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Apunte Técnica de La PSM
Apunte Técnica de La PSM
americana de
Psicomotrici-
dad y Técnicas
Corporales
SUMARIO
NÚMERO 10
Mayo de 2003 Página
Dirección: Editorial ..................................................... 3
• Pedro P. Berruezo (España)
• Juan Mila (Uruguay) [derecho de réplica]
Consejo de Redacción: Psicomotricidad, en general (Núria Franc) ... 5
• Montserrat Anton (España)
Creciendo juntos: un acercamiento desde
• Pilar Arnaiz (España)
• Pablo Bottini (Argentina) la educación psicomotriz a las personas
• Daniel Calmels (Argentina) con espectro autista (Miguel Llorca Llinares
• Dayse Campos (Brasil) y Josefina Sánchez Rodríguez) ........................ 11
• Blanca García (Uruguay)
• Alfonso Lázaro (España) El psicomotricista y el desarrollo de las
• Cristina de Leon (Uruguay) actitudes terapéuticas (Miguel Sassano) ....... 25
• Miguel Llorca (España)
• Leila Manso (Brasil) Relación entre la imagen corporal y el
• Rogelio Martínez (España) esquema corporal a través del análisis del
• Rosa María Peceli (Uruguay) juego y la representación en niños de tres
• Claudia Ravera (Uruguay)
a cinco años en la práctica psicomotriz
• Ruth Rosental, (Argentina)
• Miguel Sassano (Argentina) educativa (Gabriela Guzmán, M. Ángeles
• Joaquín Serrabona (España) Hernández, Irma Cecilia Ramírez y Beatriz
• Cristina Steinek (Uruguay) Elena Tobón) ................................................ 43
• Begoña Suárez (México)
• Marcelo Valdés (Chile) La atención: su construcción como función.
• Alicia Valsagna (Argentina) Perspectiva desde la clínica psicomotriz de
Secretaría: bebés (Claudia Ravera y Juan Mila) ................ 77
• Carmen Torcal (España)
Domicilio:
Desarrollo psicomotor de niños y niñas,
Apartado 146. E-28230. de 3 a 5 años de edad, que asisten a
Las Rozas (Madrid) Centros de Educación Pre-escolar de la
Edición: ciudad de Talca (Marcelo A. Valdés) .............. 87
• Pedro P. Berruezo (España)
Resúmenes / Abstracts .............................. 97
E-mail:
revista@iberopsicomot.net Novedades bibliográficas ........................... 101
Web:
www.iberopsicomot.net Normas de publicación ............................... 107
Edita:
• Asociación de Psicomotri-
cistas del Estado Español
• Red Fortaleza de Psicomo-
tricidad
ISSN: 1577-0788
vol. 3 (2)
Editorial
Enfrentados a la tarea de escribir este editorial, surge como idea central del mismo,
reafirmar nuestro compromiso y nuestra práctica de tolerancia reflejados en nuestra
publicación.
Es importante dejar impreso en letras de molde, nuestra postura tolerante ante
ciertos temas, que en un principio se pueden visualizar como muy diferentes, de
muy diversa significación y alcance, pero que se pueden unir, según cual sea nuestra
postura.
Nosotros queremos construir día a día la utopía de lo posible, la utopía de la libertad
de expresión y de la tolerancia. Nos podemos equivocar, podemos fallar, pero vol-
veremos una y otra vez al camino.
El primero de los asuntos que nos lleva a replantear la tolerancia es la vivencia
actual de un mundo inmerso en la confrontación y la guerra. No podemos encerrarnos
en nuestra disciplina y eludir la hora en que vivimos. Pensamos que como
psicomotricistas, como profesionales que buscan el bienestar y el desarrollo, nuestro
compromiso debe ser el de hacer los mayores esfuerzos por comprender al otro,
por acercarnos en la diversidad, por la tolerancia, y por agotar todas las vías del
entendimiento. Es por eso que nuestra postura no puede contemplar la violencia, el
conflicto o la agresión como medios de resolver las diferencias.
El segundo tema que trae a colación nuestro espíritu de tolerancia es el deseo de
asegurar la libertad de expresión en nuestra publicación. Hemos publicado en los
últimos números unos artículos que han despertado la polémica. Algunos colegas
nos han comentado sus discrepancias y les hemos solicitado que las pongan por
escrito para ser publicadas. Precisamente en este número hemos abierto un espacio
denominado «derecho de réplica» que se habilitará cuando sea necesario para
acoger estas diferencias de puntos de vista. No obstante, desde la dirección de la
revista hemos de decir que dichos artículos han cumplido con las exigencias de
publicación. El estilo desplegado, y las opiniones vertidas en ellos, son de la exclu-
siva responsabilidad de sus autores.
El equipo (dirección y consejo de redacción) de la Revista Iberoamericana de
Psicomotricidad y Técnicas Corporales no practica la censura previa a la publicación,
según sea la línea ideológica o práctica del artículo o del autor, se evalúa la calidad
Psicomotricidad, en general...
Psychomotricity, in general...
Núria Franc Batlle
Haciendo mío el ánimo que orienta esta revista y que sus directores Pedro Pablo
Berruezo y Juan Mila nos han transmitido en el editorial de diversos números cuan-
do nos dicen que con ella se pretende promover el encuentro (nº 0), promover una
cultura de intercambio entre profesionales (nº 1), buscar el respeto por la diversi-
dad y pluralidad (nº 2) o promover el conocimiento mutuo, apreciar y comprender
la realidad del otro (nº 3) y un largo etcétera, quiero contestar los artículos de J.L.
Muniáin Ezcurra e I. Muniáin Matos aparecidos en los números 8 y 9 de esta revista,
con los títulos respectivamente: «Lapierre/Aucoutourier: ¿en qué sentido?. Marco
nocional» y «Lapierre/Aucouturier: ¿en qué sentido? Práctica educativa».
La lectura de ambos me ha provocado un importante sentimiento de tristeza por un
conjunto de motivos que intentaré exponer haciendo uso del derecho a la réplica, al
debate y a las opiniones contrarias... En primer lugar citaré estos motivos y segui-
damente intentaré argumentarlos.
• La presentación de una propuesta de intervención psicomotriz (a la que los
autores llaman «psicomotricidad de integración») fundamentada más en lo
que parece una afirmación «por oposición», que por construcción y elabora-
ción personal-profesional argumentada.
• La apropiación (¿indebida?) por parte de los autores del calificativo, integra-
ción, que muchos antes hemos usado y seguimos usando en nuestro trabajo
cotidiano, aplicándolo a su propuesta de trabajo psicomotriz a modo de al-
ternativa ante otras propuestas.
• Algunos comentarios de los autores que, desde mi punto de vista, rozan el
límite esperable y deseable en lo que a respeto por personas y profesionales
se refiere.
De hecho J.L. Muniáin Ezcurra e I. Muniáin Matos no se esconden en absoluto de lo
que van a exponernos y nos anuncian ya en su primer artículo que: el planteamien-
to es fuerte (nº 8, 57).
Afirmación «por oposición»
En «Lapierre/Aucouturier: ¿en qué sentido? Marco nocional», los autores nos invi-
tan a conocer la síntesis que opera la «Psicomotricidad de Integración» (PMI) y a
NOTAS:
1
Edgar Morin, citado por M. Grinberg (2002) en Edgar Morin y el pensamiento
complejo. Madrid: Campo de ideas.
2
Rábago, A. El ROTO (2001) El pabellón de azogue. Barcelona: El círculo de Lectores
(p. 53)
DATOS DE LA AUTORA:
Núria Franc Batlle: Maestra, psicomotricista y licenciada en psicopedagogía. Ha
trabajado durante 27 años en centros específicos de Educación Especial como maestra
y psicomotricista. Formadora de psicomotricistas en España, Argentina y Brasil des-
de 1992. Es profesora de Desarrollo Psicomotor de la Facultad de Educación de la
Universidad de Vic (Barcelona).
INTRODUCCIÓN
Tenemos la suerte y el inmenso placer de trabajar con niños y niñas en la sala de
psicomotricidad. Suerte, porque en los tiempos que corren trabajar en lo que te
gusta y para lo que te has formado es relativamente infrecuente, y placer porque
poder jugar en un espacio donde el niño puede expresarse libremente y que nos
permite intervenir utilizando la implicación corporal, es una «auténtica gozada».
El psicomotricista tiene la posibilidad de utilizar su cuerpo, recurso primario para
conseguir la empatía y la comunicación, y el juego, herramienta básica de
intervención para favorecer el desarrollo global del niño. El niño y la niña acuden
felices a la sala de psicomotricidad porque saben que van a jugar y tienen a un
adulto disponible corporalmente y decidido a implicarse en sus juegos. Si a la dicha
de actuar unimos el reto profesional que supone enfrentarte a la globalidad del
niño, obligándonos a acudir a otros compañeros y a otras disciplinas para encontrar
explicaciones sobre su acción, es fácil llegar a la confluencia de intereses, porque
ellos y nosotros nos sentimos reconocidos y con la sensación agradable de crecer
juntos.
Todos nos han ayudado a crecer, pero en este artículo queremos detenernos a
compartir lo que nos han aportado esos niños y niñas que no tienen interés por
jugar, que deambulan por la sala sin prestar atención a los objetos o a sus
compañeros, que no nos buscan, no muestran ningún tipo de intención comunica-
tiva, encerrándose en sus estereotipias y conductas de aislamiento, esos que
podríamos englobar dentro del espectro autista con la única finalidad de entender
su especificidad para dar una respuesta más ajustada.
Para nosotros ha sido muy enriquecedora la experiencia porque nos ha llevado a
reflexionar sobre cómo poder conseguir los objetivos de la psicomotricidad, referi-
dos al desarrollo de la comunicación, la creatividad y el acceso al pensamiento
ecolalias porque el niño no comprende lo que tratamos de decirle con nuestro lenguaje
tan elaborado, por lo que debemos hablar lo menos posible (hay otras formas de
comunicar más corporales), evitando las frases largas, comenzando por órdenes
sencillas, apoyándonos en palabras claves y gestos que ayuden a comprender dichas
órdenes, teniendo muy en cuenta que el lenguaje debe ir asociado a la acción, que
esté muy contextualizado, referido al momento concreto en el que nos encontremos.
Podemos utilizar la modulación del tono de voz para indicar la aceptación o prohibición
de sus conductas o para expresar y ayudarle a entender nuestro estado de ánimo.
Otro recurso útil para facilitar la comprensión e incluso la expresión es la utilización
de fotos, dibujos o vídeos de las sesiones en el momento de comentar las situaciones
vividas en grupo.
Como resumen de lo expresado en este ámbito, presentamos el siguiente cuadro.
Lenguaje expre- Desde el mutismo • Jugar con sus emisiones sonoras, eco-
sivo total o funcional a lálicas o palabras descontextualizadas.
la posibilidad de
• Realizar un análisis funcional.
conversar aunque
muy lacónicamen- • Denominar los objetos que le interesan
te. o utiliza.
• Propiciar las interacciones entre igua-
les, mediando en estas relaciones.
• Crear situaciones de juego compartido
en un espacio limitado.
• Favorecer la participación en los ritua-
les de entrada y salida.
a la clase o viene mamá o papá a buscarnos. De este manera con esta estructuración
espacial y secuenciación temporal ayudamos a desarrollar las capacidades de
anticipación, sin generar angustias, procurando introducir pequeñas modificaciones
en la medida que el niño se manifieste seguro.
Las dificultades en flexibilidad mental y comportamental también guardan relación
con los déficit de anticipación y habitualmente, dependiendo de su nivel intelectual,
se manifiestan como estereotipias motoras, en los menos competentes, o contenidos
mentales inflexibles y obsesivos, en los sujetos de inteligencia normal.
Frente a la inflexibilidad comportamental, en concreto las conductas que se
manifiestan como estereotipias motoras, nos planteamos la imitación, siguiendo
las sugerencias de los programas de imitación y contraimitación de Klinger y Dawson
(1992), imitar sus movimientos como forma de conectar con esa persona que está
abstraída en su repetición, hacer de espejo para luego moldear su estereotipia,
introduciendo rupturas o cambios de ritmo. También puede resultar válido dar sentido
lúdico a sus movimientos buscando la complicidad que le lleva a tener presente al
otro.
En ocasiones la inflexibilidad se manifiesta a través del juego repetitivo, saltar una
y otra vez, realizar el mismo recorrido, repetir una secuencia aprendida de juego,
etc. En estos casos, tratamos de introducir modificaciones graduales insertándonos
en el juego para desarrollar los personajes o proponer otras alternativas.
Las dificultades para ajustarse a los diferentes momentos de la sesión y a organizar
el espacio en relación a los materiales y su posibilidad de uso, nos obliga a desarrollar
previamente ciertas capacidades de anticipación (como explicamos al inicio de este
apartado) antes de introducir modificaciones en los rituales o presentación de
materiales, lo que haremos de forma gradual.
La inflexibilidad mental se evidencia por los argumentos de su juego, siempre el
mismo, una y otra vez, incluso casi con las mismas palabras y acciones. A veces no
nos queda más remedio que frustrar y no hacer caso a su verborrea y retirar el
material que utiliza, con la esperanza de que al introducir otro varíe el contenido de
su juego. Antes de llegar a la frustración, tratamos de introducirnos en su juego y,
a partir del análisis de su contenido, adoptar un rol que le ayude a evolucionar,
interpretando un papel que le facilite el acceso al juego simbólico más elaborado
(Aucouturier, 1985), procurando a la vez mediar en las relaciones con sus iguales,
acercándonos a su juego o invitando a que participen en el nuestro.
La última dimensión de esta escala se refiere a las dificultades en el control de la
actividad propia, cuestión que abordamos a continuación.
La carencia de esquemas para organizar secuencias activas en función de metas
anticipadas se traduce en la emisión de acciones sin propósito (Rivière, 1997), es el
correteo incesante que manifiestan algunos niños y niñas cuando entran a la sala,
habitualmente de puntillas como si quisieran escapar de la realidad sin poner los
pies en la tierra, deambulan de un lugar a otro sin mostrar interés por nada. En
estos casos, cuando la desconexión está tan acentuada, lo prioritario es conseguir
un vínculo entre él y nosotros, que nos tenga presente (algo hemos comentado al
hablar de las dificultades en el desarrollo social), por lo que inicialmente lo
acompañamos en su hiperactividad, pasamos a provocar y buscamos complicidad,
para, poco a poco, actuar de forma disimétrica reduciendo nuestra movilidad y
4. Dificultades de Simbolización
La última escala del IDEA (Inventario del Espectro Autista) plantea tres dimensiones
en relación a las dificultades en las competencias de ficción e imaginación, a las
capacidades imitativas y, a la capacidad de crear significantes, todas ellas asociadas
a las limitaciones simbólicas e intersubjetivas de las personas autistas.
En los niños y niñas autistas se produce un desfase evolutivo que impide el desarrollo
de las competencias imitativas y de juego simbólico (que aparece entre los 18
meses y los 4-5 años), debido a las importantes limitaciones para reflejar un sentido
de la «identidad del otro» que, en definitiva, es una expresión fundamental de
intersubjetividad (Rivière, 1997) y por otra parte, por sus dificultades para procesar
la información social y extraer claves para el desarrollo de los contextos sociales y
comunicativos.
En expresión de U. Frith (1991) los niños y niñas autistas crecen un «mundo literal»,
donde no es posible «suspender» las propiedades y características de las realidades
físicas presentes para imaginar mundos alternativos, afectando a su capacidad
para crear significantes, que en un desarrollo normal pasarían por la creación de
gestos comunicativos protoimperativos y protodeclarativos entre los 9-12 meses
(suspender pre-acciones); creación de símbolos enactivos entre los 12-18 meses
(suspender acciones instrumentales), que son la base del juego funcional; la creación
de juego de ficción que empieza a aparecer entre los 18-24 meses (suspender
propiedades reales de los objetos y las situaciones); y la posibilidad de crear
metáforas o comprender que las creencias de las personas en situaciones concretas
no tienen por qué corresponderse con las situaciones (suspender las representaciones
de la realidad).
Tratar de trabajar en el desarrollo de las competencias de ficción e imaginación,
facilitando el acceso al juego simbólico, resulta una tarea complicada para los niños
y niñas con espectro autista como lo demuestran los programas reseñados por
Fortea (2001) en su trabajo sobre «el desarrollo del juego en autismo». Tanto las
investigaciones de Baron-Cohen y sus colaboradores (1997) como las de Canal y
Rivière (1995) en las que se aplicaban programas para la enseñanza del juego
simbólico, llega a la conclusión de que el juego de ficción espontáneo no mejora
significativamente por efecto de la enseñanza, aunque plantean la importancia de
continuar con estas actividades, no sólo para que disfrute y aprenda a manipular
de modo convencional los objetos, lo cual es muy importante, sino que también se
debe de tratar de que el niño aprenda a mostrar esas sensaciones positivas y a
compartirlas con las de los demás, ya que sólo así se avanzará en la socialización
plena del niño autista.
Tampoco par nosotros resulta fácil este trabajo desde la sala de psicomotricidad. La
mayoría de las estrategias a desarrollar frente a estas dificultades las hemos ido
comentando en apartados anteriores. Con la intensión de no ser reiterativos, en
líneas generales podríamos decir que frente a las dificultades de simbolización, la
educación psicomotriz nos permite inscribirnos en el juego del niño para hacerlo
evolucionar desde la simple manipulación del objeto al uso funcional de los mismos,
o a su uso en situaciones más elaboradas de juego simbólico, empezando quizás
por situaciones presimbólicas que se derivan de los juegos de persecución, el aparecer
y desaparecer, entrar y salir, llenar y vaciar, construir y tirar, que inician al niño en
la comprensión de la suspensión y aparición del objeto/sujeto. Es fundamental la
ayuda del adulto que desarrolla modelos de juegos o de mediador en las interacciones
entre iguales para favorecer la integración y evolución en el juego.
De forma resumida y concretadas a cada dimensión, reflejamos las estrategias de
intervención en el siguiente cuadro.
TRASTORNOS DE LA SIMBOLIZACIÓN
CONCLUSIÓN
No ha sido fácil para nosotros enfrentarnos a las dificultades de las personas con
espectro autista en la sala de psicomotricidad, la ventaja que hemos tenido es la
especificidad de nuestra intervención por la vía corporal, canal primario y básico de
comunicación entre los seres humanos, además de la posibilidad de crear contextos
significativos, en situaciones lo más naturales y menos restrictiva posible como son
los momentos de juego que se propician en la sala.
Evidentemente no hemos querido con este artículo plantear una propuesta cerrada
de intervención psicomotriz, sino plasmar nuestra experiencia de trabajo con niños
y niñas especiales que requieren respuestas especiales, para adaptarse a sus
posibilidades, sin que esto implique renunciar a una metodología basada en el
juego espontáneo.
Es una propuesta para el ámbito educativo. No queremos hablar de reeducación o
terapia psicomotriz porque nuestro planteamiento sobre la educación implica ayudar
a progresar al individuo en su globalidad, teniendo en cuenta sus características, lo
que no implica necesariamente una estrategia específica de intervención, sino buscar
metodologías que sean útiles para todo el grupo porque las estrategias que proponen
sean fácilmente adaptables a las diferentes realidades. Estos requisitos los cumple
una propuesta basada en el juego y con la participación de un educador como
agente de un itinerario madurativo.
BIBLIOGRAFÍA
Ajuriaguerra, J. (1993): Organización neuropsicológica de algunas funciones: de
los movimmientos espontáneos al diálogo tónico-postural y a las formas precoces
de comunicación. Psicomotricidad. Revista de estudios y experiencias, nº 45, pp
45-58. Citap. Madrid.
Aucouturier, B. (1985): La práctica psicomotriz. Reeducación y Terapia. Científico
Médica. Barcelona.
Baron-Cohen, S. (1997): Autism and symbolic play. British Journal of Developmental
Psychology, nº 5, pp.139-148.
Canal, R. y Rivière, A. (1995): Conducta de juego y expresiones emocionales de
niños autistas no verbales en una situación natural de interacción. Congreso
internacional de Barcelona.
Fortea, Mª S. (2001): Desarrollo del juego en autismo. En APANATTE: Intervención
Educativa en Autismo, pp, 75-87. Asociación de padres de niños autistas de Tenerife.
Frith, U. (1991): Autismo. Hacia una explicación del enigma. Alianza. Madrid.
Klinger, L.G y Dawson, G. (1992). Facilitating early social and communicative
development children with austim. En Warren, F.S. y Reich, J. (eds.).Causes and
effects in communication and language intervention. Vol I, pp.157-186. Paul H.
Brookes. Baltimore.
Lovaas, O.I. (1989): Enseñanza de niños con trastornos del desarrollo. Martínez
Roca. Barcelona.
Rivière, A. (1997): Tratamiento y definición del espectro autista I y II.. En Rivière,
A. y Martos, J. (comp.): El tratamiento del autismo. Nuevas perspectivas. Ministerio
de trabajo y Asuntos sociales. Madrid.
Ventoso, R. y Osorio, I. (1997): El empleo de materiales analógicos como
organizadores del sentido en personas autistas. En Rivière, A. y Martos, J. (comp.):
El tratamiento del autismo. Nuevas perspectivas. Ministerio de trabajo y Asuntos
sociales. Madrid.
Wallon, H. (1978): Del acto al pensamiento. Psique. Buenos Aires.
RESUMEN:
Planteamos estrategias de intervención educativa para personas con espectro autista
desde la reflexión de nuestra práctica en la sala de psicomotricidad. Nos apoyamos
en una concepción metodológica basada en los principios de la práctica psicomotriz
de André Lapierre y Bernard Aucouturier, pero también teniendo en cuenta las
aportaciones teóricas de autores del campo del autismo.
PALABRAS CLAVES:
Espectro autista, Educación Psicomotriz, Juego, Intersubjetividad, Simbolismo,
Comunicación, Disponibilidad corporal, Empatía, Diálogo tónico.
ABSTRACT:
We show some different educational contribution strategies to people with autism
spectrum from the reflection of our practice in the psychomotricity room. We are
supported in a methodological conception based on the André Lapierre and Bernard
Aucouturier first notions of their psychomotor practice, but also taking into account
the theoretical contributions from other authors in the autism area.
Having as a guide the scales of the Autistic Spectrum Inventory, designed by Ángel
Rivière, we analyse what we can provide from the psychomotor education to the
treatment of people with difficulties in the social development, the communication
and the language, the anticipation and flexibility behaviour, faculties, and difficulties
in the symbolization.
KEYWORDS:
Autistic spectrum, psychomotor education, game, intersubjectivity, symbolism,
communication, corporal availability, empathy, tonic dialogue.
Tal paternalismo es una relación privilegiada que se instituye sobre el otro indivi-
duo, con la finalidad oculta de asegurarse el dominio y la sobreprotección del mis-
mo, considerado en situación de inferioridad.
«El terapeuta no es ni paternalista, ni sentimental, ni superficialmente sociable y
agradable» escribió Rogers (1966, 11). La tolerancia, solicitud, benevolencia, pro-
tección del terapeuta «paternalista»; son una trampa que disfrazan el amor pose-
sivo y dominante. En tal actitud se esconde la afirmación de la propia autoridad
como poder socialmente instituido, al cual se someterá al paciente (el pasivo). Sin
embargo existe la excepción que en ocasiones, como en el caso de los psicóticos, la
patología impone.
«Tratando con individuos extremadamente inmaduros o regresivos, una considera-
ción condicional puede ser más eficaz para lograr una relación, aún en una terapia
en marcha, que una consideración positiva incondicional. Parece claro que algunos
clientes inmaduros o regresivos pueden percibir un interés condicional como una
mayor aceptación, que un cuidado incondicional.» (Rogers, 1966, 13).
Ciertamente el ser coherente con el centramiento en la persona, será lo que permi-
ta al terapeuta hacer las discriminaciones pertinentes sin rigores dogmáticos, des-
humanizantes de la relación.
Encontramos complacencia en una cita del filósofo Martín Buber (1960, 16): «El
poder de educar, el poder de curar, no es dado sino a aquel que vive frente a uno sin
librarse a su afán por dominar».... y más adelante agrega: «El hombre se torna un
‘yo’ a través del ‘tú’. Aquello que lo confronta y desaparece, los fenómenos de la
relación se condensan o se disipan. En esta alternación la conciencia del compañero
que no cambia, del yo, se hace más clara y cada vez más fuerte.»
Buber ha desarrollado una verdadera psicología antropológica de la relación huma-
na. Tal vez ésta sea una adecuada perspectiva del tema que tratamos. Toda perso-
na necesita y desea, ya desde niño, sentirse aceptada, tratada como persona valio-
sa por el simple hecho de serlo. Es una justa y universal aspiración. También lo es,
por lo tanto, en una relación humana tan delicada como la terapéutica. El paciente
llega a la consulta, o lo traen, habitualmente con un sentimiento de angustia e
inseguridad que lo autodesvaloriza. Tiene además que abrir su intimidad, en mayor
o menor grado oscura, a un desconocido, pagando (él o su familia) el servicio de su
atención y su escucha profesional. Lo común en tal persona, será la falta de acep-
tación y consideración positiva respecto de sí mismo.
Parafraseando a Artiles (1995) sostenemos que en tales circunstancias hallarse
ante un psicomotricista lleno de aceptación, que no juzga, ni aconseja, ni opina
sobre su drama y su persona será una experiencia bastante excepcional. Justa-
mente tal actividad será la que permitirá al paciente ir ganando progresivamente
en libertad y autoestima. Será pues la apertura, el cambio terapéutico, lo que
emergerá desde él en ese diálogo singular, será la posibilidad de entrar en contacto
con su auténtico fluir vivencial, su propia experiencia y por lo tanto, el hacer la
experiencia emocional correctiva de sus significados vividos. Su autoimagen, su
autoevaluación, evolucionarán. El encuentro con un auténtico tú, le posibilitará
reconciliarse con su yo herido históricamente y rehacer las estructuras perturbadas
de su personalidad.
Continúa Aucouturier (1985) afirmando que Freud muestra que las representacio-
nes reprimidas pueden no aparecer en forma de asociaciones y recuerdos, sino
traducirse en actos. Lo característico, entonces, es que representamos situaciones
del pasado en un contexto presente sin darnos cuenta de que se trata de repeticio-
nes. Así, ante situaciones dadas, tenemos comportamientos y manifestaciones
emocionales frente a objetos, animales y personas, que no podrían ser explicadas,
simplemente, por el contexto actual. Cada uno de nosotros tiene, más o menos,
tendencia a repetir (es lo que Freud denominaba compulsión de repetición). De
forma que, nuestra manera de ser y estar en el mundo se funda, en parte, en una
vivencia anterior sin que nosotros tengamos una clara conciencia de ello. Esta re-
producción adopta, a veces, un carácter obsesivo, realmente compulsivo, y lo que
llama poderosamente la atención es la inadecuación manifiesta entre la producción
y la situación presente. Ello traduce una dificultad evidente generadora de inadap-
tación: la de conseguir una adaptación flexible a la realidad.
Observamos que Freud (1912) analizó extraordinariamente estas falsas conexio-
nes y concluyó que lo que las caracteriza es la transferencia bajo un doble punto de
vista: el del afecto (igual a emoción), y el de la representación, este último sin una
toma de conciencia. Estas falsas conexiones, que subyacen a toda transferencia, se
producen tanto en la terapia psicomotriz como en la cura analítica. En esta última,
como la posición del paciente le impide todo movimiento, la transferencia sólo pue-
de operarse sobre el único objeto presente (la persona del psicoanalista) que por
su relativo silencio y su no presencia en el ámbito accesible a la mirada constituye
un buen soporte proyectivo. El genio de Freud reside en el hecho de haber conver-
tido un fenómeno, parásito en un principio, en una técnica irreemplazable para el
tratamiento de la compulsión de repetición. Por esto el analista se ve obligado a
interpretar o, por lo menos, debe conducir al paciente a recorrer un itinerario que le
implique una toma de conciencia. Esta toma de conciencia es la que posee valor
terapéutico.
Sin embargo, continúa Aucouturier (1985), en la sala de psicomotricidad encontra-
mos múltiples objetos y el movimiento naturalmente no está prohibido. Observa-
mos cómo las «falsas conexiones» se representan en situaciones variadas median-
te la utilización de materiales diversos. Así, si un niño se precipita contra varios
almohadones superpuestos que su terapeuta mantiene sujetos por detrás; los gol-
pea de forma rabiosa con la cabeza, los puños y los pies durante varios minutos.
¿Es posible pensar que esa agresión se ha dirigido realmente contra los almohado-
nes? Los mismos representaban un cuerpo simbólico... ¿simbólico de qué? Lo que
conocemos a través de la historia del niño, lo que nos ha significado en actos,
durante las sesiones precedentes, permite responder acerca de un determinado
protagonista de la novela familiar, amado y odiado.
Las falsas conexiones con transferencia de afecto son corrientes. Así la mayor parte
de los objetos de la sala de psicomotricidad pueden servir de soporte: almohado-
nes, animales de peluche, instrumentos de percusión, sogas, pelotas, aros, telas,
papeles, sin olvidar, claro está, al Psicomotricista en tanto que partenaire simbóli-
co, pues la transferencia sobre él sólo tiene carácter transitorio, apenas si difumina
la persona del terapeuta, siempre que éste no sea ambiguo en su práctica.
Las falsas conexiones no tienen, pues, un relieve excepcional, «a partir del momen-
to en que la persona del terapeuta deja de ser soporte de la transferencia, de forma
BIBLIOGRAFÍA:
Artiles, M. (1995). Psicología Humanista. Buenos Aires: Fundación Universitaria
Hernandarias.
Aucouturier, B. (1985). La práctica psicomotriz. Madrid: Científico Médica.
Axline, V. (1979). Terapia de juego. México: Diana.
PALABRAS CLAVES:
Actitudes terapéuticas, congruencia, coherencia, aceptación positiva incondicional,
comprehensión tónica empática.
ABSTRACT:
We refer in this work to the topic of the therapeutic attitudes of the Psychomotor
Therapist. These are for us a key element for the therapeutic duties, they are those
that guarantee the reality of a process that commits the patient and their therapist.
They are those that commit this way to that therapist's person that the relationship
of both (person and therapist) charges this way an existential dimension that inclu-
de the psychological one.
We don't accept the personal «asepsis» of the therapist in their doing. Neither
certain «instrumental dissociation» that made it «neuter» in relationship. The Psy-
chomotor Therapist has as a goal to be himself in what he or she does during the
session.
Through the observation, the reflection, and the experimentation, we end up defi-
ning and studying those characteristics in a systematic way, to those that we call
«conditions of attitude» of the therapeutic process, or simply «therapeutic attitu-
des».
Consequently the attitude will be the one that manifests the constant tendency to
perceive the patient as a person with the appropriate capacities for the upgrade of
these. In correlation we add that this implies the constant tendency to react, on the
part of the therapist, with consistency, unconditional positive acceptance and com-
prehensive tonic empathy.
These are the three «Conditions of Attitude» to which we will refer, analyzing each
one of them and their respective consequences in the formation of the Psychomotor
Therapist.
KEYWORDS:
Therapeutic attitudes, consistency, coherence, unconditional positive acceptance,
comprehensive tonic empathy.
INTRODUCCIÓN
El interés del presente proyecto es corroborar que, a través de la representación, el
niño plasma su vivencia corporal (inmediata o mediata) en el momento final de la
sesión de práctica psicomotriz.
Esta vivencia corporal le proporciona al niño estructuras motrices, cognitivas, emo-
cionales que le ayudan a construir su imagen y su esquema corporal, lo cual expre-
sa en el juego y plasma a través de los medios de representación: construcción,
dibujo, modelado y verbalización. Son entonces estos medios de representación,
datos concretos que, como registro del proceso, no pueden ser olvidados, borrados
o negados fácilmente y por lo tanto ofrecen la oportunidad de análisis.
Dicho análisis se basa en la relación entre el primer momento (juego) y el segundo
momento (representación), durante la Práctica Psicomotriz, siendo el psicomotricista
un facilitador en el proceso individual del niño y el lenguaje un elemento clave
durante todo el proceso, ya que por medio de éste se da significado a las produccio-
nes del sujeto (Ver esquema 1).
1
Este trabajo fue presentado en la Universidad de Barcelona en el año 1997. Como trabajo final del
Master de Mediación Terapéutica Corporal. Especialidad: Psicomotricidad Terapéutica.
Esquema 1
Intervención
del
JUEGO
P (vivencia corporal)
S
I L
C E
O N
M G
REPRESENTACIÓN
O U
(descentración)
T A
R J
I E
C
I
S
T
A Construcción Dibujo Modelado Verbalización
este proceso de maduración del niño, para lo cual plantea dentro de la sala de
psicomotricidad una estructuración espacial y temporal y dos grandes momentos:
el primero que engloba el ritual de entrada y el desarrollo del juego propiamente
dicho y el segundo momento que se refiere a la representación y el ritual de salida.
Dentro de este itinerario de maduración se plantean unas estrategias de fases, el
orden de las mismas tendrá que ver con el proceso madurativo individual (Rota,
1995):
• Fase de seguridad profunda: que es un trabajo sobre las sensaciones inter-
nas del tono muscular; éste se considera como un entramado que sustenta
y relaciona las emociones, las sensaciones, el movimiento y la relación con
el exterior. Situaciones que están en la base en la estructuración del yo
corporal.
• Fase de maternaje: función de contención, de segurización, de reconoci-
miento, de establecimiento de unos vínculos significativos que facilita el
camino hacia la instalación del sujeto autónomo.
• Fase de juegos presimbólicos: relacionados con el proceso de construcción
de la identidad corporal estructurada y diferenciada.
• Fase de sensoriomotricidad: es la plataforma en el proceso hacia la con-
ciencia de un cuerpo con unas competencias funcionales e instrumentales y
también con unos límites y carencias. Se crea a partir de todas las fases
anteriores.
• Fase de los juegos simbólicos: manifestación resultante de la interrelación
entre las fantasías corporales y la realidad corporal.
• Fase de los juegos de precisión: relacionados con la capacidad de coordi-
nación corporal, que presupone un buen nivel de integración de los dos
polos de la totalidad corporal (imagen y esquema corporal).
• Fase de representación: es la última etapa en la evolución de un esquema
corporal asumido y consolidado. Proceso hacia el descentramiento, trabajo
fundamental a partir de la conciencia del propio cuerpo sin descuidar los
aspectos proyectivos de la propia imagen.
Al respetar el itinerario madurativo del niño, éste accede al equilibrio emocional,
necesario para construir su esquema e imagen corporal.
Este marco de la práctica psicomotriz le permite al psicomotricista intervenir de
una manera significativa, a partir de su sistema de actitudes y tecnicidad y situar al
niño en su proceso madurativo individual. El psicomotricista a través del lenguaje
ayuda a construir el esquema y a darle significante a la mecánica del cuerpo en su
encuentro con los objetos del mundo, une la palabra al movimiento. «...las evoca-
ciones que están en el origen de las palabras permiten relaciones infinitas y la
representación simultánea de objetos múltiples. El término de descentración resu-
me este hecho: el lenguaje conduce al niño a situar que es exterior a él, con las
diferencias y relaciones de unos objetos en relación a los otros» (Piaget, 1978, 21).
El primer lenguaje de símbolos del niño es el juego, es la forma de expresión
natural, su mejor medio de expresión de sí mismo a través del cual manifiesta sus
fantasías (conscientes e inconscientes), deseos, experiencias, preocupaciones, sen-
rretrato, es posible que el concepto del cuerpo humano para el niño, sea más
maduro de lo que es capaz de expresar a través del dibujo). Así a través del dibujo
los niños transmiten cosas que jamás podrían verbalizar, aunque hubiese podido
concienciar algunos sentimientos que los afecta.
Para sustentar la reflexión teórica del itinerario madurativo observado en cada uno
de los niños, durante las sesiones de Práctica Psicomotriz se revisan teorías de
psicología evolutiva y del psicoanálisis.
De psicología evolutiva se toman como referencia las teorías de Gesell en niños de
3 a 6 años; Wallon, estadio II sensoriomotor y proyectivo 2 a 3 años y estadio III
personalismo de 3 a 6 años; Piaget, la etapa preoperacional de 2 a 7 años; teorías
de la evolución psicomotriz de Le Bouch, estadio del cuerpo vivido de 0 a 3 años y
estadio del cuerpo percibido de 3 a 7 años; Ajuriaguerra, estructuración del esque-
ma corporal, nivel de discriminación perceptiva de 3 a 7 años.
El psicoanálisis otorga su importancia a los factores exteriores, tanto buenos como
malos y, particularmente, el papel desempeñado por la madre al comienzo de la
vida, cuando el niño no ha establecido aún ninguna separación entre lo que es él y
lo que no es él. Los niños comienzan a existir en forma diferenciada según las
condiciones sean o no favorables. El ser humano lleva en sí una tendencia a desa-
rrollarse y unificarse; es fuente autónoma de deseo.
De acuerdo a los planteamientos de la teoría psicoanalítica, Winnicott (1995) rese-
ña los conceptos de fenómeno transicional y objeto transicional. La función de es-
tos fenómenos y objetos pasarán a ocupar la vida psíquica del niño. Irán a ligarse
en un espacio intermedio entre la realidad interior y la realidad exterior. Este espa-
cio persistirá durante toda la vida. Su función será aliviar la tensión producida por
la puesta en relación con la realidad del afuera.
Francoise Dolto (1994) desde su planteamiento de «la imagen inconsciente del
cuerpo», enfatiza que el ser humano es desde su origen fuente autónoma de de-
seo. Un sujeto toma «cuerpo desde su concepción», inmerso en el lenguaje y roza-
do por las emociones del entorno más inmediato a través de los intercambios subs-
tanciales y sutiles. Dolto descompone el concepto de Imagen: I, remite a la identi-
dad, MA, a mamá , mi mamá , GE(N) a tierra, base del cuerpo. Señala tres aspec-
tos de la imagen del cuerpo: un aspecto estructural, un aspecto genético/dinámico
y un aspecto relacional. Esta imagen, con el tiempo, evoluciona y se estructura
gracias a las emociones.
El Estadio Especular, desde un enfoque lacaniano, menciona que: «reconocerse
como cuerpo solo es posible porque los otros tienen también un cuerpo. El cuerpo
ocupa así una posición de referente y de diferencia. Por lo tanto, para que se pro-
duzca esta anticipación y fascinación por la imagen, tiene que haber Otro que
libidinice esta imagen, que la desee, para que el niño pueda identificarse con ella.
Este efecto estructurante de la dimensión humana que precede a la maduración
neuromotriz es consecuencia y efecto del lenguaje, tomado éste como estructura
que captura al sujeto, dándole una posición simbólica».
«Cuando el proceso de maduración fisiológica y neuromotriz, le permite al niño
ejercer el dominio real de su propio cuerpo y de su funcionamiento motriz, este
dominio se ejercerá, pero dentro de lo que previamente se constituyo, se transfor-
mó, en el estadio especular» (Levin, 1991, 52).
«En sus juegos los niños representan simbólicamente fantasmas, deseos, expe-
riencias. Emplean para ello el lenguaje, el modo de expresión arcaica, filogenética-
mente adquirida. El juego da lugar a las asociaciones, al sentido analítico de la
condensación de la palabra para otro, lugar ocupado por la angustia» (Klein, 1996,
170).
El aparato psíquico del niño tiene un nivel de tensión elevado: la angustia muy
presente, muy fuerte, no puede ser manejada por la maquinaria del yo hacia el
principio del placer, las representaciones no avanzan sino desplazándose paso a
paso, palabra a palabra. La asociación de las representaciones; es decir, la conden-
sación, es difícil a causa de esa angustia y sólo se realiza bajo un modo de expre-
sión particular: el juego.
Al considerar el itinerario madurativo del niño, y como éste accede a la construcción
y representación de su esquema e imagen corporal, se plantea la hipótesis del
trabajo.
Hipótesis: A través de las diversas modalidades de la representación, el sujeto
plasma aspectos de su imagen corporal y esquema corporal.
Cuanto más ajustada es la relación entre el esquema corporal e imagen corporal, la
interrelación entre las estructuras motrices, cognitivas y afectivo emocionales se-
rán más equilibradas en el proceso de identidad corporal; cuanto más alejada la
relación, existen posibles dificultades en la comunicación, en la creación, en la
relación con el medio y en la capacidad de simbolizar.
METODOLOGÍA
Característica de la muestra
El presente trabajo se llevó a cabo en la Escuela «Can Llobet» de Barbèra del
Vallès, con los grupos de educación infantil P-3, P-4 y P-5, durante el periodo com-
prendido entre los meses de enero y mayo de 1997, bajo la supervisión del Psico-
motricista Carles Font.
La muestra empleada en este estudio consta de una población de 7 niños y 2 niñas.
El criterio de selección fue la edad, sin tomar en cuenta el sexo. Se eligieron tres
niños/as por cada grupo-clase.
P-3: Carles 3a. 6m. Jesús. 3a. 11m. Montserrat 4a.
P-4: Jordi 4a. 3m. Benjamín 4a. 6m. Rodolfo 4a. 11m.
P-5: Manuel 5a. 4m. Sonia 5a. 8m. Javi 5a. 9m.
Instrumentos
Los datos obtenidos fueron anotados en fichas, que se elaboraron sobre la base a
las observaciones recogidas en la sala y del procedimiento que se planteo en el
estudio.
Se elaboraron seis fichas:
• Ficha de fases: en la cual se registra de cada sesión la frecuencia de las
diversas actividades y juegos realizados por el niño/a durante el primer
momento de la sesión. Esta ficha se elaboró en base a la clasificación de
actividades y juegos que emplea el profesor Bernard Aucouturier.
DATOS DE ANAMNESIS
Observaciones:
Gestación: Parto: Lactancia:
Pérdidas: Provocado: Pecho:
Medicación especial: Cesárea: Tiempo:
Disgustos: Fórceps: Cambia:
Accidentes. Anestesia: Pecho a biberón:
Diabetes: Normal: Utiliza el chupete:
Drogadicción : Prematuro: Tiempo:
Normal: Anoxia:
Otros: Otros: Otros:
Enfermedades:
Accidentes importantes:
Tratamiento médico:
Alimentación: Tiene horarios:
Come solo:
Sueño: Horas que duerme diariamente:
Comportamiento cuando va a dormir:
Protesta Pide compañía Luz Muñeco Va tranquilo
¿Con quién duerme?:
Característica del sueño:
Tranquilo Pesadillas Interrumpido Otros
Control de es- Diurno:
fínteres: Nocturno:
Lenguaje: Modo de hablar:
Con dificultad Sin dificultad
Habla mientras juega:
En la casa:
En la escuela:
Juegos: Normalmente juega:
Solo Amigos Hermanos Adultos
Tipos de juego:
Comportamien- Reclama la atención de un adulto:
to y relación: Poco Frecuente Constante
Hace rabietas:
Presenta conductas agresivas:
Miedos:
Antecedentes Guardería:
escolares: Edad:
Horario:
Adaptación:
DATOS DE ANAMNESIS
Informe del primer trimestre del Curso Escolar 1996-1997.
Nombre:
Fecha de Nacimiento:
Edad:
Escuela:
Nivel:
Curso:
Cada sesión de práctica psicomotriz fue grabada y posteriormente se analizó el
vídeo, para registrar todo el recorrido de los juegos realizados y la frecuencia de los
mismos en la ficha de fases.
En cada sesión se registró la representación que el niño realizó en el segundo
momento de la sesión; para ello se seleccionó la ficha correspondiente y se comple-
tó según los criterios preestablecidos por el grupo de investigación. Así, en la ficha
de verbalización se registró la pregunta que formuló el adulto y la respuesta dada
por el niño. En la de construcción, se analizó las características de ésta según los
criterios que se establecen en la ficha. En la ficha gráfica (dibujo) se toman en
cuenta los factores establecidos, analizando si presentan indicadores emocionales,
según el test de la figura humana D.F.H., de Koppitz (1980).
Se procedió a llenar la ficha de evolución del proceso analizando el número de
sesiones que conforman cada fase (inicial, intermedia y final). En la cual se regis-
traron aquellas conductas repetitivas o novedosas que se presentaron en cada
fase, tomando en cuenta los parámetros psicomotores: relación con su cuerpo
durante el juego, relación con sus compañeros y con el adulto, relación con los
objetos, espacio y tiempo, y las representaciones.
Se procedió posteriormente, en cada una de las fases, a describir de forma narra-
tiva las características del juego y de la representación, se relacionaron al dar
sentido e interpretación a éstos, haciendo una lectura biunívoca y reflexiva toman-
do en cuenta la relación entre las fases y la totalidad de las sesiones, ya que éstas
se resignifican unas en otras. Este tipo de lectura permitió llegar al análisis de la
relación existente entre la imagen y el esquema corporal del niño y las posibles
dificultades que se pueden observar.
Se plantea este tipo de procedimiento individualizado, ya que cada sujeto tiene su
forma particular de hacer, ser y representarse.
ANÁLISIS DE LOS DATOS
Valoración de caso.
Reflexión teórica de cada caso.
Se realizó una investigación de tipo descriptiva con una muestra de nueve niños, en
edades comprendidas de tres a cinco años, dentro de un marco educativo en Prác-
tica Psicomotriz, donde se observó la relación existente entre la imagen y el esque-
ma corporal a través del análisis del juego y la representación.
Esquema 2
DATOS DE ANAMNESIS
Observaciones: 5
DATOS DE ANAMNESIS
Informe del primer trimestre del Curso Escolar 1996-1997
Nombre: Sonia
Fecha de Nacimiento: 12 de Mayo de 1991
Edad: 5 años, 8 meses
Escuela: Can Llobet
Nivel: P5
Curso: 1996-1997
Su personalidad está adecuada a la edad, su estado de ánimo es variable y
generalmente se muestra feliz y segura de sí misma, muestra una actitud participativa
en clase, comunicativa y le agrada dar su opinión.
Físicamente muestra agilidad y seguridad con buena coordinación de los movimientos.
Esta motivada por los nuevos aprendizajes de la lengua, va adquiriendo un buen
razonamiento lógico, ordena, apareja y clasifica bien, muestra capacidad para rela-
cionar experiencias.
El dibujo de la figura humana esta adecuado a su edad, pinta dentro de los limites,
hace líneas y formas debidamente acabadas.
Pide ayuda a la maestra sólo cuando es necesario.
Debido a su carácter domina con frecuencia a algunos niños, le agrada llamar la
atención de la maestra y de los compañeros.
Participa en las actividades y fiestas escolares.
En general podría rendir más, es necesario que se esfuerce.
Esquema 3
Fases/ Fechas 20-1 27-1 3-2 10-2 17-2 24-2 3-3 10-3 17-3 7-4 14-4 21-4 28-4 5-5
Seguridad Profunda
balanceos / / / / //
rodamientos / // / / / / /
equilibrios/desequilibrios // // / // ///// /// ///
giros / / // //// ///// //// // ///// ///// ///
caídas / /// // / / ///
arrastres / ///////
lanzamientos // / /
Maternaje
arrastres /
balanceos /
presiones en el cuerpo / //
masaje
Presimbólico
aparecer/desaparecer /
llenar/vaciar
construir/destruir / / // / / /// //
persecución / / /
devoración /
agresividad / / /
oposición / // / / // / / / / /
Sensoriomotor
duro // /// ////// / // // ///// /// ///// ////// ///
blando /// // //// // /// / ///// // /// // //////
correr // //// / // // // / /// ///// /////
trepar / / / / // / /
deslizar / /
saltar ///// / // / // // / / //
gatear / / / / // //
Simbólico
Drámaticos: escenificación de / / // /
relatos
Imitativos de personajes: tarzan,
superman, el lobo
Profesiones: médicos,
enfermeras, mamás
Situaciones bélicas: indios- /
vaqueros, policias-ladrones
Fuerza: judo, karate, lucha libre, / ///
boxeo
Juegos de precision: //// / /// ////// / // / /// / /// /
dardos,lanzamientos,bolos
Juegos Reglados: fútbol, balon- /
cesto, tenis, beisbol, ping-pong
Después del ritual de entrada derriba Gráfica (2). Verbalizaciones (2). Cons-
la muralla de cojines y juega más trucción (1).
tiempo a la oposición con el adulto, Gráfica: en ambas, se dibuja cerca de
distribuye más sus juegos entre el los objetos con los que juega, en la
espacio de los cojines y el de saltos, primera dibuja a otro niño, en el segun-
correr... realizando los juegos de las do dibuja varios niños, en éste se ob-
fases anteriores, aceptando y deman- serva que quiso dibujar el desplaza-
dando más el apoyo físico del adulto y miento de los brazos, se dibuja con una
por primera vez permite que el adulto gran sonrisa. En este dibujo borra cons-
le haga presión con un cojín sobre su tantemente. No se encontraron
cuerpo, lo busca para mostrarle su indicadores emocionales según
construcción (una casa) y cuando esta (Koppitz).
es destruida.
Las verbalizaciones: la primera esta
Sus juegos de aros y pelotas los em- relacionada a su vivencia corporal, en la
plea para comunicarse con otros ni- segunda no verbaliza.
ños, como puntos de apoyo para eje-
Verbalizaciones: en la primera mencio-
cutar movimientos corporales. na lugares y juegos, en la segunda se
Ha incrementado su permanencia en reconoce en el juego de la casa.
los espacios donde otros niños ya han Construcción: se caracteriza por ser
organizado un juego, en uno de estos
una torre de diez pisos, siendo el último
espacios era «un perro guardián» que
el más grande, y sobre éste coloca una
daba de comer y cuidaba a los perri-
madera vertical. Coloca cuatro maderas
tos, cuando se escapaban los perse-
en forma de cruz por los cuatro lados
guía y los regresaba a la casa. en la base de la torre, logra en el pri-
En varías sesiones de esta fase juega mer intento.
a perseguir otros niños por la sala, Relación entre juego y representación:
corriéndola casi en su totalidad, y
desarrolla sus juegos dentro de las
fuerza: lucha, karate con otros niños.
casas, se podría relacionar cuando
Se observa que por primera vez acep- verbaliza «casa» y se reconoce en los
ta y participa en un juego de reglas juegos dentro de este espacio.
propuesto por otro niño, éste consistía
En el juego que cuida y da de comer a
en tirar un dado y dependiendo del
los perritos, se dibuja con varios niños
número que quedase arriba eran las y sonriendo con la boca abierta y puede
veces a saltar con las piernas juntas.
ser asociado como aceptación,
Ritual de salida: se le dificulta aceptar Logra mayor interacción con los niños,
el fin de la sesión, se queda jugando
es capaz de aceptar propuestas y re-
con los cojines.
glas dadas por otros, se puede asociar
con romper la repetitividad de la torre y
se observa más equilibrada.
Esquema 4
Esquema 5
I= imita
P= Proyecto propio
M= Modificaciones durante la construcción
D= Dificultades
S= Satisfecho con la reproducción
R= Relaciona con la vivencia.
Imagen 1: Construcción
Esquema 6
S= sin alteración
D= distorsión
O= omisión
R= repetición
Ausencia de detalles
Dibujo 2
Dibujo 3
Esquema 7
Los gestos del niño en sus juegos, son caracterizados por los objetos que aleja de
su cuerpo hacia el exterior, y este movimiento hacia el exterior favorece las relacio-
nes sociales, empieza a jugar con los otros y juega a compensar su castración.
Busca en el adulto un fondo mutable; que se deje transformar sin ser éste destrui-
do, dentro de un entorno maternante y una actividad estructurante.
Análisis de la Expresividad Psicomotriz de Jesús (3a. 11m. - 4a. 4m.)
Frecuentemente experimenta actividades sensoriomotrices saltos, equilibrios, tre-
par, caminar y correr con objetos, la presencia de estas actividades las podemos
interpretar como un proceso de estructuración hacia la conciencia de un cuerpo con
unas competencias funcionales e instrumentales. También elige objetos para hacer
juegos de precisión: lanzamientos de pelotas al aro, rodar neumáticos, actividades
relacionadas con la capacidad de coordinación corporal.
Alterna entre los espacios y hace juegos de seguridad profunda que se traduce
como un trabajo sobre sensaciones internas del tono muscular que implican una
estructuración del yo corporal.
Normalmente está acompañado de un niño y realizan el mismo juego. Se caracte-
riza por no verbalizar y no reconocerse en el espejo que le ofrece el adulto en el
último momento de la sesión.
En sus construcciones busca la verticalidad, sin lograr una estructuración de la
misma, donde plasma la representación de su identidad corporal (su estructuración
como sujeto).
Partiendo de lo expuesto anteriormente, se llega a la conclusión, de que Jesús, está
en un momento de exploración e investigación del entorno, que según Wallon (1986)
esta actividad permite que el niño se diferencie de los objetos y de los otros, dando
origen a la conciencia corporal y social, que favorece el paso del estadio sensorio-
motor al del personalismo. Le Bouch (1995) afirma que en el estadio del cuerpo
vivenciado tres años, la experiencia vivida del niño desemboca en el reconocimien-
to de su cuerpo como objeto. La adaptación al mundo exterior ha sido resuelta en
forma global por lo tanto está en el proceso de integración a un nivel consciente de
la experiencia vivida.
Desde el punto de vista del psicoanálisis Jesús está, en un momento de separación
de la madre, el cual representa la transición del niño pequeño, que pasa del estado
de unión de la madre al estado en que se encuentra en relación con ella, como
separado. Esto es nombrado como espacio transicional que posteriormente será
ocupado por actividades lúdicas y creativas. (Winnicott, 1996).
Análisis de la Expresividad Psicomotriz de Montserrat (4a. – 4 a. 5 m.)
El recorrido de Montserrat se caracteriza por realizar actividades sensoriomotrices
mayoritariamente en el espacio duro, con movimientos continuos, coordinados y
capacidad de control, siendo su actividad dinámica e individual, (generando en esta
actividad competencias funcionales e instrumentales) para posteriormente com-
partir su juego con los otros y permanecer durante más tiempo en un espacio
específico. Busca y provoca al adulto con juegos presimbólicos (oposición, persecu-
ción).
Por lo general realiza un juego simbólico donde ejecuta el rol de gato o perro,
desplazándose por toda la sala, utilizando creativamente diferentes materiales.
Comparte este juego preferentemente con una niña.
Es capaz de representar su vivencia corporal inmediata tanto en el dibujo, verbali-
zación y construcción.
Considerando el recorrido de Jordi dentro de la sala descrito anteriormente, se
puede considerar que está en el estadio tercero del personalismo (Wallon, citado en
Vila, 1986), el cual se caracteriza por buscar la afirmación como individuo autóno-
mo. Observándose las tres etapas que la constituyen: oposición e inhibición, perío-
do de gracia y de representación de roles, es capaz de seleccionar e imitar volunta-
riamente un personaje real o imaginario.
Esta filiación entre el fenómeno afectivo de identificación (imitación inconsciente) y
su producto internalizado, la imagen, contiene en potencia todo el pensamiento
representativo, (estadio del cuerpo percibido) el niño va a expresar sus experien-
cias, (etapa de discriminación), lo que favorece la concientización de su significa-
ción conceptual (corporal y espacial). Lo que le permite tomar distancia de sus
percepciones, factor determinante para el acceso a la representación mental (Le
Bouch, 1995).
Desde el psicoanálisis Winnicott hace referencia al «espacio transicional», el cual
persistirá durante toda la vida. Será ocupado por actividades lúdicas y creativas
extremadamente variadas. «Su función será aliviar la tensión producida por la puesta
en relación de la realidad del adentro con la realidad del afuera» (Winnicott, citado
en Nasio, 1996, 31).
Melanie Klein (1996,) reseña que en el juego los niños representan simbólicamente
fantasmas, deseos, experiencias, empleando para ello el lenguaje, el modo de ex-
presión arcaica, filogenéticamente adquirido. A través de la representación en el
juego, poco a poco se manifiesta el principio del placer, que tendrá el efecto de
llevar al sujeto de representación en representación, de moción pulsional en mo-
ción pulsional, de objeto interiorizado en objeto interiorizado, poniendo tantas re-
presentaciones como sea necesario, para mantener en el mínimo el nivel de tensión
que regula todo el funcionamiento del aparato psíquico.
Análisis de la Expresividad Psicomotriz de Benjamín (4a. 6m. - 4a.
11m.)
El recorrido de Benjamín en la sala de psicomotricidad se caracteriza al principio
por deambular cerca de los otros niños y experimentar con diversos objetos (pelo-
tas, aros, zancos) abandonando la actividad cuando tiene una dificultad, no espera
turnos y no resiste la frustración. Trata de incorporarse al juego de los otros sin
llegar a establecer una relación con éstos, en las últimas sesiones logra participar
en actividades compartidas. Realiza construcciones «casa-nido» como un espacio
de contención que lo seguriza, dejando espacios abiertos para tener un contacto
con el exterior. Permanece mucho tiempo en ese espacio para después incorporar-
se con todo y sus cojines a construcciones de otros. Desarrolla juegos pre-simbóli-
cos como llenar/vaciar, construir/destruir. Estos se relacionan con el proceso de
construcción de la identidad corporal estructurada y diferenciada.
antes expuesto, se observa que cuando hay un espacio o juego que lo seguriza es
capaz de detener sus movimientos desbordantes, permanecer en ese espacio, co-
municarse con los otros y construir.
En momentos puntuales establece un contacto ocular con el psicomotricista, prefe-
rentemente del sexo masculino y es a partir de ahí que inicia una relación con éste.
Françoise Dolto (1994) insiste en la función del padre como pivote de la estructura
triangular, como un sostén narcisista o modelo identificatorio. La mirada del psico-
motricista permite al niño unificarse.
En sus representaciones (construcciones y dibujo) se observa la necesidad de lle-
nar. Es capaz de representar y verbalizar su vivencia corporal inmediata.
En base a los datos analizados Rodolfo presenta una inestabilidad motriz manifes-
tando una discontinuidad en los juegos, con una paratonía y contracción corporal,
en su producción corporal, y dificultad en inhibir sus movimientos, lo que provoca
en general un gran despliegue corporal expansivo y agresivo, así mismo presenta
dificultad para diferenciarse de otros (Levin, 1991). Por lo que se observa una
búsqueda incesante de límites y una incapacidad de soportar ver estructuras (cons-
trucciones de otros) ya que él tiene dificultades en representar la suya.
Desde el punto de vista del psicoanálisis, observando su expresividad psicomotriz,
se puede remitir a los primeros momentos de relación con la madre, lo que (Winni-
cott, citado por Nasio, 1996) define como «periodo de dependencia absoluta», que
es la segunda función de la madre que la denomina holding; es decir, mantenimien-
to, manera de llevar al bebé físicamente pero también psíquicamente. El término
mantenimiento psíquico consiste en sostener el yo del bebé en su desarrollo; es
decir, ponerlo en contacto con una realidad exterior simplificada, repetitiva, de
modo tal que el yo naciente se haga capaz de hallar los puntos de referencia sim-
ples y estables que se necesitan para llevar a buen término el trabajo de integra-
ción en el tiempo y en el espacio.
«Los defectos de adaptación provocan carencias en la satisfacción de las necesida-
des y entorpecen el despliegue de los procesos vitales» (Winnicott, ditado en Nasio,
1996, 18). Cuando la madre no cumple su función de sostén del yo lo que surgen
son las angustias, las cuales se observan en las características de la expresividad
psicomotriz de Rodolfo.
P5
Análisis de la Expresividad Psicomotriz de Javi (5a. 7m. - 6ª.)
El recorrido de Javi en la sala de psicomotricidad se caracteriza por alternar los
juegos de seguridad profunda en el espacio blando con los juegos sensoriomotrices
como trepar, saltar, girar, etc., presentando dificultades en su coordinación de mo-
vimientos y ritmo (las dificultades motrices son debidas a problemas neurológicos
aún en estudio), en los juegos de seguridad profunda se dan situaciones de equili-
brio/desequilibrio, trabajando sobre el tono muscular, llegando a las sensaciones
propioceptivas. Con esto se consigue una distensión del tono muscular, pasando a
estar más disponible el cuerpo del niño para los juegos sensoriomotores. Javi nece-
sita del apoyo físico del adulto sobre todo para saltar. Acepta que éste le haga
presiones en su cuerpo con materiales blandos.
Únicamente juega con otro niño, tiene dificultades en establecer relación, por lo
que pide al adulto ayuda para incorporarse a los juegos de otros, comparte el
espacio pero no se relaciona. En las últimas sesiones predominan los juegos de
precisión preferentemente con pelotas; toma al adulto como compañero de juego y
realiza juegos de oposición. Empieza a incorporarse en juegos sin necesidad del
adulto. El juego simbólico es escaso y cuando aparece únicamente realiza persona-
jes de fuerza.
En la representación las construcciones se caracterizan por la combinación de ele-
mentos, conquistando altura haciendo una torre central y pequeñas construcciones
alrededor o al lado de ésta. Expresa verbalmente su vivencia y da significado a sus
producciones, se reconoce cuando el adulto verbaliza sus juegos. Al dibujar empu-
ña el lápiz, borra constantemente y su figura corporal se caracteriza por tener las
partes (cabeza, miembros superiores e inferiores) separadas del tronco.
De acuerdo a lo expuesto anteriormente, el trabajo psicomotor que desarrolla Javi
en la sala es de tipo global, con dificultades en la disociación, centrado en el perfec-
cionamiento de la motricidad, enfatizando en el ajuste postural (regulación tónica
mejor equilibrada) lo que le proporciona un mejor dominio de la orientación (Le
Bouch, 1995). En todo trastorno psicomotor hay una perturbación del esquema
corporal, del tono muscular y de la imagen corporal, lo que determina confusiones
espaciales y rítmicas. De lo anterior se desprende que el cuerpo real, operando en
lo instrumental, afecta la motricidad de manera tal que no está aislado del recorri-
do libidinal del cuerpo; es decir, de la historia constitucional del cuerpo humano
(imagen corporal). El cuerpo presenta rasgos, caracterizados por problemas de
equilibrio, de incoordinación, de torpeza y prensión.
Estas características obstaculizan, obstruyen los procesos de simbolización que al
no metaforizarse impiden la constitución de ese cuerpo subjetivado y el desarrollo
psicomotor en su conjunto (Levin, 1991).
Análisis de la Expresividad Psicomotriz de Manuel (5a. 2m. - 5a.9 m.)
El recorrido de Manuel se caracteriza por realizar juegos de seguridad profunda,
siendo su postura más frecuente la horizontal y media, siempre está acompañado
por un niño. Tiene dificultades en la coordinación de movimientos y en el ritmo.
Únicamente por intervención del adulto realiza actividades sensoriomotrices nece-
sitando el apoyo de éste cuando va a saltar.
Los movimientos en los juegos de seguridad profunda se caracterizan por ser glo-
bales con una combinación de lo motriz con lo emocional, donde la conciencia del
propio cuerpo puede estar muy difuminada dentro de esta globalidad y donde se
hace del todo necesaria la presencia del adulto, que facilita, permite y reconoce que
el niño vaya integrando esta conciencia global del propio cuerpo. Con estos juegos
suelen aparecer los fantasmas originales como son los juegos de devoración. (Rota,
1995).
Realiza juegos presimbólicos como oposición y persecución con placer. La presencia
y mirada del adulto desencadena la emoción y el júbilo del otro como espejo a
través del cual el niño toma conciencia y refuerza su imagen kinestésica. Y juegos
de devoración, donde se observa displacer, situándose éste en el imaginario.
En las primeras sesiones: no sigue las propuestas del adulto en el ritual de entrada;
juega únicamente con otro niño y en las últimas sesiones logra atender y seguir las
propuestas del adulto; empieza a compartir con otros niños su juego y aceptar
reglas, realiza juegos de precisión e inicia juegos reglados, siendo su postura más
frecuente la vertical. Tiene preferencia por la pelota y sus movimientos son más
variados aunque persisten las dificultades de coordinación.
En las representaciones realiza construcciones en horizontal y cuando hay una in-
tervención del adulto en el juego empieza a conquistar la verticalidad. En el dibujo
representa su vivencia corporal inmediata. Pasa de no verbalizar a expresarse ver-
balmente en las últimas sesiones, y no se reconoce cuando el adulto le habla de los
personajes que ha jugado.
El recorrido de Manuel en la sala se puede englobar como una actividad de explora-
ción que le permite al niño destacar la conciencia de sí mismo, la conciencia del otro
y de los objetos, esto comporta la génesis corporal y social que son la toma de
conciencia de sí, que da la entrada al estadio de personalismo (Wallon, citado por
Vila, 1986).
Se encuentra en el momento de evolución del cuerpo vivido hacia la imagen visual
del cuerpo, donde la experiencia del espejo desemboca en la aparición de la imagen
especular, que permite la fusión de las dos realidades del cuerpo: una primitiva
organizada en base a los ajustes práxicos y posturales y otra que servirá de base
para organizar el esquema corporal. (Le Bouch, 1995).
Desde el psicoanálisis según (Winnicott, citado por Nasio, 1996) se puede situar a
Manuel en el «periodo de dependencia absoluta», en el cual los defectos de adapta-
ción provocan carencias en la satisfacción de las necesidades y entorpecen el des-
pliegue de los procesos vitales.
Remitiendo a los primeros momentos de la relación, el bebé tiene necesidad de una
madre que sostenga el nacimiento y desarrollo de las principales funciones del yo;
es decir, la integración en el tiempo y en el espacio, el encuentro con los objetos del
mundo exterior y la unificación de la vida psíquica y el cuerpo. Cuando el bebé se
encuentra privado de una madre como esta, la maduración del yo no puede efec-
tuarse y el desarrollo de sus principales funciones se bloquea o distorsiona.
Cuando la madre no cumple su función de sostén del yo, lo que surge es la angustia
«de vivir la caída sin fin». La cual la expresa al presentar dificultades para saltar en
profundidad porque es perder sus apoyos, el permitirse ir hacia el vacío es perder
sus límites del cuerpo (que son proporcionados por el adulto cuando le ofrece estas
presiones en el cuerpo). Esta angustia también la expresa en las repeticiones de los
juegos de seguridad profunda que son realizados con preferencia en el material
blando.
Esquemáticamente los resultados de los análisis de expresividad psicomotriz pre-
sentados en la muestra son: (ver esquema 8)
Esquema 8
SÍNTESIS DE LA RELACIÓN ENTRE IMAGEN Y ESQUEMA CORPORAL
NIVEL JUEGOS ESQUEMA IMAGEN CORPORAL REPRESENTACIÓN
CORPORAL
P3 Seguridad pro- Acorde a las Proceso de estructu- Representa su proceso de
Jesús funda. escalas evoluti- ración y identidad corporal, más que
3a. 11m. Sensoriomotor - vas. Diferenciación. su vivencia corporal inme-
a 4a. 4m. Presimbólico diata.
Precisión
P3 Seguridad pro- Acorde a las Periodo de diferencia- Representa su proceso de
Carles funda. escalas evoluti- ción y construcción de identidad corporal, más que
3a. 6m. a Sensomotricidad. vas. su Yo corporal. su vivencia corporal inme-
3ª. 11m. Presimbólico. diata.
P3 Sensomotricidad. Acorde a las Proceso de identidad Representa su proceso de
Montse- Presimbólico. escalas evoluti- corporal, estructurado identidad corporal y tiene
rrat vas. y diferenciado. capacidad de verbalizar su
4a. a 4a. Afirmación de su per- vivencia inmediata.
5m. sonalidad. Inicio de la descentración.
Identificación con las
figuras parentales.
P4 Sensoriomotor Inestabilidad Angustia. Capacidad de representar
Rodolfo (actividades des- motriz. su vivencia corporal inme-
4a. 11m. bordadas). diata y su proceso de iden-
a 5a. 4m. Presimbólico. tidad corporal.
P4 Sensoriomotor. Acorde a las Estadio del espejo. Inicia el proceso de identi-
Benjamín Presimbólico (lle- escalas evoluti- Proceso hacia la dife- dad corporal.
4a. 3m. a nar, construir). vas. renciación. En la representación imita.
4ª. 8m. Imitación.
Seguridad pro-
funda (con adul-
to).
P4 Seguridad pro- Acorde a las Proceso de identidad Capacidad de representar
Jordi funda. escalas evoluti- corporal estructurado su vivencia corporal inme-
4a. 3m. a Sensoriomotor. vas. y diferenciado. diata y su proceso de iden-
4a. 8m. Presimbólico. tidad corporal.
Precisión.
Simbólico.
P5 Sensoriomotor. Acorde a las Proceso de identidad Su representación gráfica
Sonia Precisión. escalas evoluti- corporal, estructurado está relacionada con su
5a. 2m. a Simbólico. vas. y diferenciado. vivencia corporal inmediata
6a. 1m. y en la construcción, repre-
senta su proceso de identi-
dad corporal.
Se reconoce a sí misma.
P5 Seguridad pro- Dificultad en Estadio especular Su representación gráfica
Manuel funda. coordinación y (identificación, dife- está relacionada con su
5a. 2m. a Presimbólico. ritmo. renciación). vivencia corporal y en su
5a. 7m. Precisión. Angustia. construcción representa su
proceso de identidad corp o-
ral.
P5 Seguridad pro- Síntoma psico- Perturbación de la Las reproducciones gráficas
Javi funda. motor debido a imagen por trastorno están relacionadas con su
5a. 7. A Precisión. una alteración psicomotor. vivencia corporal (figura no
6a. Sensoriomotor. neurológica unificada).
Presimbólico. (perturbación). En la construcción repre-
senta su proceso de identi-
dad corporal.
CONCLUSIONES
La relación que existe entre el esquema corporal y la imagen corporal a través del
análisis del juego y la representación, se ha podido constatar a partir del segui-
miento realizado en las sesiones de Práctica Psicomotriz en un contexto educativo.
Durante el desarrollo de las sesiones se certificaron las diferentes etapas por las
que atraviesa el niño, haciendo notar un primer momento en el cual la expresividad
motriz de éste, está situada en la acción sobre el cuerpo, momento donde el niño
toma conciencia global de sus sensaciones y percepciones, continuando con un
proceso hacia un cuerpo separado de los otros, a través del espejo que recibe del
otro y a través de su propio proceso de descentración. Pasando a una etapa
sensoriomotriz que le permite afirmar e interiorizar sus conductas motrices
instaurando una plataforma que lo guía a constituirse como un sujeto individualizado
y diferenciado. La resultante de todo el proceso descrito es la génesis de la
estructuración de la identidad corporal. Respetando la individualidad y el momento
en que se encuentra cada niño, se ha observado que existen semejanzas que han
permitido llegar a las siguientes conclusiones:
La imagen y el esquema corporal se reflejan en el juego y en la representación,
siendo éstos elementos indisociables, que se resignifican durante todo el proceso.
Lo más característico del análisis del juego y su representación en los niños más
pequeños (tres a cuatro años) es que reflejan el proceso de identidad corporal en el
que se encuentran. El niño representa lo que siente con respecto a su cuerpo, como
una proyección de su imagen corporal. La representación y el juego que realiza el
niño en la sala, reflejan el momento de evolución y su proceso psíquico de entender
el mundo, (donde están los demás), de entenderse a sí mismo y el deseo de com-
prender la realidad externa que le ayude a estructurarse.
Los niños entre cuatro y seis años, representan su vivencia corporal inmediata y
mediata y su identidad corporal, gracias a la experiencia adquirida en el espacio y
con los otros. A través de la expresividad psicomotriz y la representación, algunos
niños manifiestan carencias que se remontan en las primeras relaciones con la
madre.
En el periodo de cuatro a seis años se inicia el juego simbólico acompañado de un
lenguaje elaborado, como un proceso de interiorización y descentración, el cual es
una modalidad de expresión significativa, aunada a la vivencia corporal y al proce-
so de identidad hacia la individualización y diferenciación.
El esquema y la imagen corporal van en la misma dirección, hacia la misma meta,
que es la estructuración del ser; pero no necesariamente van unidas, es un proceso
biunívoco, que se resignifica a través de las experiencias a lo largo de la vida. La
imagen se guía por el esquema y viceversa, ambos en una búsqueda constante sin
que exista un momento en que coincidan por completo, es por esta búsqueda
constante de ajuste por la que el sujeto evoluciona.
Existen puntos de intersección entre la imagen y el esquema que representan el
momento actual, el cual está influenciado por la búsqueda constante hacia la satis-
facción de sus necesidades y deseos.
A lo largo de la investigación se constató que en estos puntos de intersección, se
pueden observar las características de la imagen y el esquema corporal, así los
BIBLIOGRAFÍA:
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Winnicott, D. (1985). Realidad y juego. Barcelona: Gedisa.
PALABRAS CLAVES:
Esquema corporal, imagen corporal, identidad corporal, representación, juego, Prác-
tica Psicomotriz.
ABSTRACT:
We studied the existing relationship between the image and body scheme, analyzing
the game and representation in nine kindergarten children, during 14 sessions of
Psychomotor Practice from January to May of 1997.
The analysis of these relationships show that the image and body scheme are non-
dissociable elements, that are reinstated during the whole process. The existence
of intersecting points between the image and the body scheme that represent the
actual moment of the process of structuring and corporal identity, are influenced by
the constant search for satisfaction of needs and wishes.
KEYWORKS:
Body scheme, body image, corporal identity, representation, game, Psychomotor
practice.
1) INTRODUCCIÓN
La clínica psicomotriz del bebé, nos ha permitido presenciar con disfrute y en otros
momentos con preocupación, el complejo camino que recorre un bebé hacia su
constitución como sujeto.
En nuestro primeros encuentros con los padres poco es lo que preguntamos acerca
de la historia, pues ante nuestros propios ojos esa inédita historia se está constru-
yendo. Del mismo modo, en el acompañamiento que realizamos del desarrollo del
bebé, «codo a codo» con los padres, nos hemos encontrado subrayando aspectos
que hacen a la construcción de funciones neuropsicológicas, siempre contextuali-
zándolas en el interior de un vínculo afectivo.
Dentro de la estructuración sinérgica de las funciones, vamos a hacer hoy, una
abstracción conceptual para referirnos a la atención como función que se va cons-
truyendo desde etapas muy tempranas.
Varios hechos relevantes nos incitan a ello:
a) Los muy buenos resultados que obtenemos en los tratamientos psicomoto-
res con bebés hiperexcitables y dispersos (fallas en la atención selectiva y en
la focalización), así como con otros inhibidos y/o con adherencia perceptiva
(hiperfocalización).
b) El señalamiento que realizara el Profesor Berry Brazelton, en oportunidad
del X Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Neurología Infantil, acerca
del valor pronóstico que él otorga para futuros aprendizajes escolares, ya a
los nueves meses de edad, a la capacidad atencional del bebé.2
• Intensidad,
• grado de contraste,
• complejidad,
• rapidez de cambio,
• grado de novedad,
.. y no como se creía antes de la forma, color, talla relativa, posición, movimiento,
etc., del estímulo.
La alternancia por turnos, resulta fundamental para mantener la atención en la
secuencia interactiva. Al respecto nos dicen Cramer y Brazelton (1993, 155): «La
capacidad de una madre de formar una envoltura conductual para contener al
bebé, de mantenerlo en estado de alerta y de posibilitar los ritmos necesarios de
atención y retraimiento es un factor crucial para su capacidad de comunicarse. Por
lo tanto, es importante que pueda alternar roles».
Es fundamental que la madre pueda considerar las cuatros etapas propias del re-
cién nacido para que la atención sea sostenida (Brazelton y Cramer, 1993):
• etapa de alerta inicial,
• etapa de creciente atención,
• interés gradualmente decreciente y
• alejamiento final
– Comienzos de exploración manual del objeto, semintencionalidad y
aumento del tiempo de permanencia
En torno de los 4 meses de edad del bebé, se produce un importante salto cualita-
tivo en el desarrollo, es capaz de sostener sin dificultades su cabeza, de rotarla, de
tomar objetos con sus manos y de explorarlos aplicando diferentes esquemas de
acción. Según Piaget (1985) la asimilación y la acomodación van diferenciándose
lentamente, lo que favorece cada vez más el pasaje de algo sensorial a algo explo-
ratorio, surgiendo la semi-intencionalidad y la búsqueda de procedimientos para
prolongar espectáculos interesantes. La atención del bebé es cada vez más afinada
y es capaz, gracias a los procedimientos para prolongar espectáculos interesantes
(seguimiento ocular de los movimientos rápidos del objeto, prensión ininterrumpi-
da, reacciones circulares diferidas, reconstitución de un todo no visible a partir de
una fracción visible y la supresión de los obstáculos que impiden la percepción), de
permanecer atento por períodos cada vez más prolongados.
– Atención conjunta, comienzos de la conservación del objeto, reacción
frente al extraño
Hacia los 8 meses el bebé comienza a reaccionar frente a las personas que no le
resultan familiares, a la vez que comienza a buscar el objeto que desaparece ante
su vista. Estos hechos, hablan de una cierta capacidad del bebé de interiorizar en
forma de imágenes, objetos que no están presentes: la de su madre, la del objeto
que acaba de percibir pero ha desaparecido, etc. Este avance a su vez retroalimen-
ta el interés y por ende el periodo atencional sobre las exploraciones que realiza .
4) CONCLUSIONES
• El estar en el mundo y la atención a él son condiciones primarias de la exis-
tencia del hombre y por ende de la comunicación.
• El nacimiento de la atención, podría remontarse entonces, a la atención que
los padres, prestan desde antes del embarazo, a su futuro bebé.
• Se construye a partir de las primeras interacciones madre-bebé, cumpliendo
la atención el papel de brújula que regula la orientación afectiva y cognitiva
a la vez que sostiene la dirección seleccionada. Por ello los procesos de iden-
tificación de la madre con su bebé resultan claves para un buen estableci-
miento de dicha función.
• Los distintos momentos del proceso atencional, estarían activados, regula-
dos y organizados tanto por el bebé como por la mamá. La selección de los
estímulos por parte del bebé estarían reforzados por la actitud empática de
la madre que favorece y sostiene el interés despertado por el estímulo, ayu-
dando al niño a filtrar, a eliminar aquellos que son irrelevantes y a sostener la
atención en la interacción, respetando al bebé y evitando ser intrusiva. A su
vez, se ha comprobado, que el bebé dispone de competencias que le permi-
ten favorecer y sostener el interés de su madre sobre sí, así como regular o
incluso llegar a evitar la interacción.
• El acceso a la «atención conjunta» madre-bebé, –a partir de los 9 meses–
nos habla de las posibilidades del bebé de cierta descentración que le permi-
te atraer la atención de los otros a un foco común, pedir a través de un gesto
y posteriormente de una palabra.
• Con el acceso a la función simbólica, el niño puede dirigir su atención fuera
del campo perceptivo real, hacia el mundo de las representaciones. Esto le
da la posibilidad de combinar elementos de los campos visuales presentes y
pasados en un solo campo de atención lo que conduce a su vez, a una re-
construcción básica de otra función vital, la memoria.
• La atención no puede ser considerada como una función aislada y estática,
sino dentro de la sinergia de las funciones psíquicas superiores o dicho de
otro modo dentro de la singularidad de cada sujeto en el contexto de sus
circunstancias.
NOTAS:
1.- Brazelton, B., (1982) citado en Dr. J. L. Díaz Rossello y otros. La madre y su
bebé: Primeras interacciones, (1989), Montevideo, Uruguay: Editorial Roca
Viva (pág. 146)
2.- Brazelton, B., X Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Neurología Infan-
til. Montevideo. Mayo de l994.
3.- DSM- IV Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales publica-
do por la American Psychiatric Association de Washington. Barcelona: Masson,
S.A, 1995.
RESUMEN:
La atención se encuentra en la base del desarrollo del lenguaje y de los aprendiza-
jes porque permite al niño acceder a la función simbólica. Además de dinamizar las
funciones psíquicas superiores, regula la orientación afectiva y cognitiva a lo largo
del desarrollo infantil. Este artículo presenta cómo se desarrolla la atención a partir
de la relación entre el bebé y su madre, tal y como se pone de manifiesto en las
experiencias de intervención psicomotriz temprana.
PALABRAS CLAVES:
Atención, intervención psicomotriz temprana, función simbólica, desarrollo infantil,
funciones psíquicas superiores, lenguaje, afectividad, desarrollo cognitivo.
ABSTRACT:
The attention is found in the base of the development of the language and of the
learnings because it allows the child to access to the symbolic function. Besides
energizing the high psychic functions, it regulates the affective and cognitive orien-
tation along the children’s development. This article presents how the attention is
developed starting from the relationship between the baby and their mother, as the
early psychomotor experiences show us.
KEYWORDS:
Attention, psychomotor early intervention , symbolic function, infantile develop-
ment, high psychic functions, language, affectivity, cognitive development.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad existe plena conciencia de la importancia que tiene el desarrollo
psicomotor infantil para la adquisición de aprendizajes significativos y de calidad.
Esto queda de manifiesto en los fundamentos que sustentan las nuevas Bases
Curriculares de la Educación Parvularia en Chile, que indican que «el aprendizaje
activa el desarrollo, especialmente si lo que se propone a los niños/as se relaciona
con sus experiencias previas. A su vez, las posibilidades de ir más allá en el apren-
dizaje dependen en cierto grado de las propias pautas madurativas del desarrollo»
(Mineduc, 2001, 16). Además, debemos reconocer que el desarrollo de las conduc-
tas motrices del hombre están insertas en su evolución biosocial. El aprendizaje
motriz de los niños se da en la interacción de la maduración del sistema nervioso y
las situaciones de estímulo que proporciona el ambiente sociocultural y psicomotriz
en que vive (Rigal, 1987).
Da Fonseca (1998), destaca la importancia de la motricidad como elemento im-
prescindible para el acceso a los procesos superiores del pensamiento, indicando
que va desde una inteligencia neuromotora hasta una psicomotora.
Por otra parte, surge la necesidad de poseer datos concretos acerca del nivel de
desarrollo psicomotor de los niños y niñas en edad pre-escolar, que ayuden a me-
jorar las orientaciones pedagógicas en relación a los aprendizajes esperados para
cada ciclo de educación parvularia.
Sin embargo, en la ciudad de Talca (Chile) no existe un diagnóstico referido
específicamente al nivel de desarrollo psicomotor de los niños y niñas que asisten a
los Jardines Infantiles asociados a la Junta Nacional de Jardines Infantiles «JUNJI».
Por lo tanto, nuestro estudio tiene como propósito describir el desarrollo psicomotor
de los niños y niñas de 3 años, 0 meses, 1 día hasta los 5 años, 0 meses, 0 días de
Tabla Nº 01
Resultados totales del test TEPSI y subtest de coordinación, lenguaje y motricidad,
aplicado a los niños y niñas de todos los niveles, que van desde los 3 años 0 meses,
1 día hasta 5 años, 0 meses, 0 días.
TEPSI Nº Coordinación Lenguaje Nº Motricidad Nº
Categoría niños/as % Nº niños/as % niños/as % niños/as %
Normal 475 85.7% 447 80.7% 451 81.4% 522 94.2%
Riesgo 55 9.9% 84 15.2% 78 14.1% 21 3.8%
Retraso 24 4.3% 23 4.1% 25 4.5% 11 2.0%
Gráfico 01
600
522
Nº total de niños/as evaluados
500 475
447 451
400
Normal
300 Riesgo
Retraso
200
84 78
100 55
24 23 25 21 11
0
TEPSI Sub-test Sub- Sub-test
Coordinación testLenguaje Motricidad
Test TEPSI y sub-test
En tabla Nº 02 y gráfico Nº 02 (a, de los resultados del test TEPSI, podemos observar
que el número de individuos más alto que se ubicó en la categoría de normalidad,
fueron las damas, quienes superaron en 7 a los varones.
En los resultados de los subtest entre las damas y los varones: por un lado, el
número de individuos más alto que se ubicó en el sub-test de motricidad y fueron
los varones quienes superaron en 6 a las damas. Por otro lado, en la categoría
retraso se observa que el número más alto fue de los varones, y se encuentra en el
subtest de coordinación.
Gráfico 02
300
Nº de niños/as evaluados
250
200
Normal
150 Riesgo
Retraso
100
50
0
Varones Varones Varones Varones
TEPSI Sub-test Sub-test Sub-test
Coordinación Lenguaje Motricidad
Test TEPSI y Subtest
NOTAS:
1
Los Centros de Educación Pre-escolar en Chile se denominan Jardines Infantiles, es por
ello que en adelante utilizaremos dicho concepto.
2
Esto es, después de visitar los archivos de las bibliotecas de: la Universidad Católica del
Maule, la Universidad de Talca, la Universidad de Concepción y la Biblioteca Nacional.
BIBLIOGRAFÍA:
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Editorial Cinco.
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• WALLON, H., 1976, Los orígenes del pensamiento en el niño. Ed. Nueva Visión.
Buenos Aires – Argentina
RESUMEN:
El presente artículo corresponde a los resultados del estudio sobre el desarrollo
psicomotor de los niños y niñas de 3 a 5 años de edad, que asisten a Centros de
Educación Pre-escolar asociados a la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI),
de la ciudad de Talca (Chile). De ellos se extrajo una muestra aleatoria, posterior-
mente se les aplicó el Test de Desarrollo Psicomotor de 2 a 5 años TEPSI de las
autoras Isabel Haeussler y Teresa Marchant que evalúa el desarrollo psicomotor
infantil en tres áreas: Coordinación, Lenguaje y Motricidad.
ABSTRACT:
The present article corresponds to the results of the study on the psychomotor
development of the children from 3 to 5 years of age that attend Centers of Pre-
school Education associated to the National Board of Kindergardens (JUNJI), in the
city of Talca (Chile). A random sample was extracted from these. Later on the
Psychomotor Development Test for 2 to 5 years children (TEPSI), by Isabel Haeussler
and Teresa Marchant, was applied. This test evaluates the children’s psychomotor
development in three areas: Coordination, Language and Movement.
KEYWORDS:
Psychomotor development, pre-school education, evaluation, coordination, language,
motility.
RESÚMENES / ABSTRACTS
Nuestra intención inicial, como indica el título de la obra, sólo pretendía fundamen-
tar conceptualmente un territorio tan ambiguo como el que se ha dado en llamar
Psicomotricidad. Pero esta labor no intenta conseguir un referente general y defini-
tivo sino que, simplemente, se plantea un ensayo que aluda sólo a la intervención
psicomotriz que se produce en el ámbito de la Educación Física.
Estamos convencidos que el empleo de la intervención psicomotriz, o de cualquier
otra metodología, forzosamente, ha de estar justificado por una previa intención
educativa que, como afirmaba Pierre Vayer, fundamente la posterior acción educa-
tiva pues, en otro caso, sólo estaríamos ante una simple ocurrencia, ante la mera
reproducción de un ritual sin sentido, de unas actividades que, a lo sumo, podrán
aspirar a ser amenas y divertidas.
La única manera posible de evitar esta situación es conocer los mecanismos y es-
tructuras que se pretende manipular, activar o modificar, su funcionamiento, su
desarrollo y el porqué de sus disfunciones. Sólo después, podrán diseñarse distin-
tas estrategias que, argumentadas por paradigmas concretos, se materializarán en
distintos métodos.
Número 10
vol. 3 (2)
Mayo de 2003
taIber
oamer
icana
dePsi
www.iberopsicomot.net
comot
ricida
dyTéc
nicas
Editan:
Asociación de Psicomotricistas
del Estado Español y Red
Corpo
Fortaleza de Psicomotricidad
ISSN: 1577-0788 r a l e s
www.iberopsicomot.net
vol. 3 (2)
Número 10
Mayo de 2003