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Cambio climático.

Causas.
El cambio climático es un cambio significativo y perdurable de la
distribución estadística de los patrones climáticos durante los períodos que
van desde décadas a millones de años. Puede tratarse de un cambio en las
condiciones medias del tiempo, o de la distribución del tiempo en torno a
las condiciones medias.

Las temperaturas en la Tierra son aptas para la vida gracias a un proceso


natural llamado el efecto invernadero. Cuando la radiación solar llega a
nuestra atmósfera, parte de ella es reflejada al espacio, y parte de ella pasa
y es absorbida por la Tierra. Esto causa que la superficie de la Tierra se
caliente.  El calor es irradiado hacia el exterior y absorbido por los gases
presentes en la atmósfera de la Tierra, los llamados gases de efecto
invernadero. Este proceso previene que el calor desaparezca, haciendo que
la temperatura ronde los +15°C en vez de -19°C.

Hay muchos gases de efecto invernadero responsables de un calentamiento


adicional de la atmósfera, los cuales son producidos de distintas formas por
personas. La mayoría provienen de la combustión de combustibles fósiles
de los coches, de las fábricas y de la producción de electricidad. El gas
responsable de la mayoría del calentamiento es el dióxido de carbono,
también llamado CO2. Otros contribuyentes son el metano expulsado de
los vertederos y de la agricultura (especialmente de los sistemas digestivos
de los animales que pastan), óxido nitroso de los fertilizantes, los gases
usados para la refrigeración y procesos industriales, y de la pérdida de
bosques que de otra forma almacenarían CO2.

Medidas del día a día para disminuir su impacto.

Cambia las bombillas. Reemplazar una bombilla tradicional por una de


bajo consumo ahorra más de 45 kilogramos de dióxido de carbono al año.
Cierto que la segunda es más cara, pero resulta más económica a lo largo
de su vida. Una sola de ellas puede reducir hasta 60 euros los gastos de
electricidad, según la Comisión Europea.

Apaga la tele y el PC. Sólo con apagar la televisión, el DVD o el


ordenador cuando no estén en uso evitarás que miles de kilos de CO2
salgan a la atmósfera. No dejes los aparatos eléctricos en stand-by (espera):
un televisor que permanece encendido durante tres horas al día (la media
que los europeos ven la tele) y en stand-by las 21 horas restantes consumirá
un 40 por ciento de la energía total en el modo de espera.
No dejes el cargador de tu móvil enchufado todo el tiempo, aunque no esté
conectado al teléfono, porque seguirá consumiendo electricidad.

Conduce menos. Anda, monta en bicicleta, usa el transporte público.


Ahorrarás 30 gramos de CO2 por cada 4,5 kilómetros que no conduzcas.
Por cada litro de combustible que quema el motor de un coche, se libera
una media de 2,5 kilos de CO2, según la Comisión Europea. Bruselas
también recomienda no correr con el coche: gastarás menos gasolina y
emitirás menos CO2. Ir a más de 120 kilómetros por hora aumenta un 30
por ciento el consumo de combustible, frente a una velocidad de 80
kilómetros por hora.

Revisa los neumáticos. Si la presión de tus neumáticos baja 0,5 bares, tu


coche consumirá un 2,5 por ciento más de combustible y, por tanto, liberará
un 2,5 por ciento más de CO2. El ahorro de cuatro litros de gasolina evita
la emisión de seis kilos de dióxido de carbono.

Recicla. Puedes ahorrar más de 730 kilos de CO2 al año al reciclar la mitad
de la basura que se produce en casa.

Evita mucho embalaje. Escoge productos con poco envase: una botella de
1,5 litros genera menos residuos que tres de medio litro. En la compra usa
bolsas reutilizables. Evita las toallitas húmedas y de papel. Puedes evitar la
emisión de 1.100 kilos de CO2 si reduces tu basura un 10 por ciento.

8. Vigila los electrodomésticos. Tapar la cazuela mientras cocinas es un


modo de ahorrar mucha energía. Aún mejor son las ollas a presión y las
vaporeras, que ahorran un 70 por ciento de energía. Usa la lavadora y el
lavavajillas sólo cuando estén llenos. Si no lo están, usa programas
económicos. No hace falta poner una temperatura alta, hoy los detergentes
son eficaces incluso cuando es baja. Recuerda que si el frigorífico y el
congelador están cerca de los fuegos o de la caldera, consumirán mucha
más energía. Si éstos son viejos, descongélalos periódicamente. Los nuevos
tienen ciclos automáticos de descongelación y son casi dos veces más
eficientes. No pongas en la nevera alimentos calientes o templados;
ahorrarás energía si dejas que se enfríen primero.

Vulnerabilidad climática.
La vulnerabilidad al cambio climático se ha definido como: 

Nivel al que un sistema [natural o humano] es susceptible, o no es capaz de


soportar, los efectos adversos del cambio climático, incluidos la
variabilidad climática y los fenómenos extremos. La vulnerabilidad está en
función del carácter, magnitud y velocidad de la variación climática al que
se encuentra expuesto un sistema, su sensibilidad, y su capacidad de
adaptación.

Resiliencia (ecología).
Resiliencia es el término empleado en ecología de comunidades
y ecosistemas para indicar la capacidad de estos de absorber
perturbaciones, sin alterar significativamente sus características de
estructura y funcionalidad; pudiendo regresar a su estado original una vez
que la perturbación ha terminado. La resiliencia se define como la
capacidad de un sistema para retornar a las condiciones previas a la
perturbación.

Mitigación y adaptación.
La adaptación es la capacidad de un sistema para ajustarse al cambio
climático (incluida la variabilidad climática y los cambios extremos) a fin
de moderar los daños potenciales, aprovechar las consecuencias positivas, o
soportar las consecuencias negativas.
La adaptación implica ajustarse al clima, descartando, el hecho de si es por
cambio climático, variabilidad climática o eventos puntuales.

Solo considerando al clima como un todo, se puede adoptar medidas reales


y factibles  de allí que el clima presente es tan o más importantes que el
clima futuro.

En cuanto a la mitigación, con ella se hace referencia a las políticas,


tecnologías y medidas tendientes a limitar y reducir las emisiones de gases
de efecto invernadero y mejorar los sumideros de los mismos, de acuerdo a
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Como las circunstancias difieren según los países y las regiones, y diversos
obstáculos impiden actualmente el desarrollo y la implantación de esas
tecnologías y prácticas, ninguna medida bastará por sí sola para la
elaboración, adopción y difusión oportunas de opciones de mitigación. Se
necesitará más bien una combinación de medidas adaptada a las
condiciones nacionales, regionales y locales.

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