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El 15 de Septiembre se celebra el Día de la Independencia con todas las escuelas marchando por

las ciudades. Las familias también se la pasan juntas y por la mayoría es un día de celebrar entre
todos en la área.

Honduras, junto con las otras provincias centroamericanas, se independizó de España en 1821;
después fue brevemente anexada al Imperio mexicano. En 1823, Honduras se unió a las recién
formadas Provincias Unidas de América Central. Al poco, las diferencias sociales y económicas
entre Honduras y sus vecinos regionales exacerbaron la áspera lucha partidista entre líderes
centroamericanos y trajeron el colapso de la Federación en 1838 - 1839.

El Gral. Francisco Morazán - un héroe hondureño nacional - condujo los esfuerzos fracasados a
mantener la federación. Restaurar la unidad centroamericana fue el objetivo oficialmente indicado
como principal en la política exterior hondureña hacia el final de la Primera Guerra Mundial.

En el siglo XIX se proyectó la línea de ferrocarril desde la costa caribeña a la capital, pero agotó su
presupuesto cuando alcanzó la ciudad de San Pedro Sula, por lo que se convirtió así San Pedro en
el principal centro industrial y la segunda ciudad más grande.

Desde la independencia, Honduras ha sido sacudida con casi 300 rebeliones internas, guerras
civiles y cambios del gobierno, más de la mitad de ellos durante el siglo XX. El país
tradicionalmente careció tanto de una infraestructura económica como de integración social y
política.

Su economía basada en la agricultura vino a ser dominada en este siglo por compañías
estadounidenses que establecieron enormes plantaciones de plátano a lo largo de la costa del
norte. El capital extranjero, la vida de plantación, y la política conservadora dominaron Honduras
desde el tardío XIX hasta mediados del siglo XX.

Durante los años relativamente estables de la Gran Depresión, el General autoritario Tiburcio
Carias Andino controló Honduras. Sus lazos con dictadores de países vecinos y con compañías de
plátano estadounidenses le ayudaron a mantener el poder hasta 1948. Para entonces, los líderes
provinciales militares habían comenzado a ganar el control de los dos partidos principales, los
Nacionalistas y los Liberales.
“La Patria es el terruño, nuestro afecto primero donde se alza el palacio del rico potentado, donde
se eleva humilde la choza del obrero, nuestro suelo bendito, nuestro suelo sagrado. La Patria es
esta tierra que guarda fervorosa las sagradas cenizas de nuestros bisabuelos; que encierra en sus
entrañas riquezas fabulosas, y cubre sus campiñas la flora más hermosa y soles relucientes
pueblan sus claros cielos”.

La celebración de las fiestas patrias durante el mes de septiembre es una excelente oportunidad
para reflexionar sobre el sentimiento y el concepto de Patria y su estrecho vínculo con la libertad;
sin Patria no hay libertad pero sin libertad tampoco puede haber Patria, la libertad de la nación
con respecto a las demás naciones con independencia, soberanía y autodeterminación.

Estamos celebrando el 193 Aniversario de Independencia, luego de que Honduras fue gobernada
como parte del virreinato de Nueva España, por casi 3 siglos, en dicha lucha Honduras se unió con
Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica en una federación que felizmente aniquiló el
dominio español.

Aún recuerdo cuando de niño mi padre me contaba la siguiente anécdota: “En mi pueblo, frente al
viejo cabildo municipal, se izaba y arriaba la Bandera todos los días, durante este acto solemne, los
hombres, las mujeres los niños y niñas detenían sus pasos y se quitaban el sombrero, el que venía
montado se baja del caballo y ¡ay de aquel que osara seguir la marcha!, inmediatamente era
detenido y encerrado en un calabozo hasta la mañana siguiente, así me decía él, aprendimos a
respetar los símbolos patrios, así nos enseñaron nuestros maestros el amor por nuestra
Honduras”.

Estos 193 años debería de acercarnos más a ese destino de unidad porque fue así que un día
nacimos, quizás prematuramente a la independencia, con pocas vías de comunicación, con una
economía basada principalmente en la explotación de recursos forestales, con una agricultura de
subsistencia y una minería incipiente, este era el tipo de comercio que entrelazaban a las
pequeñas e incipientes repúblicas. Cada festividad nos debe de acercar más a nuestros hermanos,
hacia ese sueño de unidad que los próceres centroamericanos le dieron a nuestra independencia,
independencia que en su momento muchos personajes hondureños, que hoy rememoramos como
héroes nacionales, se enfrentaron y lucharon contra el dominio español, mediante estrategias que
les permitieron vencer y establecer una nación libre, soberana e independiente, Francisco
Morazán con sus ideales unionistas, José Cecilio del Valle con su  panamericanismo, sus
conocimientos y sabiduría, José Trinidad Cabañas con su ejemplo honradez aún acosta de su
beneficio, Dionisio de Herrera, como primer jefe de Estado con su aporte a la organización del
Estado y con el  padre José Trinidad Reyes apostándole a la educación, a todos ellos se les
recuerda por sus grandes aportes, ideas y acciones en beneficio de nuestro país, nos heredaron
costumbres y valores, una nación independiente, que cada uno de ellos ejemplificó con sus
acciones positivas.

“Donde mora la libertad allí está mi Patria”, sentenció Benjamín Franklin (1706-1790), uno de los
padres fundadores de Estados Unidos, quien fue además un incansable luchador por la abolición
de la esclavitud.

Juan Bautista Alberdi (1810-1884), filósofo político y periodista argentino cuyas ideas sobre la
libertad fueron la inspiración de la Constitución de la República Argentina de 1854, dijo que
heredamos de España una concepción patriótica en la que “el hombre individual se debía entero a
la Patria; le debía su alma, su persona, su voluntad, su fortuna, su vida, su familia, su honor”.

En estos días de agitación social es extremadamente importante que como padres de familia,
como maestros, como alumnos, como trabajadores del campo y la ciudad, como empresarios,
como ciudadanos comunes, nos responsabilizamos por el mejor desempeño en nuestras
actividades cotidianas, es como ciudadanos conscientes del cumplimiento de nuestros deberes y
derechos ciudadanos, como podremos salir adelante, es necesario el rescate de nuestros valores
cívicos, valores morales, como el ejercicio de la soberanía popular, la libertad individual, la
igualdad política, la fraternidad, el respeto por los demás, la tolerancia y la paz, así como ejercitar
el diálogo y el acuerdo como el único medio para la solución de conflictos, eso es construir una
nación esas son otras formas de hacer Patria.

El recuerdo de nuestros próceres nuestro Escudo, nuestra Bandera Nacional con las cinco estrellas,
semejando las cincos repúblicas centroamericanas que nacieron frágilmente unidas aquel 15 de
septiembre de 1821 en la Capitanía General de Guatemala, son los únicos símbolos que deben
estar presentes en estas celebraciones, nuestro Himno Nacional debe sonar con garbo en todos
los centros de enseñanza a nivel nacional y nuestra Bandera Nacional ondear, honrando así la
memoria de quienes se despojaron de los símbolos partidarios para abrazar únicamente los
mayores intereses de la Patria y dieron juntos la batalla, triunfando ante la adversidad.

Por la libertad, escribió Miguel de Cervantes en su obra maestra el ingenioso hidalgo don Quijote
de la Mancha, igual que por la honra se puede y debe aventurar la vida. En Honduras, la libertad
hay que conquistarla y preservarla a fin de que todos sus hijos podamos tener una verdadera
Patria para celebrar y disfrutar, en paz, en armonía garantizándola para el disfrute de nuestras
generaciones futuras.

Honduras atraviesa momentos difíciles, la sociedad en todo su conjunto esta siendo afectada por
diversos flagelos, hay un acelerado deterioro en la práctica de tradiciones y costumbres, la
delincuencia común y organizada con sus tentáculos internacionales está afectando a la
generalidad de la familia hondureña, el Estado y su institucionalidad está dando pasos firmes para
revertir esta realidad, sin embargo, debemos reconocer que el esfuerzo debe ser de todos, así es
que este es el momento de actuar y hoy más que nunca, nuestra visión debe estar orientada a
crear las bases de una sociedad justa, en paz, en completa armonía con la naturaleza, una
sociedad donde impera el respeto mutuo, una sociedad de oportunidades para las futuras
generaciones.

Teniente coronel de artillería D.E.M.


Eduardo Chinchilla Núñez

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