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Agregados macroeconómicos
En esta sección se examinan los principales sectores y agregados macroeconómicos, los
diferentes métodos para determinar el producto interno bruto y las relaciones básicas de la
contabilidad nacional.
Los hogares facilitan tierra, mano de obra y capital a los diversos mercados de factores de
producción y demandan bienes y servicios en el mercado de productos, pero también
podrían actuar como productores mediante la compra o formación de empresas. Los
hogares toman decisiones sobre cuánto gastar en bienes y servicios de consumo, cuánto
ahorrar y cómo distribuir sus ahorros en diferentes activos financieros y reales (efectivo
disponible, depósitos bancarios, bonos, bienes inmuebles, etc.).
Las empresas emplean factores de producción tales como tierra, mano de obra y capital
para producir bienes y servicios para el mercado de productos. Toman decisiones sobre
producción, determinación de precios, contratación e inversión con el propósito de
maximizar sus beneficios.
La absorción interna puede reducirse limitando el consumo final (C) o la inversión bruta
(I). Si bien la identidad ingreso-absorción es importante para la elaboración de programas
de ajuste, no es más que una identidad contable y no brinda ninguna teoría sobre el
comportamiento de la cuenta corriente, pues existe la misma probabilidad de que se
registre un auge en los precios de exportación como un aumento en los ingresos
nacionales. En consecuencia, para explicar la evolución de la cuenta corriente hace falta
incorporar otros factores, tales como el tipo de cambio, las tasas de interés, el resultado
fiscal y los precios en moneda extranjera de las exportaciones y de las importaciones.
Una segunda forma de establecer una relación entre los agregados de las cuentas
nacionales y el saldo en cuenta corriente es a través del saldo entre el ahorro y las
inversiones. Como se detalla en el recuadro 1.2, la cuenta corriente de la balanza de pagos
(CCB) equivale, ex post, a la diferencia entre el ahorro (S) y la inversión (I) en la economía:
S – I = CCB
En otras palabras, la ―brecha de recursos‖ del sector privado refleja un exceso de absorción
frente al ingreso. El resto de la economía, incluso el sector del resto del mundo, debe
financiar esta brecha. Corresponde al analista la tarea de identificar las formas para
financiar esta brecha o, si se trata de una brecha negativa (inversión menor al ahorro), de
identificar la forma en que se utilizó el ahorro neto. Una brecha de recursos puede ser
cubierta con inversión extranjera directa (IEDp), mediante préstamos netos que consiga el
sector privado del exterior (NFBp) y préstamos del sistema bancario (ΔNDCp). Estas
entradas se ven compensadas con los egresos del sector privado, es decir, los préstamos
que realiza al sistema bancario mediante un incremento en la tenencia y depósitos de
monedas (ΔM2) y los préstamos al gobierno (empréstitos que toma el gobierno del sector
privado, NB). Por lo tanto,
INDBp – Ap = (IEDp + NFBp + ΔNDCp – ΔM2 – NB) (12)
Comprender estas relaciones contables ayuda a entender la forma en que el sector privado
afecta y se ve afectado por el resto de la economía. Asimismo, permite entender también el
flujo de fondos que ocurre entre los sectores económicos.
• El PIB real, que en el SCN recibe el nombre de ―PIB a precios constantes‖, mide el valor
del producto de una economía manteniendo constantes los precios de un año base. El PIB
real es útil porque permite medir la variación en las cantidades de bienes y servicios
producidos. No es la medición ideal del ingreso real ni del nivel de vida debido a la
posibilidad de errores estadísticos, a las limitaciones intrínsecas de los índices de precio y
volumen. No obstante, el PIB real es el indicador más utilizado del ingreso real.
• El deflactor implícito del PIB es un índice que mide el nivel promedio de los precios de
la producción de una economía. Por convención, el índice tiene un valor de 100 en el año
base. El nivel del índice carece de significado analítico particular pero las variaciones
porcentuales de un año a otro sí son de interés. La variación porcentual del deflactor del
PIB mide la tasa de crecimiento promedio del precio de todos los bienes y servicios de una
economía. Recibe el nombre de deflactor ―implícito‖ porque se basa en un índice de la
cantidad de producción total; una vez que se conocen las variaciones en el valor y en la
cantidad, la diferencia entre los dos se atribuye ―en forma implícita‖ a las variaciones en
precio.
El PIB nominal, el PIB real y el deflactor implícito de precios se vinculan mediante las
siguientes relaciones:
PIB nominal = PIB real x deflactor del PIB/100; (14)
PIB real = PIB nominal X 100; (15)
deflactor del PIB
Un índice muy utilizado para la inflación, el índice de precios al consumidor (IPC), mide
los precios de una cesta representativa de bienes y servicios que compra un hogar típico.
Por lo general, el IPC se calcula mediante encuestas periódicas de los precios al
consumidor. Existen tres diferencias principales entre el deflactor del PIB y el IPC. La
primera de ellas estriba en el tipo de bienes y servicios que abarca cada índice. El IPC sólo
tiene en cuenta un subconjunto de todos los bienes y servicios de una economía (los que
adquieren los consumidores). Así, un aumento en el precio de los bienes y servicios
adquiridos por las empresas o el gobierno, como por ejemplo, maquinaria, figurará en el
deflactor del PIB pero no en el IPC. Por lo que toca a la segunda diferencia, el deflactor del
PIB incluye únicamente bienes de producción nacional. Se excluyen los bienes finales
importados y, por lo tanto, una variación en el precio de las importaciones no tiene un
efecto directo a corto plazo en el deflactor del PIB. Sin embargo, las variaciones en el
precio de los bienes importados afectan el IPC en la medida en que dichos bienes sean
bienes de consumo y formen parte de la ―cesta‖ del IPC. La tercera diferencia se refiere a la
forma en que los precios de diferentes bienes se agregan en los dos índices de precios. En
el IPC se utiliza una cesta de bienes y servicios a los que se asigna una ponderación fija
(índice de precios de Laspeyres). En la ―cesta‖ del deflactor del PIB los bienes pueden
variar en el tiempo en función de la variación de la composición del PIB (índice de precios
de Paasche). En otras palabras, se utilizan como ponderación las cantidades del año base,
mientras que en el deflactor del PIB se utilizan las cantidades del año en curso. Por
ejemplo, supongamos que la sequía destruye la cosecha de maíz de tal manera que la
producción de este grano cae a cero y su precio se eleva considerablemente. En este caso
hipotético, el maíz (del que no hubo producción) queda eliminado del deflactor del PIB
pero se le incluye todavía en el IPC y contribuye así a una subida importante de este
último índice.
La diferencia entre los dos índices no es significativa si la inflación es baja y estable, pero
puede ser considerable si se producen notables variaciones de los precios relativos y el
movimiento en los precios de las importaciones es distinto del que registran los bienes y
servicios de producción nacional. El índice de ponderación fija (índice de Laspeyres) no
toma en cuenta los llamados efectos de sustitución entre productos, que son importantes si
el consumidor puede sustituir productos que hayan registrado un aumento considerable
por otros en los que el aumento haya sido menor. En consecuencia, se tiende a sobrestimar
la inflación. Otros índices de precios de ponderación fija (el índice de precios al por mayor,
IPM, y el índice de precios al productor, IPP, que miden los precios de los bienes al
mayoreo y al productor, respectivamente), también tienden a sobrestimar la inflación. El
índice de ponderación flexible (el índice de Paasche), por otro lado, tiende a subestimar la
inflación.
Remuneraciones y empleo
Salario real
El salario real se obtiene deflactando el salario nominal por el índice de precios apropiado.
Debe establecerse una diferencia entre salario real e ingreso real. El salario real refleja el
poder adquisitivo real del ingreso nominal que el asalariado percibe como remuneración
directa. El ingreso real incluye, además, varias prestaciones adicionales. En Estados
Unidos, por ejemplo, un componente muy importante de la compensación real es el
seguro médico, el cual proporcionan generalmente los empleadores como una prestación.
Las variaciones en el salario real en países en los que prevalece este tipo de
compensaciones adicionales al salario pueden no ser un buen indicador de los cambios en
los niveles de vida. A largo plazo, el crecimiento en el nivel promedio del salario real
depende en gran medida de la tasa de crecimiento de la productividad de una economía.
Empleo y desempleo
A continuación se describen algunos de los conceptos y definiciones que se utilizan con
frecuencia en el análisis del desempleo:
• La población activa incluye a todas las personas en edad de trabajar (por lo general, que
sean mayores de 16 años) que estén trabajando o buscando trabajo. Las personas incluidas
en la población activa que estén sin empleo regular y que estén buscando trabajo son
consideradas como desempleadas.
• La tasa de desempleo mide el porcentaje de la población activa que no tiene un empleo
regular y que busca trabajo. En consecuencia,
Los trabajadores desmotivados son personas que llevan mucho tiempo desempleados, que
no han podido encontrar un trabajo y que, por lo tanto, dejan de buscar. Por lo general, las
personas que no están buscando trabajo no son incluidas en las estadísticas de los
desempleados ni de la población activa. Una tasa de desempleo que no incluya a los
trabajadores desmotivados subestima la magnitud real de la falta de trabajo en una
economía.
• La tasa de participación de la población activa se define como:
Tasa de participación = número de desempleados x 100
Población con edad de trabajar
• En las últimas décadas han ocurrido cambios en la tasa de participación en muchos
países a causa de un alto porcentaje de mujeres que se ha unido a la población activa.
Entre otros factores importantes que afectan la tasa de participación se incluyen cambios
en la edad promedio en la que la población concluye su formación escolar y la edad de
jubilación promedio.
Varios estudios han analizado los determinantes del crecimiento económico para una
amplia gama de países comparando las tasas de aumento de los insumos de capital y de
mano de obra con el crecimiento de la producción. Si la tasa de crecimiento de la
producción ha sido mayor que la tasa de aumento de los insumos, ello se atribuye a un
aumento en la PTF. Estudios basados en este enfoque contable del crecimiento indican que
durante el período de la posguerra, las diferencias significativas en las tasas de crecimiento
entre los países se atribuyen a las discrepancias en la variación de la productividad total
de los factores. Dado que se considera que la PTF es el componente de las tasas de
crecimiento que no puede explicarse por las variaciones en los insumos de mano de obra y
capital, esta conclusión es en cierto modo tautológica aunque la supuesta base de las
diferencias sustanciales en la PTF no haya sido el desarrollo tecnológico y su asimilación
en el capital instalado de un país. En algunas investigaciones más recientes se han
planteado algunas interrogantes sobre algunas de las suposiciones simplificadoras que se
utilizan para medir la ―cantidad‖ de mano de obra y de capital. Por ejemplo, si aumenta el
número de obreros calificados pero no se registran cambios en el número de obreros en
general, esto debería considerarse como un aumento en la mano de obra. El capital es
todavía más difícil de medir con exactitud, y éste es un punto de debate especialmente
pertinente para los estudios sobre el alto crecimiento que se ha alcanzado en décadas
recientes en algunas economías del este asiático. Además, se ha descubierto que otros
aspectos del entorno económico –entre los que se incluyen la calidad del gobierno, la
estabilidad del marco regulatorio y la adaptabilidad de la población activa al cambio en la
producción—guardan estrecha relación con las variaciones en la PTF. Una posible
consecuencia política importante de este debate sería la siguiente: si el crecimiento es
resultado de un aumento del capital, entonces el crecimiento deberá ser menor a la larga
porque los aumentos en el capital se verán amenazados con rendimientos decrecientes.
Esta es la principal lección de la teoría neoclásica del crecimiento. Sin embargo, si el
crecimiento ocurre porque aumenta la PTF, entonces puede ser sostenible el crecimiento a
largo plazo.
El concepto de producción potencial establece en esencia una relación técnica entre los
insumos y la producción que ha sido analizada y estimada a partir de distintas funciones
de producción. Esta relación determina la oferta agregada de bienes y servicios, dada la
dotación de factores productivos de un país, así como los precios de los insumos y de los
productos. La función de producción puede expresarse mediante la siguiente fórmula:
Y= F (K, L, A)
La ecuación indica que la producción real (Y) sube a medida que aumenta la
disponibilidad de capital (K) y de mano de obra (L) y que se producen mejoras
tecnológicas y de otro tipo (A) que permiten incrementar la eficiencia con que se utilizan
los factores.
Con frecuencia, los cambios a corto plazo en la oferta agregada reflejan variaciones en los
precios finales de los productos con respecto al precio de los factores. En este contexto, la
relación que se da entre los aumentos en los precios de los productos y los costos de la
mano de obra es esencial. En el corto plazo, un aumento en la población activa combinado
con un nivel dado de otros factores da como resultado una disminución de la
productividad marginal de la mano de obra (el producto suplementario que generan los
trabajadores adicionales). Dado que los empleadores contratan más mano de obra sólo si el
valor del producto marginal que aportan los trabajadores adicionales es mayor que el
salario que se les paga, los salarios reales deberán disminuir para que los empleadores
puedan contratar trabajadores adicionales. En la medida en que los salarios nominales se
mantengan relativamente fijos en el corto plazo, los salarios reales disminuirán sólo si
aumentan los precios de los productos. Esta realidad se refleja en una curva de oferta
agregada con pendiente positiva, ya que hay una correspondencia entre altos niveles de
empleo y producción, y elevados niveles de precios. Al mismo tiempo, un cambio en la
curva de la demanda agregada (con pendiente negativa, por ejemplo) como resultado de la
aplicación de una política fiscal y monetaria expansionista da lugar a un desplazamiento a
lo largo de la curva de la oferta y a un aumento tanto de la producción como de los
precios.
La medición del aumento del acervo de capital y de los insumos agregados de mano de
obra también resulta complicada. Para resolver este problema técnico, puede utilizarse el
aumento en la población activa como sustituto de un aumento en el empleo. El supuesto
implícito es que en un mercado de trabajo competitivo no existe el desempleo involuntario
significativo. Una vez más hay que recordar, sin embargo, que un enfoque de este tipo no
es necesariamente válido para los países en desarrollo. En este sentido, la ecuación Y= F
(K, L, A) resulta ser una forma sumamente simplificada de la función de producción y
debe prestarse atención a la composición estructural de la economía en cuestión. En
muchos países, una parte considerable de la población vive en áreas rurales, y la
agricultura absorbe una porción significativa de la mano de obra total pero representa una
parte relativamente pequeña de la producción total. En consecuencia, la productividad
marginal de la mano de obra en el sector agrícola es baja, y a menudo se observa un
excedente significativo en la mano de obra. Además, aunque las cifras oficiales del
desempleo urbano sean relativamente bajas, en muchos países una gran población flotante
ha migrado de las áreas rurales hacia las ciudades en busca de trabajo. Por lo tanto, el
aumento en la población activa no es un buen sustituto del aumento en el empleo. Por esta
razón, debe buscarse un enfoque alternativo.
2. Factores de largo plazo
Además de las variaciones en la mano de obra (L) y el capital (K), el crecimiento de la
producción depende de las mejoras tecnológicas, los avances en la información, el nivel
educativo y conocimientos especializados de los trabajadores y las variaciones en el grado
de
movilidad de los insumos hacia sectores de alta productividad. La determinación de la
producción en los países en desarrollo se complica por las distorsiones de precios que
tornan más compleja e ineficiente la toma de decisiones de índole económica y por la
fuerte dependencia de un sector agrícola sujeto a los caprichos del clima y a las
fluctuaciones de los precios en el mundo. Es difícil predecir el efecto que puedan tener las
posibles modificaciones en la legislación nacional que crean distorsiones en los precios o
los cambios climáticos sobre la agricultura y los sectores que dependen de ésta última, con
lo cual las proyecciones de la producción en los países en desarrollo pueden ser más
inciertas.
En los análisis se ha dado énfasis a las distorsiones en los precios debido al efecto que
tienen sobre la balanza de pagos y el crecimiento. Las medidas que afectan el tipo de
cambio y las restricciones comerciales han revestido particular importancia en este
contexto. Cuando se permite una sobrevaloración de la moneda se reduce el incentivo
para exportar o producir sustitutos a la importación. Cuando no se aplican medidas
correctivas, lo normal es que una moneda sobrevalorada dé lugar a restricciones sobre las
divisas y un racionamiento de las importaciones que no se basa en los precios. Un
racionamiento de este tipo puede limitar la disponibilidad de insumos intermedios, frenar
el desarrollo de nuevas industrias y socavar los niveles de utilización de la capacidad en
los sectores existentes.
En esta sección se abordarán las técnicas para proyectar los gastos del sector privado, el
cual, junto con el consumo y la inversión del sector público, determina la absorción
interna.
Producción
Producción potencial
La producción potencial puede estimarse a partir de diversos métodos con distinto grado
de complejidad. Lo ideal es poder estimar una función de producción en la que esta última
dependa de los insumos de capital y de mano de obra así como de la PTF, y establecer
niveles de intensidad ―normal‖ con respecto al uso de los factores. En un enfoque de este
tipo, uno de los requisitos es contar con datos fidedignos sobre el acervo de capital y la
población activa. Si no se dispone de esta información (como es el caso de la mayoría de
los países que no son miembros de la OCDE), es necesario recurrir a métodos más
sencillos. Una posibilidad es suponer que la tasa de crecimiento de la producción potencial
sigue una trayectoria que se aproxima más o menos a la tendencia a largo plazo que viene
determinada por el crecimiento de los insumos y los avances tecnológicos. La aplicación
de una política expansiva y los aumentos exógenos de la demanda pueden dar lugar a un
aumento temporal de la producción, en tanto que una política restrictiva o una baja en la
demanda pueden reducir dicha producción. No obstante, con el tiempo, la tasa de
crecimiento observada tenderá a acercarse a la trayectoria de crecimiento a más largo
plazo de la oferta potencial. Si el período que se utiliza para calcular la tasa promedio
incluye una balance entre años de expansión y contracción y otras perturbaciones
positivas y negativas (cambios climáticos, conflictos militares, huelgas laborales, elevadas
tasas de natalidad, descubrimientos científicos) y deja de lado la introducción o reforma de
cambios estructurales importantes, entonces el promedio histórico de las tasas reales
tenderá a ser igual al crecimiento potencial de la producción.
donde:
PIBRt: PIB a precios constantes en el período t;
g : tasa de crecimiento constante, y
t : período (0, 1, 2 . . .).
Así, la tasa promedio de crecimiento anual del período en cuestión sería
De igual manera, es posible estimar una regresión para encontrar la tasa de crecimiento
durante determinado período, tal como se expresa a continuación:
ln GDPR = a + bT
donde:
T : período (0, 1, 2 . . .), y
ln: logaritmo natural.
donde el primer término es la suma de las desviaciones cuadráticas del valor observado y
(logaritmo de la producción real) procedente del valor subyacente de la tendencia y*
(logaritmo de la tendencia de la producción real). El segundo término es una medida de la
variación temporal del componente de tendencia estimado. Observe que cuanto más
grande sea el parámetro λ, mayor será la señalización de una tendencia no uniforme (que
se representa en el segundo término). En otras palabras, la ecuación nos indica que la
tendencia deseada debe ajustarse bien a los datos y que no debe variar mucho en el
tiempo. Por lo tanto, un valor más alto de λ implica una dinámica más uniforme de la
producción potencial subyacente (y brechas de producción más volátiles). En el caso
extremo en que λ presente una tendencia hacia el infinito, la tendencia se presenta en
forma de línea recta. El valor estándar es λ=100 en datos anuales, el cual ha sido
popularizado en la literatura académica en ciclos económicos reales. Sin embargo, este
valor es arbitrario dado que carece de fundamento en la economía y la estadística y, por
esta razón, no puede utilizarse para realizar una evaluación económica exhaustiva de las
perspectivas macroeconómicas. Otra desventaja de este método es el llamado sesgo de
final de muestra dado que los cálculos de las tendencias de la producción basados en el
filtro de HP suelen ser demasiado sensibles a los acontecimientos más recientes en la
producción real.