el Asia Menor;
su variante en el latín clásico significaba 'tutor' o 'padre’'. A partir del siglo XI en Occidente se
usa de forma exclusiva para referirse al obispo de Roma.45

Benedicto XVI (2005-2013), último papa que renunció al cargo.

Popularmente se cree que PAPA (abreviado P. o PP.)67 es un acrónimo del latín Petri Apostoli


Potestatem Accipiens: Recibiendo la potestad del apóstol Pedro.8
Durante los primeros siglos de la historia del cristianismo, la expresión papa se usaba para
dirigirse o referirse a los obispos, en especial a los metropolitas u obispos de diócesis
mayores en extensión o importancia. Así, Cipriano de Cartago, por ejemplo, es llamado papa
(cf. Epist. 8, 23, 30 etc.). La primera vez que se tiene constancia del empleo de esta expresión
para el obispo de Roma es en una carta de Siricio (cf. Carta VI en PL 13, 1164), a fines del
siglo IV. Sin embargo, seguía utilizándose indistintamente para otros obispos. Hay que
esperar a Gregorio VII para un uso ya exclusivo del obispo de Roma. Así el título de papa no
es exclusivo de la Iglesia de Roma, pues era empleado antiguamente por los
principales patriarcas, hasta que fue cayendo en desuso, conservándolo el patriarca de
Occidente (obispo de Roma), el de la Iglesia copta y el de la Iglesia ortodoxa de Alejandría.
También podemos ver el uso reverencial de la expresión latina papa para dirigirse a
los popes de la Iglesia ortodoxa rusa.

Historia del papado[editar]


Origen[editar]
Véase también: Simón Pedro

La visión de la Iglesia católica de los relatos evangélicos en torno al apóstol Simón


Pedro (conocido como san Pedro) resalta su preeminencia sobre los demás
apóstoles: Jesús le da un nombre especial, Cefas (roca en arameo) traducido al griego como
πέτρος (Pedro),9 el cual señalaría la futura misión del apóstol. Además, en los listados de
apóstoles los evangelistas siempre lo nombran en primer lugar (a pesar de no haber sido el
primero en recibir la llamada de Jesús), incluso utilizando el título de «el primero». 10 Con todo,
el pasaje evangélico clave es Mateo 16, 13-20, donde Jesús más adelante hace entrega a
Pedro de las «llaves del Reino de los Cielos» y se refiere a él como la piedra sobre la cual
fundaría su Iglesia. Luego de la resurrección, Jesús nuevamente le menciona su papel:
«Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas».11 «Apacentar» en términos bíblicos significa
«gobernar».12
Por ello, según la Iglesia católica, el Evangelio reflejaría la voluntad de Jesucristo de que sus
discípulos permanecieran unidos bajo la dirección de Pedro, tal y como sugiere el pasaje
bíblico sucedido en Cesarea de Filipo, ciudad edificada sobre una terraza a los pies del monte
Hermón:
Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra, Yo edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no
prevalecerá contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo que atares sobre la tierra,
será también atado en los Cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra, será también desatado en los
Cielos.
Mateo, 16, 18-20

La interpretación de las llaves del Reino de los Cielos actual no se hizo hasta el papa Gregorio
VII[cita  requerida]. La interpretación más común de los Padres de esta metáfora [cita  requerida] es la
predicación de Pedro, el cual abrió el Reino de los Cielos a los judíos 13 y a los gentiles.14
En los Hechos de los Apóstoles se mostraría el papel de dirección que tiene Pedro: se
encarga de iniciar la dirección del que tomaría el lugar de Judas, 15 el primero en salir a hablar
después de la venida del Espíritu Santo, 16 el primero en hablar en el concilio de los
apóstoles.17 Todo ello es interpretado por la Iglesia católica como muestra del papel y misión
que Jesús dio a Pedro en relación con la Iglesia que él fundaría.
Por tales motivos Pedro es considerado dentro de la Iglesia católica como el primer papa.
[cita  requerida]
 Aunque en aquel tiempo no llevaba el título pero sí la misma función y autoridad.
[cita  requerida]

Pese a esto, muchos[¿cuántos?] Padres de la Iglesia dicen que la piedra a la que se refiere Cristo


es su confesión, no Pedro; pero sin rechazar el pontificado. [cita  requerida]
Citas bíblicas sobre la instauración de Pedro[editar]
Éstas son las principales citas bíblicas sobre las que se apoya el catolicismo para determinar
el papel de Pedro y el papado:
—Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
Respondiendo Simón Pedro, dijo:
—Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.
Entonces le respondió Jesús:
—Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que
está en los cielos. Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la
Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la
tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo».
San Mateo 16,15-19
Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá
Isaías 22,22
Y subió a una de las barcas, que era de Simón, y le rogó que se alejara un poco de la tierra; y,
sentándose, enseñaba desde la barca a las multitudes
San Lucas 5,3
Dijo también el Señor:
Simón, Simón, he aquí que Satanás ha solicitado poder para zarandearlos como a trigo; pero yo he
rogado por ti, para que tu fe no falle; y tú, cuando te hayas vuelto, fortalece a tus hermanos
San Lucas 22,31-32
Después de haber comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?
Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo.
Él le dijo: Apacienta mis corderos.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas ?
Pedro le respondió: Sí Señor, tú sabes que te amo.
Le dijo: Pastorea mis ovejas.
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás. ¿Me amas?
Pedro se entristeció de que le dijese por tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, Tú lo sabes
todo; Tú sabes que te amo.
Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas
San Juan 21,15-17

Muerte de san Pedro[editar]

Simón Pedro (detalle del cuadro Los cuatro apóstoles de Alberto Durero).

A partir del siglo XI[cita  requerida] la Iglesia católica ha hecho énfasis en el origen de la sucesión


apostólica a partir de Roma. Debe tenerse en cuenta que en los inicios de esta tradición, el
peso del Imperio romano se había trasladado a Bizancio. Sin embargo, Roma era el
Patriarcado que tenía la primacía sobre los demás patriarcas, [cita  requerida] pues Constantinopla no
fue elevada a Patriarcado hasta el siglo V[cita  requerida], y aun así no gozó de la autoridad espiritual
que tenía Roma, principalmente con papas como san León Magno. Luego de la caída del
Imperio romano de Occidente, la figura del obispo de Roma se volvió relevante también en lo
político, siendo la única institución que sobrevivió a la Caída de Roma.
Entre los argumentos de esta sucesión apostólica, están las excavaciones arqueológicas
realizadas en la segunda mitad del siglo XX bajo el altar mayor de la basílica de San Pedro.
Estas probaron que la tumba sobre la que se edificó el templo, que presenta una inscripción
que dice: «Petrus» (Pedro en latín), contiene restos del siglo I[cita  requerida].
También pueden mencionarse otros testimonios escritos. La epístola de Clemente de
Roma (tercer sucesor de Pedro), dirigida hacia el año 98[cita  requerida] a los fieles de Corinto,
menciona el martirio de Pedro en Roma así como el de Pablo. 18 El hecho de que se dirija con
autoridad a una Iglesia lejana, como lo era una griega, sugiere que los cristianos reconocían la
autoridad del sucesor de Pedro.
Veinte años más tarde (hacia 117), el obispo Ignacio de Antioquía (Iglesia que también había
sido presidida por Pedro)[cita  requerida] escribió siete cartas a sus fieles mientras viajaba como
condenado a muerte hacia Roma. En una de ellas pide a los cristianos romanos que no
intercedan por su liberación, pero aclaró: «Yo no os mando como Pedro y Pablo» 19 Ello que
hace suponer la estancia de dichos apóstoles en la capital imperial y, a la vez, la sumisión de
las demás iglesias a la de Roma.
El Evangelio de Juan, redactado a fines del siglo I, cuando Pedro ya había muerto. No señala
el lugar de su martirio, pero alude claramente a la muerte de Pedro por el martirio, y sabe
evidentemente que fue ejecutado en la cruz.20 Que el lugar es Roma puede deducirse por los
versículos finales de la primera carta de Pedro, que dice estar escrita en "Babilonia". 21 La
identificación entre Babilonia y Roma aparece en el Apocalipsis de Juan (14, 8; 16) y en la
literatura judía apocalíptica y rabínica.
Otro documento cristiano, la Ascensión de Isaías, redactado hacia el año 100[cita  requerida], habla
en estilo profético (documentando en realidad algo ocurrido en el pasado) asegurando que
uno de los doce apóstoles será entregado en manos de «Beliar, el asesino de su madre»
(Nerón). El Apocalipsis de Pedro, datable asimismo a principios del siglo II,[cita  requerida] también
habla del martirio de Pedro en Roma, al dirigirle esta frase: «Mira, Pedro, a ti te lo he revelado
y expuesto todo. Marcha, pues, a la ciudad de la prostitución, y bebe el cáliz que yo te he
anunciado».
Los testimonios sobre la muerte de Pedro en Roma continúan en Oriente, con el
obispo Dionisio de Corinto (180 d. C.); en Occidente, con Ireneo de Lyon (muerto en 208,
discípulo de Policarpo de Esmirna, que a su vez había sido discípulo del apóstol Juan), y
en África, por Tertuliano (muerto en 220). Aún es más importante el hecho de que no haya
iglesia cristiana que pretenda para sí esta tradición ni se levante una voz contemporánea que
la combata o ponga en duda.22
El gobierno jerárquico de la Iglesia católica se basa en la autoridad de los sucesores de los
apóstoles, llamados obispos, reunidos en concilio bajo la autoridad del primero de los obispos.
Para los católicos, este es el obispo de Roma (comúnmente conocido como papa), dado que
Pedro fue simultáneamente obispo de Roma y líder de los apóstoles.
Cabe mencionar que otras tradiciones cristianas difieren enormemente con respecto a la
figura de Pedro. Si bien la mayoría de ellas se limitan a cuestionar el papel de Pedro como
supuesta cabeza de la Iglesia, otras cuestionan que recibiese el título de obispo de Roma o
incluso que muriese en dicha ciudad. [cita  requerida]

Sucesión apostólica del obispado de Roma[editar]


Tal como lo asevera el catolicismo, la legitimidad de los obispos se fundamenta en la
transmisión de la autoridad espiritual de los apóstoles a sus sucesores. En el caso del primado
apostólico de Roma, al igual que el resto de las sedes episcopales, su origen y antigüedad
parece confirmada por las fuentes más antiguas, como Ireneo de Lyon (Adversus Haereses)
y Eusebio de Cesarea (Historia Eclesiástica), quienes parecen coincidir en que tras el martirio
y muerte del apóstol Pedro, el siguiente en ser elegido como obispo de Roma fue Lino,2324 de
quien no se tienen mayores informaciones sobre su vida, y que sin embargo ambos autores
identifican con aquel mencionado por San Pablo en sus cartas a Timoteo 25 Tal sucesión, como
se ha dicho, se daría tras la muerte de Pedro, esto es, hacia los años 64-67 d.c.
Cabe destacar que dichos padres de la Iglesia parecen aseverar además la primacía de la
Iglesia de Roma,2627 entre las demás existentes, por lo que Ireneo se limita a enumerar el
listado de los obispos de dicha iglesia. Dichos catálogos son considerados dentro de la Iglesia
católica como los listados más exactos de los primeros papas:
Luego de haber fundado y edificado la Iglesia los beatos Apóstoles, entregaron el servicio del
episcopado a Lino: a este Lino lo recuerda Pablo en sus cartas a Timoteo. Anacleto lo sucedió. Después
de él, en tercer lugar desde los Apóstoles, Clemente heredó el episcopado, el cual vio a los beatos
Apóstoles y con ellos confirió, y tuvo ante los ojos la predicación y Tradición de los Apóstoles que
todavía resonaba […]. A Clemente sucedió Evaristo, a Evaristo Alejandro, y luego, sexto a partir de los
Apóstoles, fue constituido Sixto. En seguida Telésforo, el cual también sufrió gloriosamente el martirio;
siguió Higinio, después Pío, después Aniceto. Habiendo Sotero sucedido a Aniceto, en este
momento Eleuterio tiene el duodécimo lugar desde los Apóstoles.
Ireneo de Lyon.Adversus Haereses (Contra los herejes) III, 3.3

Así, se ha establecido que posteriormente a Lino, se sucedió Anacleto siguiendo la línea


hasta Eleuterio quien era el obispo de Roma en tiempos en que San Ireneo escribió el
"Adversus Haereses" (hacia 180 d. C.), de estos nombres cabe destacar el de Clemente, cuya
existencia parece comprobada por la epístola atribuida a él, tanto por Eusebio 28como por
Ireneo,24 y dirigida a una de las iglesias establecidas en Grecia llamada “Carta a los Corintios”,
en la que el autor saluda en nombre de «la Iglesia de Dios que reside en Roma», 29 y en cuyo
texto se reafirma la sucesión apostólica de todas las Iglesias, incluyendo la romana:
”Y nuestros apóstoles sabían por nuestro Señor Jesucristo que habría contiendas sobre el
nombramiento del cargo de obispo. Por cuya causa, habiendo recibido conocimiento completo de
antemano, designaron a las personas mencionadas, y después proveyeron a continuación que si éstas
durmieran, otros hombres aprobados les sucedieran en su servicio.”
San Clemente de Roma. Epístola a los Corintios. XLIV.

Si bien, la citada carta no hace declaración sobre el primado de la sede romana, no obstante,
no puede suponerse que la misma se dirigiera a una comunidad tan lejana, si la misma no
fuera a ser recibida como proveniente de una autoridad, cuanto más cuando la citada carta fue
enviada en virtud de los conflictos y divisiones en que se encontraban los corintios. 30

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