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Espías, Elton Jhon y Drogas ¿Qué puede fallar?

Imagínense por un momento una fuente de soda gringa de los años 50, de esas medias plásticas
donde la gente de color no podía entrar y homosexuales no podían coquetear con él mesero por
su pie de manzana, a un hombre que contempla con pánico una buena Burger que le acaba de
servir una sonriente mujer con unos cuantos años encima. Solo para abrir su apetito, piensen en
una Burger jugosa que al cortarla chorrea jugo, unas torrejas de queso, tomate, lechuga y cebolla,
todo esto en un pancito suave como una nube con toques de sésamo, rico cierto. Pero a nuestro
comensal no le parece así, tiene un sudor frio en la frente y tal vez en otras partes del cuerpo que
no son necesarias especificar, la come pero intenta aguantar las ganas de vomitar. ¿Cuál será el
problema? ¿Qué es lo que tiene el negro? ¿Sera vegano? ¿Celiaco? ¿Intolerante a la Lactosa?
¿Social justice Warrior? ¿Su por si la pongo? Lamentablemente la respuesta no está en él, sino en
la moledora de carne y las dos piernas de traje y mocasines brillantes que salen desde ella. Un
tono de humor, que bordea lo burdo y la parodia, un límite algo borroso y fácil de sobrepasar.
Pero bueno esto es Kinsgman: The Golden Circle; la secuela de una película que renovó un género
dominado por un británico bueno pa’los Martini que desde Casino Royal su imagen es sinónimo
de espionaje.
Si algo está claro es que a Matthew Vaughn, que ya conocimos por Kick Ass, es que si hay algo que
lo motiva a hacer cine es un humor negro mezclado buenas escenas con algo de gore, mucha
acción y cámaras lentas para apoyar una gran coreografía. Durante el 2012, Mark Millar y David
Gibbson publicaron “The secret Service” un comic repleto de muerte y destrucción contadas con
una gracia que mezcla las aspiraciones de clase con secuestros de famosos, como el buen Mark
Hamill. Un diamante en bruto para Vaughn que en cortos dos años la llevo el cine y nos dios una
nueva oportunidad para ver a Samuel L. Jackson actuando de sí mismo.

Una de las grandes gracias de las películas en especial es mostrarnos un problema que
dependiendo el punto de vista es bueno o malo, si en la primera el malulo buscaba acabar con el
cambio climático de una manera que incluía un buen genocidio, en esta una gran Julianne Moore
busca acabar con la injusticia de un mundo que permite el alcohol y el tabaco como legales pero a
la vez sataniza la venta de falopa, cocaína, heroína, crack y muchas otras drogas que deberían
probar. ¿Bajo qué criterio?, no sé, pero todo depende de quien lo mire.
Nuestra malula de turno, que cabe decir que se mandó un Pablo escobar con Perales pero de
mayor calidad, mantiene secuestrado a Elton Jhon obligándolo a actuar para ella, pensó un plan
infalible para legalizar las ventas de droga: alterar las drogas para producir un virus letal y obligar
al presidente de los Estados Unidos a legalizar las cosas y conseguir el antídoto para salvar a los
drogadictos del mundo, algo que le viene perfecto para un moralista promedio.

Así que los únicos que quedan para salvar el mundo, son ellos, los espías de la agencia Kingsman
de Londres, caballeros con una facha que ningún vendedor de autos usados puede lograr, pero
bueno como siempre pasa algo, paso algo un poco piolita que obligo a Egsy (Taron Egerton) y
Merlin (Mark Strong) a viajar a estados unidos con una botella de Whiskey como pista, para
encontrar a sus homólogos gringos y muy gringos, que nos lleva a chiste comparativos entre
británicos estirados y vaqueros alcohólicos escupe tabacos.

Pero bueno, volvamos a lo nuestro y los planes que se vienen para detener a Julianne Moore, cada
uno más gil que el anterior, entre ellos el menos indicado en los tiempos modernos que consiste
colocar un rastreador que solamente puede acoplarse en las mucosas vaginales de la hermana
mayor de Cara Delevigne.

En esta oportunidad es más difícil sorprender, ya sabemos cómo hacen las cosas Egsy, pero aun así
mantiene la dosis de frescura, subversión y descaro. Sin perder una trama heredera del agente 007
mezclada con una puesta en escena salida de las páginas del comic, entretenida ciertamente, muy
bien coreografiada y con un reparto de secundarios de lujo: Colin Firth, Jeff Bridges, Channing
Tatum, Halle Berry y Pedro Pascal, entre otros. Pero la perfección no existe y una duración que a
ratos se siente excesivo y personajes secundarios que parecen más cameos que personajes de la
trama aun que definitivamente una autoparodia de Elton Jhon en un ataque de divismo y mala
leche nos regala un escena realmente que cuesta olvidar y suma muchos puntos para entretener a
nuestro comenzal. Una buena entretención pero yo le pondría menos queso y pepinillos a esta
Burger.

Detalles técnicos

Director: Matthew Vaughn

Guion: Jane Goldman, Matthew Vaughn

Reparto: Colin Firth, Julianne Moore, Taron Egerton, Mark Strong, Halle Berry,
Elton Jhon, Channing Tatum, Jeff Bridges, Pedro Pascal.

Duración: 141 minutos.

Año: 2017

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