Está en la página 1de 7

Rev Chil Salud Pública 2008; Vol 12 (3): 181-187

ARTÍCULO DE REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Bullying: una mirada desde la Salud Pública


CLAUDIA WOLF(1) y KARIM ESTEFFAN(1)

INTRODUCCIÓN mino bullying, de difícil traducción, es univer-


salmente aceptado, y en países de habla hispana
Independientemente del tipo de sistema edu- se conoce también como matonaje o agresión
cacional, el ambiente escolar tiene un gran im- entre pares2-5.
pacto en la vida de niños y jóvenes. Debido a Las investigaciones sobre bullying comenza-
la cantidad de tiempo que los alumnos pasan en ron inicialmente en Escandinavia durante la dé-
el colegio, así como por el tipo de interacciones cada del setenta, tomando fuerza en el resto de
sociales que se presentan, éste constituye un es- Europa en los años posteriores, para luego exten-
pacio clave en el desarrollo psicosocial de los derse a Estados Unidos, Canadá y Australia6-8.
estudiantes, que determinará sus vidas como Los estudios han abarcado tanto la caracteriza-
adultos1. ción del fenómeno, como el desarrollo de progra-
El ambiente escolar tiene importantes efectos mas de intervención y su posterior evaluación9.
sobre la salud y el bienestar de los estudiantes En América Latina, en cambio, el fenóme-
y, en teoría, debiera brindarles la oportunidad no ha sido pobremente estudiado2, 4, 10. Si bien
para desarrollar todo su potencial académico y en los últimos años ha ganado notoriedad en la
emocional. Sin embargo, durante la vida escolar región, las investigaciones se han centrado en
pueden presentarse una serie de factores de ries- la violencia escolar en general, más que en el
go que coartan este desarrollo1, 2. bullying en particular11. Asimismo, la mayoría
Probablemente, es esta perspectiva que rela- de los esfuerzos se han enfocado hacia la puesta
ciona la salud de los jóvenes con la vida escolar, en práctica de modelos de prevención, más que
junto con la impactante alza en los niveles de cri- en la determinación de prevalencias y factores
minalidad observados en las escuelas, lo que ha de riesgo5, 12, 13.
generado una gran atención sobre el tema de la En Chile, el interés público en el matonaje ha
violencia escolar a nivel mundial1. sido gatillado, fundamentalmente, por los me-
Según Furlong y Morrisson, la violencia es- dios de comunicación. Tal como en los países
colar puede definirse como un constructo mul- vecinos, las investigaciones sobre el tema pro-
tifacético que abarca tanto los actos criminales vienen en su mayoría de las ciencias sociales,
como las agresiones al interior de los colegios, con un predominio de estudios de tipo cualita-
dañando el clima escolar e inhibiendo el desa- tivo, también cuantitativos de tipo descriptivo5,
rrollo y el aprendizaje de los alumnos3. Dentro 11-14
. Además, no es infrecuente que los resulta-
del amplio espectro en que puede manifestarse, dos generados en estos estudios sean difíciles
el bullying tiene especial relevancia, tanto por su de obtener, ya que rara vez son publicados en
prevalencia como por los importantes efectos a revistas de corte científico5, 11-13.
corto y largo plazo sobre los individuos involu- Por lo mismo, y considerando que la Organi-
crados así como sobre su entorno social. El tér- zación Mundial de la Salud (OMS) ha declarado

1
Magíster en Salud Pública (c). Escuela de Salud Pública. Universidad de Chile. 23 de Febrero 8630 casa N.
La Reina. Santiago. Chile. clausiwola@msn.com

181
Rev Chil Salud Pública 2008; Vol 12 (3): 181-187

que la violencia, en todas sus formas, constitu- zación ocurre mediante la utilización de medios
ye uno de los principales problemas de Salud de comunicación, tales como Internet o teléfonos
Pública en la actualidad, siendo los jóvenes los celulares18, 19.
principales afectados, es que el objetivo de esta Este fenómeno merece especial atención, ya
revisión es examinar los hallazgos internaciona- que en él se manifestaría la misma dinámica
les y nacionales sobre prevalencia, factores de víctima-victimario subyacente en otras formas
riesgo, consecuencias y abordaje del bullying a de violencia interpersonal, en las que también se
nivel escolar2, 4. El propósito es fortalecer el co- aprecia la combinación entre abuso de poder y
nocimiento de los profesionales dedicados a la agresión. Por lo mismo, la relación que se genera
Salud Pública respecto a este tema. entre el bully y su víctima en el ambiente esco-
lar, sería equivalente a aquella evidenciable en el
METODOLOGÍA abuso sexual, el acoso laboral, la violencia entre
parejas e intramarital, y el abuso infantil o de los
Esta revisión está basada en una selección de ancianos16.
artículos publicados en las bases de datos Pub-
Med, SafetyLit y Scielo, utilizando como pala- Prevalencia
bras clave para la búsqueda “school violence”, Las estimaciones de matonaje escolar varían
“school bullying”, “bullying prevention”, así considerablemente en los distintos estudios in-
como “violencia escolar”, “matonaje” y “agre- ternacionales, con resultados que oscilan entre
sión entre pares”. Para la búsqueda se incluye- el 1% y el 70%8, 16. A pesar de estas diferencias,
ron artículos en idioma inglés y español, sin posiblemente generadas por la diversidad de
restricción por año de publicación. El criterio de conceptualizaciones del fenómeno así como por
selección implicó que los artículos contuvieran factores metodológicos, los resultados suelen ser
aspectos centrales para el tópico en cuestión. Se consistentes en cuanto al reporte del matonaje
revisaron adicionalmente artículos de organis- denominado persistente o sistemático8, 16, 20, 21.
mos internacionales, así como documentos de Según el último informe emitido por la Oficina
organismos nacionales responsables en materia Regional Europea de la OMS, acerca de conductas
de educación y psicología infantil. relacionadas con la salud en jóvenes, el matonaje
persistente alcanzó al 11% de los alumnos, tanto
Características generales del bullying a nivel de víctimas como agresores16. Brunstein
El primero en utilizar el término bullying, et al, encontraron un 9% de víctimas y un 13%
fue el psicólogo noruego Olweus15. Aunque exis- de agresores sistemáticos en una muestra de es-
ten varias definiciones, todas concuerdan en que tudiantes entre noveno y doceavo grado20. Nansel
el bullying corresponde a una forma de violencia et al, por su parte, concluyeron que un 8,8% de
interpersonal en la que se ejerce poder a través los estudiantes entre sexto básico y décimo grado
de la agresión. El agresor muestra intención de (equivalente a segundo medio) cometían bullying
hostilizar a la víctima mediante acciones repeti- una o más veces a la semana, mientras un 8,4% se
das en el tiempo y el aspecto clave consiste en la consideraba víctima de estos ataques8.
diferencia de poder que existe entre el agresor y La literatura también suele mostrar consis-
su víctima. Se puede manifestar a través de agre- tencia en cuanto a la prevalencia de un grupo de
siones físicas, verbales, indirectas y/o relaciona- sujetos que presentarían ambas conductas, la de
les, tales como aislamiento social y difusión de agresor y víctima en forma simultánea, con va-
rumores2, 7-9, 16, 17. Últimamente, se ha agregado lores entre 5 y 6,5% 8, 22, 23.
una nueva dimensión, conocida como bullying A nivel regional, De Souza y Ribeiro, en una
electrónico o cyberbullying, en que la victimi- investigación realizada en jóvenes de 2do y 3er año

182
Bullying: una mirada desde la Salud Pública. - Claudia Wolf y Karim Esteffan

de secundaria en la ciudad de Recife, en Brasil, deo, también encontraron mayores niveles de


encontraron que un 60% de los alumnos había agresión entre alumnos de sexo masculino, con
cometido al menos una agresión contra otro el doble de participación en peleas físicas y bur-
compañero durante el último mes. De éstos, un las a los compañeros. Al igual que en Brasil, y
14% lo había hecho en más de dos oportunidades a diferencia de lo encontrado en la literatura de
durante el periodo en cuestión10. países desarrollados, en los cursos superiores se
En Chile, se cuenta con información respecto encontraron mayores índices de agresión4, 10.
a la violencia escolar en general, pero no existen Aquellos colegios de gran tamaño, insertos en
estudios publicados que consignen la prevalen- sectores sociales de nivel socioeconómico bajo,
cia del bullying en particular12, 13. Según el in- con poca supervisión por parte del profesorado
forme del año 2004, realizado por Unicef sobre presentan cifras más altas de matonaje en sus au-
convivencia en el ámbito escolar, 33% de los las19.
estudiantes entre séptimo básico y cuarto me- En Estados Unidos hay estudios que han de-
dio declararon haber sido discriminados por sus mostrado que en aquellas escuelas donde predo-
compañeros, con un predominio entre los hom- minan las minorías étnico-raciales, tales como
bres, y entre las edades de 12 y 13 años. Un 14% hispanos y afroamericanos, el bullying se pre-
declaró haber sido víctima a veces o frecuen- senta con mayor frecuencia. El impacto en es-
temente de maltrato, violencia o abuso, con un tos casos podría ser mayor ya que estos jóvenes
predominio entre los alumnos de nivel socioeco- deben lidiar además con otros estresores tales
nómico bajo11. como la discriminación racial y el menor acceso
a servicios de atención en salud mental5, 21-23.
Factores de riesgo Numerosos estudios han destacado que los
Numerosos estudios han mostrado que los pares muchas veces fomentan el matonaje, ya
alumnos de sexo masculino se involucran más sea condonando las agresiones en forma tácita,
en el matonaje, ya sea como agresores o como al no intervenir en pro de las víctimas o azuzan-
víctimas, siendo más frecuente entre ellos las do activamente a los agresores y rechazando a
agresiones físicas por sobre las verbales e indi- los agredidos25. En esta interacción entre agreso-
rectas/ relacionales, que suelen ser propias de las res, víctimas y observadores, también jugarían
mujeres19, 24. un rol primordial los profesores y las normas de
El fenómeno suele ser más prevalente duran- conducta y códigos morales que imperan en la
te la enseñanza básica que en la media20, 24. Los sala de clases.
niños con características distintivas, tales como De hecho, Sente et al, estudiaron alumnos
talla baja, obesidad y tartamudez estarían más de educación básica en Holanda, encontrando
expuestos a la victimización25. que en aquellas aulas en que el matonaje era
De Souza y Ribeiro, encontraron hallazgos considerado como un fenómeno normativo, los
concordantes con los de la literatura proveniente agresores solían ser populares entre sus compa-
de países desarrollados. En su muestra la condi- ñeros, mientras que en las salas de clase en la
ción de bully se asoció al sexo masculino, pre- que el matonaje era percibido como no norma-
diciendo también el hostigamiento sexual. Por tivo era más frecuente que fueran rechazados
otro lado, aquellos alumnos catalogados como por el grupo27.
de mala conducta, independientemente del géne- Ellis y Shute, en un estudio realizado en
ro, también se presentaron más frecuentemente Australia, encontraron que los profesores so-
como agresores10. lían intervenir sólo ante aquellas agresiones
En Uruguay, Cajigas et al, en un estudio rea- que consideraban de mayor intensidad o grave-
lizado en una muestra semirrural de Montevi- dad. Asimismo, la percepción respecto a lo que

183
Rev Chil Salud Pública 2008; Vol 12 (3): 181-187

constituye o no bullying para profesores, y cuán mente de la cronicidad del matonaje o victimiza-
serio es un incidente, suele mostrar importan- ción26. Kumpulainen y Räsanen concluyeron que
tes diferencias respecto a las definiciones de los aquellos niños que actuaban como agresores a
alumnos, y por lo mismo, no necesariamente re- los 8 y 12 años, mostraban mayor hiperactividad,
flejan el impacto que las agresiones tienen sobre conductas externalizantes y dificultades relacio-
éstos28, 29. nales a la edad de 15, mientras que aquellos que
Entre las características familiares conside- a los 12 años habían sido victimizados solían ser
radas como promotoras de la violencia entre los más irritables y sufrían de mayor aislamiento y
niños y jóvenes se incluyen: la falta de estruc- rechazo social 3 años más tarde35.
tura y reglas al interior del hogar, los conflictos Haber participado de bullying, ya sea como
parentales, la violencia intrafamiliar, la falta de víctima o agresor durante la niñez y adolescen-
comunicación y un bajo nivel educacional de los cia, también predeciría menores habilidades
padres3. Respecto al rol específico que jugarían sociales, trastornos ansiosos y depresivos, con-
las madres, Georgiou encontró que la sobrepro- ductas antisociales y abuso de sustancias en la
tección materna constituía un factor de riesgo vida adulta, lo que incidiría sobre la capacidad
de victimización, mientras que la depresión ma- de establecer relaciones interpersonales o labo-
terna se asociaba tanto con esta condición como rales duraderas16, 21, 36. Varhama y Bjorkqvist, es-
con la de agresor30. tudiaron retrospectivamente la asociación entre
la cesantía prolongada en la adultez y la victimi-
Consecuencias zación durante la adolescencia, encontrando que
Numerosos estudios han demostrado que la un 29% de los cesantes habían sufrido matonaje
baja autoestima, el estrés académico, los senti- persistente durante la adolescencia 20. Asimismo,
mientos de soledad, y el aislamiento social se se ha asociado la victimización por bullying du-
presentan en forma significativamente más alta rante la infancia, con el mobbing o acoso laboral
entre las víctimas de bullying, con un mayor im- durante la vida adulta16.
pacto sobre el sexo femenino que el masculino5, Un grupo importante de niños tendría una
31
. Lo mismo ocurre con la prevalencia de tras- tendencia estable a mantenerse en su rol de agre-
tornos psicosomáticos, el síndrome depresivo sores o víctimas al entrar en la adolescencia16,
y la ideación e intento suicida, que en algunas 27
. Kumpulainen y Räsanen encontraron que un
investigaciones también han mostrado una aso- 25% de los agresores y 15% de las víctimas de
ciación significativa con el estatus de agresor20, 8 años de edad persistían como tales a los 12
24, 32, 33
. años35. Boulton y Smith, por su parte, encontra-
Entre los agresores, se ha visto también una ron que la correlación entre agresividad a los 8 y
frecuencia significativamente mayor de taba- 9 años alcanzaba un 0.627. Estudios retrospecti-
quismo y consumo de alcohol, participación en vos han señalado que aquellos que fueron mato-
juegos de azar y vinculación con compañeros nes de niños tienden a mantenerse como agreso-
transgresores34. La participación en peleas con res al llegar a adultos, mientras que aquellos que
agresión física, así como la portación de armas fueron víctimas de bullying durante su infancia,
también ha sido asociada al matonaje, con índi- suelen tener hijos que también son victimizados
ces significativamente mayores tanto para agre- durante su niñez16.
sores como para víctimas8. A nivel familiar, comunitario y social, las
Estudios longitudinales en víctimas y per- consecuencias no sólo se expresan en términos
petradores durante la niñez han mostrado que psicosociales, sino también económicos, gene-
ambos grupos suelen mostrar alteraciones psico- rando altos costos asociados principalmente por
sociales durante la adolescencia, independiente- el uso de servicios de apoyo escolar, de asisten-

184
Bullying: una mirada desde la Salud Pública. - Claudia Wolf y Karim Esteffan

cia social y salud mental, e incluso del sistema donde más ocurren las victimizaciones, como ba-
judicial16. ños y patios de juego, así como entrenamiento de
los apoderados en la pesquisa y control de la agre-
PREVENCIÓN sión y/o victimización por parte de sus hijos9.
En algunos países, se han tomado medidas
Así como la primera definición de bullying judiciales para atacar el bullying. En Estados
surgió a partir de Olweus, el primer programa Unidos, por ejemplo, ya existen 35 estados que
preventivo también fue originado por él. En el han legislado en cuanto a la reducción y preven-
año 1983, tras una seguidilla de suicidios en jó- ción del fenómeno15.
venes noruegos que habían sido víctimas de ma- En Chile, el Ministerio de Educación ha pro-
tonaje, surgió esta primera iniciativa, conocida puesto una política de convivencia escolar y la
como Programa Olweus, que ha sido replicada formación de consejos escolares y ha iniciado
o utilizada como modelo para gran parte de los una campaña de entrega de material informati-
programas subsecuentes relacionadas con la pre- vo respecto al bullying. De todos modos aún no
vención y reducción del matonaje a nivel escolar existe una exigencia formal de implementar esas
en el resto del mundo8, 14, 37, 38. medidas en los colegios y tampoco existen leyes
La iniciativa de Olweus fue implementada en orientadas a fiscalizar la violencia escolar en ge-
42 colegios de la ciudad de Bergen, reportándose neral ni el bullying en particular11, 40.
un 50% de reducción en los niveles de bullying
después de dos años de la implementación15. Las DISCUSIÓN
iniciativas posteriores, sin embargo, han mostra-
do resultados contradictorios en cuanto al éxito En Chile no existe un trabajo sistemático ni
alcanzado, lo que se ha atribuido tanto a proble- organizado que permita conocer la magnitud que
mas metodológicos, así como a la poca replicabi- alcanza el bullying a nivel escolar. No existen
lidad del Programa Olweus en poblaciones mul- instrumentos validados para medir el fenómeno
tirraciales con heterogeneidad socioeconómica, y, en consecuencia, tampoco existen estudios
así como a la falta de continuidad de las medidas publicados que hayan consignado la prevalencia
implementadas15, 37-39. del problema ni mucho menos investigaciones en
Tanto el Programa Olweus como los princi- torno a los factores de riesgo y consecuencias a
pales programas de prevención del bullying im- corto y largo plazo en muestras nacionales.
plementados en países en desarrollo tienen como Hasta el momento, se ha trabajado funda-
objetivo reestructurar el ambiente social en el mentalmente en base a experiencias extranjeras,
que se expresa el bullying. Para esto, todos los sobre todo como esfuerzos de grupos aislados.
programas proponen intervenciones que impli- Respecto a las iniciativas gubernamentales, pro-
quen la participación de la comunidad escolar venientes principalmente del Ministerio de Edu-
en su conjunto, y muchos también promueven la cación, no se sabe aún cual ha sido su impacto a
participación de la comunidad9, 15. nivel poblacional.
Con mayor o menor énfasis, todos incluyen Por lo mismo, urge que los profesionales que
instancias de educación y entrenamiento para trabajan en el área de la Salud Pública se involu-
alumnos y profesorado sobre prevención, técni- cren en el tema del bullying. El aporte puede ser
cas de intervención, defensa y mediación ante el primordial en la línea investigativa, tanto cuali-
matonaje. En general, todos suelen destacar es- tativa como cuantitativa, en la promoción de la
pecialmente el control de los pares como parte salud y calidad de vida a nivel escolar y, even-
esencial del manejo del bullying. Además, todos tualmente, en la toma de decisiones a nivel de
promueven una mayor supervisión de los sitios políticas públicas.

185
Rev Chil Salud Pública 2008; Vol 12 (3): 181-187

REFERENCIAS 11. MINEDUC [Internet]. Santiago, Chile. Acceso


en: 16/09/08. Disponible en: http://www.unicef.
1. SAMDAL O, DUR W, FREEMAN J. Life cir- cl/archivos_documento/108/estudio_conviven-
cumstances and young people: School. En: Cur- cia_escolar.pps.
rie C, Roberts C, Morgan A, Smith R, Settertob- 12. Paz ciudadana [Internet]. Santiago, Chile. Ac-
ulte W, Samdal O, Barkenow V. Ed. Young Peo- ceso en: 19/09/08 De Sprague J. Creando es-
ple’s Health in Context: international report from cuelas seguras y efectivas con reforzamiento de
the HBSC 2001/02 survey. WHO Policy Series: las conductas positivas. Disponible en: http://
Health policy for children and adolescents Issue www.pazciudadana.cl/vio_escolar/overview_j_
4. WHO Regional Office for Europe.Copenha- sprague_castellano_ok.pdf
gen.2004; 42-51. 13. Paz ciudadana [Internet]. Santiago, Chile. Ac-
2. NETO AA. Bullying-aggressive behaviour ceso en: 16/09/08.De Araos C, Correa V. La
among students. J Pediatr (Rio J).2005; 81 (5): escuela hace diferencia. Disponible en: http://
s164-s172. www.pazciudadana.cl/vio_escolar/La_escuela_
3. EISENBRAUN KD. Violence in schools: hace_diferencia.pdf
Prevalence, prediction, and prevention 14. GARCIA M, MADRIAZA P. Sentido y Sinsen-
Aggression and Violent Behavior. 2007;12: 459- tido de la Violencia Escolar: Análisis Cualitativo
469. del Discurso de Estudiantes Chilenos. Psykhe.
4. CAJIGAS N, KAHAN E, LUZARDO M, NAJ- 2005; 14 (1):165-180.
SON S, UGO C, ZAMALVIDE G. Agresión entre 15. SRABSTEIN JC, BERKMAN BE, PYNTIKO-
pares (Bullying) en un centro educativo de Mon- VA E. Antibullying Legislation: A Public Health
tevideo: estudio de las frecuencias de los estudi- Perspective.J Adolesc Health. 2008;42 (1):11-
antes de mayor riesgo. Rev Med Urug.2006; 22 20.
(2): 143-151. 16. CRAIG WM, HAREL Y. Bullying, physical fight-
5. TAMAR F. Maltrato entre escolares (Bullying): ing and victimization.En: Currie C, Roberts C,
Estrategias de manejo que implementan los pro- Morgan A, Smith R, Settertobulte W, Samdal
fesores al interior del establecimiento escolar. O, Barkenow V. Ed. Young People’s Health in
Psyckhe. 2005; 14 (1); 211-225. Context: international report from the HBSC
6. FITZPATRICK KM, DULIN AJ, PIKO BF. Not 2001/02 survey. WHO Policy Series: Health pol-
just pushing and shoving: school bullying among icy for children and adolescents Issue 4. WHO
african american adolescents. J Sch Health. Regional Office for Europe, Copenhagen.2004;
2007;77 (1):16-22. 133-144.
7. HAWKER DS, BOULTON MJ. Twenty years’ 17. RODRÍGUEZ R, SEOANE A, PEDREIRA JL.
research on peer victimization and psychosocial Children against children: bullying as an emerg-
maladjustment: a meta-analytic review of cross- ing disorder. An Pediat (Barc). 2006; 64 (2):162-
sectional studies. J Child Psychol Psychiatry. 166.
2000;41(4):441-455. 18. KOWALSKI RM, LIMBER SP. Electronic bul-
8. NANSEL TR, OVERPECK M, PILLA RS, lying among middle school students. J Adolesc
RUAN WJ, SIMONS-MORTON B, SCHEIDT Health. 2007; 41 (6): s22-s30.
P. Bullying Behaviors Among US Youth: Preva- 19. WILLIAMS KR, GUERRA NG.Prevalence and
lence and Association With Psychosocial Adjust- predictors of internet bullying.J Adolesc Health.
ment. JAMA. 2001; 285 (16): 2094 - 2100. 2007 ;41 (6 ): s14-s21.
9. STEVENS V, VAN OOST P, DE BOUR- 20. BRUNSTEIN KLOMEK A, MARROCCO F,
DEAUDHUIJ I. The effects of an anti-bullying KLEIMAN M, SCHONFELD IS, GOULD MS.
intervention programme on peers’ attitudes and Bullying, depression, and suicidality in ado-
behaviour. J Adolesc. 2000;23(1):21-34. lescents. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry.
10. DE SOUZA ER, RIBEIRO J.Bullying and sex- 2007;46 (1):40-49.
ual harassment among Brazilian high school 21. VARHAMA LM, BJÖRKQVIST K. Relation
students.J Interpers Violence. 2005;20 (9): 1018- between school bullying during adolescence and
38. subsequent long-term unemployment in adult-

186
Bullying: una mirada desde la Salud Pública. - Claudia Wolf y Karim Esteffan

hood in a Finnish sample.Psychol Rep. 2005; 96 32. SRABSTEIN JC, MC CARTER RJ, SHAO C,
(2): 269-272. HUANG ZJ. Morbidities associated with bul-
22. PESKIN MF, TORTOLERO SR, MARKHAM lying behaviours in adolescents, School based
CM, ADDY RC, BAUMLER ER. Bullying and study of american adolescents. Int J Adolescent
victimization and internalizing symptoms among Med Health. 2006;18 (4): 587-596.
low-income black and hispanic students. J Ado- 33. KALTIALA-HEINO R, RIMPELÄ M, MART-
lesc Health. 2007; 40 (4): 372-375. TUNEN M, RIMPELÄ A, RANTANEN P. Bul-
23. PESKIN MF, TORTOLERO SR, MARKHAM lying, depression and suicidal ideation in finn-
CM. Bullying and victimization among black ish adolescents: school Surrey. BMJ. 1999; 319
and hispanic adolescents. Adolescence. 2006; (7206):330-331.
41(163): 467-484. 34. MORRIS EB, ZHANG B, BONDY SJ.Bullying
24. SEALS D, YOUNG J. Bullying and victimi- and smoking: Examining the relationships in On-
zation: prevalence and relationship to gender, tario adolescents.J Sch Health. 2006; 76 (9):465-
grade level, ethnicity, self-esteem, and depres- 470.
sion. Adolescence. 2003; 38 (152): 735-747. 35. KUMPULAINEN K, RÄSANEN, E. Children
25. DAVIS S, HOWELL P, COOKE F. Sociody- involved in bullying in elementary school age:
namic relationships between children who stut- Their psychiatric symptoms and deviance in
ter and their non–stuttering classmates. J Child adolescence. An epidemiological sample. Child
Psychiatry. 2002; 43 (7):939:947. Abuse Negl. 2000; 24 (12)1567–1577.
26. SCHOLTE R, ENGELS R, OVERBEEK G, 36. SOURANDER A, JENSEN P, RÖNNING JA,
DE KEMP RA, HASELAGER GJ. Stability in NIEMELÄ S, HELENIUS H, SILLANMÄKI L,
Bullying and victimization and its association ET AL. What is the early adulthood outcome of
with social adjustment in childhood and ado- boys who bully or are bullied in childhood? The
lescence. J Abnorm Child Psychol.2007; 35 (2): finnish “From a boy to a man” study. Pediatrics.
217-228. 2007; 120 (2):397-404.
27. SENTSE M, SCHOLTE R, SALMIVALLI C, 37. BAUER NS, LOZANO P, RIVARA FP.The ef-
VOETEN M. Person-group dissimilarity in in- fectiveness of the Olweus Bullying Prevention
volvement in bullying and its relation with social Program in public middle schools: a controlled
status. J Abnorm Child Psychol. 2007; 35 (6): trial.J Adolesc Health. 2007;40:266-274.
1009-1019. 38. FEKKES M, PIJPERS FI,VERLOOVE-VAN-
28. ELLIS AA, SHUTE R. Teacher responses to HORICK SP.Effects of antibullying school pro-
bullying in relation to moral orientation and seri- gram on bullying and health complaints.Arch
ousnes of bullying. Br J Educ Psychol. 2007; 77 Pediatr Adolesc Med. 2006; 160(6):638-644.
(Pt 3):649-663. 39. MOOIJ T. National campaign effects on second-
29. NAYLOR P, COWIE H, COSSIN F, DE BET- ary pupils’ bullying and violence.Br J Educ Psy-
TENCOURT R, LEMME F. Teacher´s and chol. 2005;75(Pt 3):489-511.
pupil´s definitions of bullying. Br J Educ Psy- 40. MINEDUC [Internet]. Santiago, Chile. Acceso
chol. 2006;76 (Pt 3): 553-576. en: 16/09/08. Disponible en: http://www.min-
30. GEORGIOU SN. Bullying and victimization at educ.cl/biblio/documento/200612271037210.
school: the role of mothers.Br J Educ Psychol. Rev324d.pdf.
2008;78 (Pt 1):109-125.
31. BOND L, CARLIN JB, THOMAS L, RUBIN
K, PATTON G. Does bullying cause emotional
problems? A prospective study of joung teenag- Recepción: 24 de septiembre de 2008
ers. BMJ. 2001; 323 (7311): 480-484. Aprobación: 21 de enero de 2009

Usted puede comentar éste y otros artículos publicados en la Revista Chilena de Salud Pública, enviando
un correo electrónico a revistasp@med.uchile.cl

187

También podría gustarte