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HECHOS CONOCIDOS DEL DIÓXIDO DE CLORO

Como al parecer la sustancia activa de todas las “remisiones espontáneas”


mencionadas más arriba es el dióxido de cloro, vale la pena aprender más sobre sus
propiedades básicas, así que vamos a investigar ahora un poco.
1. Haller JF, Northgraves WW. 1955. Chlorine dioxide and safety. TAPPI Journal 38:199-
202.
2. Dalhamn T. 1957. Chlorine dioxide. AMA Arch Ind Health 15(2): 101-107.
3. Shi L, Xie C. 1999. Experimental observation on acute toxicity and irritative effect of
stable chlorine dioxide. Zhongguo Xiaoduxue Z. 16(1):39-40.
4. Lin JL, Lim PS. 1993. Acute sodium chlorite poisoning associated with renal failure. Ren
Fail 15(4):645-648.
5. Lubbers JR, Chauhan S, Bianchine JR. 1981. Controlled clinicalevalutions of chlorine
dioxide, chlorite and chlorate in man, Fundam A. Toxicol 1:334- 338.
El dióxido de cloro compuesto (ClO2) no es un descubrimiento reciente. Humphry Davy
hizo el gas en 1814 al reaccionar ácido clorhídrico con clorato de potasio. En los últimos
años, se utiliza el ácido clorhídrico para la producción de grandes cantidades de dióxido de
cloro. En lugar del clorato de potasio, normalmente se utiliza clorito de sodio (NaClO 2). El
dióxido de cloro (ClO2) es un gas sintético que no ocurre de manera natural. Disuelto en
agua tiene un color amarillento-verdoso, con un olor irritante parecido al cloro. Aunque el
olor es muy parecido, el dióxido es muy diferente al elemento del cloro en sí, tanto en
estructura química como en cuanto a su comportamiento, porque es un compuesto neutro
del cloro, que no se combina fácilmente con otras sustancias.
La clave de estas recuperaciones de distintas enfermedades, a partir del uso de una
única sustancia (el dióxido de cloro) y confirmadas por cientos de testimonios, es que debe
haber “algo” en común en todas ellas.
Para comenzar, se trata de un oxidante, es decir, de una sustancia que facilita la
combustión porque añade oxígeno a todos los procesos, a diferencia de otros
medicamentos que habitualmente funcionan envenenando a los patógenos. El oxígeno no
se acumula en el cuerpo y por lo tanto es un proceso fármacodinámico muy diferente. La
oxidación, además, es utilizada de manera similar y natural por nuestras células de
defensa, como los neutrófilos en el proceso de fagocitosis, que no es otra cosa que engullir
y combustionar al enemigo (dicho de manera simple).
El dióxido de cloro en realidad es un gas de color amarillento hasta amarillento rojizo,
que se evapora rápidamente en el aire, si la temperatura está por encima de los 11 °C.
Como gas, cuando no está disuelto en agua es muy reactivo y puede causar una
deflagración si la concentración es muy alta y la presión del gas está por encima del 10%.
Ésta es la razón por la cual en la industria, habitualmente se fabrica el dióxido de cloro en
el lugar donde se necesita. La industria trabaja con el dióxido de cloro en el blanqueo de
papel, donde se utiliza de manera muy concentrada y en grandes cantidades,
conjuntamente con clorato sódico.
Otro de los mayores usos a nivel industrial, es en la desinfección de aguas públicas,
con el fin de crear agua potable saludable y segura para la ingestión humana. Es un
desinfectante tan eficaz, que se utiliza tanto para la desinfección de alimentos, como
incluso para la descontaminación de armas biológicas de uso militar, como el ántrax
(carbunco).
Debido a la capacidad de eliminar virus, hongos e incluso esporas, el dióxido de cloro
es una sustancia excelente para el lavado de vegetales; es seguro utilizarlo y cumple con
las regulaciones alimenticias. Se utiliza en las manzanas para eliminar listeria y la bacteria
E. coli, en patatas contra la caspa de patata y, en cítricos, contra el moho verde y la
putrefacción amarga. En el agua de piscifactoría, contra la anemia infecciosa del salmón y
la necrosis pancreática infecciosa. El dióxido de cloro es la mejor opción de la industria de
alimentos (aditivo autorizado = E926) debido a que tiene una muy baja toxicidad residual y
ha demostrado que es un compuesto seguro, cuando es usado adecuadamente.
Uno de los aspectos más importantes es que el dióxido de cloro es extremadamente
soluble en agua sin crear enlaces químicos, es decir, es un gas que realmente se disuelve
por completo en el agua. Esto es debido a que tiene una estructura molecular
extremadamente parecida a la molécula del agua y por ésta y otras razones más, se
disuelve completamente. Una vez que está disuelto en el agua también es capaz de
reaccionar rápidamente con otros componentes, sobre todo si son de pH ácidos. Cuando
el dióxido de cloro reacciona en el agua, libera oxígeno por un lado y por el otro lado
forma el ion de clorito (ClO 2-). El ion es una molécula que está eléctricamente cargada,
como si fuera una batería, y en nuestro caso el ion de clorito lleva una carga eléctrica
negativa y también es muy reactivo. El ion de clorito, que tiene una carga negativa, busca
para compensarse una carga positiva, para ser estable. En nuestro caso, es el sodio, y lo
que tenemos entonces, es clorito sódico. Si esto a su vez lo volvemos a disolver en agua, se
forman iones de clorito e iones de sodio.

El dióxido de cloro, al ser muy reactivo, es capaz de exterminar patógenos en el


agua a través de un proceso llamado oxidación.

Se calcula que en Estados Unidos unos 12 millones de personas están expuestas


diariamente al dióxido de cloro y al ion clorito en el agua potable, sin efectos adversos
hasta la fecha. Existe incluso algún caso documentado de sobredosificación accidental en
un pueblo de China, durante un tiempo prolongado, que tampoco tuvo ninguna
repercusión negativa en términos de salud.
Otro aspecto interesante del dióxido de cloro, es que reacciona incluso con la luz
ultravioleta y la luz solar, convirtiéndose en: cloro, gas y oxígeno, y ésta es la razón por la
que debe ser mantenido lejos de la luz solar y ultravioleta.

Las botellas de cristal marrón son las más adecuadas ya que las botellas
transparentes o de cristal azul dejan pasar la luz ultravioleta, y es capaz de hacer
reaccionar el dióxido de cloro.

Si se ingiere el dióxido de cloro, rápidamente reacciona con patógenos ácidos


liberando oxígeno y formando iones de clorito, que después se convierten en iones de
cloruro, es decir, la sal común. Nuestro cuerpo metaboliza esta mínima cantidad en sal sin
ningún problema, ya que todos nuestros fluidos son salinos. De hecho, nuestro cuerpo
pierde sal de manera constante al orinar y sudar.

¿Qué se sabe?

Se sabe que el dióxido de cloro es el mejor desinfectante conocido, ya que es capaz de


eliminar tanto bacterias, hongos y virus, como parásitos de tamaño pequeño, en un amplio
rango de pH. Se lleva utilizando hace 80 años para desinfectar el agua potable, sin haber
causado problemas en todos estos años.
Se utiliza en la industria de manera amplia, para desinfección. También se utiliza para
el blanqueo de papel, pero en concentraciones extremas que no tienen nada que ver con
la dosis de ingestión. Tampoco es lo mismo la concentración del ácido clorhídrico de
nuestro estómago con la concentración al 37% y la del ácido clorhídrico industrial…, si nos
goteara encima de la piel, la disolvería instantáneamente. La razón del uso del dióxido de
cloro, es que no destruye la estructura que blanquea, es decir, no es agresivo con la
sustancia base, incluso en altas concentraciones.
El efecto positivo del CD está basado en gran parte por su capacidad para fortalecer el
sistema inmunológico de nuestro cuerpo, no solo por la oxidación de los patógenos, sino
también por otros efectos más complejos explicados al final de este libro. También es muy
importante su poder para aportar oxígeno a las células.
Como regla general se puede decir, que cuanto más enfermo se esté, más poco a poco
se dosificará. En este proceso de oxidación, hay que entender que los residuos tienen que
ser eliminados por el organismo.

Parte de sus posibles efectos “negativos” serían las molestias derivadas de las
eliminaciones por parte del organismo, de los residuos de los patógenos y otros agentes
dañinos que han quedado destruidos. Se aconseja empezar siempre con dosis bajas, las
que paulatinamente se podrán incrementar, para así ir eliminando esos residuos
progresivamente y sin molestias.

Cuanto más enferma se encuentre la persona, más cargada de residuos tóxicos estará,
y esta es la razón para incrementar la dosis poco a poco, con personas que sufran
enfermedades graves. Se puede decir que la dosificación, depende más del grado de salud,
que del peso de la persona.
La molécula de dióxido de cloro (ClO2) queda destruida por la reacción química: el oxígeno
(O2) liberado se une o bien con hidrógeno (H) para formar agua (H 2O) o bien con carbono
(C) para formar dióxido de carbono (CO 2). El ion neutral de cloro se une a sodio para dar
lugar a la sal común (NaCl).

¿Puede curar todo?


¿Es cierto que el dióxido de cloro puede curar todo?
Quiero dejar claro aquí que el dióxido de cloro no puede curar todas las
enfermedades, sobre todo una de las peores enfermedades de la humanidad:¡La
estupidez…!
Sólo el cuerpo puede curar enfermedades, y existen herramientas que le ayudan a
realizar esta labor, cuando no es capaz de hacerlo exclusivamente por sí mismo.
Jim afirmó en su libro, que con el MMS se pueden curar todos los cánceres…
evidentemente no es así, ya que se trata de una enfermedad compleja, con muchas
causas, y además existen muchos tipos. Sé que él lo dijo de todo corazón, cuando al
principio se podía ver que la gente se recuperaba, y lo que sí es cierto, es que muchas
personas se han recuperado completamente de cánceres terminales, pero no es lo mismo
decir muchas que todas.
Otra cosa importante, es que en ocasiones se confunden los términos químicos, les
ocurre incluso a profesionales médicos. La sustancia base precursora para hacer dióxido de
cloro es el clorito sódico.
¡No es hipoclorito!
Hipoclorito es lejía, o también llamada lavandina, que es una sustancia usada para el
blanqueo de la ropa siendo otra sustancia química distinta al dióxido de cloro.
Sobre todo, a algunos medios de comunicación sensacionalistas, les encanta sacar esta
conclusión, ya que la polémica es el vehículo de venta de su programa. Cuanta más
polémica, más audiencia y más ingresos por publicidad, no importa el contenido. Éstos
mismos medios de comunicación sensacionalistas, pueden un día inducir a que alguien
tome lejía para curarse, debido a sus absurdas afirmaciones. No les culpo, son parte de la
‘mátrix’ en que vivimos.
Tampoco es clorato, que es otra sustancia mucho más agresiva que el clorito sódico. De
hecho, su nomenclatura química es NaClO 3. Se sabe que el clorato causa diarreas y a veces
también induce al vómito.

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