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ÍNDICE

DEDICATORIA.........................................................................................................................II

TRODUCCIÓN.........................................................................................................................VI

CAPÍTULO I...........................................................................................................................- 7 -

1. ANTECEDENTES......................................................................................................- 7 -

2. DEFINICIÓN..............................................................................................................- 9 -

3. CLASES....................................................................................................................- 10 -

3.1. Propia o pura......................................................................................................- 10 -

3.2. Impropia, imperfecto o adulterina......................................................................- 10 -

4. ELEMENTOS CONDICIONANTES........................................................................- 10 -

4.1. Cohabitación y comunidad de lecho...................................................................- 11 -

4.3. Notoriedad, singularidad y permanencia............................................................- 11 -

4.4. Ausencia de formalidad......................................................................................- 12 -

5. DIFERENCIAS ENTRE LA UNION DE HECHO Y EL MATRIMONIO...............- 13 -

6. LA UNION DE HECHO Y LA PRUEBA COMO DERECHOS FUNDAMENTALES- 16 -

6.1. La unión de hecho como derecho fundamental protegido..................................- 16 -

6.2. El derecho de prueba como derecho fundamental..............................................- 17 -

6.3. LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA..............................................................- 17 -

7. EXTINCIÓN DE LA UNIÓN DE HECHO...............................................................- 18 -

7.1. Muerte de uno de los convivientes: El fallecimiento comprende no solo la muerte física

sino también la muerte presunta.....................................................................................- 18 -


II

7.2. Ausencia judicialmente declarada: Lo que solo es posible después de dos años de su

desaparición...................................................................................................................- 18 -

7.3. Mutuo acuerdo: Generalmente se da de manera verbal y no consta por escrito.. - 18 -

7.4. Decisión unilateral: Esta es la más frecuente en la jurisprudencia nacional y la ley le

confiere mayores derechos por la situación del abandono injustificado.........................- 19 -

CAPITULO II........................................................................................................................- 20 -

1. LA UNIÓN DE HECHO Y LA COMUNIDAD DE BIENES...................................- 20 -

2. RÉGIMEN DE SOCIEDAD DE GANANCIALES...................................................- 22 -

3. PATRIMONIO AUTÓNOMO DE LA UNIÓN DE HECHO Y COPROPIEDAD.. .- 24 -

4. BIENES PROPIOS EN LA UNIÓN DE HECHO.....................................................- 27 -

5. BIENES SOCIALES DE LA UNIÓN DE HECHO...................................................- 29 -

6. REGLAS PARA LA CALIFICACIÓN DE LOS BIENES........................................- 31 -

7. PRINCIPIOS RECTORES PARA LA CALIFICACIÓN DE BIENES.....................- 32 -

7.1. La época de adquisición.....................................................................................- 32 -

7.2. El carácter oneroso o gratuito de las adquisiciones durante la unión de hecho...- 32 -

7.3. Principio complementario..................................................................................- 32 -

8. Reembolso por los gastos de última enfermedad, velatorio y entierro.......................- 36 -

8.1. Pensión de viudez...............................................................................................- 37 -

8.2. Indemnización por la ruptura de la unión de hecho............................................- 37 -

CAPÍTULO III.......................................................................................................................- 39 -

1. DERECHO DE ALIMENTOS..................................................................................- 39 -

1.1. Casos excepcionales...........................................................................................- 39 -

2. Seguro de salud..........................................................................................................- 41 -
III

3. Pensión de sobrevivencia del Sistema Privado de Pensiones.....................................- 42 -

4. Compensación por tiempo de servicios......................................................................- 43 -

5. Prestaciones alimentarias en beneficio de los trabajadores sujetos al régimen...........- 44 -

6. Pensión especial de jubilación para las uniones de hecho..........................................- 44 -

7. Cobertura por invalidez..............................................................................................- 45 -

8. Seguro de vida...........................................................................................................- 46 -

DERECHO COMPARADO..................................................................................................- 48 -

JURISPRUDENCIA..............................................................................................................- 51 -

CONCLUSIONES.................................................................................................................- 61 -

BIBLIOGRAFIA...................................................................................................................- 63 -
IV

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene como materia de análisis “LAS UNIONES DE HECHO”, caso que,

en nuestro país, la mayoría de parejas optan por esta institución, reconocida por nuestra

constitución, es tanto el impacto que las familias convivenciales hayan obtenido derechos de

forma parecida que las matrimoniales debido a su estructura análoga, sin dejar de lado su

regulación, pero solo la matrimonial es promovida a nivel constitucional.

Las uniones de hecho buscan proteger a los convivientes y además cautelar los intereses de

uno de los convivientes frente al otro, en caso de separación unilateral.

Desarrollaremos en nuestro trabajo tres capítulos: En el primero abarcaremos los aspectos

generales de las uniones de hecho, en el segundo abarcaremos el derecho de herencia en la

unión de hecho y en el tercero hemos considerado otros derechos que son importantes, es

decir que están inmersos en la unión de hecho, además de la jurisprudencia, Derecho

Comparado.
CAPÍTULO I

GENERALIDADES DE LA UNIÓN DE HECHO

1. ANTECEDENTES

En Roma, fue una unión aceptada, pero no era bien vista, porque el concubinato era

una forma de unión legal, pero de carácter inferior al matrimonio. Para que el

matrimonio se configurara en aquella época, los romanos exigían un elemento de

hecho: la cohabitación, y uno afectivo: la affectio maritalis. Ellos consideraron que el

concubinato solo contenía el primer elemento señalado: la cohabitación, que se ejercía

con carácter duradero.

Surgió en Roma como una necesidad, ante la imposibilidad de que parejas de distinta

condición social pudieran contraer justas nupcias. El emperador Augusto reconoció

esta institución en la Ley Iulia de adulteriis, donde se estableció esa posibilidad para

quien no hubiera contraído justas nupcias, y, además, ningún hombre podía tener más

de una concubina. Se exigía para reconocer esta unión lícita que los concubinos no

fueran parientes en el grado prohibido por la ley para contraer matrimonio y fueran

púberes. Los hijos fruto de esa unión de hecho eran sui iuris, o sea no se reconocía

vínculo agnaticio (parentesco civil) con el padre.

En la época del emperador Constantino, los hijos fruto de la unión de hecho pasaron a

ser hijos naturales, y con el emperador Justiniano se le impuso al padre natural la

obligación de brindarles alimentos, reconociéndoseles derechos sucesorios a estos

hijos con respecto a su padre.


8

Sin embargo, en lugar de logar mayores derechos para el concubinato, con los

emperadores cristianos se comenzaron a quitar efectos, para lograr reivindicar a la

institución matrimonial, concediéndose la posibilidad de legitimar a dichos hijos, en

caso de ser posible, con el subsiguiente matrimonio. El emperador bizantino León el

Filósofo (886 – 912) prohibió el concubinato.

En los pueblos germanos se admitieron las uniones de hecho entre libre y siervos.

En el antiguo derecho español se admitió la institución conocida como “barraganía”,

que era una unión de naturaleza inferior parecida al concubinato romano, en la cual

resaltaba como característica que la barranga debía ser una sola, que no debía existir

impedimento matrimonial, y que quien tomaba barranga debía hacerlo ante testigos,

para impedir que fuera considerada como esposa legitima en virtud de matrimonio

clandestino.

En cambio, en el antiguo derecho francés no solo se limitó a desconocer efectos

jurídicos al concubinato, sino que, además, adopto una serie de medidas tendientes a

combatirlo.

En el Perú, el interés del Estado incaico en las uniones de hecho era formalizarla a

través del gobernador, con el afán de recibir tributos y contribuciones.

Las uniones de hecho en la época de la Colonia tuvieron su origen en la desigualdad

social, debido a que los españoles no podían casarse con las mujeres de raza incaica.

El concubinato fue en aquella época un fenómeno latente, porque como realidad

cultural y sociológica existió tanto en el Derecho pre colonial como colonial.


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En el Código Civil de 1852 no se regulaban las uniones de hecho, porque se adhirió a

la doctrina del Código Canónico sobre el matrimonio.

El Código Civil de 1936 indicaba que las uniones de hecho eran una sociedad de

hecho en la que el hombre y la mujer conservan su independencia social y económica,

no constituyendo una sociedad como el matrimonio, en el que sí están vinculados en

dichos aspectos.

Según la Constitución de 1979, la unión de hecho era definida así: “La unión estable

de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que forman un hogar de

hecho por el tiempo y en las condiciones que señala la ley, da lugar a una sociedad de

bienes que se sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto es aplicable”,

tal como se señalaba en el artículo 9 de la Constitución ya derogada.

Etimológicamente, refiere Reyes Ríos (2002), el término concubinato deriva del latín

concibinaturs, del verbo infinitivo concubere, que literalmente significa dormir juntos

o comunidad de lecho.

2. DEFINICIÓN

Es una unió de hecho o fáctica, por la cual un hombre y una mujer conviven sin estar

casados legalmente, es decir sin constituir una unión legal o de derecho.

Se trata de una situación fáctica que consiste en la cohabitación de un varón y una

mujer para mantener relaciones sexuales estables (Peralta, 1999). Siendo el

matrimonio la regla general, por excepción nuestro ordenamiento constitucional y

civil admite las uniones de hecho, más conocidas como “concubinato”. En efecto, y

recogiendo una realidad, el artículo 5° de la Constitución dispone que la unión estable


10

de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que forman un hogar de

hecho, da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de la sociedad de

gananciales en cuanto sea aplicable. El artículo 326° del Código Civil añade que la

unión haya durado por lo menos dos años continuos.

3. CLASES

3.1. Propia o pura

Aquella establecida entre un hombre y una mujer, libres de impedimento matrimonial

que decidan hacer vida en común sin formalizar dicha unión legalmente.

3.2. Impropia, imperfecto o adulterina

Se constituye cuando uno o ambas personas que conforman la relación tiene o tienen

algún impedimento para contraer matrimonio civil, optando por cohabitar a pesar de

ello.

El Perú reconoce y protege a la denominada unión de hecho propia.

4. ELEMENTOS CONDICIONANTES

Se consideran como requisitos o elementos condicionantes: la cohabitación y

comunidad de lecho; comunidad de vida; notoriedad; singularidad y permanencia;

elementos que de manera conjunta y concurrente deben reflejar la vida en común de la


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pareja, de modo que represente en sustancia la unión de sus vidas con el propósito de

formar un hogar.

4.1. Cohabitación y comunidad de lecho

En el concubinato existe un deber natural de cohabitación que significa el vivir juntos

en hogar de hecho es semejante al deber legal de los cónyuges; no obstante, el

incumplimiento unilateral de esta obligación ocasionará la terminación de la unión de

hecho, al desaparecer la convivencia que es fundamento de su vigencia1.

La comunidad de lecho es uno de los vínculos de hecho que ligan al hombre y a la

mujer que han unido sus vidas en convivencia, a semejanza del matrimonio. Por lo

que no será concubinato aquella unión sexual circunstancial o momentánea entre

varón y mujer.

4.2. Comunidad de vida

Es el elemento esencial y fundamento de la unión voluntaria, que debe ser hecha para

durar, por dos compañeros. La comunidad de vida se verá representada en los actos

diarios que desarrolle la pareja durante su convivencia, los valores y las perspectivas

de proyecto de vida en común que compartan, demostrándose esa comunidad de vida

en la adquisición de bienes como, por ejemplo, desde las elementales, compras

domésticas, de la casa en la que cohabitan, o las cuentas bancarias, etc.; así, también

contraen deudas con terceros, obligaciones que son asumidas por la pareja durante la

etapa convivencial.

4.3. Notoriedad, singularidad y permanencia

1
Arias-Schreiber Pezet, Maz. Exégesis del Código Civil Peruano de 1984. Lima: Gaceta Jurídica Editores, 1997. T
VII
12

César González y Mariella Antola sostienen que: «El tercer rasgo que identifica a las

relaciones de concubinato es la notoriedad, cuyo principal propósito es establecer la

apariencia del matrimonio frente a la sociedad en general, lo que será determinante a

efectos de encasillar el vínculo de dos personas dentro de los parámetros de las

uniones de hecho. Básicamente, la notoriedad implica hacer de público conocimiento

la existencia de una relación entre dos personas».

La notoriedad debe darse en la actitud que los concubinos asumen frente a la gente

una actitud típicamente matrimonial, procurando ocultar el concubinato y aparentando

estar casados. Por ello, juntos van de compras, juntos a pasear, juntos a espectáculos

públicos, juntos al club, juntos a veranear. Lo que fingen es ser cónyuges; a veces

incluso llegan a creerlo.

La singularidad como elemento del concubinato, señala Arias Schreiber que en la

unión de hecho se presenta el deber natural de fidelidad.

La unión de hecho debe reunir este carácter de permanencia, que muestre continuidad

en el tiempo durante el cual los concubinos han asumido vivir en pareja y con

finalidades semejantes al matrimonio.

Posesión de estado de concubinato

Se entiende la posesión de estado como el ejercicio de los derechos y el cumplimiento

de los deberes inherentes a la situación familiar de la persona. Entre los elementos que

se pueden distinguir en la posesión de estado tenemos: el uso del apellido, el

tratamiento recibido y la consideración social que una persona sostenga en su vida.

4.4. Ausencia de formalidad

Las uniones libres, por ser tales, carecen de las formalidades que se requieren para la

celebración del matrimonio. Los concubinos asumen una relación de manera


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voluntaria, y así la sostienen, sin recurrir a autoridad alguna, especialmente en nuestro

medio en el que, a diferencia de las legislaciones escandinavas o de las que se inspiran

en ellas (como las de Francia, Alemania y algunas autonómicas de España), no existen

registros para la convivencia.

5. DIFERENCIAS ENTRE LA UNION DE HECHO Y EL MATRIMONIO

En el matrimonio, los cónyuges expresan su consentimiento de manera formal ante el

Registro Civil para formar una familia, mientras que en la unión de hecho se

manifiesta por medio de la posesión constante de estado de los convivientes.

Para reclamar efectos civiles del matrimonio deberá presentarse copia certificada de la

partida de matrimonio; mientras que para solicitar efectos civiles de la unión de hecho

se requerirá de la copia certificada de la sentencia que la declara judicialmente

reconocida o la declaración notarial.

Los convivientes carecen de la obligación de sostener a la familia como el

matrimonio, ya que en este último existe el deber de sostener al cónyuge que se

dedique de manera exclusiva a las labores del hogar y se encargue de la crianza de los

hijos.

En el matrimonio los cónyuges tienen derecho de alimentos durante la vigencia de

este, en cambio en las uniones de hecho, los convivientes solo tienen derecho a

solicitar alimentos al término de su relación, siempre y cuando se trate del caso del

conviviente abandonado y no haya elegido la acción indemnizatoria por el daño moral

sufrido.
14

Si bien es cierto que a la unión de hecho se le ha reconocido el régimen de sociedad

de

gananciales, debe haber una declaración notarial o judicial previa que demuestre el

cumplimiento de los requisitos exigidos en la ley y la «posesión constante de estado

de convivientes».

Los contrayentes del futuro matrimonio tienen el derecho de opción para elegir su

régimen patrimonial, sea régimen de sociedad de gananciales o separación de

patrimonios; en cambio, la pareja de hecho no tiene esta facultad.

Los cónyuges, durante el desarrollo de su relación matrimonial, pueden sustituir el

régimen patrimonial por vía notarial si están de acuerdo o mediante vía judicial si

existe un abuso de facultades; sin embargo, en la unión de hecho el régimen de la

sociedad de gananciales es forzoso porque es el único permitido por la legislación

civil.

Cuando se opta en el matrimonio por el régimen de la sociedad de gananciales, los

bienes serán sociales desde la fecha de su celebración o desde la sustitución; en

cambio, en la unión de hecho, los bienes serán sociales desde su reconocimiento

notarial o judicial.

La unión de hecho carece de las facultades de la sociedad de gananciales como: la

representación de la sociedad conyugal, la administración y la disposición conjunta de

los bienes sociales.

El reconocimiento de la unión de hecho no cambia el estado civil de los convivientes.

En el documento nacional de identidad figurará cualquier conviviente sin

impedimento matrimonial como soltero, lo que pudiera ser aprovechado por aquel
15

para presentarse como alguien libre de compromisos y apto para iniciar una relación

de pareja. Situación contraria es la del matrimonio, debido a que la partida de

matrimonio da inicio a este y su inscripción en el Registro Nacional de Identificación

y Estado Civil, Reniec, cambia el estado civil de los cónyuges de solteros a casados.

El Derecho peruano no solo debe ocuparse de los derechos de los convivientes sino de

la protección frente a terceros; es decir, de los casos de personas que mantienen una

relación de pareja extramatrimonial y optan de manera paralela por otra relación bajo

la ignorancia del hombre o mujer que engañan.

El matrimonio, a partir de su fecha de celebración, opera hacia futuro; es decir, los

efectos jurídicos del mismo con respecto a los cónyuges y terceros se producen a

partir de la fecha cierta de su celebración. El matrimonio celebrado después de un

período de convivencia no regulariza la situación patrimonial.

El matrimonio tiene fecha cierta de su celebración por tratarse de un acto jurídico

formal; en tanto, la unión de hecho tendrá fecha cierta en la medida que se demuestre

por medio probatorio idóneo, desde cuando se inició la posesión constante de estado

en la convivencia.

Los decretos leyes N° 19990 y N° 20530 no contemplan al conviviente como

derechohabiente de la pensión de sobrevivencia; sin embargo, el Sistema Privado de

Pensiones considera al conviviente como beneficiario de la pensión de viudez. La

mayoría de los peruanos considera que el conviviente viudo debería percibir pensión

de viudez, opinión coincidente con la del Tribunal Constitucional.


16

El conviviente no tiene el derecho a ser indemnizado por la muerte de su pareja o por

un accidente. Este derecho se deriva de la situación de indefensión en que se

encuentra el conviviente dependiente económicamente del otro, ya que su muerte o

invalidez afectará al sostenimiento de la familia no matrimonial.

Si bien la Constitución Política del Perú considera a todos los hijos iguales, el hijo de

la convivencia es considerado hijo extramatrimonial por la ley civil; es decir, si el

padre no lo quiere reconocer, la madre, en representación del hijo, deberá entablar una

acción de filiación de paternidad extramatrimonial. Es por ello que se dice que la

legislación vigente provoca la desprotección del derecho a la identidad y filiación del

hijo de los convivientes.

6. LA UNIÓN DE HECHO Y LA PRUEBA COMO DERECHOS

FUNDAMENTALES

6.1. La unión de hecho como derecho fundamental protegido

El artículo 5º de la Constitución Política del Perú, reconoce a la unión de hecho como

un derecho fundamental, señalando lo siguiente: “la unión estable de un varón y una

mujer, libres de impedimento matrimonial, que forman un hogar de hecho, da

lugar a una comunidad de bienes, sujeta al régimen de la sociedad de bienes, sujeta

al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable”.


17

Asimismo, el código civil de 1984, en su art. 3262, reconoce la unión de hecho, no

contradice la constitución, al contrario, la desarrolla y específica.

Por ello es que al ser un derecho fundamental tiene una protección especial de parte

del estado y exige un respeto también de los particulares. En su dimensión subjetiva la

unión de hecho protege, por un lado, a los convivientes de las intervenciones

injustificadas del estado y de los particulares; y, por otro lado, cautela los intereses de

uno de los convivientes frente al otro, en caso separación unilateral. En su dimensión

objetiva, la unión de hecho exija al estado promover y garantizar la unión de hecho y

a los particulares el respeto a esta unión; y en caso de fallecimiento y separación de

uno de los convivientes, el respeto de los derechos que se deriven de la unión de

hecho como la sociedad de bienes que se sujeta al régimen de sociedad de

gananciales, cuando hayan convivido más de dos años.

6.2. El derecho de prueba como derecho fundamental

En este sentido, puede reconocerse una doble dimensión a este derecho: subjetiva y

objetiva. La primera se relaciona con el derecho fundamental de los justiciables o de

un tercero con legítimo interés de presentar en un proceso o procedimiento los medios

probatorios pertinentes para acreditar su pretensión o defensa. La segunda, por otro

lado, comporta el deber del juez de la causa solicitar los medios de prueba necesarios

y de darles merito jurídicos bajo motivación razonable y objetiva3.

2
Debemos tener en cuenta que uno de los factores más importantes por las cuales las uniones de hecho se
convierten en derecho fundamental en la constitución de 1993, fue las uniones de hecho que se daban en la
realidad desde épocas ancestrales en la sierra y en la selva , sin descuidad también la costa , y tenían las
características del matrimonio, por eso el legislador de 1984, reconoció las uniones de hecho como un derecho
legal el mismo que fue recogido en la constitución como un derecho fundamental y constitucional.
3
LANDA ARROYO, cesar. “el derecho al debido proceso en la jurisprudencia: corte suprema de justicia de la
república.
18

6.3. LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA

El medio que tiene el juez para comprobar si los hechos descritos por las partes han

tenido lugar son las pruebas de los hechos, razón por la cual los jueces para dar

probados determinados hechos suelen ser un razonamiento hacia atrás se trata de

llegar a una conclusión acerca de otros hechos ocurridos con anterioridad4.

Los hechos que deben probar son todos aquellos que son relevantes para establecer la

verdad procesal acerca de los hechos del caso. La prueba es un procedimiento cuya

finalidad es averiguar la verdad sobre ciertos hechos, si ocurrieron de una u otra

manera.

7. EXTINCIÓN DE LA UNIÓN DE HECHO

La unión de hecho puede terminar de cuatro maneras y por las siguientes causas:

7.1. Muerte de uno de los convivientes: El fallecimiento comprende no solo la

muerte física sino también la muerte presunta.

7.2. Ausencia judicialmente declarada: Lo que solo es posible después de dos años

de su desaparición.

7.3. Mutuo acuerdo: Generalmente se da de manera verbal y no consta por escrito.

4
GONZALES LAGIER, Daniel. apuntes sobre prueba y argumentación jurídica. materiales de estudio
reproducidos por el instituto palestra para fines educativos. Lima, 2014, p. 3
19

En los tres casos citados, si la unión de hecho cumple con los requisitos del artículo 326

del Código Civil, los convivientes tienen derecho a que el juez les reconozca el régimen

de sociedad de gananciales establecido por la ley. Para que sea viable este reconocimiento

de los efectos patrimoniales, el juez previamente debe haber declarado la existencia de la

unión de hecho. El reconocimiento del régimen de sociedad de gananciales tendrá como

propósito la disolución y liquidación para el reparto de los gananciales entre los

convivientes.

7.4. Decisión unilateral: Esta es la más frecuente en la jurisprudencia nacional y la

ley le confiere mayores derechos por la situación del abandono injustificado.


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CAPITULO II

EL DERECHO DE HERENCIA EN LA UNIÓN DE HECHO

No cabe duda que la familia peruana no se funda solo en el matrimonio, sino igualmente lo

está en uniones de hecho que se comportan como sociedades conyugales pero que no tenían

respaldo matrimonial.

La ley N°30007, otorga derechos sucesorios entre los concubinos para equipar la sociedad de

bienes que se generan dentro de la unión de hecho.

El derecho a heredarse entre concubinos ya existe en legislaciones como Bolivia, Ecuador y

Centroamérica, México, El Salvador, Panamá, entre otros por ello no debe llamar la atención

la promulgación de esta ley, que tiene a modificar sustantivamente la legislación sucesoria en

particular las instituciones de la sucesión intestada y la legítima.

El dato más importante es que el integrante sobreviviente de la unión de hecho no podrá

heredar si al momento de la muerte del causante no estuviera viviendo junto con este o

esta.
21

Hoy con el reconocimiento de la unión de hecho como familia fundada a la par que se

reconoce el derecho hereditario de los hijos respecto de sus padres y viceversa. También se

reconoce el derecho hereditario reciproco entre los cónyuges o si fuera el caso entre

concubinos. Por ello respondemos a la pregunta:

1. LA UNIÓN DE HECHO Y LA COMUNIDAD DE BIENES

La Constitución Política del Perú protege a la familia y promueve el matrimonio, sin

perjuicio de reconocer a la unión estable de un varón y una mujer libres de

impedimento matrimonial, que forman un hogar de hecho, dando lugar a una

comunidad de bienes sujeta al régimen de una sociedad de gananciales, en cuanto sea

aplicable. Si uno de los convivientes no respeta la comunidad de bienes,

usufructuando en forma exclusiva los bienes comunes y se niega a reconocer los

derechos de su pareja sobre los mismos, el conviviente perjudicado tendrá

necesariamente que solicitar el reconocimiento judicial de la unión de hecho.

En el Derecho español como en otros ordenamientos legales, la unión de hecho no

genera una comunidad de bienes. Para Pérez Ureña la unión de hecho no crea, por sí

misma, una comunidad de bienes, ni puede presumirse que esta exista, sino que es

absolutamente necesaria para su existencia que esté expresamente convenida y, si de

esto no aparece prueba alguna, aun habiendo convivido tácitamente, los bienes

adquiridos por cada uno son de propiedad exclusiva de cada cual.

Román García Varela, ex magistrado del Tribunal Supremo español en su artículo

«Criterios sobre el régimen económico de las uniones de hecho», comenta que el


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Tribunal Constitucional entiende que por el mero hecho de iniciarse una unión no

lleva aparejado el surgimiento automático de un régimen de comunidad de bienes,

sino que serán los interesados quienes evidencien que su inequívoca voluntad fue la

de hacer comunes todos o algunos de los bienes adquiridos.

Las leyes de Valencia y Madrid permiten que los convivientes regulen las relaciones

económicas durante la convivencia mediante pactos, escritura pública o documento

privado. ¿En el Perú, los convivientes tienen libertad de pactos sobre su régimen

patrimonial?

Pueden acordar cláusulas que no vulneren las normas imperativas del Derecho de

familia peruano. Iciar Cordero Cutillas se pregunta: ¿Qué ocurre si no existen pactos

que regulen la convivencia? En este sentido, la ley valenciana y madrileña establecen

una presunción iuris tantum: ambos miembros de la unión contribuyen

equitativamente al sostenimiento de las cargas de esta, en proporción a sus recursos

económicos.

Como podemos apreciar, para que exista comunidad de bienes en el Derecho español,

es preciso demostrar la intención de los convivientes de hacer comunes los bienes.

Mientras que en el Derecho peruano se presume el régimen de comunidad de bienes

cuando se cumplen los requisitos legales de la unión de hecho y, lo que habría de

probar, es la posesión constante de estado concubinario de por lo menos dos años

continuos, con cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre que

exista principio de prueba escrita.

2. RÉGIMEN DE SOCIEDAD DE GANANCIALES


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Aparentemente, se cree que la finalidad de constituir una unión de hecho es

permanecer fuera de las obligaciones de la institución matrimonial y no optar por la

sociedad de gananciales, ya que lo natural en este tipo de relación es la separación de

patrimonios. Sin embargo, el Derecho civil peruano ha creado para los convivientes

un régimen forzoso de aplicación de la sociedad de gananciales.

Para el autor Almeida Briceño, el régimen de sociedad de gananciales es un: «(…)

régimen de comunidad legal limitado a las adquisiciones a título oneroso realizadas

por los cónyuges durante el matrimonio y a las rentas o productos de los bienes

propios de cada cónyuge y de los bienes sociales (patrimonio común), conservando en

cambio cada uno de los cónyuges la propiedad de los bienes que tuviesen antes del

matrimonio y los adquiridos con posterioridad a título gratuito (patrimonios

privativos)».

Manifiesta, además, Almeida Briceño, sobre la naturaleza jurídica de la sociedad de

gananciales, que en relación a la naturaleza jurídica del régimen de la sociedad de

gananciales, se ha sostenido que esta es una persona jurídica como cualquier otra, por

tanto, el titular de derechos posee un patrimonio propio (distinto al de los cónyuges), y

soporta obligaciones y cargas; otro sector ve en este instituto un condominio en el

sentido de que ambos cónyuges son dueños de los bienes, pero no en el sentido del

derecho real legislado; pues, el régimen ha sido concebido para mantener y estrechar

la unión, estimulados en la cooperación y vinculados a la prosperidad común,

afirmándose, en este sentido, que sería una copropiedad peculiar de carácter

asociativo e indivisible, afectada primordialmente al mantenimiento del hogar, cuya

administración ha sido conferida por la ley a uno u otro de los cónyuges según origen

de los bienes, sin negar que se trata de una comunidad; una tercera posición considera

que la sociedad de gananciales es una forma particular o peculiar de la sociedad, esto


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es, una sociedad patrimonial legal, en la que se conjuga el elemento personal

(cónyuges), el patrimonial (bienes propios y sociales) y el legal (ordenamiento

jurídico que lo regula); y, una cuarta posición, la considera como una sociedad sui

géneris, concepto que, consideramos, debe evitarse por cuanto atribuirle dicha calidad

es en realidad evadir el tema.

Desde nuestro punto de vista, estamos de acuerdo con la tercera posición doctrinal que

considera que la sociedad de gananciales es una sociedad patrimonial legal que está

integrada por tres elementos: los convivientes, los bienes propios y sociales y el

ordenamiento jurídico que lo regula.

Pensamos que el establecimiento del régimen de la sociedad de gananciales para la

unión de hecho opera cuando los convivientes adquieren estabilidad por el transcurso

del tiempo de la convivencia, lo que supone la intención de ser considerados como

una pareja con vocación al matrimonio. La aplicación de esta figura, después de

extinguida la relación concubinaria, tiene como objetivo el establecer la realidad

jurídico-patrimonial de los bienes adquiridos durante su vigencia y evitar el

enriquecimiento injusto de uno de los convivientes.

Cuando existe el impedimento matrimonial o falta algún requisito legal, se carece

prácticamente de protección legal. Podríamos decir que se trata de una sanción legal

para la pareja de hecho que no cumpla con lo establecido en la ley.

3. PATRIMONIO AUTÓNOMO DE LA UNIÓN DE HECHO Y COPROPIEDAD

El régimen patrimonial de la unión de hecho comprende los bienes que los

convivientes tenían antes de iniciarse esta, así como los adquiridos por cualquier título

durante el período de vigencia de dicha unión.


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El patrimonio de la unión de hecho está conformado por los bienes propios y bienes

sociales de cada conviviente, incluidas las deudas, las cargas y el menaje del hogar.

Como primer antecedente del reconocimiento de los derechos de los convivientes

sobre los bienes adquiridos durante la unión de hecho, contamos con el

pronunciamiento del Tribunal Agrario del 16 de julio de 1970, amparando la

pretensión de una mujer concubina a quien se le otorgó el 50 % de los bienes

adquiridos durante el período de convivencia, porque: «(...) en el concubinato, el

demandante debe probar la vida en común, que la ley no presupone, de que se deriva

su derecho a participar por partes iguales del patrimonio común, sin que tampoco

tenga que probar la ayuda y colaboración prestada a su conviviente que se presume

por razón de la vida en común».

Los bienes sociales no constituyen copropiedad de los convivientes sino un

patrimonio autónomo, el que sin constituirse en persona jurídica es distinto de los

sujetos que la integran. La Corte Suprema ha establecido que: «La sociedad de

gananciales está constituida por bienes sociales y bienes propios y constituye una

forma de comunidad de bienes y no una copropiedad, comunidad que recae sobre un

patrimonio. A ella queda sujeto un conjunto de derechos y obligaciones. Por tanto,

ella rige tanto para el activo como para el pasivo patrimonial. La copropiedad, en

cambio, recae sobre bienes singulares. La primera es, si se quiere, a título universal, la

segunda a título particular».

Como podemos apreciar, el patrimonio de la sociedad concubinaria es patrimonio

autónomo, en razón de que los convivientes tienen derechos o intereses comunes

respecto de los bienes sin constituir una persona jurídica; es decir, los convivientes no

ejercen derechos de copropietarios sobre dicho patrimonio.


26

El Tribunal Constitucional también se ha pronunciado entre la diferencia de

copropiedad y patrimonio autónomo. Respecto al régimen de la sociedad de

gananciales señala que tiene dos tipos de bienes, los propios y los bienes sociales, que

son afectados por interés común del hogar y constituyen, por sí mismos, un

«patrimonio autónomo» distinto de los de cada cónyuge por sí mismo; y, distinto

también, del régimen de copropiedad. Por ello, con respecto al patrimonio autónomo,

los cónyuges individualmente considerados no tienen el derecho de disposición sobre

una parte determinada de los referidos bienes, sino únicamente una alícuota que se

concreta al término de la sociedad de gananciales.

La Corte Suprema en su jurisprudencia ha considerado que los bienes sociales de la

sociedad de gananciales son de naturaleza autónoma con garantía institucional, por

cuanto sus normas son de orden público, sin que puedan ser modificados por la sola

voluntad de los cónyuges, los que tampoco pueden confundirse con las reglas de la

copropiedad o del condominio, por lo tanto, no hay derechos o acciones de los

cónyuges, hasta que se produzca la liquidación de la sociedad de gananciales,

conforme se establece en el artículo trescientos veintitrés del Código Sustantivo.

El Tribunal Registral ha precisado que: «La Sociedad de Gananciales constituye un

patrimonio autónomo, no existiendo copropiedad entre los cónyuges,

consecuentemente uno de los cónyuges no puede disponer de sus acciones y derechos

antes del fenecimiento y/o liquidación de la sociedad de gananciales».

La sociedad de gananciales es un ente jurídico autónomo, titular del derecho de

propiedad sobre los bienes sociales, no constituye un régimen de copropiedad, por ello

que para disponer de los bienes sociales se requiere del consentimiento de ambos

cónyuges, no pudiendo haber disposición por parte de uno de ellos de porcentajes de


27

los bienes sociales, por cuanto no existen alícuotas sobre las que cada cónyuge ejerza

el derecho de propiedad,

lo que se desprende del tenor del artículo trescientos quince del Código Civil.

En el matrimonio, la sociedad de gananciales constituye un patrimonio autónomo que

no está dividido en partes alícuotas y que es distinto al patrimonio de cada cónyuge;

es decir, que para realizar actos de administración como de disposición será necesaria

la voluntad coincidente de ambos cónyuges, que a su vez constituye la voluntad de la

sociedad de gananciales.

Sin embargo, en la unión de hecho, los convivientes no tienen la prohibición de

disponer de sus acciones y derechos antes del fenecimiento y/o liquidación de la

sociedad de gananciales.

Tampoco tienen la obligación legal del consentimiento conjunto para la disposición

sobre bienes sociales porque a ellos no se les aplica todo el sistema de la sociedad de

gananciales sino solamente lo referente a la liquidación.

En países como Argentina y España no se aplica el régimen de sociedad de

gananciales y se opta por diversas fórmulas como comenta Román García Varela, ex

magistrado del Tribunal

Supremo español en su artículo «Criterios sobre el régimen económico de las uniones

de hecho»: «Que respecto a la ruptura existen discrepancias sobre la liquidación

patrimonial, el

Tribunal Supremo lo ha considerado como una sociedad irregular de naturaleza

mercantil o ha declarado la inexistencia de la sociedad universal de ganancias o ha

aplicado la doctrina del enriquecimiento injusto; es decir, ha seguido el criterio de

apreciar caso por caso».


28

4. BIENES PROPIOS EN LA UNIÓN DE HECHO

Son bienes propios de la unión de hecho, los que son adquiridos antes de la

constitución de la convivencia y los obtenidos a título gratuito durante su vigencia.

En cuanto a los bienes que adquiera el conviviente durante la vigencia de dicho

régimen a título oneroso, cuando la causa de adquisición ha precedido a aquella, se

trata de aquellos bienes, derechos o créditos sobre los cuales uno de los convivientes

ya tenía un derecho antes de constituir la unión de hecho y llegan a hacerse efectivos

durante esa relación concubinaria. Para mayor ilustración, citaremos los siguientes

ejemplos que se consideran como bienes propios en los siguientes casos:

Los bienes habidos bajo condición suspensiva, que se cumple durante la convivencia.

El de los que vuelven a uno de los convivientes por nulidad o resolución de un

contrato.

El de los reivindicados por acción comenzada antes o durante la convivencia.

El de los adquiridos por prescripción adquisitiva de dominio cuando la posesión sea

anterior a la convivencia.

La regla es que se consideran bienes propios cuando han sido adquiridos durante la

vigencia del régimen a título gratuito; sin embargo, la Corte Suprema ha precisado

que la prescripción adquisitiva no constituye un acto de liberalidad que determine

considerar a un bien como propio sino se trata del reconocimiento de un derecho que

le da esa posesión ejercida durante la unión matrimonial. Por ello, ha determinado

que:

Las sentencias de mérito consideran que la adquisición por prescripción es a título

gratuito y como tal está comprendido en el inciso tercero del artículo trescientos dos

del Código Civil, esto es, que se trata de una asunción de dominio a título gratuito y

como tal constituye un bien propio. No obstante, la declaración judicial efectuada a


29

favor del que adquiere el dominio de un bien por prescripción a base de la posesión

directa y pacífica, no puede considerarse un acto de liberalidad; por el contrario, es el

reconocimiento de un derecho que le da esa posesión que es de cinco años cuando se

trata de un bien rústico y de diez años si es un inmueble urbano. Si la posesión la

ejerció por el tiempo requerido durante la unión matrimonial, vale decir, con la

tenencia de la sociedad conyugal, es forzoso colegir que se trata de un bien social, lo

que concuerda con lo dispuesto en los artículos trescientos diez y trescientos once del

Código Civil.

Las nuevas acciones o participaciones de las sociedades que se distribuyan los socios

tendrán el carácter de propios si el conviviente tiene en esa sociedad acciones o

participaciones propias.

Aplicando el principio del carácter oneroso o gratuito de la adquisición, las acciones

que se reciban serán propias, si los nuevos aportes se realizaron con fondos propios o,

serán sociales, si se efectuaron con fondos sociales. De la capitalización de utilidades,

las acciones que se perciban serán sociales por tratarse de frutos civiles. Como bienes

propios de los convivientes deben comprenderse las adquisiciones de bienes cuyo

precio se paga a plazos. En el caso de la transferencia de los bienes inmuebles, estos

serán propios si la compraventa se perfecciona antes de que se constituya la unión de

hecho, aunque el precio se pague a plazos durante la vigencia de esta. Respecto de la

compraventa de bienes muebles, serán bienes propios del conviviente comprador si se

comprueba que era poseedor antes de la constitución de la unión de hecho.

5. BIENES SOCIALES DE LA UNIÓN DE HECHO

Son bienes sociales de la unión de hecho todos los bienes no comprendidos en el

listado de los bienes propios87, incluso los que cualquiera de los convivientes
30

adquiera por su trabajo, industria o profesión, así como los frutos y productos de todos

los bienes propios de la sociedad y las rentas de los derechos de autor e inventor.

La consideración de bienes sociales en la unión de hecho dependerá del previo

reconocimiento notarial o judicial de la convivencia. La Sala de Familia declaró

improcedente una demanda de inscripción en el Registro de Propiedad Inmueble de

Lima porque se acreditó que al momento de realizarse la adquisición de las tiendas del

demandado, él tenía el estado civil de soltero, por cuanto al no existir matrimonio al

momento de la adquisición de los bienes, no puede hablarse de bienes comunes; y

que, recién con el reconocimiento del estado convivencial, se origina una sociedad de

bienes que se sujeta al régimen de sociedad de gananciales.

Para acreditar la calidad social de un bien adquirido durante la vigencia de la unión de

hecho, no basta la afirmación de las partes involucradas, sino que resulta

imprescindible la actuación de pruebas suficientes que acrediten la naturaleza del bien

dentro del proceso judicial. El Tribunal Registral en las Resoluciones N° 343-98-

ORLC/TR del 30 de setiembre de 1998 y N° 11-2003-Sunarp-TR-L del 10 de enero

de 2003 dispone que, a efectos de inscribir la adquisición de un bien por una unión de

hecho con la calidad de social, debe acreditarse ante el Registro el reconocimiento

judicial mediante el cual se declare que la misma origina una sociedad de bienes.

El Tribunal Registral89 aprobó como precedente de observancia obligatoria en el

quinto pleno el siguiente texto: «Inscripción de la adquisición de un bien con la

calidad de social a nombre de una unión de hecho. A efectos de inscribir la

adquisición de un bien por una unión de hecho con la calidad de social, debe

acreditarse ante el Registro el reconocimiento judicial mediante el cual se declare que

la misma origina una sociedad de bienes».


31

A los terceros contratantes o acreedores, les interesa conocer cuáles son los bienes

propios o bienes sociales de los convivientes, por ello es importante que el

reconocimiento tanto notarial como judicial indiquen la fecha de inicio del régimen de

la sociedad de gananciales, que es la fecha en la cual se cumplen los dos años de

convivencia como mínimo, fecha que debe estar consignada en el documento notarial.

También tienen la calidad de bienes sociales los edificios construidos a costa del

caudal social en suelo propio de uno de los convivientes, abonándose a este el valor

del suelo al momento del reembolso.

Si uno de los convivientes compra un bien a plazos con pacto de reserva de propiedad

y se cancela dentro de la relación de convivencia, se entenderá que es bien social en la

medida que logre el reconocimiento notarial o judicial. La Corte Suprema se ha

pronunciado en el mismo sentido cuando se trata de la sociedad conyugal. En la

medida que el vendedor se reserva el derecho de propiedad hasta que el comprador

cumpla con pagar totalmente el precio convenido, y lo paga con posterioridad a la

celebración del matrimonio en vigencia del régimen de gananciales, el bien resulta ser

común. Sin embargo, si el bien fue comprado a plazos sin reserva de propiedad antes

del matrimonio o convivencia y se cancela dentro del matrimonio o durante la

relación de convivencia, se considera bien propio. La Corte Suprema advirtió que (...)

el departamento sub litis fue comprado por G.C.A. por escritura pública de seis de

julio de mil novecientos sesenta y seis, antes de contraer matrimonio con la actora el

once de agosto de mil novecientos sesenta y siete, por lo que es un bien propio del

marido en virtud de lo dispuesto por el inciso primero del artículo ciento sesenta y

siete del Código Civil anterior, aplicable porque los hechos sucedieron bajo su

imperio; que si bien, el precio se pactó en ciento ochenta armadas mensuales y el

mismo se terminó de pagar durante la vigencia del matrimonio, ello no convierte en


32

un bien común al referido inmueble, pues la calificación de su condición es de bien

propio.

Finalmente, la regla es la presunción de sociabilidad de los bienes adquiridos durante

la vigencia de la relación de convivencia; empero, si no se declara la existencia de la

unión de hecho, los bienes se consideran propios.

6. REGLAS PARA LA CALIFICACIÓN DE LOS BIENES

Para la calificación de los bienes rigen las reglas siguientes:

Todos los bienes de la unión de hecho se presumen sociales, salvo prueba en

contrario. Sin embargo, esta presunción operará siempre y cuando se encuentre

reconocida la sociedad de gananciales de la unión de hecho.

Los bienes sustituidos o subrogados a otros se reputan de la misma condición de los

que sustituyeron o subrogaron.

Si, una vez vendidos algunos bienes cuyo precio no consta haberse invertido, se

compran después otros equivalentes, se presume, mientras no se pruebe lo contrario,

que la adquisición posterior es hecha con el producto de la enajenación anterior. Se

trata de presunciones juris tantum relativas a la naturaleza de los bienes y que son

útiles y necesarias en la vida práctica, ya que no siempre es fácil determinar con

seguridad y certeza si tal o cual bien es propio o es social. Tales presunciones antes

enumeradas sirven para salvar las dificultades prácticas que se presentan para casos de

duda, a pesar de que la ley es clara al enumerar cuáles son bienes propios y cuáles son

bienes sociales.

7. PRINCIPIOS RECTORES PARA LA CALIFICACIÓN DE BIENES


33

Se requiere la determinación precisa de cada adquisición para saber a qué tipo de bien

se adscribe. Para ello, debe tenerse presente estos tres principios rectores:

7.1. La época de adquisición

Los bienes adquiridos por los convivientes antes del reconocimiento de la unión

de hecho deben ser considerados bienes propios, así como los bienes adquiridos

durante la convivencia que tienen como origen una causa o título anterior. Los

bienes adquiridos a título oneroso durante la unión de hecho o después de su

disolución por una causa anterior son bienes sociales.

7.2. El carácter oneroso o gratuito de las adquisiciones durante la unión de hecho

Las adquisiciones de bienes realizadas a título gratuito por cualquiera de los

convivientes durante la unión de hecho, tales como una herencia, legado y

donación a su favor, deben ser considerados bienes propios.

7.3. Principio complementario

El principio complementario tiene dos funciones: nivelar los patrimonios propios

con el de la sociedad y la conservación del equilibrio patrimonial. Para ello se

aplica la teoría del reembolso y el principio de subrogación real.

7.3.1. Teoría del reembolso

La teoría del reembolso tiene por finalidad mantener el equilibrio de las

relaciones patrimoniales entre los convivientes, evitando el

enriquecimiento indebido.
34

Esta teoría se aplica para los casos de las necesidades ordinarias de la

familia matrimonial cuando se utilicen caudales propios de uno de los

cónyuges para las deudas y cargas de la sociedad y las mejoras en bienes

propios o sociales, pagadas por uno de los cónyuges.

La teoría del reembolso se aplica para el caso de la unión de hecho en los

siguientes casos:

Cuando el patrimonio de la unión de hecho se incrementa con valores cuyo

origen provienen de los bienes propios de cualquiera de los convivientes.

Se puede tratar de la adquisición de un bien calificado por la ley como

social pero pagado con bienes propios de uno de los convivientes de

manera parcial o total.

Cuando se paga con fondos sociales un bien propio o el pago de una deuda

propia con fondos de origen social. En el Derecho civil español, cuando se

emiten acciones o participaciones a cargo de los beneficios de los títulos

valores con calidad de bienes propios; se establece el derecho de

reembolso para el otro cónyuge.

El Código Civil dispone la aplicación de la teoría del reembolso para dos

casos:

Para deducir de la indemnización las primas pagadas con bienes sociales

por seguros personales, los cuales son bienes propios.

La teoría del reembolso pretende conservar el equilibrio de los patrimonios

cuando el beneficiario para obtener la indemnización del seguro, utiliza los

fondos sociales.
35

Para abonar al cónyuge el valor del suelo propio sobre el que se construyó

una edificación, calificada como bien social, a costa del caudal de la

sociedad (artículo 310). Presentaremos a continuación algunos casos

específicos en que se aplica la teoría del reembolso.

¿Qué puede hacer el conviviente que otorgó su terreno para la construcción

de una vivienda concubinaria?

Aplicando la teoría del reembolso, en la liquidación de la sociedad de

gananciales, el conviviente que aportó el terreno en calidad de bien propio

sobre el que se construyó una edificación, calificada como bien social,

tiene derecho a que se le reembolse el valor del terreno de parte del otro

conviviente.

En cuanto a la vivienda concubinaria, si el conviviente ha fallecido o ha

sido declarado ausente, el otro debería tener la preferencia para la

adjudicación de la casa en que habita la familia y del establecimiento

agrícola, artesanal, industrial o comercial de carácter familiar, con la

obligación de reintegrar el exceso de valor si lo hubiera.

¿Cómo se conservan los seguros personales como bienes propios en una

unión de hecho?

En este caso, también se debería aplicar la teoría del reembolso; es decir,

en la liquidación de una unión de hecho para que los seguros personales se

conserven como bienes propios, tiene que reembolsarse el valor de las

primas, siempre y cuando hayan sido pagadas con bienes sociales.


36

7.3.2. Principio de subrogación real

La subrogación real se aplica por disposición legal a la unión de hecho,

cuando para la adquisición de determinados bienes calificados como

propios o sociales, se utilizaron dinero

o fondos de diferente naturaleza a la calificación legal. Esta disposición se

aplica con la finalidad de conservar el equilibrio patrimonial y la

naturaleza de los bienes pertenecientes a los patrimonios de cada

conviviente, evitando el enriquecimiento injusto.

La regulación de la subrogación real de los bienes del patrimonio

matrimonial se establece en el artículo 311, incisos 2 y 3 del Código Civil,

con el propósito de dejar indemne el patrimonio que proporcionó dinero

para adquisiciones a favor de otra masa patrimonial a fin de mantenerlo

íntegro, a pesar de los sucesivos actos de disposición realizados sobre el

mismo.

El principio de la subrogación permite mantener el carácter social o propio

de los bienes para que no se operen pérdidas y perjuicios por la relación de

pareja de hecho. Para comprender el principio de subrogación real es

conveniente recrearlo con un ejemplo.

Si uno de los convivientes durante su relación de convivencia compra un

inmueble con la venta de su departamento, que es un bien propio, esa

operación no cambia la naturaleza del bien que se adquiere; es decir, si se

vendió un bien propio para comprar otro, este último mantiene la calidad

privativa.
37

Bienes excluidos del menaje concubinario

El menaje ordinario del hogar de hecho no comprende los vestidos y

objetos de uso personal, las medallas, condecoraciones, diplomas y otras

distinciones, los instrumentos de uso profesional u ocupacional, los libros,

archivos y sus contenedores y las colecciones científicas o artísticas por

tratarse de bienes que corresponden a derechos personalísimos de los

convivientes. También se excluyen a los bienes que no son de uso

doméstico como el dinero, los títulos valores y otros documentos de

carácter patrimonial, las joyas, las armas, los bienes culturales- históricos y

los vehículos motorizados.

8. Reembolso por los gastos de última enfermedad, velatorio y entierro

Para Zannoni, nada impide que el conviviente que solventó estos gastos pueda exigir

contra sus herederos el reembolso correspondiente. Tales gastos constituyeron el

cumplimiento de una obligación natural del conviviente supérstite y respecto de los

gastos funerarios, cabe recordar que constituyen cargas de la sucesión.

Los gastos funerarios y los provenientes de la última enfermedad del causante deben

ser considerados como una carga que pesa sobre la masa hereditaria; realizada la

partición, cada uno de los herederos responderá en proporción a su cuota hereditaria.

8.1. Pensión de viudez

El Sistema Privado de Pensiones le reconoce el derecho de pensión de

sobrevivencia al conviviente supérstite.


38

En nuestro Sistema Nacional de Pensiones no existe la pensión de viudez para los

miembros de la unión de hecho, aunque esta sea reconocida judicialmente.

De otro lado, si los viudos tienen una relación concubinaria no pierden la pensión

de viudez.

Sin embargo, el Decreto Supremo N° 054-97-EF, Texto Único Ordenado de la

Administración de Fondos de Pensiones y su Reglamento en el Sistema Privado

de Administración de Fondo de Pensiones, considera al conviviente como viudo

sobreviviente siempre que cumpla con los requisitos establecidos en la ley

civil132. Para el cálculo del capital requerido para las personas de sobrevivencia

se asumirá la modalidad de Renta Vitalicia, considerando el cuarenta y dos por

ciento para el conviviente sin hijos y el treinta y cinco por ciento para el

conviviente con hijos.

8.2. Indemnización por la ruptura de la unión de hecho

En la indemnización por separación de hecho, no interesa si el cónyuge es

culpable o no, solo hay que determinar quién es el más perjudicado; en tanto, en la

naturaleza de la indemnización por abandono en la unión de hecho, lo relevante es

la culpabilidad. Otra diferencia sustancial es que los convivientes separados no

gozan de la adjudicación preferente de bienes como los casados separados de

hecho, los primeros tendrían que conformarse con la liquidación de la sociedad de

gananciales, en donde los bienes tendrían que repartirse en partes iguales. El juez

no tiene la obligación de preocuparse por la estabilidad económica del conviviente

porque la ley no le otorga ese derecho que, además, no tiene un basamento en un

compromiso matrimonial. Sin embargo, debiera considerarse que el conviviente

no dio motivos para el abandono y que cumplió con los deberes matrimoniales
39

durante el período de vida en común, inclusive, asumiendo la tenencia y la

educación de los hijos.

9.
40

CAPÍTULO III

OTROS DERECHOS EN LAS UNIONES DE HECHO

1. DERECHO DE ALIMENTOS

1.1. Casos excepcionales

En el Derecho Familiar peruano se deben alimentos recíprocamente:

• Los cónyuges

• Los ascendientes

• Los descendientes

• Los hermanos

Como podemos observar, en términos generales, el conviviente no tiene derecho a

alimentos, salvo dos excepciones:

1.1.1. Cuando el conviviente ha sido abandonado por decisión unilateral del otro

y no ha elegido la acción indemnizatoria.

Aunque concluyan los efectos, la unión de hecho que termina por el

abandono no es razón para que deje de ser exigible un mínimo deber de

solidaridad de quien deja el hogar y, en ese caso, el juez deberá valerse de

argumentos concretos que superen la dimensión moral del deber de

solidaridad, basándose en la comprobación de las reales necesidades del

abandonado y de la capacidad económica del concubino que puso fin a la

unión.

En caso de que el conviviente abandonado elija la acción alimentaria,

deberá demostrar su estado de necesidad. El juez regulará los alimentos en

proporción de las necesidades del conviviente que los pide y de acuerdo a


41

las posibilidades del conviviente que debe darlos, atendiendo además a las

circunstancias personales de ambos, especialmente a las obligaciones a que

se halle sujeto el deudor. Si el conviviente abandonado tiene hijos del

conviviente obligado, el juez tendrá en consideración las obligaciones

alimentarias con los hijos.

Si no se acredita la necesidad de la pensión debería ser simbólica y muy

limitada en el tiempo, y si demuestra que ya no la requiere, se debe

ordenar la extinción de la obligación sin la posibilidad de que se active de

nuevo. Agrega que también debe extinguirse la obligación cuando el

exconcubino abandonado contrae nupcias o mantiene una nueva relación

de hecho, pues será el nuevo consorte quien deberá asumir tal deber.

Distinta solución se podrá obtener si quien se casa o forma un nuevo hogar

convivencial es quien abandonó a su anterior compañero, pues si este

todavía requiere de asistencia, la obligación perseguirá al antiguo

concubino, pudiendo afectar la sociedad de gananciales que tenga el

abandonante con terceros o sus bienes propios si optó por el régimen de

separación de patrimonios.

1.1.2. Cuando se presenta el caso de la madre-conviviente

Si el padre ha reconocido al hijo, la madre tendrá derecho a alimentos

durante los sesenta días anteriores y los sesenta posteriores al parto, así

como al pago de los gastos ocasionados por este y por el embarazo.

También tiene derecho a ser indemnizada por el daño moral en los casos

de abuso de autoridad o de promesa de matrimonio si esta consta de


42

manera indubitable o de cohabitación delictuosa o de minoridad al tiempo

de la concepción.

1.1.3. ¿Se requiere la declaración judicial previa de la unión de hecho para iniciar

el juicio de alimentos o solicitar la indemnización?

El Acuerdo del Pleno Jurisdiccional de la Corte Suprema N° 8 dispuso que

para solicitar alimentos o indemnización entre convivientes no se requiere

la declaración judicial previa de la unión de hecho, pero esta debe

acreditarse dentro del proceso con principio de prueba escrita.

El otorgamiento de la pensión alimenticia se basa en un estado de

necesidad, que deviene en impostergable; que, de otro lado, la naturaleza

de la obligación alimentaria reside en la imposibilidad del alimentista de

atender por sí mismo su subsistencia; por lo que, remitiéndonos al artículo

326 del Código Civil, en la unión de hecho solo debe requerirse el

principio de prueba escrita.

El principal problema de aplicación del derecho de alimentos del

conviviente abandonado es la probanza de la existencia de la unión de

hecho, pese a que no es tan exhaustiva como la que se requiere para su

reconocimiento judicial.

2. Seguro de salud

Actualmente, el seguro de salud, tanto privado como público, reconoce al conviviente

como asegurado si así lo menciona el asegurado titular del derecho. En el caso de

Essalud, el conviviente recibirá prestaciones de prevención, promoción, recuperación,


43

rehabilitación, prestaciones económicas y prestaciones sociales que corresponden al

régimen contributivo de la seguridad social en salud.

Se considera como derechohabientes al cónyuge o al concubino a que se refiere el

artículo 326 del Código Civil, así como los hijos menores de edad o mayores

incapacitados en forma total y permanente para el trabajo, siempre que no sean

afiliados obligatorios168. En este mismo sentido, el artículo 2 del Reglamento de la

Ley N° 27056, Ley de Creación del Seguro Social (Essalud) considera como

derechohabiente del seguro de salud al beneficiario directo y legal del asegurado, en

su calidad de cónyuge, conviviente o sus hijos, según definición del artículo 30 del

reglamento de la Ley N° 26790, aprobado por D.S. N° 009-97-SA.

El Seguro de Salud Agrario tiene por finalidad otorgar cobertura de salud a los

trabajadores de la actividad agraria, su cónyuge o concubino a que se refiere el

artículo 326 del Código Civil, siempre que no realice actividad económica retribuida,

así como a los hijos menores de 18 años de edad, y los mayores de dicha edad

incapacitados para el trabajo

3. Pensión de sobrevivencia del Sistema Privado de Pensiones

El Sistema Privado de Pensiones le reconoce el derecho a la pensión de sobrevivencia

al conviviente supérstite, el que también ahora tiene derechos sucesorios al igual que

el cónyuge.

Lo contradictorio del asunto es que la pensión de viudez administrada por el Sistema

Nacional de Pensiones solo se la aplica al cónyuge supérstite, lo que vulnera el

principio de igualdad porque se está discriminando al conviviente.

En el Sistema Privado de Pensiones, la pensión de sobrevivencia es un derecho que

tienen los beneficiarios del afiliado que no se hubiese jubilado, siempre que su muerte
44

no resulte como consecuencia de accidentes de trabajo, enfermedades profesionales,

actos voluntarios o del uso de sustancias alcohólicas, estupefacientes o de

preexistencias.

El orden es el siguiente:

 El cónyuge o conviviente, conforme lo establecido en el artículo 326 del

Código Civil.

 Los hijos que cumplan con los requisitos previstos en la ley.

 El padre y/o la madre del trabajador afiliado, siempre y cuando cumplan

con alguna de las condiciones previstas en la ley.

Para el cálculo del capital requerido para las pensiones de sobrevivencia se asumirá la

modalidad de Renta Vitalicia, considerando el cuarenta y dos por ciento para el

cónyuge o conviviente sin hijos o el treinta y cinco por ciento para el cónyuge o

concubino con hijos. Cuando se refiere a hijos, estos son aquellos menores de

dieciocho años o mayores de dieciocho incapacitados de manera total y permanente

para el trabajo, de acuerdo al dictamen del comité médico competente.

4. Compensación por tiempo de servicios

La Ley N° 8569 del 27 de agosto de 1937 comprendió el caso de la conviviente con

relación a la compensación por tiempo de servicios en caso de fallecimiento del

trabajador.

El Texto Único Ordenado de la Ley de Compensación por Tiempo de Servicios,

Decreto Supremo N° 001-97-TR, en su artículo 39, señala que la compensación por

tiempo de servicios tiene la calidad de bien común solo a partir del matrimonio civil o

de haber transcurridos dos años continuos de la unión de hecho y mantendrá dicha

calidad hasta la fecha de la escritura pública en que se pacte el régimen de separación


45

de patrimonios o de la resolución judicial consentida o ejecutoriada que ponga fin a

dicho régimen. Según el artículo 54, el depositario a solicitud de parte entregará sin

dilación ni responsabilidad alguna al cónyuge supérstite o al conviviente que acredite

su calidad de tal, de conformidad con la legislación civil, el cincuenta por ciento (50

%) del monto del total acumulado de la compensación por tiempo de servicios y los

intereses del trabajador fallecido. El saldo del depósito y sus intereses los mantendrá

el depositario en custodia hasta la presentación del testamento o la declaratoria de

herederos.

El conviviente puede afectar en garantía su compensación por tiempo de servicios o

realizar un retiro parcial o total del depósito en caso de cese, sin consentimiento del

cónyuge o conviviente, porque por ley se presume que el trabajador cuenta con el

consentimiento correspondiente de su pareja para realizar tales actos.

5. Prestaciones alimentarias en beneficio de los trabajadores sujetos al régimen

laboral de la actividad privada

Para poder acogerse al sistema de suministro indirecto, el empleador o empresa

cliente deberá celebrar un convenio con la empresa proveedora de alimentos que

regule la relación entre ambas partes y garantice un servicio seguro y eficiente a favor

de los trabajadores.

El convenio deberá prever mecanismos adecuados que aseguren el carácter personal e

intransferible del goce de las prestaciones alimentarias por los beneficiarios, sus

cónyuges o, en defecto de estos, por un apoderado, el cual puede ser únicamente un

familiar directo del beneficiario, considerándose como tal al conviviente debidamente

registrado en la empresa.
46

6. Pensión especial de jubilación para las uniones de hecho

La pensión de jubilación tiene como naturaleza jurídica, la de bien social. Tratándose

de un bien que pertenece a la sociedad de gananciales, los convivientes en ejercicio

del poder de representación que les otorga dicho sistema pueden otorgar una carta

poder simple para realizar el trámite correspondiente. En ese mismo sentido, la

pensión se pagará mensualmente a favor de la unión de hecho, a través de una cuenta

mancomunada.

La Ley N° 29451 adiciona el artículo 84-A al Decreto Ley N° 19990 para regular el

nuevo régimen especial de jubilación para las sociedades conyugales y las uniones de

hecho. El D.S. N° 116-2010-EF, mediante el cual se aprobó el Reglamento de la Ley

N° 29451 establece los requisitos y procedimientos que deberán cumplir los

convivientes que deseen acceder a este régimen especial.

Esta ley tiene como objetivo beneficiar a las parejas en edad de jubilación que no

puedan acceder a una pensión del Estado, por no cumplir con el mínimo de años de

aporte en el Sistema Nacional de Pensiones. De ahora en adelante, estas personas

podrán hacerlo siempre y cuando entre los dos convivientes completen 20 años de

aportes. Como requisito fundamental se exige la previa acreditación de esa condición

a través de una declaración notarial.

La norma otorga el beneficio de optar por el régimen especial de pensión a las

uniones de hecho que cumplan con acreditar un período de convivencia permanente y

estable de más de 10 años al momento de la presentación de la solicitud de pensión,

estado de convivencia que deberá ser certificado mediante sentencia judicial firme

que declara la unión de hecho.

7. Cobertura por invalidez


47

Las Normas Técnicas del Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo174, que

conceden cobertura en caso de invalidez, contra los riesgos de invalidez o muerte

producida como consecuencia de accidente de trabajo o enfermedad profesional,

otorgando las siguientes prestaciones mínimas como la pensión de sobrevivencia, de

invalidez y gastos de sepelio, hace participar como uno de los beneficiarios del

trabajador al conviviente.

8. Seguro de vida

El seguro de vida es de grupo o colectivo y se toma en beneficio del cónyuge o

conviviente que se refiere el artículo 326 del Código Civil y de los descendientes, solo

a falta de estos corresponde a los ascendientes y hermanos menores de dieciocho (18)

años.

Producido el fallecimiento del trabajador y formulada la solicitud correspondiente, la

compañía de seguros procederá a entregar, sin más trámite, el monto asegurado a los

beneficiarios que aparezcan en la declaración jurada o en el testamento por escritura

pública si este es posterior a la declaración jurada. La entrega se efectuará sin ninguna

responsabilidad para la compañía aseguradora en caso de que aparezcan

posteriormente beneficiarios con derecho al seguro de vida. Tratándose de la

presentación del testamento antes indicado, solo tendrán derecho al seguro de vida los

beneficiarios mencionados en la mencionada ley.

Tratándose de las uniones de hecho, la compañía de seguros consignará ante el

Juzgado de Paz Letrado el importe del capital asegurado que pueda corresponder al

conviviente que figure en la declaración jurada o testamento por escritura pública.

El Juzgado de Paz Letrado será quien resuelva la procedencia de su pago, notificando

al consignatario para que dentro del tercer día manifieste lo conveniente.


48

Contra la resolución de primera instancia procede recurso de apelación formulado

dentro del tercer día, elevándose los autos al superior jerárquico en turno, quien, sin

más trámite y en mérito de lo actuado, resolverá en segunda y última instancia. Sin

embargo, en caso de expedirse resolución denegatoria, tal situación no impedirá que el

interesado reitere su pedido al Juzgado de Paz Letrado, siempre y cuando lo recaude

con nuevos medios probatorios y se seguirá el procedimiento previsto anteriormente.


49

DERECHO COMPARADO

En Argentina[ CITATION Con18 \l 3082 ] las parejas de hecho, a diferencia del matrimonio, no

están reguladas a nivel estatal. No existe una ley de ámbito nacional. Cada Comunidad

Autónoma ha regulado su propia ley de uniones de hecho, como mejor han entendido cada

una de ellas. En España no existe la pareja de hecho como estado civil. Se puede acceder al

matrimonio, pero estar registrado con otra persona como pareja de hecho. No está

contemplado en ley alguna que el Registro Civil y los registros de parejas de hecho,

intercambie información. Y, en consecuencia, no existe ningún tipo de conexión telemática.

En Chile no existe regulación para esta clase de uniones. No obstante, Piñera firmó un

proyecto de Ley que acepta las uniones de hecho en donde alcanza también a las uniones

homosexuales, llamado “Acuerdo de vida en común”, proveyendo en ambos casos amor,

efecto y respeto. Esto con el fin de regular la convivencia de parejas tanto heterosexuales

como homosexuales con problemas patrimoniales y salud, dado que existen dos millones de

personas que conviven sin estar unidos por el vínculo del matrimonio; además sin perjuicio

de lo anterior la ley no cambiaría el concepto jurídico del matrimonio contemplado en el

Código Civil.

Distrito Federal de México, las uniones entre personas de diferente sexo como las del mismo

sexo se establecen con el nombre de “Sociedad de convivencia” nombre que recibe la misma

ley, donde en su artículo 2º establece “La Sociedad de Convivencia es un acto jurídico

bilateral que se constituye, cuando dos personas físicas de diferente o del mismo sexo,

mayores de edad y con capacidad jurídica plena, establecen un hogar común, con voluntad

de permanencia y de ayuda mutua”.


50

En algunos países, ciertos derechos emergentes de la convivencia se extienden a parejas del

mismo sexo u homosexuales, situación que hasta la fecha no se da en nuestro país, a pesar

que se han presentado ante el Congreso varios proyectos sobre el tema.

En Argentina solo se les otorga derechos en la ciudad de Buenos Aires, en Río Negro y en

Villa Carlos Paz.

En Uruguay se les otorga a estas parejas prestaciones de salud.

En abril de 2008, una jueza de Montevideo reconoció la legalidad del concubinato formado

por una pareja homosexual, aplicando la ley 18.246, que así lo establece.

En tanto, la Constitución de 2008 del Ecuador define a la unión de hecho como la unión

estable y monogámica entre dos personas libres de vínculo matrimonial que formen un hogar

de hecho, por el lapso y bajo las condiciones y circunstancias que señale la ley. En caso de

que se cumplan los requisitos legales, la ley ecuatoriana le otorga a la pareja de hecho los

mismos derechos y obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio.

La ley paraguaya considera unión de hecho a la constituida entre un varón y una mujer que

voluntariamente hacen vida en común, en forma estable, pública y singular, teniendo ambos

la edad para contraer matrimonio y no estando afectados por impedimentos dirimentes,

produciendo efectos jurídicos.

En Costa Rica se considera unión de hecho a la unión entre un hombre y una mujer que

posean aptitud legal para contraer matrimonio, que sea pública, notoria, única y estable por

más de tres años, la cual surtirá todos los efectos patrimoniales propios del matrimonio
51

formalizado legalmente. Cualquiera de los convivientes o sus herederos podrá solicitar al

Tribunal el reconocimiento de la unión de hecho, y la acción caducará a los dos años a partir

de la ruptura de la convivencia o de la muerte del causante.

En Colombia, paralelamente, se había acordado jurisprudencialmente otorgar derechos a las

parejas homosexuales desde el año 2007.

En México y en Brasil, solo en el estado de Río Grande do Sul, se reconoce este tipo de

unión. Países como España, Países Bajos, Bélgica y Noruega (Europa), Canadá y Estados

Unidos —solo en los Estados de California y Massachusetts— (América), y Sudáfrica (en el

continente africano) no solo reconocen como concubinos a los homosexuales, sino que

incluso se les permite contraer matrimonio legal.

Países latinoamericanos como Uruguay, Colombia, Ecuador, Venezuela, Paraguay, que han

acomodado sus normas legales a la realidad social, económica y cultural, que afirma que

además de la familia matrimonial, también existen otros tipos de familia, entre ellas, la

familia convivencial, la que una vez que haya cumplido los requisitos legales (entre ellos la

permanencia de por lo menos dos años de convivencia) pueda ser considerada como

adoptante de menor de edad.


52

JURISPRUDENCIA

CAS. N.º 3242-2014 JUNÍN

RECONOCIMIENTO DE UNIÓN DE HECHO.

SUMILLA: Reconocimiento de Unión de Hecho

El segundo párrafo del artículo 326 del Código Civil ha establecido que, en materia

probatoria, la unión de hecho se rige por el principio de prueba escrita, es decir, deben existir

documentos que acrediten de manera fehaciente que entre el varón y la mujer, unidos de

forma voluntaria y libres de impedimento matrimonial, se desarrolló una relación tendiente a

alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes a los del matrimonio, pruebas con las

cuales se debe acreditar que dicha unión haya durado por lo menos dos años continuos; lo

cual en el caso de autos no se encuentra acreditado.

Lima, nueve de setiembre de dos mil quince.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número tres mil

doscientos cuarenta y dos dos mil catorce, en Audiencia Pública llevada a cabo en la fecha; y

producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia.

1.- MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por Rosa María

Llacua Antialón de Traverso (folios 316), contra la sentencia de vista contenida en la

Resolución número treinta y nueve (folios 470), del cinco de agosto de dos mil catorce que

confirma la sentencia apelada número doscientos treinta y nueve dos mil trece comprendida

en la Resolución número treinta y cuatro (folios 422) del once de diciembre de dos mil trece,

que declara infundada la demanda interpuesta por Rosa María Llacua Antialón contra Manuel

Benjamín Traverso Vera, sobre Reconocimiento de Unión de Hecho.-


53

Que, Rosa María Llacua Antialón de Traverso (folios1 modiÞ cado a fojas 37) interpone

demanda de reivindicación contra Manuel Benjamín Traverso Vera a finn de que el órgano

jurisdiccional declare la existencia de la unión de hecho que existió entre la demandante y

Manuel Benjamín Traverso Vera, por más de dos años continuos desde el primero de marzo

de mil novecientos noventa y seis hasta el once de octubre de mil novecientos noventa y seis

un día antes de su matrimonio civil realizado en la Municipalidad Provincial de Chupaca. a

fin de que se declare dicha situación jurídica, además de la declaración de bienes sociales

sujeto a la sociedad de gananciales y su respectiva separación a razón de cincuenta por ciento

para cada uno respecto a los bienes inmuebles ubicados en la Avenida 26 de julio número

3115 Inay camino a Hualahoyo; y otro ubicado en Puerto Bermudez, provincia de Oxapampa,

Departamento de Cerro de Pasco de una superÞ cie de noventa y ocho hectáreas (98 Hs).

Manifiesta para ello que: a) con el demandado ha hecho vida en común desde el primero de

marzo de mil novecientos noventa y seis hasta el once de octubre de mil novecientos noventa

y seis un día antes de su matrimonio civil; y que durante ese periodo han realizado vida

idéntica de cónyuges cumpliendo los deberes, derechos, consideraciones y responsabilidades;

asimismo se obligaron a alimentar y educar a sus hijos y sujetos a una sociedad común

porque así fue su decisión voluntaria es decir con animus de vida en común; b)la convivencia

se encuentra debidamente legalizada por razones de que su conviviente ha sido divorciado e

igualmente la recurrente era soltera, es decir no tenían impedimento alguno, constituyendo

una convivencia propia y como tal con efectos legales idénticos al matrimonio y a una

sociedad de gananciales; c) que, la recurrente y el demandado se conocieron en la

Universidad Nacional del Centro del Perú cuando estudiaban agronomía y zootecnia

respectivamente; ella contaba con diecisiete años y su cónyuge con veintiséis años de edad;

uniéndose voluntaria y convivencialmente desde el primero de marzo de mil novecientos

setenta y seis, y que fruto de su relación convivencial nacieron sus tres hijos Sofía, Jackelin y
54

Luis Ricardo Traverso Llacua, estableciendo inicialmente su domicilio convivencial en la

Avenida Circunvalación sin número ahora Pasaje Los Jardines número 345, Distrito de El

Tambo, hasta Þ nes de mil novecientos ochenta; posteriormente se trasladaron a otra vivienda

ubicada en la Calle 28 de Julio número doscientos sesenta y uno, Distrito de El Tambo;; e)

Que, durante la Unión de Hecho han adquirido dos bienes, el primero ubicado en la Avenida

26 de julio número 3115, Inay camino a Hualahoyo mediante escritura pública de fecha

veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y siete celebrado ante Notario Público de

Huancayo y el segundo bien ubicado en Puerto Bermúdez, provincia de Oxapampa

Departamento de Cerro de Pasco de una superficie de noventa y ocho hectáreas (98 Hs); f)

Que, su relación de convivencia se llevaba en armonía, trabajo y dedicación a sus hijos hasta

el doce de octubre de mil novecientos noventa y dos, fecha en la que contrajeron matrimonio

civil; empero su matrimonio se fue deteriorando por el carácter violento, irascible del

demandado hasta que en enero de dos mil dos se separaron por violencia familiar, maltratos

físico moral que el demandado causaba y actualmente vive con otra pareja con quien tiene

cuatro hijos. La convivencia ha sido pública, con consentimiento de sus padres, sus

hermanos, familiares, ya que concurrían a reuniones familiares.-

En su contestación, el demandado Manuel Benjamín Traverso Vera (fojas 87), alega que: a)

Indica que lo vertido por la accionante es totalmente falso, ya que el recurrente comenzó a

convivir con la demandante desde el día de estar casados, no tuvo convivencia anterior con la

demandante; ya que el recurrente vivía con su conviviente Juana Gloria Casas Uribe, madre

de sus dos hijos Juan Manuel e Irene Isabel Traverso Casas, y con quienes tenía su domicilio

en el Jirón 28 de julio número 333, El Tambo, Huancayo; domicilio alquilado, ya que no

contaba con casa propia desde el año de mil novecientos setenta hasta el año de mil

novecientos noventa a consecuencia de los problemas que realizó la demandante a su

conviviente por motivos sentimentales; b) Señala que es cierto que tuvo tres hijos con la
55

demandante pero fueron relaciones extra convivenciales, como se corrobora con las partidas

de nacimiento de sus hijas ya que las menores por mandato judicial, y no el mismo día de

nacidas tal como lo realizó con sus hijos Juan Manuel e Irene Isabel Traverso Casas. La

demandante indica que su domicilio convivencial ha sido en casa de su señora madre lo cual

es totalmente falso ya que no han vivido en el Jirón 28 de julio número 261, Distrito de El

Tambo.-

De la Audiencia de Conciliación y Fijación de Puntos Controvertidos de fecha dos de julio

de dos mil doce (folios 193), se han señalado como puntos de controversia los siguientes:

Pretensión Principal a) Determinar si las relaciones intersubjetivas, se han realizado entre

personas de diferente sexo por más de dos años ininterrumpidos; b) Determinar si las

relaciones intersubjetivas de facto ha sido notoria es decir conocida por la sociedad; c)

Determinar si la pareja concubinaria está exenta de impedimento matrimonial; Pretensión

Accesoria. a) Determinar si es procedente o no la pretensión de la declaración de bienes la

pretensión de la declaración de bienes sociales, sujeta a la sociedad de gananciales, así como

si es procedente o no la pretensión de separación de bienes inmuebles, habido entre don

Manuel Benjamín Traverso Vera y la accionante.

El Juez de Primera Instancia, mediante sentencia contenida en la resolución número treinta y

cuatro (folios 422), de fecha once de diciembre de dos mil trece, declaró infundada la

demanda por haberse acreditado que el demandado ejercía un concubinato de manera

simultánea con dos personas: Rosa María Llacua Antialón y Ivana Gloria Casas Uribe, por lo

que no podía tener como objetivo alcanzar penalidades y cumplir deberes semejantes a los del

matrimonio.-

La Segunda Sala Mixta de Huancayo de la Corte Superior de Justicia de Junín, absolviendo el

grado, confirmó dicha decisión (fojas 470), agregando a ella que la demandante no ha

cumplido debidamente con asumir la carga de probar los hechos que configuran.
56

Que, para dar origen al derecho reclamado es indispensable la concurrencia de los siguientes

elementos y requisitos característicos de la Unión de Hecho como posesión constante de

estado; a) La cohabitación, al formar los convivientes un hogar de hecho, implica una

comunidad de vida que se instaura cuando ambos convivientes comparten un domicilio

común, conllevando a una comunidad de lecho, sin las cuales no se podría sostener la

existencia de dicha unión; b) Notoriedad, en concordancia con la tesis de la apariencia del

matrimonio, dicha comunidad de vida debe ser susceptible de público conocimiento en

salvaguarda de los intereses de terceros; c) La exclusividad y/o unión estable: donde se

diferencia a la Unión de Hecho de una simple relación sexual esporádica o momentánea, por

la que de forma singular constituyen la Unión de Hecho dos sujetos, siendo estos un hombre

y una mujer, con la totalidad de elementos que constituyen la Unión de Hecho, de forma

continua y permanente durante un lapso mínimo de dos años, para efectos patrimoniales; d)

Ausencia de impedimentos matrimoniales, por la cual se hace diferencias entre unión de

hecho propia o impropia cuando no existe impedimento matrimonial o cuando si existe

impedimento matrimonial respectivamente; e) Voluntariedad, elemento indispensable de la

unión de hecho que se desprende de la cohabitación, exclusividad y permanencia.

Que, la casacionista ha denunciado infracción normativa por inaplicación del artículo 326 del

Código Civil, al sostener la misma que la Sala no da un concepto de lo que es la unión de

hecho ni tampoco analiza los presupuestos para su configuración Política del Perú.

Que, en tal contexto fáctico y jurídico, al no configurarse el motivo de la infracción

normativa, el recurso de casación debe ser desestimado en todos sus extremos y procederse

conforme a lo dispuesto en el artículo 397 del Código Procesal Civil.

Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Rosa María Llacua Antialón

de Traverso (folios 316), en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista contenida en


57

la Resolución número treinta y nueve (folios 470), del cinco de agosto de dos mil catorce,

emitida por la Segunda Sala Mixta de Huancayo de la Corte Superior de Justicia de Junín.

Casación 4320-2015, Lima[CITATION leg17 \n \l 3082 ]

Fundamento destacado: Octavo.- Que, al respecto Varsi Rospigliosi[6] clasifica la unión de

hecho en: a) unión de hecho propia, aquella que cumple con todos los requisitos para surtir

efectos jurídicos; b) unión de hecho impropia, es aquella que no cumple con los elementos o

requisitos para su reconocimiento formal, esto es, cuando alguna de las dos personas tiene

impedimento para contraer matrimonio. A su vez esta última se clasifica en pura (cuando

ellos desconocen la situación de impedimento matrimonial) e impura (cuando al menos uno

de ellos conoce del impedimento). Debiendo aclarar que el artículo 326 del Código Civil

señala que: “Tratándose de la unión de hecho que no reúna las condiciones señaladas en este

artículo, el interesado tiene expedita, en su caso, la acción de enriquecimiento indebido”.

Cas. Nº 605-2016-Lambayeque[ CITATION LAL18 \l 3082 ]

Publicada en el diario oficial El Peruano el 2 de mayo de 2018.

En un proceso de declaración judicial de unión de hecho, son indicios concurrentes para

acreditar la relación convivencial los siguientes: a) la declaración del domicilio en la

expedición del DNI, b) la consignación del mismo domicilio en escrituras públicas, c) la

prueba de la relación sentimental de ambos, d) el certificado que guarda relación con el

conjunto de indicios señalados, y, e) la declaración de testigos.

Una mujer demandó el reconocimiento judicial de la unión de hecho que mantuvo con su

fallecido conviviente por más de 20 años. Señaló que los hijos de su conviviente conocían de

su relación, y no se opusieron a ella, sino hasta el deceso de su pareja, momento en el cual


58

iniciaron un proceso de nulidad de acto jurídico de la compra de dos inmuebles, pese a

conocer que ambos los adquirieron producto de su trabajo.

Al contestar la demanda, la sucesión intestada alegó que entre su padre y la demandante solo

exisitó una relación sentimental pero no una de convivencia, ya que no hubo un hogar común,

en la medida que su padre siempre estuvo bajo el cuidado de ellos. Además, afirmaron que la

relación que su padre tuvo con la demandante fue extramatrimonial. Por otro lado, señalaron

que los inmuebles fueron adquiridos únicamente por su padre con el dinero obtenido de la

venta de un inmueble comprado con su madre, y refieren que la demandante, en complicidad

con los directivos de una asociación, dispusieron de dichos bienes obligándolos a demandar

la nulidad. Asimismo, indicaron que la demandante propició el cambio irregular del domicilio

en el DNI de su padre y, además, adjuntaron una declaración jurada notarial de su padre

donde expresa su estado civil soltero y que vivía en compañía de sus hijos.

El ad quo declaró fundada la demanda de reconocimiento de unión de hecho, amparándose en

que la dirección consignada en el DNI del fallecido y en las escrituras públicas de

compraventa celebrados por este, figuraba el domicilio señalado como hogar convivencial.

También señaló que no se acreditó que hayan estado casados con terceras personas que

impidiera su convivencia.

Sin embargo, el ad quem, la declaró infundada señalando que las escrituras públicas suscritas

por el fallecido, así como su DNI, no son idóneos para acreditar la posesión constante de

convivencia, ya que estas solo acreditan el lugar de su domicilio al momento de la

suscripción de dichos documentos.

 
59

Ante ello, la recurrente acudió en casación, alegando vulneración al debido proceso, falta de

motivación e infracción al art. 356 del Código Civil.

Al respecto, el colegiado supremo señaló que a pesar de la anomalía de la Sala de no citar

norma jurídica que ampare su decisión, la conclusión a la que se arriba es congruente

formalmente, existiendo una adecuada justificación interna en la sentencia impugnada.

Por otro lado, la Corte consideró que si bien la sala cumplió con valorar los medios de

prueba, resultaba cuestionable que no haya tenido en cuenta que, en su momento, el fallecido

consignó el domicilio de la demandante en las escrituras públicas de compraventa. A su vez,

la Suprema indicó que debe ser considerada la expresa y voluntaria declaración de aquel en el

sentido que domiciliaba en la vivienda de la recurrente, en la medida que el domicilio

constituye la residencia habitual de la persona en un lugar, y con él se establece la ubicación

de una persona en el espacio. De igual forma, aseveró que debió acogerse las testimoniales

donde se indicó que el fallecido fue velado en la casa de la demandante, así como el

certificado obtenido en un programa para adultos mayos donde participaron juntos. 

Asimismo, la Suprema señaló que otro indicio relevante es que los demandados no

cuestionaron la relación sentimental entre su padre y la demandante. Por todo ello, los jueces

supremos concluyeron que existiendo indicios relevantes que acreditaban la convivencia, la

demanda debía declararse fundada. En ese sentido, y, actuando en sede de instancia,

confirmaron la sentencia apelada.

Casación 4121-2015, Arequipa[ CITATION ROS18 \l 3082 ]


60

Sumilla: La pretensión de reconocimiento de unión de hecho no se encuentra sujeta a

plazo prescriptorio, sin importar que esta sea ejercida por los convivientes o sus hijos.

SEXTO.- No obstante, en relación a este argumento –la prescripción de la pretensión de

reconocimiento de unión de hecho– es necesario recordar que en la Casación N° 1532-2013

Lambayeque esta Suprema Corte ha declarado:

Décimo.- El que la unión de hecho, según la Carta Magna del año mil novecientos noventa y

tres sea fuente generadora de una familia, la que también reconoce su protección así como la

de la comunidad, nos conduce a su vez al derecho humano a fundar una familia, reconocido

en el artículo 17° de la Convención Americana de Derechos Humanos (…).

Décimo Primero.- Ahora bien, encontrándose implícito en el artículo 5° de la Carta Magna,

que reconoce a la unión de hecho, el derecho humano a fundar una familia, la acción de

reconocimiento de dicha unión no está sujeta a plazo prescriptorio, pues los derechos

humanos son por su propia naturaleza imprescriptibles, según la Convención de Viena.

SÉTIMO.- A partir de los fundamentos expuestos por esta Suprema Corte en la referida

casación –compartidos por los miembros este Colegiado– el carácter imprescriptible de la

pretensión de reconocimiento de unión de hecho se desprende de la relación que esta guarda

con el derecho humano a fundar una familia. No obstante, no debe perderse de vista que el

especial carácter que se atribuye a esta pretensión –imprescriptible– puede desprenderse

directamente:

i)del propio reconocimiento que nuestra propia Carta Política (artículo 5) ha atribuido a esta

institución como fenómeno productor de una familia

ii)de la protección que este mismo cuerpo fundamental proclama a favor de la familia

(artículo 4). Y es que someter a extinción la posibilidad de reconocimiento de una unión

familiar a los efectos del transcurso del tiempo resulta claramente incompatible con la

protección constitucional que nuestro ordenamiento jurídico provee a la familia.


61

OCTAVO.- Ahora bien, resulta insólito pensar que esta protección de rango constitucional

pueda estar sujeta a distinciones surgidas en atención a cuál de los miembros de la familia

resultante de la unión de hecho exige el reconocimiento judicial (como lo ha hecho el ad

quem al sostener que la imprescriptibilidad de la pretensión de reconocimiento de unión de

hecho solo puede aplicarse a los casos en los que esta sea ejercida por uno de los

convivientes) o en función a los derechos cuya protección se persigue (como se sostiene en la

sentencia de vista, al considerar que la actora no persigue “una protección familiar”). Tanto el

hijo como el conviviente tienen el mismo derecho a que se reconozca la existencia de la

unión de hecho, pues –como se ha explicado– el reconocimiento de esta última no se

desprende únicamente de los intereses que corresponden a los convivientes, sino a su

condición como hecho generador de una familia.

Por tanto, no puede establecerse una distinción en la imprescriptibilidad de este tipo de

pretensiones, por el hecho de haber sido ejercitadas por el conviviente o los hijos.

VI. DECISIÓN

En base a las consideraciones expuestas, esta Sala Suprema, en aplicación de lo señalado en

el artículo 396 del Código Procesal Civil:

a) Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por la demandante Carmen

Silvia Zúñiga de Vega, de fecha dieciséis de setiembre de dos mil quince, obrante a fojas

cuatrocientos sesenta y nueve; CASARON la sentencia de vista de fecha dieciocho de agosto

de dos mil quince, obrante a fojas cuatrocientos cuarenta y uno.


62

CONCLUSIONES

 La unión de hecho es la convivencia establecida entre un hombre y una mujer que

podrían casarse legalmente, donde ambos no tengan impedimentos matrimoniales. Se

recoge la teoría de la apariencia, ya que se persigue alcanzar finalidades y cumplir

deberes semejantes a los del matrimonio.

 La jurisprudencia exige la declaración judicial del reconocimiento de unión de hecho.

De modo previo para resolver cualquier demanda de liquidación de los bienes

comunes al fenecimiento de la unión de hecho, en la mayoría de casos producido por

el fallecimiento de uno de los concubinos, o en los procesos de alimentos ante el

abandono unilateral de uno de ellos

 La unión de hecho es un derecho fundamental tiene una protección especial de parte

del estado y exige un respeto también de los particulares. En su dimensión subjetiva la

unión de hecho protege, por un lado, a los convivientes de las intervenciones

injustificadas del estado y de los particulares; y, por otro lado, cautela los intereses de

uno de los convivientes frente al otro, en caso separación unilateral. En su dimensión

objetiva, la unión de hecho exija al estado promover y garantizar la unión de hecho y

a los particulares el respeto a esta unión; y en caso de fallecimiento y separación de

uno de los convivientes, el respeto de los derechos que se deriven de la unión de

hecho como la sociedad de bienes que se sujeta al régimen de sociedad de

gananciales, cuando hayan convivido más de dos años.


63

 En la adopción existe la posibilidad de que los integrantes de la familia con vivencial

pueden adoptar el hijo de otro. Sin embargo, es necesario que se exija como requisito

la convivencia por un periodo no menor de dos años. Lo cual no significa un acto

discriminatorio en comparación a la familia matrimonial.

 El régimen patrimonial de la unión de hecho comprende los bienes que los

convivientes tenían antes de iniciarse esta, así como los adquiridos por cualquier título

durante el período de vigencia de dicha unión.


64

BIBLIOGRAFIA

Gaceta Civil y Procesal Civil; Medios impugnatorios en el proceso civil Nuevas tendencias

(tomo 40/octubre 2016); Editorial Gaceta Jurídica.

Amado Ramírez Elizabeth del Pilar; La Unión de hecho y reconocimiento de derechos

sucesorios según el derecho civil peruano (2013)

Fernández Arce Cesar y Bustamante Oyague; La unión de hecho en el Código Civil Peruano

de 1984

Actualidad Jurídica; Adopción del hijo afín en la unión de hecho (Tomo 40/2013); Gaceta

Jurídica

Actualidad Civil; Benjamín Aguilar Llanos; Unión de hecho y derecho de herencia (2014);

Gaceta Jurídica.

Quispe Salsavilca David Percy Quispe; Nuevo Régimen Familiar Peruano (2002); Editorial

Cuzco.
65

Gallegos Canales, Yolanda y Jara Quispe Rebeca S. Manual de Derecho de Familia (2012);

Edición agosto; Págs. 273-337

Peralta Andía, Javier Rolando; Derecho de Familia en el Código Civil: Tercera edición.

Rospligiosi Varsi, Enrique; Tratado de Derecho de Familia, Gaceta Jurídica; La Familia En

El Código Civil Peruano; Sociedad Paterno Filial

Gallegos canales, Yolanda (2012); Manual De Derecho De Familia; JURISTAS EDITORES

Castro Aviles, Evelia Fátima; Análisis Legal y Jurisprudencial De La Unión De Hecho

(2014); Edición: Academia de la magistratura


66

Resumen

GENERALIDADES DE LA UNIÓN DE HECHO

En el Código Civil de 1852 no se regulaban las uniones de hecho, porque se adhirió a la

doctrina del Código Canónico sobre el matrimonio.

El Código Civil de 1936 indicaba que las uniones de hecho eran una sociedad de hecho en la

que el hombre y la mujer conservan su independencia social y económica, no constituyendo

una sociedad como el matrimonio, en el que sí están vinculados en dichos aspectos.

Etimológicamente, refiere Reyes Ríos (2002), el término concubinato deriva del latín

concibinaturs, del verbo infinitivo concubere, que literalmente significa dormir juntos o

comunidad de lecho.

DEFINICIÓN

Es una unió de hecho o fáctica, por la cual un hombre y una mujer conviven sin estar casados

legalmente, es decir sin constituir una unión legal o de derecho.

CLASES

Propia o pura

Aquella establecida entre un hombre y una mujer, libres de impedimento matrimonial que

decidan hacer vida en común sin formalizar dicha unión legalmente.


67

Impropia, imperfecto o adulterina

Se constituye cuando uno o ambas personas que conforman la relación tiene o tienen algún

impedimento para contraer matrimonio civil, optando por cohabitar a pesar de ello.

El Perú reconoce y protege a la denominada unión de hecho propia.

ELEMENTOS CONDICIONANTES

Cohabitación y comunidad de lecho

En el concubinato existe un deber natural de cohabitación que significa el vivir juntos en

hogar de hecho. La comunidad de lecho es uno de los vínculos de hecho que ligan al hombre

y a la mujer que han unido sus vidas en convivencia, a semejanza del matrimonio.

Comunidad de vida

La comunidad de vida se verá representada en los actos diarios que desarrolle la pareja

durante su convivencia, los valores y las perspectivas de proyecto de vida en común que

compartan, demostrándose esa comunidad de vida en la adquisición de bienes.

Notoriedad, singularidad y permanencia

La notoriedad debe darse en la actitud que los concubinos asumen frente a la gente una

actitud típicamente matrimonial, procurando ocultar el concubinato y aparentando estar

casados.

La singularidad como elemento del concubinato, señala Arias Schreiber que en la unión de

hecho se presenta el deber natural de fidelidad.


68

La unión de hecho debe reunir este carácter de permanencia, que muestre continuidad en el

tiempo durante el cual los concubinos han asumido vivir en pareja y con finalidades

semejantes al matrimonio.

Posesión de estado de concubinato

Se entiende la posesión de estado como el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de los

deberes inherentes a la situación familiar de la persona. Entre los elementos que se pueden

distinguir en la posesión de estado tenemos: el uso del apellido, el tratamiento recibido y la

consideración social que una persona sostenga en su vida.

Ausencia de formalidad

Las uniones libres, por ser tales, carecen de las formalidades que se requieren para la

celebración del matrimonio.

DIFERENCIAS ENTRE LA UNION DE HECHO Y EL MATRIMONIO

En el matrimonio, los cónyuges expresan su consentimiento de manera formal ante el

Registro Civil para formar una familia, mientras que en la unión de hecho se manifiesta por

medio de la posesión constante de estado de los convivientes.

A la unión de hecho se le ha reconocido el régimen de sociedad de gananciales, debe haber

una declaración notarial o judicial previa que demuestre el cumplimiento de los requisitos

exigidos en la ley y la «posesión constante de estado de convivientes».

Los contrayentes del futuro matrimonio tienen el derecho de opción para elegir su régimen

patrimonial, sea régimen de sociedad de gananciales o separación de patrimonios; en cambio,

la pareja de hecho no tiene esta facultad.


69

Los cónyuges, durante el desarrollo de su relación matrimonial, pueden sustituir el régimen

patrimonial por vía notarial si están de acuerdo o mediante vía judicial si existe un abuso de

facultades; sin embargo, en la unión de hecho el régimen de la sociedad de gananciales es

forzoso porque es el único permitido por la legislación civil.

Cuando se opta en el matrimonio por el régimen de la sociedad de gananciales, los bienes

serán sociales desde la fecha de su celebración o desde la sustitución; en cambio, en la unión

de hecho, los bienes serán sociales desde su reconocimiento notarial o judicial.

La unión de hecho carece de las facultades de la sociedad de gananciales como: la

representación de la sociedad conyugal, la administración y la disposición conjunta de los

bienes sociales.

El reconocimiento de la unión de hecho no cambia el estado civil de los convivientes.

En el documento nacional de identidad figurará cualquier conviviente sin impedimento

matrimonial como soltero, lo que pudiera ser aprovechado por aquel para presentarse como

alguien libre de compromisos y apto para iniciar una relación de pareja. Situación contraria es

la del matrimonio, debido a que la partida de matrimonio da inicio a este y su inscripción en

el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, Reniec, cambia el estado civil de los

cónyuges de solteros a casados.

El Derecho peruano no solo debe ocuparse de los derechos de los convivientes sino de la

protección frente a terceros; es decir, de los casos de personas que mantienen una relación de

pareja extramatrimonial y optan de manera paralela por otra relación bajo la ignorancia del

hombre o mujer que engañan.


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El matrimonio, a partir de su fecha de celebración, opera hacia futuro; es decir, los efectos

jurídicos del mismo con respecto a los cónyuges y terceros se producen a partir de la fecha

cierta de su celebración. El matrimonio celebrado después de un período de convivencia no

regulariza la situación patrimonial.

El matrimonio tiene fecha cierta de su celebración por tratarse de un acto jurídico formal; en

tanto, la unión de hecho tendrá fecha cierta en la medida que se demuestre por medio

probatorio idóneo, desde cuando se inició la posesión constante de estado en la convivencia.

Los decretos leyes N.° 19990 y N.° 20530 no contemplan al conviviente como

derechohabiente de la pensión de sobrevivencia; sin embargo, el Sistema Privado de

Pensiones considera al conviviente como beneficiario de la pensión de viudez.

Si bien la Constitución Política del Perú considera a todos los hijos iguales, el hijo de la

convivencia es considerado hijo extramatrimonial por la ley civil; es decir, si el padre no lo

quiere reconocer, la madre, en representación del hijo, deberá entablar una acción de filiación

de paternidad extramatrimonial. Es por ello que se dice que la legislación vigente provoca la

desprotección del derecho a la identidad y filiación del hijo de los convivientes.

LA UNION DE HECHO Y LA PRUEBA COMO DERECHOS FUNDAMENTALES

El derecho de prueba como derecho fundamental

En este sentido, puede reconocerse una doble dimensión a este derecho: subjetiva y objetiva.

La primera se relaciona con el derecho fundamental de los justiciables o de un tercero con

legítimo interés de presentar en un proceso o procedimiento los medios probatorios

pertinentes para acreditar su pretensión o defensa. La segunda, por otro lado, comporta el
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deber del juez de la causa solicitar los medios de prueba necesarios y de darles merito

jurídicos bajo motivación razonable y objetiva.

LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA

El medio que tiene el juez para comprobar si los hechos descritos por las partes han tenido

lugar son las pruebas de los hechos, razón por la cual los jueces para dar probados

determinados hechos suelen ser un razonamiento hacia atrás se trata de llegar a una

conclusión acerca de otros hechos ocurridos con anterioridad.

Los hechos que deben probar son todos aquellos que son relevantes para establecer la verdad

procesal acerca de los hechos del caso

EXTINCIÓN DE LA UNIÓN DE HECHO

La unión de hecho puede terminar de cuatro maneras y por las siguientes causas:

Muerte de uno de los convivientes: El fallecimiento comprende no solo la muerte física sino

también la muerte presunta.

Ausencia judicialmente declarada: Lo que solo es posible después de dos años de su

desaparición.

Mutuo acuerdo: Generalmente se da de manera verbal y no consta por escrito.

En los tres casos citados, si la unión de hecho cumple con los requisitos del artículo 326 del

Código Civil, los convivientes tienen derecho a que el juez les reconozca el régimen de
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sociedad de gananciales establecido por la ley. Para que sea viable este reconocimiento de los

efectos patrimoniales, el juez previamente debe haber declarado la existencia de la unión de

hecho. El reconocimiento del régimen de sociedad de gananciales tendrá como propósito la

disolución y liquidación para el reparto de los gananciales entre los convivientes.

Decisión unilateral: Esta es la más frecuente en la jurisprudencia nacional y la ley le confiere

mayores derechos por la situación del abandono injustificado.

EL DERECHO DE HERENCIA EN LA UNIÓN DE HECHO

La ley N°30007, otorga derechos sucesorios entre los concubinos para equipar la sociedad de

bienes que se generan dentro de la unión de hecho.

El dato más importante es que el integrante sobreviviente de la unión de hecho no podrá

heredar si al momento de la muerte del causante no estuviera viviendo junto con este o

esta.

sociedad de gananciales es una sociedad patrimonial legal que está integrada por tres

elementos: los convivientes, los bienes propios y sociales y el ordenamiento jurídico que lo

regula.

Pensamos que el establecimiento del régimen de la sociedad de gananciales para la unión de

hecho opera cuando los convivientes adquieren estabilidad por el transcurso del tiempo de la

convivencia, lo que supone la intención de ser considerados como una pareja con vocación al

matrimonio.

PATRIMONIO AUTÓNOMO DE LA UNIÓN DE HECHO Y COPROPIEDAD


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El régimen patrimonial de la unión de hecho comprende los bienes que los convivientes

tenían antes de iniciarse esta, así como los adquiridos por cualquier título durante el período

de vigencia de dicha unión.

El patrimonio de la unión de hecho está conformado por los bienes propios y bienes sociales

de cada conviviente, incluidas las deudas, las cargas y el menaje del hogar. Como primer

antecedente del reconocimiento de los derechos de los convivientes sobre los bienes

adquiridos durante la unión de hecho.

Sin embargo, en la unión de hecho, los convivientes no tienen la prohibición de disponer de

sus acciones y derechos antes del fenecimiento y/o liquidación de la sociedad de gananciales.

Tampoco tienen la obligación legal del consentimiento conjunto para la disposición sobre

bienes sociales porque a ellos no se les aplica todo el sistema de la sociedad de gananciales

sino solamente lo referente a la liquidación.

BIENES PROPIOS EN LA UNIÓN DE HECHO

Son bienes propios de la unión de hecho, los que son adquiridos antes de la constitución de la

convivencia y los obtenidos a título gratuito durante su vigencia.

En cuanto a los bienes que adquiera el conviviente durante la vigencia de dicho régimen a

título oneroso, cuando la causa de adquisición ha precedido a aquella, se trata de aquellos

bienes, derechos o créditos sobre los cuales uno de los convivientes ya tenía un derecho antes

de constituir la unión de hecho y llegan a hacerse efectivos durante esa relación concubinaria.

BIENES SOCIALES DE LA UNIÓN DE HECHO

Son bienes sociales de la unión de hecho todos los bienes no comprendidos en el listado de

los bienes propios, incluso los que cualquiera de los convivientes adquiera por su trabajo,
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industria o profesión, así como los frutos y productos de todos los bienes propios de la

sociedad y las rentas de los derechos de autor e inventor.

REGLAS PARA LA CALIFICACIÓN DE LOS BIENES

Para la calificación de los bienes rigen las reglas siguientes:

Todos los bienes de la unión de hecho se presumen sociales, salvo prueba en contrario. Sin

embargo, esta presunción operará siempre y cuando se encuentre reconocida la sociedad de

gananciales de la unión de hecho.

PRINCIPIOS RECTORES PARA LA CALIFICACIÓN DE BIENES

La época de adquisición

Los bienes adquiridos por los convivientes antes del reconocimiento de la unión de hecho

deben ser considerados bienes propios, así como los bienes adquiridos durante la convivencia

que tienen como origen una causa o título anterior. Los bienes adquiridos a título oneroso

durante la unión de hecho o después de su disolución por una causa anterior son bienes

sociales.

El carácter oneroso o gratuito de las adquisiciones durante la unión de hecho

Las adquisiciones de bienes realizadas a título gratuito por cualquiera de los convivientes

durante la unión de hecho, tales como una herencia, legado y donación a su favor, deben ser

considerados bienes propios.

Principio complementario
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El principio complementario tiene dos funciones: nivelar los patrimonios propios con el de la

sociedad y la conservación del equilibrio patrimonial. Para ello se aplica la teoría del

reembolso y el principio de subrogación real.

Teoría del reembolso

Esta teoría se aplica para los casos de las necesidades ordinarias de la familia matrimonial

cuando se utilicen caudales propios de uno de los cónyuges para las deudas y cargas de la

sociedad y las mejoras en bienes propios o sociales, pagadas por uno de los cónyuges.

El Código Civil dispone la aplicación de la teoría del reembolso para dos casos:

Para deducir de la indemnización las primas pagadas con bienes sociales por seguros

personales, los cuales son bienes propios.

La teoría del reembolso pretende conservar el equilibrio de los patrimonios cuando el

beneficiario para obtener la indemnización del seguro, utiliza los fondos sociales.

En cuanto a la vivienda concubinaria, si el conviviente ha fallecido o ha sido declarado

ausente, el otro debería tener la preferencia para la adjudicación de la casa en que habita la

familia y del establecimiento agrícola, artesanal, industrial o comercial de carácter familiar,

con la obligación de reintegrar el exceso de valor si lo hubiera.

Principio de subrogación real

La subrogación real se aplica por disposición legal a la unión de hecho, cuando para la

adquisición de determinados bienes calificados como propios o sociales, se utilizaron dinero,

fondos de diferente naturaleza a la calificación legal.


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El principio de la subrogación permite mantener el carácter social o propio de los bienes para

que no se operen pérdidas y perjuicios por la relación de pareja de hecho.

Bienes excluidos del menaje concubinario

El menaje ordinario del hogar de hecho no comprende los vestidos y objetos de uso personal,

las medallas, condecoraciones, diplomas y otras distinciones, los instrumentos de uso

profesional u ocupacional, los libros, archivos y sus contenedores y las colecciones científicas

o artísticas por tratarse de bienes que corresponden a derechos personalísimos de los

convivientes. También se excluyen a los bienes que no son de uso doméstico como el dinero,

los títulos valores y otros documentos de carácter patrimonial, las joyas, las armas, los bienes

culturales- históricos y los vehículos motorizados.

Reembolso por los gastos de última enfermedad, velatorio y entierro

Para Zannoni, nada impide que el conviviente que solventó estos gastos pueda exigir contra

sus herederos el reembolso correspondiente. Tales gastos constituyeron el cumplimiento de

una obligación natural del conviviente supérstite y respecto de los gastos funerarios, cabe

recordar que constituyen cargas de la sucesión.

Los gastos funerarios y los provenientes de la última enfermedad del causante deben ser

considerados como una carga que pesa sobre la masa hereditaria; realizada la partición, cada

uno de los herederos responderá en proporción a su cuota hereditaria.

Pensión de viudez

El Sistema Privado de Pensiones le reconoce el derecho de pensión de sobrevivencia al

conviviente supérstite.
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Indemnización por la ruptura de la unión de hecho

En la indemnización por separación de hecho, no interesa si el cónyuge es

culpable o no, solo hay que determinar quién es el más perjudicado; en tanto, en la naturaleza

de la indemnización por abandono en la unión de hecho, lo relevante es la culpabilidad. Otra

diferencia sustancial es que los convivientes separados no gozan de la adjudicación preferente

de bienes como los casados separados de hecho, los primeros tendrían que conformarse con

la liquidación de la sociedad de gananciales, en donde los bienes tendrían que repartirse en

partes iguales. El juez no tiene la obligación de preocuparse por la estabilidad económica del

conviviente porque la ley no le otorga ese derecho que, además, no tiene un basamento en un

compromiso matrimonial. Sin embargo, debiera considerarse que el conviviente no dio

motivos para el abandono y que cumplió con los deberes matrimoniales durante el período de

vida en común, inclusive, asumiendo la tenencia y la educación de los hijos.

DERECHO DE ALIMENTOS

El conviviente no tiene derecho a alimentos, salvo dos excepciones:

 Cuando el conviviente ha sido abandonado por decisión unilateral del otro y no ha

elegido la acción indemnizatoria.

Agrega que también debe extinguirse la obligación cuando el exconcubino abandonado

contrae nupcias o mantiene una nueva relación de hecho, pues será el nuevo consorte quien

deberá asumir tal deber. Distinta solución se podrá obtener si quien se casa o forma un nuevo

hogar convivencial es quien abandonó a su anterior compañero, pues si este todavía requiere

de asistencia, la obligación perseguirá al antiguo concubino, pudiendo afectar la sociedad de

gananciales que tenga el abandonante con terceros o sus bienes propios si optó por el régimen

de separación de patrimonios.
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 Cuando se presenta el caso de la madre-conviviente

Si el padre ha reconocido al hijo, la madre tendrá derecho a alimentos durante los sesenta días

anteriores y los sesenta posteriores al parto, así como al pago de los gastos ocasionados por

este y por el embarazo.

También tiene derecho a ser indemnizada por el daño moral en los casos de abuso de

autoridad o de promesa de matrimonio si esta consta de manera indubitable o de cohabitación

delictuosa o de minoridad al tiempo de la concepción.

El Acuerdo del Pleno Jurisdiccional de la Corte Suprema N.° 8 dispuso que para solicitar

alimentos o indemnización entre convivientes no se requiere la declaración judicial previa de

la unión de hecho, pero esta debe acreditarse dentro del proceso con principio de prueba

escrita.

Seguro de salud

Actualmente, el seguro de salud, tanto privado como público, reconoce al conviviente como

asegurado si así lo menciona el asegurado titular del derecho. En el caso de Essalud, el

conviviente recibirá prestaciones de prevención, promoción, recuperación, rehabilitación,

prestaciones económicas y prestaciones sociales que corresponden al régimen contributivo de

la seguridad social en salud.

Pensión de sobrevivencia del Sistema Privado de Pensiones

El Sistema Privado de Pensiones le reconoce el derecho a la pensión de sobrevivencia al

conviviente supérstite, el que también ahora tiene derechos sucesorios al igual que el

cónyuge.
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Lo contradictorio del asunto es que la pensión de viudez administrada por el Sistema

Nacional de Pensiones solo se la aplica al cónyuge supérstite, lo que vulnera el principio de

igualdad porque se está discriminando al conviviente.

Compensación por tiempo de servicios

La compensación por tiempo de servicios tiene la calidad de bien común solo a partir del

matrimonio civil o de haber transcurridos dos años continuos de la unión de hecho y

mantendrá dicha calidad hasta la fecha de la escritura pública en que se pacte el régimen de

separación de patrimonios o de la resolución judicial consentida o ejecutoriada que ponga fin

a dicho régimen.

Pensión especial de jubilación para las uniones de hecho

La norma otorga el beneficio de optar por el régimen especial de pensión a las uniones de

hecho que cumplan con acreditar un período de convivencia permanente y estable de más de

10 años al momento de la presentación de la solicitud de pensión, estado de convivencia que

deberá ser certificado mediante sentencia judicial firme que declara la unión de hecho.

Cobertura por invalidez

Las Normas Técnicas del Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo, que conceden

cobertura en caso de invalidez, contra los riesgos de invalidez o muerte producida como

consecuencia de accidente de trabajo o enfermedad profesional, otorgando las siguientes

prestaciones mínimas como la pensión de sobrevivencia, de invalidez y gastos de sepelio,

hace participar como uno de los beneficiarios del trabajador al conviviente.


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Seguro de vida

El seguro de vida es de grupo o colectivo y se toma en beneficio del cónyuge o conviviente

que se refiere el artículo 326 del Código Civil y de los descendientes, solo a falta de estos

corresponde a los ascendientes y hermanos menores de dieciocho (18) años.

DERECHO COMPARADO

En Argentina[ CITATION Con18 \l 3082 ] las parejas de hecho, a diferencia del matrimonio, no

están reguladas a nivel estatal. No existe una ley de ámbito nacional. Cada Comunidad

Autónoma ha regulado su propia ley de uniones de hecho, como mejor han entendido cada

una de ellas.

En España no existe la pareja de hecho como estado civil. Se puede acceder al matrimonio,

pero estar registrado con otra persona como pareja de hecho. No está contemplado en ley

alguna que el Registro Civil y los registros de parejas de hecho, intercambie información. Y,

en consecuencia, no existe ningún tipo de conexión telemática.

En Chile no existe regulación para esta clase de uniones.

Distrito Federal de México, las uniones entre personas de diferente sexo como las del mismo

sexo se establecen con el nombre de “Sociedad de convivencia” nombre que recibe la misma

ley, donde en su artículo 2º establece “La Sociedad de Convivencia es un acto jurídico

bilateral que se constituye, cuando dos personas físicas de diferente o del mismo sexo,

mayores de edad y con capacidad jurídica plena, establecen un hogar común, con voluntad

de permanencia y de ayuda mutua”.


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En algunos países, ciertos derechos emergentes de la convivencia se extienden a parejas del

mismo sexo u homosexuales, situación que hasta la fecha no se da en nuestro país, a pesar

que se han presentado ante el Congreso varios proyectos sobre el tema.

En tanto, la Constitución de 2008 del Ecuador define a la unión de hecho como la unión

estable y monogámica entre dos personas libres de vínculo matrimonial que formen un hogar

de hecho, por el lapso y bajo las condiciones y circunstancias que señale la ley. En caso de

que se cumplan los requisitos legales, la ley ecuatoriana le otorga a la pareja de hecho los

mismos derechos y obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio.

La ley paraguaya considera unión de hecho a la constituida entre un varón y una mujer que

voluntariamente hacen vida en común, en forma estable, pública y singular, teniendo ambos

la edad para contraer matrimonio y no estando afectados por impedimentos dirimentes,

produciendo efectos jurídicos.

En México y en Brasil, solo en el estado de Río Grande do Sul, se reconoce este tipo de

unión. Países como España, Países Bajos, Bélgica y Noruega (Europa), Canadá y Estados

Unidos —solo en los Estados de California y Massachusetts— (América), y Sudáfrica (en el

continente africano) no solo reconocen como concubinos a los homosexuales, sino que

incluso se les permite contraer matrimonio legal.


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