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Desde hace muchos años se habla de que en Salamanca se reúnen los brujos en una cueva,

conocida como la Raja de Manquehua, distante a unos 35 kilómetros de la ciudad. Desde


1915 se reportan testimonios de procesiones y antorchas encendidas en su interior,
presumiblemente de encuentros o rituales que realizan personas que utilizan la magia negra.
Se cuenta, además, que este sector era escenario de grandes fiestas para los maestros de la
brujería, en la que se servía vino en vasijas de metales muy refinados y donde, por supuesto,
la comida no podía faltar. No obstante, sólo se podía gozar de esas bondades dentro de la
cueva porque de ser hurtados los objetos se transformaban en cosas terribles, asustando a
quienes osaran robarlos. De hecho, una de las leyendas más conocidas habla de que a la
cueva de Salamanca fue invitado un joven por un brujo, y se encontró con una de estas
celebraciones donde todo era de oro y plata. Cuando quedó solo se metió una cuchara de
plata al bolsillo y en ese momento vio a una niña de hermosas piernas que se acercaba.
Después despertó en la plaza y, recordando lo ocurrido y llevándose las manos a los bolsillos
para ver si tenía la cuchara, se encontró con un hueso de pierna humana. Existen diversos
textos que explican el origen de este sitio. Uno de las más frecuentes es aquel que dice que
en esta cueva “está el alma de los brujos fallecidos, cuyo espíritu les insufla poderes a los
que se inician; se rinde homenaje a Satanás; se efectúan las misas negras; se realizan las
confesiones de brujos y brujas. Una palabra devota o la señal de la cruz bastaría para
disolver en monstruosa confusión la asamblea. Al canto del gallo vuelven los brujos a sus
casas en las que penetran escurriéndose por la chimenea, por el ojo de la cerradura o por
alguna rendija”. Se dice que los brujos que actualmente seguirían concurriendo a esta cueva
son descendientes de los primeros hechiceros que hicieron de las suyas en este enigmático
lugar. Cada cierto tiempo, en la cueva se organizan fiestas a las que asisten los maestros. En
ellas se usan servicios de oro y plata,pero ninguna de estas piezas puede ser sacada de la
guarida, ya que en el exterior se convertirá en algo de poco valor. Supuestamente la raja es
una hendidura subterránea que recorre todo el país y en su interior los brujos hacían sus
encuentros o “aquelarres”.

Fuente: Diario el Día - http://www.diarioeldia.cl/cultura/brujos-salamanca


En Salamanca se reúnen los brujos en una cueva, conocida como la Raja de Manquehua,
distante a unos 35 kilómetros de la ciudad de Salamanca. Su nombre se debe a su
propietaria Matilde Salamanca.

Esta leyenda nace en el año 1915, fecha en que se reportan los primeros testimonios de
reuniones y de procesiones en las que se veía antorchas encendidas en el interior de una
cueva, presumiblemente de encuentros o rituales que realizan personas que utilizan la magia
negra.

Este sector fue escenario de grandes fiestas para los maestros de la brujería, en la que se
servía vino en vasijas de metales muy refinados y donde, por supuesto, la comida no podía
faltar. Todos estos acontecimientos y bondades ocurrían sólo dentro de la cueva.

Una de las tantas leyendas de las que se habla de la cueva de Salamanca es la de un


invitado a una fiesta,  un joven es invitado por un brujo a una de estas celebraciones, todos
los objetos de la celebración eran de oro y plata. El joven en un momento que quedó sólo
tomó una cuchara de plata y la introdujo en su bolsillo y en ese preciso momento aparece
una hermosa niña de piernas preciosas y se le acercó.
Bebió bastante en la fiesta y  despertó al otro día en la plaza, recordó lo ocurrido y metió su
mano al bolsillo para ver si tenía la cuchara de plata, pero en vez de la cuchara encontró un
hueso de pierna humana.

Los brujos actualmente seguirían concurriendo a esta cueva y serían los descendientes de
los primeros hechiceros los que siguen entregando poderes a los que se inician en este arte.

Cada cierto tiempo, en la cueva se organizan fiestas a las que asisten los maestros. En ellas
se usan servicios de oro y plata, pero ninguna de estas piezas puede ser sacada de la
guarida, ya que en el exterior se convertirá en algo de poco valor.

Supuestamente la raja es una hendidura subterránea que recorre todo el país y en su interior
los brujos hacían sus “aquelarres”.

 Esta cueva tiene varias entradas y están cuidadas por culebrones.

La cueva de Salamanca o la Raja de Manquehua, sirve para rendir homenajes a Satanás, y


se efectúan misas negras realizándose las confesiones de brujos y brujas.

Las palabras religiosas o la señal de la cruz disuelven rápidamente, una asamblea, y al canto
del gallo, los brujos vuelven a sus casas escurriéndose por alguna rendija.
La mujer con la boca cortada es una leyenda de la mitología japonesa. Trata sobre una mujer
que fue asesinada y desfigurada por su esposo, convirtiéndose en un espíritu demoníaco…

Kuchisake-onna (la mujer con la boca cortada) es una leyenda de la mitología japonesa.
Trata sobre una mujer que fue asesinada y desfigurada por su esposo, convirtiéndose en un
yokai (espíritu demoníaco) que regresó para vengarse.

La leyenda dice que hace mucho tiempo había una preciosa pero vanidosa mujer que se
casó con un samurai. La bellísima mujer era pretendida por muchos hombres y
acostumbraba a engañar a su marido. El samurai sabía de las infidelidades de su esposa por
lo que un día en un ataque de celos y furia le cortó la boca de un lado a otro mientras gritaba:
¿Piensas que eres hermosa?

¿Quién va a pensar que eres hermosa ahora?


Se dice que desde entonces una mujer con la cara tapada, por una máscara como la que
usan los cirujanos, vaga por las calles de Japón. Cuando encuentra a un hombre joven
(mujeres según otras versiones) se acerca y les pregunta con el rostro cubierto:
¿Soy hermosa? (¿Atashi kirei?.)
Recordemos que en Japón el uso de máscaras para evitar enfermedades y no respirar el aire
contaminado es bastante habitual, por lo que los chicos normalmente al ver sus bonitos ojos
y sus suaves rasgos responden que SÍ. En ese momento la mujer retira la máscara dejando
al descubierto la horrible hendidura que se extiende de oreja a oreja con una escalofriante
sonrisa. Y les pregunta de nuevo:

¿Y ahora? (¿Kore Demo?).


Todo aquel que dice que NO, se asusta, grita o muestra el miedo en su cara es atacado por
el espíritu que con unas tijeras gigantes les corta la cabeza.

Sí la víctima responde de nuevo que sí ”solamente” le cortará la boca de lado a lado para


que sufra su misma suerte. En otras versiones si respondes afirmativamente las dos veces la
mujer te seguirá hasta la puerta de casa donde te  asesinará igualmente, ya que “kirei” en
japonés para hermosa o linda es muy parecido a decir “kire” que significa cortar.

Existen otras versiones en las que si respondes que “Sí” cuando ella se quita la máscara, te
dará un brillante y valioso rubí cubierto de sangre y se irá.

Es imposible escapar de Kuchisake-Onna, puedes salir corriendo pero aparecerá frente a ti


de nuevo. Hay varias formas de escapar que varían según la versión de la leyenda:

– Puedes contestar con otra pregunta: ¿Y yo? ¿Soy hermoso? Eso confundirá al espíritu que
se quedará pensativo dándote tiempo a escapar.

– También puedes llevar dulces contigo y se los tiras o simplemente se los ofreces quedará
contenta con el regalo y te permitirá marcharte.

La dama de blanco
Felipe vivía en un pequeño pueblo con muchas creencias, mitos y leyendas. Nunca había
prestado mucha atención a ninguna, pues no creía en nada sobrenatural. Siempre soñó con
irse a la gran ciudad y alejarse de ese pequeño pueblo en donde los chismes eran los únicos
temas del día.
Felipe se había casado hace varios años con una joven muy linda a la que conoció desde
niños. El problema era que Felipe nunca quiso casarse, era un hombre muy mujeriego. Pero
luego de convencer a esta joven para dormir juntos, esta había quedado embarazada, por lo
que fue obligado a casarse. Unos meses después la chica perdió a la criatura y Felipe quedó
atrapado en un matrimonio que nunca quiso.
Aunque su esposa lo amaba, atendía y siempre estaba para él, Felipe iba de mujer en mujer.
Tenía varias amantes y siempre estaba al acecho de cualquier dama, era también cliente
asiduo del burdel del pueblo.
Felipe iba todos los días hasta la ciudad más cercana a vender los frutos que recogía en el
campo. Casi siempre se encontraba con alguna mujer indefensa y regresaba muy tarde en la
noche, manejando por los caminos oscuros y desolados que iban hasta el pueblo.
Un día, el reloj de su camioneta marcaba las 12:59am mientras iba de regreso al pueblo. Al
momento exacto en que su reloj marcó la 01:00am vio a un lado de la carretera a una mujer
vestida por completo de blanco caminando con la cabeza gacha. Felipe inmediatamente se
paró, pensando que podía pasar un buen rato con esta chica.
Se estacionó a su lado y la llamo preguntándole que hacía por ese camino tan oscuro a esa
hora, la joven respondió que iba a casa. Felipe la invitó a subir para llevarla y así lo hizo.
Mientras viajaban Felipe le preguntaba cosas y ella evadía las respuestas, según lo poco que
le dijo, encontró a su esposo con su mejor amiga en la cama y salió corriendo de la casa sin
darse cuenta lo tarde que era.
Felipe comenzó a engatusarla y le puso una mano en su muslo, el cuál extrañamente estaba
muy frio por lo que ofreció hacerla entrar en calor. La joven le se quedó viendo su mano
donde estaba el anillo de matrimonio y le dijo: Oh! Eres casado. Lo miró con su cara tan
blanca como un papel y luego dijo: Por ser infiel estás marcado, sufrirás por tu traición.
Felipe la miró un poco asustado, pero cuando volteó hacia el asiento del pasajero no había
nadie. Miró a todos lados asustado y de pronto cuando vio hacia el frente, en medio de la
carretera a escasos metros de él estaba la joven. Felipe frenó abruptamente para no
impactarla y perdió el control de la camioneta, estrellándose contra un muro.
Allí murió a los pocos minutos Felipe, lo último que vio fue a la dama de blanco ofrecerle la
mano.
Desde entonces, en el pueblo se dice que a todos los hombres infieles los persigue la dama
de blanco, quien después de descubrir a su esposo con su amiga salió a la calle y fue
atropellada en medio de la carretera exactamente a la 1:00am, su conductor se dio a la fuga.
LA CHICA DE LA CURVA
Pasaban quince minutos de las nueve de la noche cuando Cobos decidió irse. Llevaba varias
horas delante de la pantalla del ordenador, sin apenas pestañear y pensó que ya era hora de
marchar a casa.
Fuera, en la calle, ya había anochecido hacía un buen rato. El viento soplaba con una fuerza
inusitada, como antesala de una tormenta que estaba a punto de llegar.

Antes de cerrar la oficina con su llave, tecleó en la pequeña consola la clave para activar la
alarma electrónica. Esperó unos segundos tras cerrar la puerta hasta que escuchó un pitido
agudo que indicaba que la alarma quedaba en servicio, y con un gesto instintivo se echó la
gabardina por encima de los hombros. El frío arreciaba y empezaba a lloviznar.

Con paso rápido alcanzó su vehículo, un viejo Renault verde oscuro que pese a los años, se
encontraba en bastante buen estado. Abríó la puerta y con rapidez se introdujo en su interior.

Introdujo la llave en el contacto y en breves segundos una tenue luz dió vida al cuadro de
mandos. Giró la rueda de la calefacción al tope, y se dispuso a iniciar la marcha hacia su
hogar.

La tormenta se fue volviendo cada vez más virulenta a medida que se alejaba de la oficina.
Aún le quedaban unos 50 kilómetros hasta llegar a su casa, situada en las afueras de una
pequeña ciudad dormitorio. Decidió encender la radio para hacer el trayecto más apacible;
sin embargo la grave voz del locutor de ese programa de misterio que tanto le perturbaba,
inundó el oscuro interior del vehículo.
Giró a la derecha para incorporarse a la carretera comarcal por la que tendría que transitar
varios kilómetros. No le gustaba nada regresar a casa por este camino, máxime cuando
hacía una noche tan desapacible como esta, ya que el firme no se encontraba en buen
estado y apenas había iluminación. De hecho se había producido en ella varios accidentes
en los últimos años, alguno de ellos mortal. Esto también había dado lugar a habladurías de
la gente, que afirmaba que en una curva se aparecía una mujer joven vestida de blanco y
con aspecto desaliñado.
Cobos no era una persona que diera mucho crédito a este tipo de historias. Sin embargo
tenía que reconocer que había algo en esa carretera que le provocaba una sensación
extraña, de intranquilidad.

Ya había dejado atrás las luces de la pequeña ciudad, y la oscuridad lo inundaba todo. Sólo
el resplandor de los faros delanteros era capaz de romper con la negrura de esa noche sin
luna. De pronto, una sensación muy extraña se apoderó de él. Se dió cuenta que no se
escuchaba ningún ruido, salvando la radio y el sonido del motor y los neumáticos sobre la
gravilla.Decidió parar en el arcén sin saber bien para qué, ni que se encontraría. Abrió la
puerta del coche y salió. Fuera llovía copiosamente, pero apenas se escuchaba algo más
que el ruido del motor y el golpeteo de las gotas de lluvia en el techo del coche. Se introdujo
de nuevo en el vehículo, e inició la marcha, sin haber despejado del todo ese hormigueo que
tenía en el estómago.

Su incertidumbre duró poco tiempo. Al mirar por el retrovisor interior del coche se dió cuenta
de que no iba solo. Una mujer totalmente empapada, con un vestido blanco, y la mirada
ausente se encontraba en el asiento trasero.

LA LLORONA

Era imposible que se encontrara allí: el vehículo sólo tenía dos puertas y de ninguna forma
se podía acceder a la parte trasera, salvo por la puerta del lado del conductor, ya que la otra
se encontraba averiada desde hacía varios días y no se podía abrir.

Su corazón empezó a latir aceleradamente. Frenó en seco y con sus manos se tapó el rostro,
con la esperanza de que todo fuera fruto de su imaginación. Sin embargo al volver a mirar
por el retrovisor, la figura seguía sentada en el mismo lugar.

Cobos se giró y balbuceando preguntó a la mujer quién era, y que hacía allí. Sin embargo
esta no articuló palabra. Su mirada seguía perdida Dios sabe donde…

No podía ser. No podía estar nadie allí. No podía ocurrir que esa vieja historia de la mujer de
la curva le estuviera ocurriendo a él. No creía en ese tipo de tonterías. Decidió salir del coche
y echar un vistazo desde fuera. Tenía que ser fruto de su imaginación.

Asió la palanca de la puerta con la mano dispuesto a abandonar el coche, y de repente sintió
una fuerte presión en el cuello. Notó como dos manos frías como el acero le presionaban
impidiendo el paso de aire a los pulmones. Miró sorprendido por el retrovisor y la imagen que
vió le provocó pánico. La mujer ya no tenía esa mirada fria y distante sino todo lo contrario:
los ojos parecían que se iban a salir de las órbitas y reflejaban un odio que nunca había visto
en ningunta otra mirada.

Intentó zafarse de las manos de la mujer pero le resultó imposible. Poco a poco, a medida
que el oxigeno apenas llegaba a sus pulmones, fue perdiendo la consciencia, seguro de que
iba a morir, pero sin entender aún porqué. Hasta que la mujer aproximó sus labios y dijo con
una voz carente de expresión: nos veremos en el infierno, donde estoy desde aquella noche
que me atropellaste en la curva que acabamos de pasar. ¿Recuerdas?

Fueron las últimas palabras que escuchó. Después reinó la oscuridad más absoluta.

LA LLORONA
La leyenda de la llorona es una de las más famosas Leyendas Mexicanas, que ha ha
dado la vuelta al mundo, se trata del personaje de una mujer, la cual tiene sus orígenes
desde el tiempo en que México fue establecido, junto a la llegada de los españoles.
Se cuenta que existió una mujer indígena que tenía un romance con un caballero español, la
relación se consumó dando como fruto tres bellos hijos, a los cuales la madre cuidaba de
forma devota, convirtiéndolos en su adoración.
Los días seguían corriendo, entre mentiras y sombras, manteniéndose escondidos de los
demás para disfrutar de su vinculo, la mujer viendo su familia formada, las necesidades de
sus hijos por un Padre de tiempo completo comienza a pedir que la relación sea formalizada,
el caballero la esquivaba en cada ocasión, quizás por temor al qué dirán, siendo él un
miembro de la sociedad en sus más altos niveles, pensaba mucho en la opinión de los
demás y aquel nexo con una indígena podría afectarle demasiado su estatus .
Tras la insistencia de la mujer y la negación del caballero, un tiempo después, el hombre la
dejó para casarse con una dama española de alta sociedad. La mujer Indígena al enterarse,
dolida por la traición y el engaño, totalmente desesperada, tomó a sus tres hijos, llevándolos
a orillas del rio, abrazándolos fuertemente con el profundo amor que les profesaba, los
hundió en el hasta ahogarlos. Para después terminar con su propia vida al no poder soportar
la culpa de los actos cometidos.
Desde ese día, se escucha el lamento lleno de dolor de la mujer en el río donde esto ocurrió.
Hay quienes dicen haberla visto vagando buscando desesperada, con un profundo grito de
dolor y lamento que clama por sus hijos.
La culpa no la deja descansar, su lamento se escucha cerca de la plaza mayor, quienes
miran a través de sus ventanas ven una mujer vestida enteramente de blanco, delgada,
llamando a sus hijos y que se esfuma en el lago de Texcoco.
La Verdadera Historia de la Llorona
En muchas partes de Latinoamérica, se conoce la historia de la leyenda de la llorona. Sin
embargo, la tradición nos indica que la nación que recogió la verdadera crónica de lo que
ocurrió con esa famosa mujer, fue nada más y nada menos que México.
En dicha narración se señala que se trataba de una dama que recorría las calles de los
pueblos a altísimas horas de la noche, persiguiendo un solo objetivo; el localizar a
sus hijosextraviados.
Algunos rasgos inherentes a este personaje son, por ejemplo: el largo vestido de color
blanco o su espesa cabellera de tono azabache.
Por otra parte, hay versiones de la llorona en las que algunos historiadores prehispánicos
señalan que esta serie de mitossobre fantasmas que se dedican a espantar a los «vivos»,
se originaron mucho antes de la llegada del ejército español.
Retomando lo señalado en el párrafo anterior, mencionábamos que los aztecas ya
hablaban de la Llorona como una representación metafórica de sus principales
deidades. De ese modo, en algunos pasajes se le denomina como Cihuacóatl o Coatlicue.
La gente que vivía en Texcoco a inicios del siglo XVI, dijo en varias ocasiones que el alma
de Cihuacóatl se aparecía por las veredas. Pronto, los chamanes de aquella época,
quienes, dicho sea de paso, poseían conocimientos acerca de la astronomía aseguraban que
esta clase de fantasmas, debían ser tomados en cuenta como parte de los sucesos funestos
que estarían a punto de padecer los aztecas.
Todas esas interpretaciones no dejaban al gran Moctezumaconciliar el sueño, pues dentro
de él sabía que pronto la grandeza del pueblo mexica caería ante los invasores ibéricos.
Sin embargo, otros de los sacerdotes tenían una visión opuesta acerca del surgimiento de
aquella misteriosa mujer vestida de blanco, pues aseguraban que Cihuacóatl había salido
de entre las aguas, no para avisarles a los aztecas que estaban perdidos, sino que se
prepararan para la batalla.
Posteriormente, en el instante en el que la conquista se consumó, los clérigos españoles
continuaron escuchando esas leyendas en las que se señalaba que una mujer vagaba por
las noches sin rumbo fijo.
Entre los principales promotores de este tipo de historias de terror no debe dejar de
señalarse a Fray Bernardino de Sahagún, pues fue él quien se encargó de acomodar los
elementos de la mitología azteca en esa historia, para que todo estuviera a favor de
España.
Por ejemplo, se cuenta que este hombre les dijo a los indígenas que pronto llegarían
hombres de tierras lejanas que paulatinamente acabarían con la ciudad de Tenochtitlan, así
como con sus gobernantes.
Lógicamente, los evangelizadores sabían que el ejército comandado por Hernán
Cortés sería la pieza fundamental que consumaría la conquista de ese territorio.
Y es que no solamente fueron varias batallas las que se libraron, sino que los europeos
también trajeron al nuevo continente una serie de epidemias y enfermedades que eran
completamente desconocidas en este territorio y que ocasionaron que miles
depersonas murieran sin remedio.
Por último, la verdadera historia de la llorona, inició como un relato de espantos, cuyo
propósito primordial era el de asegurar que la gente que era politeísta, se convirtiera de
inmediato al catolicismo.
En la actualidad, la gente de los pueblos cree que cuando el reloj marca las 12:00 de la
noche, aparece una mujer vestida totalmente de blanco, con la cara tapada por un velo
sumamente delgado.
Algunos de los testigos se atreven a aseverar que ella sale invariablemente del oeste y se
dirige hacia el norte, serpenteando por todas las calles de la ciudad. Unos dicen que camina,
mientras otro sector asegura que flota.
No obstante, algo en lo que todos coinciden es en la serie de lamentos terroríficos que
emanan de su boca. La frase más conocida de todas es aquella que dice así: ¡Ay, mis hijos!
Historia de la Llorona
Ya en la primera parte dijimos cómo fue que surgió la historia real de la llorona. A pesar de
eso, existen otros cuentosrelacionados con este mito, que deben ser mencionados para
que se puedan comprender fielmente cada una de las capas que conforman a este
enigmático personaje.
Se dice que aproximadamente a inicios del siglo XVII, una hermosa mujer de rasgos
indígenas, se enamoró de un guapo y gallardo caballero español. El hombre también quedó
prendado de la belleza de la dama y rápidamente le pidió que se convirtiera en su esposa.
Luego del matrimonio, la muchacha se quedaba en casa por largas temporadas, casi
completamente sola, ya que su esposo era diplomático y debía acudir a sus reuniones sólo.
Sin embargo, en el tiempo en donde no debía asistir a ninguna celebración, el sujeto
disfrutaba pasando las tardes al lado de su mujer.
Los años pasaron y luego de una década, la pareja ya contaba con tres hermosísimos
hijos. Pese a que la familia era muy feliz, había una cosa que perturbaba a aquella mujer y
era el hecho de que sus suegros jamás la aceptaron por no pertenecer a la misma clase
social de su marido.
Recordemos que en la sociedad Novo española de aquella época, existía un sistema de
castas en el que era mal visto que dos personas pertenecientes a diferentes razas formaran
una unión familiar.
Esto ocasionó que poco a poco su alma se fuera llenando de celos. No obstante, lo que
terminó con dañar la relación fue que una de sus vecinas le comentó que su marido estaba
planeando dejarla a ella y a sus hijos para desposar a una mujer de la alta sociedad.
Ella cegada por el odio y la venganza, sin pensarlo dos veces, sacó a sus tres niños de la
cama y dejando su casa, se fue corriendo a la orilla del río. Cuando llegó ahí, tomó al
más pequeño de los infantes en sus brazos y lo sumergió en el agua hasta que el pequeño
cuerpecito dejó de moverse.
Posteriormente hizo lo mismo con sus otros dos hijos. Inmediatamente después de haberlos
ahogado, su mente recobró la lucidez perdida y comprendió impotente las consecuencias de
los actos que había llevado a cabo.
Literalmente se puso a gritar como una loca y el llanto no paró de salir de sus ojos. Se puso
de pie y acto seguido se puso a buscar a sus hijos como si éstos se hubieran extraviado y no
acabado muertos como en realidad pasó.
Otra de las versiones de esta leyenda de la llorona, señala que esta dama se suicidó
luego de ahogar a sus pequeños tirándose al río. Días después, el cuerpo fue descubierto
por un pescador, quien rápidamente se puso a buscar a los familiares de la occisa.
Al no encontrar a nadie, el hombre decidió darle cristiana sepultura. A pesar de esto, el alma
de la Llorona abandonó la rústica tumba al tercer día y de ahí en adelante toda la gente
del pueblo empezó a escuchar los fuertes gritos de la mujer que jamás encontrará el
descanso eterno.
También hay una historia de la llorona para niños, sólo que en esta se omiten varias
situaciones que ocurren en la leyenda original y únicamente la historia se centra en el
hecho de un fantasma con silueta de mujer que se dedica a espantar a los pequeños que no
cumplen con sus deberes o que simplemente desobedecen a sus padres. Algo así como el
mito del «hombre del costal».
Continuando con las historias de la llorona, he escuchado una que dice que ese famosísimo
espectro se les aparece a los hombres que trasnochan o que engañan a sus esposas.
En un principio se muestra como una bella mujer que está mojando su linda cabellera
con agua de río. Sin embargo, en el instante en el que detecta que su víctima está cerca, se
gira rápidamente revelando un rostro aterrador en el que prácticamente ya no hay carne, sino
simplemente huesos y algo de piel colgando.
Por si eso fuera poco, la criatura no deja de llorar amargamente hasta que el sujeto sale
despavorido en dirección a su domicilio.
Leyenda de la Llorona Corta (Historia Verdadera)
La historia de la llorona corta nos señala claramente que se trata de lo que los
especialistas en materia paranormal definen como una «alma en pena» que vaga por las
calles oscuras de los pueblos, lamentándose por una serie de circunstancias que le
ocurrieron en su pasado.
Desde luego, otro de los factores que hacen que la historia de la llorona no haya perdido ni
un ápice de credibilidad es que las personas se siguen asustando con este personaje, tal y
como ocurría en los primeros días en los que surgió la leyenda.

En algún momento de la historia, los habitantes de la Nueva España en lo que en la


actualidad se conoce como la Ciudad de México, vivían atemorizados pues había un toque
de queda.
Eso significaba que, a determinada hora de la noche, las campanas de la catedral sonaban
anunciando que ninguna persona podía salir de sus casas, ya que cualquiera que fuera
sorprendido rondando por las calles, sería llevado de inmediato al cuartel en donde se le
impondría la pena de muerte.
Sin embargo, invariablemente las velas que había dentro de las casas, se encendían casi al
mismo tiempo, es decir, a la media noche en los días en los que había luna llena.
La gente saltaba de sus camas gritando, pues aseguraban haber escuchado los sollozos y
gemidos de una mujer. Lo primero que hacían los hombres de la casa, era salir de sus
habitaciones y revisar que las puertas y ventanas estuvieran correctamente a trancadas,
pues podía ser que una pordiosera hubiera entrado a la morada en busca de alimento.
No obstante, al no encontrar nada volvían a su cuarto, para intentar dormir, aunque a veces
era prácticamente imposible volver a conciliar el sueño. A medida que pasaban los días, el
llanto se hacía más y más fuerte.
Por ese motivo, los más valientes del lugar decidieron salir a ver de donde provenían esos
sonidos. Cabe mencionar que la única luz para alumbrarse con la que contaban estos
individuos, era la proporcionada por la luna.
Uno de los individuos que salieron a explorar, pudo observar lo que a lo lejos parecía ser una
mujer vestida completamente de blanco. Ojo, no de la manera en la que se atavían las
novias el día de su boda, sino que traía una especie de batón.
Además, un velo largo y grueso le cubría completamente el rostro. Su caminar era constante
pero muy lento. Algo que le llamó la atención a la gente que la pudo ver de cerca, es que esa
mujer seguía una ruta distinta cada noche.
Es decir, siempre partía del mismo (lo que hoy es el Zócalo capitalino), pero luego de unos
pocos minutos elegía diferentes calles de la ciudad para continuar su peregrinar.
Posteriormente continuaba transitando por las callejuelas hasta que llegaba a alguna que
desembocaba a un río o lago. Posteriormente, se arrodillaba frente a él y empezaba a gritar
de manera desesperada: ¡Ay, mis hijos!
Luego de muchos años se supo que quizás el espíritu de aquella dama en algún momento
perteneció a una mujer de la clase alta, quien por descuido ahogó a sus hijos mientras los
estaba bañando en el lago.
Esta desgarradora leyenda basada aparentemente en hechos reales, nos deja ver
el dolor sufrido por una madre al perder a sus hijos. 
el imbunche

También llamado Vuta o Vutamacho, Machucho o Machuco. Este es una criatura que cuida la
cueva de los brujos. En su origen, es un niño normal que ha sido regalado a los brujos,
quienes lo convierten en Imbunche, deformándolo desde los primeros meses, practicando
con él descoyunturas y torcimientos.
De esta manera, queda con la cara vuelta hacia la espalda; las orejas, la boca, la nariz, los
brazos y los dedos torcidos. Anda sobre una pierna, por tener la otra pegada a la espalda.
Además, se dice que no habla y solo emite sonidos guturales como los balidos de un chivato.
Como no puede salir, pues su obligación es cuidar la cueva, el Imbunche es alimentado por
los brujos y su comida consiste en carne humana.Se dice también, que a pesar de no ser
iniciado en brujería, ha adquirido una infinidad de conocimientos. Por esto, aconseja a los
brujos inexpertos.
El Imbunche solo sale de la cueva cuando esta se cambia de lugar o ha sido destruida, o,
bien, cuando los brujos lo necesitan para hacer daño. En su traslado, va dando gritos, los
que asustan a los vecinos, porque les anuncia alguna próxima desgracia.
Muchos han escuchado hablar sobre la leyenda el Trauco, pero no saben con certeza cuál
es su mítica historia. El trauco es una criatura misteriosa que, dice la leyenda, habita solo en
la isla de Chiloé, en el sur de Chile. Esta mítica figura es uno de los personajes más
conocidos en esta pequeña isla.

Se dice que el Trauco es un hombrecito pequeño de tan solo 80 cm, con un rostro varonil y
feo, pero con una mirada especial y dulce que atrae a las mujeres. No tiene pies, y dicen que
se viste de un traje con un sombrero hecho de una planta llamada coralito ,que sirve para la
producción de escobas y canastos.
En su mano derecha lleva un hacha hecha de piedra, pero cuando se encuentra con una
mujer en el bosque utiliza el implemento como si fuera un bastón, para no atemorizarlas. Las
personas que han visto al trauco dicen que se cuelga de una rama de gran altura conocida
como olivillo para esperar a sus próximas víctimas.

Este pequeño hombrecito habita cerca de la casa de los chilotes, para así poder observar los
movimientos de las mujeres. Es por ello que los pobladores de Chiloé cuidan muy bien a sus
hijas y tratan de evitar que anden solas por el bosque, debido al miedo que existe por este
hombrecito de tan solo 80 cm.

Son en esos momentos cuando el Trauco ataca. Al ver entrar a una mujer sola al bosque,
baja lo más rápido posible del árbol en cual habita (tique u olivillo), con su hacha de piedra le
da 3 golpes al olivillo para así asustar a la mujer. Luego la muchacha se encuentra con el
trauco a su lado y este le tira su aliento y ella cae en un profundo sueño de amor sin ninguna
resistencia.

El trauco

Luego de que este personaje haya hecho su hechizo, la mujer regresa a su casa sin saber
concretamente lo que le ha sucedido. La joven luego de haber tenido el encuentro con este
personaje, empieza a experimentar cambios muy extraños en su cuerpo. Después de 9
meses de haber sufrido el hechizo por el trauco, nace un hijo de esta misteriosa criatura.

A pesar de que el Trauco tiene una obsesión por encontrar y hechizar a una mujer, este no
ataca cuando hay otras personas presentes, solo lo hace cuando ella se encuentra sola y
asustada en el bosque.
Esta es la versión más común de la leyenda del Trauca, usada en muchos casos para
justificar embarazos sin explicación de las jóvenes de la isla.

Muchos han escuchado hablar sobre la leyenda el Trauco, pero no saben con certeza cuál
es su mítica historia. El trauco es una criatura misteriosa que, dice la leyenda, habita solo en
la isla de Chiloé, en el sur de Chile. Esta mítica figura es uno de los personajes más
conocidos en esta pequeña isla.
Se dice que el Trauco es un hombrecito pequeño de tan solo 80 cm, con un rostro varonil y
feo, pero con una mirada especial y dulce que atrae a las mujeres. No tiene pies, y dicen que
se viste de un traje con un sombrero hecho de una planta llamada coralito ,que sirve para la
producción de escobas y canastos.
En su mano derecha lleva un hacha hecha de piedra, pero cuando se encuentra con una
mujer en el bosque utiliza el implemento como si fuera un bastón, para no atemorizarlas. Las
personas que han visto al trauco dicen que se cuelga de una rama de gran altura conocida
como olivillo para esperar a sus próximas víctimas.

Este pequeño hombrecito habita cerca de la casa de los chilotes, para así poder observar los
movimientos de las mujeres. Es por ello que los pobladores de Chiloé cuidan muy bien a sus
hijas y tratan de evitar que anden solas por el bosque, debido al miedo que existe por este
hombrecito de tan solo 80 cm.

Son en esos momentos cuando el Trauco ataca. Al ver entrar a una mujer sola al bosque,
baja lo más rápido posible del árbol en cual habita (tique u olivillo), con su hacha de piedra le
da 3 golpes al olivillo para así asustar a la mujer. Luego la muchacha se encuentra con el
trauco a su lado y este le tira su aliento y ella cae en un profundo sueño de amor sin ninguna
resistencia.

Luego de que este personaje haya hecho su hechizo, la mujer regresa a su casa sin saber
concretamente lo que le ha sucedido. La joven luego de haber tenido el encuentro con este
personaje, empieza a experimentar cambios muy extraños en su cuerpo. Después de 9
meses de haber sufrido el hechizo por el trauco, nace un hijo de esta misteriosa criatura.

A pesar de que el Trauco tiene una obsesión por encontrar y hechizar a una mujer, este no
ataca cuando hay otras personas presentes, solo lo hace cuando ella se encuentra sola y
asustada en el bosque.
Esta es la versión más común de la leyenda del Trauca, usada en muchos casos para
justificar embarazos sin explicación de las jóvenes de la isla.

19 ENERO 2006
Las tres Pascualas

Las tres pascualas vivían en la naciente ciudad de Concepción, allá por el siglo XIX. Las tres
eran hermanas. Ellas, siendo jóvenes, lindas y lavanderas, solían ir diariamente a lavar la
ropa en una laguna cercana. Allí, entre lavado y lavado, cantaban canciones de amor. Y al
caer la tarde, le pedían a la laguna que, por favor, les trajera el verdadero amor de sus vidas.

Un día vieron llegar por la orilla opuesta a un gallardo joven que, al verlas, se acercó hacia
ellas y les ofreció tertulia. Compartieron con el joven su comida y este las acompañó hasta
que el sol se puso. Las encontró muy lindas y malvadamente se propuso hacerlas suyas. 
Por otro lado, las tres Pascualas regresaron a su casa en silencio, arrobadas y cada una de
ellas convencida de que el hermoso joven había venido por ella ¡solo por ella!

Por su lado, el joven regresó día a día a la laguna, dispuesto a rendirlas, una por una, a su
pérfido deseo.

Llegaba por la mañana, ayudaba a la Pascuala menor a llevar la ropa a su cabaña, y en el


trayecto, le declaraba su ardiente amor. Cuando la Pascuala mayor partía al pueblo a
comprar las provisiones, enamoraba a la de al medio. Y cuando la menor preparaba la
comida, juraba amor eterno a la mayor.

Así, las tres Pascualas se enamoraron locamente. Como cada una se sentía la elegida, no se
atrevían a mirarse de frente, temerosas de despertar sus celos. Ya no cantaban: solo
suspiros llenaban el atardecer. La laguna ya no era verde y clara, si no turbia y revuelta como
sus pobres almas, que le habían dado todo a su bien amado.

Y, entonces, el dichoso bien amado, habiendo logrado su propósito, ya no acudió a la cita.


Esperaron en vano, hora tras hora, día tras día. Por fin, se miraron cara a cara y sus propios
ojos revelaron su triste secreto. 

Muertas de pena, fuéronse internando calladas en las aguas, estas se agitaron formando un
remolino. Un temblor sacudió su fondo. La aguas se desbordaron, y al volver a su cauce,
este tomó la forma de la luna en cuarto menguante.

Según cuentan los lugareños,desde entonces ciertas noches suelen verse las tres
Pascualas, luego de luna llena, lavando y lavando en la laguna que lleva su nombre. Creen
que sus aguas no son buenas y evitan su cercanía. 

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