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Cap10 PDF
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Hongos y nematodos
entomopatógenos
Alcides Moino, Jr y Ricardo Sousa Cavalcanti
INTRODUCCIÓN
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potencial en el control microbiano de insectos son: los hongos, las bacterias,
los virus, los nematodos y los protozoarios.
Se conocen cientos de especies de hongos entomopatógenos que atacan una
amplia gama de insectos y ácaros, con varios grados de especificidad con su hospe-
dante (Hajek y St. Leger, 1994; Roy et al., 2006). Los hongos producen esporas
que germinan al contacto con el hospedante, invadiendo su cuerpo y matándo-
lo de cuatro a diez días posteriores a la infección. Una vez muertos los insectos,
se producen miles de nuevas esporas que se dispersan y continúan su ciclo de
vida en nuevos hospedantes. Un pequeño número de especies generalistas con
capacidad para ser cultivadas y producidas de manera masiva, como es el caso de
Lecanicillium logisporum, se han utilizado como biopesticidas para su uso contra
poblaciones de plagas, aunque esta tecnología no se ha adoptado por comple-
to en la práctica, debido a su alto costo, pobre persistencia (especialmente bajo
condiciones tropicales) y su baja eficacia cuando se compara con los insecticidas
químicos (por ejemplo, los basados en toxinas).
Los nematodos entomopatógenos miden alrededor de 0.5 mm de largo. Los
estadios juveniles parasitan a sus hospedantes, penetrando directamente la cutícu-
la o a través de las aperturas naturales como los espiráculos; las bacterias que se in-
troducen junto con el parásito se multiplican rápidamente y matan al hospedante,
permitiendo que los nematodos crezcan y maduren sobre el tejido en descomposi-
ción, y convirtiéndose posteriormente en adultos. Después de una a dos semanas
posteriores a la invasión del hospedante, aparece una nueva generación de estadios
infectivos (Kaya y Gaugler, 1993). Existen dos familias, la Sterneinematidae y la
Heterorhabditidae que son parásitos obligados de insectos y que son la base de
varios plaguicidas biológicos diseñados específicamente para su uso en contra de
plagas del suelo como los gorgojos y las larvas de mosca; a pesar de ello, ambos
presentan desventajas debido a su alto costo, baja persistencia e inactividad a
bajas temperaturas (en el caso de los nematodos).
A pesar del éxito limitado de hongos y nematodos entomopatógenos como
productos biocidas, éstos aparentemente son componentes diversos y universales
de las biotas del suelo, en donde pueden ser excepcionalmente virulentos (o decir,
causar la muerte rápida del hospedante y provocar grandes niveles de mortandad
en las poblaciones de éste) y causar epizoóticas periódicas (Chandler et al., 1997;
Myers y Rothaman, 1995). La mayoría de los patógenos poseen una estrategia
de transmisión de “sentar y esperar” (sensu Ewald, 1995): los organismos pro-
ducen fases infectivas que son liberadas al ambiente cuando muere el hospedante
Hongos
REFERENCIAS