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Reporte de lectura

Lector in fabula. La cooperación interpretativa en el texto narrativo.


Capítulo: “El lector modelo”.

Eco, Umberto. (1993). Lector in fabula. La cooperación interpretativa en el texto


narrativo Barcelona: Editorial Lumen.

“El texto está plagado de espacios en blanco, de intersticios que hay que rellenar; quien lo
emitió preveía que se los rellenaría y los dejó en blanco por dos razones. Ante todo, porque
un texto es un mecanismo perezoso (o económico) que vive de la plusvalía de sentido que
el destinatario introduce en él y sólo en casos de extrema pedantería, de extrema
preocupación didáctica o de extrema represión el texto se complica con redundancias y
especificaciones ulteriores (hasta el extremo de violar las reglas normales de
conversación). En segundo lugar, porque, a medida que pasa de la función didáctica a la estética, un texto quiere
dejar al lector la iniciativa interpretativa, aunque normalmente desea ser interpretado con un margen suficiente de
univocidad. Un texto quiere que alguien lo ayude a funcionar”.

Zharay Viviana Núñez Rincón


Teoría Literaria
Universidad del Atlántico
Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana

Umberto Eco, en su libro lector in fabula, desarrolla una serie de patrones en donde describe como el lector coopera
de manera interpretativa en los textos narrativos, así como también, se centra en la formalización del acto de lectura
de la narración. En este caso, nos enfocaremos en su capítulo “Lector modelo". Eco, divide este capítulo en
subtemas, donde expresa de manera concisa todo lo relacionado con un lector modelo, siendo “el papel del lector” su
primer punto en cuestión.

Para Eco, un texto representa una serie de artificios expresivos, en los cuales el destinatario (nombrado así, como el
lector) se postula como un operador, capaz de actualizar el texto o bien sea completarlo y darle sentido e
interpretación es decir, darle sentido a los códigos que plasma el emisor en él. Entonces, estos textos nos demandan
a los lectores capacidades gramaticales, que en consecuencia, buscan que el destinatario rellene esos espacios,
silencios significativos o bien sea algunas que se encuentran insertas en los textos. El texto nos solicita una especie
de cooperación activa consciente, es decir, un texto pretende darle al lector la iniciativa interpretativa, pretende que
alguien le contribuya para funcionar. De hecho un texto se emite para que alguien lo actualice y realice un trabajo de
inferencia, aunque no se espere que ese alguien exista empíricamente.
Sin embargo, a medida que a un texto se le va otorgando sentido este seguirá estando incompleto. El autor lo
justifica en dos razones. Primeramente, este no refiere sólo a objetos lingüísticos definidos como texto, sino que
además engloba mensajes, oraciones, imágenes (dicho también como un texto icónico) y los términos aislados.
Seguidamente, a medida que pasa de función didáctica a función estética, pretende dejar iniciativa interpretativa en
el lector, con el fin de ser interpretado de forma unívoca. Por otra parte, decodificar un texto, es decir, actualizarlo,
dotarlos de sentido, requiere de condiciones, entre ellas la competencia lingüística; manejar el mismo lenguaje. Y la
competencia circunstancial; capacidad de entender los códigos sociales y los elementos de la comunicación no
lingüística.

Eco, plantea en “cómo el texto prevé al lector” que los códigos del destinatario pueden variar parcialmente a los
códigos del emisor, además este expresa, que un código es una unidad muy compleja, que carece de simplicidad y
por lo contrario, este es un sistema sistemas de reglas, en donde el código lingüístico no logra comprender el
mensaje lingüístico. La condición de existencia de los textos, se topa contra la ley pragmática la cual formula que: la
competencia del destinatario no coincide necesariamente con la del emisor. El texto, es comprendido además, como
un producto cuya suerte interpretativa debe formar parte de su propio mecanismo generativo, es decir, generar un
texto significa aplicar una estrategia que incluye las previsiones de los movimientos del otro, lo que lleva al autor
prever un lector “modelo” En definitiva, Eco postula, que un emisor crea una estrategia textual, previendo a los
movimientos del lector, en donde este emisor va dejando plasmado en el texto, determinados códigos, suponiendo
que el destinatario logre manejarlos e interpretarlos. Su lector modelo, representa las capacidades de interpretar estos
códigos, para que así logre alcanzar una interpretación correcta del texto que es generado por el emisor. Eco, expresa
que un autor establece su lector modelo de diversas maneras: algunas son el idioma; en el caso de una persona que
escriba un texto en idioma Francés, automáticamente está descartando como lector a las personas que no sepan el
idioma Francés. Otro caso sería, la enciclopedia que posee una persona, es decir, los términos específicos que utilice;
los científicos, los médicos, etc. También podría ser el caso de léxico y estilo; manera de escribir del autor. El autor,
crea a su lector modelo, mediante estos códigos, el manejo del texto de determinada manera, para que su lector
modelo pueda seguir el camino que este le vaya marcando. A su vez, cada texto requiere de un lector modelo que se
identifica con el conjunto estrategias necesarias para contribuir en la construcción de un texto.

En esta sección “Textos cerrados y textos abiertos", el autor, explica que existen ciertos autores que al momento de
crear sus textos eligen códigos muy selectos. Pueden escribir un texto específico; científico o cualquiera que sea el
caso. El punto es que estos emisores pueden escribir estos textos mediante un lector modelo muy en específico por
medio de dichos códigos, un estilo definido, a esto lo llama eco como un texto cerrado. Es decir, un texto cerrado va
dirigido a un tipo de lector, a alguien especializado o muy relacionado con el tema que se escribe. Posee un enfoque
específico, muy técnico y está determinado para ser leído por un lector modelo que cumpla con la características
para la lectura e interpretación del texto. Sin embargo, hay ocasiones en las que estos textos cerrados se vuelven
textos abiertos, esto ocurre cuando el texto cerrado cae en manos de alguien que quiere interpretarlo o abusar de una
manera que no estableció el autor, además hay casos en donde el lector modelo no se calcula de la manera que se
tenía planeada. Retomando el orden de ideas, Eco, dice que la apertura de los textos cerrados es un proceso externo
al texto. En cuanto a los textos abiertos, Umberto Eco, explica que estos se reflejan cuando un emisor decide hasta
que punto vigilar la cooperación del destinatario, es decir, el autor decide en que momento direccionar y en que
momento soltar la interpretación libre del receptor. En este caso el lector modelo de un texto abierto estará
construido, a partir de un lector que sea capaz de ir llenando esos silencios significativos.
Sin embargo, aunque sean textos abiertos, no significa que no exista una estrategia textual. Uno de los aspectos
principales que involucran a esta, es que los autores que crean este tipo de textos, a pesar de la diversidad de
interpretaciones posibles que posean sus textos, una no restrinja a la otra sino que por lo contrario, se potencien.

En este subtema, citado como “Uso e interpretación”, Eco, hace referencia a la definición del uso libre de un texto y
a la interpretación de un texto abierto. Es decir, definir un texto utilizado para el goce o por lo contrario, ese mismo
texto ya preveía en su estrategia, una manera más libre de interpretación. La interpretación supone siempre una
dialéctica entre el emisor y la lectura que hace el lector modelo o bien sea, el resultado que genera el lector.
Posteriormente, el uso es cuando alguien se apropia del texto y lo interpreta a su disposición, en otras palabras
podría decirse: el uso es una práctica intencional. El uso del texto, permite la creación de un nuevo texto e incluso
describir elementos ocultos que pasaron desapercibidos al momento de la interpretación. Sin embargo los textos
cerrados son más resistentes al uso, otorgados para un lector modelo muy definido al intentar dirigir representativa
su cooperación dejando espacios de usos bastante flexibles.

Umberto Eco, en este epígrafe “Autor y lector como estrategias textuales", se basa, en el proceso de la
comunicación, es decir, se centra en un emisor, el mensaje y un destinatario. Estos se presentan gramaticalmente en
el texto, se encuentran con papeles o con roles de la estrategia textual. Cada vez que se encuentran pronombres
personales en un mensaje, no se habla precisamente de un autor empírico( autor real) ni mucho menos de un lector
empírico ( lector real, posee una enciclopedia), sino que hace referencia al emisor y destinatario como estrategias
textuales. Por ende, cada vez que se utilicen términos como autor y lector modelo, se entiende entonces como tipos
de estrategias textuales, trabajando como una dualidad. En donde el autor modelo, es aquel que genera el texto o
bien sea el producto. Y el lector modelo es a quien va dirigido el texto y el conjunto de condiciones de felicidad
establecidas textualmente, que deben satisfacerse, para que el contenido potencial de un texto quede plenamente
actualizado.
En esta última sección, del capítulo lector modelo, nombrada “El autor como hipótesis interpretativa” el autor Eco,
hace referencia tanto al autor empírico el cual debe generar hipótesis de lector modelo, como el lector empírico el
cual debe generar una hipótesis de autor modelo. Entonces, un lector genera una hipótesis de autor modelo mediante
las huellas plasmadas en el texto, la estrategia textual, los códigos que el emisor dejó en el texto..
Se puede hablar de autor modelo como una hipótesis interpretativa, cuando se asiste a la aparición del sujeto de la
estrategia textual, tal como esta estrategia lo presente. Sin embargo, Eco, expresa que además de fijarse en las
huellas textuales, debemos en efecto, centrarnos en el contexto del enunciado. Es decir, no es lo mismo leer un texto
cuyo autor lo escribió en condiciones normales, que por lo contrario, leer un texto cuyo autor lo escribió en
situaciones críticas, por ejemplo: secuestrado, al borde de la muerte, etc. Teniendo en cuenta estas circunstancias o
mejor dicho, contextos de un enunciado, esto transforma totalmente la manera en que se afronta el texto y por ende
transforma al autor modelo. Entonces, para construir un autor modelo se debe encontrar huellas textuales, así como
también el contexto del texto, fijarnos en el mundo externo al dicho texto.

Para concluir, es evidente que Umberto Eco, propone un cambio para la forma de interpretar un texto, comprender la
la relación entre el lector y los textos que recibe. Un texto siempre estará incompleto sino es interpretado por dicho
lector.

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