Está en la página 1de 200

CENTRO SUPERIORDE ESTUDIOSDE LA DEFENSANACIONAL

BOLETI MACION

Núm. 16
Mayo 1967
SUMARIO
1. ORGANIZACION

Esbozo de un Plan de Movilización.

II. DOCTRINA
— Manual del asesor contra la subver
Sión.
III. INSTRUCCION Y ENSEÑANZA

— Inauguración del XVIII Ciclo del Cen


tro de Altos Estudios Militares ita
liano.
IV. ESTUDIOS ESTRATEGICOS
— Hacia una evolución de la estrategia
americana.
— Opiniones sobre la estrategia.

X. VARIOS.
— Hacia una evolución en la réplica a
la subversión.

SECCION BIBLIOGRAFICA
CESEDEN BOLET1N
MENSUAL
N°16
Dpto.de lnformacío’n

-
‘.ORGÁNIZÁCI
ESBOZO DE UN PLAN
DE MOVILIZACION

SI
CESEDEN

ESBOZODE UN F’LANDE MOV!LIZACION

TCOL, Av,) D0 Antonio TORRES


GALVEZ

(Tesis presentodaen el lcr. Cursode la Escuela


de EstadosMa)’oresConjuntos)

Mayo— 1967 BOLETINDE INFORMACION N2 16 1 —


PREFACIO

El propsito de estetrabajo es el estudio, necesariamentesumario, de las —

distintas facetas que presentael conjunto de previsionesque motivan el Plan de Mo—


vilizoci6n; este estudiose ha dividido en dos partes íntimamenterelacionadasentre
si.

La primera parte trata el desarrollo y ejecuci6n de la MoviIizaci6n en sus


diversos aspectos, ysus características esencialesy los problemasms importantes —

que la condicionan, con el objeto de presentaruna visicSnde la mismay así facilitar


y completar los puntosexpuestosen la segundaparte que se refiere al estudiode la
preparaci6n de la Movilizaci6n o Plande Movilizac6n.

Dada la dificultad de fijar en toda su amplitud y extensf6nel contenido que


corresponderíaa un Plan de Movilfzaci6n, este se ha tratado ónicamenfeen suslí
neas generales—asi, al estudiar el Plan de Movilizaci6n Econ6mfco,s6lo se hace —

constar los PianesParcialesm& importantesde la misma:Planesde Movilizac6n In


dustrial, Movilizaci6n Civil y Movilización Financiera—destacandos6lo aquellos
aspectos que se consideranm& relevantes, por lo que este trabajo puedeconsiderar—
se como un simple esbozodel Plan deMovflizaci6n.
— II —

INDICE

PREFiCtO .

I1sDlCE ... . . II, III

CAPITULo1.— LA !vlC)VILIZACI()N . . . . . . . . . .. 1

— Transformaci6nde actividades en la movilizacSn 2

— Fasesde la movilizacicSn2

— Grados de la movilizaci6n. . . . . . .. 2

—La movilizaciori
nacional

— Divisn do lamovilizacin
nacknal 4

CAPITULO2.—MOVILIZACIONMILITAR 5

— Clases
de movilizaci5n
militar..
•.•.........
..... 5

— Sistemas
de movilizaci5n. 5

—Sistemasdelkimarnientos 7

— Fases
de moviljzaciSn
militar7

CAPlTULO3.-MQylLlztCfoN ECONOMICA ......, 9

CAPITULO4.-MOVILIZACION INDUSTRIAL10

— Causas
quemotivan
lamovilizach5n
industrial 10

— Caracterfsticas
de lamovilizacf5n
industrial
.....
...., 10

— Fases
de lamovitizacion
industrial
12

CAPITULO5.— MOVILIZACIONCIVIL....,... 14
— III —

Problemasque afectan
a lamovilizaci6n
civil 14

— Fasesdo lamovilizaci5n
civil15

CAPITULOÓ..-MOVILIZACION FINANCIERA 16

— Obtenci6nde recursos
financieros......
......• 17

CAPITULO7..—MOVILIZACION PSICOLOGICA 18

CÁPITULO8.—PLANDEMOVILIZACION 20

—MecnicadeIpIandemoyIizacin.,.,........ 21

—PlanesparciaIesdernovilizac;5n,...,.,

CAPITULO9..— PLANDE MOVILIZACION MILITAR23

CAPITULO10.- PLAN DE MOVILIZACION ECONOMICA.. 26

CAPITULO11. - PLAN DE MOVILIZÁCION INDUSTRIAL 28

— Programadoinvestigaci6nydosarrollo30

— Impactode lasnuevas
armasen lacconoma32

CAPITULO12.— PLAN DE MOVILIZACIQN CIVIL34

CAPITULO13.— PLAN DE MOVILIZACION FINANCIERA .. 36

C caNCLUSION4ES
. . . . . . . . . . . . . 38

B IL(GR/F (A39
—1—

1.LAMOVILIZACION

1 . 1. La Guerra modernaexige masasde hombrescapacesde enfrenfarse, al menosen


condiciones anólogas, con el adversario; armasy material con características
similares o superioresa las del enemigo;Conseguiry renovar ese armamentoy ma
ferial al ritmo preciso, lo que exige materiasprimas, manode obra, transportes,
recursos financieros, utillaje, etc., así como científicos investigadoresy orga
nizadores con el fin de obtener ci mayor rendimientode los diversosrecursosy —
superar la tócnica del adversario.

1.2. Así, toda la población útil de la nación ha de participar en el esfuerzode la —

guerra, ya sea como miembrode las FuerzasArmadaso a travós de la producción


para el mantenimientode la misma.

1.3. La Guerra constituyo, por lo tanto, una empresacolectiva de fuerza que exige
la movilización de todos los elementosy recursosnacionales que han de partici
par en ella, durante un cierto tiempo y en un esfuerzoorganizado en pro de la
victoria o do la supervivencia.

1 .4. CdracterísflcasdelaMovilización

La Movilización se caracteriza por:

1.4. 1. La pluralidad, amplitud y complejidad de los factores humanosy materia


les que intervienen en la misma.

1.4.2. La variabilidad de dichos factores, lo que obliga a un conocimiento, —

puesto al día, de los mismos.

1 .4.3. Una previsión a largo plazo, debiendo tenerseen cuenta que toda modi
ficación a lo previsto y planificado motivaría gravesconsecuencias,

1.4.4. Su transcendenteimportancia en el resultadode la guerra.

1 .4.5. Lasexigencias de estrechacoordinación, tanto en su planeamiento, co


mo en su puestaen marcha.

1 .5. Comose decude de estascaracterísticas, la Movilización resulta ser un proble


ma difícil, de vital importanciay que ha de ser perfectamenteconocido por —
—2—

quienes en su día han de enfrentarse con su ejecuci6n, tanto civiles corno mili
tares.

1.6. Transformacj6ndeactividadesdelaMovilizaci6n

1 .6. 1. Al afectar la Movilizaci6n a todas las fuerzas humanasy materiales de


la nacliSn, la casi totalidad del potencial humanoy econ6micohabr de
modificar susactividades de tiempo de paz para dedicarsea otras dirigi
das hacia el esfuerzo de la guerra. Así, las FuerzasArmadosaorbercn
la mayor parte de los hombresen edad militar, las explotaciones indus
triales modificarcin su producckSn y algunas hasta su utillaje, sus mtodos
o susprocesostécnicos; la agricultura cederc hombresy mujeres a la in
dustria y a las Fuerzas Armadas; la industria y los servicios cederSn igual
mente grandes cantidades de personal que ser6 sustituído por otro no corn
prendido en la Movilizaci6n militar..

1.6.2. Esdecir, la Movilizaci6n implica toda una conversi6n de actividades —

hacia otra ms directamente relacionada con la guerra y con la produc—


ci6n de la misma.

1 .6.3. Todo este proceso de transformacin o conversi6nde actividades para el


esfuerzo de la guerra requiere un período de tiempo ms o menos largo,
según sea la estructura política, econ6micay social do la naci6n.

1.7. FasesdeMoviljzaci6n

1.7.1. Existen tres fases, bien diferenciadas en el flompo: Preparaci6n, Ejecu—


ci6n y Desmovilizaci6n o Reconversi6n. La fasede Proparaci5nse desa
rrolla en tiempo de paz dando lugar al correspondientePlan; la Ejecu—
ci6n, tiene lugar durante la guerra y la DesmoviUzaci6n que se inicia
al finalizar las hostilidades.

1.8. GradosdeMovilizacic5n

1.8.1. No existen límites definidos entre los distintos grados del esfuerzo para
la guerra, pues varían desde un bajo nivel, en el caso de una paz sin —

amenazas, hasta el esfuerzo llevado al límite, como ocurre en la movi—


lizaciSn total.

1.8.2. Sin embargo, so pueden fijar algunos grados del esfuerzo para la guerra:

l.812.l.Sostenimjenfo de un grado de preparaci6n previa.— Correspon


de este esfuerzo a un largo período, que no puede llamarse ni
—3—

de guerra ni do paz. Un ejemplo de esto tipo es la situaci6n


actual de los EstadosUnidosde Am&ica. Estegrado de pro—
paraci6n previa exige gastosospoc(ficosdedicadosa la inves
tgaci6n de nuevasarmasy ayudasccon5miccsy militares a
los aliados.

1.8.2.2. Gradode MoviUzaci6n parcialo limitada.— Estaclase de es


fuerzo paralaguerra puedeservariable, SC9Gflse acerqueo
so distancie del esfuerzomximo correspondientea la Movili
zachn total. Correspondea estetipo de Movflizaci6n par
cial las realizadas por los EstadosUnidosde AmcSricacn el —

transcurso de la II Guerra Mundial antes del afaque japons


a Pearl Harbour, la que sigui6 a la ¡niciaci6n de la guerra de
Corea y la actual con motivo de las operacionesdel Vietnam.

1.8.2.3. Grado de Movilizaci6n total.— En estegrado de esfuerzo, la


casi totalidad o la totalidad de los recursosde la naci6n se —

encaminan hacia los prop6sitosde la guerra, reteni6ndoscpa


ra el consumocivil solo lo indispensablementenecesariopara
satisfacer las necesidadesmínimasde la retaguardia. No siem
pro se alcanza este grado de Movilizacin: Alemania e Ingla
terra lo alcanzaron en la II Guerra Mundial; en cambio, Es
tados Unidosde Am&ca no necesita llegar a esto grado; con
cretamente y refirindose a la Movilizaci6n industrial, los —

EE.UU. consagraron,en el períodode cuatro años, el apoyo


directo al esfuerzode guerra m6sdel 40% de la producciSn —

nacional.

1.8.2.4. Todo programade Wvflizacin total se divide en dos partes


o períodos, desdeel punto de vista del tiempo y de la distri—
bucin en la totalidad del esfuerzonacional disponible.

1.8.2.4.1, Períodoprevio de transformaci6ny expansiónhas


fa el nivel de Movilizacntotal.— Lascaracte
rísticas de oste períodoson similaresa las de una
movilizaci6n limitada; corrcspondi6este período
en EE.UU. a los años 1940—1944 de la II G.M.

1.8.2.4.2. Períodoen queso ha completadola transformaci6n


y desarrollo de la economíahastaalcanzar los —

objetivos propuestosen la Movilizaci6n total.—


EE.UU. lo logr6 liada 1944.
-4-

1.9. LaMo’4lizack5nNacional

1 .9, 1. Comprendeel conjunto de accionesdirigidas a preparartodos los recur


sos econ6micos, poltticos, militares, moralesy psicol6gfcoscon el fin de
satisfacer las necesidadesde a guerra, realiz6ndoseesta transformaciSn
de la organizacicSnde paz a la de guerra con orden, rapidez, seguridad
y mfnimaperturbacin posible para la vi’a nacional. Abarca, adem6s,
toda una serie de medidasno comprendidasanteriormente, como informa—
ciSn de guerra, censuro, programasantisubvcrsivosy defensacivil.

1.9.2. La Movilizaci6n Nacional presentaun triple aspecto: Polftico, en cuan


fo afecta a la Administracf&-idel Estado;Militar, para la puestaen pie
de guerra de las FuerzasArmadasy atender a su reemplazoy sostenimien
fo, y Econ6mico, ya que significa la convorsi6n en actual del potencial
brlico para ponerlo al servicio del esfuerzode guerra y asegurar la satis
faccit5n de las necesidadesdo los Ej&citos y de la poblacin cvil. —

1.10. DivisindelaMovflizaci6nNacional

1. 10.1.La Wvilizaci&, Nacional se divide en:

Movil izacin Militar, Movilizacin Econ6micay Movilizaci6n Psicol6—


gica. La Movilizocuon Economicacomprendea su vez: Movulizacion In
dustrial, Movilizacicn Civil y Movilizacjc5n Financiera.
2.MOVJLIZACIONMILITAR

2.1. Comprendela constituci5n y preparacf6nde las FuerzasArmadaspara la guerra


y abarca las siguientesmedidas:Reclutamiento, llamada de reclutas, entrena
miento y adiestramientode reservistas, mantenimientoen estadode utilizacic5n
de las armasalmacenadas,preparaci6nde las líneas de abastecimientoy, en —

general todasaquellas medidasnecesariasdentro del campomilitar para el apo


yo del esfuerzode guerra.

2.2. ClasesdeMovilizaci6nMilitar

2.2.1. La Movilizaci6n Militar, en cuanto al númerode reservistasmovilizados,


puede ser general o parcial:

2.2. 1. 1. Esgeneral, cuando comprendea todos los individuos sujetos


a la obligaci6n militar en el momentode decretarse.

2.2.1.2. Esparcal, si scSloafecta a determinadonómero do reempla


zos o a los reservistasde determinadascategoríaso especali
dades, pudiendodecretarsetambkn para algunoscuerpos, —

armas y servicios o para ciertas grandeso pequeñasunidades..

2.2.2. Conviene distinguir la diferencia que existe entre movilizaci6n y llama


miento; pueden ser movilizados todos o muchos de los reemplazos en re
serva y s6!o llamados algunos, de acuerdo con los planes establecidos o
con las necesidades del momento. MovilizaciSn significa, por lo tanto,
someter al fuero de guerra a los reservistcisafectados, los cuales, a par
tir del día que se decrete, quedan convertidos en soldados, sean o no —

llamados. El llamamiento respondo a la idea del día en que, para ca


da reemplazo o grupos de reemplazos entre los movilizados, ha de poner
se en marcha el mecanismo de la movilizaci6n para su ¡ncorporaci&, al
Cuerpo o Arma en que estén destinados.

2.2.3. Resulta, ademcs, que debido a la dificultad de transportar simultnea—


mente un elevado nimero de reemplazos, la moviUzaci6n general esta
r6 constituida por la suma de movilizaciones parciales.

2,3. SistemasdeMovilizacic5n

2.3 1. Los principales sistemas de Movilizaci6n son el desdoblamiento y la su—


-6—

perposici6n.

2.3.1.1. Sistemas por desdoblamiento.— En este sistema, cada unidad


del Ej&cito permanente sirve de base o embrión para la forma
ci5n de otras nuevas, por regla general anSlogas en su compo
sici6n a la Unidad—base. Los efectivos en activo destinados
en la Unidad permanente y los reservistas que se han de incor
porar, se distribuyen, en la proporcícSnque se fije entre las —

unidades de las distintas series a constituir. De este modo, al


quedar fusionada la masa de reservistas con los cuadros y reern
plazos en activo, es posible poner en pie de guerra en corto
plazo unidades homogéneasy coherentes.

2.3.1.2. La proporci6n es fijada por el Mando en la fase preparatoria


de la moviíizaci6n, de acuerdo con el número de series a or—
gan izar y grado de eficacia que se desee en las unidades de
cada serie, proporci6n que, l6gicamente, ha de guardar reki
ci6n con el tiempo previsto para su intervenci6n activa en la
guerra, ya que según sea ste habr ms o menos posibilidad
en cuanto a la renstrucci6n de las unidades movilizadas.

2.3. 1.3. De todas formas, lo normal es qut se constituyan por desdobla


miento únicamente las primeras series, ya que si los efectivos
en activo se distribuyen entre todas las serie, estas quedarían
sin la debida coherencia a la vez que se restaría eficacia a
las unidades permanentes, por lo que las series restantes se —

organizan por superposicin, o sea, a base de reservistas úni


camente. El número de unidades a constituir por desdobla
miento depender de Ja proporciSn existente entre los efecti
vos permanentes, consecuencia de la duracin del servicio mf
litar, y los efectivos movilizados.

2.3.1.4. Sistema por superposici6n.— En este sistema, las unidades se


constituyen íntegramente por reservistas, con excepci6n de
las de primera serie que se constituyen por desdoblamiento.
De esta manera, las unidades se van creando a medida que se
incorporan los reemplazos, aunque como es fácil advertir es
tas unidades requieren un período de organizacic3n e instruc—
cian superior al que precisan las unidades constituidas por des
doblamiento.

2.3.2. En la elecci5n de uno u otro de estos dos sistemas tiene una influencia
decisiva el factor tiempo. Por ello los países insulares al disponer de —
-7-

m6s tiempo, al menoshastaahora, por su posicic5ngeográfica, han utili


zado el sistemade superposici6n, mientrasque las nacionescontinenta
les con mayorespremurasde tiempo en la puestaa punto de las fuerzas
militares, han utiflzado.m& bien el sistemade desdoblamiento,ain cuan
do en la realidad terminan por emplear un sistemamixto: desdoblamiento
bara las primerasseriesy superposici6npara las restantes.

2.4. Sistemasdellamamientos

2.4. . Se empleanel horizontal y el vertical.

2.4.2. Porel sistemahorizontal los reservistasson llamadospor reemplazoscorn


pletos de j6venesa vicios, Este llariamicnto tiene un car&ter cuantita
tivo y de equidad respectoa la obligackn que exige la guerra.

2.4.3. En ci sistemavertical, en cambio, el llamamientono se hace por reem


plazos de j6venesa viejos, sino a aquellos individuos que poseandeter
minada especialidad, aun cuando no pertenezcana reemplazosllamados.
Esto implica una serie de inconvenientesde orden moral al ser llamados
reservistasmSsviejos, mientrasque otros mcsj6venesno lo son.

2.4.4. Comose v, estesistematiene un carácter cualitativo, ya que se llama


a los mejores, necesidadde todo punto indispensableen determinadascir
cunstancias debido a las exigencias impuestaspor la complejidad de los
nuevos medios.

2.4.5. Por lo que respectaa una u otra clase do llamamiento, lo esencial es—

utilizar uno u otro sistemade acuerdo con la situaci6n, puessi la movili


zaci5n debe tener en cuenta el principio equitativo por su repercusi6n
en la moral de la poblaci6n, sin embargo, la rapidez y eficacia del sis
tema vertical puedenser utilizadas en aquellas circunstanciasen que ta
les ventajas scan indispensables.

2.5. FasesdelaMovflizaci5nMilitar

2.5.. 1. Comoen toda clase de movilizaci6n, se puedenconsiderartres fases.:


Prcparaci5n, ejecuci6n y desmoviIizacin. La fase de preparaciSncom
prende el conjunto de medidasprevistasen el correspondientePlande —

Movilizacin.

2.5.1.1. La fase de ejecuci6n comprende:

— La publicacin de la orden de movilizacin0


—.8—

— El llamamiento de reemplazos movilizados.

— La incorporacin ci las unidades de movilzacin.

— La constituci5n de las unidades movilizadas y la reinstruc—


ci5n de sus componentes.

— La marcha a la zona de concentrackn.

2.5. 1.2. La fase de desmovilizaci5n abarca las medidas necesarias para


el licenciamiento de los movilizados y su incorporachSn a la —

vida civil.
—9—

3.MOVILIZACIONECONOMICA

3.1. Consisteen las acciones necesariaspara utilizar los recursosecon6micosde la


naci6n con el fin de lograr los objetivos impuestospor la guerra. Constituye
un procesoen el que todos los recursosseorganizan y dirigen en apoyo de las
Fuerzas Armadaspara la guerra y a satisfacer las necesidadesvitales de la po—
blaci6n civil.

3.2. La potencia y capacidad de las nacionesya no se mide s6lo por la cantidad, va


lor, espfritu o grado de adiestramientode susej&citos, ya que la guerra moder
no es una lucha en la que se enfrentan la totalidad de los recursosnacionales y
esta totalidad no se refiere s6lo a los recursosnaturales, a las instalacionesde
fransformacicn de los mismos:fSbrcas y talleres, sino tambin a los sistemases
tructurales y 6rganicosde las economrasy a susprocedimientosde movilizaci6n.

3.3. El fin fundamentalde la movilizacn econmica es, por lo tanto, proporcionar


el m6ximoapoyoa las fuerzas militares, y el grado de este apoyo depender6de
los recursos,del sistemaestructural econ6micoy de los rpidos y eficaces pro
cedimientos de movilizacicSn.

3.4. Dada la diversidadde los principales recursoseconmicos, la movilizaci6n de


los mismospresentabs siguientesaspectos:Movilizaci6n industrial, moviliza—
ci6n civil y movilizaci6n financiera.
- 10 -

4.MOVILIZACIONINDUSTRIAL

4. 1. La satisfacci6n de las necesidades principales de las FuerzasArmadosdescansa


en la baseindustrkil de la naciSn. Estabaseindustrial formada por las instala
ciones febriles y centros de investigacicSn,la energray las materiasprimas, cons
fltuye, ¡unto con el factor hombreel elemento fundamentaldel potencial b&li—
co.

4.2. Correspondea la movilizackn industrial latransformaci6no conversi6nde la in


dustria de tiempo de paz en industria de guerra, capaz de proveerde armas, e—
quipos, municiones, materialesy abastecimientosa los ejrcftos y de satisfacer
las necesidadesvitales de la población civil, teniendo en cuanla que dicha con
versic5nha de lograrseen los plazos de tiempo previstosen ci correspondiente —

Plan de Movilizaci6n.

43. Causasquemotivanlamovilizaci6nindustrial

4.3.1. La movilizacin industrial esta rrotivada por las siguientescircunstan


cias:

4.3.1.1. Duraci5n probablementelarga de la guerra.

4.3.1.2. Considerableincrementode efectivos, consumosy necesida


des de las FuerzasArmados.

4.3.1.3. Insuficienciade la industria dedicadaa la producci6n militar


para hacer frente a las necesidadesy consumosderivadosde
la guerra.

4.3.1 .4. Imposibilidadde establecerdesdetiemposde paz depsitos —

del armamento, municiones, equiposy material necesarios


para el desarrollo de la contienda.

4.3.1.5. Constantey progresivaevoJuci6nde las armasy mediosbali—


cos, lo que hace poco aconsejablesu almacenamientoen gran
des cantidades.

4.4, CaracteristicasdelamoviIizaci5nindustrial
— 11 —

4.4. L Suscaracterísticas esenciales son la amplitud y la complejidad..

4.4. 1. 1, Su ampUtudse deriva, en primer lugar, de que el conjunto de


necesidadesde las fuerzas que participan en la lucha afecta
a todos los sectoresde la industria nacional, ya que la casi
totalidcid de la industria de los paísesdesarrolladosse conside
ra útil para la guerra. En segundolugar, al exigir la guerra
un incrementode la capacidad productiva de la nacion, no
os suficiente con adoptar una organizaci6n adecuadaque per
mita obtener los mcximosrendimientos, sino que es preciso —

impulsar nuevasinstalacionesy producciones.

4.4.1.2. En cuinto a la complejidad, esta se debea los múltiples fac


tores que afectan a la movilizaci6n industrial, puesno se fra
ta s6lo de asignar produccionesy distrfbuci6n de planosde —

fabricaci6n a los establecimientosmovilizados. Esnecesario,


cidem6s, asegurar la producckn asignandomateriasprimasy
cupos de energía, manode obra, uflhlaje complementario, —

medios de transporte, etc, y estasasignacionesno siempre —

son fcilos, como, por ejemplo, la de manode obra, puesla


movilizaci6n militar provocareuna escasezde personal, ade—
ms del aumentodo la demandaque originan las nuevaspro—
ducc iones. Otro tanto puededecirse de los mediosde trans
porte absorbidospor las perentoriasnecesidadesmilitares.

4.4. 1.3. Porotra parte, la industria de armamentocomo industria de


precisi6n, exige una especializaci6n fcnico—fabril no común,
por lo que la convershSna esta clase de producci6n requiere
un conocimiento profundodel problemafabril, una adapta—
ciSn de las instalacionesydesuorganizacic3ninterna,así como
el control y verifucacion de la produccion.

4.4. 1.4. Otro problemaa tener en cuenta, es el que se refiere a prio


ridades de la produccf6n para uno u otro ej&c ita, de acuerdo
con las cambiantescircunstanciasque se vayan planteando en
el desarrollo del confUcto, lo que originarS un ordenamiento
en la distribuci6n de materias primas, transportes, produccio
nos, etc.

4.4.2. Estascaracterísticasobligan a que el procesode movilizaci6n industrial


no sea insfanfneo. En este procesoci factor tiempo tiene una importan
cia decisiva y puede llegar a ser excesivoantes de alcanzar la plena —

producci6n; de ahí la necesidadde la preparackSnmeticulosaque debe


—12—

presidir todo plan de movilizaci6n industrial en previsi5n de acortar lo


mcs posible los plazos de tiempo para la plena producci6n.

4.5. Fasesdelamovilizacj6nindustrial

4.5. 1. La movilizaci& industrial comprende, así mismo, las tres fasesde prepa
paracion, eiecucion y reconversuono desmovilizacion.

4.5.1.1. La fase de preparaci6nabarca todo el conjunto de previsiones


que dan lugar al correspondienteplan de movilizaci6n.

4.5.1 .2. La fasede elecuciSn o puestaen marchade la fase de prepa—


racin comprendoa su vez:

— Reorganizacin de la produccin de acuerdocon las fabrica


ciones asignadas.

— Distribuci6n del utillaje complemontario.

— Puesta en vigor de las inspeccionesde f6bricas e instalacio


nes.

— Sustituci6n y aprendizaje de la manode obra que ha de —

cubrir las vacantes de los incorporadosa las FuerzasArma—


das.

— lntensificaci6n do la preparaci5ndeitcnicos y especialistas


para dotar a la industria y a los ejrc?tos.

— Puestaen vigor de las normaspara control de la energía.

— Puesta en vigor de los sistemasde cuposde materiasprimas,


transporte1 recepci6n y almacenamiento de material, etc.

— Establecimiento de la vigilancia interior y seguridad en las


fSbricas e instalaciones que por la importancia de su produc
ciSn o por el secreto así lo aconsejen.

— Adopcin de las medidas de protecc6n previstas: Enmascara


miento, oscurecimiento, vigilancia exterior, utilizac iSn de
subterr6neos para almacenes, talleres, etc.

4.5. 1.3. La fase de reconversin comprende el programade seguridad


— 13 —

para resolver el problemadel ajuste econ6micoy militar una


vez llegada la paz y evitar desequilibrios y paralizaciones

en la vida econ6micade la naci6n.


5,MOVILIZAC IONCIVIL

5. 1. Todaguerra de carccter general exige la moviiizaci6n de las energíasy recursos


nacionales. La necesidadde coordinar todas las actividades susceptiblesde ser
utilizacbs en la defensanacional obliga a reaRzar, junto a la movilizaci5n mi
litar, la movilizaci6n civil que permita disponerdel potencial humanono empe
ñado en el esfuerzomilitar y que ayudc,medianteci trabajo, al sostenimientodo
la guerra.

5.2. La movilizaciçSncivil consisteen la adecuadautlizacic5n del potencial humano


apto y no encuadradoen las FuerzasArmadascon el fin de que aporte el mdxi—
mo rendimiento en beneficio del esfuerzode la guerra.

5.3. Las exigencias de la guerra moderna,sobre todo en lo que se refiere a la produc


ci5n b&lica,requiercn un adecuado equilibrio entre las movilizaciones militar y
civil, os decir, entre la batalla y la producci6n, sin el cual el mecanismode —
la guerra se resentiría.

5.4. La movilizaci6n civil condiciona la.movilizacin militar y, aun cuando astasea


preeminente sobreaqulla, tiene un límite mximo que no debe ser rebasado, —

pues se corre el peligro de romperci equilibrio necesarioentre las mismas.Di


cho límite deber ser cuidadosamentecalculado en el plan do movflizaci6n co—
rrcpond iente.

5.5. La proporci6nentre combatientesy trabajadoresque durante la l Guerra Mun


dial fue de 1 a 5, pas6 en la II G.M. de 1 a 15.

Estos porcentajesestán referidosa los paísesde gran desarrollo industrial que lii
tervinieron en las dos citadas guerras, ya que en los paísesdo inferior desarrollo
la proporci6n esnotablementemenor. La proporci6nentro combatientesy traba
jadores depcndercdel nivel industrial del paísy su desarrollodemogrfico, te
niendo en cuenta que en la movilizaciSn civil se incluyen las mujerescompren
didas en las edadesque se fijen y no están exentas por raz6n de susdeberesfa
miliares.

5.6. Problemasqueafectanalamovilizaci5ncivil

5.6. 1. An cuando a primeravista pareceque la mov(lizacin civil se limita


a manteneren suspuestosde trabajo ó la mayor parte del personal movi—
- 15 -

tizado, se presentanno obtante una serie de problemasque es preciso


tener en cuenta al estudiar y fijar el correspondienteplan de moviliza—
chSn.

5.6.2. Estosproblemasson los siguientes:

— Escasezde manode obra motivada por la movflizaci6n militar.

— Incrementode puestosde trabalo que se orgincn en determinadasra


mas de la producci6n para la guerra.

— Reduccin de puestosde trabajo en algunasramasde la producci6nno


relacionada ccn el esfuerzopara la guerra.

5.6.3. Estosproblemasmotivan una alteraci6n en ci conjunto de las actividades


laborales de la poblaci6n, dando lugar a cambiosen las mismascon el —
Consiguiente perjuicio en la productividad, sobre todo en el perrodode
cidaptaci6n.

5.7. Fasesdolamovilizaci6ncivil

5.7.1. Son las tres clsiccs fases de toda movilizaci6n: Preparaci6n, ejecuci6n
y desmovi1izac ¡sn.

5.7.1.1. La fase de preparackn comprendetodas las medidasy previ


siones que motivan el correspondienteplan de rnovilizacin.

5.7.2. La fase de ejecucin ropresentapara la poblacin no incluida en la mo—


vilizacn militar una sucesi6nde llamamientospara completar los pues
tos vacantescreadospor la movilización militar y el incrementoo crea—
cian de nuevasproducciones.

5.7.3. Aun cuando la movilizaci6n civil tiene el mismocar&terforzosoque lc mi


litar,resuttadetodo punto necesariomovilizar las voluntadesen ¡gual mo
dida. De ahr, la importanciade la prcparaci6n moral de la poblaci6n —

civil para que puedasoportar las largas jornadasde trabajo, la dureza —

de! mismoen algunoscasos, los reducidosbeneficios, los cambiosde oc


tividad laboraI,ec.

5.7,4. La fase de desmovilizaci6n comprendelas medidasencaminadasa la gro


dual incorporachSnde la poblaci6n laboral a sushabitualespuestosde —

trabajo de flcmpos de paz.


— 16 —

6.MOVILIZAC IONFINANCiERA

6. 1. La movilizaci6n financiera cst6 constituida por el conjunto de medidasencami


nadas a conseguirla financiaci5n do la guerra y la recoristruccic5n
nacional una
vez finalizada la contienda.

6.2. TodafincncacicSn de una guerra ha de tener en cuenta el conjunto de circunstan


cias econ6micasexcepcionalesque se presentancomo consecuenciadel conflic—
to. Estas circunstanciasson lassiguientos

— Reducci6nde lasfuerzas de trabajo.

— Consumode capitales
y reservas.

— Álteracn de la estructura del capital.

— ParalizaciSn de actividades productivas.

— Moclificacin de las relacionesentre los bienesccon6micos.

— Dificultades en el comercio exterior.

— Aumento artificial do determinadasproducciones.

6.3. Simultneamente,aparecen una serie de problemasque afectan a la economfa,


ya empeñadaen las necesidadesextraordinariasque exige la guerra, y entre —

los cuales so citan los siguientes:

— El Estadoes el ms importantecompradorde productosy servicios, lo que mo


tiva que el mercadoacuse la disminuci6n de determinadosbienesde consumo.

— Aparici6n del sistemade racionamiento.

— Desaparici& de la competencia.

— Crecimiento de la demanda, tanto de bienesde consumocomo de manode —

obra.

— Elevaci6nde precios. -
- 17 -

— El Estadoprecisade una clavada cantidad de recursospara abonar suscom


pras, a la vez que le ¡ntcresael mantenmicnto de los precios.

6.4. ObtenckSnde recursosfinancieros

6.4.1. El Estado, paraobtener los recursosque le son precsos, recurro, nor


malmente a los sigucntes medios:

— Recursospropios.

— Impuestos. Directo e indrccto.

— Crdito interior y exterior.

— Ayuda exterior.

6.4.2. Gcneralmente, el Estadoufl liza simultdneamcntolos procedimientosan


teriores, aun cuandoalguno de ellos predominesobre los dem6s.
— 18—

7.MOVILIZACIONPSICOLOGICA

7.1. La guerra exige, desdesu ¡niciaci6n, privaciones, penalidadesy sacrificio a


toda la nacin: el racionamiento y los artículos de consumo, la désaparici5ndo
otros en el mercado, el aumentode los impuestosy roducci6n de beneficios, las
duras jornadasde trabajo, las requisiciones, las evacuacionesforzosas, etc. To
do esto, unido a iós efectosdirectos de la guerra, como: La situaci6n de miem
bros familiares en las unidadescombatientes, el peligro de bombardeosy de ata
quede las nuevasarmas, etc., repercutede maneradirecta en la moral de la —

poblaci6n, corrindose a veces el peligro de abocar en estadosde depresiónco


lectiva, que, h6bilmentc explotadospor el adversario, puede reducir o aniqui
lar la voluntad de lucha de la poblaci6n, indspensablo para el sostenimientodc
la guerra.

7.2. Todoeste conjunto de circunstancias inherentesa toda guerra, obliga a la nece


sidad de manteneruna elevada moral en la poblaciSn, la que ¡ncdir6 en la d
las tropas por la obligada relaci6n entre unosy otros. Espreciso, por lo tanto,
fijar una serie de condiciones bascas para ci mantenimientode la moral.

7.2. 1. En primer lugar, conseguiruna indentificaci6n absoluta del pueblo, go


bernantes y combatientesen la consecucfSnde los objetivos nacionales.

7.2.2. Mantenercon todo vigor fa distribuci6n equitativa de privaciones, es


fuerzos y sacrificios.

7.2.3. Eliminar toda causaque pueda promoverbeneficios materiales y parti


culares a costa de las circunstancias blicas.

7.2.4. Promoveruna constantey permanenteexaltacin de los valores morales


de la poblaci6n y do las fuerzasarmadas.

7.2.5. Que los dirigentes civiles y militares poseanci grado do prestigio, ca


pacidad y cualidades moralesque correspondana susresponsabilidades.

7.2.6. Proporcionaruna inforrnacin permanentey autntica, aunque limitada,


del desarrollode los acontecimientosmilitares.

7.2.7. Neutralizací6n de los dirigentes de aquellos gruposque puedanoponer


se a los fines perseguidospor la movfiizaci6n.
- 19 —

7.2.8. Disponerdo una organizaci6n adecuadapara la seguridady asistencia.

7.3. Como es lógico, el enemigotratare por todos los mediosde evitar que estascon
diciones bsicas se mantenganen el transcursode la contienda, con e1 fin de —

provocar una crisis moral, empleandopara ello toda clase de armasmoralesy —


materia les.

7.4. La rnovilizaci6n psicol6gica deberá tener en cuenta los siguientes procedimien


tos que, normalmente, empleareel adversario:

7.4. 1. Propagaci6ny agravaci6n de nuestrasderrotas.

7.4,2. Supervaloraciónde susposibilidades, en cuanto se refiere a nuevosme


dios y armas.

7.4.3. Expansi6nde rumoresy bulos con el fin de crear una atm6sferade des
contento y desconfianzahacia el mandosupremode la guerra.

7.4.5. Organizaci6n de sabotajesque, hcbiImentedifundidos, den lugar a una


atm6sfera de falta de seguridady de pnico.

7.4.6. Ataquesaéreossobregrandeszonasde poblaci6n.

7.4.7. Bloqueoecon6micocon su secuela del incrementode las restriccionesy


privaciones.

7.5. Enconsecuencia, la movilizaci6n psicol6gica ha de tener un doble aspecto: po


sitivo, en cuanto al mantenimientode la moral y negativo, con el fin de contra
rrestar y anular la acci6n desmoralizadoradel adversario; lo que exigir disponer
do la organizaci6n y mediosadecuadosal fin a alcanzan mantenerelevada, a
toda costa y contra todo evento, la moral de la poblaci6n.
20

8.PLANDEMOVJLIZAC ION

8.1. La preparaci6n previa de la movilizaci6n constituye un estudioamplio, comple


ío y difícil, ya que afecta a la totalidad de las actividades nacionales Todo —

individuo, corporaci6n, empresa,etc., han de trabajar en pro de la victoria y


así el esfuerzode guerra es la resultantede un sistemade fuerzas; resultanteque
conviene alcanzar en el grado m6ximoy en el menortiempo posible, alcanzar
en el momentooportuno y mantenerdurante el tiempo necesario.

8.2. La movitizaci6n es, a fin de cuentas, un problemade coordinaci6n para lograr


la convergencia de esfuerzosy, teniendo en cuenta la diversidadde elementos
que componenel potencial b6lico, todo ha de tenerseprevisto y preparadodes—
de tiempo de paz sin perjuicio de una constanterevisi6n y reajuste para adaptar
la, en cada instante, a las Circunstanciasinternasy externasdel momentoy a
las variaciones que los distintos elementosa que afecta pueda experimentar.

La actividad política del Estadoesta siempreorientada a reforzar las posibilida


des de la DefensaNacional, no por simple afn bélico, sino por imperitivo de
rivado del fen6menobiol6gico social de la guerra. Ms esto requiere una base
econ6mica siemprecreciente, por lo que resulta evidente que toda actividcd ha
cia el reforzamiento de esa baseecon6mica, en cualquiera de susaspectos, re
presenta de maneradirecta o indirecta el incrementode las posibilidadesde la
Defensa. Porello, la preparaci6ndel plan de movilizaci6n debe comenzarpor
el estudio y anlisis de los faatores que constituyen el potencial nacional y de
la actividad política encaminadaal refuerzo de la baseeconSmica.

83. Podemos,por tanto, considerarel plan de movilizaciSn como un conjunto de —

previsiones fijadas en tiempo de paz y basadasen un conocimiento puestoal —

día, do las posibilidadesdel potencial nacional para lograr, llegada la guerra,


y mediante una organizaci6n adecuadael mximo aprovechamientode ese po
tencial en el menortiempo posible, mantenerloe incrementarladurante el desa
rrollo de la contienda, teniendo en cuenta que llegada la paz deber realizar
se la desmovflizacin en el mayororden y rapidez posibles.

8.4. Esdecir, el plan de movilizaci6n prev toda una transformaci6no convers6n


do actividades presididapor la idea de rapidez, lo que depender de la estruc
tura política, econ6micay social de la naci5n.

8.5. El plan de movilizaci6n presentadiversosniveles segúnsea el grado de prepara


— 21 —

ciSn que so requiera. Estosniveles varran desdeel casode la paz sin amenazas,
hasta el nivel mximo del plan de movilizaciSn total.

8.6. Normalmente, el plan de movilizacic5ncorrespondientea una guerra limitada —

comprende las previsionesno solo referentesa dicho tiempode guerra, sino tam
bin las que correspondena la movilizaci6n basecon grado de expansi6nque —

permita proporcionar, gradualmenteen el tiempo, ¡os mediosnecesariospara —

los planosoperativos en casode emergenciamayor.

8.7. Mocnicadelplandemovilizacin

8.7. 1. El plan de movflizacin comprende, en ltneas generales, lo siguiente:

8.7.1.1. Conocimiento lo m6saproximadoposible de las disponibilida


des actuales y potenciales.

8.7.1.2, Determinar, lo ms exactamenteque se pueda, las necesida


des a satisfacer.

8.7. 1.3. Comparaci6nentre unasy otras para conocer el déficit o el


exceso que pueda existir.

8.7.1.4. Medidasencaminadasa reducir el primerooa lamsadecuada


utilizaci5n del segundo.

8.7.2. Constituye, por lo tanto, un problemade distribuci6n de medioscon arre


gb a unasnecesidadesdeterminadaso previsibles, si bien en una escala
nacional o supranacional. Consideremoscualquier producto susceptible
de movilizacin Enprimer lugar habr que conocer la produccin na
cional del mismo;los stoksalmacenados, los sustitutivosde producci6n
nacional, las posibilidades propiaso externasde su transporte, las ca
pacidades de almacenamiento, etc. En segundolugar tendremosque con
siderar el consumode las fuerzasarmadas, las necesidadesde la indus
tria, las de los servicios, las de la poblaci5n civil, todo ello con arre
glo al correspondienteorden de urgencia o prioridad.

8.7.3. De la comparacin entre disponibilidades y necesidadesse deduce el d


ficit o excesoque exista. Entoncescomienza la fase de adecuacin:
primero, limitando el consumocivil, segundo, fijando medidaspara in
crementar la produccic3nnacional y los sustitutivos y, por i3ltimo, estu
diar ¡osposiblesmercadospara adquirir en el exterior lo que falta para
cubrir el dficit. Estasmedidasde distribuciSn y reajuste, Íunto con los
datos biskos do posibilidades y necesidades,son las que, generalmente,
— 22 —

constituyen los planes parciales cuya redacci6n incluye un conjunto de


normas de aplicaci6n.

8.7.4. Si pasamosdel estudio de un producto cualquiera al mbito de todas las


necesidadesde las fuerzasarmadasy de la poblaci6n que ha de sostener
las, se advierto la necesariaexigencia de una colabcraci6n estrecha, —
no s6lo de los distintos organismosinteresados,sino tambhn de la tota
lidad de la poblaciSn, lo que a su voz requiero una preparacicSnmoral
para vincularla a los objetivos nacionales.

8.8. Planesparcialesdemovilizaci6n

8.8.1. El plan general de movflizaci6n comprendeuna serie de planes parcia


les entre los que figuran por su importancia los siguientes: Plando movi
lizaci6n militar, plan de movilizaci6n econ6micay plan de moviliza—
cliSn psicolcSgka. El plan do moviIizacin se subdivide en los planesde
movilizacion industria!1 civil y financiera.

8.8.2. Estosplanes parciales estn rntimamenterelacionadosentre sr, ya que a


nada conducirra que se preparasena basede compartimientosestancos,
por lo que se desarrollarra un aspectode la movflfzach5ny otros queda—
rran para’izados.

8.8.3 En el plan general de movilizacbn se coordinan todas las previsionesque


motivan los diferentes planes parciales, como partes de un todo que son,
de forma tal, que al llegar la hora de su ejecuci6n —lamovilizaciSn pro
piamente dicha—cada plan parcial se materialico, mediante etapassuce
sivas en las distintos facetas que va alcanzando la movilizaci6n.
23

9.PLANDEMOVILIZACIONMILITAR

9. 1. Corresponde
al plan de movilizaci6n militar el estudio, anlisis y resoiuci6ndo
lo siguiente:

9. 1. 1. Determinaci6n del númcro de efectivos de las fuerzas armadas, de acuer


do con las necesidades del plan de campaña.

9. 1.2. Establecimiento de las plantillas de guerra de las unidades.

9.1.3. Sclecci6n de los sistemas de movilizaci6n y de llamamiento a emplear.

9.1 .4. Distribuci6n del personal reservista.

9.1.5. EstadÍstica y control.

9.2. Las fuerzas militares se determinan en túrminos tales como Divisiones, Alas, Bu
ques de combate y sus fuerzas de apoyo. Su esflmacin comprender tanto las
unidades listas para el combate como las previstas para estar dispuestas en deter
minados plazos de tiempo. Las necesidades así establecidas tienen una interde
pendencia como consecuencia de las necesidades de un equilibrio entre las fuer
zas a un número de Divisiones corrospondor el número de Alas preciso y así
mismo el de Buques. Dicho equilibrio entre las fuerzas viene fijado por el plan
estrat6g ko.

9.3. Por otra parte, las necesidades militares se fijan no s51o cuantitativamente, sino
en relacii5n con el tiempo. Por ejemplo: no se nocesitarn cien Divisiones listas
para el combate el dra “D”, ya que no se podrn emplear a la voz, aunque no —

fuese mús que por el problema de transporte consfguknte, pero para tal plazo de
tiempo síse nocesitarn. Igualmente para hacer los planes de municionamiento
se necesita una previsi6n del tiempo en que los conjuntos de grandes unidades
estún comprometidos en la batalla, con objeto de poder calcular sus necesidades
de municiones y el programa de producci6n.

9.4. Las necesidades militares se establecen generalmente considerando el número de


Divisiones, Alas, Buques, etc. Adem6s del equilibrio necesario entre las fuer
zas: Tantas Divsiones y tantas Alas, existe el equilibrio entre capas de necesi
dades, así, los cañones y las municiones deber6n estar equilibrados, como ocu
rre con las materias primas y la mano de obra industrial, que deber6n estar a su
- 24 -

vez equilibradascon la capacidad industrial que se proyecte para la producci6n


de guerra.

9.5. La actual situaci5n política militar y las elevadascaracterísticas de las nuevas


armas han dado lugar al nacimiento de nuevastendenciasen la organizaciiSny
movfflzaci6n de los oj&citos modernosyconelloauna pr€funda modificaciSn en
los criterios básicosde los planesde movilizaci6n militar.

96. Las ideasque siguen de basea la futura estructuracin de los ejrcifos son, en
líneas generales, las siguicntes

9.6.1. Necesidadde garantizar permanentemente una respuestainmediata, den


tro del marco de la coalici6n a que pertenecen.

9.6.2. Necesidadde asegurarla defensainmediata del propio terrDorio. Incre


mento de las fuerzas encargadasde la defensay seguridadinterior.

9.6.3 Descentralizaci6nde la movilizaci6n.

9.7. En consecuencia, ¡osejrcitos modernosflenden a disponerde:

9.7,1. Un conjunto de grandesunidadesdotadasde armasmodernas,constitui


das permanentemente con efectivos al completode susplantillas de gue
rra, sin tener necesidadde recurrir a la movilizaci6n, y capacesde in
tervenir inmediatamenteen misionestanto do carcter ofensivo como de
fensivo.

9.7.2. Un segundoconjunto de fuerzas, cuyo esqueleto lo forman unidadesor


ganizadas desdetiemposde paz, distribuidas por todo ci territorio y cu
yos efectivos de pie de guerra se obtenienen principalmentede la mcvi—
lizaciSn por los dos sistemasde desdoblamientoy superposici6n. Esto
segundo conjunto lo constituyen unidades de tres clases¡ Las primeras,
de estructuraanloga a las del primer conlunto están encargadasde —

constituir su refuerzo; las segundastienen el cometido de asegurarla de


fensa inmediata del territorio, apoy6ndoseen los obtculos fronterizos
y, finalmente, las terceras estcSndedicadasa las acciones de contrague
rrillas.

9.7.3. De todo lo anteriormente expuestoso deduce, por lo que se refiere a las


previsiones que habr que tener en cuenta en ci plan de movilizaci6n —

militar para fijar la entidad do las reservas, que astasserSnnecesarias


en cantidades importantesy que s5lo ha variado su encuadramientoy es
tructura. Lasfuerzas con misionesde defensaterritorial y contrague—
— 25 —

rrilla exigir6n una cantidad de reservasmayoran que las actuales, pues


la defensano se limita a costasy fronteras1sino que alcanza la totali
dad del territorio.

9.7.4. Encuanto al segundoconunto de fuerzas, los planosde movilizackn —

tienden a la descentralizaci6n, mediante Ici eiecuci6n de la moviliza—


cian dentro de las regones, lo que se facilita mediante la distribuci6n
por todo el territorio de las unidadespermanentes;con ello se acortan
tiempos y recorridosde afluencia y se da mayor rapidez y seguridada
la incorporaci6n de reservistas.
- 26 —

10.PLANDEMOVILIZAC IONECONOMICA

10.1. El Plande movilizaci6n econ6mka comprendedos tipos de problemas:

— Estimaci6n de las necesidades.

— Satisfacci6n de estasnecesidades.

10.2. La resolucin del primer tipo de problemasse consigue partiendo de relaciones


tipo de los mediosy art(culos de toda clase necesariospara las fuerzas armados
y la poblaci6n civil, por perrodosde tiempo. Posteriormente,se determinan las
necesidadestotales as( como su escalonamientoen el tiempo. El programadel
conjunto de las necesidadesse fila mediante

10.2. 1. La relaciSn limitativa de mediosy artrculos a utilizar o a consumir.

10.2.2. El volumende estosmodiosy artrculos a asignar por cada perrodode


tiempo.

10.3. Despu6sde esta fase preliminar se establece el programageneral do necesidades:


bienes de consumoinmediato, equiposy armas, productosindustriales, semipro—
ductos, materiasprimas—industrialesy productosagrrcolas—.

10.4. La rosoluci6n para la satisfaccin de las necesidadesse realiza comparandolas


necesidadescon la capacidad de producci6n (industrial, agrrcola, etc.) y me
diante sucesivosreajustesse fijarSn los planesparciales de producci6n —fndus—
triál, agrícola, servicios—ydo distribücin, de los que soderivorn las rolacic
nos de podidospcJrcales.

10.5. En srntesis, el plan de movilizaci6n econmica tiene las siguientesfases:

10.5. 1. Fasede estudio que abarca el programade necesidadesy el cuadrode


capacidades.

10.5.2. Fasede aplicaci6n o comparaci6nde necesidades—capacidades


y fija—
cicSnde los pedidosparciales—.

10.6. El carcctcr esquemcticode estasrntesisoculta el extraordinario y complejo con


junto de previsionesy estudiosque requiere un plan de estaclase. Uno de los
— 27 -

fracasos a evitar en la fase de ejecucin de la movilizacin econmica es ci —

riesgo permanentede creaci6n y prolifcraci6n de “hongos” administrativosque


desemboqueen un formalimo estrechoy esteril, puesse corre ci peUgro, si no
se adoptan precauciones,de que dichos “hongos” se superponganen la estruc—
furo normalde las organizaciones1lo que aumentaría la complejidad de los pro
blemas.

10.7. Otro aspectoa tener en cuenta, es evitar el riesgo grave de esterilidad que po
dría correr la industria destinadaa proporcionar mediosy equipospara la guerra
ante una modificaci5n bruscode las empresasindustriales. El plan de moviliza—
ci6n econ6micose debe apoyar sobre la organizaci6n profesionalordinaria ya’-
existente en tiempos de paz y no intentar sustituirla.

10.8. Por último, el pian de moviUzacin económicoha de tener como basela “situa
cion concretaII del pais en la guerra y esta sutuacionconcreta
.— 1
se basara a su

vez en ci plan estratgico adoptado, en la determinaci5n del potencial que ha


de ser movilizado y en la expreslin exacta de las necesidadesde las fuerzas ar—
madasen el tiempo y en ci cuadrodel plan estrat6gko adoptado.

10.9. El plan de movilizacTn econ6mi’i abarca los planesparciales de movilizacn


industrial, movilizacin cvil y moviiizcci6n financiera.
— 28

11.PLANDEMOVILLZACIONINDUSTRiAL

11. 1. La ejecuci&i de la movilizaci6n industrial exige la preparaciónde un cuidado


so y detallado plan de rnovilizaci6n que se divide en una serie do planes parda
les correspondientestanto a las diversasramasde la produccin como los refe
rentes a materiasprimas, energía, formaci6n de técnicos y especialistas, etc.

11.2. La redacciSndel plan industrial exige:

11.2.1. Conocimientodelascaracferístkasrposibilidadesdelaindustria.—
Es decir, clase, nGmoro,localizacion y utillaje de las instalaciones
existentes; ovaluaci6n de su producci6nnormal y mxima; materias
primas necesariaspara esa produccin, discriminando las de Origen na
cional de las importadasy señalandolas fuentes do obtonci6n de las
mismaspara cada industria; necesidadesde manode obra, energíay
transportes. Esteconocimiento dar una idea de las posibilidadesdel
momentoy bascndoseen astasde las posibilidades potenciales.

11.2.2. Conocimientodelasnecesidades.—Este conocimiento comprende:

11.2.2.1. Necesidadesde las fuerzasarmadasmovilizadas. Es preci


so conocer no sólo las características y cantidad de armamen
fo, equiposy material de las Divisiones, Alas, Buques,etc.,
para determinar los consumos,sino tambn su duracin, —

desgaste, prever su sustituci6n y las necesidadesde entrete


nimiento, recambios y reparaci6n.

11.2.2.2. Existencia en parte y dep6sitos de armas, equipos, muflido


nos, material y abastecimientos.

11.2.2.3. Necesidcides de la propia industria movilizada. Estas repre


sentan un factor importante en cuanto se refiere a materias
primas, maquinaria, etc.

11 2.2.4. Stoks de materias primas.

11.2.2.5. Necesidades de la poblacin civil. Aun cuando estas nece


sidades se reduzcan con el racionamiento, es preciso cono—
- 29 -

cedas para realizar una ponderada distribuci6n.

11.2.3. Todos estos clcutos de necesidades encierran muchas dificultades, no


obstante lo cual es necesario obtenerlos con la mayor aproximaci6n po
sible como base de partida indispensable para la confeccin del corres
pondiente plan.

11 .2.4. Cornparacinentreposibilidadesynecesidades.

11.2.4.1. Esta comparaci6n señalar excedntes, dficits o paridades


entre las distintas producciones y necesidades, lo que nos
indicará aquellas producciones que habr que establecer,
aumentar o reducir, asi como las que habrn de formarse o
suprimirse. Esto tiene una gran trascendencia, ya que re
presenta la conversi6n de la industria para la producci5n de
guerra y la solucin a posteriori de todos ios problemas para
conseguirla, como son las asignaciones de nuevos cupos de
materias primas, organizacin de los transportes, distribu—
cian de energra, asignacin de mano de obra, adecuaci6n
del proceso fabril a la nueva producci6n, distribuci6n de
utillaje complementario, organizaci6n del control e ¡nspec
ci6n de fabricaci5n y de los productos, as como la ayuda
t&cnica y econ5rnica a la industria movilizada para la re—
solucin de los problemas que la nuéva produccin le orig
ne.

11.2.4.2. Todo este conjunto de problemas, que han de ser estudiados


y previstos en el plan, son consecuencia de la complejidad
y amplitud de que presenta la movilizacli5n industrial.

11.2.4.3. Todo cuanto contribuye a facilitar la movilizaci6n de pre—


verse en el correspondiente plan, que deber tener en cuen
ta las siguientes medidas.

o unificacin
112.4.3.1. Standarizacin de medidas,
de
yutillaje.
nominaciones

11 .2.4.3.2.
Normalizaci6n
de laproducci6n
de cirmamen
fo, equipo,
material
y abastecimientos.

11 .2.4.3.3.Tipificacin
de lasarmas,equipos
y abaste
cimientos, es decir, evitar la profusi6n de —

tipos y reducirlos a modelos bien elegidos.


- 30 -

LSgicamento, esto no serésiemprefactible en


las armas y equipos sujetos a una evolucin rc
pida y en aquellos medios en los que la cali
dad tenga predominio sobro la cantidad. La
eleccin de tipos habr de hacerse despus de
profundos estudios y comprobaciones, ya que
una vez montada su fabriccicin en serie, bien
sea centralizada o descentralizada, su modifl
caci6n motivaría perturbaciones de gran con—
sidoracin, aparte del tiempo que exigiría y
del que no siempre se dispondrct Esta nocesi
dad de la tipificacin no presupone abandonar
el perfeccionamiento de las armas ni el anqu
losamiento de la producci6n de guerra; la in—
vestigacin y desarrollo de nuevas armas se ha
de tener en cuenta como elemento fundamen
tal en la confecciSn del plan de movilizac6n.

11.3. Programadeinvestigacknydesarrollo.

11.3.1. Todo programa de investigcickn y desarrollo ostc afectado por los si


guientes problemas:

— El secreto.

— La seguridad y capacidad operativa de las armas.

— La disperskn y concontraci6n de esfuerzos.

11.3.1.1. Respecto al secreto, existen determinados casos en que su —

mantenimiento absoluto es de vital importancia y, en todo


caso, siempre serc fundamental evitar que se filtre informa—
ci6n al enemigo sobre los avances de la tecnología de las —

nuevas armas. Pero a veces, el mantenimiento a ultranza


del secreto da lugar a una cornpartimentacin entro los dis
tintos centros de investigación propios, con el consiguiente
freno en los progresos tecnolgicos. Este fue el caso do los
japoneses que llevaron las cosas a tal extremo, que la Man
na y la ¡viaci6n no intercambiaron ¡nformacin alguna so
bre los planos do investigacin y desarrollo, dando lugar al
escasísimo progreso nipn en la tecnología militar durante
la II Guerra Mundial. Por otra parte la participacin de los
— 31 —

recursos tecnológicos tiene las siguientes ventajas:

11 .3. 1 1 1. Los esfuerzos parciales en el campo de la in—


. .

vest ¡gac ¡n contribuyen al esfuerzo nacional


parci la Defensa.

11.3.L1.2. Se facifltan a la economía civil nuevas t&c—


ficas y procesos que pueden influir favora
blemente en la productividad y contribuir al
bienestar de la poblaci6n.

11.3.1 .2. En cuanto a la seguridad y capacidad operativa de las ar


mas, resultan ser dos características interdependientes en
cualquier ingenio o t&cnica militar y se debe buscar el ma
yor grado de armonía y perfeccionamiento entre las mismas.

11.3,1.3. La dispersi6n de la ¡nvestigcici5n permite la explotaciún y


búsqueda del mayor número posible de armas y equipos.La
concentraci6n di esfuerzo sobre un limitado número con
duce ci una rpTda determinaci6n de los proyectos factibles
bajo el punto de vista de la producciún. Sin embargo, se
necesitan años para desarrollar todo ci proceso evolutivo
desde la idea hasta ci prototipo y durante este periodo de
tiempo, una idea que inicialmento no haya sido considera
da tan importante como para concederle la prioridad, pue
de llegar a tenerla por cambios ocurridos en el plan estra—
túgico , en los avances tecnolúgicos o por cualquier otro
motivo. Naturalmente, no todos los proyectos son realiza
bies bcijo ci punto de vista cconmico y, según la expe
riencia de los EE.UU. aproximadamente salo lo cuarta par
te de los proyectos pueden tomarse en consideracin para
pasar ci la fase de produccin; de aquí que no sea fcil la
eleccin, sobre todo, si se tien en cuenta los factores
ccon6micos, el proceso tecnolgico del enemigo o presun
fo enemigo, la probabilidad del conflicto en un futuro pr
ximo y e! pian estrat&gico vigente,

11 .3. 1.4. La dcc isiún sobre un arma determinada exige la pandera—


ci6n de muchos factores; si la decisin se hace tarde las
armas o medios no pueden estar disponblcs en la cantidad
suficiente, o en el tiempo que la nueva situaciún requie
re; si la decisin se toma demasiado pronto, quizs conduz
ca a tener que constituir costosos stoks, con el riesgo de
— 32 —

que, con ol transcurso del tiempo o evoluci6n do los acon—


tecimientos haya luego que desechar el material por quedar
anticuado.

11.4. Impactodelasnuevasarmas,enlaeconomía.

11 .4.1. Esto impacto, que se debe tener muy en cuenta en el plan de movili—
zacin, es provocado por una serie de factores que pueden resumirse
en los siguientes:

— Complejidad de las nuevas armas.

— Elevado consumo de los medios operativos en recursos do toda cla


se, municiones, combustible, repuestos y sustituciones.

— Caducidad.

11.4.1.2. La complejidad es un factor derivado de los avances en —


tecnología y particularmente por la tendencia a tratar de
prever todas las contingencias. La aplicaci6n de la clac—
trnica, de la propulsin a chorro y cia la energía y poten
cia nuclear a los medios de ataque y defensa es la causa
primordial de la complejidad de las nuevas armas. Esta corn
plejidad combinada con el elevado consumo de combusti
bles y explosivos exige, así mismo, un incremento constan
te de mano de obra e instalaciones industriales para apoyo
y sostén do los medios de combato, Cualquier arma o sis
tema: de armas puede compararse a este respecto, con el
v&tice comGn de una serie de tringulos con dos laciosco
munes y los otros lados paralelos cuyas longitudes son, na
turalmente, mayores a medida que se alejan del v6rtice, es
decir, conforme so van acercando ci las fuentes bcisicasde
producci6n. Esde todo punto conveniente tratar de ami
norar este factor de la complejidad derivado del afn de
prever todas las contingencias. Así, por ejemplo, no es
necesario que todo vehículo TT lleve un aparato do radio,
como tampoco triplicar en un avi6n los dispositivos para —

extraer el tren de aterrizaje con objeto de disminuir los


riesgos de toma de tierra.

11 .4. 1.3. Las complejidades de los distintos sistemas tienen, por pro
pagarse en todas direcciones, un efecto an logo a las on
das producidas en un estanquo cuando se arrojan piodreci—
— 33 —

lbs. Así un incrementode peso implica un aumentode la


potencia, ms gastos de combustible, un aumentode la ma
no de obra especializada, elevaciSn de precios de fabrica—
ci5n, de mantenimiento, etc.

11 .4. 1 .4. La capacidad de consumo de las armas modernastiene una


tendencia de constante incremento por lo que se refiere a
toda clase de productos, sobre todo, de municiones y com
bustibles. El rpido desgaste que suponen algunos medios
de combate, tales como los carros y aviones, hace que sean
considerados como ¡os “consumidores do recursos”. La fa
bricaci6n do estos elementos debe sor planificada de forma
que pueda ser sustituido cada carro o avi6n (en operado
nes) varias veces y algunos aviones con mayor frecuencia
aun.

11.4.1 5. Respecto a la caducidad, era este un problema no acucian


te cuando la tecnología militar avanzaba lentamente y la
puesta en servicio do nuevas armas concda, ms o menos,
con ¡a terminaci5n del “plazo de vida” de las viejas, poro
en la actualidád el quedarse atrs en la competencia tcni
ca con una potencia agresora significa un desastre cierto.
De todas maneras, conviene evitar el afán obsesivo de en
contrar cnticuadas las nuevasarmasapenasentran en servi
cio, e incluso muchasarmasno modernasno tienen por que
ser reemplazadassi aún son eficaces.. Si las viejas armas
pueden competir aún con &xito en su fin de destruir los es
fuerzos militares del enemigo, dar mejores resultados apli
car a otras partes los medios y fondos necesarios para su —

cambio..

11.4. 1.6. No obstante el —fuerte impacto de las nuevasarmas en la


economía, conviene tener presenteque el incremento do co
nocimientos científicos y de posibilidades industriales, con
seguido mediante los trabajos desarrollados para la investi—
gacin y desarrollo de nuevas armas y equipos, ha pormiti—
do un acelerado progreso industrial y econ6mico que de —

otra forma hubiese sido imposible, basta recordar, entre —

tantos casos, el desarrollo do la aviacin civil a roacchSn


derivado de Ici aviaci6n militar y el aprovechamiento de la
energía nuclear con fines industriales, toropoúticos, etc.
— —

12.PLANDEMOVILIZACIONCIVIL

12. 1. El plan de movilizaci6n civil comprende un conjunto de previsiones referentes


a:

12.1.1. Preparaci6n moral de la poblaci6n.

12.1.2. Determinaci6n de deberes y derechos de los movilizados.

12.1.3. Equitativa distribuci6n de cargas y privaciones de la poblaci6n civil.

12.1.4, Conocimiento cuantitativo y cualitativo del potencial humanodispo


nible.

12.1 .5 Determinacin de organismos para la ejecuci6n de la movilizaci6n.

12.1.6. Adecuada utilizaci6n del esfuerzo para obtener el m6ximo rendirnien—


fo de la población movilizada.

12.2. El plan ha de prever la soluc6n del problema esencial que se presentar6 al lle
gar la movilizaci6n y que es el siguknte:

12.2.1. Sustituci6n de los puestos vacantes originados por la rnovilizaci6n mi


litar.

12.2.2. Aumento de la mano de obra en determinadas ramas de la produccin.

12.2.3. Mantenimiento del esfuerzo en su doble aspecto: físico y moral.

12.3. En consecuencia, fijar6 las necesidades a satisfacer, que a su vez depender6n


del grado de movilizaci6n que se realice. Fijadas las necesidades, se determi
nar6 la mano de obra, tanto cualitativa como cuantitativa, que se preciso y se
comparar6, a trav6s de planes parciales de las distintas ramas de la producci6n
con las disponibilidades. A trav6s de esta comparaci6n surgir6 un exceso o dú—
ficit que en este último caso habr6 que ir cubriendo según el correspondiente —

orden de urgencia.

12.4. Todo plan de movilizaci6n ha de adoptar las siguientes normas para la distribu—
35 —

ci6n de la mano de obra movilizada:

12.4.1. Reducir al mínimo los cambios de actividad laboral de tiempo de paz


con el fin de obtener desde el primer momento el mximo rendimiento
de la mano de obra.

12.4.2. Evitar los cambios do residencia de los movilizados y cuando esto no


sea posible que el nuevo lugar de trabajo sea pr6ximo al habitual.

12.4.3. Cubrir los puestos vacantes con personal que disponga de la adecuada
aptitud y por el siguiente orden:

— Voluntarios residentes en la misma localidad.

— Forzosos con igual residencia o voluntarios con otra distinta.

— Forzosos do otras localidades.

12.4.4. Fijar el cuadro do causas de excepciones o retrasos do incorporacin


para servir en las fuerzas armadas, de forma tal, que se evite con el
mximo rigor cualquier caso do abuso que pudiera debilitar la moral —

de la población.

12.4.5. Utilizar prisioneros, cuando sea posible, salo en trabajos que no per
mitan la realizacin de actos de sabotaje.

12.4.6. Prever la contrataci6n de manoextranjera.


— 3

13.PLANDEMOYILIZAC IONFINANCIERA

13. 1. El plan do movilizacin financiera ha de tener en cuenta, ante todo, la reali


dad econ6mica del momento y sus posibilidades de variaci6n en un plazo bre—
ve; esto motiva que el conjunto de previsiones que constituyen el plan so carac
tericen por su elasticidad, debiendo tener presente que:

13. 1 1. Los recursos propios del Estado, las acumulaciones bancadas y e! cr—
.

dito que se obtenga en el mercado libre de capitales son insuficientes


para financiar la guerra.

13.1.2. Es preciso admitir una elevaci6n de precios, aun cuando asta sea limi
tada, así como un determinado grado de inflacin. —

13. 1.3. El sistema fiscal debo ser tal que reduzca al mínimo el tiempo necesa—
do para llegar al rendimiento ptimo do los impuestos.

13.1.4. El límite impositivo debor ser, no lo que lo sobro al contribuyente,


sino su mSxima capacidad contributiva.

13. 1.5. Es preciso anular todo beneficio extraordinario de guerra, aun cuando
se mantenga el estímulo y el Estado acepte el beneficio correspondien
te al riesgo extraordinario producido por la guerra.

13.. 1.6. Deben estar preparados, en tiempo, los organismos necesarios para —

que la intervoncin y e! control de! Estado entren en vigor en el me


nor plazo posible.

13.1,7. Tanto el impuesto como el ahorro voluntario o forzoso deben ser las
princpa ies fuentes do recursos para financiar la guerra.

13.2. El plan do movilizaci6n comprende un conjunto do disposiciones con las que —

el Estado actGa para financiar Ici guerra y que a continuaci6n se citan:

— Aumento de la preskn tributaria.

— Limitacin del consumo mediante el racionamiento.

— Evaluaci6n de precios.
— 37 —

— Impuestospara aumentarla capacidad tributaria, el ahorro y orientar la pro—


ducci6n y el consumo.

— Limitaci6n de la capacidad adquisitiva fijando salarios, beneficios y grava


men de sueldosy dividendos.

— Fomento del ahorro.

— Empréstitosa corto o largo plazo.

— Anflcipos con cargo al Tesoro.

— Empréstitosexteriores.

— Venta de valores en ci extranjero.

— Medidas para dificultar la financiaci6n de guerra por el adversario (bloqueo,


navicerts, etc.).
— 38

CONCLUSIONES

De todo lo anteriormente expuesto se advierte la amplitud y compleji


dad de los distintos aspectos que abarca la movilizacicn, ya que afecta a todas las
actividades nacionales. Constituye en sí un problema difícil, pero su indudable im
portancia exige que sea estudiado y analizado exhaustivamente por quienes ms pron
to o ms tarde, han de enfrentarse con el mismo.

Teniendo en cuenta las consecuencias de orden político, sociolcgico,


econmico, etc., de la guerra, surge la necesidad de incorporar a grupos de tcn
cos y especialistas civiles necesarios para colaborar con los Oficiales profesionales
en el estudio, anUsis y solucin de oste amplio, complelo y difícil problema de la
Defensa Nacional.

El Oficial profesional no puede aspirar a poseer los conocimientos t&c—


nicos suficientes para acometer todos y cada uno de los problemas derivados de la —

movilizacin, pero si puede disponer de los conocimientos generales necesarios pa


ro su planeamiento general y conocer en cada caso ei asesoramiento que ha de nace
sitar.

Por ello, br rganos de asesoramiento del Mando Supremo de la Guerra


tienen hoy día un carcter mixto, civil—militar, y es necesario disponer de una se
rie do organismos especiales a cuyo cargo corresponder la movilizaciSn en ci aspoc
to que 1e es peculiar. La especicilizaci6n de estos organismos serc tanto mayor cuan
to ms clevcdo sea el número do elementos a movilizar.

Esta necesaria y exigente ospecializaci6n de organismos ha de estar su


peditada a los prinCipios de Unidad de Mando y Jerarquizaci6n; de ahí que sean pre
cisos, lunto a organos de direcc ion, aquellos otros de coordinacion que aseguren y
garanticen la indispensable y necesaria unidcid.
- 39 —

BIBLIOGRAFlA

- Colecci6n de JOURNAL ROYAL UNITEDSERVICEINSTITUTION

— Colecci&, de MILITARY REVIEW

Colecci6n de REVUEDE DEFENSENATIONALE

— Colecci6n de REVISTAEJERCITO

— Conferondas de la Escuelado EstadoMayor del Ejrcito

— Conferencias de la EscuelaSuperior del Aire

- MOVILIZACION ECONOMICA NACIONAL - C.F. Delgado Manzanares

— BASI PROFESIONALITECN(CHEE SCIENTIF(CHEDEL POTERE


AEREO Escue —

la de Guerra Mrea.— ITALIA

— Colecc6n de REVUEMILITAIREGENERALE.
CESE DEN BOLETINMENStJALN
Opto.de intormacion

DOCTRINA
-MANUAL DEL ASESOR CONTRA
LA SUBVERSION

II
CESEDEN

IMNUAL DELASESOR
CONTRALASUBVERSQN

(Manual de campaFiadel Ejrcito de Terra


USA. FM 3173 23—4-1965)
-

Mayo- 1967 BOLETINDE JNFORMACoN N2 16 II



CAPITULO1

GENERALIDADES

1. Prop6sito

Este manual proporciona al asesor de! Ejército de Tierra (USA), afecto a


las fuerzas del país anfitri6n, una pronta referencia documental sobre la doctrina
y técnica utilizadas con ms frecuencia para oponerse a la subversi6n latente, in
cipiente o activa.

2. Amplitud

a. Las t&ticas y técnicas utilizadas con mayor frecuencia por los asesoresy las —

fuerzas militares del país anfitri6n, en todos los niveles en que las directivas —

del Gobierno nacional se traducen en planes y operaciones.

b. Las operaciones de apoyo, tales como apoyo por el fuego, apoyo aéreo, acci6n
crvico—militar, informaciSn, contrainformaci6n y operaciones psicol6gicas in
sistiendo especialmente en el planeamiento y las transmisiones.

c. Relaciones entre el asesor del EI&cito de Tierray otros miembros del eqUipode
campaña americano (USAID o Ayuda Americana, USIS o Servicio de Informa—
cliSn, etc.).

d. Para que este texto resulte Gtil a los asesores relacionados conlas operaciones
contra la subversin, independientemente del lugar en que asta pueda desarro—
lfarse, la doctrina, tc5cticasy t&nicas aquí expuestas son amplias y compren
den principios aplicables a muchos y variados puntos.

e. Este manual es aplicable a situaciones no nucleares. Sin embargo, cuando se


modfique de acuerdo con las publicaciones oficiales orientadas hacia las ope
raciones nucleares, los principios aquí incluidos pueden aplicarse al medio nu
clear.

f, Se invita a los usuarios de este manual a remitir las propuestassobre cambios de


redaccin y los comentarios que ¡uzguen oportunos para perfeccionar el manual.
En las observaciones,debe ¡ndicarso el número de la pgina, ptrrafo y línea
del texto sobre los que se propone la modifcacin. Debe razonarse el por qu
—2—

de sfa para su mejor comprensliSn


y apreciack5n. Los comentariospuedendr—
gfrse directamente a “CommandingGeneral, U.S. Army Combat Developments
Commarid, Fort Belvoir, Va., 22O6O
CAPITULOII

RELACIONESDELASESOR

Secci6n1.ELASESORDEUNIDAD

3. Generalidades

a. En el presente manual, cuando se hace referencia al asesor del Ej&rcito de


Tierra (USA) asignado a unidades militares regulares de pases “anfitriones’t
(1) se le denomina “asesor de unidad”.

b. El asesor de unidad emplea personal de estado mayor:

1. Como su propio estado mayor.

2. Para aconsejar y ayudar al personal con misk5n equivalente del propio —

país (2) en la direccin de la gama completa do operaciones de contra—


subversin que se lleven a cabo en su rca de responsabilidad (Cap.lIl).

3. Para asesorar y ayudar, incluidas la coordinacin y el control, en el em


pleo de los recursos USA (en relaci6n con USAID, USIS, etc.).

c. Los asesoresde unidades ayudarcn a sus “contrapartes”, cuando convenga,


sirviendo de enlace con los elementos do apoyo USA. Como consecuencia,
deben tener un conocimiento amplio de:

1. El sistema de control aerotSctico de la fuerza c5rea.

2. La red de peticiones areas para el ejrcito USA puesto que estci integra
da con la de la fuerza area USA y la del país anfitri6n.

(1) Paísesque han invitado a los USA a prestar ayuda en presencia.

(2) En este manual, como en otros, se designa como “contrapcirtc” al individuo


natural del país anfitrin que eíerce funciones semejantes a las de su pari
gual, correspondiente o recíproco, dentro de la organizacf6n del ejército
USA.
-4—

3. Las posibilidadesde la Fuerza Especial de Guerra Aérea USA.

4. La capacidad contrasubversiva de la Marina e Infanterfa de Marina de los


USA.

5. Las posibilidades y limitaciones de la aviccin del Ej&cito de Tierra —

(USA),

d. Los oficiales asesores de estado mayor a niveles subordinados, normalmente


actuarSn como oficiales de estado mayor para su propio destacamento asesor
USA y como consejeros de estado mayor para sus contrapartes.

e. Los asesores USA no pueden dar 6rdenes a las fuerzas u organismos del pars
anfitrin. Los asesores superiores cuando realicen viajes de inspeccin sin
sus contrapartes, no pueden emplear personal asesor subordinado para orde
nar que “su” unidad lleve a cabo una accin. Esta acci& debe llevarse a
cabo por medio do la cadena de mando de la contraparte.

4. Orgcnizaci6n

a. La estructura asesora debe ser semejante a la organizacin correspondiente


de la fuerza nacional.

b. En la figura 1 se expone la estructura de una unidad asesora en general. Es


ta estructura tipo, debe modificarse de modo conveniente para satisfacer las
exigencias operativas.

SeccinII.ELASESORDEZONAADMINISTRATIVA

5, Generalidades

a. En oste contexto, se hace referencia al asesor del jtrcto de los USA nom
brado consejero de los funcionarios del gobierno del paf anfitrin (por de
bajo del nivel nacional), como “ci asesor do zona administrativa”. El nom
bre “administrador civil” segin se emplea en este texto, se refiere a las au
toridades del gobierno del pa anfitri6n, por debajo del nivel nacional.

b. La labor mcisdifrciidel administrador civil es mantener o exigir la lealtad


de la poblaci6n.
Fgera 1. — Eemp1o de organizaci6n de cisesoramento (divsín)

) Codo uno tiene un equ—


ro asesor

() Tiene asesor técnico ade—


ms de asesor de unidad.

+ Tiene responsabilidad de
E. M. y asesor de unidad.
-6-

c. El asesorde zona administrativa aconsejaal administradorcivil sobreci em


pleo de las fuerzas militares y paramilitaresdel país situadasbajo la ¡urisdic
ciri del administradorcivil. Enocasiones, puedeser el Gnko representante
de los USA en la zona y solicitarlc- su consejo en asuntostanto civiles como
militares (excluyendo los policos). Lasdirectivas especialesen tales asun
tos, procedern normalmentede los mandossuperiores.

d. Al administradorcivil corresponden,normalmente, todos los cometidosrela


cionados a confinuecin:

1. Jefatura política de su zona.

2. Toda la gamade actividades políticas, econ6micas, psicol6gicasy socia


les.

3, La seguridad inferior.

4. La ejecuci&i de las leyes.

e. Muchosorganismosde los paísesanfitriones, de los USA (incluido USAID),


así comootros internacionalesy particulares, laboran en los paísespara Sa
tisfacer las aspiracioneseconcSmicas,
sociales y políticas de la poblackSn.

f. El establecimientode un “centro coordinadorde seguridadde la zona” (A.


S.C.C.) esde primordial importancia para coordinar susdiversasactividades
y para utilizar los recursosdisponibles (p&rafo 8).

6. Organizacf6n

a, Actividades militares.

1. El administradorcivil puedecontrolar las fuerzas de poUcía, las parami


litares o incluso las fuerzas militares regulares. Susresponsabilidades—
pueden abarcardesdela informacin policial y accicSncívica, al comien
zo do la fase 1de la subversi&, hastael combateregular y defensatotal
de las comarcasen lucha, que se encuentrenen la fase Iii de la subver—
sien,

2. El asesory su estadomayor, se responsabilizande la asesoríapara:

(a). Defensaregional.
—7-

(b). Eliminacinde lasubversin.

(c) . Obtencin y empleodel apoyo directo USA

(1). Capacidadesindividuales.

(2). Unidades.

(3), Material.

b. Actividades no militares

1. Las funciones correspondientesa seguridad, obrasp5bficas, sanidady go


bierno, así como hacienda, agricultura, educacin, industria y comer
cio y abastecimientos,son, normalmente, responsabilidadesde la USAID.
El USISes responsablede los programasde inforniaciSn.

2, Como representantemilitar de los USA, el asesorde la zona cdministrafl


va programay recomiendala distribuciSn de los recursosfacilitados por
medio del Programade Ayuda Militar (MAP) y otros. Estosrecursosson
aplicables en apoyo de la accin cívico—militar. Porejemplo, en zonas
aisladas, donde el transporte por carretera es difícil o inexistente, los

hclicpteros puedentransportarherramientas, suministroy ecipos de ex—


ploracton y evacuar los enfermosy personalque lo necesite,

3, El asesordebe coordinar su programade actividades cívico—militarescon


la accicn de la USAID. Estapuedeproporcionar los mediosde instala—
ckn mientraslas tropas y equipo con ayuda MAPpuedenrealizar el tra
bajo.

4. En las zonasen que no existe un representantepermanentede USAID, se


puede encomendaral asesorde la zona administrativa el facilitar medios
para realizar las funciones USAID.

5. Lasfuerzas militares y paramilitaresdel administradorcivil puedenpropor


cionar equiposespecializadosen guerra psicolSgca y acckn civil. El
asesorde zona administrativa puedeayudar a su contraparteen la tarea
primordial de influencia sobre la poblaci6n, mediante ci adecuadoem
pleo de estosequipos.

6, En zonas remotas,el personalasesoi-debe aprendera utilizar todos los mc


dios disponibles para favorecer las actividades cívico—militaresy aprender
a reconocer las causasde descontento, existenteso en potencia y apre
ciar su importancia.
FIG.2.ESTRUCTURATIPODEASES ORIADEZONAADMINISTRATIVA

Administraci6n 1.
civil.:.

Asesoresde Unidadesmilitares Asesor de la zona representantes


Otros de zo
que operan en lo zona: administrativa del equiponoUSA:
Marina USAID
USIS (USO.M)
Infantería de Marina
“Rangers” (1)
Artillería Otros
Inqenieros 1
lrianenia
Otros

Secci6n Secci6n Secci6n Asesoría necesa—


Asesores ¡nterior
Régimen
e
Asesoría Informa Asuntos civiles y paro:
nos .
Los Suboficiales
Asesonia Pa
cian militar Op.Psicol6gicas —
Enlace Art2 necesarios
ramilitar
Sundad -
— Equipos m6viles
de ¡nstrucci6n (1)
Tropas d explorcci6n
Mando y asalto,
Coordinaci6n
:..
Asesoramiento
CAPITULOIII

OPERACiONESCONTRALASUBVERS
ION

Soccin1.CONCEPTODELASOPERACIONES

7. Generalidades

a. Programas.La campaflacontra la subversin se componede tres gruposprimor


diales de programacin:

1. Mejora del medioambiento. Paradetalles de su desarrollo, ver la Seccin


It.

2. Control do la poblacin y susrecursos. Paradetalles de consecuci&, ver


la Seccion III.

3, Operacionesde contraguerrilla. Paradetalles do realizacin, ver la Sec


cian iv.

b. Consideracionesbcsicas,

1. Los programasdo enfrentamientocon la subversi&i deben estar plenamen


te integradosen su ploneomento, desarrollo y ejecucin.

2. La contrasubvcrsin debe iniciarse tan pronto comosea posible. Una sub—


versi6n en escaladaresulta cada vez ms difícil de vencer.

3. Lasoperacionesdo informackSny psicolgicas son partesvitales de todos


los programas.

4, Para llevar con efectividad los programascontra la subversin entre la po


blac6n del pai, esvital el que éste cuente con un gobkrno eficaz.

8. Mandoycontrol

El asesordebo establecer firmementela organizaci6n contra la subversi6n


— lo —

dentro de su zona y, donde no exista aquella, debe inducir a su contraparte a


establecerla. El planeamientoy direccin do la contrcisubvorsn en todos los
nveles debe roalizarso por medio de los centrosdo coordinacin de seguridad
de la zona (ASCC).

a. El ÁSCC se componedo elementosde:

1. Todaslas fuerzas y organismosdel paísanfitrin.

2. El personalasesorUSA asignado.

b. Los jefes del ASCC


puedenser militares o políticos.

c, Una ¡unta asosoracívico—militar (CMAC),compuestapor representantesde


los principales gruposy organismossociales y ccori6micosde la zona,prcpor
en cada/SCC la cmumcacion con la poolacione.— k k’cahdao1 ysu partic
0 •

xci&, sirvicndo como caja de resonanciapara reflejar los resultadosdel es


fuerzo contra la subvcrsi6n.

9. Distribuckn de recursos

o. Normalmente, cooperan en el programaantisubversivolas corporacionesex—


tran jeras privadas,lasernpres privadasdel patsanfitrin ) lOS organismosgu
bernamentalesUSA. En los niveles ms elevados, entre los secundariosdci
Gobierno, puedeasignarsopersonalno militar USA que supervisolas activi
dades USAID y USISy con frecuencia, rondasde representantestcnicos ac—
tuarn en niveles inferiores. El asesorde la zona administrativa debecoor
dinar susactividades con la do los representantesno militares del Gobierno
USA. En ausenciade consejerosciviles, puedeencargarseal asesorde la za
na administrativa que vigilo la ejecuci5n do los programas¡nciados, pero no
supervisados, por otros organismosgubernamentalesUSA.

b. Tanto los mediosciviles del país anfitri6n como los destinadospor los USAa
las msiones USAIDy USISse dedican a la eiecuci6n de programaseconmi—
cos, sociales, psicolgicos y políticos. A menudose empleanmediosmilito
res para incrementary a veces hastasustituir los mediosciviles en la realiza
cian de estosprogramas,reconocindose estasactividades como “acci& ci
co_militaru
Secci6n UMEJORAM!ENTO DEL MED¡O AMBNTE

10. Gencraldacks.

a, En ¡asccones rsn¿osarroHo. ¡a admnsracin local en contacto con la pobla


ci6n os k.cuo p ncTplmonto establece ci puente entro el gobierno nacional,
remoto y o vacas mpcr y el pcbo. Mientras esta administrac5n sea ca
paz de af faao las csprac;ionos de dicho pueblo y mientras refleje la imagen
de un gobeio ra:onsobc y capaz, as oportunidades para la subversi6n dismi—
nuiin, o qu.o se consigue por mad!o da la accin cívico—militar. El asesor de
be estar dispuesto a proponerproyectos¿e ciccir cívico—militar basados en las
posibflidadas de la onkkd asesoradaydabe estorprepordo paraservir de guia en
la tcnka do apiicacir5n io estas posibflidadcs, de acuerdo con un plan comple
to de cono hvorsin, Foro cumplir csta funciones, Ci asesordebe conocer
los obotivo, principios. conaetos y detailes especificados en la lista de com
probackn, inciuida aquí, Con anterioridad a la rcalizaci6n do los proyectos
de accin cívico—miiitar, debe reaizarse ci coordinaci& con lo USAID para —

evitar dup!icidcd do esfuerzos aseguraro de que se dispone de recursos y asis


tondo tccnica adecuada.

b. Los oblativos de los programas de meloramiento ambiental so dirigen a:

1. Prestar contribuciones importantes al desarrollo nac Tonal,

2., Obtener el apoyo, ¡coitad y respeto del pueblo para su propio gobierno.

11 . Principiosoperativos

ci. Con ci obletivo de conservar los recursos y desarrollar una economía integral,
todos ios Froyactos deben flevarse a cabo dentro de un plan coordinado,

b. Los prcyecos deben austarsc a las normas establecidas por ci mando y a difun—
drlos a travs do los canales de asesoramiento.

12, Conceptodeoperccn

a. Las fuerzas militares do pai anfitrn, ademas de su msin norma! do reprimir


Ici subvorsin. cordbuyon al neorcnaTento de! clima ambiental por medio de
acciones c’iico-miPtaros, dirigidos a melorar las condiciones locales (sociales,
culturales y oeor.miccis),
— 12 —

b. Los proyectosdo la acckSncívico-militar deben basarseen las posibilidadesde


las Unidades, reconociendoque:

1. En tas zonasen que no puedenfuncionar otros ¿rgcnosdel gobierno haya tro


pos presente9

2. Que las tropasse hallen normalmenteen contacto con gentescuya relackn


con el gobierno central es dbil y que esfn propicias a la subvcrsin.

3. Lasfuerzas militares y paramilitares tienen equiposrelativamente modernos


que la poblacin local no puedeobtener fcilmente.

4. Las Unidadesmilitares, por lo general1 estn bien apoyadaslogísticamentey


tienen buenascomunicaciones.

5. El personal militar tiene conocimientos de medicina preventiva, ingeniería


y administrackn que no se encuentra fcilmente en todos los ambientesy que
pueden aplicarso a la mejorade las circunstancias.

6. Los oficiales puedencrea.runa imagenfavorable del gobierno en su trato a la


poblaci6n, al compensaradecuadamentelos alimentos y transportesprocura
dos sobre el terreno y mediantesu respetoa los derechosindividuales.

7. Por mediodo su contacto con el pueblo, los soldadospuedendescubrir facto


res subtorrcneosque puedenoriginar descontento.

8, Enalgunos países,en que los militares puedenhabersido consideradoscorno


medio de la opresiongubernamental,su colaboracion en las actividades ci
viles puede mejorar esteconcepto.

13. Disponibilidadderecursos

a. Muchosprogramasde acci6n, tales como las tareasde recolecci6n o la mejora


do carreteras, puedenrealizarse por unidadesmilitares aunque poseanpocashe
rrarnientas do trabajo. Otras actividades requieren un equipo mcscomplicado,
pero la mayor parte de las fuerzas militares que reciben ayuda MAP, incluso los
batallones do combate, cuentan por lo menoscon medios sencillos de transmisio
nos, transporte, sanidad o ingeniería.

b. La accin c(vko—mi{ifar y el servicio militar constituyen por lo general un ca


mino de dos direcciones.
— 13 —

1. El soldadoaprendosu responsabilidadhacia la comunidad.

2. Cuando un soldadode una regn trabaja con un paisanode otrci, se estable


ce un intercambiode ideas y se facilita la mutuacomprensi6n,con lo que la
unidad nacional se refuerza.

3. Un soldado logra conocimientosque lo sorcn útiles en su lugar de residencia


despuúsdel licenciamiento.

4. Los soldadosque poseen una capacidad especial, como por ejemplo, para la
carpintería, la enseñanzao la clectrkdad, tienen oportunidad de perfec
cionar sushabilidades y al mismotiempo solucionar dificultados importantes
cuando en el pueblo por el que pasan, o en el que cstn destacado,se care
ce do los especialistasnecesarios.

c. Debe reunirse informacin sobre el personalpara localizar individuos que po


sean capacidad para:

1. Agricultura.

2. Educacf6n.

3. Electricidad.

4. Carpintería.

5. Mecnica automovilística.

6. Idiomas.

7, Otros.

de comprobacin de las posiblesactivida


d. A ccntinuacinse incluyouna lista
des que puedenser llevadasa caba por las distintas unidadeso individuos:

1. Alimontaci6n, agricultura, recursosnaturales.

(a). Luchacontra los insectosy roedores.

(b). Roturarterrenospara servicios do utilidad pública (granjas, mercados).

(c). Operacionessucesivaspara impedir la erosin del suelo (rrigaci6n y


drenaje).
— 14 —

(d). Plantacli5n, poda y oxplotacicSn de bosques.

(e). Construcci5n de pozos recolectores de abonos.

(f). Construcción de corrales.

2. Industria y Comercio.

(a). Acumulacin y utilizaciSn de arena y piedra para la construccn y re


paracin do carreteras,

(b). Construcci6n do viviendas y edificios.

(c). Fomento del comercio al por menor y producci& do nuevos artfculos.


Mejorar los medios y prcctcas del mercado.

3. Comunicaciones

(a). Instalar, manejar y mantener los sistemas telefnicos, telegrficos y


de radio Instalar altavoces para los avisos pGhlicos.

(b). Utilizar los centros de transmisiones de emergencia, especialmente du


rante los desastres.

(c). Establecer medios postales.

4. Servicios póblicos.

(a). Produccin y distribucin de fuerza motriz (molinos de agua y de vien


to, vapor, electricidad, gasolina, animales, etc.).

(b). Medios pGblicos de almacenamiento.

(c). Dotar con los medios adecuados las herrorfas y organizar las operack
nos de serrana,

(d). Organizar ios servicios públicos de medios herramentales de trabe jo.

(e). Organizar y dotar de medios los servicios higinicos.

5. Transportes

(a). Construir, reparar y mejorar las carreteras, puentes, ferrocarriles, al


macenes y puertos.
— 15 —

(b), Construir, reparar, mejorar y utilizar los aeropuertos y las pistas o pla
taformas de aterrizaje de helicpteros.

(c).. Evacuar al personal de las zonas afectadas por desastres.

(d). Construccin do pequeños barcos.

(e). Seguridad del transporte (señaUzacn de carreteras, nos y canales).

(f). Construcci5n de refugios intermedios.

6 Sanidad

(a). Mejorarel nivelsanitario (suministro de agua potable,medidasde des


contamjnaci5n de losalimentos, eliminaci6n de detritus humanos y ani
males, lucha contra los insectos y roedores, procedimientos de inmuni
zaclin, eliminacin do animales peligrosos y vigilancia de las enfer
medades de an ¡males domésticos).

(b). Mejorar las normas de tratamiento médico (establecer y dotar do perso


nal los dispensarios, clínicas y hospitales, emplear equipos ambulan
tes de sanidad, y establecer sistemas de evacuacin).

(c). Mejorar el nivel de ¡nstruccin sanitaria.

(1). Instruir a todo el personal militar sobre cuidados sanitarios, hi


giene personal, y primeros auxilios.

(2). Educar a la poblaci6n civil estableciendo medidas de medicina


preventiva.

(3). Fomentarlaespecializacin
del personal
médico.

7. Educaci6n

(a). educacin bsica y técnica al personalmilitar.


Proporcionar

(b). Construir escuelas, utilizando las instalaciones militares hasta que —

aqullcis estén terminadas.

(1). Proporcionar instructores para las escuelas de educación bsica


y técnica(preporaci6n de maestros).
- 16 -

(2). Proporcionar materiales de enseñanza (equipo audiovisual, ci


nes).

(3). Cursos de alfabetizaci5n (programas de escuelas nocturnas).

(4). Bibliotecas públicas.

8. Administracin pública.

(ci). Dar orientaci6n sobre medidas de policía, lucha contra el fuego y de


fensa civil.

(b). Establecimiento de ayuntamientos.

(c). lnspecciún de los servicios cintes relacionados.

(ci). Encauzamiento de los desbordamientos e inundaciones.

9. Desarrollo de lo comundad, mejoras sociales, vivienda.

(a). Facilitar el planeamiento o ¡nspecckn de las escuelas, centros civiles,


iglesias, orfanatos, centros sanitarios, etc.

(b). Patrocinar proyectos caritativos, como instituciones de recogida de ni


ños.

10. lnformackSn civil,

(a). Organizar reunionesde vecinos.

(h). Carteles y peridkos murales.

(c). Organizar y adoctrinar informadores.

(d). Inspeccionar la publiccici6n de peri6dicos y folletos locales.

14. Otrosrecursosdisponibles

Hay muchas Organizaciones y extensos recursos disponibles para ayudar a las


naciones en desarrollo y el asesor no debe olvidar la ayuda que pueden proporcio
nar dichas organizaciones. Estosorganismos incluyen:
— 17 —

a. Pars
anfifrjn.

1. Comercial. Las empresascomercialesde los paies anfitriones puedentener


programaspatrocinadoresde relaciones públicas, incluyendo las actividades
para la mejoradel medio ambiente. Normalmentelos representantesdel equi
po de campañaUSAo la contrapcrte del asesorpuedenproporcionar informa—
ci6n referente a estasorganizaciones4

2. Altruista. Varkble de un parsa otro; por ejemplo, la Cruz Roja, el Le&i


Rojo, etc.

b. EstadosUnidos,

1. Gobierno.

(a). Organismospara el desarrollo internacional (USOM).

(b). Misjcn MAAG.

(c). Servicio de ¡nformaci5n.

(d). “PeaceCorps” (Cuerpo de pctz).

(e). Programaspara amplias zonascomo el de la Alianza para el progreso


(Hispanoamrica).

2. Comercial. Empresas comercialesUSA Comolas Compañrasde Pctrleo, las


de importaci&, y exportacin y etc., colaboran a menudoen actividades de
mejora ambiental a través de los programasde relaciones pGblicas.

3. Altruista. Hay ms de doscientosorganismosde este tipo. (En coordinacin


con suscontrapartes, los asesorespuedenentrar en contacto con los represen
tarites locales USAIDque puedenproporcionar informaci&, especiica u ob
tenerla de: Technjcaf Assistancelnformcfion Clearing Houseof t he American
Council of Voluntary Agencies for ForeignService, Inc., 44 East23 d Street,
New York, N.Y., 10010). Algunos ejemplosson:

(a). Msioneros.

(b), Fundaciones.

(c). Organizacionesde caridad.


— 18—

15. Responsabilidadesdelasesor.(Mejoradcimedioambiente)

El asesor, en unin del representante local USAID, debe vigilar la aplica—


ckn de los principios que despus se relacionan. Su coritraparte debe comprender
los, prestarles atenchn cuidadosa y proporcionar al asesor un informe del desarro
llo del programa.

a. El elemento de acción crvica.

1. Relaciones.b Por medio de sus contrapartes el asesor debe conseguir el logro


de sus ideas y propsitos. Un plan para conseguir suministro de agua potable
debe incluir el medio de explicar la conexi6n entre ci agua potable y la sa
lud. Los programas a desarrollar pueden anunciarso por medio de:

(a). Reuniones comunales.

(b), Concursos.

(c). Charlas

(d). Demostraciones.

2. Aprecio del equipo gubernamental. En muchas zonas las relaciones entre la


poblacin rural y el gobierno no siempre han sido satisfactorics. El equipo —

gubernamental debe

(a). Establecer comunicaciSn con el pueblo.

(b). Hablar su dialecto.

(c). Conocer su cultura.

(d). Ser comprensivo con respecto a sus problemas.

(e). Seleccionar proyectos de verdadero inter&s para la poblacin.

3. DcmostracicSn.Se debe demostrar a los habitantes de forma atractiva cmo se


desarrolla con eficacia el programa.

4. Participacn. Los vecinos deben participar voluntariamente en un plan para:

(a) Provocar en ellos un sentido de propiedad y responsabilidad


— 19 —

(b). Estudiar el funcionamiento del sistema y mantenerlo en funciones des—


pus de que el equipo gubernamental se marche.

5.. Tradiciones. Los proyectos deben cidaptarse a las tradiciones y costumbres lo


cales, mediante delegacin de autoridad a los dirigentes locales y respetan
do los tabas locales que no afectan estrictamente al buen desarrollo del pro—
g rama.

6. Ambiente. Debe ciprovecharse el medio ambiente local. En los proyectos —


contra la erosin del suelo, utflrcense solamente en principio las zonas que
tienen ain poca erosi6n y en las que las mejoras no serdn dfrfl3 de obser
var al propio tiempo que las oportunidades de fracaso son escasas.

7. Oportunidades. Los proyectos de grandes trabajos deben iniciclrse en las po


cas de mayor abundancia de parados y no durante la época de la recoleccicÇ.

8. Flexibilidad. So debe variar el proyecto si surgen condiciones imprevistas.

9. Continuidad, Debe crearse un estado de confianza de que el gobierno se —

propone atender cii proyecto perfectamente. Las aportaciones de material y


orienfacin deben ser Continuas.

10. Mantenimiento. Se debe dejar a la poblaci6n provista de los medios necesa


nios juntamente con el conocimiento de su empleo y el interés para mantener
el proyecto. Debe asegural-sola obtenckn de reputosdespus de que cese
la asistencia inicial del gobierno.

b. Factores de poblaci6n. Los factores de la poblaci6n inherentes a fa cultura lo


cal puede afectar al proyecto. Estos factores deben conocerse y aprovocharse.

1. Motivacin,

(ci). Sentimiento de 1a necesidad. El proyecto debe dirigirse a algo que los


vecinos realmente necesiten.

(b). Beneficio prci-ico. El beneficio debe resultar evidente, Como en el


caso de la mejora de cosechas, al obtener un valor superior en el mer
cado.

(c). Emulackn del prestigio. Los vecinos pueden aceptar un programa por
deseo de emular a determinado miembro prestigioso de la comunidad,
que haya logrado un gran xito,
— 20 —

(d). Competencia. Los grupos deben esforzcirsc en mejorar su situaciSn con


respecto a otros grupos, asociac iones, puebloso familias.

(e). Recompensa. Un proyecto de actividad crvicadebe proporcionaruna


recompensa inmediata.

(f) . Buena exposici6n. Un proyecto puede aceptarse si resulta atrayente o


rechazarse sise sospechasu fracaso..

2. Cultura tradicional. Las tradiciones rurales se resisten a los cambios ya


menudo se enfrentar& con e1 proyecto. Algunos de estos factores y ejem
plos de contramedidas eficaces son:

(a). Estructura social.

(1). Influencia del individuo. La actitud de determinados individuos


influye en la aceptaciSn en rechazo de una mejora propuesta.
Por ejemplo, aunque las mujeres tradicionalmente no se inclu
yen en las instituciones locales, un intento cooperativo formado
sin su cooperaci6n puede fracasar, porque ellas crean que sus
intereses no han sido tenidos en cuenta y en consecuencia reti
ren su ayuda.

(2). Relaciones familiares. Es posible formar una institución tal co


mo es una cooperativa alrededor de un grupo familiar.

(3). Grupo tnico. Las minorras &nicas pueden tener culturas y tra
diciones separadas y consecuentemente exigen atcnci6n espe
cial y han de ser integradas en un esfuerzo do toda una regin.
Puede ser aconsejable asignar funciones dentro del proyecto de
acuerdo con el esquema de la situaci6n existente. Los intentos
de romper repentinamente el sistema social establecido puede —

conducir a una fuerte oposicin.

(4). Grupo político. Ser necesario trabajar valiéndose de la es


tructura política existente. En cualquier caso, no debe roba—
jarse la autoridad cid Gobierno legalmente constituido. El ase
sor debe tener en cuenta a los jefes tradicionales y respetados,
aunque no siempre sern personas designadas por el gobierno.
En la junta de planeamiento pueden incluirse ancianos del pue
blo y personasdestacadas.

(5). Intereses creados. Los individuos pueden reaccionar favorable—


— 21 —

mente o desfavorablemente según el proyecto beneficie o dificul


te su poski6n. Por ejemplo; una persona de la clase media pro
bablemente se opondrc a la formaci6n de una cooperativa.

(6). Hermandades religiosas. El asesor debe solicitar ayuda de las —

¿rdenes religiosas locales o individuos para la reoUzacin del —

proyecto.

(b). Condiciones econcmicas. Los proyectos deben planearse de acuerdo


con la disponibilidad y capacidad de los trabajadores locales. Gene
ralmente no se consiguen fcilmente tcnicos para dcdicarse a la ms—
truccin en las zonas rurales ni es f6cil atraer a especialistas competen
tos a estas zonas, en que las condiciones de vida estn por debajo del
nivel normal.

(c). Creencias. Las creencias religiosas y sobrenaturales ejercen poderosas


influencias y deben tenerseen cuenta.

(d). Tradiciones recreativas. Los nuevos proyectos nunca deben afectar —

por inadvertencia, en las diversiones locales arraigadas.

(e). Normas de consumo. Los productos a obtenerse deben adaptarse lo me—


¡or posible ci las normas de consumo locales.

(f). Sistema de valores. Los proyectos no deben do ir contra ios conceptos


tradicionales de los bueno y lo malo.

c. Vigilancia del programa. Deben hacerse comprobaciones oficiales do su progre


si5n. Debo asignarse un funcionario responsabledel país anfitri6n para asumir
esta responsabilidad y tanto l como los medios empleados debensujetarse a una
inspecci6n peridica. Ni el asesor n su contraparte deben confentarse con di
ferir la reciiizaci6n de los proyectos hasta la llegada de ayuda especializada.
Por el contrario deben sacar ci mayor provecho posible de los medios do que dis
ponen. El progreso del plan debe referirse a

1. El presupuesto previsto.

2. El tiempo programado.

3. Las especificaciones ttcnicas.


— 22 —

16. Listadecomprobaci6n(“checklist”)delasesor.(Ánlisisdelapoblacinparala
accicncívico—militar)

a. Mapa de la poblaci6n.

1. Consígaso un mapa do la zona o de la poblacin. Si no existe ningún mapa


disponialo dibu1ese uno a escala.

2. Indíquese la red de carreteras (incluyendo las carreteras principales y secun


darias)

3. Señlese la sftuacf5n de las instituciones religiosas, escuelas, ayuntamiento,


mercado, etc.

4. Indíquense las distancias a las colectividades adyacentes.

5. Doscríbanse las características que fijan el centro de la poblaci6n y los fac


tores ms importantes para identificar su conjunto.

6. Descríbanse las relaciones de colectividad —porlo que so refiere a zonas po


líticas, de trabajo, educaci6n y religiosas—con respecto a las sociedades —

adyacentes.

7. Descríbanse las características del clima y del terreno que afecten directa
mente a las condk iones do vida de la comunidad..

b. Historia (por lo que afecta a la situaci6n actual).

1. Crisis naturales en la historia de la colectividad.

2. Primera colonizacin o establecimiento sobre el terreno.

3. Incidentes que hayan dado lugar a conflictos o reforzamiento de la coopera—


cian, dentro de la comunidad,

4. lnmigraci5n y emigraci6n.

5. Jefes destacados y ciudadanos famososde la colectividad.

c. Poblaci6n.

1. Censo
—23—

2. Ocupaciones.

3. Grupostnkos si procede señalarlos

d Comunkacknesj.

1. Transportes(por carretera, fluviales, ferroviarios, a6recs).

2. Electr6nicos (tcIfono, radio, telégrafo, televisc5n).

3. Material impreso(periSdicos, carteles, revistas).

4. Correos.

5. Enlace con otras poblaciones.

6. Grado de autonomrasuficiente.o de aislamknto.

e. IntegracicSnde la comunidad..Qu gruposo individuos son independientesdel


gobierno local; p. ci., gruposo individuos directamente responsables ante un
gobierno superior o exterior. Qu influencia tienen sobre la comunidad. Cual
es la actitud de los habitantesde la localidad con respectoa estosindividuos.

f. Situaci6n econ6mica.

1. Recursosnaturales.

2. Industrias.

3. Ágrkoltura. Consechasy productos, mercados,propiedady rgfmen de arrien


do. Quienesson los propietarios. Si ost6npresentesentre la comunidado —
ausentes.

4. Existenciade comercianteslocales. Cual es su influencia en la comunidad.

5. Profesionales(maestros, mdicos, sacerdotes).

6. Asociacionesde crdito y susrelaciones con la comunidad.

7. “Status econmico relativo del pueblo (deudas, ahorros, impuestos).

g. Situaci6n religiosa.
— —

1. N6mero, contextura, actitud y condiciones de asociacin de cada secta.

2. Edificios y medios.

3. Escuelasde la iglesia.

4 Separaci6no cooperaci6ncon otros grupos.

h. Organizacioneseducativas.

1. Escuelas(nómero, amplitud, espacio ocupado, edificios, medios, bibliote


cas).

2. Historia (cimo y por qui&n se construyeronlas escuelas).

3. Actividades escolaresy susrelaciones con la comunidad.

i. Organizacionesvoluntarias.

1. Nómero, flpos, composici6nde los miembros,medios, actividades y rda—


ci6n con otros sectoresde la vida comunal.

2. Cooperativasagrícolas (organizacionesde tipo 4—H(1), organizaciones —

econ’5micasnacionalesy locales).

3. Otros gruposocupacionales.

j. Mediosrecreativos.

1. Organizacionesrecreativas (edificios para colectividades, club de atletis


mo, equiposde futbol, camposdeportivos).

2.. Formastradicionales de resolver las necesidadesrecreativas.

k. Sanidad.

1. Médicos, practicantes, enfermeras.

(1) El programade lasorganizaciones“4—H”se basaen el pensamiento,el animo,


la voluntad de trabajo y la salud (head, heart, handsand health).
— 25 —

2. Organizacionessanitarias públicas y privadas, nacionales e friternacionales


(hospitales, dispensarios,clínicas, escuelasde sanidad).

3. Sifuaci5n sanitaria de la poblacn. Enfermedades


dominantese incidencias.

1. SituaciSn política.

1. Estructurapolítica
ygobierno. (Solidaridad o rivalidades y causas),

2. Personalidades
dominantes.

m. Actividades colectivas, costumbrese ideales.

1. Acontecimientossociales distintos a los de oervancic religiosa.

2. Costumbresy tradiciones comunales(tabGsy repulsassociales).

3. Característicasde las actIvidades y pasatiempos.

4. Ideales. Cualesson las adiltudos colectivas con respectoal progreso.

n. Liderazgo.

1. Jefes principales. Control familiar.

2. El liderazgo ¿es democr6tico o autocr6tico?.

3. Acttud a tomar para prepararconvenientementenuevos¡efes.

4. Actitud de la poblaci6n hacia los nuevos¡cfcs.

o. OrganizaciiSncomunal.

1. Esfuerzosque so realizan para conglomerarla colectividad.

2. Necesidadesde las organizacionescomunales,

p. Situack5nde la ley y del orden.

1. OrganizaciSny posibilidadesde los 6rganosdo ¡mposiciSnde la ley.

2. Técnicaspoliciales.
- 26 -

3. Proporci6ny tendenciasde la criminalidad.

4 Problemasespecdles de la ¡mposici6nde la ley.

Secci6nIII.LAPOBLACIOÑYELCONTROLDESUSRECURSOS

17, Generalidades

a. El objetivo primordial de la subversin es el pueblo; por lo tanto, la contrasub


vcrsi5n debe separara los insurgentesde la poblaci6n general y de susrecursos.

b. El control de la poblacic5ny susrecursosse realizo do modoconveniente para


apoyar y complementarlos programasde mejoradel medioambiente y de opera
ciones de contraguerrilla. El asesordebe conocer las misiones, principios, con
coptos y hcnicas del control de la poblaci6n y susrecursos, para aconsejara
su contraparte sobre los mediosa emplear.

c. Losobjetivos primordiales del control de la poblcci6n y de susrecursosson:


identificar y neutralizar a los insurgentes,así como suorganizaci6n, cictivi—
dad e influencia.

18. Principiosoperativos

a. Lasmedidasde control civil son Lxsicamentefunciones policiales. La policía


civil debe iniciar el control porque:

1. Su personalese1 ms ¡d6neopor su preparaci&i y experiencia.

2. Su zona de acci6n estc en estrecharelacin con la poblaci6n local.

3. Su utilizaci5n permite a las fuerzas militares concentrarseen las operaciones


ofensivas de contraguerrilla.

b. Cuando la policía sea insuficiente, seorganizan e instruyen, como reservas,


fuerzas paramilitares, incluyendo guardiasnacionales, la milicia ciudadana y
los auxiliares de la policía.

c. Lasfuerzas militares se utilizan salo transitoriamente, puestoque su empleo pro


longado para este fin les aparta de su principal misi6nen las operacionesofen
svas de contraguerrilla.
- 27 —

d. Se establecencontinuas operacionespsicol6gicasparc;

1. Ccntrarrestar los efectos do la propagandasubversiva.

2. Crear una imagengubernamentalfavorable.

3. Ajustar ia accicn directora con la seguridady ci bienestarde la poblaciSn.

e. Las medidasde control deben:

1 • Estar autorizadaspor leyes y regulacionesnacionales (debe aconselarsea las


contra partes que no improvisenmedidasno autorizadas).

2. Deben ajustarsea la situaci6n (m6s medidassin garcntfa hacenms daño que


beneficio).

3. La mposici6nde sucumplimiento debe ser factible.

4. Aplicar la mrnimafuerza necesariapara alcanzar el resultadodeseado.

5. Debenaligerarse a medidaque su necesidaddisminuye.

6. Deben difundirse yczplicarse en la mayorextensiSnposible para impedir su


ignorancia o evasion.

7. Para las necesidadesde informacin, vaso la Seccin 1, Cap. IV.

f. Debe prestarseespecial atenci6n a la adquisici6n del equipo adecuadodo trans


misiones para apoyar las operacionesde control. (Prrafo 45).

19. Conceptodelaoperoci6n

Debe do establecorseun programade control en seis etapas:

a. Defensade la zona.

b. Acordonamientoy búsqueda.

c. lnformacicSn
y vigilancia sobre la poblaciSn y documentaciSnde ¿sta.

d. Establecimientode la seguridadinterna.
— 28 —

e. Organizaci6n de la seguridadinterna, informac6n y activdads y fuerzas


de defensa.

f, Direcci6n de la administraci6n púbUca incluyendo el control de recursos.

20. Defensade la zona

La defensaempieza coincidiendo con las operacionesofensivaso inmediata


mente despus do astas.. Puestoque un distrito comprendevarios pueblos, villorrios
y agrupacionesde poblaciSn mayores,debe defendersela unidad político—adminis
trativa en su conjunto así como cada colectividad individual. En las zonassitua
das bajo la influencia subversivaser necesarioconstruir defensasalrededor de las
1
aldeas y concentrar las poblacionesruralesen unidadesde poelacion capacesde
•‘

defensa. Normalmentepuedorealizarse estoal propio tiempo que so desarrollan


los programasde control de los recursosy de la poblacin, de meora ambiental y
de la guerra de contraguerrillas.

a.. Aldeas defendidas.

1. Lasaldeas defendidaspuedenconstruirsesi:

(ci). Las medidasmenosrestrictivas han fallado para eliminar el apoyode


la poblaci& a las guerrillas.

(b). Las fuerzasdel gobierno han sido incapacesde proporcionardefensao


seguridad interna.

(c). La poblaci6n debe procurarsu propia defensapara permitir que las —

fuerzas militares lleven a cabo la guerrade contraguerrilla,

(d), Se necesitan como basesdesdelas cuales montar las operaciones. -

2. Losasesorespuedenayudar en el establecimiento de la aldea defendida:

(a). Coordinandolas peticiones de ayuda de USAiD con los representantes


apropiados de la zona USAID.

(b)0 Proporcionandoayuda y consejo en las siguientesactividades:

(1). Planeamientode la defensade la aldea incluyendo provisiones


para su sostenimiento.
— 29 —

(2). Organizaci6n, instrucci6n y equipo de los fuerzas de defensade la


o !dea.

(3). Seguridadde que las fuerzas militares de defensacontinúen presen


tes hasta que les fuerzas locales de defensaseanadecuadas, y est&
apoyadas por fuerzas regionales militares y poramiUtaros.

(4). Rcalizaci& de proyectosde accin crvicc—mflitar basadosen la do—


fenza propia.

(5). Áplicacin de las t&cnicas de control (toque de queda, sistemade


alerto y alarma, ¡dcntificaci6n do las fuerzas propiasy las guerri
llas).

(6). Establecimientodel gobierno local organizandocomitésasesorescr


vko—miUtaresde la aldea, eligiendo funcionarios de ella, etc.

b. Cambio obligatorio de residencia.

1. Estosdesplazamientosconstituyen la medida restrictiva m6sseveray se lleva a


caba cuando:

(a). La amplio dispersi6nde la poblaci6n impide la defensaefectiva, la seguri


dad interna y el control.

(b). Existen6rdenesde evacuare poblar zonasdeterminadas.

2. Losasesorespuedencontribuir a la realizaci6n de esta misi6n proporcionando —

ayuda en los siguientesaspectos:

(a). Operacionespsicol6gicas para preparara la poblaci6n para su desplaza


miento.

(b). Defensadurante el nuevo asentamiento. Si el establecimiento en la nue


va residenciaso combina con la t6cnica de defensasde poblados, el ase—
or puedeampliar su ayuda, una vez estc realizado el nuevo asentamien
to, prestandosu participoci6n segúnse indica en la Secckn II, Cap. III.

(c). LasnecesidadesIogiticas, tales como las de subsistencia, atenci6n sani


taria y transportepara facilitar el movimiento y roacoplamientode las po
blaciones y susposesiones,
- 30 -

21. Acordonamientoyregistro

a. Se utiliza frecuentementepor las fuerzas de contrasubversi6nque llevan a cabo una


misfcn de control de la poblacin y los recursosen pequeñoscentros de poblaci6n o
subdivisiones de una comunidadmayor.

b. Deben proveerc suficientes fuerzas para acordonarcon efectividad la zona objeti


vo y efectuar la búsquedaa trav5s de asta, incluyendo zonasbajo la superficie.

c. Debe disponersede tiempo prolongadopara llevar a cabo un registro exhaustivo y


la ¡nterrogacf6nde los residentesde las zonasafectadas.

d. La operaci6n debe repetirsosiempreque sea posible.

e. Debe omplearseun trato justo pero firme. Debe hacersetodo lo posible para evitar
incidentes que ocasionenla hostilidad de la poblacicn.

f. Lasfuerzas de acordonamientoy registro deben ampliarsecon equiposde guerra —

psicol6gica, acci6n civil y especialistasen interrogatoriospara ampliar la efica


cia de dichas operaciones.

g. Lasopéracionesde acordonamientoy registro deben llevarse a cabo comosiguer:

1. Acordonamiento. Lasagrupacionesde poblacii5ndeben de acordonarsea cierta


distancia.

(a), La disposici6n de las tropasdebe facilitar:

(1). El contacto visual entre los puestosdentro del cord6n.

(2). El patrullamiento adecuadoy el despliegueinmediato de una fuer


za efectiva de reserva.

(b). Debe darseprioridad a:

(1). Cerrar el centro de gobierno de la comunidad.

(2). Ocupar todos los servicios importantes.

(3). Reteneral personalen su puesto.

(4). Hacersecargo de todos los informes, ficheros y otros archivos y —

guardarlos con toda seguridad.


— 31

(c). Losservicios clave comprenden

(1). Edificios de gobierno.

(2). Comisarrasde policra.

(3). Prensa.

(4). Estafetasde correos.

(5). Centrosde transmisiones.

(6). Estacionesy dep6sitosde elementosde transporte.

(7). Prisionesy otros lugaresde detenckSn.

(8). Escuelas.

2. Registro.

(a). El sistemade registro e incautacin inmediatosdeben ajustarsea los SOP


(Procedimientos Operativos Vigentes), llev6ndosea cabo por personalde
bidamente instruido. Lasoperacionesde registro deben Ilevarse a cabo
antes de la cksificacin del personalo coincidiendo con asta.

(b). Un registro segúnlas normasSOP debe tener en cuenta lo siguiente:

(1). Equiposde registro con efectivos de escuadro.

(2). Un objetivo para cada equipo.

(3). Registrospor habitacitSnllevados a cabo por equiposindividuales o


de dos hombres.

(4). Losequiposde registro de habitacionesir& armadoscon pistolas;


el restodel personal ir armadocon armasautom&kas.

(5). Coordinaci6n previa al registro.

— Entre el personalde control y los jefes del equipo de clasifica—


cian de personal.

— Estudio de los planosde situackn.


- 32 —

— Transmisiones(radio, silbato y señalesmanuales).

— Acci5n a seguircon los sospechosos.

(6). Segunidadsobreel lugar.

— Vigilar las entradasy salidas, incluyendo tejados, entradas.,pa


sillosy tóneles.

— Misionesde lasreservas.

(7). Registro
de habitaciones.

— Registro
de losocupantes.

— lnmovilizaci6n porun miembrodelequipo.


de tosocupantes

— Registro
de lahabitaci5n
porotromiembrodelequipo..

- Guardar losdocumentos en un sobrenumerado,


adjudicando
a ca
da ¡ndividuo el nGmcrocorrespondiente.

(8). Servicio de seguridad. A los equiposde registro se les facilita pro


tecci6n y mediospara las operacionesde registro y clasificaci6n de
personal.

22. CIasificacinydocumontaci6ndelapoblaci6n

Incluyen:

a. Identificaci5n y registro sistem&icos.

b. Formalizaci6n de tarjetas de idontiffcaci6n en las que consten:

1. Fotografía del individuo.

2. Datosde identificaciSn.

3.. Huellas
digitales.

4. Sellooficial.
— 33 —

Tarjetasde empadronamientofamiliares, d0 las cualesse archivo una copia en la


comisar(a tocó1de policra, y en las que constar6n

1. Fotografra

2. Datos personales.

d. El empleo frecuente de puestosde comprobaci6nfijos y mvles para la fnspecci6n,


identificación y examende documentos.

é. Dificultar la falsificaci6n do documentosdé ¡déntifcacf6n y registro utilizándo me


dios adecuadosde ¡mpresf6n,grabadoy embutidé en kminas protectoras.

f. Campañaspara informar a la poblaci6n de la necesidadde procedera sú identifica


ci6n y registro.

23. Establecimientodelaseguridadinterior

Las medidasde seguridadinterna consistenen:

a. Guardia del perímetro de la poblaciSn.

b. Puestosfijos en las vías principales de comunicaci5n.

c. Bloqueode carreteras.

d. Patrullasmotorizadasy a pie.

e. Reservas.

f. Acceso restringido a determinados¿rganostales como:ayuntamientos, comisarías


y cuarteles de policía, estacionesde radio y TV y redacci6n de peri6dícos.

1. Exigencia de pasesademasdel documentode identidad.

2. Adjudicaci6n do pasesespecialesa determinadopersonal, necesariopara la —

atencn sanitaria y bienestarde la poblaciSn.

g. Oficinas de expedici6n de pases, con material normal.


-34-

24. Organizacindelasactividadesdeaplicacicndelaley,informacícSnyseguridad.

Proporcionaran los servicios de policía siguientes

a. Jefatura
de policía.

b. Archivo
y transmisiones.

c. Patrullas

d. Policía
secreta.

e. Laboratorios.

f. ldentificacfn.

g. Custodia
de prisioneros.

25. Administraci6npGbUca elcontrolde recursos)


(incluido

a. Generalidades. La administracicSn
piblica a niveles localesnormalmente esdelti
po ejecutivo. Losrecursosse administrany didgen a este nivel. Despus de con—
cluirse la clasificachn del personal, debe iniciarse la accin para la continuidad
de las funciones gubernamentales,teniendo en cuenta los factoressiguientes:

1. La compaginaci5nde las actividades de seguridadinterna y defensaen un orga


nismo de seguridadpGblica.

2. El empleode la vigilancia (normal y oculta) de la poblaci6n, basadaen la co


bertura de la zona que incluye:

(a). Vigilancia descubiertao normalbalo la responsabilidadde la divisi6n de


patrullas de policí, desarrolladassegúnlos procedimientosnormales, y
cuyo oficial es el funcionario inferior del gobierno en contacto con el —

pGblico.

Patrullas
de policía:

(1). Frecuentementese varía ci curso y el ritmode susde*ptazamientos


para evitar que se establezcannormaspredecibles.
• .. • ... • . .#
(2). No deben reducirsea los limites de la poblacion sino que uncluiran
— 35 —

las zonas Contiguas.

(3). Deben coordinarse con las actividades de las fuerzas militares y pa


ramilitares, para evitar duplicidad de esfuerzo y confusiones.

(4). El empleo de perros policías contribuye a reforzar su efectividad.

(b). Vigilancia encubierta, esfuerzo colectivo, cuya realizaci6n y responsabi


lidad so acuerda con la secci6n de ¡nformackn y de seguridad o con la —

policía secreta del departamento. La ttcnica de vigilancia encubierta,


que comprende desde la aplicaci6n de sistemas electr6nicos complicados
hasta los “soplones”, debe comprender:

(1). Redesde informadores. Debe comprobarse que £stos sean dignos de


confk,nza. Es indispensable la proteccn de su identidad,

(2). La vigilancia por bloques,o divisin en zonas de &ea en que cada


una de las cuales, un residente de confianza probada,informe sobre
las actividades de la poblacin. Si se duda de la lealtad de los je
fes de zona, debe establecerse una red de informadores, para com—
- probar las reas dudosas.

b. Control de desplazamientos. Puede establecerse el control de los desplazamientos


de personal y mercancías exigiendo y examinando las declaracionçs de pasaíeros,
carga y racionamiento de combustibles, los billetes y las hojas de ruta. Debe defi
nirse claramente y con general conocimiento lo que se considera contrabando. Los
medios de control comprenden:

1. Pasesindividuales de vaÍe. Estos, expedidos por un tiempo limitado, y que rí


miten al beneficiario tras ladarse a un punto o puntos fijados de antemano y re
gresar al de origen, pueden utilizarse conjuntamente para el transporte de deter
minadas mercancías relacionadas en una declaracin o manifiesto.

2. Puesto de control. Puedenser fiios y mvi les y tienen por fin comprobar y reali
zar inspecciones tanto sobre el movimiento de vehículos como de persónas.

(a), Puestosfijosdecontrol,

(1). Se establecen a campo abierto paradismi


y en puntosdominantes
nuir su vulnerabilidad.

(2). Deben tener espacio suficiente para maniobrar, evitando la congos—


ti5n del trafico.
— 36 -

(3). Se instalan en puntosestratégico y pasoforzoso de rutas obligadas.

(4). Se establecena ckrta distanca de las poblaciones,para evitar mo


lestias innecesariasa los vecinos.

(b). PuestosmSvilesde control,

(1). Se empleanen combinacn con los puestosfijos para impedir la eva


sion con respecto a estos.

(2). Pueden establecerse con gran rapidez y por sorpresa.

(3). Deben poseer ciertas caracteríticas de los puestos fijos de control.

c. Toque de queda y oscurecimiento.

1. EstossSlo se aplican en condiciones extraordinarias y estudiando todos los fac


tores a tener en cuenta:

(a). Efectos,

(b). Objetivos.

(c). Obligatoriedad.

(d). Duraci6n,

(e). Las declaraciones y explicaciones obligadas.

(f) . Valor con respecto a la informacin militar.

2. Los objetivos principales del toque de queda son:

(a). Ocultar los movimientos militares y otras actividades durante períodos crf
ticos de las operaciones.

(b). Impedirdesplazamientos que puedan ser Gtiles a las fuerzas insurgentes,


especialmente antes de que se haya restablecido el orden.

(c), Restringir los desplazamientos a horas determinadas dentro de una zona o


poblacin determinada o a trayectos concretos durante determinados pe
ríodos de tiempo.
— 37 —

(d). Permitir a las fuerzas del gobkrno la ¡clenfificac6n y ciccin Consiguiente


presuponiendo que la personaque se desplace por la zona restringida du
rante las horas especificadas es un ¡nsurgente.

(e). Interrumpir los sistemas de apoyo y comunicaciones de los insurgentes,que


aprovechen el empleo general de los mismosmedios.

(f). Sorprender al insurgente.

(g). Disuadir la formaci6n de reunionespopulosas.

3. El foque de queda se imponegeneralmentedurante las horasde oscuridad, que


es cuandoactúan normalmentelos rebeldes. No debe estar relacionado con el
planeamiento de operacionesmilitares y de policía cuando esto puedafacilitar
un indicio de su realizaci6n.

4. El aviso público del toque de queda y del oscurecimientoforzoso debe incluir:

(a). Horasy zonas en que los ciudadanospuedencircular para efectuar las ta


reas que les seannecesaria.

(b). Clasesde personasque puedenexceptuarsede las restricciones.

(1). Horasen que estaspersonaspuedencircular para realizar susfuncio


nes.

(2). Sistemapara controlar el número, ¡denidad y documcntaci6nespe


cial de estas personasen régimende excepci6n.

d. Medidas de control de medios. La aplicaci6n total de medidasde control de medios,


sin necesidad concreta, causa mcs daño que beneficio. Estas medidas deben aplicar
se de modoselectivo e incluyen:

1, Prohibir la entrada del personal civil, sin auforizachSn especial a cualquier lu


gar cerrado o colocado bajo guardia.

2. Ordenar la entrega de todas las armasy aparatosde radio.

3. Ordenar la dctencin de personaso gruposidentificados con las organizaciones


de subvcrsi6no guerrillas.

4. Exigir al personalcivil la obligaciSn de denunciar al hallazgo de bombasy otros


explosivos.
38 —

5. Ordenar la entrego de aparatos fotogr6ficos.

6. Controlar los artículos de primera necesidad y ganado que puedan ser de utilidad
a las fuerzas guerrilleras.

7. Controlar las fuentes y distribuci6n de la propaganda.

8. Establecer controles monetarios y de precios asícomo un sistema de racionamien


to.

9 Control de medicinas y medios sanitarios.

10. EvacuaciSn de determinadas zonas para dificultar actos de colaboracin.

11. Operaciones de impedimento y destrucci6n contra cosechas, material e instala


ciones de losrebeldes.

e. Orden pGblicoen situaciones transitorias. LapoblackSn


Lasmedidasparaproteger
en situaciones extraordinarias comprenden:

1. La inhumaci6n del personal civil y el soterramiento do animales.

2. Ordenar la comunicación del hallazgo de cadveres de fuerzas gubernamentales


o guerrilleras, con prohibici6n de tocarlos..

3. Ordenar que todos los forasteros o refugiciclosdesconocidos so presenten a los 6r—


ganos de contrainformacin para ser interrogados.

4. Comprobaciones frecuentes para comprobar que las autoridades locales dirigen


la comunidad con honradez, eficacia y orden, que limitan los precios, estable
cen un sistema de racionamiento, distribuyen alimentos,y, llegado el caso, pro
porcioncin alojamiento a los refugiados.

5. Censuro de los medios de comunicack5n tales corno radio, teléfono, tolgrafo y


correos, manteniendo una estrecha vigilancia siempre que convenga sobre los —

sistemas tcnicos de comunicacin,

2ó. Seguridaddeviajes,puertosyfronteras.

Las operaciones de seguridad de viajes, puertos y fronteras consisten en la apli—


caci6n de medidas especiales para controlar los aeropuertos, puertos marrtimos, fronte
ras terrestres y maritimas, limites a&eos internacionales y desplazamientos de personal
- 39 -

civil hacia el interior y al exterior de una zona de operaciones.

a. Seguridadportuaria. Los puertossirven de entraday salida para personal, documen


tos y material; por ello resultanpuntosclaves para el control de viajes. Estosme
dios son objetivos primordialesde los rebeldesy deben protegersecontra el sabota—
¡e. Las instalacionesportuarias deben estar normalmentebajo ci control de la au
toridad civil del puerto.

1. La seguridadportuaria debe facilitarse por la policía del puerto, las fuerzas pa


ramilitares y la policía militar, así como por la cooperaci5n entre las autorida
des civiles y militares. El personalde contrainformaci6n ayudaa establecer y
mantener medidasde seguridad, que afectan a:.

(a). El propio puerto.

(b). La poblcci& vecina.

(c). Los empleadosdel puerto.

(d).. La actividad subversivacentrada en el puerto.

(e). Los barcosen puerto.

(f). Los marinerosque puedanservir como correoso agentesde los insurgentes.

2. Losobjetivos de seguridaddel puerto incluyen:

(a). Asegurary neutralizar los objetivos de informaci6n de los insurgentes.

(b). Coordinar las medidasde contrainformaci6n, objetivos de ¡nformaci6ny


controles de seguridadcon otros6rganosinteresados.

(c). Llevar a cabo investigacionese inspeccionesde contrainformaci6n.

(d). Vigilar las poblacionosozonas vecinas.

(e). Comprobarlas medidasde seguridad.

(f). Investigarlos antecedentesy actuaci6n de los empleadosdel puerto en —

coordinacin con la policía civil.

(g).. Ayudar en la inspecci6nde barcos.


— 40 —

(h). Mantener una “lista negra” de agenteso colaboradoresde los rebeldesco


nocidos o sospechosos de serlo, que pucfleranutilizar el puerto o vivir en
la zona.

(1). Ayudar a la clasificaci6n de tripulaciones y pasajeros.

(¡). Recomendarmedidasde seguridadpara el control de barcosde pescay de


cabotaje.

(k). Establecerci necesarioenlace con todos los organismosinteresados.

b. Seguridadde fronteras. La seguridady control de fronteras en las operacionesde


contrasubversi6nse destina a impedir que las fuerzas insurgentesutilicen los paies
vecinos como “santuario” o refugio inabordable.

1. Objetivos secundarios. A continuaci6n se relacionan objetivos secundariosre


lacionados con la seguridady control de las fronteras.

(a). Impedir el sabotaje y espionaje impidiendo la entradade agentes.

(b). Detenero neutralizar a los correosrebeldes.

(c). Neutralizar la propaganday subversicnImpidiendo la entradade fondos


y literatura extranjera.

(d). Impedirla huida y regresode personalindeseable(especialmentejefes


políticos y militares).

2. Cuestionesa tener en cuenta en el planeamiento. Losplanes de seguridady con


troi de fronterasdeben incluir los siguientes:

(a). Puntosautorizadosde cruce por carretera y ferrocarril a lo largo de las


fronteras.

(b). Puestosde control de frontera en puntosde pasoautorizados, para:

(1). Identificar a las personasque intenten cruzar la frontera.

(2). Imponeral cumplimiento do las restriccionesdel movimientode mor


cancias y divisas.

(c). Patrullasfronterizas para detener a quienquiera que intente evadir las re


gulaciones ‘re control.
— 41 —

(d). Control de las personasque residen en la proximidad de la frontera, con


siderado como zona restringida,

(o). Interrogatorio y dSposici&) de los sospechosos.

(f). Control de refugiados y personasdesplazadas que traten de cruzar la fron


tora.

(g). EnlaceCQn las autoridadesdel control de fronterasde los paes vecinos.

(h). Recomendaciones
referentesal personalnecesarioy su instrucci5n,

(i). El trcfico civil normal rio deber interrumpirsems de lo estrictamenteno


cosario para satisfacer las necesidadesde seguridad.

(j). Encualquier caso, deben señalarsediferentes puntosde pasode fronteros


para el personalcivil y el militar.

3. Empleode informadores. Ésconveniente tener informadores:

(a). A ambosladosfronterizos para recoger informaci&. relativa al planeamien


to de rutas ilegales, susparticipantes y las horasprovistaspara el pasode
la frontera.

(b). Relacionadoscon gentesque operan en el mercado negro (muy valiosos —

para descubrir violaciones del control de fronteras por la relacL5rientre


el mercadonegro, el contrabandointernacional y el espionaje).

27, Responsabilidadesdelasesor

En unión de los asesoresdo la zona USAID puedeayudar a suscontrapartes a:

a. Desarrollar los oportunos planesde control de poblaci6n y recursos.

b. Desarrollar programasde instrucci6n para las fuerzas de control d0 poblacin y


recursos.

c. Recomendarpersonal para su participacin en las escuelasde seguridad pGblica


USAID.

d. Coordinar los planes y peticiones para material destinado a actividades de con


tra 1.
- 42 -

e. Revisi6ny cursode recomendacionespara ciumentarla eficacia de las actividades


de control.

1. Preparaci6npara la ¡niciaci6n del control.

(a).. Seleccionar, organizar e instruir la poblaci6n y los mediosde policía de


control, fuerzas paramilitares, etc.

(b). Desarrollaroperacionespsiccl6gicasdirigidas a ganarsela confianza de


la poblaci6n y establecer una basode entendimiento político.

(c). Coordinar las actividades de control por mediodel ASCC.

(d). Perfeccionary establecer los sistemasde defensay de seguridadinterior.

(e), Intensificar la actividad de informackn y las operacionespsicol6gicasdi


rigidas especialmentea descubrir y eliminar al cuadrode mandosde la re—
beli5n.

(f). Facilitar mediosde control sobreel movimientode recursosy de personal


mediante sistemasde puestosde bloqueo.

(g). Establecery perfeccionar sistemasde coordinaci6n y comunicacionescon


otras organizaciones.

2. Establecimientode un control mximo. Un éxito continuado de las guerrillas,


combinando con el consiguienteaumentoen el apoyo voluntario o forzado do la
poblaci6n, aconsejar la ¡ntensificaci6n de las medidasde control, En tal ca
so puedenutilizarse las siguientes:

(a). Estableceraldeas armadasy desplazarsu poblacin (como medida extre


ma).

(b). Intensificar las medidasya expresadasanteriormente en el apartado (e).


del grupo 1,

(c). Iniciar y publicar programasdeamnistía y rehcibilitaci5n.

(d). Ofrecer recompensaspor la captura de los mandosinsurgentes.

(e). Adoptar y hacer público un trato indulgente con los informadores.

3. Suavizackn del control. A la vez que las medidasdo contrasubvcrs;& alcan—


- 43 -

zan xito puede suavizarse el control sobre la poblaci6n y sus recursos. La dis—
minuci6n df control debo ofrecorse a la poblacn como incentivo para su coo—
peracin. Los controles deben disminuirse en dos etapas:

(a). Etapa A. Reducci6n de la intensidad de tos controles.

(1). Se continGan los controles generales de la zona, pero se reducen


las operaciones de incursiones, embascadas, acordonamientos y ex
ploraciones

(2). So traspasa la responsabilidad primordial del control a las unidades


de policía y paramilitares, disminuyndose la participaci6ri de la —

policía militar.

(3). Se continGan las actividades de informaci5n.

(4). Se activa la proparcici6n del ambiente, mediante operaciones psico


lcgicas para eliminar los motivos de subversi5n y nuevos brotes de
la fortaleza subversiva.

(b). Etapa B. Se reducen los controles a un mínimo.

(1). So disminuyen las restricciones individuales y sistemas de puestos de


bloqueo.

(2). So continúa el control sobre los recursos y movimiento de poblacin.

(3). Se reducen al mínimo las operaciones de unidades paramilitares.Sin


emlxirgo, continóan las actividades da orgonizaci6n e instrucci6n.

(4). Conf inan las operaciones de inormackÇn y pskol6gicas.

(5). Se da gran importancia a la mejoradel ambiente ya la instituci6n


de una base salida de convivencia política.

f. La imposici6n de medidas de control durante cualquier fase producir la capturo y


detonciSn de insurgentes, simpatizantes, sospechososy otros violadores do la ley,
así como la confiscacin do contrabando y otro material de importancia. Las pre
visiones para el manejo de la situacin, administraci6n y disposicin de este perso
no! ¡ncluir:

1. Medios para la dotenciSn local e intorrogacin,


-44.-

2. Lascircunstanciasde la capturo se especifican y fichan en los archivos de la po


licía local para el anlisis de las tendenciasy sistemasque reflejan.

3. Los insurgentescapturadosy otros relacionadoscon ellos se les sujeta a procedi


miento o, en algunos casos,a procesosde rehabilitaci6n.

4. El material confiscado debe documentarse,incluyendo las circunstanciasde la


confiscación, guardarsea salvo y entregarlo a la autoridad adecuadacuando so
solicite por asta,

g. La amnistía, el perdón, la rehabilitaci5n, un sistemade recompensas y la reeduca


cn, juegan papelesdistintos y significativos sobre la poblacin y el programade
control de Sstay susrecursos. Los programasdo recompensas se dotan de medios—

despuésde adoptarsela lcgislaci6n necesaria, Se proporcionanmediosde pago pa


ra la informac6n, capturo do jefes de guerrilla y entregade armasy equipo do las
guerrillas. Losdesertoresde las fuerzas rebeldespuedenutilizarse provechosamen
te en las operacionespsicolSgicasdirigidas a la poblaci5n, para contraatacar la
propagandasubversiva. Los programasde amnistía y rehabilitaci6n ¡ncluirn:

1. Previsionespara permitir a los miembrosde la poblaci5n que fueron desafectos


a colocarso bajo el apoyo del gobierno nuevamentesin temoral castigo por ac
tos anteriores antigubernamentales,siempreque sea pasible.

2. ReaUzacicnexjctcj, equitativa y escrupulosade los programasdirigidos a origi


nar la deserc6n entre los insurgentesy suspartidarios.

3. RehabiIitaci5n de los antiguos rebeldesy suspartidarios por mediode un progra


ma de reeducacf6n.

SeccinIV.OPERACIONESDECONTRAGUERRILLA

28. Objetivos

El objetivo primordial de las operacionesdo contraguerrilla es el do neutralizar


y eliminar a las guerrillas rebeldesy, en uni6n de las medidasde control de la pobla—
ci6n y recursos, lograr un ambiento en el cual sea posible el progresopolítico, social
y econmico. Se puedeencontrar un estudiodetallado de las operacionesde contra
guerrilla en el Manual FM 31—16.

a. Operacionesofensivas.
A

— 45 —

1. Lograr contacto con la guerrilla y mantenerla.

2. Las operaciones de castigo pueden ayudar a localizar y fijar la guerrilla. Las


operaciones de este Jipo ¡mpedirn a las guerrillas el descansar y reorganizarso,
les ocasionaran bajas, ayudaran a lograr un conocimiento detallado de la zona
de operaciones y obligaran a las guerrillas a gastar sus recursos militares.

3. Cuando sea localizada una fuerza de guerrilla, deben hacerse todos los intentos
posibles para rodoarla, aunque se necesite un despliegue minucioso, General
mente estas operaciones exigen que la fuerza de contraguerrilla sea muy superior
a la de las guerrillas (figuras 3 a 5 y Manual 31—16).

4. Cuando se logra el contacto con la fuerza de guerrillas, la realizacin Proba


ble de asta seré infligir el mayor nGmero de bajas a la fuerza regular, sin cern—
prometerso decisivamente y escapando a continuaclin del lugar de la ccc in.
Este método de operaci6n exige que las fuerzas militares que operen contra las
guerrillas estn particularmente instruidas para su persecuci6n. (FM 31—16).

(a). La unidad que establece el contacto inicial con la fuerza de guerrillas nc


cesitar un rpido aumento de fuerzas para mantener la presin contra la
que trata do evadirse, rodearlo y lograr su destrucción final. Estas fuer
zas de reaccin deben recibir una absoluta prioridad en el empleo de los
medios de transporte disponibles, al objeto de asegurar su presencia en el
escenario de la acci6n tan pronto como sea posible.

(b). La fuerza do persecuci6n se organiza en dos elementos; la fuerza de pre—


sin directa y la fuerza que ha de rodear al enemigo (y que Inc luye la —

fuerza de bloqueo). La fuerza de presi6n directa persigue al enemigo y


mantiene una presin ofensiva constante sobre l mientras se ref ira. La
fuerzci que ha de rodear al enemigo emplea una movilidad superior (pre—
fon bl omento deben emplearse fuerza aerotransportadas o ha 1¡transportadas),
llevando a cabo su acordonamiento scncil!o o doblo para aislarle y des
truirle (figura 6).

5. La emboscada do zona os una tcnica eficaz de contraguerrilla. Se compone


del elemento do emboscada primordial que provoca asta, apoyada por grupos mc
norcs de emboscada que cubren todas las rutas posible do retiradas. Una voz —
que comienza la emboscada, los grupos secundarios de emboscada abren fuego a
medida que las guerrillas tratan de retirarse de la zona.

b. Operaciones defensivas.

1. La defensa se orienta mcs bien sobre la situaci6n de la poblaci6n o ¡nsfalaci6n,


- 46 -

1.
UNIDAD DE RESERVA

UNIDAD OZ RESERVA

Figura 3. Cerco inicia(

LJ
UNIDAD DERE5ERVA

u
UNIDAD DE RESERVA

Figura Redijccjon del. cerco


-47-

11
UNtOAD DE

ti
UNOAD DE RESERVA

Figura 5. Sometimiento de ta guerri(La cercada

FUERZA

DE

PRESION

DREC rA

Figura 6. Persecución
— 48 —

que sobre el terreno ms favorable. Puestocpe la defensado la poblocn o ms


talaci6n determinadaes lo principal, no se presta excesiva importancia a los —

planes de retirada o de retaguardiade las posiciones.

2, Las medidasde vigilancia y seguridaddeben coordinarsepara operacionesque


duren las 24 horasdel día. Las provisionespara la defensadel perímetro, según
so esfudia en el manualFM—7—1 1, son aplicables especialmenteen la defensa
do poblacioneso instalacionescontra el ataquede guerrilla, cuando las fuer
zas regularesde contraguerrilla preparany dirigen la defensa. Cuandose em
plean fuerzas paramilitares locales la instrucción debe influir la necesariacon
fianza y capacidad para proporcionar una defensaadecuada para la poblaciSn
atacada hasta que puedan lanzarsefuerzas de apoyo o lleguen refuerzosde las
unidades.

3. Mediante sistemaoperativo permanente, establecidode antemano(SOP), que


¡ncluya mediosde transmisiones,fuerzas y apoyo por el fuego, ias poblaciones
mayores, y las menoresque rodean a astas, puedenciyudarsemutuamenteen la
defensa hasta la llegada de otras fuerzas de apoyo o refuerzo.

4. En zonasdondese han llevado a cabo operacionesofensivaspara eliminar el do


minio do la poblaci6n por Icisguerrillas, se necesitaranfuerzas militares regula
res para asumir la responsabilidadde la defensade la poblaci6n liberada hasta
que puedaninstruirsey cquiparseadecuadamentea los defensoreslocales.

5. Se debede tener en cuenta un detallado planeamientodo la seguridaden el des


plazamiento de la columna (ver tambin la seccin 1, Cap. IV):

(a). Columna montada.

(1). Cobertura de columna, si es posible. Coordinaci6ncon las unida


des a&cas de apoyo, incluyendo un amplio acuerdo en c6mo ha de
sor utilizado el apoyoa&eo a la columna montada, tanto por lo que
so refiere a las medidaspreventivascomo en las operacionesde com
bate inmediato, incluyendo las acciones de contraemboscada. —

(2).. Apoyo por el fuego. Todoslos elementosdo apoyo por el fuego,


a&eos y terrestres, al alcance de la ruta de la columna montada,
deben tomar medidaspara asegurarloinmediata y contianuamente.
El planeamientode fuego, incluido la exploraci&i, debe ser tan
comploto como lo permita el tiempo disponible. Debeasegurarse
una comunicaci6ncontinua para abarcar en caso necesariolas co—
mun icac ionesaerotransportadasde radio—ro k5.
—49-.

(3). SOPde maniobra individual y de unidades para la acckin preventi


va y de contraemboscada.

(4). Cotocackn previa de elementos de seguridad a lo largo de la ruta.

(5)’. Posible uso de equipos helitransportados “hunter—killer”, de perse—


cucin y asalto.

(6). Ayuda disponible de unidades amigas que ocupan posiciones a lo


largo de la ruta o en sus inmediaciones.

(b). Columna desmontada. La seguridad para el movimiento, cuando la colurn


na esta desmontada presenta diferentes circunstancias distintas de la segu
ridad para las columnas montadas. Estasincluyen:

(1). La necesidad de secreto, que puede descartar la cobertura a&ea.

(2). Restricciones en ci empleo de la artillerra e incapacidad de pla


near concentraciones de fuego cuando la ruta no puede especificar
se de antemano.

(3). La seguridad de flanqueo es ms fcil cuando ci desplazamiento no


es montado, especialmente si puede utilizarse el transporte areo
o terrestre para situar en posici6n elementos de seguridad.

(4). El desplazamiento silencioso de las columnas desmontadas, especial


mente durante la noche, puede permitir a los elementos de seguri
dad ci localizar a las fuerzas de emboscada.

(5). Lasformaciones extensas permiten a parte de la columna colocarse


en posici6n para maniobrar contra una fuerza de emboscada que —.

ataque a otra parte de la misma columna.

29. Listadecomprobaciandelasesor(operacionescontraguerrilla)

a. Conccntrcrse en la eliminacin de la guerrilla, no en objetivos del terreno.

b. Mantener ia ofensiva en todo tiempo (no alejarla durante la estación de las llu
vias, pues resulta preferible seguir operaciones ofensivas limitadas a adoptar una
actitud pasiva).

c. Señalar prioridades de esfuerzo para proporcionar normas de dstribucin do las fuer


- 50 -

zas de contraguerrilla.

d. Mantener las fuerzas de contraguerrilla fuera de las guarniciones y poblaciones, —

así como de las carreterasy caminosy hacia el propio ambientede la guerrilla.

e. Planear la utilizaci6n de todos los recursos(tanto las unidadesregularescomo es


peciales) y emplearlos.

f. Evitar el establecimiento do basesde patrullas scmipcrmanentes,sobrecargadascon


artillería y suministros,que tienden a inmovilizar las fuerzas (prestar atenci6n es
pecial a impedir el que las unidadesm6vilesse conviertan en semifijas).

g. Subrayar la importancia del secreto y la sorpresa. Losplanes deben tener en cuen


tci y facflitar

1. Comunicacionesefectivas y seguras.

2. lnstrucci6n constantedel soldado.

3. Variaci6n de m&odosy uso de tcícticas y tcniccs no ortodoxas, para evitar los


modelos consabidos.

h. Señalar zonasde responsabilidada los jefes.

1. Subrayarque la accin del mandoy su estado mayordeben incluir:

1. PlaneamientocentraUzadodo operacionestccticas descentralizadasa pequeña


escala.

2. Importanciade la unidad de mando.

3. Programasde instruccin que refuercen el desarrollo del espíritu ofensivo, la —

actividad física y el deseode descubrir las guerrillas y destruirlas.

4. Planeamientoextensivo de imprevistospara empleo de las fuerzasde reserva.

5. Coordinacin detallada del trabajo de informaci& conseguidopor:

(a). Coordinacin con las redesde informaci6n civil y paramilitar.

(b)e Creaci6n de redesde ¡nformcici&i, conjuntamentecon la pobkici6n local.

(c). Interrogacin exhaustiva de prisionerosy sospechosos.


- 51 —

(ct). Planeamientodetallado y coorclli,aciSnde actividades con los funciona


rios civiles en cualquier zona de operacionesque afecte a la poblacin
civil.

6. lncorporacin y Vigilancia de la accin cívico—militar en el plan operativo,


mediante;

(a). Planeamientoe incrementode un plan de acci3n cívico—militarcon acti


vaci&i do la propagandae influjo sobre la poblacin para ganarsoa la —

sometida a influencias subversvas.

(b). Peticin y distribucin de mediospara la retocalizaci6n de la poblacin.

(c). Instrucci6nde las fuerzas paramilitares para las operacionesde seguridad,


asegurndolas un apoyo continuo.

7. Coordinaci5n detallada do las funciones de apoyo de combatey servicios desti


nados a l, (especialmente los suministrosareos) en todo planeamientotcti—
co (Cap. IV).

8. Aplicacin inteligente del concepto de estrucchSn mínima con vistas a la nece


sidad imperiosa de disminuir la hostilidad de la poblaci5n. (El empleo de la ar
tilloría o la fuerza a&ea para oponerse a la accin de la guerrilla en una po—
blacion que ha recibido fuego de francotiradores, puede neutralizar la accion
de los guerrilleros, pero se gancr la animadversi& de la poblacin civil como
consecuencia de las bajas sufridas por no combatientes),

9.. Estudio del empleo de todos los medios de transporte, incluyendo aviones, vehí
culos oruga y de ruedas, embarcaciones, animales y porteadores.

10. Dotar de medios para la rpida reunin y distribucin de toda la informacin dis
pon ible al objeto de que las fuerzas contraguerrilla puedan ejercer una accin
inmediata dirigida a destruir las guerrillas de rcpido desplazamiento. (Esto es
difícil, pero necesario). (Seccn 1, Cap. IV).

11. Medios de transmisiones que incluyen:

(a) Necesidades ofensivas y defensivas para AM, FM y SSB.

(b). Aire—Tierra; FM, UHF o VHF (1) para:

(1) AM = Amplitud modulada. FM = Frecuencia modulada. SSB= Banda tnica.


UHF = Ultra alta frecuencia. VHF = Altísima frecuencia.
- 52 -

(1). Emboscadas.

(2); Patrullas.

(3). Convoyes.

(4). Incursiones.

(5). Imprevistos.

(6).. Evacuacin sanitaria.

(c).. Planesde apoyo por el fuego.

(d). Redesde emergenciaen varias regiones.

Sccci6nV.OPERACIONESDELIMPIEZAYCONSOLIDAC1ON

30. Generalidades

Las operacionesde limpieza y consolidackn reunen los tres programasprimordia


les de contrasubversin, apoyadospor operacionesde informaci6n y icohgicas sobre
una zona gcogrfica o administrativa o la parte de asta afectada. La tctica y la t&
nica empleadaspara llevar a cabo las operacionesde limpieza y consolidaci&i se estu
dan a lo largo de este manual del asesor. Estasoperacionesse concentransobre una
zona de alta prioridad especica, que cxperimenta una abierta subversi6ny persigue
los objetivos siguientes

a. Creacin de un ambiente fico y psicol6gico de seguridad.

b. Establecimientode un control firme del gobiernosobre la poblacin y la zona.

c. ObtenciSnde un apoyo voluntario de la poblacin y su participacn en los progra


mas del gobierno para oponersea la subversfn.

3L Consideracionesatenerencuentaenelplaneamiento

a. Lasoperacionesde limpieza y consolidacin deben extendersehacia el exterior,


partiendo de una basesegura, tal como un complejo urbano e industrial cuya po—
blaciSn apoye Ici accin del gobierno y donde las fuerzas militares elerzan un con
trol firme.
- 53 —

b. No podrcirecuperarseninguna zona por su propia poblaci6n, cuando ha estadosuj


ta a los esfuerzosintensivosde crganizacion de una fuerza subversivainsurgente —

hasta que:

1. Un jefe, responsablede la operacin do limpieza y consolidackn dispongade —

fuerzas militares suficientes, netamentesuperioresa las de guerrilla que se sabe


o se sospecha existen en el &ea o dispuestasen una zona inmediata.

2. So hayansituado mediosno militares suficientes dentro de la zona para llevar a


cabo con eficacia, todas las mejorasnecesariasdel modk ambiente asr como las
operaciones de control de la poblaciSn y medios.

3. La zona haya sido limpiada de guerrillas.

4. La organizacin fundamental insurgentey su organizaci6n de apoyo haya sido


neutralizada o eliminada.

5. Un organismo gubernamental, al cual la poblacin preste un apoyo voluntario,


se haya establecido para sustituir al de los rebeldes.

32. Ejecuci6n

La opc-rcciSnde limpieza y consolidacin se caracteriza por ici realizaciSn de


cuatro etapasque generalmentese solapany son: la preparacin, limpieza, afianza
miento y consolidackn.

La etapa preparatoria durante la cual se lleva a cabo el re


ci. Etapa preparatoria.
cuento de medks, establecimientoy planeamknto, se caracteriza por tas acciones
principales siguientes:

1. SeIeccSn y concrccin de ia zona especfca sobre la que han de llevcrse a ca


bo las operacionesde limpieza y consolidacion (realizada a nivel nacional o a
uno inferior basadoen objetivos nacionales).

2. Señalamientode una cadenasucesivade mandosy la formulaci5n del concepto


de la operacin.

3. Reunin de datos e ¡nformessobre las zonasde operacionesasignadas.

4. Calculo de las necesidadesde medios, tanto militares como no militares.

5. Preparacin del plan de operacionesdo limpieza y conso(idaci&. Durante ia —


- 54 —

preparaciSn del plan, se estudian muchosfactores, incluidos los siguientes:

(a). LogislacicSn
ocasional, para proporcionaruna baselegal para las medidas
de control de la poblacin y recursos, legitimidad del empleo de las fuer
zas armadas,etc.

(b). Puntosclaves que puedenexigir ci establecimientode puestosfijos de de


fensa.

(c). Necesidadesy organizaci6n de fuerzasde policía y paramilitares.

(d). CoordinaciSn, incluyendo previsionespara las operacionese instruccin


conjunta, abarcandolas fuerzas y organismosmilitares de policía, para
militares, de informacion, psicoiogicos y de la adminustracioncivil.

6. Preparaci6npsicol6gica de la poblaci6n de las zonascontiguas para justificar


la necesidadde estasoperaciones.

b. Etapa de limpieza

1. Estafase, caracterizada por operacionesde contraguerrillas y de control de po


blaci6n y recursosse destina a:

(a). Impedira la organizacin insurgentela posibilidad de acciSn de la zona.

(b), Establecerla presenciaffica de fuerzas de control de poblaci6n y recur


sos militares del gobiernosobre todas las zonas.

(c). Garantizar la seguridadabsoluta en la zona balo la protecci6n efectiva


de tas fuerzasdel gobierno.

2. La etapa de limpieza puede iniciarse por operacionesde barrido para dispersar


los elementosde las guerrillas principales o forzarlos a la reacci& dentro de la
zona de Operaciones.Una vez que se ha conseguidoestose inicia una combina
cicSnde operacionesde pequeñasunidadesofensivas, tales como patrullamiento
de saturaciSnde la zona, emboscadas y otras tcnicas que se exponenen la Sec
ci6n IV, Cap. V.

3. No deben alterarse las acciones de ropresiSny premiocon respectoa la pobla—


ciSn general de la zona. Escaracteritico de todas las operacionescontra la
subversi6n el trato firme e imparcial, siempreque sea posible, puestoque, a
menudo, no podr ¡dentificarse a los insurgentes,al comienzode las operacio
nes.
— 55 —

4. Lasfuerzasde control de la poblacin y recursosimplantan medidasde vigilan


cia y restriccfSn, cuando es necesario(Secci6n III).

c. Etapade afianzamiento

1. Lasoperacionesdurante esta fase estn destinadasa

(a). Establecerun control firme del gobiernosobre la zona y su poblaci6n.

(b). Favorecer la propk capacidad local para la seguridadde la zona.

(c). Establecerun sistemapoirticode gobierno para sustituir al de la subver—


sion.

2. Lasacciones principales que se llevan a cabo durante esta fase incluyen:

(a). El destino y distribucin de fuerzas militares regularesconvenientemente


instruidas para continuar las operacionesmilitares ofensivasen la zona.
Las otras fuerzas militares regularesque participaron en las acciones de
la etapa de limpieza quedan libres y se destiran a llevar a cabo otros co
metidos de la misiSnde contrasubverskSn en la zona.

(b). La introduccicSnde elementosde otros rganos del gobierno, a medidaque


la zona alcanza una situación de mayor estabilidad, para iniciar el desa
rrollo de los programasde mejoraambiental. Los recursospara apoyar a
estos 6rganosy susoperacionesdeben ¡ntroducirsea medidaque se nece
siten.

(c). Mediante la clasificaciSn de la poblaci6n para determinar los elementos


rebeldes y descubrir la capacidad de liderazgo local.

(d). Estudiode la zona, ayudado por el liderazgo local para determinar los re
cursos y las necesidadesprecisasy normalesde la zona y su poblackn.

(e). MotivaciSn de la poblaci6n, medianteacciones tales como las meloras —

del medioambiente, destinadasa influir psicolSgicamentesobre la pobla


cian e inducirla a participar en la reconstrucciSnde la zona y en su de:
fensa como cosa propia, contra ci ataque de ias guerrillas (Secci6n II y
III).

(f). Apoyo del gobiernoa aquéllos que quieran participar en la reconstrucci6n,


bascndose sus r,ecesidadesasí como en el principio del propio esfuer
zo, siempreque sea posible, y en la voluntad de defensade sus logros.
- 56 -

(g). Instrucci6nde fuerzas paramilitares locales, incluyendo su armamentoy


su empleo en una o varias operacionesdo contraguerrillas.

(h). Establecimientode un sistemade comunicacionesque una la zona median


te un sistemade transmisionesamplio y seguro.

(i). Esfuerzosprogresivos,como la formacn de club de juventudes, partici—


paciín de la poblaci& en la elcccin de los mandoslocales, participa—
cian en los tralxjos de mejoradel ambiente patrocinadospor toda la co
munidad y otros proyectospara desarrollar la conciencia nacional y la co
municaci6n activa entre la poblachn y su gobierno.

d Etapade consolidaci6n

1. Durante esta etapa todas las actividades de las operacionesde limpieza y ocu—
pacin se extienden y aceleran con los objetivos de:

(a). Entregarla responsabilidadprimordial de la seguridady del gobierno lo


cal a la poblachSntan pronto como ost en condicionesdo aceptar dicha
responsabilidad.

(b). Mantener una seguridadabsoluta.

(c). Continuare1 esfuerzode reconstrucci6ncon el apoyo necesariode los re


cursos locales o gubernamentaleso una combinacon de ellos.

(d). Continuar el desarrollode la conciencia nacional y la basepolítica local,


apoyada por el inters y la particpacin de la poblacin.

2. El nuevo desplieguedel gruesode la fuerza de contraguerrilla que acti5aen la


zona para llevar a cabo operacionesen l adyacentesu otras zonasde gran prio
ridad se verifico durante esta fase. Sin embargono debe tener efectividad has
ta que las fuerzas locales paramilitaressean capacesde proporcionar ici debida
seguridad. Ademasdebe formarseuna fuerza de reservageneral para poderres
ponder r6jidamente a los ataquesde las guerrillas, cuando tstos sobrepasenlas
posibilidades de las fuerzas locales o regionales. Para prestar la ayuda nece
saria puedenfacilitarse fuerzasde reservade nivel nacional, tales como unida
des transportadasen helic6pteros, aviones o buques.

e. Otras consideraciones.. La apticaci6n y logro de objetivos de las operacionesde


limpieza y consolidacin exige gastosconsiderables, tanto de recursoscomo de orn
PICOde tiempo. El asesory su contraparte debenestarpreparadosparaun esfuerzo
prolongado. Puedennecesitarsevarios años para alcanzar un éxito completo y du
— 57 -

racicro, s nos basamosen las experienciasde las zonasafectadaspor la subvcrsicSn


en las que so ha llevado a cabo operacionesde limpeza y consolidaci6n u otras si
mi lares.

33. Listadecompróbaci6ndelasesor(plandeoperacion,operacionesdelimpiezaycon
soUdacic5n)

V6ase ap6ndice II.


CES EDEN BOLETINMENSUAL
N°16
Dpto.de Informacion

INSTRUCCION
YENSEÑA
—INAUGURACIONDEL XVIIICICLO DEL CENTRO
DE ALTOS ESTUDIOS MILITARESITALIANO

III
CESEDEN

INAUGURACION DELXVIII CICLODEL CENTRODEALTOSESTUDIOS.


MILITARESITALIANO

(Rvista Marttma — enero 1967)

Mayo-1967 BOLETINDEINFORMACION N2 16 III -


El día 25 de Octubre de 1966 tuvo lugar, en
el Palacio Barberini, de Roma, la solemne inaugu
ración del XVIII Curso del CASM en presencia del
Presidente de la República y de las ms altas au
toridades civiles y militares.

A continuación, se reproduce una transcrip


ción abreviada del discurso de introducción del
Director del CASM, de la intervención del Jefe —

de E.M. de la Defensa y del discurso del Minis —

tro de 1 Defensa, pronunciados con ocasión de —

la citada ceremonia.

DISCURSO DE INTRODUCCION DEL PRESIDENTEDEL C.A.S.M.:

(General de Aviaci6n Duilio Fanalí)

Señor Presidente de la ‘Repibiica:

La presencia de V. E. en esto fastuoso Palacio Barberíní que evoco im —

portantes acontecimientos hist&icos, confiere a lo ¡nouguraci6n de este XVIII Curso


del Centro de Altos Estudios Militares uno solemnidad, un prestifio y un significado
que constituyen, para nosotros, un motivo de estímulo.

Lo presencia de nuestros predecesores presta calor al acto como símbolo


do continuidad y tradici6n que procuraremos mantener.

En cuanto a las altas autoridades existentes que con su apoyo tanto han
contribuído al desarrollo de este Instituto, les hacemos presentes nuestro vivo agrade
dmiento.

Inicio mi msi&i, consciente de las dificultados a superar, confiando —

en c.l grán espíritu do colaboraci6n, lo mximo competencia y la madura experiencia de


mis colaboradores. El rcpido desarrollo de los acontecimientos nos exige una volun —

tad de trabajo incesante.


—2—

El palpitante y vital inters de las funciónesdel Centro y lo profundidad


de susestudios, se derivan de su naturaleza por referirse a la disuasi6nde ici guerra, —

al mantenimientoy reforzamientode la paz y la supremadirecci6n de la defensanacio


nc1.

Su mbito traspasael carcter profesional y difiere del de otros centros


de estudiossuperiores, ya que abarca todas las formasde vida del Estadoy las milti —

pies actividades relacionadascon la defensanacional.

En ello se funda la propuestade cambiar la actual denomincci6nde es


te Centro de Altos EstudiosMilitares por la de Instituto Jo Estudiosde la DefensaNa
cional..

Mi predecesor, el General Bianchi, insisti6 sobreel concepto de la es—


trategia modernaestudiandocon referencia arm6nica los componentesdel conjunto de
la defensa..

Creemos fundamentalmenteque este Centro es el m6scalificado para pro


porcionar a los oficiales y funcionariosdel Estadopreeminentes,una perspectivaade
cuada del panoramaestratégico.

El C.A.S.M. se cre6 en 1.949. En los 17 añosde suvida ha desarrolla


do y perfeccionado su estructura y organizaci6n, ampliando susinvestigacionesen el
6mbito nacional dentro de la situaci6n internacional.

En este procesode adecuaci5n a un enfoquem6sexacto del problemade


lo defensa, el C.A.S.M. ha llamado a susaulas a funcionarios civiles de rangodestci
codo para poderbeneficiarse de susamplies Conocimientos,experiencia y ténica so
bre temasno exclusivamentemilitares.

Actualmente en el C.A.S.M., los estudiosdedicadosa la investigaci6n


y meditaci6n no se limitan a una labor inter—ej6rcitosni siquiera a los límites naciona
les, sino que seamplían a las relacionesy perspectivas, consecuenciaJo alianzas, ——

—comola NATO—o de adhesiona organismosde cooperacion internacional, ya que —

gran parte de los acontecimientosmundialesrepercutenen la vida y segunidadde la


nacion.

Según es costumbre,haremosel resumendel Cursoanterior y del resulto


do de sustrabajos.
—3—

Cuatro fueron los temas fundamentales estudiados en l.

El primer tema versaba sobre los planes civiles en caso Ja conflicto y —

tendía en este aspecto, a señalar los objetivos mínimos en los diversos sectores opera
tivos ya trazar las líneas de una’posible accicn dirigida a conseguirlos dentro del con
junto políico—econmico, social y psicol6gico del país. —

El anlisis llevado a cabo ha de’Jucido que en un conflicto futuro la so


lidez del frente interior continuara la premisa da cualquier defensa: una solidez resul
tanta de la posibilidad de proteger la estructura del estado, la direccin político—ad
minstrativa del país, su moral y la vida de la poblaci6n, y el potencial econ6mico,
objetivos todos que se consiguen en campos no militares.

Es necesario oponerse a la opini6n falaz que supone una absoluta impo


tencia ante la ofensiva nuclear: a&n a despecho de su carcter apocalíptico, continua
rn existiendo gran cantidad de recursos y millones de supervivientes.

El ¡nters y el trabajo que se dediquen a los problemas de la defensa y


al logro de medios defensivos constituirn un amplio factor de disuasi6n y a la hora —

do la prueba reducirn sensblemento las pérdidas de vidas humanasy las destruccio —

nes.

El estudio ha señalado cuatro grandes zonas operativas do la Defensa Ci


vil, indicando los distintos límites de intervencin para cada una de ellas.

Italia esta atn por debajo de las necesidades mínimas en muchos secto —

res, siendo necesario un gasto de 30 a 40 miles de millones de liras al año para poder
llenar ese vacío. Esta ovaluaci6n se ha efectuado por comparaci6n con lo ya realizq
do por los principales países del mundo occidental, incluidos los neutrales.

Esta inversin representaría una prima de seguro contra 1osgrandísimos


riesgos en cualquier eventualidad en paz o en guerra.

Un segundo tema tendía a la orientacin sobre las grandes líneas de la


política nuclear en el mbito nacional, teniendo presente la situacin de otros paises,
la capacidad científica, industrial, econ6mica y financiera de Italia y las exigencias
de su participaci6n al progreso y las de su defensa.

El estudio ha condúcido a las siguientes conclusiones:

— en el ámbito civil, la participaci6n al progreso no admite retrasos ni lí


mites en el camino dirigido a las aplicaciones no militares.
-4-

— en el campo de la defensa, la necesidad indeclinable de cobertura y ar


mamento nucleares puede satisfacerse mediante cuatro Soluciones:

atlcnflca, europea, plurinacional, nacional.

Las Soluciones europea, plurinacional y nadoncl deben Jescartarse por


el momento, bien porque están subordinadas a Situaciones polrticas no actuales o por
que resultan demasiado onerosas.

La soluci6n atlcntica, interesa como satisfacci6r) de las exigencias en


el mbito de la Alianza, resulta coherente con la posici6n italiana con relaci6n a la
misma Alianza, con la no proliferacin, con el desarme y teni endo todo ollo en cueri
fa parece la ms conveniente.

Bajo el aspecto de la defensa no satisfacen plenamente para todas las -

situaciones las condiciones de seguridad si resultase necesaria la intervenci6n ¡taUa—


na, pero la participacin de los parses europeos en la planificaci6n nuclear (acci6n
ya en curso) puede eliminar las deficiencias actuales y proporcionar una garantra ms
eficaz.

Las Soluciones
descartadas
de momentoporrazones de rcalizacin Jfrl
podrn serobligadas
ms adelante decambios radicales de lasitua
como consecuencia
cn politico—mil;tar que impondrn unas alternativas diferentes. Espor tanto, nece
sario seguir con extrema aten clin la evoluci6n de la situacin, porque un cambio oven
tual ‘Jo su Jirecci6n exigirc las decisiones adecuadas con la debida anticipaci6n, te —

niendo en cuenta el tiempo necesario para las consiguientes realizaciones técnicas.

Otro tema se referra al problema de la supervvencia bajo el aspecto po


lrtico, de la infraestructura militar, psicolgico, etc., en un conflicto nuclear ilimi
fado, caracterizado por. una primera fase de violencia excepcional.

El estudio ha llegado a la conclusi6n de que, en el estado actual del ar


momento ofensivo y de la defensa, desencadenando la mxima potencia podre haber
la posibilidad de una supervivencia activa (esto es, supervivencia para continuar corn
batiendo) ante un ataque nuclear de violencia excepcional.

Por lo que se refiere a las naciones roduddas, cai’acterzajas por una —

superficie limitado, o Ita densidad de poblacin y concentrac;5n de recursos —comoes


el caso de Italia— la supervivencia ante este ataque hipott no parece que pueda
conccbirse sino en términos vegetativos.

Pero aunque en este caso, si resultan necesarias las aportaciones y pre


parativos defensivos, para reducir sensiblemente las prJidas de vidas humanasy do
-5-

bienes, y ayudar a la terminaci6n del conflicto ala reconstrucci6n del país.

En el caso estudiado, se puede prever la p6rdida en el sector afectado —

del 30% de. la poblaci6n y la destrucc.i6n de un 70 a un 90% de las instalaciones indus


triales.

El estudio termina con la indicaci6n de los campos en los que ser6 nace—
sanio operar, en especial en el pscol6gico, productor, industrial, logístico y de trons
porte, y traza las líneas de organizaci6n cJeuna defensa total, civil y militar, dirigi
da a elevar el margan de Supervivencia.

Un 5ltimo tema estudiaba la valoraci6n de las consecuencias respecto a


Italia —enlos aspectos político, econ6mco y defensivo- tanto en el caso de llegar a
un eventual desarme general, corno anal de continuar las medidas tornadas hasta aho
ra y las discusiones sobre este tema..

Un an6lisis profundo de ios planes de desarme general y completo, alabo


rado.por los USA y la URSS, ha llevado a la conclusi6n de que resulta arriesgado otor
gar un juicio plenamente favorable a is posibles consecuencias de la aplicad6n de fa
les. planes.

Parece que a los efectos de seguridad interior, un desame total presenta


rfa puntos de extrema delicadeza dada la situaci6n especial existente en Italia, ante
la eventualidad de fenaces tentativas de subversi6n.

Bajo el aspecto econ6mico nacional, no se vislumbran consecuencias nc


gativas de importancia; sin embargo, son objeto de preocupaci6n y difícilmente valo—
rabIes, aparte las consecuencias indirectas, las que se derivan do la grave crisis que
provocarían la convers6n industrial en los países de gran potencial y producci6n mili
tar, especialmente en los EE.UU..

El examen de la propuesta de “no difusi6n de las armas nucleares” ha —

puesto en evidencia la necesidad cJeevitar que pueda cristalizar definitivamente la ac


tual si.tuaci6n de sometimiento de ios países no nucleares a los nucleares. Por ello, es
conveniente no renunciar a una cierta libertad de acd6n en el ccmpo nuclear, enten
dida no como deseo de disponer de armamontó nuclear propio, sino como mantenimien
fo de una posibilidad de olecci6n entre la renuncia y la voluntad de adquisici6n.

Bajo este aspecto la propuesta italiana de moratoria nuclear, como corn


p6s de espera, podría constituir una aporfac6n constructiva a la causa del desarmeal
propio tiempo que una salvaguardia para el país.
-6-

Veamos ahora brevemente el programa cJetrabajo propuesto para el XVIII


Curso que hoy comienza.

El Jefe del E.M. de la Defensa ha señalado los cuatro temas siguientes:

12 Concepci6n moderna de una doctrina ¡nter—ej.rcitos en el cuadro dela


estrategia integrada y de la estrategia nacional.

22 La economía militar corno ciencia basca para una moderna estructuracjn


y organizaci6n de las Fuerzas Armados en los campos operativo, logístico,
tcnjco y administrativo.

32 En el cuadro de la situaci6n estratégica mundial, investigar la posible —

delineacin de una concepcin estratégica para la NATO, que tenga en


cuenta especialmente las necesidades defensivas italianas.

42 Valoracin de la posibilidad de supervivencia de Italia —dentrodel actual


conjunto poIflco—militar_ocon6m;co_ en caso de un conflicto entre los
bloques Oriental y Occidental, y en la hip6tesis del cierre do los estre
chos de Suez y Gibraltar, teniendo en cuenta:

— Sus posibilidades productivas segtn las leyes de desarrollo en los carn


pos demogrfico, agropecuario, industrial, comercial y econmico.

— Sus condiciones de aprovisionamiento —fuentesy transportes—para —

atender a sus necesidades.

Son temas difíciles, do graninterés,


enjundia
y actuaRdad.

Solicitamos el decidido empeño y reconocida capacidad de todos los con


currenfes y del consejo directivo del C.A.S.M.. Debemos estudiar estos temas con —

la ponderaci& que requiere su Complejidad. Confiamos en que todos aporten su inte


ligencia, imaginacin, preparacin y competencia, con todo entusiasmo para el logro
de los fines propuestos.

La realizacindeestoscuatroestudios unode los objetivos


constituyo —

fundamentales del curso, pero no es el principal.

En realidad el C A.S.M., aparte su finalidad específica del estudio, —

tiene la misi& esencial del perfeccionamiento en la preparaci6n Jo los concurrentes


al mcs alto nivel de responsabilidad, ampliando los estudios r,edianto una variada se
rio de conferencias, seminarios, debates, reuniones organizadas, viajes, visitas y con
tactos directos y en elextranjero.
en Italia
-7-

Para alcanzar dichos horizontes me he dedicado desde el 12 de julio, ¡un


tamente con el consejo directivo, a definir el objetivo principal del XVIII Curso. A tal
fin, hemos dedicado los mayores esfuerzos a tratar do determinar y destacar las carac —

teriisticas principales del problema de la defensa nacional sobre el fondo ambiental po—
lrtco del mundo contompornoo.

Deseo aludir’a las consideraciones ms relevantes. Las dos terribles gue


rras mundiales, que se han sucedido en el transcurso de apenas un cuarto de siglo, han
impuesto una evoIucin radical de la estrategia, que ha pedido gran parte de su con —

tenido clsico y tradicional para adquiri.r uno totalmente nuevo derivqdo de la ¡limito
da expansin espacial, del prodigioso progreso de la técnica, de la participacin en la
lucha de la potencia total no s6Io de un pa sino de una colosal coalici6n. Las pala
bras vencedor y vencido que resumran no hace mucho las constantes de un conflicto —

armado, ya no tienen significaci&i. En cambio ha recobrado nuevo vigor la mxima


de Clausewitz: la paz no es sino la continuación de la guerra con otros medios’t.

A travs de todos los países del mundo so ha establecido una frra red de
conexiones, aproximaciones y diver9encias del tipo ms variado, que complican cada
vez ms la trama política do las relaciones internacionales. La victoria sobre la dis —

tancia y sobro el espado, la rapidez fulgurante de los medios deinformacin, la velo


cidad y la capacidad de transporte, la facilidad y oxtensi6n de ¡ntercambios y contac
tos han tejido finamente esta trama, pero al propio tiempo lo han embrollado y la han
hecho extremadamente sensible. Cualquier punto de la tierra es hoy draun centro ner
vioso, del cual ante cualquier estímulo—irradian corrientes y sensaciones que se pro

pagan al instante sobre toda la red y al ser recibidas determinan a su vez otras reaccio
nos.

Por esta raz6n, actualmente —adiferencia Jo lo que sucedi en otras po


cas de la historia— no importa que el centro nervioso sea pequeño y lejano, pues susd
fa inmediatamente extensas reacciones y despierta inters general.

El advenimiento de la era nuclear y espacial, sacudiendo-el equilibrio —

total del sistema existente, estableciendo en trminos indiscutibles una nueva jerarquía
de potencias, ha puesto sucesivamente en manos do un solo paí, de dos m6s tardo y —

después de unos cuantos países, el terrible poder destructivo del fuego atmico de un
Prometeo no encadenado: monopolio u oligarquía nuclear, lo cierto es que todas las —

naciones del mundo debemos encaramos hoy día con la nueva realidad.

En el terreno militar, el armamento nuclear ha provocado una revolucin


sin precedentes en el arte de la guerra, al colocar en pocas manos una concentracicSn
¡nigualablo de potencia, que pone prcti comente a ics nacionesno nuclearesen un es
tado de sujeccic$n que ninguna declaraci6n de los principios de igualdad de los pueblos
—8—

puede romper. Salo podría garantizar ci equilibro una ley tica de consistencia prcc
ticamente inconseguibie.

En estas condiciones, el reagrupamiento polÍico, tendencia ya favore


cida por los factores ideológicos, se hace necesario.

La independencia nacional, ese sueño cuya consecucin ha constituído


la obsosi& do tantas generaciones, aparece hoy como una verdadera utopía; la liber
tad se ha visto atada a demasiados vínculos por imposiciones ineludibles de vida. Den
tro de las naciones se extiende el fenmeno caractoritico de la evoluc6n de la socia
dad: el indivíduo ya nose concibe sino bajo una visin asociativa; la nacin aslarJa
autonoma, no tiene posibilidad de desarrollo, de organizacion, de seguridad ni de su
pervivencia y tiende por ollo, inevitablemente, al reagrupamiento dentro do una po—
larizackn determinada. /

Pero el factor nuclear ha ¡nfroduck!o en el sistema, aparte una dosis ¡n


calculable de terror, un cierto equilibrio —aunqueinestcble— entre los bloques anta
gonistas, que si por una parte parece alejar ci peligro de una guerra general ilimi
tada, por otra activa la lucha en miltipies campcs con infinidad de medios e incluso
de modo permanente en toçios los frentes: ¡deol6gico, político, econ6mico, social y
psi colgico.

De aquíque se sostenga un estadopermanentede lucha, una lucha de


forma nueva y con manifestaciones inusitadas, que ignora el tiempode paz y no admi
te tregua.

Durante el curso anterior ci C.A.S.M. ha resaltado la nocin y el con


tenido de la estrategia moderna, insistiendo sobre la fusi6n de todos loscomponentes
estratgicos y especificando el nivel, ellugardeencuentro, de talascomponentes.

Ahora bien; si subsiste un estado de lucha permanente, debemosampliar


el concepto con una nocin de extensi6nyconfinuidadeneltiempo.

De ella se deduce el corolorio de que la Característica efectiva dci mo


derno conflicto, en todas sus manifestaciones que no implican necesariamente el em
pico de las armas, es la rnoviiizaci6n, la activaci6n de todos los numerosos componen
tos que concurren a la defensa nacional, contínua, opresiva, permanente sin distin
cionos entre tiempo de paz o de guerra.

De aquí, la indeclinable necesidad de una estrategia que armonice y cor,


dicionc susmúltiples componentes de forma constante incluso en ese tiempo que he ——

mos dado en llamar “de paz5’ porque durante l los cañones no imponen materialmente
su voz.
A la estrategia así caracterizada van necesariamenteadscritaslas fun —

ciones de guía de la lucha permanente, instaurandouna direccicSny control a la vez


contrnuos, constantesy pluriformes.

Esta direcci6n no esde naturaleza exclusivamentemilitar ni de especí


fica competenciaprofesional, sino que estc situada en un plano muy elevado como
resultante de muchoscompetentes,siendo él mfUtar tan s6lo unó de ellos y no siam —

pro el principal.

El vocablo guerra ha sido sustituído por el de defensa_,no por preten


der acreditar la voluntad de paz mediante un cambio de etiqueta, sino como conse —

cuenda de una evolucin sustancial y profunda de la lucha.

Ahora bien, si para la guerra ch5sica, tradicioñal., entendida como iu


cha armada, siempreexistió un arte en cuyos principios aquélla se inspiraba y una
ciencia en cuyo planteamiento se basaba, ¿no deben adoptar rapidamentela necesa
ria evoluci& para proyectar sobre el plano la perspectiva mcisamplia de la concep—
c6n de la defensa?

Las escuelasmilitares, los centros de investigacicSn,las doctrinas y re


glamentos de empleo e incluso la mentalidad, la orientacic5nespiritual y la técnica,
debcrn continuar susestudiossobrela guerra como prepclraci6n.a la direcci5n y des
arrel lo de ese componenteparcial de la defensa.. Defensa, cuya amplitud, comple—
¡idad y continuidad no cuenta ain con la adecuaci6n de los organismosnecesariospa
ra la configuraci6n de su arfe y ciencia.

¿Podre este Centro asumiresta difícil tarea, aunquesea comosimple


tentativa de soluci6n inicial?

Aunque se nos puedatachar de inmodestosy ambiciososcreemosque —

efectivamente nuestro Centro puedeser el punto de origen de la preparaci6n de los


hombres capacesde asumir la nueva responsabilidadque la defensaglobqldelpaís
—y no solamentela guerraen la que puedeverse envuelto—implica e impone.

Una evolucin en tal sentido tiene que conseguirsede modogradual y


met6dico, hasta trazar un senderoque, con el tiempo, pueda convertirseen una ar
tena viva. Quiz nuestroesfuerzosupongasolamenteun primer paso, incierto y va
cilante, pero necesariopara iniciar el largo recorrido.

Siguiendo la orientacin citada y de acuerdo con las dIrectivas del Je


fe dci EstadoMayor de la Defensa, para la mejor preparaci6n de las fuerzasarma —

daJen este Cursonos hemospropuestoconseguiruna mentalidad de “integraci6n de


.fuérzas” en una acepcin cho ms amplia que la empleadacomúnmente parq—
- lo -

ferirse a las fuerzas armadas (Ejército, Marina, Aviaci6n). ¡Aqurnos referimosa la


fusi6n rntima, espiritual, moral y material cJetodos los múltiples componentes del —

vigor y la virtud de la Naci6n en su conjunto.

Oficialmente definimos nuestro propsito como: Estudio de la evolu —

ci6n de los principales problemas relativos a la unificaci6n de las fuerzas armadosba


¡o una concepci6n unitaria de la defensa nacional, con especial interés en la afirma
cion y difusion del espuritu
._ • •‘ e.
de integractonde fuerzas
.

Este esprritu que tiene la reciedumbre de un valor inmutable, puede ex


prosarse con una cita bíblica que podrra ser el lema de nuestro Centro: “UT UNUM
SINT”.

Antes de terminar descorroreferirme a una cuestin que se mereceel


intors de esta asamblea. Mo refiero al dominio de la tcnica sobreel horre. En
realidad todas las apocashan tenido su propia técnica que en aquel momentopare —

cran el “non plus ultra” de las posibflidadeshumanas. Sin embargo,el hombrenun


ca ha cedido a la tcnica las fundones do mando, gura o dirección. Perohoy, pa
rece que el desarrollo centrfico so ha elevado de tal modo que sobrepasola concen
cia ‘ el sentidomoral del hombre. ¿ Lograre el sentido de’ia responsabilidadmante
nerse a la altura proporcionadacon el inmensopoderque la técnica pone a su dispo—
sici6n?

Ello nos lleva a pensaren la tica y no en la doctrina do la defensa,—

pues se advierte elpeligro de permitir que la ciencia y la tcníca se imponganal pro


greso espiritual y sed al

En las varias esferasde la defensacomoen las de toda actividad huma


na es necesarioque el progresose desarrolle del modoms arm6nico y que la ciencia
y la técnica se supeditena la consecuci6nde un prop6sito de unidad superior.
—11 —

INTERVENCION DEL JEFE DEL E.M. DE LA DEFENSA

(General de la Armada Giuseppe Aloia)

La estrategia, a la que se ha referido el General Fanali esta sufriendo


hace tiempo un intenso y profundo proceso evolutivo, que tiende a colocarla sobre
un plano global y a abrirle perspectivas rn6s amplias.

Hemos escuchado una referencia de estudios estratgicos que constitu


yen indudablemente un hecho positivo Interesa evitar que la misma proUferacin
de nuevas expresiones y definiciones induzca a olvidar los logros permanentes de la
estrategia a lo largo de la experiencia y de los estudios y hechos realizados durante
siglos; de manera que se confunda la terminologra con los conceptos. Es decir, la
forma externa con la realidad.

Cito un ejemplo. Hoy dra se habla mucho de la estrategia indirecta


como si fuese un resultado de la evoluci6n actual. No hay duda Jo que en la situe
cn actual, la estrategia indirecta encuentra amplias posibilidddes do aplicaci6n
pero asta no es una novedad como concepto. T6ngaseen.cuenta que el ejemplo ms
brillante de estrategia indirecta lo constituye la campaña do Escipi6n el Africano en
España, en la cual, resplandece el genio del gran c6nsul romano, no salo en la con
cepci6n y en la realización de dicha estrategia, sino en el empleo combinado de —

los medios militares, diplom&icos y psicolgicos. Tal es asrque Liddel Hart, que —

ha dedicado varios decenios a teorizar sobre la estrategia indirecta, ha exaltado la


— . It — —
figura de aquel general en su celebre libro: Un hombre mas grande que Napoleon:
Escipin el Africano”.

El concepto fundamental que debe tenerse en cuenta es que las tensio


nes, crisis y la misma guerra se apoyan en motivos polrticos. Hoy, ms que nunca
los contendientes tienden a alcanzar sus objetivos mediante el empleo de estos me
dios y mtodos, ms econmicos y menos arriesgados.

Tanto ayer ccmo hoy los conflictos tienen una esencia polrtica cuyo co
nocimiento debe iluminar los estudios sobre la estrategia.

Existen muchos factores que imponen un nuevo punto de vista del pen
samiento estratgico. Entre ellos hay uno fundamental: la guerra a ultranza entre —

grandds potencias no puede ser ya un instrumento nacional de la poirticaporque no


hay ningún objetivo político que pueda justificar la destruccin mutua de los conten
dientes como sociedades org&i cas.
— 12 —

Existe también una vehemente dinmica politica y social de la que son


consecuencias inevitables los contrastes, tensiones, Crisis y, a veces, los verdaderos
conflictos armados. La lucha es incesante, pero si por una parte debe sujetarse a las
limitaciones impuestas al empleo de la fuerza militar, por otra parte puede disponer
de medios cuya eficacia es muy superior p la que posefa anteriormente.

Por ello, la’estrategia busca en otros campos los medios y métodos que,
junto con el instrumento militar, le permitan alcanzar los objeHvos perseguidos por
la poli’tca.

La instantaneidad y extraordinaria potencia destructiva de las amias nu


cleares y de los misiles, juntamente con la eficacia creciente de los medios y mato—
dos do lucha no mflitar, han impuesto decisivamente el que la direcci6n estratgica
suprema se halle en todo momento en manos de la autoridad polrtica suprema del Esta
do. Es en oste nivel, en realidad, donde se filan los fines, se determinan ¡os medios
y se dirige la lucha.

Do este enunciado squemtco se deduce que la estrategia interesa


——

tanto como a los militares, a los políticos, altos funcionarios del estado, y persona
lidades de la cultura, la ciencia, las finanzas y la industrió.

En consecuencia, resulta mcs complicada la preparacin de los ¡efes


civiles y militares para que consigan una vsi6n estratégica do los complejos proble
mas do la defensa, que abarca toda la energía nacional armnicamente combinada
y dirigida como unidad de conjunto.

La aparente supremacía de la potencia material desafía la inteligencia


humana, exigiendo un esfuerzo mayor de la mente y do la voluntad del hombre para
conseguir, mediante un estudio equilibrado de ios fen6menos del mundo moderno, la
capacidad de dominar, coordinar y dirigir las fuerzas en juego.

El Centro de Áltos Estudios Militares, tribuna libre del pensamiento en


la que convergen las competencias de ilustres personalidades del mundo político, ad
ministrcitivo, científico, econ6mico y militar, constituyo la sede natural de estudio,
investigacin y divulgaci6n de esta tendencia de la estrategia, sobrepasandoel me
ro sector militar para abrazar, con la concepcn ms amplia y moderna, todos los
sectores principales’ de la activdad nacional.

A fin de que el Instituto pueda aplicarse a esta su funci6n fundamental


es necesario que los Oficiales y Funcionarios que tienen el pdvlegio de concurrir a
61, ofrezcan ospont6nea y generosamente la valiosa contribuci6n de su experiencia
personal, para que —dela confrontaci6n de su propia y m6ltiplc competenda— surja,
a trav6s de un proceso continuo de ¡ntegraci6n recíproca, la llama creadora necosa—
—13—

ria para alumbrar las f6rrnulasclaras y eficaces que consientanprever y orientar la —

ovolucin tcnica y social.

Gracias a esta eficaz aportaci6n del pensamientoes comoel Centro de


Altos EstudiosMilitares odr afirmarsecomoexpresi6nviva y Jin6mica de la volun
tad y capacidadde ‘Jefensade la naci6n.
-14-

DISCURSO DEL MINISTRO DE DENSA

Roberto Tremelloni

Las Escuelas do Guerra del Ejército, de la Marina y de la Aeron6utica,


capacitan a los oficiales para el servicio de Estado Mayor y para e! empleo operaHvo
de susrespectivosejrcitos; el Instituto de EstadosMayores Conjuntoscapadta para
la técnica do la cooperaci6n entre las distintas fuerzasarmadas;finalmente, el Cen
tro de Altos EstudiosMilitares —quepodría con raz6n denominarseInstituto para el Es
tudio ‘Jo la DefensaNacional—se dedica al estudio de los problemas m6s importantes
de la estrategiageneral que se presentana la direccin militar superiorde la naci6n
en casode conflicto..

Tenemosaquí, sirnultcneamenteuna escuela, una palestraacadémica


y un centro de investigaci6n. Aquí se recogen las ideas y nocionesms destacadas
do lo que podríamosllamar disciplina de relacin entre la ciencia y el arte miRta —

res, desarrollndose debates en buscade posiblessoluciones. Losoficiales y funcio


narios llamadosa colaborar en la ms alta y delicada responsabilidadde la defensa
—238en los cursoso asambleascelebradoshasta ahora—polarizaron su atenci6n sobre
temas muy amplios, bajo las hip&esis ms probables, buscandolas solucionesm& ra
cionales de acuerdo con la modernaestrategia. Así han conseguidoms de un cen
tenar de documentalese inteligentes monografías, 51 investigacionesda destacado
valor, escuchado645 conferencias, realizado diversosviajes de estudioy debatido
muchas discusionesorganizadas.

Permítasemesubrayarla amplitud creciente de las idease hptesis, m


todos y mediosque se encuentranen estapoca hist6rica en que vivimos. Existe una
alteraciSn en la escalade los problemas de la defensapor lo que la preparaci6n re
sulta ms ¡mportanteque laejecuci6n a los fines de la estrategia hoy dominantede
disuasin, dirigida segGnla técnicadepaz. Se imponeun englobamientocreciente
de los problemas de la defensa oc un pais. De ahi que todas las discipirnas cientifi—
cas, las aportaciones de la técnica, la cooperaci6n de orden tecnol6gico, geogrfi —

co y econmico se combinen en una sabia posología, en las dosis adecuadas a una —

terapéutica eficaz.

La interdependenciacreciente, la necesidadde anticipaci6ntemporal


y por lo tanto de previsiones mxactas y oportunas, la intervenci6n de las matem6
ficas superiores en las riterprotadones estadísticas, clculos de prbabilidad y eco
nometría, así como otras necesidades de prevsin imponen una amplitud cada vez —

mayor de datos y soluciones a tener en cuenta en los centros superiores de dcci $ ¡ 6n


— 15 -

de la defensa de un país,dilatando de forma inusitada la esfera de las investigaciones


intelectuales y estimulando acentuadamente la curiosidad científica. En esta dcada,
asistimos realmente a una verdadera revoluci6n en las premisas de tiempo e investiga—
cinrnflitares y en los problemas presentes. Se tiende a alcanzar una esfera de sínte
sis ms amplia, al propio tiempo que se preven nuevos motivos de anlisis.

La estrategia militar, como toda la polflica, atiende a la interdependen


cia do todos los fenómenos de la vida civil, supera las atracciones y la metafísica,
domina simult6neamcnte los problemas de las personas y de lascosas, verifica una ob—
servacin contínua de los hech6s, ajustando siempre la teoría a la realidad. Los pro
blemas de una amplia cultura invaden la esfera del arte militar como sucerJoen otros
ambientes electos del estado. Para dominar rpidarnente muchos fenmenos que afec
ten a las grandes decisiones del país interesa la preparacicn de los instrumentos de es
tas Utes. Los elementos ejecutivos deben conocer mutuamente sus dimensiones y con
figuracin de sus respectivos organismos. Aquellos deben perfeccionar y modernizar
contínua y paralelamente sLsorganizaciones y métodos de trabajo de acuerdo con el
progreso acelerado de la rovoluci6n organizadora, tecnolgca y administrativa de —

nuestro tiempo.

Avanzamos a grandes pasos hacia un mayor rigor científico en los mato—


dos, una amplitud ms extensa de programas1 una mayor exactitud y plenitud en las
preVisiones, y tcn cas de investigaci5n operativa que s6lo pueden lograrse mediante
el auxilio de cerebros electr&icos. Los problemas militares se plantean cada vez ms
como informe de medios necesarios para los fines propuestos, que como problemas eco
nSmicos de aplicacin de los recursos de que se dispone, al obleto de obtener el ma
yor rendimiento posible, La economía, que es la ciencia de los medios y de la tcni
ca administrativa (si es que mi propensin intelectual no me deformala vsin) depon
de siempre ms de elementos cognoscitivos indeclinables que el arte militar.

Nuestro prop6sito os una prcparacin cultural amplia, aun desde el carn


po militar, sin temor a sobrepasar los lrmites tradicionales, y sin someternos a prejui
cios.

El conocimiento de una situacin, a los fines de la técnica de la paz o


de la guerra es un todo que no podemos subdividir en sectores. De ahí esa urgente —

eXigencia do ampliar la visin, do favorecer la ¿smosisentre la cultura militar y la


no militar, a través de la vida militar y la civil, do problemas dentro de la normali
dad y problemas que pueden surgir repentinamente. Todo dirigido a la unidad y las
reglas de la vida real y de la verdadera cultura, bien que la especializaci6n roquie—
— -

ra necesariamente un enfoque concreto. Por otra parte, constituci6n vital de las par
tes mponey condiciona el desarrollo del conjunto.

Con esta ampRima orentaci6n, este espíritu y estas altas miras, este —

Centro se aprestaa enfrentarsecon su 182 año de existencia.

El Centro, consciented0 la amplitud do sus fines institucionales y de su


responsabilidad, así comode todas las fuerzasarmadosde las que es el organismosu —

perior de ensefianza, cree que su íntima conexi6n con la vida total del país sigue una
marcha ascendente. Nos desplazamossegi3nesta nueva tendencia de eficacia moder
na que se reflejare en todas las fasesy gradosde la delicada preparaci6n del ciudada
no—soldado. Por ello nos esforzaremosen perfeccionar todo el sistemamediante las
fecundas relaciones y la gigantesca aportación de la ciencia y de la técnica en toda
la organizaci6n de estenoble instrumentode seguridadque salvaguardo con sus libres
instituciones, la paz activa del país.
CESE DEN BOLETINMENSUAL
N°16
Dpto.de Iaformacin

ESTUDIOS
ESTRATEGIÇOS
—HACIA UNA EVOLUCION DE
LA ESTRATEGIA AMERICANA
- OPINIONES SOBRE LA ESTRATEGIA

:iv
CESEDEN

HACIA UNA EVOLUC


ION DE LA ESTRATEGIA
AMERICANA

(Alto Estado Mayor)

Mayo—’!967 BOLETINDE¡NFORtvV.C
ION N2 16 IV

Desde hace ya bastante tiempo se viene planteando la cuesti6n de un ah
geramiento en las fuerzas americanas en Europa. Declaradones oficiosas u oficiales,
comentarios de prensa, afirman o confirman esta noticia con tanta seguridad como —

COflViflCjon.

La crisis interior de la NATO no es la t5nica raz6n que justifica estos ni


mores; existen otras, aparecidas recientemente, que aportan nuevos fundamentos no
solamente a un aligeramiento de las fuerzas americanas en Europa, sino también a —

una verdadera evoluci6n de la estrategia americana en las dos principales partes del
mundo: Europa y Asia.

En el Sudeste asi6tico, en primer lugar, las necesidades americanas en


efectivos, continúan en aumento: el conflicto se agravo y amenaza extnderse;’la —

aparicicn de la potencia at6mica china deja pesar una amenaza a término, a la ——

cual parece ya enfrentarse la estrategia americana.

Ademds, la disminuci6n de las reservas federales en oro ha conducido al


Gobierno americano a buscar una reducci6n de los gastos en el extranjero y en par
ticular los ocasionados por el estacionamiento do fuerzas ormadas fuera del territo —

rio americano.

En fin, progresos h5cnicos, principalmente en materia de movilidad a —

reay de potencia de fuego, aportan nuevas facilidades para la intervenci6n en ultra


mar y pueden favorecer una nueva repartición de las fuerzas americanas en el mundo.

Todo esto crea una situación, una coyuntura, o, como dicen los america
nos un “environnement, cuyos diferentes factores reunidos crean un ambiente propi
cio a una ovoluci6n de la política militar de los EE.UU..

Esos factores, de orden poliico, financiero y militar, van a ser objeto


de este anthisis previamente al esbozo de las nuevas tendencias de orientoci5n de la
estrategia americana tanto en Europa como en el Pacífico.

LOSFACTORESPOLITICOS

Vencedores contra los regímenes fascistas durante la II Guerra Munda!,


los EE.UU. han contraído la pesada carga de la defensa de las libertades humanasy
de las independencias nacionales. Aliados a 43 naciones mediante cerca de una
docena de tratados, o pactos bilaterales y multilaterales, los EE.UU. se encuentran
-2-

actualmente presentes militarmente en todas las regiones del mundo, ya sea en forma
de cuerpos qxpedicionarios, de flotas navales, de destacamentos e incluso de misio —

nos mSs o manos militares.

Esta actividad mundial se traduce por un despliegue de medios que divi


de al mundo en grandes teatros de operaciones bien distintos y asegura la “paz ame —

rican&’ a través del mundo; Alaska, Atl&,tico, América del Norte, América del Sur,
Europa, Pacífico, Oriente Medio y Africa.

Pero la política militar americana se duplica frecuentemente con proble


mas políticos: en Europa, el contencioso franco—americano, ya bastante recargado
por la cuestin de las inversiones americanas en la economía francesa, por la defen
sa de una industria nacional francesa de mquinos electr6ncas por la no cooperaci6n
americana en el programa atcmico francas, conoci6 repentinamente el pasado febre
ro el expediente NATO, al desear Francia “recuperar en su territorio el pleno ejer
cicio de su soberanía, actualmente obstaculizado por la presencia permanente de ele
mentos militares aliados o por la ufiUzaci6n que se hace de su cielo”, segin la car
ta del General de Gaulle al Presidente do los EE.UU. de 7 de marzo.

Fiel aliado europeo y atlnfico, pr6spera potencia econ6micc, la Rept—


bUca Federal alemana conoce fambin, geográfica y políticamente, dos problemas
generadores de dificultados con respecto a la política europea de los EE.UU.: su reu
nificaci6n y su seguridad. Para los EE.UU., sostener la reunificaci6n alemana re —

presenta poner en dificultades la coexistencia pacífica con la URSS, reforzar los la


zos que unen a los países comunistas, indisponer a los países europeos y, en definiti
va, conducir a la creaci6n de un eje Bonn—Washingtonque conduciría al aislamien
to de la Alemania Federal del rosto de Europa, condonando con ello toda posibilidad
de cutntica reunificacin.

La cuesfjcn de los armamentos nucleares hace todavía ms delicada la —

política germano—americana. Alemania Federal desea acceder a un armamento nu —

clear que, en forma de copartcipaci6n, de coprpedad o de codccs6n, le permi


ta asegurarellasolasuseguridad con el mejorarmamentoposible, o al menos con un
armamento equivalente al de sus adversarios potenciales. Sin embargo, los EE.UU.
tienen que sopesar de manera realista y objetiva las consecuencias ineluctables que
no dejarían de suscitar la disposici6n directc por los alemanes de unarmamento nu —

clear: condena de las negociaciones sobre desarmeen Ginebra, unnime hostilidad


de los países occidentales de Europay también de losorientales, que podía conducir
a la Rusia sovitica hasta una actitud cuyos límites extremos son difícilmente previ
sibles pero cuyos primeros aspectos serían con toda seguridad la reapertura de la gue
rra fría. Tanto de un lado como de otro, el resultado cierto sería el aislamiento de
Alemania, la reaparicin en su opinión pibUca de un sentimiento de frustraci6n, el
despertar de un nacionalismo reivindicador y la desaparición de toda perspectiva fa—
-3-

vorable a una unidad europea.

Frente al Reino Unido, la políticamilitar americana tropieza tambkn —

con dificultades importantes. Los acuerdos de Nassau de diciembre de 1963 han mar
cado de hecho el Comienzo de un nuevo períoda en las relaciones angloamericanas.
Ala situaci6n de “lazos privilegiados” que regían hasta entonces esas relaciones, —

ha seguido para la Gran Bretafia una dependencia financiera do los EE.UU. cada vez
ms estrecha, a medida que aumentaban las dificultades de la libra. Si en contrapar
tide de una imperativa ayuda financiera el Gobierno britnico acepta servir de por
tavoz de las opiniones americanas en la Alianza Atlntica o de sostener la política
militar de Wcshington en el Este asitico, estas concesiones necesarias no van sin em
bargo ms all de los Irmitesdo lo que es favorable o desfavorable a los intereses bri
tnicos en Europa y Asia. De manera general, las perspectivas de nuevas relaciones
de la Gran Bretaña con Europa no pueden llegar a hacerse sino en detrimento de los
“lazos privilegiados” anglo—americanos.

Y esto sin aludir a las dificultades de la política militar de los EE.UU.


frente a otros estados europeos, porque tales dificultades encuentran la síntesis de
su expresi6n en la cuest6n de la NATO.

Todas las relaciones de los EE.UU. con los pai’es del viejo Continente
sobre cuestiones de seguridad colectiva o de defensa mutua, interfieren con la pro —

secucin do la política de distensin anglo—soviética. Desde que esta política rinde


frutos aparentes, desde que se ha afirmado a coexistencia pacífica y desde que
los EE.UU. en raz6n de sus problemas asi&icos no tienen ningún interés en suscitar
tensiones en Europa, es manifiesto que su actitud y, por consiguiente, su política —

se han modificado considerablemente en el interior de la Organizaci6n Atlntica,


en un sentido que no eshSnecesariamente de acuerdo con los intereses y las opinio
nes de los otros parsesmiembros. Los reproches dirigidos a los EE.UU. por sus alia
dos europeos son bien conocidos, pero conviene recordar brevemente los principales,
a fin de comprender mejor ciertos aspectos de la evolucn de la estrategia americe —

na
La Organizaci6n AtIntica, creada hace 18 años para responder a una
cierta situaci6n, ha quedado desde entonces en su situaci6n inicial, sin tener en —

cuenta la evoluci6n de los intereses europeos. Los EE.UU. se han preocupado sobro
todo de su propia seguridad y de su política exterior. La superioridad nuclear y ex
clusiva anglo—sajonaen el dominio de los armamentosnucleares, han creado en los
otros miembros de la NATO una impresi6n Jo vasallaje. El problema nuclear ha es
tado constantemente en el temario de todas las discusiones estratégicas y t6cticas,
en las cuales las concepciones americanas, britcnica, alemana o francesa han encon
trado difícilmente el necesario denominador coman para una buena inteligencia. Po
sesi6n, control y organización de las armas at6micas, han sido los principales facto
res de divergencias internas y los proyectos (americano) de fuerza multilateral nu —
-4-

clear, o (brit&iico) de fuerza nuclear atlántica, no son sino dos de los mltip(es as
pactos de la oposici6n entro los que tienen los ingenios nucleares y los que no lo —

tienen.

En fin, la presencia en territorio europeo de divisiones americanas cons


ttuye también en sí mismo, tema de discusiones, ya sea en lo que concierne al prin
cipio justificativo de su presencia, ya sea el nGmorode divisiones o la demora de —

la eventual llegadade los refuerzos necesarios.

Adems, las iniciativas de Francia, anunciadas en febrero de 1966, han


traído consigo, no solamente en el interior de la NATO sino tambi& en EE.UU., —

la cuesti6n de una retirada ms o menos importante de las fuerzas americanas en Eu


ropa.

Para un cierto nGmero‘Ja senadoresamericanos talas como Mansfield, —

¡efe de la mayoría democr&ica del Senado, Clark, Mclntyre, Stuartsymington, los


compromiscs americanos son excesivos; las grandes unidades americanas, en el Con
tinente europeo, que constituyen un total de seis divisiones, podrían ser reducidas
a una o dos divisiones. De conformidad con una encuesta realizada por la Asocia —

ted Press, cuarenta de los cien senadores compartían la opini6n de los líderes cita —

dos,

El mismo General Eisenhover ha declarado que cuando l era Comandan


te en Jefe de la NATO había advertido contínuamente a los europeos sobre el ca —

rcter provisional de la presencia do las tropas americanas en el Continente recomen


dnJoles que organizaran porsímismoslas fuerzas suficientes para hacer frente a la
amenaza comunista. Pero el General NorstaJ, interrogado sobro la misma cuesti6n,
ha manifestado que el mantenimiento de las divisiones americanas en Alemaniaes —

indispensable si el gobierno de lo EE.UU. deseaquela respuesta en caso de agra —

s6n resulte posible.

En el mes de junio1966,la eventualidad de una retirada


de lastropas
soviflcas estacionadas en AlemaniaOriental, en contrapartidadeun repliegue si
milar americano en Alemania Occidental, fue el origen de nuevasconversaciones
y discusiones, poniéndose de manifiesto que no existía una unidad de doctrina sobre
la materia en el propio seno de la Administraci6n americana.Si el señorMcN ama—
ra pudo expresar, el 28 de junio, la opini6n de que en la hip6tesis
deuna iniciati
va soviética los EE.UU. considerarían el problema de la reducci6n Jo efectivos, —

constantemente ha venido afirmando, sin embargo, que las tropas americanas tie
nen susbuenosmotivos para permanecer en Alemania y que continuaran allí.

Por su parto, el Sr. Rusk ha venido repitiendo que no hebra reJucci6n


en los efectivos Jo las fuerzas americanas estacionadas en Alemania; pero el 13 do
-5-

junio, ante una subcomisi6n del Congreso para Asuntos Exteriores, ¡nsinu6 —

que el descenso cJela tensi6n en Europa permitiría eventualmente llegar a una


contracci6n de las fuerzas americanas en Europa. “Sin embargo, añadi6, de —

bemos actuar con prudencia en este dominio”.

A las dificultades europeas se añaden las del teatro de operacio —

nes asitico. Cuando apenas había terminado la guerra de Corea (1953), se


¡nicicba, en 1956, el conflicto del Vietnam. Del apoyo político al gobierno
survietnamita, los EE.UU. pasaron progresivamente por la ayuda militar, des—
pus de la intervenci6n directa caja vez m& masiva en ci seno de una guerra
civil vietnamita, y en la actualidad, se encuentran empeñados en una verda
dera acci6n de guerra que, ademasde al gobierno del Survietncm, afecta a
todo el Sureste asitico y que puede incluso terminar en una confrontaci6n si
no—americana, con repercusiones difícilmente previsibles.

Estas operaciones militares se ¡ustifican ante el espíritu americano


por la necesidad de defender la independencia de un pequeño país ante la —

subversi6n comunista. Para Washington, la guerra vietnamita se ha convertido


en una prueba: las “guerras de libeaci6n nacional” estimuladas y teledirigidas
por Mosct o por Pekin, ¿pueden terminar victoriosamente y consagrar un avan
ce comunista?.- Pero ademas de estos principios, es la propia potencia ameri
cana en el Pacífico la que se encuentra directamente en luego.

La adminisfracj6n americana ha utilizado frecuentemente la ima


gen de las fichas de domina para subrayar que todo fracaso en ci apoyo al Viet
nam del Sur y toda manifestaci6n de debilidad, no solamente de los americanos
sino también del mundo libre, en el problema del Vietnam, traería consigo la
caída sucesiva de otros países en el seno de la ¿rbita Comunista, tanto en Asia
como en otras partes del “Tercer Mundo”.

Mediante el envío de efectivos al Vietnam y el bombardeo de as


regiones de Hanoi y Hayfon, el Presidente de los EE.UU. quiere demostrar que
la presencia y la firmeza americanas constituyen una garantía frente a los co
munistas. Pero el Presidente de los EE.UU. parece proseguir una política m&
ambiciosa. Subraya un nuevo interés americano por el problema asitico; en
varias ocasiones, especialmente en su discurso de Baltimore, en abril 1965, —

evoc6 un programa de ayuda econ6mica y financiera con destino al Sudeste —

asitico, mientras que en ¡ulo 1966, se esforzaba no solamente en definir una


política ms flexible frente a la China popular, sino que dejaba entrever que
los EE.UU. por ser una potencia del Pacífico, debían hacer en l sentir su —

presencia, tanto militar como ecornmicamento. Ya el Secretario d Defensa,


McNamara, había subrayado, con motivo de su comparecencia anual ante una
comisi6n del Congreso, que “el ni5cleo de ia defensa de los EE.UU. se había
-6—

trasladado al ExtremoOriente”. Algunos críticos ven en estaspalabrasla elaboro-.


cliSn de una nueva “doctrino Monroe” para el Asia, que daría una nueva importan
cia a la tradicional políticaamericanaen esta regi6n.

Pero en tanto conflnten los bombardeosy los combates,la cuestiSnde


los encuentrosmilitares americanosen el Sur de Vietnam es lo que constituye el mci
yor objeto de discusiSn. En los EE.UU., partidarios de una política de firmeza —

(los “halcones”) se enfrentan a los que defienden una polrtica flexible y de reflro
da (los “palomos”). Estaquerello de los “duros” y los “blondos” se ha extendido
ya a la política interior de los EE.UU. y corre el riesgode adquirir una amplitud
cada vez mayor, no solamentea medida que se desarrollen las sucesivasetapasde
la “escalada”, sino también ante la aproximaci6n del pr&dmo período electoral.

LbSFACTORESFINANCIEROS

En el dominio financiero, el anlisis de ciertos factorespone de relie


ve las actuales dificultades del d6lar y permite medir el impacto de laguerra del
Vietnam en la economíaamericana.

Despuésde haber alcanzado en 1959—60 los dficits mcselevadosde


muchos años, (3,7 y 3,9 miles de millones de d6lares) la balanza de pagosameri
cana se mejor6 algo a partir de 1961, pero en 1962y 1963acus6el peso de 1ague
rra en Vietnam. Gracias a las medidasadoptadaspor la administracn, el déficit
pudo ser reducido a 1.300 millones de d6laresen 1965, a pesarde los crecientes
gastos militares. Losestudiospara 1966 dejan prever una nueva tendencia al aumen
to del déficit, que alcanzare y probablementeoxceder de los 2.000 millones de
d5Iares, nivel que parece constituir una situaci6n de alerto para el Tesoroamerica
no.
Al mismotiempo, la reservade oro cJelos EE.UU., que era de 14.600
millones de d6lares en 1938y 24.600 millones en 1949, no han dejado de disminuir
desde esta iltima fecha. Enmayo de 1966 eran ya de 13.500 millones, creando —

una situaci6n que recab la atoncin no solamenteen los EE.UU. sino los principa
les paísesdel mundo.

Los problemasfinancieros aparecenaun ms claramenteen el presupues


to militar. A pesardel esfuerzo considerableque se ha venido haciendo desde1963
y del cambiode política que ha venido transformando,en cada posible ocasi6n, la
cesi6n gratuita de armasen venta propiamentedicha, en lo que se refiere a la ex—
portackSn de armas al extranjero, la balanza militar de pagoscon el extranjero se
salde todavía con un déficit igual al doble de ingresos(en 1965, 2.700 millones —

de d6lares contra 1.300 millones). Solamentepara Europa, Españacomprendida,


el dficif, es decir, ci coste real de la presenciaamericanaen ci territorio euro
peo, se calcule en925 millones de d6lares.
-7-

Se presentaaqur una situaci6n que ocupa particularmente la atenci6n


del Secretario de DefensaMcNamara, agudoeconomista, y que le impulsa a bus
car insistentementela necesariamejor(a. Pero las solucionespropuestascomplican
aun m& la situaci6n polrflca de los EE.UU. ante Europa. Toda retirada de efecti
vos, todo aligeramiento del dispositivo americano, incluso de las estructuraslog
ficas, son inmediatamenteinterpretadospor los miembrosde la NATO como un sig
no precursorde una retirada y se contradicen con las afirmacionesque Washington
no ha dejado de proclamar ante los miembroseuropeosde la NATO.

En Gran Bretañay en la Rep3blica Federalde Alemania, la situaci6n


financiera americanaprovoca una cierta inquietud. Aunque la libra esterlina re
cibe un potente apoyo financiero del d6lar, Inglaterra ha recibido con sospechas
la idea de un”MercadoComin de los Armamentosde Defensa”, lanzada a princi —
pias de 1966 por ios americanos;ve en ello un medio indirecto de hacer aceptar
por la industria britnica los fuertes desembolsos
para la compradel avi6n america
no “F—l11“.

La insistencia con la que la Adrninisfraci6n americanareclamaa la —


Alemania Federal “compensaciones”en forma de comprasde equiposmilitares en
los EE.UU., comocontrapartida de la presenciade tropas americanasen Alemania,
ha sido calificada recientementeen Bonncomo “falta de tacto”. Y la Bundeswehr
ha hechosaberque actualmente no tenraninguna necesidadsuplementariade arma
montos.

En fin, la guerra del Vietnam es causade gastos.cada dramayores,a


medida que se agravoel conflicto. Enel presupuestode 1966—67,que en srrepre
sonta el 53% del presupuestofederal, la parte del presupuestomilitar consagrada
a los gastosde la guerra del Vietnam es del 20%. En el de 1965—66,el coste gb
bal de la guerra fue estimadoen 4.600 millones de d6lares, pero para 1966—67 se
evaka ya en los12.000millones, elevando a 700 milloneslapérdida netaen di
visasa laqueel Tesoro americanotiene que hacer frente . Inclusoesposible que
estas evaluacionesest& sujetasa revislin.

A pesarde que el PresidenteJhonsonafirmara, en su mensajeal Con—


greso de 1966, que la potencia econ6micc americanaera capaz de soportarel es
fuerzo de guerra del Vietnam y las cargasque representala ran sociedad”, a las
que habrra que aPiadir, en el caso de que cesarael conflicto, las de la prometida
ayuda econcSmica al Surestede Asia, parece que existen Irmites en los recursosame
ricanos y que el gobierno debeya investigar susverdaderasposbilidades econ6m—
cas.

LOSFACTORESMILITARES

La guerra no es solamenteonerosaen d6bares, sino también en efecti—


—8—

vos. Losamericanoshan aprendido que en lo que concierne a la foma de guerra


subversiva ilimitada con la que se enfrenta en ci Sudesteasi6tico, la eficacia de
una tropa se caracterizaprincipalmente por susefectivos, ms que por su potencia
de fuego.

En agostode 1966 seestimabaque los efectivos en personalmilitar de


los tres Ejércitos empeñadosdirecta y localmente en el conflicto, ¡ncIuyndose Tha
ilan:ki, representabanel 11 % de los efectivos militares globales. AdemcSs,hay —

que contar unosefectivos por lo menosiguales a los empeñadosdirectamente en ca


lidad de sosténinmediato, personalen ¡nstrucci6n, en tr6nsito, etc.. Portanto
representanalrededor del 25 % los efectivos de las fuerzas americanasdkectamente
relacionados con la guerra del Vietnam. Pero la participacicSnen este conflicto—

difiere segúnlos ejércitos.

El Ejército de Tierra y la Infantería de Marina son los ms empeñados.


De las 21 Divisiones que constituyenel Cuerpo de Batalla (17 del Ejército y 4 de
infantería do Marina) cerca de 6 Divisiones est& actualmente empeñadasen Viet
nam, o sea, cerca dci 30 %. Peroa causade la insfrucci6n de nuevosreclutas ,
(cuyos efectivos han sido considerablementeaumentadospara satisfacer las necesi
dades), así comode los cambiosde estructura de las grandesunidades(que han te
nido que aumentarel ntmero de batallones de Infantería), del ritmo de incorpora—
cian de los cuadrosde mando, la retirada de unidadesparticulares, se puede consi
derar que ci 75 % del Ejército de Tierra se encuantra actualmente afectado, de cer
ca 9 de lejos,por la guerra de Vietman. Y por lo que se refiere a la infantería—
de Marina, esta cifra puede incluso aumentarsehasta el 80 %, puessuaviaciSn es
t6 casi enteramentea disposici6n del Sudesteasitico.
Es ms difícil evaluar la carga que soporta la Marina, cuya Vil Flota
(integrada por cerca de 50.000 hombres),estt por completo empeñadaen acciones
directas o indirectas. En general, se puededecir que el 40% de la Marina esh —

afectada por la guerra y que alrededor dei 40 al 50% de los mediosnavales opera
tivos americanosestn también afectados(y así se da el casoque de los 15 porta —

viones de ataque en servicio, de ellos 10 en línea, 5, o sea, el 50 % de los medios


disponibles, se encuentranen el Sudesteasi6tico).

Las actividades de las Fuerza Mroas son muy diversassegin las misio
nes. La aviaci6n táctica esta empeñadacon alrededor del 60% de susmedios;pe
ro la avaci6n de transportetiene lo menosel 75% de su actividad orientada ac —
tuaimente hacia el Pacífico para asegurarlos transportesde personaly de material.

Por lo que se refiere al MandoAéreo Estratgico, a pesarde que algu


na de susunidadesestn siendo utilizadas para los bombardeosen el Vietnam, sus
misiones estratgi casesencialeshacia Europao hacia el Asia continúan pr6ctica —
—9—

mente libres de toda uti!izacin,

Como se ve, a cxcepci6n del Mando Aéreo Estratégico, las Fuerzas Ar


madas amed canas, con efectivos de 3.000.000 ‘Jo hombres, heno que desplegar u
enorme esfuerzo para sostener este conflicto limitado en un teatro de operaciones
secundario, a 12.000 kms, del Continente americano, y po’Jer poner a disposici6n
del Mando unos 60 Batallones de combate.

El potencial militar do los ;.uu. puede soportar esta carga, e inclu


so aumentarla; pero no sin perturbar otras misiones. Las reservas estrafg cas han —

pasado de 12 divisiones en 1961 a 8 divisiones a mediados ‘Jo 1966; incluso una de


astas tenía que incorporarse al Vietnam a Finesdel citado año mientras que las ——

otras ostn absorbidas por la instruccin do reclutas.

La operaci6n secundaria de Santo Domingo, en abril de 1965, añadi6


también cargas suplementarias a las ya existentes. Durante ms de un año, una de
las dos divisiones paracaidistas que constituyen la “punta de lanza” de las reservas
generales, estuvo hipotecada en aquel teatro.

Estas dificultades podrían, naturalmente, resolverse mediante la apli


cacndiedidas de urgencia que el Presidente de los EE.UU. por propia iniciati
va, puede decretar en ciertas condiciones, pero la repercusión psicol6gica de ello
sería considerable, tanto en el plano nacional, como en el internacional, y des —

truiría en todo caso la ficci6n, cuidadosamente observada por ias partes en presen
cia, de una guerra cuyas manifestaciones se conocen, sin llamarla como tal.

LOSPROGRESOSTECNICOSMILITARES

En contrapartida do oste cuadro negativo de los factores políticos, fi


nancieros y militares que pesan sobre la política militar de los EE.UU. conviene —

presentar el factor positivo, constituído por los medios que una tcnica cada vez —

m6s moderna aporta a las FuerzasArmadas americanas: de un lado, el considera —

ble incremento de su movilidad; del otro, un enorme aumento de la potencia de —

fuego de las grandes unidades, tanto en lo que so refiere a los armamentos conven
cionales como a los nucleares.

La flota aérea actual de grandes aviones de transporte (tipo C—124y


C—141), est6 constituída por unos 600 cuatrimotores, lo que representa, al menos
en el plan terico, una capacidad de transporte ¡nstantnea de 23.000 pasajeros
y 5.000 toneladas de material. Poro la progresiva entrada en servicio de los avio
nos “C—5—A”,va a transformar considerablemente los transportes aéreos a larga —

distancia.
10-

Para transportar el valor de una divisi6n y su material (25.000 hom —

bres, ms 350DO toneladas de rnatera!) hacen falta actualmente trece días para
Europa y 30 para el Sureste asitico, utilizando los aparatos “C-141”. Pero en —

tre 1969 y 1971 este plazo sara progresivamente reducido a cinco y quince días,
y, lo que es rns, en 1975 cuando esta completo ci programa previsto de un cent
ncr de aviones ‘C—5-A’, los indicados olzos quadarn reducidos a tres días para
Europa y siete para e1 Surese asi&iao

Es eviden!-e ue esto Plazos parecen todavía considerables, si bien


se debe sobre todo al importante tcnc aje de materia’ transportado. Si se tiene
en cuenta solamente al pescnal y material operativo de urja divisin, como fue
demostrado cuando el eercicio !jq Liftr con el que se estableci6 un puente aéreo
entre EE.UU. y Europa, una dvisin y 500 toneladas de material puede sor ya, en
estos momentos, transportado a Europa en menos do 3 días. En este sentido, el —

Secretario do Defensa MaN amaro ha podido afirmar que el mejoramiento de la ——

productividad dci material de transporte areo en tonelada-millo hora ha pasado


de uno, con los aviones “C—124’ (1950) a4 con los “C—141“(1965) y llegara a
20 con los “C—5—A”(1969).

En el dominio no.ia!, as mejoras afectan principalmente a la movili


dad logística. lrckiso si una divisi6n fuera transportada por aire en solamente ——

unos días desdeun punto a otro del globo, su potencial de combate y su capacidad
ofensiva quedarían considerabiemente disminuídas si fueran necesarias varias serna—
nos para que llegaron por mar sus abastecimientos !ogísticos.

AJern6s, los EEUU. vienen realizando en tiempos de paz importan —

tes suministros para la constitucT& de parques divisonarios en diferentes países


del mundo, solucin rígida, vulnerab!e. que representa otros numerososinconve—
nientes

Una vez mas, el mar ha facilitado la flexibilidad necesaria gracias


a los parques flotantes pre’6arnente colocados en la zona de posible tensn y sus
ceptibles de ser dirigidos, previa peticin, hacia los puntos apropiados para el —

desembarco. Ampliando esto concepto inicial, el programa llamado “Fast Deplor


ment Logistic” iF.D, L.) deber poner en servicior a partir de 1969, un ntmero —

cada vez m6s importante do buques rpidos de carga y especializados, un mínimo


de 15 a 20 buques, que permitir asegurar el apoyo logístico de las primeras iini
dades desde e momonc de su desembarco hasta la puesta en servicio de !os na —

víos clsicos de abastecimiento.

Adomcs, verdaderas “Fabricas flotantes” podrán satisfacer partiendo


de las costas m6s pr6ximas, las peticiones c1elos Ej6rcitos en campaña en energía,
en reparaciones, en abastecimientos, etc, evitando así a inrnovilizacin rígida
—11 —

desde los tiemposde paz de una infraestructuraterrestremuy costosaen efectivos


y en material y generadorade problemaspolíticos locales.

Se ve así dibujarse en un porvenir que los especialistasamericanos —

preven para el decenio 1970 las fórmulasde un cuerpo expedicionario ultramoder


no, de vocación mundal, estacionadoen los EE.UU. Hay razonespara con
.

siderar que la tócnica y recursosamericanoshar6n que este proyecto se convierta


en realidad dentro de un futuro próximo.

Por tlfjmo, desdehace varios añosviene realizóndose, y continta —

aun en cursode mejOramiento,un aumentode la potencia de fuego de las grandes


unidades en armamentoconvencional y tambión nuclear. Frecuentemente,el Se
cretario de DefensaMcNlamarala ponede manifiesto para hacer aceptar por los
europeos la eventual retirada de algunosefectivos de Europa

En el escalón de la división, el n5merode mediosde lanzamientonu


clear ha pasadode 8 en 1964(cañonesde 203 mm. y rampaspara “Honest John’,
ci 28, en 1966, para las divisiones de Infantería y 80 para las de carros, gracias
a la “nuclezaclin” de los cañonesde 155 mm.. La puestaen servicio de nuevos
ingenios de capacidadnuclear, tales como los UPershingH los “Sergeant” y proxi—
mamente los “Lance”, así como la munición nuclear de 175mm., ha meforadocon
siderablemente la flexibilidad de empleo del arma atómica.

En cuanto a1nimero de cabezasnuclearesdisponiblesen Europa, ha


pasado, segtn manifestacionesde McN amaro, de 3.000 en 1961a 7.000 en 1966.

Las armasconvencionaleshan experimentadotambiénuna apreciable


mejoría por la modernizaciónno solamentede ciertas armas, sino de su utiliza —

ción: progresossensiblesen la precisión, en icis demorasy la cadencia de tiro, en


los reconocimientos, en la acción del Mando, etc.. De esta manera, los progre
sos tócnicos militares realizadoso en curso permitena los EE.UU., en lo que con
cierne a su presenciaen Europa, toda una gamade alternativas a elegir que favo
recen una retirada móso menosimportante de efectivos, e incluso de unidadesy
de categoríasde armamentos,nuclear en particular.

A la vista de los indicados factores, esoportuno ahora preguntarsede


quó maneraestó evolucionandoel conceptoostratógico de los EE.UU., para adap
tarse a la coyunturapolítica actual,

LAEVOLUCIONDELCONCEPTOESTRÁTEGICOENEUROPA

Cuando en 1949se firmó ci tratado de la NATO, el armanuclear, mo


— 12

nopolizada por los EE.UU., cubrra el territorio europeo con sú paraguas protector
y la amenaza de represalias masivas ms a!l de los Urales, mediante los bombar
deros del Mando Mreo Estrctgico, ofrecra una soluci6n casi perfecta a ¡os pro —

blernas defensivos de ¡a Alianza.

El papel de los aliados europeos consistraentonces en una defensa rea


fizada por fuerzas clscas importantes, principalmente terrestres, que tenra por
fin salvaguardar la inteoridad del territorio. paro sobretodo asegurar la seguridad
de las basesde partida y de los medios de ayuda para la navegaci6n aérea, con
el fin de poner en movimiento los poderososmediosestratégicos aéreos de los ame
ricanos.

El concepto de esta defensa, que al principio fue concebida bajo la


forma de una accin retardatriz, se modifica poco a poco, en parte por la apari—
cian de las primeras armas nucleares sovificas, que hacran irrealizable el comba
te retardatriz, y tambien a causa de la presion alemana, que reclamaba un com
bate lo ms avanzado posible. Se llega entonces, hacia 1954, a una defensa en
profundidad apoyndose en organizaciones defensivas imporlqntes, pero todavra
conjugadas con una acci6n nuclear poderosa del Mando Mreo Estratgco inicia
da desde el comienzo de las hostilidades.

La defensa de Europa, por las mismas razones que la de los EE.UU.,


era asegurada en caso de conflicto por el empleo inmediato de las armas nuclea—
res ms poderosas. Pero en 1957—59los primeros misiles intercontinentales sovi—
ficas supusieron el peso de una amenaza directa sobre el territorio americano; r—
pidamente se lleg6 al bien conocido “equilibrio del terror” entre las dos grandes
potencias nucleares mundiales.

A partir de esto momento, la estrategia de los EE.UU. para la defensa


de Europa conoci un momento de punto muerto: o bien continuar a concebir ci
desencadenamiento de la accin del Mando Mreo Estratégico en beneficio de la
defensa europea y, consecuentemente, a traer sobre el territorio de los EE.UU. la
tempestad soviticd, o bien buscar todas las formas posibles de restricci6n y de fi
mitaci6n a las acciones nucleares, suprimiendo asr del esprritu de los aliados, cf
igual que del adversario, una gran parte de la “credulidad” de una acción nuclear
principal y decisiva.

De hecho, los estrategas americanos han intentado salir de esta situa—


cian mediante diversospaliativos, aunoue todos bastante equrvocos. En el empleo
de los medios estratgices, propusieron la estrategia “contra—fuerzas” y la estrate
gia contra_ciudadesI, ms tarde, la miniafurizaci6n del armamento at6mico per
miti una distincin acadmica entre armas nucleares tcticas y estratigicas. —
— 13 —

Para sostener a las fuerzas convencionales aliados, en manifiesta in


ferioridad nurnrica en relaci6n con las camunistas, les fue aceptado un armamen
to nuclear tctico, desde cuyo momento las unidades dispusieron de una capaci —

dad bivalente, es decir, que podían luchar tanto una guerra convenci onal como
una atmicc. Los conceptos de “escalada”, de “pausa”, de “advertencia atmi—
ca”, tuvieron por fincdidad convencer a los soviéticos de que la seguridad de em
PICO Cfl el campo de batalla de las armas nucleares no excluía el control exciusi
yo del empico de estasarmaspor el Presidentede los EE.UU..

Desgraciadamente, se vio en seguida que los sovfcos no respondían


a estas sutilezas, pues para ellos la forma de guerra sería rpida e inevitablemen
te, la nuclear, mediante la acci6n masiva de todos sus medios.

Los ensayos de dialéctica estratégica de los pensadores americanos


del equipo del Presidente Kennedy no hicieron sino agravar las inquietudes euro—
1 •,, . —
peas, por lo que la teoria de la respuesta flexible fue considerada, ccn razon
o sin ella, como una prueba de que la seguridad europea no estaba ya asegurada
de manera incondicional, sino que dependía de un di6logo entre los jefes de Es
tado americano y soviético a travcs del teléfono rojo que unía al Kremlin con la
Casa Blanca.

En ci interior de la NATO, los problemas militares se concentraban


sobre iospuntosesenciales siguientes:

— Fuerzasconvencionaleseuropeas. — Todas las recomendaciones de


McNcimara en el curso de los tltimos años concluían en la necesidad del aumento
de estas fuerzas. El objetivo perseguido parecía ser: 12 La bisqueda de un equi
librio entre las fuerzas convencionales adversarias y, en caso necesario, un limi
tado apoyo de armas nucleares menores, de donde se deducía una desensibiliza —

ci6n nuclear en as primeras fases de un conflicto; 22. La posibilidad de retirada


de unidades americanos. Simultneamente con estas recomendaciones, la evalua
ci6n americana de la amenaza comunista resulta unas veces aumentada y otras —

minimzada, segtn los fines perseguidos, mediante conclusiones que se considera


ron por los europeos a veces contradictorias o contrarias a los efectos deseados.

— Participaci6nenlaorganizaci6noladecisicndeempleonuclear.—
Despus del abandono de las f6rmulas de “Fuerza multilateal” o de “Fuerza nu
clear atlntca” y la de prcterici6n del “Directorio At6mico” que debía suceder
les, parece que los EE.UU. se hallan orientados en prirrer lugar hacia un con —

trol ms restrictivo de ciertos medios nucleares y hacia el mantenimiento de ex —

clusivismo en la decisi6n de empleo. Esta decisi6n continúa siendo el problema


m6s importante en las relacionas entre los EE.UU. y la RepGblica Federd, cuyas
aspiraciones se orientan a la integracin de las fuerzas desde tiempos de paz y a
la participaci6n en la disuasi6n nuclear.
— 14 —

— Momentodelempleonuclearynaturalezadelarmaaemplear.— La
tendencia americana os de retardar lo mcs posible la dcc isi6n del empleo del ar—
mamónfo nuclear, do aumentar de asta manera la durcici6n de la fase convencio
nal y, mediante la olocci6n de una primera arma menor, do franquear el umbral
at6mico. Aquí tambi6n, esta tendencia so enf renta con las diferentes concepcío
nos europeas: los alemanes desean una defensa lo ms avanzada posible, si bien
aceptan una respuesta nuclear graduada, en tanto que otros aliados so manifies
tan en favor de represalias masivas e inmediatas o de represalias masivas, pero —

despu&s de una fase convencional.

— DemoreeimportanciadolaTntorvcnci6namericanabajosusformas
nuclearoconvencional.— Esta cuesti6n comprende el problema del estciciona—
miento de las fuerzas americanas en Europa asi como el de la credulidad del
empleo de ias fuerzas ostrat&gicas amerkanas.

En la NATO, estos diferentes puntos de vista han sido el centro de


numerosos debates, en el curso de los cuales ia política de defensa americana y
la de los diferentes paíseseuropeos no ha podido encontrar zonas de intereses co
mufles. Es posible que la retira&i de Francia do la Organizaci6n haya sido la —

ocasi6n de un nuevo paso hacia una revisin de la Alianza, o simplemente un pre


texto. Pasadoslos primeros momentos de malhumor no ha habido ms remedio que
reconocer que lo que hebradeclarado póblicamente el Jefe del Estado francas —

lo pensaban igualmente muchos otros europeos y que agobiados por imperativos


políticos o financieros ciertos Estadoshabían iniciado ya, o estaban dispuestos a
hacerlo, ciertas iniciativas do acuerdo con sus propios intereses nacionales. Un
caso particular a este respecto os el del Reino Unido. Por su parte, Canada pro
siguiendo resueltamente su política no at6mica, no renovaba las misionas nuclea
res de su aviaci6n con base en Europa y fue uno de los primeros países que proc:
d16 oficialmente a una retirada de unidades del continente europeo, al mismo —

tiempo que anunciaba que un segundo batallan estacionado en territorio canadien


so había sido puesto a disposicin de la NATO.

Y fue con motivo de las reuniones del Consejo de la NATO, en julio


de 1966, en París, cuando al Secretario de Defensa McNamara y e1 Embajador
americano Cleveland tuvieron la oportunidad de esbozar, a través de las acosturn
bradas recomendaciones, los nuevos aspectos de la osfratogici americana con res
pecto a Europa.

Scgn el Pontgono, la amenaza de las fuerzas orientales ha dismi


nuido mucho, sobre todo en el frente central, y solamente son dignos de conside
rar las hip6tosis de conflictos localizados en los flancos de la Alianza. Todo ata
que general, en el caso do que se produjera, aunque no parece verosimil, estaría
precedido de un período do tensi6n evaluado entre los siete y diez días. La res—

puesta a este ataque debería realizarso en dos fases: una primera de aspecto con
vencional inferal, y luego una segunda en ¡a que entrarían en juego la acci6n
de las “fuerzas extcro:cs” nucieaes americanas, es decir, las fuerzas del Mando
Aéreo Estratégico, en tanto que la batalla continental estarra apoyada, no por —

las acdones nucleares de la avaci6n tcctica, a la que los americanos quieren re


tirar su capacidad nuclear, sino por ci empko de los ingenios del tipo “Pershing”.

Se va de estci maneratoda la amplitud de la evoluci6n americana. Las


nuevas hiptesis sobra la amenaza que justifican, segGnlos americanos, el cambio
de concepci6n, minimizan la ¡mportanca de! frente central, y por tanto los ries
gos de un conflicto generalizado nuccar, para reducir estos riesgos a los de un —

conflicto Umitado en puntos sccun’Jarios en los que el empleo nuclear puede conti
nuar siendo objeto de coniroi lo que constituye la tesis esencial de la doctrina
estratg ca americana.

Los 7 a 10 días do tersi6n corresponde, por coincidencia, a las demo


ras necesarias, seg6n c!culos del Pentgono, para ci transporte aéreo interconti
nental de las grandes unidades, cuyo n6mero ir aumentando con la progresiva en
trada en servicio de medios de transporte cada día ms potentes.

Pero, sobre todo, las nuevas condiciones de empleo nuclear propues


tas por el Pentgono modifican considerablemente ci concepto cstratgico de la
defensa de Europa. La retirada do la capacidad nuclear de la aviacin tctica —

reduce a asta dentro del marco de ias fuerzas convencionales. Ciertas autorida
des militares briinicas han desarrollado la tesis de que el empleo de las armas mi
cleares tcticas conduce ms a la destruccin de Europa que a su defensa. Los —

amen canos confirman una parte de esta tesis, aproximndose así a uno de sus prin
cipalos objetivos: elevar lo ms posible el escal6n ct6mico. —

A los ataques nucleares de la aviaci6n tctica, siguen los ingenios


“Pershing” cuyas versiones recientes mejoradas tienen un alcance de 1.500 kms.
lo que permite clasificar esto armamento en el grupo MRBM. De hecho, aunque
esta sustitucin pueda ciar satisfacci6n a las aspiraciones nucleares de los alema
nes, cuyos “F104’ van a perder su carcter atmico, no os seguro que les satis
faga enteramente. La nueva misin atribuída a los “Pershing” incito, en efecto,
a los alemanes a ciertas inquietudes. El radio de acci& del “Pcrshing” mejorado
hace pasar esta arma de la categor de “tctica” a la de “misiles—continentales”
(MRM), pero pone el territorio sovi6tico al alcance de los ingenios emplazados
en territorio alemn. No as seguro que los soviéticos acepten sin reaccionar que
este arma sea puesta en manos alemancr desde luego, siempre han multiplicado
las advertencias a este respecto.

La propiedad de los MRBMy la satisfacci6n de tener con ello acceso


- 16 -

a un armamentonuclear importqnte, representanquizás menospara el esp&itu


aleman que la mejora de las poibilidaJes de distensin con el Este;Asi, la nue
va mis6n concedk!a a los “Pershing” ha sido calificada de “discutible”q

Resulta, pues, que la nueva orientaci6n adoptadopor el Pent6gono,


tiene por obleto, do una parte el aligerar el dspositivo americanoen Europa, y,
de otra, una disminuci6n del car6cter at6mico t6ctico de la batalla en benefi

cio del aspectoconvencional, correlativamenta.conun esfuerzodel control ame


rl cano sobrelas armasatmicas y la elevaci6n del escalanat6mico, lo que dis
minuye el riesgo de guerra nuclear generalizada. Todo ello no es ms que la
aplicaci& dela poli’tica general americanaque persiguela mejorrade la coe
xistencia pacifica con la URSSy la busquedade la no—oisem,naclon de las ar

mas ct&nicas.

LAEVOLUCIONDELAESTRATEGIAENELPACIFICO

Aunque instaladosmilitarmente en el Pacffico en la basenaval de


“Pearl Harbor” desde1884, no fue sino despuésde la victoria contra España,en
1898 y de haber eliminado a los españolesde Guam y de las Filipinas cuando —

los EE.UU. se convierten verdaderamenteen una potencia del Pacrfico. El paso


en 1914, del primer buque de guerra del Atlntico al Pacrfico, consagrael ca —

rcter naval de las íJ05 costas del continente americano.

Las operacionesdel Pacrfico a lo largo de la II Guerra Mundial han


marcado profundamentela estrategia americanaen esta parte del mundopor la
amplitud y el carcter de los combatesalIr desarrollados, la naturaleza y e1vo
lumen de los mecflospuestosen juego y la importancia de la empresa.

Cuando en 1941; y despuésde una campañarelmpago de 20 dras,


los japoneseseliminaron temporalmentelas dcs grandesflotas aliadas de EE.UU.
y Gran Bretañaen el Pac(fico, ocupandoSiam, las Islas Gilbert, Guam, Wake
y Hong—Kong,emprendiendola conquistade Malasia, de las Fiklipinas y de Bor
neo, los americanosse dieron cuenta inmediatamentede la situaci6n de enorme
vulnerabilidad en que se encontrabanen esta ragi6n. Despuésde rehacerseen
menos de sei s meses,detuvieron el avance jopons en direcci6n a Hawai, me —

diante la batalla naval de Midway (junio 1942), y en direcci6n del continente


australiano con la del Mar del Coral (mayo 1.942).

Estasdos batallas aeronavales, que detuvieron el avance jcpons,


tienen gran importancia en el plano estratégico. Fueronlas primerasgrandesba
tallas navales cuyo papel principal corri6 a cargo de la aviaci6n embarcada.
La acci6n primordial del portavionesinaugurabala estrategia aeronaval.
- 17 -

En un teatro de operaciones marítimas en donde las distancias se


cifran en miles de kilómetros, la importancia de las líneas de comunicaci6n ha—
bia quec4adoya demostrada. Desde San Francisco a Honolulu hay 4.000 kms.,
y nada menos que 12.500 al Vietnam; pero en pleno OcSano, entre islas, las —

distancias son también considerables: 2.000 kms. separan Hawai y desde esta l
flma a Guam hay cerca de 1 .500 kms..

Las comunicaciones americanas estaban estab!ecidas a lo largo do


una línea cent rol única, desde Hawai a las Filipinas, pasando por Midway, Wake
y Guam. Este dispositivo filiforme se revel6 desde principios de la guerra como
vulnerable y frágil y los americanos concluyeron en la necesidad de líneas do —

comunicaci6n ms espesas, intercambbles y pudiendo serVir tambin a las alas.

El principio de las líneas de comunicacin esta ligado al de las ba


ses, y la pososi6n de bases aeronavales se revel6 un elemento determinante de —

la estrategia americana.

Toda la tctica americana a lo largo de la guerra del Pacífico con—


sisti6 en la sucesiva conquista de bases que permitieran la nstalaci6n de campos
de aviac6n, partes y medios logísticos necesarios para el prximo salto hacia —

adelante. Pero, las primeras operaciones pusieron de manifiesto tomhin el pre


cia a veces costosísimo de los combates terrestres para la conquista de una isla.
Los operaciones anfibias no pudieron ser realizadas ya para aplacar y destruir al
enemigo, sino solamente para asegurarseuna nueva base con sus terrenos de avia
ci6n. Gracias a su superioridad aeronaval, los americanos instauraron la tcti—
ca de los desembarcos“en salto de cordero’ para desbordar a la mayor parte de
las posiciones japonesas, content&doso con enmascararlas y neutralizarlas, sin
pretender destruir a las tropas enemigas.

De esta manera, los americanos pudieron comprobgr el papel prepon


derante de la avtacin conjugada con el de las basesnavales o de los portavio
nes. Asimismo sacaron la lecci6n de que en este teatro de operaciones, como
en los dems, con frecuencia era preferible aplastar al enemigo mediante bom —

bardeos masivos en vez de afrontarlos directamente llevando a cabo combates


terrestres para ia posesión discutible de porciones de territorio.

Los resultados inmediatos ‘Jo los dos bombardeos at6micos ejecutados


por las fuerzas aéreas sobre el Jap6n en agosto de 1945, reforzaron su convicci6n
de que la decisicSnpodía conseguirse por la accin determinante, aunque no ni
ca, del arma area

En otro orden de consideraciones, la oleada japonesa, no s6lo ha —

cia las islas sino tambin hacia el continente asi&ico, tuvo tambin consecuen
cias importantes.
— 18 —

Cuando los japonesesdesembocaronrepentinamentepor tierra y por


mar sobre las costasdel Sur de Nueva Guinea y asediaronPort—Moresby a 500
kms. a vuelo de pjaro de Australia, los australianosse dieron cuenta de que
en lo sucesivouna terrible amenazasobreel país podía provenir de Asia; fren
te a estaamenazapensaronque debíaninstalar puestosavanzadoslo m6slejos
posible, por delante de Nueva Guinea y de las islas de Sondo.

De la mismamanero, el avance japonSssobre Birmaniay Malasia


puso en juego la seguridadde la India y ante este peligro, los nacionalistas in
dtes, a pesarde encontrarseen plena lucha contra los britnicos para obtener
una independenciatotal, antepusierona las preocupadonespoUcas las con
sideraciones sobre la defensa de su territorio.

Al final de los cuatro añosde guerra, los EE.UU. se habían conver


tido en la primera potencia aeronaval del mundo, particularmente en el PacÇfi
co. Disponiendode una considerableflota aéreay naval, así comode una
portante flota mercante, trataron da explotar los resultadosobtenidosacercan—
doso lo m& posible al continente para la protección y coberturadel continente
americano. Instaladosen basesde Japn, Formosay las Filipinas, realizaron
de esta formauna línea de “vigilancia” cuya misi6n inmediata era asegurarun
control absoluto sobreel enemigode ayer, pero también conseguiruna plata —

forma avanzadahacia ci continente asitco. Así so elaborabael conceptode


una estrategia aeronavalbasadaen los portaviones, considerndose comotales
al Japcn y Formosa,lo mismoque a la Vil Flota.

Este primer períodode la historia militar del Pacífico de la post —

guerra termina con la guerra de Corea. Dos hechoscapitales vienen a modifi


car entoncesla situackn en el Esteasiitico: la fuerza militar china y el cies —

embarco de los americanosen el continente asitico.

Si la confrontaci6n entre el Ejército chino y el americano, en las


formas de combateterrestre coreano, constituyS en su momentouna importante
enseñanza, el hecho de que los EE.UU. tuvieran entoncesy conserventodavía
una cabezade puente sobre el mismocontinente, ha sido el comienzode las
modificaciones introducidasen su estrategia.

En Corea, los americanosse vieron obligados a librar un combate


que necesit6 el empleo do 10 divisionesterrestres. Y desdeel cese de las hos
tilidades, mantienenen Corea del Sur el equivalente de dosdivisiones. La es
trategia americana, que hasta entoncesera aeronaval y flexible, aceptaba —

una cabezade puentepara defenderla por mediosterrestres.

Unos añosms tarde, el desembarcodo las tropas americanasen —


—19 —

el Vietnam del Sur acentuaron aun ms esta evoluci6n. Una cabeza de puente
americana fue establecida en la península Indochina y las operaciones sobre el
Vietnam del Sur, Camboya, Laos y la Thailandia fueron colocadas bajo la res
ponsabilidad del General Comandante de las Fuerzas americanas en Saig6n, con
secuencie estratégica inescapable de un supuesto geogrfico.

De los varios consejeros mflitores de los primeros tiempos, el cuerpo


expedicionario americano en el Sudeste de Asia pasa pronto a las seis divisiones,
tanto, si no mas, que en Europa. Abandonando sus portaviones del Jap6n, de
Okinawa, de Guam o de la Vil Flota, los americanos han puesto pie en tierra
en dos cabezas de puente, sometiéndose a la necesidad de los combates terres —

tres y haciendo vulnerable su estrategia en el punto esencial de que todo ream—


barque representare en lo sucesivo una derrote.

Y es éste el contexto en que se deenvuelve el nuevo aspecto de —

la amenaza china: el aspecto nuclear. De potencial, el peligro at6mico chino


se convertirá en una realidad en los pr6ximos años. Se comprende, por tanto ,
que sea muy grande la tentacin en ciertos medios estratgicos americanos para
detener momentneamente la historia y ganar tiempo mediante algunos bombar
deos atomicos. La reciente llegada al Pacifico de los primeros submarinos Po—
laris”, consagre para lo sucesivo el carcter at6mico de este teatro de operacio
nes.

Los dirigentes chinos est6n conscientes de esta espada de Democies


que se cierne sobro su territorio y su actitud parece reflejar el temor de atraer
la tormenta at6mica ameriéana. Pero esta actitud esta muy lelos de ser pasiva
y pudiera ser que consi:tiera también en la colocacin de algunas trampas chi
nas para hacer fracasar en ellas la estrategia americana.

Ganar tiempo, no hacer nada que pueda constituir una provocaci6n


directa susceptible de determinar una acci6n nuclear o de bombardeosmasivos
americanos, tratar a todo precio do continuar la guerra bajo sus actuales formas
de combate terrestre, obligar, en fin, a los americanos a dispersar sus fuerzas—

cubriendo zonas cada vez ms extensas, tal parece ser la estrategia que sigue
Pekin.

Los hechos parecen mostrar que, conscientes o no, la estrategia de


Washington se orienta en un tal sentido; los efectivos americanos aumentan, pero
ya las operaciones se muestran susceptibles de desbordar el territorio de Vietnam
del Sur. Los americanos refuerzan sus bases de Thailandia; se habla de la aper
tura de un segundo frente y de acciones que podrían ser lanzadas por enCima —

del paralelo 17. Los bombardeosse acenttan y se amplifican; la estrategia ame


ricana esta ya metida en una trampa. Al lado de la forma area de los combates
— 20 —

existe una acci6n terrestre cada vez m6s extensay costosa,que pronto se desa
rrollar6 a lo largo y a lo ancho de toda la penrnsulaindochina. La estrategia
aeronaval no est6 ya adaptada al conflicto actual. Lasfuerzas americanases—
t6n ya empeíiadasen una estrategiaaeroterrestre.

Para salir de este callej6n, los militares americanosde Saig6n pi


den la intensificacicSnde los bombardeossobre el Vietnam del Norte y tratan
de hacer “estallar” al gobierno de Hanoi, de la mismamaneraque los bombar
deos sistem6ticosen abril de 1944aplastarona la Wehermachty su infraestruc
tura logrtica.

Sin embargo, m6sah6 del moment6neoconflicto actual, hay que


considerar en otro aspecto la presenciaamericanaen el continente asi6tico, en
Corea, y en el Vietnam del Sur: frente al factor demogr6fico, poiflico y econ6
mico chino, la presenciade las fuerzasamericanaspuedeconstituir para cier
tos parsesperif6ri cosde esta regi6n un elemento de garantra y de equilibrio.
En presenciade la formidable amenazaque una potencia atcSmicade 800 millo
nes de habitantes puede constituir sobre las riberasdel Pacrfico, no hay m6s
remedio que apreciar el valor estrat6gico de las cabezasde puente de Corea y
del Vietnam, que aunquedbi les y vulnerables en la actualidad, puedenraye—
larse como triunfos de incalculable valor para una estrategiade disuasi6n. La
importancia de los trabajos realizados, o en curso de realizaci6n, por los ame
ricanos en las basesde Gam Ranhy del Cabo de Saint—Jacques y las sumasfan—
t6stcas invertidas para su preparacicSn,permitensuponerque estaopini6n es la
del Pent6gono.

En Europa, un conjunto de factoresdemuestranuna evoluci6n de la


estrategia americanaen el sentido de una retirada de las fuerzasestacionadas
en esta zona y de una progresivap6rdida de contacto.

En Asia, la prosecuci6nde una guerra, costosaen efectivos, podrra


no ser m6sque ci primer aspectode una nueva poU’ticaasi6tica de los EE.UU.

Del lado europeo, un concepto estrat6gico trata de limitar las ope


raciones a su forma convencional, a hacer que sea cada da mayor la separaciSn
entre la guerra convencional y la guerra at6mica, elevando con ello el “umbral
at6mico” con el fin de devolver todo su valor al principio de la disuasi6n, que
es ante todo un principio de control.
-21 —

Del lado asitico, un conceptoque deseandocontinuar siendo aero


naval para librarse de todas las servidumbresterrestres, es arrastradopor los ——
acontecimientos hacia un aspectoaéreoterrestre, en el mismosuelo del conti
nente asiHco.

Por otra parte, la estrategiaamercana se encuentraabocadaa una


difrcfl elecckSn: la de la prioridad que ha de darse a un teatro de operaciones
con relaci6n al otro. Pareceque el Presidentede los EE.UU. ha elegido ya ci
del Pacrfico.

Pero en el momentoen que los EE.UU. parecen qucrer y tratar de


repatriar susfuerzasmilitares y proseguirde es&a manerapor endma de Europa,
y de Asia, el diIogo con la URSSsobre la coexistencia pacrficc y la no dise—
minaci6n de las armasnucleares, el asunto de Vietnam parece que va a cond—
donar en lo sucesivotoda la polflca americanadurante bastantesaños.
CESEDEN

OPINIONES SOBRELA ESTRATEGIA

(Por el genero! NEMO)

(Do la Revuedo D&fenseNaflonalo, fe


brero 1967)

Mayo-1967 DE
BOLETIN
INFORMAC!ON N2 16- !
Se ha escrito tanto sobro la disuasi6n, tanto se han explorado las
abstracciones Ja a estratega nuclear, y con tanta minuciosidad se han descrito sus
sutilezas, que el lector podríacreer ci tema agotado; ademas ninguna experiencia
verdadera viene —afortunadamente-.a confirmar o negar las tecrías expuestas. No —

obstante, tres libros recientes atacan do nuevo la cuestin. Los dos primeros son
obra de autores americanos, ciebres en a materia: Bernard Brodie que trata “La os
calada y la decisin nuclear”; Kiaus Knor que se interroga “sobre el empleo Jo l
fuerza militar en la era nuclear”. El tercero es ms original y constituye un verJa—
doro curso destinado a estudiantes; tiene por título “la guerra nuclear y la paz nu—
cloar ; su autor es el general Hcrbci, del oercuto israeli.
., •

Pero ci mismo tiempo aparece una cuarta obra, cuyo autor, Fer—
dinand Otto Miksche, igualmente clehre, se ha hecho ya un hombre en la litera
tura militar. Comparado con los libros que acabamos Jo citar, éste corre el riesgo
de escandalizar. Porque resulta escandaloso que en el amanecer de una era que
todos afirman que debe ser nueva, use todavía razonamientos tradicionales y haga
aparecer el buen sentido al lado do las especulaciones. Todo escndalo no es si
torna de progreso; pero es raro que el progreso se produzca sin provocar en alguna
forma el escndalo.

¿ Ouin tiene razn en esta especie de querella entre los anti —

guos y los modernos?. El pensandento completamente nuevo do los universitarios


que se hacen estrategas ¿tiene mcs peso, profundidad y alcance que ci de ios mili
tares, que se basan en la experiencia para convatirse en los fil6sofos de la acci?

E! general ¡-larbaki no intenta defender una tesis; su opini6n es


neutral, en la medida en que toda opinin puede serlo en semejante materia. Ex
pone aquello que, segtn los mejores autores de todos los países, —poroprincipal —

mente, según los autores americanos, ya que ellos han sido los ms numerososy fr
tilos— constituye las condiciones Jo la paz y de la guerra en la ‘poca nuclear.

Se trata de la paz y de la guerra, ya que escribe: “La estrategia


se ha transformado en el arle do no hacer la guerra, ci arte de prevenirla; definida
anterkrmentecomoe!o;. do utilizar la violencia, se ha convertido en el arte de
no emplearla”. Tambin, añado lgicamonte, la Jisuasin, que es no obstante vio
ja como el mundo, se ha convertido en nuestros días en “el concepto esencial, la
llave maestra de la estrategia”. Y propo-ie con humor cambiar el nombre de los —

“Ministerios de la Defensa” por el do “Ministerios de la Disuasin”.

Subraya —yci hecho merece ser notado a partir de ahora—que


—2

las fuerzas do disuasicn y tas fuerzas de defensa, que anteriormente estaban confun
didas, son ahora distintas; ahora, no tTenen la misma base, no estn al mismo nivI.

Igualmente, se simplifican las naciones clsTcas de otros tiempos: se po


día concebir que las fuerzas armadasdisuadiesen en tiempos de paz y practicasen la
ofensiva o la defensiva en tTemposde guerra. “Hoy, de estas tres misiones, subsis
ten dos: disuadir, atacar”; lo defensa no puede concebirso ya mcs que bajo la for
ma de un ataque preventivo que se lanza antes de toda agresi6n o en el momento —

en que aquella va a producirse. Esta guerra nuclear no puede dar la victoria total
a ninguno Jo los beligerantes: “El concepto de victoria no tiene sentido, ya que —

las dos partes saldrían do la guerra, dosvastadasy destrozadas”. Se puede decir —

que no existe victoria en la guerra nuclear; eXiste solamente, a lo mas, diferentes


grados Jo daños”.

Ctando al inevitable Clausowitz, el general Harbaki subraya que la


guerra ya no puede ser la continuaci6n de la po! ítica por otros medios: los arma
mentos nucleares han hecho absurda la guerra al hacerla entrar en dominio comple
tamente nuevo, el Jo la destrucción recíproca. Por otra parto, las antiguas tradi
ciones; el político cedía su puesto ci guerrero cuando estallaban las hostilidades.
Ahora los dirigentes poseen sus propias armas, que salo ellos tienen el derecho de
utilizar y que pueden prcticamente emplear sin recurrir al arte militar; bastan al
gunas mcquincs.

También los universitarios han entraJo en el dominio de la estrategia,


que se convierto en un cl culo Sutil de prohablida•des; el arte militar ha desapare
cido al ¡ntelectuaUzarso hasta la exagoracin; ahora so ha extendido, ya que aun
que los militares guardan sus planes secretos, los universitarios publican sus obras
y descubren, ms o menos, aquellas que podrían ser las previsiones reales cJeinter
vencin por la fuerza.

El general Harbck, al exponer objetivamente los hechos, no puede—


defenderso ce una reflexion personal notando que conviene volver a buscar un li
mito al empleo do la ciencia en la estrategia y no dejarse avasallar por la magia
cia las f6rmulas para ganar la guerra, o para salvar la paz. Al final de un curso —

muy claro, que pone perfectamente a punto las ideas en las esferas del “pensamien
to estratégico moderno”, termina con una frase que es a la vez una sentencia y un
consejo: “El mundo sobrevivir, no por el oquilibrio del terror, sino por el de la
prudencia”.

Munque no hay nada co nuevo en el libro col1 general Harbaki —difical


• •

mente podía ser de otro modo, ya que se trata de presertar, clasificándolas, teors
conocidas— no es monos cierto que esta obra pone, como se dice, “el punto final”.
—3—

Esto era necesario, porque el lector de buena voluntad corre ci riesgo de pederse
en el conjunto de las teorías abstractas y a veces oscuras de la alta estrategia nu
clear.

Insistiremos menos ampliamente sobre las obras de Bernard Brodie y de


Klaus Knorr; no os que no sean interesantes; est6n en la línea —yatradicional, po
dríamos decir sin demasiada ironía— de las nuevas teorías que expone el general —

Harbaki.

Bernard Brodie llama la atonci6n sobre un fen6meno que 61 constata.


Mientras que los EstadosUnidos disponen de una potencia nuclear cada vez mayor,
su duda en prever claramente su empleo se hcice caJa vez m6s acusada. Esta acti
tud;es tal, piensa el autor, que trabo el efecto de Jisuasi6n; podría llegar un tiem
po en que nadie creyese que los americanos utilizarían sus bombasen caso de ne
cesidad. En estas condicories, la repugnancia de los americanos a prever la utili
zaci6n de sus medios se convierte en una amenaza para la paz: la escalada puede
llegar muy alta y conducir a la guerra, si no termina, a su nivel determinado, tie
no el empleo del armamento nuclear, 6nico capaz de evitar lo peor por la amena
za efectiva de sus efectos fuIminantc, La utilizaci6n ‘Jo los ingenios nucleares
debe por lo tanto considerarse normalmente, por lo menossobre el plan t6ctico.

Klaus Knorr expone que los armamentosnucleares tienen tal poder de


destrucci6n que todo beneficio de una conquista territorial por los medios milita
res tradicionales se convierte en muy aleatoria: la guerro costarra tanto que no pro
pordonaría ganadas eventuales al partido que la emprendiera. La legitimidad y
el inter6s dci empleo de la fuerza han disminuído por lo tanto considerablemente
en nuestros días. De ello resulta que los medios no militares han tomado una ma
yor importancia en la confrontcclin permanente, hostil o amistosa, entre los dife
rentes países, y, por vía de consecuencia que la fisonomía do las relaciones in :
ternacionales se encuentra produndamente modificadó. Su conclusi6n so acerca
a la del general Harbak; hay que esperar, dice, que la prudencia y la suerte du
rar6n lo bastante para evitar la cat6strofe a escala planetaria y permitir a los

hombres dominar aI monstruo ‘Jo una tecnología sin freno”.

La obro do Miksche tiene otro sentido. Escrita en un tono de pasi6n


contenida, en una especie de irritaci6ri reflexionada contra todos los errores y—

todas las ilusiones de nuestra 6poca, no es avara de f6rmulas sorprendentes. La


tradici&i que defiende el autor tiene todavía buenas uñas y buenos dientes...

¿amo se puede imaginar, dice Miksche, que los hombres se hayan


hecho —opuedan r6pidamente hacerse—lo suficientemente sabios como para no
hacer m6s la guerra?. Toda la historia de la humanidad muestra que (os hombres
han recurrido siempre a ici fuerza; ¿por qu6, bruscamente, se transformarían su
—4—

mentalidad y sus instintos hasta ese punto?. ¿ La experiencia actual, no prueba —

por otra parte que la guerra estalla frecuentemente en cualquier parte?. . Es en


el Extremo Oriente, en Africa, an QnAuropa donde vamos a buscar las simientes
de esperanza para una paz universal, mientras que las revoluciones, los conflictos,
las verdaderas guerras hacen estragos y las fuerzas armadas, dotadas de medios ca
da vez ms potentes, se enfrontan?.

“Los criminales de paz, escribe el autor, no son menos peligrosos que


los criminales de guerra”. Criminales de paz: he aqur, ciertamente, un lenguaje
que puede asombrar y hacer reflexionar. ¿Por qu criminales?. Porque, responde
Miksche, su teorra es en realidad •t derrotismo disfrazado de pacifismo”. Mere
ce la pena citar toda la fase ya que aclara una do las ideas principales do la obra:
Una ola de derrotismo disfrazado do pacifismo extiende su influencia sobre las na—
dones occidentales, anteriormente llenas de ardor, y provoca el deseo do tranqui
lidad a cualquier precio, y por lo tanto el desarme psicol5gico”. Afirmar que Ja
guerra es “impensable”, “imposible”, abrumar con todos los epietos que el mundo
ha inventado desde su creación, para condenar la violencia sin acertar a hacerla
cesar, es en realidad seguir la política del avestruz y ponerse voluntariamente una
venda sobro los ojos.

El libro de Mikscho suena como una trompeta, o como un trueno en


un cielo que so quiere creer sereno. Susmismasexageraciones osfn calcu lajas
para despertarfa conciencia y el buen sentido.

Por lo tanto, segin el autor, la guerra es inevitable; ella forma par


te-je las perspectivas del porvenir que hay que tomar seriamente en consderaci6n.
Nosotros no pensamosque haya que tomar al pie de la letra las previsiones de Miks
che cuando fija su fecha entre los años 1970 y 1980. Entendemosque l ha que —

rido indicar que el peligro de guerra es permanente, a pesar de las declaraciones -

y de los sinceros esfuerzos do un nimero importante de dirigentes de todos ‘os par


sos; que la guerra estallare en un futuro quizs relativamente pr6ximo pero que,
de tcdos modos, no serc en um fecha tan lejana que nuestra generacin no tenga
que preocuparse, ya sea por olla misma, ya por sus hijos.

Por lo pronto, el autor estima que la Uni6n Sovitica no ha renuncia


do a ninguna de las grandes ideas directrices tradicionales de la Rusia de los za
res. En Europa, desea siempre un libre acceso a los mares abiertos, al menos al
Mediterráneo. Adem6s, continúa siendo profundamente revolucionaria: “Es una
ilusin creer que este proceso revolucionario, que no ha hecho ms que comenzar
y que amenaza con acelerarse a lo largo de los diez o veinte prximos años po—
drra continuar sin provocar trgicas conflagraciones”. Ya, los imperios británico
y francas se han derrumbado “como castillos de naipes” y por otra parte “Europa se
ha convertido en un. protectorado americano”. La única gran potencia europea —

que ha resistido las pruebas de las dos ultimas guerras mundiales es Rusia: “ella es
hoy mcs peligrosa que nunca para Europa”.

La iniciativa política y diplomflca corresponde a Mosct, donde “con


terquedad y malicia aldeana, los dueños del Kremlin juegan desde hace decenas —

de años el mismo juego! Lo masa del pueblo ruso confinja siendo como ha sido siem
pre; pero la filosofía de los dirigentes, en lugar do acercarse a la de Occidente, —

estar ms prxima “a una especie de fascismo -comunismo teñido de paneslavismo”

Por otra parte, el autor est6 convencido Jo que los problemas del Ter
1 ‘1
cer Mundo son ciernasIco dificu les do resolver por las vias pacificas, ya que ellos
contienen el germen inevitable del empleo de la violencia. “Con la llegada ex
plosiva de la libertad, la revoluci6n del Tercer Mundo no ha terminado; a decir —

verdad, no ha hecho ms que comenzar. El anticolonialismo que por odio racial,


incapacidad, oportunismo, corrupci6n, histeria y agresividad, amenaza destruir
aquello que el colonialismo ha creado, se ha convertido en una religi&I militante”
Es posible que las palabras choquen al lector, son muy diferentes de las que se em
pican corrientemente; so puede juzgar este pensamiento como exagerado, deforma
do, caricaturizado, Miksche insiste claramente, en términos brutales, pero rea —

listas, sobre los peligros Jo una coexistencia entre un mundo harto y un mundo ham
briento. 1a lucha de clases se hace global”, escribe como título de uno de los ca
pítulos de su libro; e ilustra su pensamiento con una rcflcxin que nos parece que
merece ser citada: “El fracaso de las potencias comunistas en sustentativas de po
ner pie en el Tercer Mundo se debe mucho ms a las condiciones primitivas que ——

allí reinan que a una repulso de estos pueblos basada en motivos ideol6gicos. Un
día, muchos podrían optar por el comunismo y su organizocin social, que permite
ocuparse de todos colectivamente y por lo cual esta ms cerca de su naturaleza —

que la democracia”.

Los 650 millones de blancos occkientales poseen el 60% de la renta


mundial; la URSSy sussatélites europeos, con sus 350 millones Jo habitantes, el
20%; el resto del mundo, 2.000 millones de hombres —comprendidala China Co
munista— igualmente el 20%. ¿C5mo no conducrn tales desigualdades a “una —

revoluci6n larvada que amenaza con tomar formas cada vez ms brutales?

Se ven fcilmonte las conclusiones extraídas por el autor ante tal cua
dro do la situaci6n mundial actual y de su previsible ovolucin. Pesimismo, dir
unos; realismo, confestarn los otros; de seguro, incertidumbre en cuanto al futuro
prc5ximo.
—6—

Los EstadosUnidos, afirma el autor, están mucho ms preocupados por


los acontecimientos del Extremo Oriente y del Pacífico que por los de Europa. Es
en efecto sobre este teatro de operadones donde comenzó el 7 de diciembre do —
1941 la gran guerra entre blancos y amarillos: guerra contra el Japn, guerra do
Corea, hostilidad manifiesta contra la China Ja Mao Tse—Toung,guerra del Viet
Nam, son otras tantas etapas do una gigantesta escalada. “El pacto de defensa
del Suresteasiático —la OTASE (1954)—so encuentra en un estado de descomposi—
cian aun mcs avanzado que la Alianza Atlntica en Europa”. El Jcpn, que jue
go un papel eclipsado en la política mundial, pero que trabaja y aumenta su po —
tencia econmica, ¿ no va a intervenir antes o después en las cuestiones que para
son itclos?. ¿Y si ayudase a China a mo-Jernizarsecompletamente? ¿no daría
“todo su arranquoal peligro amarillo, tan temido desde hace tiempo”?

Miksche, decididamente obsesionado por sombrías visiones, escribe


La gran debilidad de la estrategia de los EstadosUnidos (en Extremo Oriente) resi
de en el hecha Ja que sus aliados del Sureste asi&íco no estn decididos a defen—
dorso en serio (...). An suponiendo que la guerra del Vietnam fuese ganada mi
litarmonte por los EE.UU., no se trataría ms que de una apariencia do victoriaP

Pasemossobro las hiptosis hechas por el autor a prop6sito de eventua


les guerras chino—soviticas.y chino—americanas, a pesar de los sugestivos croquis
con que ¡lustra su texto. Pasemosigualmente sobre los cambios que podrían produ
cirse en Amrica Latina. Pero retengamos Jo los adelantos de Mikscho la hip6te—
sis seg5n la cual los EE.UU., por uchar en Extremo Oriente y proseguir la gua —
rra entre blancos y amarillos allí donde sienten ms amenazado su propio continen
te, acabarían forzosamentepor desinteresarsode Europa.

“Nc es tras el tel6n de acero —esdecir entre el Báltico y el Adrifl—


co— sino entre el Golfo Prsico y el Atlntico donde se deciJir nuestro destino”
Esta afirmaci6n del autor coincide con la opinin frecuentemente expresada por
los estrategas franceses, cuando señalaban el punto vulnerable de Europa a un —

Vasto desbordamiento por el Sur.

En una f&mula que sorprende, el autor sintetizo sus puntos de vista


sobre las ventajas de Europa y las de Mosct: “El Este tiene una ideología que ven
cer, mientras que el Oeste puedo a lo menos comprar algunos personajes que no
ofrecen gran confianza”. El juicio es severo; podría oncontr&sele cruel; en todo
caso vale la pena de meditarlo.

Ms dura, mcs cruel todavía, quizs ms injusta, se encontrare otra


-7..

frmula: “En muchos de los casos, la descolonizaci6n en Africa no fue ms que —

un sivese quien pueda ante las responsabilidades”. Segtn Miksche, Europa, par
ticularmente Gran Bretaña y Francia, habrra capitulado, renunciando a defender
las posiciones indispensables para su defensa. Esta tan al descubierto, como nues
ti-a Irnea Maginot, que dejaba vacia de fortificaciones la frontera del Norte an—
te’un invasor que ni Holanda ni Blgica intimidaban. Se ha escrito mucho sobre
estas cuestiones. El mérito Jo Mikscho no esta en la originalidad de su concep —

cian estratégica; reside en volver a recordar unos datos todavra recientes, pero
sin embargo olvidados. Se pueden, ciertamente, matizar sus ideas, aportando co
rreccioncs; pero ci fondo permanece y oso, nos parece, es esencial.

La primera parte de la obra de Miksche termina con un resumende


sus perspectivas para ci perrodo 1970—1980. Este resumen comporta diez puntos:
nuestra 6poca es una 6poca de profunda revoiucin; la lucha continta por el re
parto de las tierras y las riquezas; ¿cu6l ser6 e’ futuro de la democracia si los
cuatro quintos do la humanidad est6n sometidos a regrmenes totalitarios?. Los —

Estados Unidos se interesan esencialmente por los asuntos del Pacrfico; los infere
ses de Am6rica del Norte y de Europa no son obligatoriamente id6nticos; el peii
gro principal para Europa proviene do ios reses comunista del Este; el que Chi
na sea una superpotencia en Asia no puede impedirso m6s que con una guerra pre
ventiva contra Pekin”; esta lucha no puede dejar a Europa indiferente; Europa —

no puede, por lo tanto, permanecer d6bii en un mundo lleno de peligro; la uni—


ficaci6n de Europa es necescria

El autor no considera infalibles estos predicciones; pero estima que


al menos algunas do ellas so realizar6n do una u otra manera. “Ninguno de los
pueblos occidentales podr6 escapar al combate, que decidir6 la suerte del mun
do a lo largo de los años setenta. Aquellos que lo intenten debilitar6n con su —

actitud la posici6n de los otros, sin estar en condiciones de salvarse ellos mis

mos”.

Es en la segunda parto de su obra donde Miksche indica las condicio


nos actuales de la defensa de Europa y las medidas que, seg6n 61, serren las apro
piadas para restablecer una situaci6n muy inquietante. Las sorprendentes f6rmu
las no dejan Jo servir de apoyo a su tesis.

La defensa Jo Europa, est6 basada en el Pacto Atl6ntico. Su cIernen


to esencial ha sido la potencia at6mica americana, nentras que los EstadosUni =
-8—

das tuvieron el monopolio de los armamentosnucleares. Entonces era posible tra


tar de rechazar las invasiones del comunismo hacia ci oeste. Desde que los rusos
se rodearon de ingenios de gran potencia, ya no fue cuestion de rechazcimiento;
se habla de “contencin” o ‘Ja barrera. Los diferentes parses miembros de la NA
TO se mostraron reticentes cuando se trata de poner en activo ol ntmero de divi
siones clsi cas fijadas en la Conferencia de Lisboa. Cuando los rusosy los ame —

ricanos establecieron, en 1955, la poliica conocida bajo el nombre de “coexis


tencia pacíFica perdi6 su poder el gigantesco rodillo de millones de solda’Jos ru
sos sobre Europa. Las peroratas sobre el desarme, escribe el autor, tenían que pro
vacar necesariamente un desarme psicoigico ‘de la NATO”.

Sin embargo, había que hacer frente al eventual peligro da un ataque,


aun cuando esta hip6tesis se considerase cada vez m6s aventurada. Como las fuer
zas cl6sicas de la NATO eran, evidentemente, inferiores en ntmero, en calidad,
y en medios, a las fuerzas soviti cas similares, había que compensar el déficit—

con el empleo de armas at6micas. Por eso “el pensamiento estratcgico de la NA


TO se dosliza hacia el empleo de las armas atmicas incluídas orgnicamente en
las divisiones a partir de 1956 ideo absurda y peligrosa”. Occidente estaba
— —

obligado a ‘Jefenderse con medios at6micos, incluso contra un ataque clásico. Se


producía una inversin de misiones: las fuerzas, convencionales, que normalmente
debenan ser ci II escudo de IIuna defensa de la que el instrumento nuclear seria la
• /

espada, se convertían de hecho en la espada —biencorta— que se disimulaba tras


el escudo nuclear. Debido a eso el juicio del autor es particularmente brutal y
severo: “poco a poco el Pacto Atlántico se ha transformado en un pacto de suici
dio colectivo, lo que constituye la principal raz6n de su declive.

Miksche hace a prop6sito de esto una dura crrtica de la tcticanucJe’


ar,. “A pesar de la decisiva inferioridad de la NATO en fuerzas convencionales
algunos estrategas creen posible al que con las 27 divisiones disponibles se puada
presentar nada menos que una batalla retardadora sobre el frente de 1300 kms. —

que se extiende entre ci Bltico y los Alpes”. Pero si llegase el caso, ¿ tomarían
los gobiernos occidentales la decisión de recurrir a las armas nucleares?. Esta—

cucsti6n, planteada por Miksche, se identifica, como se ve, con la idea expues
ta por Bernard Brodie con ci libro anteriormente citado y pone igualmente en dis
cusi6n ci principio mismo de la estrategia nuclear. En efecto, Miksche escriba.
“Una verdadera estrategia debe proponerse un objetivo positivo, y no negativo”.
Nosotros estamos aquí, pensamos, en el centro del sujeto y de la controversia.
La estrategia nuclear, cuyo objeto es evitar la guerra, no sería por lo tanto una
verdadera estrategia; sería una forma de la polífica, una forma moderna, es ciar
to, pero en su principio, si no en sus medios, pero d ferente Jo la política y de
la diplomacia habituales,

Que no se engañe el lector en esto . No es solamente una cues—


tin de palabras, de la respuesta que se de a la cuesti6n planteada se desprenden
-9-

concepciones muy diferentes de las relaciones internacionales, de la paz y de la


guerra, de la organizacion de las fuerzas armados y do las condciones de su am—
pl ea.

No extrañare, por lo tanto, que el autor escriba: La discusi6n bizan


tina sobre la estrategia llamada at6mica acaba por cansar y añade: La Jisuasii
atmica, os decir la defensa do la paz por el terror, no es ms que una apuesta—
parad5gica fundada sobre la imposibilidad de lo posible”. Esta vez, el autor ro—
nuncia a utilizar una frmula brutal, y sin duda ha tenido el malicioso placer de
emplear un estilo comparable al de los estrategas nucleares. Aunque de manera
menos complicada, concluye: “El pensamiento militar de Occidente se basa so —

bre armas que son demasiado potentes y sobre ejércitos que no lo son bastante, —

mientras que el Este dispone de grandes bombasy da grandes batallones”.

Estas citas muestran claramente que las ideas Jo Mksche son muy Ji
ferentos do la de los estrategas modernos. El título de uno de sus capítulos es to
davía ms claro: “La disuasin ctmica es un bluf”; al empezar este capítulo,
escribe: “Se han complicado las cosassimples, y simplificado los problemas corn
plicados. El arte de la guerra degenora en una disputa entre universitarios para
los cuales la estrategia es una espacio do juago de ajedrez ejecutado conforme
a reglas preestablecidas. Lo que resulta de ello es una pseudo—ciencia que ha
ce juegos malabares con argumentos vagos. En esta bolsa de los “alguimistas mi
litares” los valores no valen ms según su sustancia sino segtn la fuerza de la —

voz de los muchos estrategas aficionados que los lanzan al ptblico en la prensa
y la televisi&’. Esta vez el ataque es directo y la indignaci&i visible. Miks—
che cita tambin al inagotable Clausowitz, al que cada uno trata de situar en —

su campo: “El primero, el ms decisivo de los actos de ¡uicio hecho por el esta
dista o el jefe militar, es reconocer la guerra tal como ella os y no tomarla o no
querer tomarla por aquello, que por la naturaleza de las cosas, no puede ser”.
Contrariamente a lo que expresaba el general Harbaki, Miksche afirma que la—
clobre rnxima de Clausewitz continua siendo cierta: la guerra sigue siendo ——

“la continuaci6n de 1a política por otros medios”.

¿Si es cierto que la amenaza atmica disuade, dice todavía Miks—


che, c6mo explicar que los pequeños países que no tienen armamento nuclear —

puedan sin embargo, como lo ha hecho Cuba, como lo hace el Vietnam Jal Nor
te, oponerse a los grandes que lo poseen?, ¿Por qu no emplean stos sus medios?
“Las armas cuyo empleo sería políticamente insensato no pueden ser ya conside
radas como instrumentos cJeguerra. Es por esto por lo que so puede dudar de que
exista incluso una estrategia at’mica. Si la estrategia debe seguir siendo el orn
pIco de la fuerza con fines políticos, entonces las armas atSmicas no son armas
ni militares, n políticas, sino simplemente medios de Jestruccin”.
- lo -

Pero las armas atmicas existen, y no hay que minimizar la importan


cia de su existenda: “a pesar de su carccter irreal, se esta obUgado a contar se
riamente con ellas. Sin constituir una fuente de verdadera potencia, ellas. cons
tituyen en lo sucesivo los atributos ¡ndispen3ables del Poder”. El autor opina por
lo tanto que: sin armas atmicas no puede haber ninguna estrategia aufnoma y
por lo tanto ninguna soberanía”.

Los armamentos nucleares deben por lo tanto neutralizarse rcíproca


mente y cubrir con su proteccin a las fuerzas clásicas, que deben alcanzar los
efectivos suficientes, como para asegurar la defensa de Europa.

Esta necesita “una desamoricanizaci6n, una ¡ntegracin y una sim—


plificaci6n del sistema miÍitar actual”, lo mismo que una integraci& de las in
dustrias de armamento. En fin, es preciso que la Europa unida disponga de la
fuerza apropiada,

No insistiremos ms sobre las diversas medidas que Miksche trata —

con detalle para volver a dar a Europa un medio de Jefenclerse a lo largo del —

prximo decenio, y como consecuencia, para continuar haciendo aprovecharse


al mundo de su ciencia, de su tcnica, de su “luz” y de su civi!izaci6n. Bas
taría con mostrar hasta qu punto sus ¡deas difieren de las tesis corrientemente
desarrolladas en la actualidad en los escritos políticos y militares.

Sin duda, el pensamiento de Miksche puede ser corregido. Sería


bueno, sin embargo, que una vez autorizada se elevase para clamar, no en el
desierto, sino en el bosque abarrotado de las ideas llamadas nuevas, algunas —

reglas de buen sentido. Sería bueno que la concepcicn tradicional de las rda
ciones internacionales y de la guerra sea recordada. Cuando algunos obtienen
beneficios demasiado fcil y rapidamente.

Cada uno de los cuatro libros que hemos agrupado en este artículo
yuxtaponinc!ose pero sin oponerse, cOntienen ciertamente una parte de la ver
dad, ya que ella tiene numerosas caras, pero no Jebe olvidarse que la guerra —

esf hecha de accn, de dolor y do sangre; es preciso que esta afirmacin ba —

nal no sea olvidada en la borrachera Jo ias abstracciones.

General Nemo.
CESEDEN BOLETIN
MENSUAL
N°1
Opto.de Informacion

VAREOS
-HACIA UNA EVOLUCIONEN
LA REPLICA A LA SUBVERSION

cg
CESEDEN

HACIA UNA EVOLUCION EN LA REPLICAA LA SUBVERSION

Por FedericoUINTERO MORENTE

(Revista de PoU’ticoInternacional, enero


febrero 1.967)

¿-&_,

Mayo-1 .967 DE INFORMACION


BOLETIN N2 16 X -
INTRODUCCIONYPROPOSITC

La lectura a fravs de lo prensa diaria de cuanto acerca de la guerra —

subversiva comunista nos llego desde diferentes y distantes partes del mundo y, las es
cenas que los noticiarios muestran de estados de agitaci6n, terrorismo y lucha de gu
rrillas, pueden llevar o crear, un estado de opini6n, de 6nimo pesimista y, a creer,
que la conducci6n de esta guerra inexorablemente conducir6 siempre a la victoria del
bando revolucionario comunista Ello, es completamente incierto y basta s6lo recor
.

dar c6mo cuando la acc6n contra esa infiltracicn y epidemia se plante6 en adecuado
y contundente t6rmino, los comunistas tuvieron que replegarse, perdiendo la batalla,
tal como sucedi6 en Malaya, Grecia y Filipinas.

Es l6gicos que ellos quieran hacer creer, que sus el6rcitos insurgentes
est6n formados por una indestructible unidad, determinaci6n firme y confianza total
en la victoria, pero, la realidad es que, tanto en la direcci6n de su política como
en la ejecuci6n de sus planes y maniobras, sufren períodos de crisis, acusan baja en
su moral, aparecen disputas entre sus mandos acerca de c6mo conducir la política y
estrategia de sus acciones y, cuentan tambli5n con mandos incompetentes, agentes —

desorientados, carencia de armas y aUmentos, traidores y desertores.

El pensamiento político—mil.itaroccidental est6 llegando a la conclu—


si6n, a 1a vista de la evoluci6n de la actual políflca internacional, de que la sub —

vcrsi6n no debe considorarse como un mal irremediable imposible de eliminar o corn


batir.

Si leemos mediatamente las obras de los grandes capitanes de la subier


si6n podremos descubrir, paralelo a los gritos de triunfo y aplauso por sus victorias
las debflidades, dudas, errores, fallos en decisiones y omisiones fatales que tambi6n
jaloncin la rro rcha de su aventura revolucionaria. Sobre todo so podr6n extraer de —

ese estudio la serie de oportunidades perdidas por los Gobiernos donde la subversi6n
apareci6, por lamentables retrasos en reconocer la potencialidad de la amenaza, çn
fusionismo que se produjo al enfrentarse con t6cticas desconocidas y audaces y, la
grave falta de determinaci6n, que la direcc6n nacional ofreci6 en las primeras eta
pas de la lucha.

El prop6sito de este trabajo os ofrecer un panorama general de cuanto


abarca la estrategia total de la lucha contra la subvcrsi6n, en sus líneas o aspectos
verdaderamente fundamentales, desde el punto de vista gubernamental
—2—

Se supone, o existe la creencia, que ci comunismo no tiene un buen am


bknte en parses do amplio desarrollo. A este prcp6sito es interesante señalar, como
parece ser, que a medida que se eleva el nivel de vda en la URSS, coincide ello ——

con un cambio de actitud frente al mundo occidental, csfablecindosc cambios comer


ciales y culturales. La enconada disensi&- rusochina supone también una Fisura en
aquel monolrtko idealismo politico que ¡nternacionalizaba la doctrina del partido co
munista ruso.

Podría Jeducirse (si se desconocen las bases inconmovibles de la evolu—


ci&i y adaptacin de la lucha, la evc!ucin de sus tácticas como consecuencia de po
seer una mayor ¡nformaci6nacerca de los puntos cJbiles del mundooccdental), po :
dría pensarse, si olvidamos todo lo anterior, que el comunismose ha suavizado(al —

menos en la versn rusa) y ser ste un aspecto digno de apraciaci6n pc su probable


y sensible repercus•i6n, no s6lo sobro laopini&i p6bRca, sino tambin sobre los hom—
bros que encabezan los estados.

1. FINALIDAD .Y OBJETIVOS DE LA REPLICAA LA SUBVERSION

La primera consideraci6n que hemosde analizar es aquella que nos ——

ofrece cucl es la verdadera naturaleza do la amenaza: comprender ante todo que nos
enfrentamos a una organizac clandestina, cuya misin esencial es imponer su vo
luntad a la poblaci5n. Tal premisa es la idea clavo que debeorientar la bGsqueda
en la solucin del grave problema planteado.

La finalidad superior de la réplica, la acci&1 contrarrevolucionaria ,


es la pacificacn, el. restablecmienio o mantenimiento del orden por la adhesi, —

de la poblaci6n a la política Jel Gobierno. Pacificar es restablecer la paz y la con


cordia. Incluye un conjunto de medidasde variada y diversa índole que tratan de —

ganar la confianza de la poblacin para con las autoridades legales, el restableci —

miento de la confianza y hermandad entre los habitantes y la rccnudaci6n de las ac


tividades normales en todos los ordenes.

Los objetivos superiores, hacia los cuales os necesario orientar la ac


cian a fin de conseguir el xito en 1a lucha, son de tres tipos de orden. Aunque la
conexi6n entre ellos impide el aislamiento de uno de ellos haciendo caso omiso de —

los dems, sin embargo, síes fundamental conocerlos en sus individualidades para —

ver claramente cuIes son las aportaciones, las vontaas que se obtienen al ir elimi
nan-Jo y rebasando etapas en la lucha por la victoria total y definitiva. Podemos—

enumerarlos asi

— De orden psi cogico.


-.3 -

- De oroen politico.
1..

— De orden militar.

Veamos qu abarcan cada uno de estos grupos:

A) Objetivosdeordenpsicol6gico

La vital trascendencia de la acci6n psicoJgica en ios tiempos modernos


y el creciente impacto que a través de la propaganda aqulla proyecta y acusa en —

nuestras vidas, hace que tanto los Gobkrnos como sus enemigos utilicen la accin psi
col6gica como un poderoso resorte para crear una favorable imagen, influenciando so
bre las opiniones, emociones, actividades y conducta de la pobiaci6n.

Asesorados por los especialistas de esta rama que existen al servicio del
Estado, el Gobierno determina y define los temas generales a difundir con el prop6si
to de:

— NeutraUzar la obscsi6n provocada y mantenida por los revolucionarios


y destruir los “axiomas” difundidos por la propaganda y el adoctrino —

miento, contradicciones internas y problemas creados artificialmente


por ci adversario para suscitar descontentos y reivindicaciones.

— Aquietar las pasiones violentas suscitadas por el adversario en su cam


paña en pro de la lucha de clases y creadas por al terrorismo, las repre
salias, la agitaci6n, la infiitraci6n y la guerra de guerrillas.

— Desintoxicar las mentes y restablecer la unidad y solidaridad entre los


habitantes y su confianza en el Gobierno.

B) Objetivosdeordenpolflico.

Simuitneamontc el Gobierno debe tomar las medidas para:

a) Promover en todos los ¿rdenes las reformas de estructura que remedien


las causas reales do descontento y cIivisin y crear en la poblaci6n sa —

fisfacciones inmediatas y esperanzas do un orden nuevo, con posiblida


des de progreso indefinido.

b) Restaurar cuanto antes en las regiones recuperadas un modo de vida nor


mal, satisfaciendo la necesidad de alojamiento,, da abastecimiento, —
-4-

transportes, sanidad, enseñanza, trabajo, producci&i agrícola e indus


trial, etc., de aquellas poblaciones.

Dichas reformas y realizaciones permitirn cristalizar las esperanzasde


la poblacin, en soluciones concretas y tangibles, logrando así confirmar cuanto se
expone a través del programa político del gobierno.

C) Objetivodeordenpolítico—militar.

Para recuperar la adhesión de la poblaci6n, el mando político Jebe to


mar al mismo tiempo tas medidas necesarias, para utilizando las fuerzas de que dispo
ne:

a) Destruir. la organizacin político—administrativa enemiga.


b) Aniquilar las fuerzas armadas rebeldes.
c) Aislar ci territorio contagiado de sus apoyos o ayudas del exterior.

d) Apoyar el mantenimiento o réstablecimiento de la organizaci6n admi —

nistrativa legal, iltima etapa de la pocificaciSn.

2. ORGANIZACION GENERAL DE LA ACCION ESTATAL CONTRA LA SUBVERSION

La obtenci6n de la finalidad de la guerra contrarrevohcionaria exige:.

— La presencia ‘de hecho y por acci6n de la adminstraci,6n legal, de las


fuerzas de seguridad y de las fuerzas armadas.

— La participaci6n de la poblaci6n en la lucha, mediante una organiza—


cian de la misma, en asociaciones que permitan agruparla y preparar
su autodefensa.

Para lograr la pacificaci6n y para asegurar los resultados obtenidos, os


necesarioincitar a loshabitantes contralosrebeldes y organizarlos para llevar ia lu
cha porsuspropios medios. Esteobjetivo no poJr seralcanzadosinoporuna accin
integrada en todos los escalones, ya sean políticos, administrativos, econmicos, so
ciales, culturales y militares, e inspirados por una constante inquietud psicol6gica.

Cuando esta acción haya sido obtenida, la pacificaci6n ser s6lida, —

pues en el caso ‘de que un adversario realice un golpe de mano afortunado, no hará
sino aumentar el resentimiento en contra suyo. Por otra parte, ser econmica, pues
-5-

permitir retirar una partosensible delos propios efectivosy recursosparaenviarlos


a otras zonas, donde la subversin esta ms desarrollada o recrudecida.

Pero mientras no se haya conseguido la adhesi6n moral de la poblaci6n


y mientras los habitantes no estén organizados para combatir, la pacificaci6n ser6 —

frgil, ya que en cuanto la atenci6n del Gobierno y las fuerzas armadcisy de seguri
dad se orienten hacia otras regiones, el enemigo volvcr, reavivare su infraestructu
ra, efectuare represalias y la zona rapidamente estaré ms subversiva y aterrorizada
que antes.

El estudio de la defensa que se practicá en las naciones en las cuales


la subversián fracasá o en aquellas otras en las que no pudo exteriorizarse ante la e—


fcctividcd de las medidas adoptadas previamente, muestra que la organizacián de la
pobladán y la educacián do ella, entre otros varios esquemas, puede desarrollarse —

sobre el siguiente:

a) Formacián de cuadros responsables, necesarios para los distintos grupos


sociales y humanos. Hay que instruir a los mismosen las tareas admi —

nistrativas, ¿vicas y militares que permitan o faciliten la autodefensa


de los nácleos rurales aislados.

b) Creacián de árganos, tipo estados mayores mixtos, en los que tengan —

representacián todas las actividades que afecten a la seguridad, infor—


macián, defensa, abastecimientos y medidas de accián social relacio
nadas con la protoccián de la poblacián y su autodefensa.

Se aprovecharan para ambos cometidos todas las inclinaciones y ap


titudes que pueden ser explotables, tales como la aspiracián permanen
te de la mujer de conservar lo tranquilidad en su hogar, el potencial
de la juventud,laexperiencia y madurezde lasgeneraciones más adul
tas, la utilidad de ios tácnicos para la aportadán deideosy resoluci
de problemas.

c) Los organismos dependientes del Gobierno deben adaptarse al máximo


a la situacián particular de la zona o zonasafectadas, integrándose —

en las condiciones citadas en b), que nutren tambián los representan


tes de la poblacián urbana o rural de que se trato, para que asrparti—
cipen directamente en su propia defensa.

La cnseanza fundamental de la guerra psicolági ca es que las acciones


contra los guerrilleros y el terrorismo tienen más eficacia cuando son los propios ha
bitantes, quienes convencidos de la gravedad do la situacián, del peligro real exis
tente, de la necesidad de no quedarse inactivos ante la creciente ola de barbarie ,
-6-

se organizan contra ella en localidades, barrios de autodefensa, balo la direccin y


control de las fuerzas de seguridad (o del ejército, si llegara el caso), colaborando
con astas en la eliminaci& del terror.

La educactn e ¡nstrucclin de la poblacin es importante para informar


la sobre la verdadera finalidad ‘Jo la rebeli6n y sus métodos y la finalidad que busca
el Gobierno.

La informaci6n se difunc1irc a través de la prensa, radio, tolevisi6n y


cine, hojas, charlas, reuniones, etc.; es decir, todas esas formas que permiten esta
blecor un contacto directo entro el Gobierno y la poblaci6n.

Es importante no perder jamcs de.vista la fuerza de las ideas. No so


debe subestimar el objetivo. El adversario no comete ¡amas esa falta grave. Se de
be, pues, hacer nacer o renacer un ideal entre los habitantes, y este ideal, tiene —

que ser definido en un plano superior que atraiga a todos y pueda ser adaptado de os
te plano nacional a los escalones regionales, provinciales y locales.

3 MISIONES EN QUE SE TRADUCE LA ACCION ESTATAL

a) La primera do ollas seré la destrucci6n de la organizaci6n político—ad


ministrativa enemiga. Recordemosque en el proceso ms avanzado —

de la subversin, la implantacin del sistema de “Jerarquias parale —

las”, listas para ¡ni ciar su farreo e inhumanitario control, es el momen


to ms peligroso porque supone, en sí, el dominio de la poblacin.

La anulaci6n de esta situación se obtiene mediante el desarrollo —

o robustecimiento de una adecuada red de informacin que intensifique


un meticuloso proceso de b6squeda para conocer los detalles ‘Jo la or—
ganizaci6n rebelde, y presupone una efectiva colaboraci6n y unidad
de ccci6n entro los ¿rganos informativos estatales y la aportaci6n de
las poblaciones.

Mediante tcnicas policiales de “desmantelamiento” so atacare —

al aparato insurreccional. Las fuerzas armaJas, cuando sea necesa —

rio, colaboran estrechamente con las de seguridad en los centros urba


nos y rurales, llegando, si la gravedad de la situacin lo requiere y
el Gobierno declara el estado de excopcin o guerra, a encargarse —

de centralizar esta informaci6n, recopilada de determinadas zonas o


sectores nacionales.
-7—

El xito descansaen la obtencin de ¡nformaci6nde ordensocial,


tctico y psicolgico, lo que permte simultneanente obtener una —

orientacin sobre las causasde la subversin, capturar los responsa—


bies. de las “Jerarquíasparalelas” y explotar los efectospsicol6gi cos
de dichas capturas, creandoasí una sonsaci6nde seguridadpor cono
cimiento de la situacin, ejercicio do poder legal y mayor confignza
en al Gobierno.

La accn que permite concretar esteobjetivo esta orientada a im


pedir, en primor lugar, la formaci6n de las bandasenemigas,y si esta
etapa ya ha sido superada por la subversi6n, aspira a lograr entonces
la localizaci6n real de los efectivos rebeldes guerrillas) y conjunta
mente, poblaci6n y fuerzas regulares, tratar de lograr su aniquilamion
to.

Esta destruccin do los elementos de combate subversivo se logra —

aniquilando susefectivos y las basesde apoyo que existirán en la po —

blaci6n. La actuaci&, de las fuerzas del Gobierno varía en rekici6n


a la naturaleza del enemigo: bandas armados, guerrillas organizadas,
grupos do terroristas o partisanos, agentes do ¡nformacin o de enlace,
agitadores, encubridores, etc..

Las características, pues, que definen a oste tipo de misiones son:

- La necesidad fundamental de información.

- La división del territorio en regiones o zonas por orden de grave


dad o prioridad.

— La rnovilizacin y rapidez de las fuerzas (seguridad, militares y


paramilitares) que explotaran la i nformaci6n.

— La ciccin psicol6gi cci sobre la poblacin y sobre los combatien


tes (reeducaci6n y repercusi6n).

— La explotaci6n de los éxitos obtenidos en los diversos campos: —

social, econ5mico, militar, etc..

So impone asimismo considerar que como tarea simultnea a estas,


y que continuara después de la destrucci& es necesaria la fase conti
nuada do la reconstrucción o fortalecimiento, es decir, organizar y —

educar a la poblaci6n para que 1a misma pueda encargarse de la salva


—8—

cian de sus grupos sociales y humanos, mediante un atento esfuerzo del


Gobierno.

b) El apoyo al mantenimiento o restablecimiento de la organizacin admi


nistrativa local tiene mucha importancia, pues gana la confla.nza de la
poblaci6n hacia las propias fuerzas del orden. En e caso de que sean
ellas las encargadas de ejercer transitoriamente las funciones de la ad—
ministracin, aparto de la seguridad de sus procedimientos, so pueda
contribuir con las mismasa preparar el terreno para una mejor y ms rc
pLia padficacián.

c) El aislamiento del territorio subvertido, de sus apoyos o ayuda exterior,


es un objetivo determinante en la duracin Jo las operaciones y en cier
tos casos condiciona las posibilidades de obtencitn de xito por parte
de las fuerzas legales.

Cuando las acciones revolucionarias se localizan en el interior del


propio territorio, este objetivo se debe materializar hacia el logro ‘de
un aislamiento dci enemigo, en terrenos donde sus posibilidades para
subsistir y Josarrollarse se vean Jisminuídas, por no contar a su favor
con condiciones especiales para ello.

4. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES PARALA CONDUCCION DE LA ACCION CON


TRA LA SUBVERSION.

Los principios fundamentales sern aquellos que aseguren el desarrollo


armnico de esa acci6n en todos los 6rdcnes de la vida nacional. Estos principios —

pueJen enunciarse así: accin global, diroccin o mando centralizada, ejecuci6n


descentralizada y coordinación do los esfuerzos, firmo voluntad Jo vencer, ancliss
del potencial propio y colaboraci6n crvica de la poblacin.

a) Accinglobal

La guerra revolucionaria busca la conquista del poder total y la modi—


ficackn integral y violenta Jo los sistemas sociales, políticos y econ6micos particu
lares de cada país, a fin de implantar el régimen do la ideología totalitaria que la
dirige.

La guerra contrarrevolucionaria, como se doJuce de su propio título,


busca anular esa accin. Ella no poJr ser realmente eficaz si contempla s6Io aspec
tos parciales en la lucha a desarrollar.
-9—

Pretender anular la acci6n de las ideologías totalitarias que conducen


la guerra revolucionaria en lo político, mientras continsa Josarrollndoso en lo eco
nmico y social, no conduce a fines positivos Susavances en esoscampos, llevan
do confusi6n, malestary malas condiciones de vida, no tardaran en influir en el po—
Iflico, y qucdar anulada, en consecuencia, la accin que so hubiera podido llevar
a cabo.

/si también en ei caso inverso, en que se desarrolle una positiva oc —

c6n contrarrevolucionaria en lo econ6mico, s no es completada en lo polítco y so


cid, la doscornposicin de estostltimos aspectos no puede permitir el triunfo de la
primera.

Del mismo modo pretender desarrollar la Gccin contrarrevolucionaria


con meddas de índole exclusivamente militar, no puede conducir al triunfo final,
por las características mismasde la guerra revolucionaria.

En consecuencia, la guerra contrarrevolucionaria debe responder fun


damentalmente al principio de acci6n glóbal, es decir, desarrollarse con medidas
que afecten a todosy cada uno do los rganos do Ja vida nacional.

b) Direccincentralizada

La guerrarevolucionaria obtiene susmejoresresultadosen el desorden


que en ella mismabusca crear. Contra eso debo buscarse precísamenteel efecto —

contrario, osca el mantenimientodel orden. El esfuerzo debe ser coordinado, res


pondiendo a objetivos concretos, ya cjue, de lo contrario, se favorece la expansión
del desorden, y en medio da éste la accin se diluye.

Dentro de una acci6n conjunta, mEdianteuna direcciSn centralizada


que oriente y grcido ios esfuerzos que so realizan, se posibilita la anulacn de los
factores de perturbación mencionados anteriormente.

c) Ejecuci6ndescentralizada

Siendo tan diversos los aspectos sobre los qúc incide la acci6n do la
guerra revolucionaria y en virtud de que ella afecta tambiéna todos los escalones
de las jerarquías Ja cualquier índole, es difícil obtener eficacia en la lucha contra
ella, en todos los camposen que esa lucha se desarrolla, si no se lleva a cabo con
el personalms ¡dneo o identificado en cada tarea. La fuente de reclutamiento
que mejor asegurala aptitud del personalen cada especialidad es la especialidad
misma.
- lo -

Asirnisrio, siendo tan amplia la lucha a desarrollar, es difícil ejecutar


la centralizadarnente, pues se correrc el riesgo Jo no poder abarcar con la misma cfi
cada los distintos aspectos de la vida nacional.

Mientras la dreccin centralizada asegura la necesaria armonía en la


acción contra la guerra revolucionaria, la ejecuci6n descentralizada permite obto —

ner eficacia en esa misma accin.

Este principio se completa en general mediante la aJaptaci6n de las


directivas dadas por los escalones superiores, considerando:

— Ministerios, organismos o cuerpos especializados que intervengan abar


cando los diversos campos o actividades.

- Las condiciones regionales y provinciales que existan en cada caso.

d) Coordinaci6n Jo los esfuerzos

Este principio complementa al Jo direcci6r centralizada, e incluso —

puedo llegar a confundirse o superponerse con aquel, ya que la direcci6n centrali


zada pretende asegurar la necesaria coordinacin.

Pero la enunciaci6n por separado del mismo responde a la necesidad


de que los esfuerzos sean coordinados, no s6lo por la acci6n de la Jirecci6n contra
lizada, sino porque en todos ¡os escalones en que se desarrolla la accin contrarre
volucionaria debe buscarse, aun por propia iniciativa, el complemento y coordina—
cian de la accin que se ejecute.

e) Firme voluntad Jo vencer

Teniendo absoluta fe en los valores que so defienden y que normalmen


te se concentran en:

— Libertad del ser humano y dignidad del mismo.


— Libertad de conciencia y expresi6n.

— Respeto a la propiedad irivada,

Jamas se ha pacificado una zona contentcndose con ia rutina de abrir


camino, escoltar convoyes u otra accin de tipo puramente militar. Frente a un aJ
versario que no renunciare jamas a la lucha y que no se contentarc, en ningin caso,
—11 —

con una victoria incompleta, serc indispensable poner toda la energray la voluntad
al servicio del ideal y emplear todos los medios posibles, manteniendo permanente
mente una visin clara del obletivo a alcanzar.

e AnlTsisdelpotencialpropio
Debe calcularse no en funcin de las unidades enemigas de la zona —

considerada (concepto muy difundido y que ha conducido a graves errores), sino del
n6mero de sus habitantes, en una proporcion aproximada de un combatiente por ca
da 10 a 15 habitantes.

La realidad no es tan simple como pudera extraerse de este cmputo,


pues, ademas, se debe tener en cuenta la calklad de las propias unkiadesde seguri
dad y fuerzas armadas, las caracterrsti cas de la poblacin, el grado de subversi6n
alcanzado, el terreno, Ja superficie, etc.. Nunca se deben subestimar los efecti
vos necesarios, pues una regi6n subvertida, a pesar de la presencia de propias fra—
pcis, no podr ser sometida sino difrcilmente, y siguiendo un complejo proceso, que
envuelve, como ya hemos señalado, otra serie de disposiciones ajenas a la actua —

ción de unidades militares.

Raramente se disponen los efectivos necesarios para restablecerde un


solo golpe el control, sobre todo el territorio amenazado; por ello es necesario con
siderar cucl de los dos procedimientos, mencionados a continuacin, se debe ado
tar a la vista de los medios disponibles:

1) El primero, denominado método Jo “Sucesiva consolidacin”, que con


siste en no proceder a la pacificacin de una nueva regin, hasta qu
la preceJonte esf realmente realizada, se utiliza y adopta una vez —

efectuado el anclisis general de la situación por el Gobierno y esta


blecido un orden Jo prioridad o gravedad en la region o regiones im —

plicadas.

2) El segundo consiste en agrupar la poblaci5n Jispersa en aldeas o puo


blas, en localidades ya existentes o creadas para ese fin, que presen
ten facilidades para su protoccin y para la vida de los habitantes.
En estos nuevos y reformados centros urbanos se abren escuelas, con
sultorios m&icos, almacenes, etc.; se instalo una aJminstracin mu
nicipal, aunque sea provisional, y los servicios públicos necesarios
se estructuran. Las nuevas localidades constituyen asr centros 1e pa
cificacin.

De esta forma se intenta crear una zona neutralizada, vacrapn


— 12 —

la cual las guerrillas no pue:ian encontrar el apoyo de la poblaci6n.

Este tipo de reagrupamiento presenta dificultades técnicas relaciona


das con los problemas de la construccin, las posibilidades de cultivo —

de nuevas tierras, las obras a iniciar, las instalaciones de los servicios,


etc., que precisan de estudios previos, detallados, entre los cuales es
importante destocar los problemas que pueden aparecer por inadapta ——

ci6n de las personas al nuevo ambiente, nuevas actitudes, o resentirnien


tos. Por todo ello, es medkJa a adoptar cuando, de una valoracin de
la situacin, se deduzca claramente ci apoyo eficaz que los elementos
terroristas o guerrilleros estén alcanzando en dichos centros rurales.

Es necesario subrayar el peligro que representa el abandono total —

de una zona por sus habitantes, ya que ésteda a los rebeldes facilida
des para instalarse y crear “zonas Uberales”, a pesar de no contar con
el apoyo de la poblacin, ya desplazada a otros lugares.

g) Colahoraci6ncrvicadelapoblaci6n

La finalidad de toda sociedad organizada es el bien de los componen


tes de la misma; por ello se impone la igualdad de susintegrantes en cuanto a trata
mientos y privilegios.

Es necesario el afianzamiento de las propias ideas para oponerlas a las


de la revolucin, contando como principio bsico que es el Estado el que sirve al —

hombre y no el hombre al Estado.

La naci6n debe aceptar los sacrificios que impone la guerra contrarre


volucionaria y participar en la misma con ardor y patri6tico desinterés.

5. REGLAS GENERALESPARAEL DESARROLLO DE LA ACCION CONTRARREVO


LUCIO NARIA.

Basada en los principios anteriormente enunciados, la accin que se —

desarrolla en la guerra contrarrevolucionaria asegurare, en mejor forma, la obten cian


del éxito que persigue, mediante la aplicaci6n e ciertos reglas, que han podido ser
extractadasde laexperiencia de algunosparses en estetipode guerra.

a) Nodebetratarsedeigualaigualconunmovirnientorevolucionario.
EllofaciUtcyacelerosuxito.

La guerrorevolucionaria
se basaen accionessolapadas,
clandestinos
,
- 13 -

generalmente en el mbito propio del desorden o caos.

Pretender tratar de igual a igual con quienes la conducen es reconocer,


de hecho, su existencia en un plano da igualdad en ic vida nacional, compartiendo
los derechos de la conducci6n del Estado. Debe mantenrsela en el plano subalterno,
que significa su clandestinidad, y ciue le harc m& difícil ganar adeptos entre la ma
sa de la poblacin, normalmente afecta al orden y normas institucionales.

b) Todoterritoriorevolucionariodebeseraisladoalmximodelexterior,tantomo —

ral como materialmente.

La guerra revolucionaria responde a una ideología internacional. En —

consécuencia, en aquellos territorios donde se desarrolla, el principal apoyo que se


recibe, tanto moral como material, proviene de aquellos países dondeesa guerra ha
triunfado y ha logrado imponer su propio régimen.

Al aislar el territorio revolucionario se impedirc, o al menos di fi culta


rc al mxmo, la llegada de esa ayuda moral y material, con lo que las posibilida
desde éxito disminuyen considerablemente. Asimismo, por ese aislamiento, se impe
dura o dificultcra la llegada de oruenes, irectuvas o. circulares, que respondan al —

carcter internacional de la guerra revolucionaria.

c) Elprocesorevolucionariopuedeseraisladomejorcuantomstempranoselede —

tecto.

El tiempo obra a favor del movimiento revolucionario mientras ste no


sea eficazmente combatido. El busca crearse inicialmente las condiciones fcvora —

bies para la victoria. Escscondiciones están dadas por la alteraci6n del orden y la
descomposicin por las infiltraciones. Mientras tal descomposicin no Comience a
oporarse, el poderío de las fuerzas del orden es notorio y su superordai sobre el —

movimiento revolucionario ser considerable. En consecuencia, cuanto antes se ie


combato, ms fccilmente se lograr su aislamiento y su destruccin.

d) Debobuscarselaconquistaoconservackndoungranapoyopopularcomomedio
esencialde lavictoria.

Los que conducenla guerra revolucionaria buscan la adhesi6nJa lapo


blacin, particularmente los sectores de condicionesde vidams difícil, parasuhvr
tir las erarquuas, apoyanaose en ellos y crear el desorden, a la vez que impedir el
progreso. Por tanto, Jebe ser prcocupaci6n del Gobierno legal mantener o conquis
tar el apoyo popular. De tai forma, al par que se logra un respaldo de envergadura
- 14 -

para las autoridades legales, se evita que los que conducen la guerra revoludonaria
puedan cipoyarso en la acci6n do esa masa de poblaci6n para lograr sus obletivos y
crear ese ambiente favorable para el triunfo final.

e) Laconquistaoconsorvaci6ndelapoyopou lardebebasarseen:

a) La conquista psicolgica de la poblacin (ola conservacn de la cohe


sien moral) basada en la explotaci6n de las constradicciones ¡deolgi—
cas de la revolucin y la fe en los valores universales de la cviliza —

cion.

b) El mejoramiento dl orden existente, mediante medidas apaces de ase


gurar el progreso de la nacin y cristalizar las aspiraciones populares.

c) La organizaci6n en todos los &denes de la vida nacional. Donde sea


necesario por gravedad de la situaci6n, esa organizaci6n puede tomar
provisionalmente una forma militar plasmada sobre la organizaci6n ci—
o e e

vil. Mnimadapor personalidades energicas, esa organizacion respon—


der al deseode orden de la poblaci6n.

f) Debebuscarseladestruccindolasfüerzasarmadosrevolucionarias,nocomoun
objetivomas,sinocornounmodioparamantenerelapoyopopular.

Si la revoluci6n ha logrado dar forma a sus fuerzas armadasa parte


de ellas, puede, por su concurso, lograr el control de gran parte de la poblacin.
Esta poblaci6n se vera 05r inhibda de actuar y aun Jisminuída en su accit5n.

El destruir esas fuerzas armados no ser entonces un objetivo en sírnis


mo, sino que ser un medio para reconquistar el control de la poblacin.

Esta Jestrucci6n es difícil de lograr s6lo por la batalla. Esnecesario


ahogarlos y reducirlas a su conJicin -deguerrillas, ocupando en fuerzas las zonas
o lugares donde ellas puedan obtener sus recursos humanosy materiales.

g) Elmtodoparareducirlasguerrillasyhacerlasdesaparecerconsistoenmantener
lasmoralyfísicamenteenpermanentehostigamiento,medianteunidadesaptasen
calidadycantidadqueact6ensiempreenlasmismaszonasydentrodelmismomo
dio.

La forma de actuaci6n de las guerrillas, esporcdicamente y en accio —

nes reducidas, hace que sea difícil su aniquilamiento por el combate mismo. Pero,
- 15 —

dcHos los problemas de la guerrilla para su subsistencia, le resultadfftcil poder mante


nerse en constante aptitud de actuar. Ms bien ncesita intervalos en su acci6n pa
ra reorganizarse y abastecorse.

Al mantenerlas permanentemente hostigadas, se le niegan osos perfo —

dos de reorganizacin, e inclusive se las mantiene alejadas de sus bases, por lo que
su aptitud ¡r disminuyendo considerablemente.

Las unidades encargadas de esta acci6n deben ser especialmente aptas


y muy conocedoras de la zona y de la pobiaci6n, ya que en base a esos factores ten
dr6n que desarrollar su misi6n. De lo contrario, serán ellas las que sufran las conse
cuencias de la guerrilla, y en tan diversas formas, que les ser dfrcil la reacci6n.

6. ERRORESMAS ACUSADOS EN LA APRECIACION Y CONDUCCION DE LA


ACCION CONTRA LA SUBVERSION COMUNISTA

Del conocimiento del adversario se puede tratar de deducir un mato—


do para combatirlo de una manera adecuada. Varias guerras revolucionarias inicia
das han fracasado. No es entonces una utopra pensar que la victoria es posible.

Es necesario indicar algunos errores o ilusiones para evitarlos en la —

concepcin de la lucha.

a) Errorenlaaprecacindelanaturalezadelainsurrecci6n

El estudio de casi todos los conflictos revolucionarios muestra que ca


da vez que se han producido disturbios en un pars, los gobernantes del mismo han -

cometido el error de suponer o estimar que so trataba de una ¡nsurrecci& del tipo
tradicional y han pensado, erróneamente, que bastaba que las fuerzas armadas redu
¡eran los focos insurreccionales, mientras que ias do policfa mantenían el orden en
el resto del:pars.

La ausencia de elementos pertenecientes a ideologías totalitarias en


la direcci6n do una insurrecci6n, no significa que la misma no tenga los caracteres
de una guerra revolucionaria. Los métodos do ellos son empleados, también, por
movmientos nacionalistas. Finalmente, trataran do aprovechar dichos movimion —

tos, “compañeros de ruta”, apoyndolos, para luego suprimirlos y reemplazarlos,


La fase proletaria de la revolucin es precedida en los países colonizados, por una
fase nacionaUsta, durante la cual se colaboro con los burgueses; la lucha de las —
— 16 —

clases y la “liquidaci6n” de los burgueses se cumple en una fase ulterior.

b) Errorenlaapreciad6ndelascausasdelaguerrarevolucionaria

Es muy peligroso confundir la verdadera causa de la guerra revolucio


naria, cual es la voluntad del partido que la desencadena y la conduce, con los mo
dios que ella emplea. Las “contradicciones internas” no deben ser consideradas co
mo la causa, sino como un medio.

Ellas, constituyen una fuerza que lleva a las masasa la revoluci6n;—


las contradicciones, pues, se crean en caso de no existir, se aprovechan y se agudi
zan,

Por lo tanto, las reformas que remedian las contradicciones, aunque


imprescindibles, no basta.i para apagar la lucha. El partido revolucionario aprove
cha las contradicciones que subsisten siempre, a pesar de las reformas, puesto que
la finalidad es la conquista del poder y no la mejora de Ja sociedad. Asimismo, —

cuanto ms interés presta la opinkn internacional q la insurrecci5n, tanto rns au


mentan las manifestaciones de la misma.

c) Errorenlaapreciacindelapotenciadeladversario

La potencia de un movimiento revolucionario no puede apreciarse si


no cuando el mismo se revela abiertamente despuésde un perrodo bastante largo de
organizaci6n secreta, En este momento ya es tarde para reaccionar. Sin embargo,
la experiencia muestra que lo ms comGnes que el Gobierno legal replique inef 1 —

cazmenfe a esas manifestaciones por mtodos, bien policiales o militares, conficn—


dose en la superioridad que tiene en l aspecto material. Dicho sentimiento de su
perioridad lleva a desdeñar la potencia ya grande, del adversario y a descuidar los
factores humanos del problema.

J) llusi6ndepoderlograreléxitoporlasolaacci6ndelasarmas

Mientras queden rebeldes fanatizados y mientras su organizaci6n polr


tico—militar siga controlando clandestinamente la poblad6n, las bandas diezmadas
se reconstituirn y las fuerzas del orden se omplearn permanentemente en operacio
nos de limpieza, ineficaces para terminar con la guerra. La réplica debe ser tan
“total” como la guerra, y el xto se logra luchando tanto en el campo polrtico, so
cial, econ6mico y psicológico como por las armas.

e) Creenciadehaberobtenidounavictoriatotal,completaypermanente
- 17-

Es difícil lograr la victoria completa. Batido en su lucha abierta, el


adversario vuelve a la clandestinkaJ para preparar otra tentativa. Generalmente
esa victoria parcial es la única que se puede lograr, siempre que, se le impida al
adversario reanudar otra vez el proceso revolucionario.

7. ORIENTACIONES PARAEL ESTUDIO PRELIMINAR DE UNA NACION DESDE


EL PUNTO DE VISTA DE LA SUBVERSION

Estas orientaciones son una guía para la valoracin detallada de un —

país y pueden proporcionar una sistemt!ca para el estudio previo de ¡os principales
factores que influyen sobre la confecci6n de un Plan General contra la subversi6n.

La finalidad es, pues, facilitar un medio para obtener y mantener al


día la ¡nformaci6n esencial y necesaria para estimar la gravedad de la situaci6n. A
medida que se disponga de ms tiempo, los diferentes extremos deben ser divididos
o subdivididos, a fin de obtener una anlisis ms detallado de la situaci6n.

Se recomienda una mxima utilización de grficos y superponibles. La


mayor parte de los p6rrafos tienden por sí mismosa ser expuestos en una u otra de Ji
chas formas:

HistoriayPolílica

a) Acontecimientos, hechos hist6ricos que por su repercusión sobre la si—


tuacin que se estudio pueden considerars e como antecedentes de la
misma.

b) Tipo de Gobierno existente; su orientacin política interna y exterior.


Puntos principales do su programa que pueden ser origen o fundamento
de causasparci un estado Jo tensi6n.

c) Grado Jo independencia del país. Sus relaciones con otras naciones


y c5mo afectan las mismasal desenvolvimiento del primero.

d) Partidos políticos reconocidos. Actitud general de la oposici6n y gra


co de cooperacion o critico.

e) Actitudgeneral do la población hacia la política del Gobirno, tan


to la nacional como la que se establece con otras naciones.

f) Repercusionessobre la Jireccin estatal.


—18—

Vcloracinestratgicc

a) Importan cía que se deriva de laposicin geogrfica del parsdentro del


concierto mundial, para, de chi, çccuclr las consOcuenclasque se de—
rivarran en los casosde robustecimiento o desequilibrio del citado pars
en beneficio Jo cualquier nacn, grupo o bloque de ellas.

b) Naciones con las cuales se mantiene tradicionalmente un régimen de


amistad y ccoperaci6n. Idem cJeaquellas con las cuales existen trata
dos, alianzas, acuerdos o pactos (militares, oconmicos, cientrficos,
etc.). Idem do aquellas con las cuales no se tienen establecidas reía
ciones oficiales, Influencia de todo ello sobra actitud de la poblocfn
o sectores de lamisma, dada la posibilidad de que dicha política pue
da ser utilizada como tema de propaganda y crítica.

Valoraci&geogrfica

Caracteristicas generales geograficas :cl pais que pueoan favorecer el


• —.

desarrollo de una subvorsín:

(Continental interior
a) Posicin. Peninsular.
. Apoyo exterior.

)nsular
b) Extensión(posibilidad de organizaci6n y lucha).

c) Trazadoy dificultad natural do susfronterasterrestres, marítimas(asan


tuario”, playas de abastecimiento).

d) Climatología (épocasapropiadas).

e) Relieve (alturas, direccn, nudoso macizosde dispersin).

Existencia de regionesnaturales (montañas,deltas, pantanos, etc.) ap


tas para la lucha Jo guerrillas.

g) Distribuci6n de la poblaci6n y predominioo no de las agrupacionesur


banas sobrelas rurales (sabotaje, terrorismo).

h) Redde carreteros, ferrocarriles; sistemaJa trazado y la profundidad —


del mismo(sabotaje, etc.).
— 19 —

¡) Zonascubiertas. Distribuci6n, extensin y densidadque presentan ——

(iti les para bases, refugios, ocu!taci6n, movimientos, etc.).

Valoraci&,econSmica

a) Agricultura. Tiposde cultivos, explotaciSn y distribuci6n (problemas


que apareceny regionesdonde se localizan).

b) Indusifia: Recursosnaturales, ubicaci6n y tipo de explotaci6n (compa


ñías privadasnacionales, extranjeras, estatal). Niveles de produc —

cian. Niveles tecnol6gicos. Manufactura y demandade artículos de


consumo (repercusionesde todo ello sobreel nivel de vida de la pobla
ci6n rural y urbana).

c) Comercio: Interior y exterior (su influencia sobre el debienes


tar del pueblo).

ci) Estructurafinanciera y dependenciade ayudasexteriores (valor de la


moneda, ¡nflaci6n, etc.).

e) Energía(en todassusvariantes).

f) Transportes. Sistemasde explotaci6n: compañías,beneficios, mejoras


introducidas, rendimiento, etc.

Valoraci&,humana

La siguiente subdivisi6n Jebe ser utflizada para un anIisis de la po


—.

blacin en cualquier país o rogin dados. En todos los casosdebe presfarseespecial


atención a aquellaszonas, dentro de un país, en la que la poblacin local tenga —

particularidades y astasvaríen considerablemente,en uno o ms sentido, de la for


ma moral de la vida nacional.

Estamentoracial bcsico y características físicas:

1) Tipos, rasgospeculiares, vestido y costumbres.

2) Variacionessignificativas con respectoa la normageneral, segi3nre


giones.

Niveles de vida, cultura, de educaci6nmoral:

a) Señalar principalmente los extremosque se salgan de lo normal.


- 20 -

b) Estructura de clases (grado de estratificacin social establecida y por


centaje do poblacn de cada clase).

Estado Sanitario de la poblaci6n:

a) Enfermedades comunes

b) NJivl de saludpública
c) Facilidades y personal médicoRepercusiones, posibles aspi—
. raciones explotables.
d) Abastecimiento de agua potable
e) Suficiencia de los abastecimientos y
quipos mdicos

Componentes étnicos. Este aspecto debe analizarse solamente si son —

de suficiente volumen, entidad y vrnculos establecidos como para constituir una mi—
norra disidente de cierta vcloracin:

1) Localizaci6n
o concentraci6n.
2) Basesdeun latente o ignorado descontento.
3) Oposici6n
a lamayorfa politico.
y/o alrégimen
4) Cualesquiera
lazos
externos
o poli’ticos
de significaci6n.

Religi6n:

si la religi6n es nacionaly moldeaclaramente


a) Señalar y ac
losactos
titudes de los indivíduos.

b) Divisiones religiosas. Grupos religiosos, grandes y pequeños, que ten


gan importancia.

Tradiciones y costumbres(señalar supersticiones). Señalar s son lo su


ficientemente fuertes y establecidas como para influir sobre indivduos, sobre sus ac
tos y actitudes, incluso en una situacin de guerra.

Ambiente rural:

a) Atencin que presta el Gobierno a los problemas del campo.

b) Acttud general de las regones agrrcolas. Valoracin, por gravedad,


de estados latentes de rebeldia en todas las regiones.
—21 —

Ambiente cultural:

1) Universidades. Localizaci6n. Nimero de alumnos. Porcentale de ex


tranjeros y nacionalidadesdelos mismos. Polca estatal. —

2) Problemas universitarios. Actitud del alumno y profesorado. Huelgas.


Manifestaciones.

Ambiente laboral:

1) Organizaciones laborales (Sindicatos). Política estatal.

2) Problemas ms agudos. Regiones Jo mayor agitacin: sus causas.

Seguridadnacional:

Altos organismos de la Defensa Nacional. Su organizaci6n y conexi6n


con los Ministerios.

Fuerzas Armados (Tierra, Mar y Aire):

a) Actitud general del pueblo hacia las Fuerzas Armados.

b) Moral, disciplina y adhesi6n.


c) Organizaci6n y despliegue.
d) lnstrucci6n y doctrina.
e) Equipo e instalaciones.
f) Logística. Despliegue general.
g) Grado de proparaci6n para hacer frente a una guerra de tipo subversi
vo o revolucionario.
h) Acci6n social en las Fuerzas Armados.

Fuerzas de Seguridad y Orden Publico:

a) Direcciones Generales y Regionales.

b) Unidades y despliegue.

c) Moral, disciplina y lealtad del personal con respecto al rgimen naco


nal.
— 22 —

d) Vulnerabilidades previsibles en el sistemainterno de seguridad.

e) Localizaci6n exacta de los centros do seguridadms importantes.

O Mandosy transmisiones.

g) Equipos,modiosde transporte y grado de movilidad.

h) MatoJos de patrullaje, abastecimientoy refuerzos.

i) Localizaci6nde todos los puestosdo control, para todos los tipos de —

¡nstalaciones, especialmentea lo largo de las principales líneas de co


municaciones (ferrocarriles, carreterasy lfneas de comunkacin) y
bre las líneas de energía eléctrica y oleoductos.

j) Todos¡osdetalles posibles, preferiblemente ordenadospor localidades,


de los tipos y eficiencia de los controlesJo seguridadinterna, incluí—
dos documentosde idcntificaci6n, pasaportey salvoconductode viaje.

Partidosyfaccionespolíticas.

Reconocidos:

a) Principales
partidos
legales
con suspolicas y metas.

b) Si estn agrupadosen tornoa líderés


individuales,
o basadosen organi
zaciones establecidas.

c) Facciones
violentas
de oposici6n
dentrode lasprincipales
organizacio
nes políticas.

Clandestinose ¡legales:

a) Partidosilegales o clandestinosconocidosy su motivaci6n..

b) Resistenciapotencial latente. Movimientos previstos. Zonasy natu


ralezas de susprobablesactividades; fuerzas, motivacin, futuroso ac
tuales mandos,popularidad y prestigio, posiblescontactosy direcck5n
o apoyoscon el exterior (en conexi6n con otrosapartados).

c) Grupos guerrilleros (su estudio potencial). Zonasms favorablespor


su naturaleza para estasacciones. Grupos que se consideranm& mcli
nados hacia este tipo de lucha por su idiosincrasia, vida, actitud, etc.
- 23 —

d) Fuerzasexteriores (Gobierno en exilio, desterrados;su influencia, or


ganizaci6n y mecanismosde control).

e) Partidospolíticos extranjerossimpatizantescon la oposicliSn(influen


cia, etc,).

Organizaciones, autorizadaso clandestinasaptas para futuros encua


dramientos combativos(juventudesobreras, deportivas, populares, culturales, etc.).

Anlissdolosproblemasyprincipalesoblotivosquelasubversi&podratacar.

La ftncldad la selecci6n de objetivos por ci enemigosubversivose


r infligir el daño mxirno al pa, con un mínimo gasto do hombresy material. mR
cialmente, las posibilidades operativas de una fuerza guerrillera o terrorista—sabotea
dora puedeser limitada. La zona de objetivos y los puntosespecíficosa atacar 1o
estudiaran cuidadosamente,estableciendoprioridad. En general, los objetivos se —
encontrar& dentro de algunosde los siguientesgrupos:

Víasdecomunicaci6neinstalaciones

Ferrocarriles.
Carreteras.
Vías navegablesinteriores.
Puertos.
Aer6drcmos y sistemasde direcci&, y conducci6n.

Energía

Elctri ca (pantanos, conduccionesy centrales).


Térmica (instalaciones y conducci6n).
Gas (instalacionesy conduccSn).
Oleoductos, refinerías y otras instalaciones.
Nuclear.

Serviciosptblicos

(So ncluir6n agua, luz, transportes, señalandolas repercusionesso


bre la actitud de la poblaci&- do cualquier corte o suspensin de algún servicio).
- 24 -

Mediosdoenlaceydifusk5n

(Prensa, radio, tolcvisi6n, teléfonos, etc., precisando sus puntos ms


sensibles, control que se ejerce, etc.).

Complejos industriales de interés nacional (su localizaci6n y valora —


cion.

Organismos

Ministeriales (edificios, valoraci6n y repercusiones).

•Fuerzas Armadas (instalaciones, valoraci6n y repercusiones).

Fuerzas de Seguridad y Orden publico (cuarteles, valoraci6n y reper—


cusiones).

Momentos en que existen posibilidades de que los citados objetivos —

puedan ser atacados:

— Conmemoraciones de tipo pol(tico, nacional y religioso.


— Manifestaciones.
— Congresos.
— Demostraciones deportivas.

— Visitas de personalidades o Comisiones extranjeras.


— Vacaciones.
— Licenciamiento de efectivos.
— Desastres nacionales (inundaciones, incendios, etc.).

8. UN METODO DE PROTECCION Y REPLICA

Puesto que no son ni las reformas, ni las armas, ni las negociaciones


do igual a igual, las que permiten lograr la victoria, la i3nica soluci6n esta en la ex
plotaci6n de las debilidades de la doctrina de guerra enemiga.

Laprotecci6nduranteelperrodopre—insurreccional

La preparaci6n de la revoluci6n, parcialmente clandestina y general


mente poco violenta, consiste fundamentalmente en la ¡mplantad6n de la ‘9nfraes—
- 25.-

tructura” revolucionaria (célula y ¿rganos anexos, movimientos diversos, cuadros


grupos do accicn, redesde informaci6n, etc.) y en la creacin de un clima favora
ble mediante la acci6n psicol6gica, las manifiestacionosde fuerza, a veces, el te
rrorismo.

La autoridad legal se onfrenta así al problema del mantenimiento y di


reccin de la masa de la poblcci6n bajo su autoridad. Ello constituye un problema
de gobierno y no un problema militar:

a) La solucin del problema reside en una acci6n de conjunto, dirigida


a losfactores políticos, econ6micos, sociales y psicol6gicosque favo
recen la rebeli6n (“contradicciones internas” explotadas por la revofu
ci6n). El Gobierno debe dictar las reformas adecuadas para construir
una sociedad mejor, las cuales, a pesar ‘Jo no bastar para apagar el —

incendio, contrarrestan parcialmente la ideología y el problema refor


miste y revolucionario.

—.. .
b) Necesuda de un analisus critico, por parte aol Gobierno legal, de —

los problemas que realmente existen, lo que no se puede lograr sino


por un estrecho contacto humano entre la jerarquía administrativa y —

la poblaci6n. Dicha jerarquía debo, pues, ser leal y depurada de ios


elementos favorables ai partido revolucionario. Debe ser eficaz en su
estudio de la situacliSn y en la apUcaci6n y no vacilar en transferir a
la justicia los autores de infracciones y actosde violencia. La leal —

taJ Jo losjueces es otra condici6n, así como su firmeza en la aplica—


cian rigurosa Jo la legislaci6n, la cual debo ser adecuada al ambiente
insurreccional.

En resumen, la eficacia do la protecci6n se basa n una organizacin


administrativa del país, que permite el contacto humano con la poblcci6n, hasta en
las partes del territorio ms alejadas, y el an6lisis del conjunto de los problemas de
diversa índole que se plantean. La accin reformadora y represiva, emprendida lue
go por el Poder Ejecutivo, necesita la lealtad de sus representantes locales, así co
mo el apoyo del Poder Legislativo y Judicial.

c) Una vigorosa acci6n psicolgica que permita sustraer a la poblaci6n —

de la empresa idcoIgica del adversario y consolidar la confianza en


el Gobierno legal, el cual tiene la responsabilidad de definir los prin
cipios de la doctrina nacional y los temas bsicos a emplear, para e—
ducar políticamente los ciudadanos y fortalecer su lealtad. lnformar
asimismo a la poblackSn de los procedimientos empleados por el adver
sano para infiltrarse y subvertir las conciencias; pondrc de relieve las
contradicciones do la ideología y del programarevolucionario, subra—
- 26 -

yando los errores; subrayarc los errores, crímenes y masacrescometidos


por los rebeldes. La finalidad de esa acci6n psicol6gicc defensiva o
de informacin es desprestigiar la revolucin y separar la poblad6n —

de los dirigentes de aquélla.

d) La necesidad de un Servicio de lnformacin os evidente y no merece


ser resaltada. Poro es necesario poner de relieve un error que ha sido
frecuentemente cometido. Los gobernantes se han dejado engañar por
una aparente dualidad en la dirección de la política revolucionaria y
la acci6n de los grupos de terroristas, apreciando err&eamente que —

la acci6n de dichos grupos escapaba a la direcci6n política del movi


miento. Este engaño o error proviene de la clandestinidad, buscada e
la preparaci6r de la insurreccin, la cual precisa que ningGn víncu
lo aparente una a los dirigentes con los ejecutantes, con vistas a pre
servar los primeros de la acci6n preventiva o represivadel Gobiernole
gal. —

Dicho Servicio de lnformaci6n debe procurar al Gobierno los pla


zos necesarios para la instalaci6n del sistema de defensa, las informa
ciones sobre los preparativos del adversario y el momento elegido pa
ra la insurrecci6n.

e) El sistema de defensa ¡nterior del territorio debe ser organizado de an


temano, para poder actuar inmediatamente al estallar la insurreccin.
La concepci6n del mismo se basa en el modo de iniciaci6n de la insu—
rreccin, que consiste en la creacin por los rebeldes de focos ¡nsurrec
cionales en varias partes del territorio. Por tanto, la organizaci6nde
be permitir la instaci6n inmediata, en cualquier escal6n do la ¡erar —

quía administrativa, de un organismo de mando único políflco—adminis


trativo—militar; una colaboracicn íntimaentre las autordaJes civiles
y militares, imprescindible desde el tiempo de paz, para prepararlos
planes de proteccn y para conducir la réplica. La experiencia ha
demostrado ampliamente que las autoridades territoriales, civiles y —

mflitares son capaces de preparar y conducir la lucha contra ia royo—


lucin, puesto que son permanentes y capaces do conocer la pobla —

cion, sus necesidades y reacciones.

El sistema debe ser organizado en el marco de la Jivisin adminis


trativa del territorio nacional.

Un solo jefe, civil o militar, asesorado por los organismos compe


tentes y de acuerdo con las disposiciones !egales, asume la responsa
biliclad y conducci& de la lucha en la parte del territorio que le co
rresponda.
—27—

Es muy deseable, ademós, que dichos escaloncs dispongan, por dis


posiciones legales, de autonomra e iniciativa en el caso, siempre posi
ble, que se interrurnpa su enlace con el Gobierno legal.

En síntesis, la protección contra una insurrección neCesita una oc—


ción gubernamental coordinada, de reformas adecuadas, de medidas —

de represión, de acción psicológica vigorosa dirigida a la población,


amón jo un Servicio de información eficaz y un sistema de defensa ba
sado en la unidad del mando político—administrativo—militar, a asumir
por las autoridades territoriales permanentes.

Laróplicaalainsurrección

Si las medidas de protección han sido cuidadosamente cumplidas, la —

róplica seró mós fócil y mós eficaz, Ellas es la continuación lógica de la protección.
Por tanto, tiene las necesidades anteriormente citadas para la protección.

Por ser la róplica mós violenta que la protección, requiere la moviliza


ción física y moral de la población que se ha sometido de grado, o por fuerza, al ad
versario.

AJemós, un Gobierno decidido a sobrevivir y defender su programa no


puede permitir que una minoría luche mientras la mayoría se quede en una actitud —

pasiva o espectante.

Finalmente, la experiencia ha demostrado que la organización rebelde


no puede subsistir desde el momento en que se le quite el apoyo de la población, con
dición &indamental de su existencia.

a) Movilización física. Tan pronto como estallo una insurrección, mien


tras se establecen los focos rebeldes y se trata de limitar su extensión,


al par que destruirlos, es necesario ¡nmediatamentc organizar la pobla
ción del país en un sistema de autodefensa contra la subvei6n. La —

población se puede agrupar en nucleos, constituídos por barrios, por


aldeas, por centros rurales o industriales, bajo la autoridad de jefes —

civiles designados. Apoyados inicialmente por las fuerzas del orden


dichos grupos de autodefensa defienden su barrio, su aldea o su cen —

tro rural o industrial; participan en la btsqueda de información y cola


boran con la autoridad legal local. La autodefensa no es una milita—
ri zacion.

La constitución de estas unidades de autodefensa permite al mismo


tiempo sustraer una parte de la población a las empresasrebeldes y ——

llevarlos a una participación activa en la lucha.


- 28 -

b) MovflizaciSn moral de la poblaci6n.— Asr agrupada y organizada, la


poblaci6n no pierde “el contacto humano” con las autoridades legales
y puede, pues, er facimente movilizada moralmente, mediante la ac
cn psicolgico, educativa o informativa conducida por las autorida
des locales. La réplica necesita tanto la defensa moral como la defen
sa frsica do la poblacin, Ella no se mprovisa, necesita ser prepara
da de antomanopor la ¡nformaci6n do espcdalistas capaces de adaptar
los temas psi col6gicos y morales que proporcionan a la poblaci6n las
razones de su resistencia a la revolucin y la fe en la lucha.

c) Reconquista de la poblaci6n o pacificacin. —La reconquista de una


‘1 —1 •. —
poblacion ya corrompioa por los reboloes es mas dificd.Sustocnicas
son las de la moviUzacin frsicay moral, pero ello necesita un mayor
apoyo de las FuerzasArmadas, las cuales deben adoptar un dispositi
vo bastante denso para reducir ias fuerzas rebeldes a la ¡rnpoten.cTa.

Los cxtos logrados en la pacficaci6n son asombrosos,siempre que


la poblaci5n liberada pueda ser beneficiada con el apoyode las Fuer
zas Armadas, durante el tiempo necesario para la consolidacn de su
movilizaci5n y moral, Y Siempre que la reanudacn de las tareas por
la administración legal le permita cuanto antes volver o la 6rbita cJel
Gobierno legal.

Como resumen final da las medidas generales previstas para adop


tar en esta lucha, podemos, entre otras, enumerar lassiguientes:

— Propuestas o sugerencias en orden a la política del pafs para prevenir


la subvor.sin y mantener o recuperar la adhesn popular.

— Revisin y promulgacin de un cuerpo de leyes y disposiciones que es—


tn adaptadas a las circunstancias para actuar judicialmente contra la
subversi6n.

— Drectivasgenerales y delimitando claramente atribuciones


señalando
y competencias entre autoridades civiles y militares, en los diversos —

escalones nacional, regional y local.

— Mayor coordiriaci6n entre los servicios de informacin de todos los M


nsterios para un mejor aprovechamiento de la informacn.

— Propaganda dirigida.

— Campañas psicol6gicas orientadas en apoyo de la política del Gobier


no.
- 29 —

- Medidas a doptar en casos de grave tensin. Autoridades responsables.

— Atenci6n preferente a determinadas regiones por sus características so—


dales y geogrficas.

— lntensificaci6n do la vgilanca de fronteras, puertos y aerdromos.

— lntensificaci6n de las medidas de control de la poblaci6n y proteccn


do vías de comunicaci6n y edificios ptblicos.

— Misiones provistas para las FuerzasArmadas. Coordinaci6n con las —

Fuerzas de Seguridad y Orden Pi5blico. Participacin en el desarrollo


de planes para mejorar el nivel de vida de los habitantes de una re —

gin o la totalidad de un territorio.

— Reestructuraci6n do algunas unidades do las FuerzasArmadas para su


efectividad en la lucha contra la subversin (combates callejeros y gue
rrillas). Tanto en la confecci6n del Plan General contra Ja subversn
como en los estudios que precederán al mismo, la coordinaci6n entre
las FuerzasArmados y los altos niveles y ntre astas y el resto de los —

organismos seleccionados de otros Ministerios deber ser de una gran —

efectividad si se piensa en el objetivo comtn: la Defensa Nacional.

Federico QUINTERO MORENTE.


CESEDEN BOLETINMENSUAL
N° 16
Dpto. de Información

SECCION
BIBLiOGRÁFICA
K3
CES EDE N

Bi BLI OGRAF /

(Lbros y revistas ingresados en la Biblioteca


de este Centro desde la pubUcacn del Bo—
letfn de lnformacic5nnim, 15)

Mayo, 1967 BOLETN DE INFORMACION NUM. 16


—1—

REV1STAS

ESPAÑA

RevistaAeron6uticayAstron6utica, ni5m.317, abril 1967. Lasgrandesarterias mün


diales de trafico a.reo.— La guerra area en Vietnam (II).— La guerra y el Concilio
Vaticano II.— El Servicio de lnformacion.—Fallo del XXIIIConcursode articUlos —
“Nuestra Señorade Loreto”.— lnformaci6ndel Extranjero.—Balancemilitar.— Primer
vuelo suborbital de la c6psula tripulada triplaza “Apollo”.

Africa, nim. 304, abril 1967.—Africa en frenesí.—La XVII Exposici6nde Pintores


de Africa.— Lo que hay que olvidar.— Los“liberadores” de Sahara.—La atcnci6n de
Estados Unidosa Africa.— Exposici6nde artistas alejandrinos.—Plazasde Soberanía
Desarrollo y progresourbanísticode Ceuta.—Guinea Ecuatorial: El futuro político
de FernandoPooy Rio Muni, en pleno desarrollo.—El padre Josa Parrilla, C.M.F.
misionero de FernandoPooy Rio Muni.— Ifni: Semanade cultura y arte.— Informa—
ci6n afrkana: Guerra fría en el Magreb.—La Somalia francesa rechaza la indepen
dencia.— Africa Occidental: Dos conferenciasy un aniversario.—Severidady dure
za, símbolosexternosde la política en el Congo—Kinshasa.

BoletíndeDifusióndelEstadoMayordelAire, nGm. 318, abril 1967.—LasFuerzas


A&easT&ticasdolaOTAN:Sumisinyefectivos.— El transportede las Fuerzas

A&oas francesas.—BiIgica: Aviones Mirage III para sustituir a los F—84,— Conferen
cia sobre el F—104G.— El helic6ptero Kamov KA—26.— Yugoslavia: Nuevosaviones
militares Soko.—A—7ACorsair 2: Pruebascon pesomáximode carburante.—Sobreel
futuro material de vuelo de la Lufwaffe.—Ropi3blicaFederal Alemana: Pruebasen —

vuelo de! Do31 y Do31E—1 La llegada del helicóptero gigante rusoa Gatwick anun
. —

cia la campañasoviética de ventas. El Yakolev Yak—40. Bonn comprareel asien


— —

to lanzable británico.— El transporteaéreode la Luftwaffe en 1966.—Maquetadel


hidroavi6n STOL Dornier Do324.- La Fuerza Acrea y la Federal Aviation Agency
estudian las ayudaspara los vuelossupers6nicos.— Pistasde aterrizaje de aluminio.—
Adaptaci5n del caza F—5para misionesde reconocimiento.—Italia: ProgramaF—104Sr
Cessna 337 SuperSkymaster.— Do—31E(Transportes).—CL-215 (Utilitario).— Rusia
discute con EstadosUnidos.las limitaciones de misiles.—Sería realmente eficaz un
sistema anti—misil.—China: Misiles bal(ticos y armamentonuclear.—El Sea Lance,
para la Marina de los EstadosUnidos.—Nuevasbombasatmicas para los Mirage IV.—
Savage (superficie—superficie).

Ejrcito, núm. 327, abril 1967.— Temaslogísticos.—Costesde la posesi6n,uso y


mantenimiento de los medios(11).—La guerra revolucionaria. Gran cuesti6nde nues
tro tiempo.—Historiasy cncdotas de submarinos.— Actuaci6n de los submarinosale
-2—

monosen la II Guerra Mundial. La Estad’stica, &a desconocida.—in coman. Cuer


pos intermediosy principio de subsidiariedad.—Logtica en la Brigada.—Minas. Em


pleo y caractoricticas.—..a Toxcoogra en nuestro Ejrcito.— Castillos monumentales
en poder y propiedadde los prekdos.—El Autogiro.— España,en la prensaextranjero.—
Los rnecSnicosen ambiente nuckar.— Entretenimientodel material auto en cl segundo
escal6n.— La cabalkrra cre en el VIETNAM.—Quinientos helicpteros para una so
la Divisi6n. — Fundamentosccon6micosde la potencia militar.

Ejrcto, nim. 328, mayo 1967.—Patria, mundoy juventud.—Parauna historia de la


guerra de Liberaci&i. Lossucesosde mayo (Barcelona, 1937).—El factor humanoen
la batalla (anc!liss de un hecho histrico).— La logrstica en la Divisi6n.— La subver—
si6n comunista. Un objetivo. LasFuerzasArmados(anlisis de la maniobrageneral).—
La fiche de clasificaci6n para tropa.—Españade hoy y de mañana.—La Sanidad Mili
tar en la Brigaday en la DiviskSn.—Apuntes para la historia de la Escuelade Estado
Mayor.— Desarrollode la actividad española.

InformaciSnComercialEspañola, nim. 1046, 20 abril 1967.—Lasdos Américasotra —

vez.— El presupuestobritanico.—La C.E.E. y los problemasde liquidez.— Noticias


económicas y financieras. Informaci6n de mercadosextranjeros.

lnformaci6nComercialEspañola, nim. 1047, 27 abril 1967.—Sobre algunos problemas


de lo empresaindustrial españoÍa.—Discursodel Ministro de Comercio en el acto inau
gural de la PrimeraAsambleade Comercio Hispano—americano.— Reino Unido: Sigue
aumentando el paro.—La economrade los EstadosUnidos.—Noticias econ6micasy fi
nancieras.—Informaci6nde mercadosextranjeros.

lnformacinComercialEspañola, 1048, 4 de mayo 1967.—Lasdos Amrcias otra vez:


,Futuro de la ¡ntogracin Iberoamericana(II).— Discursodel Ministro de Comercio en la
¡nauguraci6n de la XLV Feria Internacional de muestrasde Valencia.— La CE.E. y los
planes monetarios.—La economrade la Reptblica Federal alemana.—La Balanza do pci
gos en los EstadosUnidos. Noticias economicesy financieras.— Informacionde merca

dos extranjeros.

InformacicnComercialEspañola, nim. 1049, 11 mayo 1967.—El ReinoUnido y lo in—


tegraci6n en la C.E.E..— La economtaespañolaen la C.E.E..— EstadosUnidos: La in
dustria y la balanza de pagos. Ultima fasedel “Kennedy Round” Noticias econmicas

y financieras.—lnforrnaci6nde mercadosextranjeros.

lnformaci6nComercialEspañola, nGm. 1050, 18 de mayo 1967.—Exito final de la Ron


da KENNEDY.—Wilson empuja la puerta de la C.E.E. .— El mercadofinanciero euro
peo. El presupuestonorteamericanoy la guerra del Vietnam.—Noticias econmicas y

financ ¡eras. lnformacicSnde mercadosextranjeros.



—3—

lnformaci6n Comercial Fmañola_(mensual),núm. 401, enero 1967.—La tabla “IN—


PUT—OLflPLJT: una idea
II
europea.—Lastablas INPUT—OUTPUT II
de la economiaespa
ñola en 1962.—Esquema“!nputOutput1’ de la oflcina de estadrsticade la CEE.—Va
lor indicativo de los cuadro “INPUT—OUTPUT” La tabla “INPUT—OUTPUT”
.— de los
paes de la CEE.—Adaptaci6n de la tabla españolade 1962a las de la CEE.—La co
yuntura internacional en 1966.—Dosaplicaciones del anlisis INPIJT—OUTPUT”.— La
estructura del desarrollo.—El anlisis “INPUT—OUTPUT” como instrumentopara las pre
visiones empresariales. Africa, su estructuray su comercio exterior.— Asistencia t&—

nico a los parsesafricanos.—La exportaci6n de agrios a los paisesde la CEE.—Efectos


de la polrtica arancelaria de la CEEsobreel consumoy el comercio exterior.— El sis
tema de tasascompensadoras en el reglamento23 de la CEE. La exportaciSnde pro

ductos ciricos: una encuesto.—Reglamentosde la CEEen materia de agrios.—Crédito


a la exportacicn.

lnformaci6nComercialEspañola(mensual), núm. 402, febrero 1967.—Madrid bajo —

los Austrias. Visi&i de un viajero del siglo XVIII.— La desamortizacin de Mendiza—


bol.— Losi5ltimos25 años.—PoblacicSn y trabaIo— Sistemaferroviarios—El.problema —

del agua.—El trafico.— Problemasdel comercio.—La industria en Madrid.—El Turismos


Universidad.— Gobierno municipal.—Crno ve Vizcaya a Madrid.—Madrid desdeCato
luña.— Madrid desdeAndalucra.—Madrid desdeGalicia.— Memoria de MesoneroRoma
nos de 1846.—Memoriadel Ayuntamiento del año 1855,—Presupuesto municipal de —

1966.

RevistaGeneraldo.Marina, mayo 1967.—Memoriasde un agregadonaval.—Sobre las


primeras instruccionesque tuvo la Real Compañrade GuardiasMarinas.—M& sobre la
isla de Guanahani.- El médicode la armadaante el convenio de Ginebra.—Sobre la
alimcnfaci6n del marinero.—El telur6meto.—Contrabandopor mar.—Francia. Estados
Unidos. Santa Sede.—Sellos de marina y sellos de hu&fanos.—Cuentosmarineros. Lb
mamiento de PabloVI para el desarrollo del hombrey de la humanidad.—El voluntario
de marinaen la guerrade LiberaciSn.

Revistadehistoriamilitar, núm. 20.—1966.— Las Murallas de San Sebastkn.—El —

capitn general, Don Metrosde Galvez. Nelson en Tenerife. Don FranciscoAbad


— —

Moreno, guerrillero de la Mancha.—La guerra turco—balcnica de 1912—13.

Mundo, rnm. 1408, 30abril 1967.—Tiempode Reflexi6n. Opini6n y C6digo. El “Ken


nedy Round”.—España:Cr6nica de los días: Universidad, vuelve la calmo. Medidasde
reactivocin. La asistencia a las Cortes. Conflictos laborales. Consulta sobre la futura
ley Sindical. Universidadeslibres. Montero Diaz en su c6tedra. Silencio sobreun poe
ta. Vida periodística.—El mundo:La situaci& poIiica en los distintos continentes.—
Ideas, hechosy comentarios:Carta abierta de Alejandro Comiera. Insoportable. Ma
les de la abundada.—Teatro: Síntesisentre palabra e imagen. Principio esencial del
drama: el movimiento.—Aire libre: ocasodel boxeo. Asesdel pugibismoespañol.—
-4...

Constituciones de los EstadosSoberanos:Unin Soviético.,—KonradAdenauer.—Ci—


nematografra: Hollywood reparte sus Oscar. Los premiosaumentanlos ingresosde fa
quilla en un 30 o 50%.—Autores y libros: Muy original novela de Halc6n,—Premios
de la crrtica. El crimen de Sarajevo.—Periodismo:Jacobo F&ar, precursorde las
agencias informativas. Susservicios dieron a conocer las noticias ms importantes
de su ¿poca.—Medicina: El cncer y el desalionto.—Pequeñahistoria: Procesocon
tra Mihajlov. Urbanidad. Pinturasobre hielo. La sombrafemenina de Monty. Un —
proyecto hecho realidad.—Economray mercadosfinancieros: Significackn y alcan
ce del eurodcSlar.Exito de la ernisiSnde cdulas para inversiones.—La mujer: Aspi
raciones femeninas. La China anterior.—Construcci6ny urbanismo:.nuevaordena—
ci& de espacio vital.’

Mundo, ni’m. 1409, 7 mayo 1967.—Curioso espect&ulo. Crisis en Vizcaya. Extre


mismos.—España:Cr6nica de los dras:inquietud laboral. Libertad religiosa. Dese
quilibrios regionales. Estudiosuniversitarios. Crrticas al Plande Desarrollo. Indi
ces de alimentaci6n. Madrid en cifras. Tasasde expropiaci6n. Peri6dicosy peno—
distas.Aufores preferidos. PremioRodaVentura. Por mala conducta. Muere Edgar
Neville. Puntode reflexi6n. Universidadeslibres.—El mundo: la situaci6n polrti—
ca en los distintos continentes. Complicacionesen el Caribe. Factoresen la situa—
ci6n de Africa.— Teatro: Del teatro escrito a la obra interpretada. Escribir y repre
sentar no son siempreentidadesparalelas.—Thailandia en el camino de la escalada
del Vietnam. El mundoposconciliar: planificaci5n familiar, Internacionalizacin.

Sacerdotes en el mundo.—Autores y libros: Enseñarlos dientes. La vida en Madrid.


Ante la decisi6n final.— Cinematografra:Valladolid, año Xli.— Periodismo:“El im
parcial”, el mcsprestigiosodiario de su tiempo. Su lema: “la obediencia a la ley
no excluye el derecho a ¡uzgarla .— Pequeñahistoria: Batman,un mito apasionan
te. Fiebre minera en Johannesburgo.— Economray mercadosfinancieros. Participo—
cian obrera en la empresa. El mundode los negocios. Comiti antidumping en Fran
cia.— La mujer: Renunciade EdwidgeFeuillre. La francesa, hoy.—Construcci6n
y urbanismo:La feria del Canad6, muestrariode audacias.

Mundo, núm. 1410, 14 mayo 1967.—Ante todo, respeto. Algo sucede. De espal
das al pasado.—España:Cr5nica de los dfas: libertad religiosa. Crisis en la Acci6n
Cat3lica, Disturbios y detenciones. Los estudiantes. La intervenciSn en el Viet
nam. La prensade los jesuitas. “Los nuevoscuras”. La reformadel C6digo Penal.
El costede la vida. Montejurra. El suicidio en España.Conversacionesa dos vocesr
El mundo:la sifuaci6n polrtica en los distintos continentes.—Teatro: 25 añosde —
teorras drcm&icas.—Medicina: el ccncer y su tratamiento.—Constitucionesde los
EstadosSoberanos:Yugoslavia.—La hija de Stalin, nuevo motivo de tensi6n entre
la U.R.S.S. y los EE.UU..—Cinematografra’:la pelrcula 27 de Ingmar Bergman.
“Persona” es una pelrcula de valores estrictamente humanos.— Swazilandia, hacia
la independencia.—Periodismo:al filo de un centenario. En “Los Lunesdel Impar
cial” se publicaron las primicias de un nuevosiglo de oro de la literatura españo—
la.— Pequeñahistoria: vida tranquila. El club del crimen.—Econornay mercadoi
financieros: Pc1ricipacin del trabajador en la empresa.Descripci6ñgrfica de la
Boisa. La mujer: un var6n, herederode Holanda Fot6grafo de p6jaros.—Constrúc
cin y urbanizmo:Porcioles, un alcalde duro pero eficaz; no le gustan las solúcio
nos cornodasy populares.

Mundo, núm. 1411, 21 de mayo 1967.—Se equivocaronde Concilio. Desmitificar.


El Rc extraño.—España:CrcSnicade los dras:la representaci6nfamiliar. Pocos—
avances, La reformade las leyes..Monarquray futuro. ¿Colonizcci6n financiera?.
Panoramasocial, Trcígicoaccidente. Losobrerosy la Accfn Cat6lica. Inversiones
y turistas. Estudiosde periodismo.—Elmundo:La situaci6n poirticaen los distintos
continentes.— El mundoposconciUar:problemasde la Acci6n Cat6lica. PabloVi
habla de ecumenismosS61oclaro iridrgcna.—Aire tibre secreto y ejemplo del Real
Madrid. Constituciones de los EstadosSoberanos:Turqula.—Españay su integro—

ci6n en Europa. Autores y libros: LasCanarias Orientales. La hovela de la espe


ranza.— Ideas, hechosy comentarios:Carta abierta de Adolfo Progo. Sancho, au


sente. Aumenta la rivalidad.— Cinematografra:Antony Mann, un Irricodel aire U
bro. El Cid, fue una de susgrandesrealizaciones.—Ciencia y tecnolog(c: Control
de la mente. La torre de Babel, “reconstruida’.— Periodismo:Apogeo, decadencia,
crisis y muertede “El imparcial”. Loscompromisoscon el Poderfueron Su ruina.—
Pequeña historia: Bodareal en Copenhague.Autobs del aire. Hasta el sacrificio.—
Economray mercadosfinancieros.—La mujer: la hija de Nadia Allilueva.— Cons—
truccin y urbanismo:la revoluci6n de la m6quina.Avances prodfgiosos

ALEMANIA
SoldatundTechnik, mayo 1967.— Escuelassuperioresy defensaterritorial en los
EE.UU. ¿CcSmo deben ser los modernosaviones de combate?.—El Chinook CH—47
demuestrasu validez en el Vietnam. Prontoversionesmejoradas:el CH—47B y el
CH—47C.—Nuevasversionesdel Starfigliter.— La btsqueda do submarinoscon el —
avi&i “Atlantjc” ¿Renacimiento del acorazado?,—Nuevaslanchasde desembar
..—

co acorazadasen la flota roja.— La formacin de oficiales en las fuerzas armadas


rusas.

ESTADOS UNIDOS

AcrospacoInternational, abril 1967.— El mito del estacionamientotécnico.— El


programa de ventas militares USA.—Altibajos de helicpteros “drone” (z6nganos)
en la guerra antisubmarinci,—Lasfuerzas atSrcasen la edificaci6n de un pats.—Des
-6—

pu do la trc:: de! Apoo; medidasde seguridadde la NASA.—Novedadesacros


pacialos.

ArrnyDige, c.H 967.— El nuevo heiicptero armadoAH IG, HuoyCobra.—Ac


cian civica (el oroo de unidadesmilitares en la reconstruccuonnacional con el
apoyo popu!or)’ informessobre la proparacin de las unidades.—La artillería
ayuda a todos. U’Tmos consejossobre el combate.—Los montañerosde Alaska.—
Se ampliari notaona’to los beneficios de asistencia mdica para los familiares de
militares.— Lo MAA.— La observaci6nde huracanespor el sistemade alerta de
la Defensa.—Aspoctodel combate(Vietnam).

AviationDigest, enero 19ó7.—Accidente con un Bird Dog (Vietnam)..—“Boom” en


el Brazos(campcmen;ode helicSpteros).—El Valle de la Luna, en Alaska (prepara
tivos para el viaje a ¡a Luna).—Nuevo curso de capacitachn en heIicpteros.— Fa
lb del rotor de cola en el lroquois.- Recuerdosdci pasado.—Consecuenciasde un
vuelo mal planeado.— Hclic6pteros contra carros.—El nuevo reglamentosobre pro—
venci6n.— lnvestigackSne informesde accidentes de aviaci6n (AR 95— 5).—V&ti
go.— Problemasde paresde fuerzas y llaves de apriete de tuercas.

AviationDigest, febrero 1967.— Mejora de las condicionesde disponibilidad de los


aparatos.—Mini—pista en Vietnam.—Operaclin “RedLecif” (traspasode las misio
nes CV—2dci Ej&cifo a las FuerzasASreas).—Consejossobre transmisiones.— El pa
pci de la avicici6n en la reconstru.ccicSn
nacional (Vietnam).— Un “nido de rebel
des” (Fort Stewart) .— Vaoracin de accidentes— El sentido comtn en.la preven—
cicSnde accidentes.

AviationDigest, marzo 1967.— lnstruccn en heUcpteros del Ejrcito.— Vuelos


sobre Europa.— Aventura mediterrnea.— Potenciade fuego aerom6vil.—Filtro pro
tector en el motor de los heticpteros UH—l.—
Cuidado con los tendidosde cable.—
Comentarios sobreel nuevo manualdo investigaci6n de accidentes de aviaci6n.—
Consejos a ios encargadosdel mantenimiento.dematerial de vuelo.

lnfanfry, marzo—abril1967.—Al otro lado del mar (recuerdos 1 G.M.).—.Una al—


dea llamada Laos(1 G,M. ).,— Sorpresa (proyecto SHARE:pubiicacin de las expe
riencias de combatede una pequeñaunidad en Vietnam).—Autonomíade la amena
za guerrillera (Viotnam). Tcnica del fuego indirecto.— Diplomacia del calibre
30 (22 premiode narracionescortas).— Guerrillas montañeras(en la frontera NO
de la India).— lnstrucck5nlogística.— Bajassimuladas(automutilacn, etc.).

MarineCorpsGazette, febrero 1967.—La doctrina militar de la China Roja.—Una


proyocci5n al futuro. Losdragonesazules. — Dcc isiSn en Duc Co.—La direccin
tcnica contra la burocracia.—La visin nocturna.
-7—

MarineCorpsGazoffe, marzo 1967.— Logrsticade desplieguenSpido(FDL).— Re


cordatorio del B5n. de Infanterra de Marina.— Los“Seabees” (unidadesde trabajE
dores, de la Marina).— Desarrollo revolucionario.—Cmo puedenreducirse las ba—
¡as por enfermedad.

MarineCorpsGazette, abril 1967.— DireccTn del mantenimiento(enfoque nuevo


de un problemaviejo).— Emboscada(en Vietnam).— Vulnerable (instrucci6n NBC).—
“Pijama Negro” (los informadoresdel Vietcong).— LasarmasColt.

MilitaryReview, febrero 1967.—Armamentoscomunes,— Ej&cito de los Andes.—


San Martrn en Chacabuco.—lnstruccin militar sovi&ica.— Fuerzasde defensade
Israel.— China comunistayet petrloo.— Sistemaautomtico de mandoy control.—
El comisionadode defensaclemcn. La guerra revolucionaria.—Reexaminadoa

SEATO.—Chiná comunista. RelacionesEj&cito—Partido.—La flota sovitica en ci


Mediferrnoo.— Asesorde EM en escalonessuperiores.

MilitaryReview, marzo 1967.— El aut5mataprofesional.—Desarrollodel blindaje.—


Fuerzas armadasafricanas.—SimpUficandola defensabritnica.— El movimiento —

ecumnico.— 1 & D en el Medio Oriente.—Una estrategiade reaccin flexible.—


Destreza de mando.—Equilibrio entre superpotencias.—Do la cSlula al campode
batalla.— Movilidad a&ec en Europa.—MAPCAT.— Transmisionesen Vietnam.—No
tas militares.—Librosde actualidad.

NationalGeogrciphic, mayo 1967.—Canadacelebra su primer centenario.—Mon


treal saluda al mundo(la “Expo 67”).— El rio San Lorenzo, llave del CanadS.—Los
primeros dueñosdel desierto americano (los indios Hohokam).—El magnetismocyu
da a fijar las edadeshist&icas.—Micronesia americanizccin del Eden.

U.S.NewsWorldReport, 17abril1967.— La Am6rica hispanaque LBJno va.—


Nueva visita al “Delta”.—,Nixon contra LBJ en 1968?.—¿Estn tambin en peli
gro las costasamericanas?.—Reducci6nde natalidad en USA.—Dificultades de al—
gin fabricante de automcSvi
les.—Nueva orientaci6n del servicio de correos.—Pr6—
xima zona de peligro mundial (Africa del Norte).— Un feudo explosivo en el desier
fo (Aden).— Perpectivasde crisis en el seguroautomovlrstico.— Israel entra en un
periodo difrcil.—¿Se podr6 manteneruna fuerza nuclear pacrfica?.—Las huelgas
preocupan a LBJ.—129 mil millones dedolares en impuesto.

U.S.NewsWorldRcport, 24abril1967.— Posibilidadde una contestaci6n efecti


va a las granes huelgas.—Nuevo frio en Vietnarrn acuerdo entre Rusiay China.—
De Escandinaviaa Somalia se desmoronauna red de espiassovi&icos.— Perspectivas
de cambiosecon6micosen USA.—Hispanoam6rica¿dispuestaa ponerse en marcha?.—
La crisis del servicio postal USA.—Dificultades en la ruta hacia la Luna.—Nuevas
perspectivas del Tribunal supremoUSA.—Panoramadel turismoal exterior (USA).—
—8—

Triste experiencia respectoa la seguridadsociai (Suecia)— Posiblecoincideñcia


de huelgasferroviarids y de lineas automSviles (USA).— Defensade USAen Lon
dres respectoa la prensaextranjera.—OcaskSnpara comprarun coche americano.—
Un problemacreciente en las ciudades(la inmigraci6n negra).

U.S.NewsWorldReport, 1 mayo 1967.— La misin de LBJen Europa.—Disparidad


entre los casosPowoll y Dodd.—El dilema de las elecciones del 68.—Perspectivas
de revueltas negras.—Losderechosciviles.—,Seaproximan batallas decisivas en —

Vietnam?.— El hambreen la India.— ¿Estan mala la juventud USA?.—¿Puedeso


brevivir el hombreen las grandesciudades? (USA).— Posibledisminuci6n de impues
tos para los padresde estudiantes(USA).—Auge mineroen Australia.—A la bosque
da del sol. El boom” español.—La reservaoro USAse derrite.— Nuevas inversio
nes provechosas.

U.S.NewsWorldReporf, 8mayo 1967.—Horasde decisi6n para LBJ.—Futuro de


la guerra en Vietnam.—Fracasode una estrategia (Vietnam).— LBJ en Europa:una
“cumbre en pequeño.—Empleode impuestosen la propagandapolrtica (USA). —

Un xito de los USA (el progresode las nacionesno comunistas).—El comandante


general informasobre la guerradel Vietnam.—Un padrese dirige al Presidenteen
nombre de su hijo muertoen Vietnam.—Rockofeller: ¿baza republicana para las
elecciones del 68?.— La mayor parte de los crrmenesse cometen por reincidentes.—
La carrera hacia la Lunadespu6sde dos tragedias.—Agitaci6n en algunoscolegios
catlicos.— Estudiosobre los “hippies”(modernos bohemios).—Los problemasde la
¡ntegracin racial en Am&ica.— La investigacliSndel caso Dodd.—Posiblelegisla—
ciSn contra las huelgas.—Odios tribales en Nigeria.— Perspectivasdel mercadode
valores.— TV. do pago: ¿mejoresprogramasecomplicacionespara la industrki?.—
Un paí comunistasolamentede nombre(Yugoslavia).

Signal, marzo 1967.—lnformaci6nvaria sobre el Laser.—lnformaci6nvaria sobre


computadoresy aplicack5n a las FuerzasArmadas.

UnitedStatesNavallnstitute.Proceeding, abril 1967.—Al sur del paralelo 30.—El


futuro de los submarinosmercantes.—Diplomacia aliada en las guerraslimitadas.—
Dcbngase, mire y escuche.—Coexistencia hostil.— El diseñode un barco de carga
La profesi6nde las armas.—lnstrucci6n del piloto de helic5pterosde bósqueday sal
vamento.

FRANCIA

LArmce, abril 1967.—Las misionesmilitares de asistencia tcnica.— La automati—


zacin en el tratamiento de la informacin.— Del jefe... (estudio sobre las cuali—
dados que hoy e exigen al jefe).— La protecci6n antia&rea de la artillerra nuclear.—
Refiexione sobro la ¡nfrucc&i de tiro.— Conservasy vitaminas.—Dar satisfaccin
a las unidadescomhaHonto3.— Loscampeonatosnacionalesde los cuadrosde la resor
va en 1966,—El personalcivil del Ej6rcito de Tierra.—El “Marine Cor”.— Inter—
vencn en ultramar y aclimatacin.

Nouvelie de VOTAN, mayo 1967.—Hornenalede la NATO a la memoriade Ada—


nc:uor- La NATO y la gezfin de los asuntosnucleares.—Grecia en vrasde indus—
trializacin,— DebatoSpaak—Beanfre sobre Ici NATO y Europa.—Fuegoconcentrado
sobre la NATO. Losúltimos drasde la SHAPEen Francia.

RevuedeDMenseNationale, mayo 1967.—Li política de armamentoa largo plazo.—


Organizaci&i del etransporteareo francas.— La Gran Bretañaal Estede Suez.—Fi—
e e

nclnciciclon do las inversionesindustriales y comerciales.—,-fr,ca en buscade los —


dioses.—La evoluci6n reciente del control en los ejrcitos.— El Komsomol.— El sis
tema de foecomunicaciones R.A.D.A..— La stuacin en China.—Lascondiciones
do un desarme.— Espectativaecon&1ica en Francia,.—La tracción autom6vil por —
baterías de acumuladores.—Incertidumbreen Asia Central.

RevueMciritima, marzo 1967.— El periplo africano de la flota de Nchao.— Las


humanitariasinternacionalesy los conflictos marítmos.—La batalla
naval do los cuatro días (dci 11 al 15 do junio de 1666) .— La automatizacin a
bordo, suscondiciones para tener exito.— Nueva Caledonia.

RevueMciritime, abril 1967.— Lasoperacionesdel “RicheUev” en ExtremoOriente.—


La quere!a entre Duguay—Troviny Forbin.—Notas sobre un sistemaanticolsinsirn
plifcado.e El complejo econmico del estuario del Lore Nates, Dronges, Saint—
Nazciire.— Losgrandesbarcos—fabrica.

INGLATERRA

Foreign Affairs, abril 1967.—,”Europa”frente a una “Detente” con la U.R.S.S.?.—


El misilesanti—balísticos.—Tratadode derechoshumanos.— La Alian
za Qxtrcr iaca.—Ultima oportunidad para un MercadoComún. La política argenti
na de ind.’strializaci6n.— Bonncambia de rumbo.—El occano como medio político.—
La crisis dc Suez0

1 T A L 1A

RivistaMarittima, mayo 1967.— El libro blanco britcmnicode la defensapara 1967..—


-io—

La accin político—navalde los USA 1946—66.— lnvestigaci& oceanogrfica del ms


tituto HidrogrMico de la Marina italiana de 1880a 1922.—Lasflotas mercantesita
liana y mundiales a principio de 1967.—La navegack5nde precisin en lasoperado
nos de contramedidas deminas.—La moradasubmarinay la fisiología.— Panorama —

político militar.— Marina de guerra.—Misilística.— Aeronutica militar.— Marina


mercante, Notas tcn ico—c
— ientflicas.

5 Ul ZA

RevueMilifaire, abril 1967.— ¡Atonci6n, arma at6mica! .— Un cursode informa—


c15n en“7rmcSecf Foyer”.—El soldadode las unidadesde transmisiones.— La forma
ci6n de los cuadrosmilitares profesionales.—Grandesmaniobrasdel Este.

Interavia, abril 1967.—La tecnología, basedel desarrollo del flete areo.— El em


pico de containers para facilitar ci transportedel flete y acelerar su distribuci6n.—
Para Seaboardel transportea&eo de flote es un negocio rentable. Una nuevagene—
raci&1 de aviones de carga: ci Boeing747 y el LockheedL—500.— Aviacin militar:
Las fuerzas a&cas del mundo. 1.—ci Oriente Medio.—Transportea&eo: la clave —

dci desarrollo del trcífico a&oo.— Industria y tcnica aeronutica: el TransallC. 161.
Los transportesde superficie de gran velocidad en 1980.—Espacio:Operacionesde
salvamento en el espacio. Brevesnotiacias espaciales. Paraelestudio delSoly de
las radiaciones: lossatlifes TD—Iy TD—2.— ElecfrSnica: El control radar del trfi—
co ac5reo en Australia. Coberturade altacalidad en laszonasterminales. Elcentro
do pruebas de misiles de Vandenberg. investigaciones y producciones. La cstaci6n
volanteDC—7C A.M.O.R..— Diversos: Interavia CorreoMrco comunista. Opinio
nes. Materiales. Equipos..Nuevast&nicas. ¿Qué hay en elaire?. Librosrecibi
dos. Nuestros lectoras nosescriben.

También podría gustarte