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¿Qué es Troxac?

Troxac es un suplemento dietario de origen fitoterápico que permite ofrecer un tratamiento


natural, de primera elección, para la reducción del volumen prostático o para el
descongestionamiento prostático cuando no existe enfermedad.

¿Qué contiene Troxac?


Contiene Sabal Serrulata, Urtica Dioica y Zinc.
La planta de Sabal Serrulata (más conocida como Serenoa Repens o palma enana
americana) es natural en las costas de Norteamérica, Florida, Carolina del Sur y California del
Sur. Los extractos de los frutos de sabal serrulata contienen toda una variedad de
ingredientes, entre ellos ácidos grasos y sustancias vegetales secundarias, como esteroles y
flavonoides, azúcar, grasas y aceite etérico.

¿Cómo actúa Troxac?


El extracto de los frutos de sabal inhibe la formación de ciertas hormonas que estimulan el
crecimiento de la próstata. Además dismunuye la inflamación de tejidos.
Por esta razón, se utiliza el extracto de sabal (junto con el extracto de la raíz de ortiga) para el
alivio de los síntomas de la «próstata senil». La combinación de extracto de sabal y de raíz de
ortiga demuestra una potenciación del efecto aditivo, es decir, el efecto de los extractos
combinados es mayor que la suma de los efectos de cada uno de los extractos.

¿Cuál es el objetivo de tomarlo?


Está indicado en el tratamiento de la hiperplasia benigna de la próstata y trastornos urinarios
en el hombre.
Por otra lado también se utiliza en casos de inflamación de la próstata (Prostatitis) actuando
como potente descongestivo, ya que gracias a sus dos activos, posee una doble acción
antiinflamatoria prostática:

Sabal Serrulata que posee efecto antiedematoso


Urtica Dioica:que posee efecto antiinflamatorio

¿Cómo se toma Troxac?


Es Oral. Tomar una cápsula x día durante el desayuno.

FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA:
En diferentes modelos experimentales ha sido comprobado que los extractos de sabal y urtica
inhiben dos enzimas importantes para el metabolismo andrógeno en la próstata: el extracto de
sabal (Serenoa repens) ejerce acción inhibidora sobre la 5 alfa reductasa, la cual convierte la
testosterona en dihidrosterona; el extracto de urtica inhibe la aromatasa, la cual estimula la
conversión de testosterona a estrógenos.
Tanto a la dihidrostestosterona como a los estrógenos se les atribuye un papel importante en
la formación de la hiperplasia benigna de la próstata. La combinación de los extractos de
Troxac relacionados con la inhibición de la aromatasa produce un efecto antiestrogénico
adicional. Los extractos de sabal (Serenoa repens) y de urtica tienen además un efecto
antiflogístico y descongestivo. Diversos estudios clínicos documentan que Troxac aumenta el
flujo máximo de orina y mejora la sintomatología urinaria.
CONTRAINDICACIONES: Hipersensibilidad a los componentes de la fórmula.
PRECAUCIONES GENERALES: Es un medicamento indicado en la hiperplasia prostática. No
se deje al alcance de los niños.
REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS: Ocasionalmente pueden presentarse náuseas
y vómitos.
INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS Y DE OTRO GÉNERO: No se conocen a la fecha.
PRECAUCIONES EN RELACIÓN CON EFECTOS DE CARCINOGÉNESIS, MUTAGÉNESIS,
TERATOGÉNESIS Y SOBRE LA FERTILIDAD: No se han reportado a la fecha.
MANIFESTACIONES Y MANEJO DE LA SOBREDOSIFICACIÓN O INGESTA
ACCIDENTAL: No se ha reportado ninguna clase de intoxicación a la fecha.
PRESENTACIONES: x 32 cápsulas
RECOMENDACIONES SOBRE ALMACENAMIENTO: Consérvese en lugar fresco y seco.

Hiperplasia Prostatica Benigna


Eficacia y seguridad de la combinación de Sabal Serrulata y Urtica dioica

Los ‘poderes curativos’ de las plantas nativas


Por: Tania Arboleda // Fotografía:

Sobre cómo descifrarlos científicamente y ponerlos al servicio de nuestras vidas

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08ABR2008
Bastante se ha dicho sobre la necesidad de conocer mejor la biodiversidad colombiana para
aprovecharla en beneficio del mejoramiento de nuestra calidad de vida. De hecho, los
indígenas que habitan las selvas y bosques tropicales lo vienen haciendo desde hace siglos.
El conocimiento de estas personas, heredado de generación en generación, es el resultado
de años de uso de las plantas en distintas formas y de la observación de sus efectos hasta
encontrar la mejor manera de aprovecharlas.

El Grupo de Investigación en Fitoquímica de la Pontificia Universidad Javeriana, Gifuj,


liderado por Rubén Darío Torrenegra, también contribuye al conocimiento de la
biodiversidad colombiana por medio de estudios científicos, para revelar ‘poderes
curativos’ de las plantas. Sus integrantes se han centrado en el aislamiento e identificación
de la estructura química de los metabolitos secundarios —compuestos que producen las
plantas cuyas propiedades biológicas son útiles para el desarrollo de fármacos, antibióticos,
insecticidas o herbicidas, entre otros—.
El altiplano cundiboyacense: fuente de materia prima
Jorge Robles, miembro del grupo y director del Departamento de Química de la Javeriana,
comenzó sus estudios sobre plantas de la familia Burcerácea, específicamente con especies
endémicas del Amazonas, cuando realizaba sus estudios de doctorado en Escocia, y hoy en
día con especies de la misma familia localizadas en el altiplano cundiboyacense.

Por su parte, Alba Nohemí Téllez, también con un doctorado de la Facultad de Ciencias de
la Javeriana, estudia especies de la familia de las asteráceas recolectadas en los páramos de
esa misma región.

En ambos casos se hicieron ensayos para determinar los ‘poderes curativos’ de estas plantas
frente a bacterias, hongos o células tumorales y se aislaron e identificaron los compuestos
activos responsables de esas acciones. De ahí que los resultados obtenidos en cada estudio
bien merecen que nos detengamos a contar cada historia.

Resbalamico o palo santo para tratar infecciones y prevenir


inflamaciones
En estudios anteriores sobre las plantas de la familia Burserácea, se habían identificado
compuestos con actividad antimicrobiana (capacidad para acabar con hongos y bacterias) y
marcada actividad antiinflamatoria (capacidad para prevenir la inflamación cutánea). Esto
animó al doctor Robles y su equipo a indagar sobre estas propiedades en las plantas del
altiplano cundiboyacense.

Los viajes de Jorge Robles a los municipios de Agua de Dios, Tocaima y Viotá sirvieron
para conversar con los campesinos sobre los usos y nombres que dan a las plantas de las
especies Bursera simaruba y Bursera graveolens.

La Bursera simaruba se caracteriza porque descama, de ahí los apelativos populares como
caratero, taca-naca, indio desnudo, indio en cuero, resbalamico o resbala mono; y la
Bursera graveolens es conocida popularmente como caraña, palo santo, sasafrás o tatamaco.

Robles encontró que en esta región las utilizan para limpiar heridas, mezclando las hojas de
la burserácea con alcohol; para combatir la tos y las infecciones respiratorias, por medio de
vaporizaciones; para tratar las infecciones y quemaduras de la piel, por medio de emplastos,
y el dolor de estomago, tomándolas en forma de té.

Para identificar los compuestos activos presentes en las plantas B. graveolens y B.


simaruba, los investigadores realizaron diversas preparaciones a base de un extracto de
cortezas y de hojas de cada una de ellas con otros elementos, y las pusieron en contacto con
hongos y bacterias. Las sustancias que presentaron actividad biológica frente a uno y otro
tipo de hongo o bacteria también les sirvieron para identificar los compuestos que la
causan.
Se trabajó con hongos como Fusarium oxysporum, causante de la enfermedad de Panamá
que, entre otros síntomas, marchita las hojas de las plantas como los claveles, hasta causar
su muerte, y Microsporum canis y Trichophyton mentagrophytes, responsables de
infecciones en la piel, pelo y uñas. También realizaron ensayos, entre otras bacterias, con
Staphylococcus aureus, un patógeno humano que puede causar infecciones en la piel y
partes blandas del cuerpo, provocando desde orzuelos, neumonía y artritis hasta
gastroenteritis.

Con la Bursera graveolens se realizaron estudios que mostraron una actividad


antiinflamatoria de similar nivel de eficacia (70%) al de la crema comercial indometacina.

Los resultados mostraron que ambas plantas inhiben más eficazmente las bacterias que los
hongos. La actividad antimicrobiana y la actividad antiinflamatoria presentes en las dos
especies están relacionadas con tres compuestos del tipo triterpeno que trabajan mejor
juntos (en sinergia) que separados. Estos derivados triterpenicos fueron el ácido elemónico,
el ácido alfa-elemólico y un derivado de este.

Se ratifica el conocimiento tradicional


Los resultados de estos estudios corroboran los usos que los campesinos de la región
cundiboyacense dan a estas plantas. El doctor Robles “espera que estos hallazgos hagan eco
en las comunidades rurales y sirvan para apoyar y justificar el uso de estas plantas en la
medicina tradicional, particularmente para el tratamiento de ciertas enfermedades
infecciosas”. Asimismo, Robles propone que la información obtenida sirva para que los
pocos campesinos que hoy están talando los árboles se convenzan de las ventajas de crear
cercas vivas con estas especies endémicas para evitar su desaparición.

El desarrollo de productos medicinales que contengan estos compuestos activos aislados e


identificados requeriría estudios adicionales en colaboración con la industria farmacéutica,
entre otros, para comprobar su acción en personas que tuvieran esas afecciones

Planta promisoria en el tratamiento del cáncer


Si se combina un alto compromiso por generar conocimiento sobre la biodiversidad de
nuestro país —que se presume tiene un sinnúmero de compuestos activos promisorios para
el mejoramiento de la salud humana— y por otro, la necesidad urgente de brindar
soluciones para una enfermedad de impacto negativo mundial como es el cáncer, ¿qué se
obtiene? Una alianza estratégica de mujeres que se propusieron desarrollar el programa de
investigación sobre “la biodiversidad colombiana como fuente de nuevos fármacos en
oncología”, con el propósito de buscar compuestos bioactivos citotóxicos, antitumorales y
anticancerígenos.

El grupo de investigadoras —integrado por Alba Nohemí Téllez del Gifuj de la Javeriana, y
en representación del Laboratorio de Biología Experimental del Instituto Nacional de
Cancerología, por Tulia Riveros y Clemencia de Castro que finalizó la investigación desde
la Fundación Universitaria San Martín— identificó el efecto citotóxico de compuestos
obtenidos de especies vegetales estudiadas por el Gifuj sobre células tumorales de seno, de
laringe y próstata proporcionadas por el Instituto Nacional de Cancerología y el Instituto
Nacional del Cáncer de los EEUU.

La investigación tuvo dos componentes. La primera parte realizada desde el Gifuj consistió
en realizar un estudio químico de cinco plantas colombianas, de las cuales se aislaron doce
sustancias a las que se les evaluaron sus efectos citotóxicos y antitumorales. Entre todos los
compuestos aislados y estudiados, el compuesto natural acetato de longipilina de la planta
Espeletia killipii —un tipo de frailejón nativo del páramo cundiboyacense— presentó la
mayor actividad citotóxica siendo el que mejor estimula la muerte de células tumorales.
Este antecedente fue una buena razón para profundizar los estudios fitoquímicos y
biodirigidos de esta planta con potencial citotóxico.

La segunda parte de la investigación consistió en estudiar a profundidad la acción del


compuesto acetato de longipilina, que las investigadoras llamaron EK-7, en células
tumorales de seno, laringe, próstata y pulmón. Los resultados demostraron que la molécula
es muy tóxica para las células tumorales, pues de la totalidad de células vivas más del 50%
eran conducidas a muerte celular.

Este resultado dio pie para pensar en este compuesto como promisorio en el desarrollo de
fármacos para el tratamiento del cáncer. Sin embargo, todavía era necesario comprobar si
cumplía con ciertas condiciones indispensables para continuar con los estudios sobre su
viabilidad en el tratamiento de esta enfermedad.

Se confirman los hallazgos


Las investigadoras pudieron determinar que el compuesto no es genotóxico; es decir, que
aunque afecta las células tumorales no daña el ADN y, por lo tanto, no existe riesgo de que
cause mutaciones que podrían desencadenar en el desarrollo de más células cancerígenas.

Por otra parte, en un trabajo de maestría que hizo parte del proyecto, se verificó que el
compuesto activo no afectara células normales al exponer células de tiroides, testículo,
epitelio bucal y linfocitos de donantes sanos a la molécula EK-7; y se confirmó que la
concentración mínima de acetato de longipilina necesaria para afectar a las células
tumorales no daña las células normales provenientes de tejidos sanos y sangre periférica, o
sea, del resto del organismo.

En una investigación posterior, desarrollada con recursos de la fundación canadiense Terry


Fox, que apoya la investigación en cáncer, las investigadoras comprobaron que este
compuesto actúa por la vía de la proteína NF-kB haciendo que las células tumorales mueran
por apoptosis, es decir, que tienen una muerte programada donde se desencadena un
proceso de autodestrucción de las células, sin afectar tejidos vecinos.
Con los resultados obtenidos en estos ensayos se comprueba que el acetato de longipilina es
una molécula líder y promisoria como fármaco en oncología. Según las investigadoras, “a
la molécula ya se le hizo todo lo que se pudo en el país” ya que el siguiente paso para
avanzar en esta vía consiste en desarrollar ensayos en animales y humanos para probar su
viabilidad en la cura del cáncer y los efectos del compuesto en el organismo. Lo que les da
pie para pensar que el país tiene una trayectoria promisoria en este campo y se requiere el
desarrollo de políticas públicas e infraestructura que permitan continuar y aprovechar el
camino recorrido a través de este tipo de investigaciones.

Valor de uso por categoría

Veinticuatro especies registraron los valores de uso más altos en las 10 categorías de
uso, las cuales fueron empleadas para satisfacer 72 de los 78 usos específicos. En la
categoría de combustible destacan las especies Acacia
pennatula (VUc=0.82), Leucaena collinsii Britton & Rose (VUc=0.39) y Eysenhardtia
adenostylis (VUc=0.30), utilizadas específicamente como leña para uso doméstico.
Estas mismas especies, junto con Colubrina arborescens Sarg., fueron las más
valoradas en la categoría de poste (VUp=0.47, 0.52, 0.64 y 0.38 respectivamente). De
igual manera, en la categoría de construcción rural Eysenhardtia
adenostylis (VUct=0.71), generalmente usada para horcón y solera, seguida
de Colubrina arborescens (VUct=0.65), Leucaena collinsii (VUct=0.55) y Heliocarpus
terebinthinaceus (VUct=0.38), fueron las especies más importantes de esta categoría.

Entre las especies de uso medicinal más significativas se encuentran Bursera


simaruba (VUmd=0.46), usada principalmente en el tratamiento de enfermedades del
sistema gastroinstestinal (diarrea, dolor de estómago, hemorroides e inflamación de la
vesícula) y sistema urinario (inflamación de la próstata y cálculos
renales); Eysenhardtia adenostylis (VUmd=0.40), usado también en desórdenes
digestivos y gástricos como la diarrea y gastritis, así como de enfermedades urinarias
antes mencionadas; Heliocarpus terebinthinaceus (VUmd=0.29), útil para limpiar
hígado y sangre, atenuar la anemia, cálculos renales y diabetes.

Las especies de uso maderable más destacables fueron Cedrela odorata L.


(VUma=1), Swietenia humilis Zucc. (VUma=0.95), Tabebuia rosea (Bertol.) Bertero ex
A. DC. (VUma=0.45), Gliricidia sepium (Jacq.) Kunth (VUma=0.37) y Cordia
alliodora (Ruiz & Pav.) Oken (VUma=0.3), las cuales fueron frecuentemente empleadas
en la fabricación de muebles (mesas, sillas y camas) y partes de carreta (eje, timón y
yugo). En la categoría de ornamental, las especies más valoradas fueron Sideroxylum
capiri (A. DC.) Pittier y Tecoma stans, con VUor=0.10 y VUor=0.18, respectivamente.
En la categoría de alimentos, Persea americana Mill. (VUa=1.07), Byrsonima
crassifolia (L.) Kunth (VUa=0.69), Annona purpurea Moc. & Sessé ex Dunal
(VUa=0.53) y Leucaena collinsii (VUa=0.5) fueron las especies que registraron el valor
de uso más alto, especies generalmente apreciadas por el sabor de sus frutos.

Las especies de uso religioso más valiosas fueron Sideroxylum capiri (VUr=1)


y Pistacia mexicana Kunth (VUr=0.4), usadas para elaborar ofrendas (enrame o somé)
de los altares de santos en las festividades religiosas; Plumeria rubra L. (VUr=0.5) se
empleó en la fabricación de adornos para las iglesias, mientras que Bursera
excelsa (Kunth) Engl. (VUr=0.3) para sahumar con olor a incienso durante los rezos y
festividades tradicionales. De los árboles usados como forraje, Acacia
pennatula (VUfr=1.06) fue la especie con el valor de uso más alto.
Finalmente, Bursera simaruba (VUcv=0.95) y B. excelsa (VUcv=0.35) fueron las
especies más valoradas con la finalidad de cerco vivo.

l objetivo fue determinar el efecto del extracto acuoso de la raíz de Gynerium sagittatum
(Aublet) P. Beauv “caña brava“ sobre la inducción de hiperplasia prostática benigna en Rattus
rattus var. albinus. Se trabajó con 24 especímenes, divididos en dos grupos problema, un
grupo control y un grupo blanco, con 6 especímenes cada uno. Los especímenes de los
grupos problema y control fueron orquiectomizados; después de una semana se les indujo
hiperplasia prostática mediante la administración subcutánea de enantato de testosterona (14
mg/kg). A los especímenes de los grupos blanco y control se les suministró solución salina; y a
los grupos problema I y II, extracto acuoso de la raíz de Gynerium sagittatum, a las dosis de
100 y 500 mg/kg, respectivamente. En todos los casos, la vía de administración fue oral y la
duración de los tratamientos fue de 15 días; después de lo cual, los especímenes fueron
sacrificados para extraerles la próstata y la vesícula seminal, para pesarlos y realizar un
examen anátomo-patológico. Hubo una reducción significativa (p<0,01) en el tamaño de la
próstata y de la vesícula seminal de los especímenes que recibieron el extracto acuoso de la
raíz de Gynerium sagittatum, en comparación con el grupo control.

Equinácea ('Echinacea angustifolia')


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Jueves, 23 de Agosto de 2001 - 22:00

Redacción Cuidateplus.com
La equinácea es una planta perenne originaria de las praderas del centro de Estados Unidos,
donde ha sido empleada al menos desde el año 1600 por los indios que poblaban estas
tierras. De las nueve especies americanas del género ‘Echinacea’ sólo se emplean tres por
sus propiedades farmacológicas: ‘Echinacea angustifolia’ DC, ‘Echinacea pallida Nutt’ y
‘Echinacea purpurea’8 (L).
Los nativos de América del Norte fueron los primeros en utilizar esta planta, a la que
llamaban ek-ih-NAY-see-uh, para tratar las infecciones respiratorias y las mordeduras de
serpiente. Los cheyenes tomaban infusiones de raíz y hojas en polvo de equinácea para
aliviar la irritación de garganta, encías y boca, así como para tratar el sarampión, las
paperas, el reumatismo y la viruela. Para el dolor de muelas, los comanches se aplicaban
directamente la raíz de la planta sobre la muela afectada, mientras que los sioux empleaban
la raíz fresca para las mordeduras de serpientes y la rabia.

La equinácea volvió a popularizarse hacia finales del siglo XIX, cuando apareció en el
mercado el “Purificador Sanguíneo de Meyer”, primer producto de equinácea. Este
“purificador” hacía referencia a la antigua creencia de que muchas enfermedades eran
causadas por la acumulación de toxinas en la sangre.

Principios activos

La equinácea contiene numerosos polisacáridos de alto y medio peso molecular, incluidos


arabinogalactanos, así como inulina, betaína, glicoproteínas, taninos, flavonoides y
vitamina C. La raíz es especialmente rica en ácido cafeico y ácido cichórico (derivado del
ácido cafeico).

En su composición química también podemos encontrar isobutilamidas y poliacetilenos


(equinolona); glucósidos como el equinacósido; equinaceína, aceite esencial compuesto por
beta-cariofilina y terpenos, y una resina que contiene ácidos grasos y fitosteroles.

La equinácea presenta una acción estimulante del sistema inmune. Aumenta la producción
y actividad de los linfocitos y macrófagos, al estimular la fagocitosis y activar los
fibroblastos. Dicha actividad inmunoestimulante ya se conocía antes de que en 1831 un
médico alemán recomendara su uso para curar tejidos epiteliales dañados.

La equinácea tiene efectos antiinflamatorios, analgésicos, antivíricos y antibacterianos.


Asimismo, estimula la producción de interferón y activa las células T y 'natural-killer'
(NK), todas ellas pertenecientes al grupo de los glóbulos blancos.

También impide que se extiendan las infecciones y favorece la curación de las heridas.
Reduce la repetición de las infecciones vaginales por hongos, por su actividad antifúngica,
y estimula la secreción salivar.

Indicaciones

En la actualidad se emplea como tratamiento de apoyo en las infecciones recurrentes del


tracto respiratorio superior y del tracto urinario inferior, así como en las infecciones de tipo
gripal. Esta es una de sus principales aplicaciones ya que se ha comprobado clínicamente
que reduce los síntomas y duración de los procesos gripales y del resfriado común. Se
puede tomar de forma preventiva y cuando comienzan a aparecer los primeros síntomas de
la gripe o resfriado.

Por vía tópica también está indicada en el tratamiento de las infecciones de oído, abscesos
dentales, heridas purulentas, quemaduras o ulceraciones de la piel. Existen algunos estudios
clínicos que han demostrado que la equinácea puede aumentar la efectividad de las cremas
antimicóticas estándares empleadas en el tratamiento de las candidiasis vaginales
recurrentes.

Efectos adversos

La equinácea es una planta segura. Hasta el momento, los estudios de toxicidad aguda o
crónica no han revelado efectos adversos, pero puede producir un aumento de la salivación,
molestias gastrointestinales leves y un incremento en la micción.

Se desaconseja su uso en personas que padecen enfermedades autoinmunes, así como en


enfermedades progresivas como tuberculosis, esclerosis múltiple, sida o diabetes; ya que
algunos investigadores sostienen que la equinácea puede empeorar aún más éstos
problemas.

El consumo durante el embarazo y la lactancia debe ser moderado, aunque no se ha


establecido ninguna relación entre el consumo de Echinacea y defectos en el feto.

Por otra parte, el tratamiento de resfriados o gripes en enfermos con sida no comporta
ningún riesgo durante un periodo máximo de dos semanas, aunque se desconoce la
existencia de interacciones con otros fármacos. Aún así, se recomienda que el tratamiento
no exceda las ocho semanas de duración.

En cuanto a la relación con otros fármacos, dos estudios científicos han demostrado cierta
interacción entre la equinácea y la ciclofosfamida, un agente quimioterapéutico
inmunosupresor.

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