Cuento Sin Titulo

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En una pequeña población lejana de la gran ciudad vivía la familia Olmos en


su acogedora, aunque pequeña cabaña donde el trabajo no faltaba el cual
siempre era muy riguroso y cada miembro del hogar participaba funcionando
como una colonia de hormigas; por un lado, estaban los hombres de la casa
Max, Joaquín y Fernando la cabeza de familia y por el otro lado, la señora
Raquel y la bella Lucia. La tarea de mantener la granja estaba a cargo de la
señora Raquel, su hija y el menor de todos los hermanos, Max muy útil para
su madre y hermana; alimentando cerditos, gallinas, entre otras tareas.
También colaboraba en algunas cosas a su padre cargar la leña o mantener el
fuego para forjar hachas, martillos, lanzas y demás importantes herramientas
en la vida agricultora. La familia Olmos era muy reconocida en todo Poniente
a causa de la calidad de las herramientas que forjaban, reputación que llego a
pueblos aledaños y hacia ver mucho mejor el panorama económico de esta
humilde familia ya que empezaron a unirse trabajadores al negocio
haciéndolo crecer; entonces oportunidades como la educación universitaria
en la gran y aclamada ciudad Castel rock para los hijos que terminaron la
escuela pudieran verse más posibles y alcanzables, cumpliendo así sus
sueños y los de la familia. Todo parecía marchar muy bien para los Olmos de
Poniente, pero algo muy trágico estaba por suceder en la tarde del 14 de
abril.
Max después de salir de la escuela como normalmente lo acostumbraba a
hacer se ponía a colaborar en las diferentes tareas de la granja y
especialmente esa tarde del 14 de abril las cosas estaban movidas, muy
agitadas precisamente el sol tan brillante y la temperatura tan alta no
ayudaban mucho era un día difícil y una jornada larga, a eso de las 2pm llega
a la cabaña Adam un amigo de la escuela de Max para pasar la tarde.
Entonces Max le pide que lo acompañe por leña que necesita con urgencia
Fernando su padre

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