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ANTROPOGÉNESIS
Lemuria, Atlántida, humanidad actual…:
las humanidades pasadas y las que nos sucederán
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La evolución monádica
+El pensamiento humano opera en la dualidad y concibe como realidades
independientes el Espíritu (Mónada) y la materia. Pero ambos son aspectos de
lo Absoluto y algo los une: Fohat. Por esta interacción, el Espíritu se “envuelve”
en la materia y, a la par, impulsa a esta en su evolución, que no es por azar.
+El Espíritu o Mónada es el aspecto más puro y elevado tanto del ser humano
como de todo cuanto existe, de cada cosa que es o vive en el Cosmos, sea
sensible o no. Puede ser definido cual esencia divina y Vida Una que en todo
radica y como radiación universal y Vibración Pura y Primigenia de lo Absoluto
e Inmanifestado: la divinidad Una reflejándose como Consciencia y movimiento
eterno en cada átomo del Universo e inseparable de esa divinidad, de esa
Realidad Única, tal como el rayo solar es inseparable de la luz del Sol. Así, el
Espíritu anima y vivifica todo lo Manifestado -la Creación entera- y el Cosmos,
en su aparente diversidad.
+Sin embargo, la Mónada es una, homogénea e indiferenciada y no tiene
posibilidad de adquirir consciencia en los planos inferiores de materia
diferenciada. Por esto precisamente, la evolución monádica o plan de
desenvolvimiento de la Mónada consiste en descender a los mundos de la
materia. Ahora bien, dada la colosal diferencia entre las frecuencias
vibracionales del Espíritu y la materia, la Mónada, para llegar al plano físico,
tiene que utilizar medios o vehículos adecuados de los planos inferiores que lo
hagan factible. Y el uso de esos medios la introduce en un proceso de
diferenciación, mostrando una tendencia gradual hacia la segregación en
Mónadas individuales. Para esto, la Mónada empieza por descender al plano
Anupadaka, el más sutil en lo Manifestado después de Adi, donde lleva a cabo
su “pre-configuración” tomando átomos permanentes de los planos
inmediatamente inferiores. Culminada está pre-configuración, la Mónada,
aunque no puede descender a planos por debajo de Anupadaka, si está ya lista
para irradiar una parte de sí misma tanto al plano átmico, primero, como al
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búddhico, después.
+Y para que este proceso de diferenciación desemboque en la experiencia de
individualización, se requiere que manas, la esfera mental, entre en juego,
pues la cualidad de autoconsciencia es una de sus característica, siendo manas
superior quien, uniéndose a Buddhi, aporta consciencia individual a la Mónada
divina e impersonal.
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2. APLICACIÓN POR ANALOGÍA
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3.1.4. La vida de un Ente Supraplanetario o Supercadena se despliega
sucesivamente en siete Entes Planetarios o Cadenas Planetarias. Estas si están
asociadas a un planeta determinado, sea o no visible para el ojo humano.
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vez, de un nuevo Manvántara. Al finalizar este ciclo septenario, todo vuelve al
seno del Ente Planetario con el fruto recolectado durante el conjunto de la
dinámica evolutiva descrita; y las almas individualizadas en el proceso evolutivo
siguen su Camino hacia formas inefables de existencia.
3.2.4. Y del mismo modo que cada encarnación en el plano humano se plasma
en una forma de vida de configuración septenaria, cada Ente Planetario o
Cadena tiene una configuración septenaria. De hecho, cada cuerpo sideral,
visible o invisible, cuenta con siete “Globos” o Cadenas Circulares de Mundos
3.3. Globos
3.3.1. Estos Globos se enumeran como Globos A, B, C, D, E, F y G. Son
coexistentes, siendo tres arquetípicos (como el Trinario o Yo Superior del ser
humano) y cuatro más materiales (como el cuaternario inferior del hombre).
Por cada uno de estos Globos pasa el Ente Planetario o Cadena en su discurrir
evolutivo.
3.2.3. En definitiva, cada Ente Supraplanetario encarna sucesivamente en siete
Entes o Cadenas Planetarias. Y cada uno de estos Entes Planetarios tiene siete
“Globos”
3.3.2. De estos Globos, del A al D son cada vez más densos, por lo que se
habla de la que la oleada de vida “desciende” a los largo ellos. Por lo mismo, el
cuarto es el de máxima envoltura en la materia (interacción o conflicto) y punto
de inflexión en el proceso evolutivo. A partir de él, los otros tres Globos son
“ascendentes”, moldeando cada vez más a su voluntad el Espíritu a la materia.
Y en los Globos ascendentes se desarrolla lo que fue un bosquejo embrionario
en los descendentes.
3.3.3. Caracterización básica de los Globos:
+Globo A: Arquetípico, materia mental más sutil.
+Globo B: Creador o intelectual, materia mental más densa.
+Globo C: Formativo o sustancia, materia astral, formas más toscas.
+Globo D: materia física, punto de inflexión y vuelta, interacción y conflicto
Espíritu-materia. Este Cuarto Globo no posee ningún Globo hermano en el
mismo plano, formando así el punto álgido de la balanza donde se desenvuelve
la cadena entera. Es la esfera de los ajustes evolutivos finales, el mundo de la
balanza kármica.
+Globo E: Presencia de materia similar al Globo C adaptada a sus funciones.
+Globo F: Formas del globo B elaboradas y perfeccionadas.
+Globo G: arquetipos concluidos y perfeccionados en sus detalles.
3.4. Rondas
3.4.1. Por lo que se viene enunciando, la evolución planetaria tiene lugar en un
ritmo alternado de actividad y reposo que se despliega en ciclos y sub-ciclos
septenarios. Este proceso evolutivo puede ser considerado como una espiral
con siete vueltas, a través de la cual la vida o consciencia planetaria para o
renace por cada Globo siete veces. A cada uno de los siete ciclos en los que se
completa una vuelta por cada uno de los siete Globos se le denomina Ronda
Planetaria. Y la vida del Ente Planetario o Cadena se despliega en la espiral
completa de estas siete Rondas.
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3.4.2. Por tanto, contando cada Ente Planetario o Cadena con siete Globos, en
el seno de cada Cadena la oleada de vida se despliega en Siete Rondas o ciclos.
Las siete configuran un Manvantara planetario o ciclo de vida de la Cadena
planetaria. Concluida la última Ronda, la Cadena planetaria muere (Pralaya
planetario), transfiriendo sus principios, Globo a Globo, a la siguiente Cadena
para darle vida.
3.4.3. En cada Ronda, la oleada de vida discurre sucesivamente por cada uno
de los siete Globos, desenvolviéndose en cada uno de ellos (A, B, C, D, E, F y
G), desde el Globo A al G.
3.4.4. Igualmente, en cada Ronda, la oleada de vida desarrolla principalmente
uno de los siete reinos de la naturaleza (tres elementales, mineral, vegetal,
animal y humano) hasta su perfección, de modo que cuando la oleada de vida
ha completad una de ellas, este reino está completamente desarrollado. Y todos
los demás reinos están también presentes de manera más o menos embrionaria
y adelantan una etapa en su proceso evolutivo en consonancia con las
características de la Ronda en la cual se desarrollan.
3.4.5. Así, por ejemplo, en la primera Ronda el reino elemental menos elevado
se completa, los dos restantes y el mineral descubren todos sus tipos y los
reinos vegetal, animal y humano son solo esbozados, más no todavía
principiados. Y así sucesivamente en las siguientes Rondas.
3.4.7. Cuando un Ente Planetario Cadena Planetaria ha comenzado su séptima
y última Ronda, el Globo “A” seguido por todos los otros hasta el último, en
lugar de emprender cierto reposo o de “obscuración” como en sus Rondas
precedentes, comienza a marchitarse. La disolución planetaria (Pralaya) se halla
próxima: cada globo transfiere su vida y energía a otra Ente o Cadena
Planetaria, esto es, a otra reencarnación del Ente Supraplanetario o
Supercadena.
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colocarse entre Venus y Marte y quedó roto en dos, dando lugar a lo que hoy
conocemos como Luna y Tierra.
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+Era Cenozóica (66 M.): Cuarta Ronda.
4.4.3. Primera Ronda (3.000-1.200 M. a.C): Eón Arcaico y Eon Proterozoico (Era
Paleoproteozoica y Mesoproterozoica). Formación de la Tierra. Primer
supercontinente: Vaalbará. Primeras células y comienzo de la fotosíntesis. El ser
humano en la primera Ronda, al igual que el planeta, era un ser etéreo, no
inteligente sino super espiritual y se corresponde con la evolución de la Primera
Raza de la Cuarta Ronda.
4.4.4. Segunda Ronda (1.200-600 Mi. a.C): Eón Proterozoico (Era
Neoproterozoico). Se inicia con la formación del segundo supercontinente:
Rodinia. El ser humano o el prototipo de humanidad futura es todavía
gigantesco y etéreo, pero el cuerpo va aumentando poco a poco en firmeza y
condensación. Sin embargo, aun no tiene manas y la espiritualidad es
dominante, ya que la evolución de la mente es más lenta y difícil que la
evolución física.
4.4.5. Tercera Ronda (600-50 M. a.C ): Eras Paleozoica y Mesozoica (Periodos
Triásico, Jurásico y Cretácico). Se inicia con la formación del tercer
supercontinente: Pannotia. En el primer Cámbrico se produce una extinción
masiva de las formas de vida. En el periodo final de la era Paleozoica se forma
el cuarto supercontinente conocido como Pangea (300 Mill a.C) y se produce la
extinción masiva del pérmico- triásico en el que el 95% de las especies
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desaparecen. La era Mesozoica es la era de los dinosaurios que se desarrollan
durante mas de 100 millones de años según las estimaciones actuales. Al final
del Mesozoico, en el Cretacico-Terciario, se produjo la extinción masiva de los
dinosaurios. En la última mitad de la Tercera Ronda, la estatura gigantesca del
futuro ser humano decrece, el cuerpo gana en densidad y la mente va haciendo
aparición aunque el físico del futuro humano es más parecido a un simio que al
hombre actual.
4.4.6. Cuarta Ronda (desde hace 50 M.): Era Cenozoica, que es la del ser
humano En esta Ronda el intelecto tiene un enorme desarrollo. Las razas hasta
entonces mudas adquieren el lenguaje, que va perfeccionándose. En el punto
medio de la Cuarta Ronda, en la raza-raíz Atlante, como se examinará
seguidamente, la humanidad pasa por el punto axial del ciclo manvantárico
menor, alcanzando el punto de máxima densidad material y menor
espiritualidad. Durante la primera época de la Era Cenozoica o época del
Paleoceno, conviven los restos o reliquias de la Tercera Ronda.
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sus exámenes finales. El niño que entra al primer grado tiene en potencia todo
lo que el graduado será. Y éste es simplemente la realización de ese potencial.
5.3.3. Una raza raíz existe mientras haya almas que necesiten dominar las
lecciones que ella suministra. Cumplido esto, la raza muere y la humanidad
pasa a la fase siguiente. Y así, detrás del ascenso y caída de civilizaciones,
detrás del surgimiento de grandes personajes detrás de la formación y
destrucción de continentes puede discernirse el gran Plan que siempre está
relevando gradualmente su belleza y cumpliendo su propósito a través de
vastos procesos de educación cósmica.
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Cuaternario Pleistoceno (2,5 M.)
(2,5 M.) (Desarrollo humanos anatómicamente modernos. Inicio Edad de Hielo)
Holoceno (0,01 M.)
(Fin glaciación reciente y surgimiento civilización humana)
+FORMA: Son formas enormes y etéreas como la primera raza, pero añaden
películas de materia más densa, formando una especie de tupida envoltura
externa y lo “exterior” de la primera raza llegó a ser lo interno de la segunda
raza. Nacidas bajo la influencia del planeta Júpiter. Son formas filamentosas
descritas como de esplendidos colores y heterogéneas en apariencia,
semejantes a vegetales y animales, con contornos semihumanos, flotaban en
el espacio, trepaban y se deslizaban y emitían sonidos parecidos a los de la
flauta.
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+SENTIDOS: En el plano físico se añade un vago sentido inicial del tacto,
respondiendo al contacto del fuego y del aire.
+REPRODUCCIÓN: La forma de reproducción es muy parecida a la anterior,
por expansión y brote y poco a poco van apareciendo indicios de sexualidad
como andróginos latentes, son los llamados “nacidos del sudor”.
Consolida una modalidad de vida física aún muy sutil y etérica y forja de
manera embrionaria el componente emocional. Existió durante la época
Oligocena, unos 25 a 40 millones de años atrás. Fue un período de vegetación
exuberante que siguió a los violentos cambios terrestres de la época Eocena. En
términos de consciencia, se concentró en la actividad; comenzó a organizar sus
cuerpos de perfil etérico en vehículos de expresión activa por medio de los
cuales hacía sentir su influencia sobre su ambiente. Así, los rudimentos del
cuerpo humano físico -con sus órganos vitales, pero de consistencia
“gelatinosa” y sin estructura ósea- comenzaron a formarse entonces. Su hábitat
de vida eran las aguas de los océanos y el mar, por lo que se les tilda de
anfibios (de ahí la llamada que tiene el mar hacia la mayoría de los seres
humanos actuales). Tenían capacidad para controlar la gravedad generando su
propio campo de gravedad y podían dotar a su cuerpo "gelatinoso" de cualquier
aspecto y evitar la necesidad de una estructura ósea (ahora en el mar, por
ejemplo, los pulpos carecen de estructura ósea y se desenvuelven sin
problemas. Otra característica de la raza hiperbórea es que carecía de boca
como la conocemos ahora: se comunicaban por telepatía y desarrollaron un
lenguaje de sonidos de modo que con los sonidos armónicos eran capaces de
moldear la materia a voluntad. Según La Doctrina Secreta, esta raza fue
andrógina y se reproducía por un proceso llamado de “exudación”. No tenían
sexo biológico: ni masculino, ni femenino, ni hermafrodita (expresión de ambos
sexos). No obstante, la dualidad sexual estaba ya empezando a decantarse y
empezó por los campos más sutiles y etéricos, donde apareció la polaridad
sexual, por lo que en términos energéticos, que no físicos, los miembros de
esta raza-raíz si eran masculinos o femeninos, si bien podían cambiar a
voluntad esta polarización energética. Después de largos eones produjo la
tercera raza raíz, los “nacidos de huevo” y desapareció.
(Nota: Estas dos primeras humanidades no han dejado rastros históricos o
geológicos, porque no poseían cuerpos físicos densos como los que ahora
tenemos. Por tanto su existencia no puede ser documentada científicamente,
pero escrituras y mitologías esotéricas se refieren a ellas)
6.3. Tercera raza-raíz o Lemuriana
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un ojo en medio de la frente (llamado el tercer ojo) y después los otros dos
que fueron desarrollados plenamente hasta la séptima subraza de la Tercera y
fue únicamente en la Cuarta Raza cuando el tercer ojo retrocede interiormente
convirtiéndose en la glándula pineal.
+REPRODUCCIÓN: En las primeras subrazas los humanos eran criaturas
andróginas. La Tercera subraza produce hermafroditas, son los llamados
“nacidos del huevo”, estando plenamente desarrollados físicamente desde su
nacimiento. La cuarta subraza todavía era ovípara pero en cada criatura llegó a
predominar uno solo de los sexos hasta que del huevo nacieron varones y
hembras. Los recién nacidos eran cada vez más desvalidos y débiles,
necesitando protección y cuidado para su desarrollo. La quinta subraza todavía
se reproduce al principio por medio de huevos que gradualmente quedan
retenidos dentro de la madre. En la sexta y séptima subraza la reproducción
es plenamente sexual. La separación de sexos se inició hace 18 millones de
años y se dice que concluye aproximadamente hace unos 10 millones de años
durante el Plioceno.
+CIVILIZACIÓN: La humanidad de Lemuria tenía aun la intuición muy presente
y respondían fácilmente a los impulsos de los Reyes Divinos, bajo cuya tutela
construyeron templos y ciudades ciclópeas. La separación de sexos provocó el
desarrollo progresivo de la pasión sexual. Los Pitris encarnados se inclinaron en
ocasiones hacia las mujeres de la Tercera raza-raíz, engendrando titanes o
gigantes a los que se refieren las leyendas y mitología de la mayor parte de las
tradiciones antiguas. El continente de Lemuria sufrió varias convulsiones a lo
largo de su historia, volcanes y terremotos provocaron la desaparición de
Lemuria dejando como fragmentos Madagascar, Australia y la isla de la
Resurrección.
Hace suya la constitución etérica, física (el cuerpo físico se hace denso y da
lugar a razas de gigantes, apareciendo en la tercera subraza la división de
sexos) y emocional, consolida esta última y forma de manera primaria el
componente mental en su nivel inferior o mente concreta. A comienzos de esta
tercera raza raíz aparecieron cuerpos físicos densos en lo que, fijada ya la
diferenciación sexual a nivel etérico, se plasmo esta polaridad: primero con
formas de vida hermafroditas; y mucho más tarde, hace unos 18 millones de
años, se alcanzó la separación entre los sexos, que quedando configurados
cuerpos semejantes a los que ahora usamos, aunque de mucha mas talla y
envergadura. Eran muy primitivos en su primera etapa, aunque no eran los
antropoides que las teorías de Darwin querrían indicarnos como antecesores del
ser humano. El llamado “eslabón perdido” entre el animal y el hombre no
existe, no importa lo semejantes a las formas animales hayan podido ser las
humanas primitivas. La tarea evolutiva asignada a la tercera raza fue el
desenvolvimiento de la emoción. Vivió una vida de impulsos, con la mente
primero incipiente, pero no desarrollada, aunque durante las subrazas
posteriores esta facultad se hizo más activa, anunciando su pleno despertar en
la siguiente raza-raíz.
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La Cuarta Humanidad o Atlante comenzó su andadura hace aproximadamente
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Periodos o subciclos de la humanidad atlante:
+Primer ciclo: Ramoahal. Las primeras tribus surgieron hace unos cuatro o
cinco millones de años, cuando el continente de Lemuria aun estaba presente.
Los Ramoahals eran gigantes de complexión muy fuerte que lucharon contra
los pueblos de Lemuria en África. Este pueblo aun tenían en funcionamiento el
tercer ojo y percibían las impresiones del mundo astral. El gobierno de este
pueblo fue asumido por gobernantes a los que consideraban dioses
encarnados. La catástrofe de hace cuatro millones de años destruyo la mayor
parte de este pueblo y los supervivientes se encaminaron hacia el norte en
donde se fue produciendo gradualmente la disminución de su estatura física
pero sumiéndose en la barbarie.
+Segundo ciclo: Tlavatli. Este pueblo se desarrolló en el gran continente inicial
de la Atlántida. En el periodo inicial constituyeron una civilización muy próspera
bajo el influjo de los gobernantes sabios. Después de la gran catástrofe de
hace cuatro millones de años sus descendientes se dirigieron hacia el sur y
hacia oriente donde se mezclaron con los Lemures y dando lugar al origen de
los pueblos dravinianos.
+Tercer ciclo: Toltecas. Surgieron hace unos dos millones de años, eran
también de estatura gigantesca aunque de proporciones muy armoniosas y
color variado, desde el blanco al rojo oscuro. Sus cuerpos eran densos y muy
fuertes, con una gran fuerza de cicatrización y curación. Carecían de olfato tal
y como lo entendemos hoy día y el gusto no se hallaba aun muy desarrollado.
El tercer ojo desaparece como órgano visual ocultándose como glándula pineal
pero aun activo. La civilización tolteca floreció prodigiosamente durante más de
100.000 años, tenían tecnología avanzada aunque distinta a la que hemos
desarrollado en la actualidad. Tenían naves aéreas y también conocían a fondo
la alquimia y la agricultura. La arquitectura prosperó de manera grandiosa
dando lugar a la llamada “Ciudad de las Puertas de Oro”. La forma de gobierno
era ocupada por gobernantes sabios y la educación era obligatoria para todo el
pueblo. Sin embargo, a partir del periodo medio y final de este ciclo, el
gobierno comenzó a ser ocupado por gobernantes egoístas y crueles que se
proclamaban a sí mismos como dioses exigiendo el culto a su persona y la
obediencia ciega a sus mandatos. El uso de la magia negra comenzó a
extenderse por todo el imperio de este pueblo y finalmente cayó en la
desgracia y decadencia absoluta. La catástrofe de hace 800.000 años destruyó
la mayor parte de la civilización tolteca. Es probable que la acción de los
volcanes que produjo esta gran catástrofe estuviera activa durante miles de
años. Los supervivientes del imperio tolteca se disperso hacia Egipto y
Sudamérica donde aún perdura la leyenda de los toltecas que llegaron del
océano, como en Perú donde el imperio tolteca permaneció durante 14.000
años. En Egipto los toltecas fundaron la primera dinastía Divina hace unos
200.000 años.
+Cuarto ciclo: Turanios. Fueron una raza de gigantes de tipo brutal y feroz
cuyas guerras con la joven incipiente quinta humanidad ocupa una gran parte
de la mitología de la India. Este pueblo apareció hace un millón de años en la
parte Este del continente Atlante. Su carácter era de tipo colonialista y tenían
un sistema de gobierno de tipo parecido al feudal. Se extendieron hacia el
norte de África, Asia y China. Entre sus descendientes se encuentran los
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aztecas que conquistaron a los últimos toltecas en Perú.
+Quinto ciclo: Semitas. Este pueblo comenzó su andadura hace más de
800.000 años y alcanzaron su pleno desarrollo después de la gran catástrofe.
Era un pueblo nómada y de costumbres belicosas aunque no crueles o
agresivos por naturaleza, de carácter práctico y buenos artesanos. De este
pueblo surgió el núcleo de la siguiente humanidad.
+Sexto ciclo: Akkadios. Surgieron hace unos 800.000 años en la base del
Mediterráneo, extendiéndose hacia el resto del continente Atlante. Derrotaron
a los semitas y fundaron un gran impero hace unos 100.000 años. Eran buenos
comerciantes y navegantes. Son los antepasados de los etruscos, los fenicios,
los cartaginenses y los sumerios. Hace unos 100.000 una colonia de akadios
llegaron a las islas británicas y fundaron Stonehenge.
+Séptimo ciclo: Mongoles. Aparecieron hace unos 600.000 años a partir de los
turanios, siendo progenitores de los chinos del interior, malayos, tibetanos,
finlandeses y esquimales, también de los japoneses en su desarrollo final.
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mental inferior); se ha desarrollado la mente abstracta, íntimamente
relacionada con el cuerpo causal (alma individual); y corresponde generar la
semilla del componente Búddhico que será plasmado por la sexta raza-raíz.
7.1.2. Es por esto que el paso de la quinta a la sexta subraza de esta quinta
raza quinta supondrá un importantísimo paso evolutivo. Y dado que la sexta
subraza, junto con la séptima, deberán sembrar la semilla búddhica, las almas
individuales encarnadas en ellas habrán de tener el nivel de evolución en auto-
consciencia coherente con ello, no siendo posible que almas de nivel inferior
convivan con ellas pues ello haría imposible tal labor de siembra.
7.2. “Corte”
7.2.1. Es por esto que, como enseñan distintas tradiciones espirituales, tendrá
lugar por primera vez un “corte” selectivo en el proceso evolutivo, habiendo
almas que lo superarán –continuarán así su camino hacia la sexta raza- y otras
que no –quedarán es estado de espera de una nueva oleada de vida-. Esto es
lo que indica Cristo Jesús en el capítulo 24 del Evangelio de Mateos cuando al
hablar del final de esta generación (quinta raza-raíz) indica de dos mujeres
estarán en el molino y una seguirá estado y otra no. Será así como la sexta
subraza será la primera que empiece a vivir como el Conductor que somos y sin
la identificación/fascinación con el coche que ha caracterizado esencialmente
todas las fases anteriores.
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