Está en la página 1de 17

ANÁLISIS Y CUENTAS DEL SECTOR REAL

La macroeconomía se ocupa de los acontecimientos que afectan a la economía en su


conjunto, como el producto total, las tasas de inflación y desempleo, la balanza de pagos
internacionales y el tipo de cambio. Su propósito es explicar el comportamiento de estos
agregados y orientar a las autoridades en la consecución de los objetivos económicos y en
sus esfuerzos para responder a los cambios imprevistos en las condiciones económicas.
Tanto el análisis de los acontecimientos como el diseño de políticas apropiadas requieren
información económica y estadísticas confiables que estén disponibles en una forma
sistemática y oportuna. El sistema de cuentas nacionales (SCN) ofrece un marco útil para
este propósito. El SCN fue concebido como un instrumento contable en el cual sería
posible recopilar y presentar datos macroeconómicos. Es reconocido, además, en el ámbito
internacional como una herramienta para organizar un flujo continuo de información
relativa al desempeño económico de un país.

Entre los usos importantes del SCN figuran los siguientes:


• El análisis macroeconómico. Es un marco estadístico adecuado para el análisis
macroeconómico dada su flexibilidad para abarcar diferentes teorías y modelos
económicos y satisfacer las necesidades de países en distintas etapas de su desarrollo.

• Comparación en el tiempo. Constituye un sistema integrado de seguimiento en el


tiempo de los principales agregados de gastos e ingresos.

• Comparación internacional. Se utiliza para comunicar los datos de la contabilidad


nacional ajustados a una definición y clasificación aceptadas en el ámbito internacional.
Estos datos permiten que las cuentas nacionales sean comparadas entre países en muchas
áreas útiles, por ejemplo, para determinar los derechos a la asistencia en condiciones
concesionarias, el cálculo de las cuotas para los países miembros del FMI y, en términos
más generales, para la medición del desempeño económico relativo de los países.

Agregados macroeconómicos
En esta sección se examinan los principales sectores y agregados macroeconómicos, los
diferentes métodos para determinar el producto interno bruto y las relaciones básicas de la
contabilidad nacional.

Principales sectores económicos


Se considerarán cinco grupos de agentes económicos importantes: hogares, empresas,
sector financiero, gobierno y no residentes.

Los hogares facilitan tierra, mano de obra y capital a los diversos mercados de factores de
producción y demandan bienes y servicios en el mercado de productos, pero también
podrían actuar como productores mediante la compra o formación de empresas. Los
hogares toman decisiones sobre cuánto gastar en bienes y servicios de consumo, cuánto
ahorrar y cómo distribuir sus ahorros en diferentes activos financieros y reales (efectivo
disponible, depósitos bancarios, bonos, bienes inmuebles, etc.).
Las empresas emplean factores de producción tales como tierra, mano de obra y capital
para producir bienes y servicios para el mercado de productos. Toman decisiones sobre
producción, determinación de precios, contratación e inversión con el propósito de
maximizar sus beneficios.

El sector financiero facilita a la economía servicios de intermediación financiera. Incluye


todas las entidades cuya actividad principal sea el suministro de activos a los ahorradores
(como los hogares) y créditos a prestatarios (tales como las empresas) con diferentes
plazos de vencimiento. En el sector financiero se incluyen los bancos comerciales,
financieras, cooperativas, fondos de pensión y las compañías de seguros.

La función económica del gobierno entraña la creación de un marco regulatorio y jurídico


eficaz, el suministro de ciertos bienes públicos como educación, infraestructura y una red
de seguridad social, la supervisión de un sistema tributario y la gestión del gasto público.

Los no residentes constituyen el “sector externo” de la economía de un país y se le conoce


también como el sector del resto del mundo.

Ingreso nacional, absorción y el saldo de la balanza de pagos en cuenta corriente


A partir de las identidades básicas que definen el PIB, el INB y el INDB puede elaborarse
una serie de relaciones entre los agregados de las cuentas nacionales y los de la balanza de
pagos.

El saldo en cuenta corriente (CCB) es igual, ex post, a la diferencia entre el INDB y la


absorción (A):
INDB – A = CCB

La interpretación intuitiva de esta relación es que se produce un déficit de la balanza en


cuenta corriente cuando un país gasta por encima de su ingreso o absorbe más de lo que
produce. En otras palabras, un déficit de la balanza en cuenta corriente obedece a un
exceso de absorción frente al ingreso. En consecuencia, para reducir un déficit de la
balanza en cuenta corriente debe aumentar el ingreso del país o debe disminuir la
absorción. Un aumento en la producción (y, por consiguiente, en el ingreso) a corto plazo
exige capacidad ociosa de producción y, a mediano plazo, medidas estructurales
apropiadas para aumentar la eficacia en la producción.

La absorción interna puede reducirse limitando el consumo final (C) o la inversión bruta
(I). Si bien la identidad ingreso-absorción es importante para la elaboración de programas
de ajuste, no es más que una identidad contable y no brinda ninguna teoría sobre el
comportamiento de la cuenta corriente, pues existe la misma probabilidad de que se
registre un auge en los precios de exportación como un aumento en los ingresos
nacionales. En consecuencia, para explicar la evolución de la cuenta corriente hace falta
incorporar otros factores, tales como el tipo de cambio, las tasas de interés, el resultado
fiscal y los precios en moneda extranjera de las exportaciones y de las importaciones.
Una segunda forma de establecer una relación entre los agregados de las cuentas
nacionales y el saldo en cuenta corriente es a través del saldo entre el ahorro y las
inversiones. Como se detalla en el recuadro 1.2, la cuenta corriente de la balanza de pagos
(CCB) equivale, ex post, a la diferencia entre el ahorro (S) y la inversión (I) en la economía:
S – I = CCB

En principio, un déficit menor de la balanza en cuenta corriente estará relacionado con un


flujo mayor de ahorro o con un menor gasto de inversión. Cuando la inversión es superior
al ahorro, el país tiene que cubrir la diferencia con préstamos del exterior; es decir, tiene
que recurrir al ahorro externo. Tal y como se ve en el recuadro 1.2, el hecho de que el saldo
entre el ahorro y la inversión sea similar al saldo en cuenta corriente se desprende de la
similitud entre el ingreso y la absorción. Se trata de similitudes ex post que siempre se
cumplen pero que no ofrecen explicación alguna sobre los desequilibrios de una economía,
el comportamiento fundamental de los agentes económicos o la deseabilidad de un
determinado desequilibrio.

Recuadro 1.2. Relaciones entre el ingreso nacional, la demanda y saldo de la balanza de


pagos en cuenta corriente

Producto interno bruto (PIB) = C + I + (X–M) = A + (X – M). (1)


Ingreso nacional bruto (INB) = PIB + Yf = C + I + (X – M + Yf) (2)
= A + (X – M + Yf). (3)
Ingreso nacional disponible
bruto (INDB) = INB + Trf (4)
= C + I + (X – M + Yf + Trf ) (5)
= A + (X – M + Yf + Trf). (6)
INDB – A = X – M + Yf + Trf (7)
= CCB.
Dado que por definición
S = INDB – C
y
INDB – C = I + (X – M + Yf + Trf), (8)

de la ecuación (5), anterior; por lo tanto


S – I = X – M + Yf + Trf
= CCB. (9)

En las expresiones anteriores:


A = absorción interna (A = C + I) o demanda interna,
X = exportación de bienes y servicios,
M = importación de bienes y servicios,
Yf = renta neta de factores, recibida del exterior,
Trf = transferencias observadas netas, recibidas del exterior,
C = consumo final,
I = inversión bruta (incluye variación de las existencias), y
S = ahorro nacional bruto.
La brecha de recursos del sector privado y su financiamiento
Dentro del marco sectorial de las cuentas de la renta nacional, se identifica al sector
privado como la suma de hogares y empresas. El término ―privado‖ aquí es poco preciso
dado que se incluyen las empresas propiedad del gobierno. Un término más preciso sería
el sector ―empresas-hogares‖ o el sector ―no gubernamental‖. Tal como ocurre con otros
sectores, la restricción presupuestaria permite establecer un vínculo entre el déficit entre
ingresos y gastos de este sector y su financiamiento. Esta identidad contable puede
obtenerse de la siguiente manera: el ahorro del sector privado (Sp) se define como la
diferencia entre el ingreso disponible del sector (INDBp) y su consumo (Cp). Esta relación
puede expresarse de la siguiente manera:
Sp = INDBp – Cp (10)

y la absorción del sector se expresaría como


Ap = Cp + Ip
donde Ip es la inversión bruta del sector privado. INDBp es el ingreso nacional disponible
bruto de la economía menos impuestos y menos subsidios. Conforme a las definiciones
anteriores se deduce que
INDBp – Ap = (Sp – Ip ) (11)

Por analogía, ambos términos de la ecuación (11) permiten medir el ―resultado


presupuestal‖ del sector privado.

En otras palabras, la ―brecha de recursos‖ del sector privado refleja un exceso de absorción
frente al ingreso. El resto de la economía, incluso el sector del resto del mundo, debe
financiar esta brecha. Corresponde al analista la tarea de identificar las formas para
financiar esta brecha o, si se trata de una brecha negativa (inversión menor al ahorro), de
identificar la forma en que se utilizó el ahorro neto. Una brecha de recursos puede ser
cubierta con inversión extranjera directa (IEDp), mediante préstamos netos que consiga el
sector privado del exterior (NFBp) y préstamos del sistema bancario (ΔNDCp). Estas
entradas se ven compensadas con los egresos del sector privado, es decir, los préstamos
que realiza al sistema bancario mediante un incremento en la tenencia y depósitos de
monedas (ΔM2) y los préstamos al gobierno (empréstitos que toma el gobierno del sector
privado, NB). Por lo tanto,
INDBp – Ap = (IEDp + NFBp + ΔNDCp – ΔM2 – NB) (12)

De las ecuaciones (11) y (12) se desprende que

Sp – Ip + IEDp + NFBp + ΔNDCp – ΔM2 – NB = 0 (13)

Comprender estas relaciones contables ayuda a entender la forma en que el sector privado
afecta y se ve afectado por el resto de la economía. Asimismo, permite entender también el
flujo de fondos que ocurre entre los sectores económicos.

PIB nominal y PIB real


Como se indicó anteriormente, el PIB nominal mide el valor del producto en un año
determinado, a los precios de dicho año. Las variaciones del PIB nominal en el tiempo
reflejarán, por consiguiente, las variaciones en precios y en la producción física. Para
recoger únicamente las variaciones de la producción física, los economistas deflactan el
PIB nominal aplicando un índice global de precios (el deflactor del PIB).

• El PIB nominal mide el valor de la producción de una economía a precios corrientes.

• El PIB real, que en el SCN recibe el nombre de ―PIB a precios constantes‖, mide el valor
del producto de una economía manteniendo constantes los precios de un año base. El PIB
real es útil porque permite medir la variación en las cantidades de bienes y servicios
producidos. No es la medición ideal del ingreso real ni del nivel de vida debido a la
posibilidad de errores estadísticos, a las limitaciones intrínsecas de los índices de precio y
volumen. No obstante, el PIB real es el indicador más utilizado del ingreso real.

• El deflactor implícito del PIB es un índice que mide el nivel promedio de los precios de
la producción de una economía. Por convención, el índice tiene un valor de 100 en el año
base. El nivel del índice carece de significado analítico particular pero las variaciones
porcentuales de un año a otro sí son de interés. La variación porcentual del deflactor del
PIB mide la tasa de crecimiento promedio del precio de todos los bienes y servicios de una
economía. Recibe el nombre de deflactor ―implícito‖ porque se basa en un índice de la
cantidad de producción total; una vez que se conocen las variaciones en el valor y en la
cantidad, la diferencia entre los dos se atribuye ―en forma implícita‖ a las variaciones en
precio.

El PIB nominal, el PIB real y el deflactor implícito de precios se vinculan mediante las
siguientes relaciones:
PIB nominal = PIB real x deflactor del PIB/100; (14)
PIB real = PIB nominal X 100; (15)
deflactor del PIB

deflactor del PIB = PIB nominal X 100. (16)


PIB real

En términos de tasas de variación,


(1 + v/100) = (1 + q/100)(1 + p/100), (17)
donde
v : tasa de crecimiento del PIB nominal (el ―valor‖ del PIB) en porcentaje,
q : tasa de crecimiento del PIB real (―cantidad‖) en porcentaje, y
p : tasa de inflación medida por el deflactor del PIB en porcentaje.
Medición de la inflación
Un aumento sostenido y generalizado en el nivel de precios de una economía recibe el
nombre de inflación. El aumento del precio promedio de los bienes y servicios de una
economía es diferente de la variación de los precios relativos de los distintos bienes y
servicios. Por lo general, un aumento global en el nivel de precios va acompañado de una
variación en la estructura de los precios relativos; sin embargo, sólo el aumento promedio
(y no la variación en los precios relativos) es lo que constituye la inflación.

Otro elemento distintivo es un aumento único en el nivel de precios y la inflación


subyacente. Por ejemplo, un aumento en los precios controlados genera un aumento
directo en el nivel global de los precios. Sin embargo, este aumento provocará a su vez
variaciones relativas en los precios sin que necesariamente aumente la inflación
subyacente o básica. Si bien la tasa de inflación subyacente no siempre es fácil de medir
con exactitud, puede servir de mejor orientación para las medidas de política que la tasa
medida de inflación de los precios. Particularmente en las economías en transición, los
analistas deben concentrarse en la tasa de inflación subyacente y no en la tasa medida de
inflación debido a las variaciones estructurales y a las reformas, las cuales provocarán
inevitablemente ajustes discretos en los precios de muchos bienes y servicios.

Un índice muy utilizado para la inflación, el índice de precios al consumidor (IPC), mide
los precios de una cesta representativa de bienes y servicios que compra un hogar típico.
Por lo general, el IPC se calcula mediante encuestas periódicas de los precios al
consumidor. Existen tres diferencias principales entre el deflactor del PIB y el IPC. La
primera de ellas estriba en el tipo de bienes y servicios que abarca cada índice. El IPC sólo
tiene en cuenta un subconjunto de todos los bienes y servicios de una economía (los que
adquieren los consumidores). Así, un aumento en el precio de los bienes y servicios
adquiridos por las empresas o el gobierno, como por ejemplo, maquinaria, figurará en el
deflactor del PIB pero no en el IPC. Por lo que toca a la segunda diferencia, el deflactor del
PIB incluye únicamente bienes de producción nacional. Se excluyen los bienes finales
importados y, por lo tanto, una variación en el precio de las importaciones no tiene un
efecto directo a corto plazo en el deflactor del PIB. Sin embargo, las variaciones en el
precio de los bienes importados afectan el IPC en la medida en que dichos bienes sean
bienes de consumo y formen parte de la ―cesta‖ del IPC. La tercera diferencia se refiere a la
forma en que los precios de diferentes bienes se agregan en los dos índices de precios. En
el IPC se utiliza una cesta de bienes y servicios a los que se asigna una ponderación fija
(índice de precios de Laspeyres). En la ―cesta‖ del deflactor del PIB los bienes pueden
variar en el tiempo en función de la variación de la composición del PIB (índice de precios
de Paasche). En otras palabras, se utilizan como ponderación las cantidades del año base,
mientras que en el deflactor del PIB se utilizan las cantidades del año en curso. Por
ejemplo, supongamos que la sequía destruye la cosecha de maíz de tal manera que la
producción de este grano cae a cero y su precio se eleva considerablemente. En este caso
hipotético, el maíz (del que no hubo producción) queda eliminado del deflactor del PIB
pero se le incluye todavía en el IPC y contribuye así a una subida importante de este
último índice.

La diferencia entre los dos índices no es significativa si la inflación es baja y estable, pero
puede ser considerable si se producen notables variaciones de los precios relativos y el
movimiento en los precios de las importaciones es distinto del que registran los bienes y
servicios de producción nacional. El índice de ponderación fija (índice de Laspeyres) no
toma en cuenta los llamados efectos de sustitución entre productos, que son importantes si
el consumidor puede sustituir productos que hayan registrado un aumento considerable
por otros en los que el aumento haya sido menor. En consecuencia, se tiende a sobrestimar
la inflación. Otros índices de precios de ponderación fija (el índice de precios al por mayor,
IPM, y el índice de precios al productor, IPP, que miden los precios de los bienes al
mayoreo y al productor, respectivamente), también tienden a sobrestimar la inflación. El
índice de ponderación flexible (el índice de Paasche), por otro lado, tiende a subestimar la
inflación.

Remuneraciones y empleo
Salario real
El salario real se obtiene deflactando el salario nominal por el índice de precios apropiado.
Debe establecerse una diferencia entre salario real e ingreso real. El salario real refleja el
poder adquisitivo real del ingreso nominal que el asalariado percibe como remuneración
directa. El ingreso real incluye, además, varias prestaciones adicionales. En Estados
Unidos, por ejemplo, un componente muy importante de la compensación real es el
seguro médico, el cual proporcionan generalmente los empleadores como una prestación.
Las variaciones en el salario real en países en los que prevalece este tipo de
compensaciones adicionales al salario pueden no ser un buen indicador de los cambios en
los niveles de vida. A largo plazo, el crecimiento en el nivel promedio del salario real
depende en gran medida de la tasa de crecimiento de la productividad de una economía.

Empleo y desempleo
A continuación se describen algunos de los conceptos y definiciones que se utilizan con
frecuencia en el análisis del desempleo:
• La población activa incluye a todas las personas en edad de trabajar (por lo general, que
sean mayores de 16 años) que estén trabajando o buscando trabajo. Las personas incluidas
en la población activa que estén sin empleo regular y que estén buscando trabajo son
consideradas como desempleadas.
• La tasa de desempleo mide el porcentaje de la población activa que no tiene un empleo
regular y que busca trabajo. En consecuencia,

Tasa de desempleo = número de desempleados x 100


fuerza laboral

Los trabajadores desmotivados son personas que llevan mucho tiempo desempleados, que
no han podido encontrar un trabajo y que, por lo tanto, dejan de buscar. Por lo general, las
personas que no están buscando trabajo no son incluidas en las estadísticas de los
desempleados ni de la población activa. Una tasa de desempleo que no incluya a los
trabajadores desmotivados subestima la magnitud real de la falta de trabajo en una
economía.
• La tasa de participación de la población activa se define como:
Tasa de participación = número de desempleados x 100
Población con edad de trabajar
• En las últimas décadas han ocurrido cambios en la tasa de participación en muchos
países a causa de un alto porcentaje de mujeres que se ha unido a la población activa.
Entre otros factores importantes que afectan la tasa de participación se incluyen cambios
en la edad promedio en la que la población concluye su formación escolar y la edad de
jubilación promedio.

El pleno empleo se entiende como el nivel ―óptimo‖ de empleo. Los cambios en la


demanda, la tecnología y la disponibilidad de recursos naturales ocasionan variaciones
continuas en la composición de la producción en una economía dinámica. Debido a tales
variaciones, algunos trabajadores estarán ―desempleados‖ en algún momento
determinado. En lugar de que sea un problema, esta faceta del desempleo puede
considerarse como una prueba de un grado sano de flexibilidad (y se le conoce como
desempleo friccional). Cuando aumenta la demanda agregada y el resto de los factores
permanece sin cambios, tiende a disminuir el desempleo (tanto del desempleo friccional
como de otros componentes del desempleo). Sin embargo, tienden a aumentar la presión
inflacionaria y la inflación real. Podría considerarse que el empleo ―pleno‖ implica un
equilibrio de los objetivos de bajo desempleo y baja inflación.

La tasa de desempleo no aceleradora de la inflación (NAIRU) se define como la tasa de


desempleo compatible con una tasa de inflación estable aunque no necesariamente baja.
Este concepto se utiliza para analizar la inflación inercial (en cuyo caso, no sólo está a la
baja el nivel de precios sino también la tasa de cambio de dicho nivel) en conjunción, por
lo general, con un alto grado de indexación salarial.

Desde el punto de vista analítico, conviene clasificar el desempleo en función de sus


causas. Normalmente, se distinguen cuatro tipos de desempleo además del friccional
(descrito en párrafos anteriores):

• El desempleo estacional es causado por cambios en la oferta y la demanda de trabajo


(por lo general en la agricultura, la construcción o el turismo) en el transcurso del año civil.

• El desempleo cíclico es causado por una caída de la producción en períodos de recesión.


Las recesiones forman parte del ciclo económico de una economía de mercado. Las
políticas de los gobiernos encaminadas a estimular la demanda durante una recesión
pueden tener un efecto positivo mayor sobre este tipo de desempleo que sobre otros tipos.

• El desempleo estructural es causado por una asimetría entre la calificación laboral o la


situación geográfica. Por ejemplo, los cambios en los patrones de demanda y tecnología
reducen la demanda de ciertos tipos de calificaciones. El desempleo estructural también
puede presentarse cuando un gran productor cierra sus puertas en una región
determinada y no hay quien lo reemplace. Este tipo de desempleo es más difícil de
erradicar que otros tipos porque exige volver a capacitar a los trabajadores desempleados
o darles más movilidad geográfica.

• El desempleo encubierto se presenta cuando el aporte marginal del trabajador a la


producción tiene un valor de cero o es negativo. En estos casos sería mejor para la
economía reconocer esta situación y trasladar a la persona a un empleo más productivo. El
ejemplo más común se observa en los miembros de una familia que trabajan en su propia
granja sin percibir un salario.

PROYECCIONES DE LA PRODUCCIÓN, DEL GASTO Y EL


NIVEL DE PRECIOS

Algunos conceptos básicos


La producción de bienes y servicios en una economía es el resultado de la combinación de
factores de producción, que suelen ser el capital y la mano de obra. El primero incluye
maquinaria, instalaciones e infraestructura de transporte y comunicaciones. También
incluye las existencias de materia prima, artículos semiprocesados y bienes terminados
que aún no se han vendido. El volumen de producción depende del grado de utilización
de los factores productivos disponibles y de la eficiencia con que se utilizan. La intensidad
del uso de activos de capital puede medirse en función de la tasa de utilización de la
capacidad productiva, que es la razón de los activos de capital fijo efectivamente en uso y
el acervo total de dicho capital. La intensidad en el uso de la mano de obra se mide según
la razón de la mano de obra efectivamente utilizada y la población activa total, o también,
según la tasa de desempleo. Cuanto mayor sea la eficiencia con que se utiliza un conjunto
de factores, mayor será el volumen de la producción y mayor la productividad de los
mismos. Se ha creado el concepto de productividad total de los factores (PTF) para ayudar
a medir la eficacia general de una economía para convertir los insumos, el capital y la
mano de obra en productos.

Varios estudios han analizado los determinantes del crecimiento económico para una
amplia gama de países comparando las tasas de aumento de los insumos de capital y de
mano de obra con el crecimiento de la producción. Si la tasa de crecimiento de la
producción ha sido mayor que la tasa de aumento de los insumos, ello se atribuye a un
aumento en la PTF. Estudios basados en este enfoque contable del crecimiento indican que
durante el período de la posguerra, las diferencias significativas en las tasas de crecimiento
entre los países se atribuyen a las discrepancias en la variación de la productividad total
de los factores. Dado que se considera que la PTF es el componente de las tasas de
crecimiento que no puede explicarse por las variaciones en los insumos de mano de obra y
capital, esta conclusión es en cierto modo tautológica aunque la supuesta base de las
diferencias sustanciales en la PTF no haya sido el desarrollo tecnológico y su asimilación
en el capital instalado de un país. En algunas investigaciones más recientes se han
planteado algunas interrogantes sobre algunas de las suposiciones simplificadoras que se
utilizan para medir la ―cantidad‖ de mano de obra y de capital. Por ejemplo, si aumenta el
número de obreros calificados pero no se registran cambios en el número de obreros en
general, esto debería considerarse como un aumento en la mano de obra. El capital es
todavía más difícil de medir con exactitud, y éste es un punto de debate especialmente
pertinente para los estudios sobre el alto crecimiento que se ha alcanzado en décadas
recientes en algunas economías del este asiático. Además, se ha descubierto que otros
aspectos del entorno económico –entre los que se incluyen la calidad del gobierno, la
estabilidad del marco regulatorio y la adaptabilidad de la población activa al cambio en la
producción—guardan estrecha relación con las variaciones en la PTF. Una posible
consecuencia política importante de este debate sería la siguiente: si el crecimiento es
resultado de un aumento del capital, entonces el crecimiento deberá ser menor a la larga
porque los aumentos en el capital se verán amenazados con rendimientos decrecientes.
Esta es la principal lección de la teoría neoclásica del crecimiento. Sin embargo, si el
crecimiento ocurre porque aumenta la PTF, entonces puede ser sostenible el crecimiento a
largo plazo.

En una economía de mercado que funcione eficientemente, los patrones de producción se


adaptan continuamente a los cambios en las preferencias de los consumidores, en los
precios relativos de los insumos y en otros cambios en las condiciones que afectan la oferta
y la demanda de diversos bienes y servicios. En cualquier momento habrá recursos que
sean reasignados de una actividad a otra o que no sean utilizados temporalmente. Por otra
parte, en momentos de gran demanda los factores pueden ser utilizados por más tiempo
del normal, si es que los precios son lo suficientemente altos para cubrir los costos extra.
Podemos hablar entonces de un grado normal de capacidad ociosa en la utilización de los
recursos productivos. El nivel de producción en que el grado de capacidad ociosa o
intensidad en el uso de los recursos es normal recibe el nombre de producción potencial.
El nivel real de producción y de ingresos puede ser inferior al nivel potencial si por alguna
razón existe un alto nivel de desempleo de la mano de obra o una subutilización del
acervo de capital. También, los factores productivos pueden utilizarse en cantidades que
superan su intensidad normal en un período determinado, con lo cual la producción total
excede su potencial a largo plazo.

El concepto de producción potencial establece en esencia una relación técnica entre los
insumos y la producción que ha sido analizada y estimada a partir de distintas funciones
de producción. Esta relación determina la oferta agregada de bienes y servicios, dada la
dotación de factores productivos de un país, así como los precios de los insumos y de los
productos. La función de producción puede expresarse mediante la siguiente fórmula:
Y= F (K, L, A)

La ecuación indica que la producción real (Y) sube a medida que aumenta la
disponibilidad de capital (K) y de mano de obra (L) y que se producen mejoras
tecnológicas y de otro tipo (A) que permiten incrementar la eficiencia con que se utilizan
los factores.
Con frecuencia, los cambios a corto plazo en la oferta agregada reflejan variaciones en los
precios finales de los productos con respecto al precio de los factores. En este contexto, la
relación que se da entre los aumentos en los precios de los productos y los costos de la
mano de obra es esencial. En el corto plazo, un aumento en la población activa combinado
con un nivel dado de otros factores da como resultado una disminución de la
productividad marginal de la mano de obra (el producto suplementario que generan los
trabajadores adicionales). Dado que los empleadores contratan más mano de obra sólo si el
valor del producto marginal que aportan los trabajadores adicionales es mayor que el
salario que se les paga, los salarios reales deberán disminuir para que los empleadores
puedan contratar trabajadores adicionales. En la medida en que los salarios nominales se
mantengan relativamente fijos en el corto plazo, los salarios reales disminuirán sólo si
aumentan los precios de los productos. Esta realidad se refleja en una curva de oferta
agregada con pendiente positiva, ya que hay una correspondencia entre altos niveles de
empleo y producción, y elevados niveles de precios. Al mismo tiempo, un cambio en la
curva de la demanda agregada (con pendiente negativa, por ejemplo) como resultado de la
aplicación de una política fiscal y monetaria expansionista da lugar a un desplazamiento a
lo largo de la curva de la oferta y a un aumento tanto de la producción como de los
precios.

Por otra parte, el nivel de demanda agregada es el nivel de gasto destinado a la


producción efectiva que los agentes económicos están dispuestos a asumir. Si la demanda
es menor que la producción potencial, disminuirá el precio promedio de los productos o la
cantidad producida, o se producirá alguna combinación de ambos efectos. Pero, si el nivel
de gastos es mayor que la producción potencial, aumentarán los precios y la cantidad
producida. Los precios de los bienes y servicios tenderán a subir o se acelerará la tasa de
inflación vigente. Por lo general, se supone que las discrepancias entre la producción
potencial y la producción real se deben a condiciones de la demanda aunque también
pueden ser ocasionadas por alteraciones temporales en la oferta.

Factores que afectan la determinación de la producción en los países en desarrollo

1. Factores de corto plazo


El análisis anterior sobre la reacción de la oferta a corto plazo es especialmente pertinente
en el caso de los países industrializados o los sectores industriales de los países en
desarrollo. En cambio, en los países en desarrollo con economías basadas en productos
básicos, la oferta agregada frecuentemente reacciona poco ante los cambios en los precios a
corto plazo, aunque a largo plazo la reacción puede ser más elástica. La oferta de la
mayoría de los productos agrícolas es relativamente inelástica durante períodos de menos
de un año; otros productos, tales como el caucho y el café, tienen un período de gestación
mucho mayor. Incluso la elasticidad-precio de la producción minera en los países en
desarrollo puede ser baja en el corto plazo debido a la disponibilidad limitada de la mano
de obra calificada y del equipo especializado necesario.

La cuantificación de los cambios a corto plazo en la producción a partir de la utilización de


la capacidad productiva o de las tasas de desempleo resulta difícil en el caso de los países
en desarrollo. En primer lugar, los conceptos de desempleo y de población activa son más
difíciles de definir en estos países que en los países industrializados. El desempleo abierto
en los países en desarrollo tiende a limitarse al sector urbano y a la población activa que
cuenta con los recursos necesarios para buscar un nuevo puesto de trabajo. En el caso de
los países en desarrollo, un indicador más completo del desempleo debe abarcar tanto el
subempleo como los trabajadores desmotivados. Estos conceptos son especialmente
difíciles de definir en el sector rural, que es el predominante en la mayoría de estos países.

La medición del aumento del acervo de capital y de los insumos agregados de mano de
obra también resulta complicada. Para resolver este problema técnico, puede utilizarse el
aumento en la población activa como sustituto de un aumento en el empleo. El supuesto
implícito es que en un mercado de trabajo competitivo no existe el desempleo involuntario
significativo. Una vez más hay que recordar, sin embargo, que un enfoque de este tipo no
es necesariamente válido para los países en desarrollo. En este sentido, la ecuación Y= F
(K, L, A) resulta ser una forma sumamente simplificada de la función de producción y
debe prestarse atención a la composición estructural de la economía en cuestión. En
muchos países, una parte considerable de la población vive en áreas rurales, y la
agricultura absorbe una porción significativa de la mano de obra total pero representa una
parte relativamente pequeña de la producción total. En consecuencia, la productividad
marginal de la mano de obra en el sector agrícola es baja, y a menudo se observa un
excedente significativo en la mano de obra. Además, aunque las cifras oficiales del
desempleo urbano sean relativamente bajas, en muchos países una gran población flotante
ha migrado de las áreas rurales hacia las ciudades en busca de trabajo. Por lo tanto, el
aumento en la población activa no es un buen sustituto del aumento en el empleo. Por esta
razón, debe buscarse un enfoque alternativo.
2. Factores de largo plazo
Además de las variaciones en la mano de obra (L) y el capital (K), el crecimiento de la
producción depende de las mejoras tecnológicas, los avances en la información, el nivel
educativo y conocimientos especializados de los trabajadores y las variaciones en el grado
de
movilidad de los insumos hacia sectores de alta productividad. La determinación de la
producción en los países en desarrollo se complica por las distorsiones de precios que
tornan más compleja e ineficiente la toma de decisiones de índole económica y por la
fuerte dependencia de un sector agrícola sujeto a los caprichos del clima y a las
fluctuaciones de los precios en el mundo. Es difícil predecir el efecto que puedan tener las
posibles modificaciones en la legislación nacional que crean distorsiones en los precios o
los cambios climáticos sobre la agricultura y los sectores que dependen de ésta última, con
lo cual las proyecciones de la producción en los países en desarrollo pueden ser más
inciertas.

3. Distorsiones en los precios


Los estudios empíricos señalan que la eficiencia con que se utilizan los factores de
producción disponibles determina en gran parte la tasa de crecimiento de la producción, y
explica las diferencias en las tasas de crecimiento de los países con una similar dotación de
recursos. La eficiente asignación de los recursos maximiza el valor de la producción
obtenida de un nivel de insumos determinado. Un factor clave para determinar la
eficiencia es la fijación del precio de los insumos y de la producción de manera tal que
reflejen la escasez relativa de los bienes. Cuando los precios difieren significativamente del
valor de escasez de los bienes (costo de oportunidad) se considera que están
distorsionados. Estas distorsiones obedecen frecuentemente al escepticismo de las
autoridades con respecto a la importancia de las señales de los precios, o a una política
específica para alcanzar objetivos de equidad, incluso a costa de la eficiencia.

En los análisis se ha dado énfasis a las distorsiones en los precios debido al efecto que
tienen sobre la balanza de pagos y el crecimiento. Las medidas que afectan el tipo de
cambio y las restricciones comerciales han revestido particular importancia en este
contexto. Cuando se permite una sobrevaloración de la moneda se reduce el incentivo
para exportar o producir sustitutos a la importación. Cuando no se aplican medidas
correctivas, lo normal es que una moneda sobrevalorada dé lugar a restricciones sobre las
divisas y un racionamiento de las importaciones que no se basa en los precios. Un
racionamiento de este tipo puede limitar la disponibilidad de insumos intermedios, frenar
el desarrollo de nuevas industrias y socavar los niveles de utilización de la capacidad en
los sectores existentes.

A menudo, algunas distorsiones considerables deben ser tomadas en cuenta en la


determinación del precio de los factores de producción. Las tasas de interés en algunos
países han sido mantenidas a niveles artificialmente bajos; y se ha observado que las tasas
reales negativas desalientan el ahorro y las entradas de capital extranjero. El
racionamiento no basado en los precios de los ahorros disponibles ocasiona problemas
administrativos importantes e ineficiencia en la asignación de recursos. Cuando se tiene
acceso al financiamiento, las bajas tasas de interés fomentan un modo de producción que
requiere mucho capital. Sin embargo, este modo de producción encuentra un incentivo
todavía mayor cuando existen leyes sobre salarios mínimos irreales e impuestos para la
seguridad social que provocan un aumento en el precio de la mano de obra.

4. Papel relativo de los sectores


En los países en desarrollo, la función central de la agricultura (en cuanto a su
contribución al PIB y el empleo) explica la estrecha relación que existe entre la evolución
del sector agrícola y el crecimiento económico global. La agricultura es no sólo el sector de
donde proceden los alimentos de la población sino además es un generador de mano de
obra para la industria, de ahorros para la formación del capital y de divisas a través de la
exportación. Para poder desempeñar todas estas funciones, la tasa de crecimiento del
sector agrícola debe ser satisfactoria. Las variaciones en las condiciones climáticas, las
tendencias desfavorables de los precios relativos y la falta de eficiencia de las empresas
manufactureras y de comercialización son factores que reducen el crecimiento del sector
agrícola.

En muchos países en vías de desarrollo, el proceso de industrialización puede verse


frenado porque el tamaño reducido de sus mercados, la baja densidad demográfica y las
deficiencias en los sistemas de transporte limitan las economías de escala y reducen las
opciones de las empresas. A veces, la política nacional con respecto al sector industrial
agrava estas restricciones. Con frecuencia, las autoridades crean empresas públicas para
desempeñar una función central en el proceso de industrialización, pero no resulta extraño
darse cuenta de que dichas empresas carecen de eficiencia administrativa y de que basan
sus prioridades en consideraciones no económicas. Además, cuando se protege la
producción nacional por períodos prolongados se fomenta la aparición de industrias
ineficientes con reducidas posibilidades de crecimiento, lo cual da lugar a una mala
asignación de los recursos y una serie de efectos desfavorables en el crecimiento
económico global.

En esta sección se abordarán las técnicas para proyectar los gastos del sector privado, el
cual, junto con el consumo y la inversión del sector público, determina la absorción
interna.

Proyecciones de la producción y del gasto


Las técnicas que se empleen para elaborar proyecciones de la producción y del gasto –y en
última instancia de los precios—deben basarse en un modelo explícito para analizar los
sucesos macroeconómicos. Este modelo especifica que la producción y los precios se
determinan por la interacción entre la oferta y la demanda agregadas. Una función de la
demanda agregada establece una relación entre el gasto total y algunas variables tales
como el ingreso, los precios de los productos, las tasas de interés y la política del sector
público. Una función de la oferta agregada incluiría también los precios de los productos y
de los insumos como variables explicativas. Lo ideal es que un modelo de proyección
utilice los valores proyectados para las variables explicativas de modo que se pueda
determinar el equilibrio entre la oferta y la demanda agregadas, lo cual permitiría obtener
los valores de la producción y los precios para un período futuro. Sin embargo, ello resulta
poco práctico debido a los problemas complejos que surgen en la elaboración de estos
modelos y en la recopilación de los datos en que se basan, y hacen necesario utilizar
métodos más intuitivos y sencillos para elaborar las proyecciones. En estas proyecciones a
veces se tienen en cuenta tendencias que afectan a sectores específicos –como la
agricultura, el sector manufacturero y de servicios—y se emplean las relaciones entre los
sectores para elaborar una estimación de la producción agregada. Otra posibilidad es
utilizar las proyecciones de la producción potencial como referencia en la cuantificación de
los efectos de los cambios de políticas.

Producción
Producción potencial
La producción potencial puede estimarse a partir de diversos métodos con distinto grado
de complejidad. Lo ideal es poder estimar una función de producción en la que esta última
dependa de los insumos de capital y de mano de obra así como de la PTF, y establecer
niveles de intensidad ―normal‖ con respecto al uso de los factores. En un enfoque de este
tipo, uno de los requisitos es contar con datos fidedignos sobre el acervo de capital y la
población activa. Si no se dispone de esta información (como es el caso de la mayoría de
los países que no son miembros de la OCDE), es necesario recurrir a métodos más
sencillos. Una posibilidad es suponer que la tasa de crecimiento de la producción potencial
sigue una trayectoria que se aproxima más o menos a la tendencia a largo plazo que viene
determinada por el crecimiento de los insumos y los avances tecnológicos. La aplicación
de una política expansiva y los aumentos exógenos de la demanda pueden dar lugar a un
aumento temporal de la producción, en tanto que una política restrictiva o una baja en la
demanda pueden reducir dicha producción. No obstante, con el tiempo, la tasa de
crecimiento observada tenderá a acercarse a la trayectoria de crecimiento a más largo
plazo de la oferta potencial. Si el período que se utiliza para calcular la tasa promedio
incluye una balance entre años de expansión y contracción y otras perturbaciones
positivas y negativas (cambios climáticos, conflictos militares, huelgas laborales, elevadas
tasas de natalidad, descubrimientos científicos) y deja de lado la introducción o reforma de
cambios estructurales importantes, entonces el promedio histórico de las tasas reales
tenderá a ser igual al crecimiento potencial de la producción.

Proyección del crecimiento a mediano plazo


•Extrapolación de la tendencia. La forma más sencilla de elaborar una proyección del PIB
es estimar su tasa de crecimiento histórico y suponer que se mantendrá la misma tasa en el
futuro. Otra forma es separar los principales factores del PIB, con lo cual la proyección
resulta ser la suma ponderada de las proyecciones derivadas de las tasas de crecimiento
históricas de cada uno de dichos factores. Es posible estimar las tasas de crecimiento
históricas utilizadas en el método de extrapolación mediante una regresión o la fórmula
compuesta del crecimiento. Con esta última es posible estimar una tasa promedio anual de
crecimiento (g) a partir de los datos del primer y último año del período que se analiza, y
puede expresarse de la siguiente manera:

donde:
PIBRt: PIB a precios constantes en el período t;
g : tasa de crecimiento constante, y
t : período (0, 1, 2 . . .).
Así, la tasa promedio de crecimiento anual del período en cuestión sería

Obsérvese que si r se expresara en porcentaje, sería necesario multiplicar por 100 el


término de la derecha de la ecuación.

De igual manera, es posible estimar una regresión para encontrar la tasa de crecimiento
durante determinado período, tal como se expresa a continuación:

ln GDPR = a + bT
donde:
T : período (0, 1, 2 . . .), y
ln: logaritmo natural.

•El método de extrapolación de “tendencias entre períodos de máxima actividad”. El


método de extrapolación de tendencias de la capacidad de producción en períodos de
mayor actividad permite identificar los años en que una economía opera por abajo de su
capacidad, y medir el grado de utilización de la capacidad productiva. Los supuestos
explícitos son que los niveles anteriores de mayor producción –los cuales deben ser
identificables– representan la producción potencial dado que los recursos se estaban
utilizando a toda su capacidad, y que la producción potencial aumenta a un ritmo
constante entre dos períodos de máxima actividad. El supuesto implícito es que las
políticas económicas son suficientes para apoyar este ritmo de crecimiento. El crecimiento
objetivo se deriva entonces al extrapolar la tendencia observada entre los dos últimos
períodos de máxima actividad en el período de proyección. Puede darse el caso de que
algunos factores excepcionales, como la aceleración del ritmo de desarrollo, deban tomarse
en cuenta para ajustar este cálculo.

•Métodos de series de tiempo. Un tercer método se basa en un conjunto de técnicas de


series de tiempo como filtros unidimensionales o promedios móviles de valores anteriores
de la serie cronológica real del PIB. Por ejemplo, la mayoría de las aplicaciones
econométricas tienen la capacidad de aplicar el filtro de Hodrick-Prescott (HP). Este filtro
es quizás el más conocido y el que más se utiliza en estadística para obtener una
representación no lineal uniforme de una serie de tiempo. Está diseñado para filtrar las
fluctuaciones de corto plazo de tal manera que el componente de largo plazo tenga menos
―ruido‖. Cuando se aplica a valores del PIB real, el componente de tendencia yt permite
solucionar el siguiente problema:

donde el primer término es la suma de las desviaciones cuadráticas del valor observado y
(logaritmo de la producción real) procedente del valor subyacente de la tendencia y*
(logaritmo de la tendencia de la producción real). El segundo término es una medida de la
variación temporal del componente de tendencia estimado. Observe que cuanto más
grande sea el parámetro λ, mayor será la señalización de una tendencia no uniforme (que
se representa en el segundo término). En otras palabras, la ecuación nos indica que la
tendencia deseada debe ajustarse bien a los datos y que no debe variar mucho en el
tiempo. Por lo tanto, un valor más alto de λ implica una dinámica más uniforme de la
producción potencial subyacente (y brechas de producción más volátiles). En el caso
extremo en que λ presente una tendencia hacia el infinito, la tendencia se presenta en
forma de línea recta. El valor estándar es λ=100 en datos anuales, el cual ha sido
popularizado en la literatura académica en ciclos económicos reales. Sin embargo, este
valor es arbitrario dado que carece de fundamento en la economía y la estadística y, por
esta razón, no puede utilizarse para realizar una evaluación económica exhaustiva de las
perspectivas macroeconómicas. Otra desventaja de este método es el llamado sesgo de
final de muestra dado que los cálculos de las tendencias de la producción basados en el
filtro de HP suelen ser demasiado sensibles a los acontecimientos más recientes en la
producción real.

•Proyecciones sectoriales. Cuando se dispone de información detallada sobre las


probables tendencias que se producirán en cada sector, la proyección más acertada de la
producción agregada es la que se obtiene al elaborar una proyección de cada sector y
luego combinar las estimaciones. Por ejemplo, si se sabe que ciertos hoteles nuevos estarán
funcionando en el año meta, esta información se utilizará en las proyecciones del sector
turismo. Debido a que aumenta la calidad de estas proyecciones a medida que se va
disponiendo de más información, esta metodología es superior a las técnicas
econométricas en las que no se pueden incorporar directamente datos obtenidos de
estimaciones actualizadas durante el año del programa.

Proyección del crecimiento a corto plazo


El objetivo de las proyecciones de la producción a corto plazo (es decir, a un año) es tener
una perspectiva de la producción real y no de la potencial. Nuestro interés radica en
determinar en qué medida la capacidad será plenamente utilizada y en identificar los
períodos de transición y los ciclos, para lo cual los métodos de extrapolación no son las
más indicados. Por lo tanto, una forma de empezar es analizar los principales indicadores
económicos que permiten predecir las variaciones en la actividad económica, por ejemplo,
las variaciones en pedidos, los permisos de construcción, las existencias, los precios de las
acciones, los márgenes de utilidad y el número de empresas nuevas. El siguiente paso es
proyectar el deflactor del PIB; y esta proyección puede utilizarse a su vez para proyectar el
PIB nominal. Cuando se multiplica el deflactor del PIB por el valor proyectado del PIB
real, se obtiene un estimado del PIB nominal al costo de los factores. Al agregar una
proyección de los impuestos menos los subsidios a productos se obtiene un estimado del
PIB nominal a precios de mercado. Posteriormente, es necesario comprobar estas
proyecciones utilizando una proyección del PIB conforme al método del gasto.

También podría gustarte