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Obj y Fines Pol Eco PDF
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ducción del déficit público a un cierto porcentaje del PIB, que pueden ser alcanzables
en un período de tiempo relativamente corto (un ejercicio económico), mientras que
hay otros objetivos cuyo logro requiere períodos bastante más largos, ya que difícil-
mente cabe esperar resultados apreciables a corto plazo. Tal sería el caso de las accio-
nes encaminadas a mejorar la distribución de la renta de un país, a modificar las es-
tructuras productivas para permitir que puedan lograrse tasas de crecimiento más
elevadas, o en el caso de algunos países, la solución de los problemas crónicos de la
balanza de pagos.
En las economías contemporáneas, la distinción entre POLÓTICAS COYUNTURALES y PO
LÓTICAS A MEDIO
LARGO PLAZO se acepta sin reservas. Es más, como se verá al examinar el
contenido y exigencias de los distintos objetivos de política económica, en bastantes
casos puede hablarse también de políticas a corto y a largo plazo CON REFERENCIA A UN
MISMO OBJETIVO. Así, en el caso del empleo (o de la lucha contra el desempleo), la si-
tuación a la que se han visto abocados muchos países en los últimos años obliga a es-
tablecer políticas de empleo a corto y a largo plazo, cada una de ellas con unas metas
y un tipo de acciones bien diferenciadas. También en el caso del crecimiento económi-
co suele distinguirse entre el logro de una tasa estable y lo más próxima posible a la
capacidad potencial de la economía del país, que normalmente se considera que forma
parte de la política coyuntural, y las acciones encaminadas a crear o mejorar las condi-
ciones de crecimiento y desarrollo de dicha economía, que siempre se consideran po-
líticas a largo plazo.
Denominación en términos
Significado
abreviados
FINES INTERNOS
1. Bienestar económico Elevación del nivel de vida general de todos los ciudadanos.
3. Equidad e igualdad Igualdad ante la ley y en las condiciones básicas de desarrollo personal.
5. Solidaridad La reducción de las tensiones entre los diversos grupos sociales, ya sean
étnicos, regionales, religiosos, lingüísticos, profesionales o de edad.
7. Valores éticos Fijación prioritaria de algunos principios relacionados con la moral y/o re-
ligión.
FINES EXTERNOS
8. Paz y seguridad Defensa contra las posibles agresiones o amenazas extranjeras, incluyendo
el apoyo a los acuerdos internacionales de seguridad y de paz.
Un rasgo esencial de los objetivos económicos y sociales es que, en tanto que cons-
tituyen una concreción de los fines más generales, tienen un valor terminal en sí mis-
mos, aunque pueden considerarse también como MEDIOS para alcanzar esos fines más
elevados. En cualquier caso, lo que no cabe es confundirlos con otras variables del sis-
tema, como las llamadas «variables intermedias» y, menos todavía, con los «instru-
mentos», que normalmente son aquellas variables que pueden alterarse mediante una
decisión de las autoridades y que examinaremos más adelante.
Obviamente, cuando se revisan los objetivos perseguidos por los gobiernos de dis-
tintos países —o de distintas épocas, dentro de un mismo país—, estos objetivos que
acabamos de destacar aparecen acompañados por otros que ocupan incluso, a veces,
una posición prioritaria. Este es el caso, por ejemplo, de la «conservación del medio
ambiente» o, expresado de otra forma, el logro de un «desarrollo sostenible». Otro ob-
jetivo que a veces ha figurado en un lugar prioritario ha sido la «reducción de las dife-
rencias interregionales», un objetivo que puede relacionarse con el logro de una distri-
bución más equitativa de la renta o los ingresos, aunque contemplado desde la óptica de
los territorios (estados, provincias, regiones) que componen un país.
El Cuadro 3.3 recoge estos cinco objetivos básicos de la política económica, con
una breve descripción de los mismos. Su tratamiento detallado se abordará en varios
capítulos posteriores, que nos permitirán profundizar no sólo en el concepto y en los in-
dicadores generalmente utilizados para su medición, sino en los problemas básicos que
plantea el logro de cada uno de ellos.
2
Este objetivo puede considerarse también como un CUASIOBJETIVO, dado que el déficit o superávit de
la balanza de pagos (o de la balanza por cuenta corriente, si es ésta la referencia que se toma en considera-
ción) sólo afectan indirectamente a los ciudadanos. El equilibrio de dicha balanza suele estimarse como
importante por su relación directa con el crecimiento, el empleo y los precios (véase Capítulo 13).
60 POLÍTICA ECONÓMICA. 3.a EDICIÓN
Nota: Las definiciones e indicadores que recoge este cuadro son únicamente un avance, a modo de ejemplo. En los capítulos dedi-
cados posteriormente a cada objetivo se aportan y discuten más ampliamente algunos conceptos y los posibles indicadores
que cabe utilizar.
Hay dos observaciones que conviene hacer con respecto a esta propuesta. La pri-
mera es que el último de estos objetivos difícilmente puede considerarse como estric-
tamente «económico». Indudablemente, el tamaño y, sobre todo, la estructura de la
población tienen vinculaciones muy claras con el desarrollo de cualquier economía,
especialmente si en un objetivo de este tipo se incluyen la movilidad geográfica de la
población, el apoyo a la natalidad y los criterios sobre las inmigraciones de otros
países. Pero no es menos cierto que, en cuanto objetivo, tiene un marcado componen-
te social (pudiendo figurar, por tanto, en el bloque de los «objetivos sociales y otros
objetivos consumidores de recursos», al que nos referiremos posteriormente). En todo
caso, su ubicación dentro de los objetivos a largo plazo estaría siempre fuera de toda
duda.
La segunda observación es que el objetivo «equilibrio de la balanza de pagos» no fi-
gura en la relación que estamos comentando. Lo que explica este hecho es que el equi-
po del profesor Kirschen incorporó a su clasificación de objetivos una categoría adi-
cional: la de los FXDVLREMHWLYRV, grupo en el que estos autores incluyeron algunas
«variables intermedias», que quienes elaboran y deciden la política económica elevan
a veces a la categoría más alta de «objetivos». Sin embargo, no son objetivos propia-
mente dichos o, cuando menos, no lo son en sentido estricto, ya que no representan
cuestiones por las que los ciudadanos se interesan o que les afecten muy directamente.
Se trata de «variables» que, aun siendo importantes, se sitúan a un nivel más bajo que
los objetivos, puesto que son, realmente, «medios» para lograr los objetivos más rele-
vantes. Este sería el caso, de acuerdo con el criterio de los citados autores, del «equili-
brio de la balanza de pagos». Podrían entrar también dentro de esta categoría, y quizá
con más claridad que en el ejemplo anterior, «la elevación de la tasa de inversión», el
«crecimiento de la cantidad de dinero (M2, M3, ALP) dentro de unos márgenes deter-
minados», la «promoción de la división internacional del trabajo» y «la promoción de
la competencia interna», entre otros.
El bloque de los REMHWLYRVGHFDUiFWHUVRFLDOpuede llegar a ser muy amplio. En él
se integran normalmente todos aquellos objetivos que no son propiamente económi-
cos, pero que, por una parte, se orientan a MEJORAR O PRESERVAR EL BIENESTAR SOCIAL, y por
otra, ABSORBEN UNA PARTE IMPORTANTE DE LOS RECURSOS ECONØMICOS DE LA NACIØN. Esta úl-
tima razón es la que obliga a los responsables de la política económica a tomarlos par-
ticularmente en cuenta, al implicar unos costes en absoluto despreciables para la co-
munidad que, obviamente, restringen los recursos disponibles para los demás objetivos.
Entre ellos suelen figurar, por ejemplo: la defensa; la seguridad interna y externa; la
62 POLÍTICA ECONÓMICA. 3.a EDICIÓN
educación; la salud; la protección del medio ambiente; las ayudas a otros países. Algu-
nos de estos objetivos se relacionan muy directamente con lo que ha dado en llamarse
la «calidad de vida», objetivo de carácter bastante amplio, cuyo contenido se analiza en
un capítulo posterior.
to de una legislatura. Otros ejemplos del mismo tipo podrían ser: la reducción de los
gastos públicos ordinarios en 500.000 millones de pesetas, dentro de un plan de control
de gasto público orientado a lograr una mayor estabilidad, o la creación de 150.000 vi-
viendas con determinados beneficios fiscales o crediticios en tres años, como parte del
objetivo de bienestar social.
La fijación de un nivel absoluto «k» puede dar lugar a tres posibles opciones:
K1 a /1 a K2
64 POLÍTICA ECONÓMICA. 3.a EDICIÓN
Si se plantea el tema de forma aislada, el logro de cada uno de los posibles objetivos po-
dría tratarse como un problema independiente. Fijando la meta a lograr (bien sea en
forma de tasa; de un máximo; de un mínimo, o de una banda con unos límites bien de-
finidos) y dadas unas determinadas condiciones o restricciones, el problema se reduci-
ría a saber si contamos con el (los) instrumento(s) adecuado(s) para alcanzar la citada
meta. Teóricamente, el problema podría tener, pues, una clara solución. Sin embargo, la
realidad económica es bastante más compleja. Las exigencias de los ciudadanos a sus
gobernantes no se reducen nunca a un solo objetivo, y las promesas y propósitos de
quienes están desempeñando un gobierno o de quienes desean conseguir más votos
desde la oposición suelen referirse a un amplio conjunto de objetivos, ya sean estricta-
mente económicos o de carácter social y político, aunque con implicaciones económi-
cas. De hecho, como se ha señalado ya anteriormente, el «pluralismo» de objetivos es
un GDWRGHSDUWLGD en los problemas de la política económica real, del cual acaban de-
rivándose —por la propia interrelación entre las diversas variables económicas— los
conflictos entre objetivos.
Que existan o puedan existir conflictos entre los objetivos a lograr no significa, ob-
viamente, que la política económica se enfrente con un problema de imposibilidad.
Todo lo contrario. La existencia de conflictos se convierte en una de las «razones» de
la política económica o, si se quiere, en uno de los elementos que justifican el plan-
teamiento de distintas alternativas político-económicas y la elección de una de ellas
como la más satisfactoria para la comunidad. Al fin y al cabo, lo que los conflictos
plantean es la imposibilidad de alcanzar todos los objetivos a la vez o, al menos, de al-
canzarlos simultáneamente en su máximo grado. Lo que es tanto como decir que la
existencia de conflictos obliga a elegir entre distintas combinaciones de objetivos. Dicha
elección implica, pues, que se otorga más preferencia a unos objetivos que a otros (bien
sea a corto o a medio o a largo plazo), lo que supone alcanzar un TRADE
OFF, resultado de
una «negociación» o combinación de los objetivos que realmente se desean conseguir
y de los niveles o metas (TARGETS) que se considera que es posible lograr en cada caso.
En función de dicha combinación de objetivos se diseña la política o políticas más ade-
cuadas.
Las relaciones de compatibilidad/incompatibilidad entre objetivos pueden plan-
tearse genéricamente desde tres puntos de vista:
• En términos estrictamente teóricos y estáticos.
• Introduciendo el corto y el largo plazo.
• Considerando los objetivos sociales, además de los económicos.
y2 y2
y1 y1
(a) Conflicto fundamental (b) Complementariedad
y2 y2
y1 y1
(c) Complementariedad/Conflicto (d) Independencia
1. #ONFLICTOS DE CARÈCTER FUNDAMENTAL
Corresponden al caso en el que dos o más objetivos son realmente incompatibles en-
tre sí.
El conflicto se manifiesta, en último término, en que cualquier deseo de lograr en
mayor grado un determinado objetivo ( Y1) supone la necesidad de disminuir o tener
que renunciar inevitablemente al logro de otro objetivo ( Y2).
En realidad, el número de conflictos fundamentales o absolutos es relativamente
bajo. Podría existir, en principio, entre el objetivo incremento de la producción de un
país y el aumento del tiempo de ocio. Pero incluso en este caso cabría la posibilidad de
señalar la existencia de una zona de cierta compatibilidad, puesto que un aumento del
equipo capital y la utilización de tecnologías más eficientes que las que se venían em-
pleando podrían permitir el logro simultáneo de ambos objetivos. Un ejemplo algo más
claro que el anterior es el de la incompatibilidad que siempre existiría entre el objetivo
«favorecer la división internacional del trabajo» (mayor libertad de mercado, más com-
petencia) y el objetivo «protección de un determinado sector de actividad», a pesar de
que éste sea poco competitivo a escala internacional (p. ej., continuar produciendo ve-
hículos de transporte para un mercado «cautivo»).
66 POLÍTICA ECONÓMICA. 3.a EDICIÓN
2. 2ELACIONES DE COMPLEMENTARIEDAD
Este tipo de relación se daría entre dos objetivos cuando el logro de uno de ellos
suponga la posibilidad de mejorar simultáneamente el segundo. Uno de los ejemplos
más citados es el de las relaciones entre el crecimiento económico y la creación de em-
pleo. El logro del primero implica —al menos a partir de un determinado nivel de cre-
cimiento— la creación de un mayor número de empleos netos. Sin embargo, también
aquí la realidad impone limitaciones. A partir de la crisis económica de los setenta, mu-
chas economías avanzadas han podido constatar que el logro de tasas de crecimiento
muy aceptables (2-3% en términos reales) no siempre ha comportado la simultánea
creación neta de puestos de trabajo (nuevos empleos deduciendo los que simultánea-
mente se destruyen). El crecimiento implica aumentos en la productividad, pero algu-
nas mejoras de la productividad no están necesariamente ligadas a aumentos del em-
pleo. De hecho puede suceder lo contrario. La introducción de algunas mejoras y
avances tecnológicos permite lograr aumentos en la producción de una empresa que no
deben significar necesariamente mayores requerimientos de mano de obra; incluso pue-
de suceder, como de hecho ocurre, que las nuevas técnicas e innovaciones determinen
la pérdida de puestos de trabajo en un determinado sector, compensados o no compen-
sados por la creación de nuevos empleos en otras actividades productivas. Además, de-
terminados componentes del desempleo hoy existente en muchas economías avanza-
das o en proceso de desarrollo está claro que no se resuelven con el crecimiento
económico.
La curva que relacionaría dos objetivos como los que estamos comentando sería
creciente para ambos en un determinado tramo, pero a partir de un cierto momento, el
OBJETIVOS, INSTRUMENTOS Y POLÍTICAS: UN MARCO CONCEPTUAL BÁSICO 67
objetivo Y1 (crecimiento) podría seguir aumentando sin que el otro objetivo Y2 (crea-
ción de empleo) lo hiciera, o incluso lo hiciese de forma decreciente.
Un caso particular de lo anterior sería aquel en el que las relaciones entre dos ob-
jetivos empezaran siendo complementarias para devenir posteriormente en conflicto
[caso (c) de la Figura 3.1].
3. )NDEPENDENCIA ENTRE OBJETIVOS
En teoría, cabe plantearse también esta opción. Significaría que el logro de un objeti-
vo Y1 no guarda relación alguna con otro objetivo, Y2, que mantendría inalterada su
posición. En la práctica no existen ejemplos claros en los que esto suceda. Los objetivos
de política económica están generalmente muy interrelacionados y, en consecuencia, se
producen conflictos entre ellos que dificultan el logro simultáneo y en grado máximo
de los mismos. La búsqueda de combinaciones «posibles» de los distintos objetivos se
convierte, así, en una necesidad.
Largo plazo Reestructurar la actividad productiva, en Asignar eficazmente los recursos finan-
favor del empleo. cieros.
68 POLÍTICA ECONÓMICA. 3.a EDICIÓN
muy simplificado del cuadro anterior advierte sobre la existencia de esta posibilidad
real. Mantener el nivel de empleo industrial y al mismo tiempo llevar a cabo tareas de
reestructuración de algunos sectores de la actividad productiva —por ejemplo: en las in-
dustrias básicas, en el sector textil o en la minería— se ha mostrado siempre como una
operación difícilmente compatible en la mayoría de los países (Japón fue, quizás, el
único ejemplo en contra, y sólo durante un cierto período cercano a la primera gran
crisis del petróleo). Apoyar el mantenimiento del nivel de actividad productiva o del
empleo a corto plazo suele implicar, asimismo, un freno para que se impulsen nuevas
iniciativas y para llevar a cabo reestructuraciones, que a veces se consideran mucho
menos urgentes a corto plazo, aunque acaben exigiendo cambios a medio-largo plazo
o generando graves problemas por no haberse afrontado a tiempo.
Por el contrario, los dos objetivos a largo plazo del cuadro parecen bastante compa-
tibles entre sí, aunque no lo son claramente con los objetivos a corto plazo. Lograr una
estructura productiva más adecuada y una gestión financiera más eficiente garantiza,
gracias a las rentas y empleos que ello proporciona en un clima de estabilidad moneta-
ria, un mayor y más sostenido crecimiento económico y un mejor equilibrio financiero.
ductividad crezca o, cuando menos, que no se vea perjudicada. Desde la óptica social,
también resulta defendible —y deseable, por supuesto— que una sociedad avance ha-
cia una mayor igualdad de oportunidades entre todos sus ciudadanos, e incluso hacia
una mayor equidad en términos de ingresos, aunque este avance puede desarrollarse
—evidentemente— de manera muy rápida o de forma más gradual. El debate sobre
esta cuestión se ampliará en el Capítulo 10, dedicado al objetivo redistribución de la
renta, y se ampliará finalmente con ocasión del tratamiento de las políticas microeco-
nómicas en los dos últimos capítulos del libro.
Es innegable, en cualquier caso, que la mayor parte de los objetivos que suelen ca-
lificarse como «sociales» (o, si se quiere, como «predominantemente» sociales) son de
modo inevitable CONSUMIDORES DE RECURSOS. Recursos que, como antes se ha dicho ya,
deberán ser detraídos de otras asignaciones que quizás pudieran estar más directamen-
te relacionadas con la EFICIENCIA La elección final que se adopte tendrá que ser funda-
mentalmente de carácter político, ya que en último término hay que acabar decidiendo
sobre cuáles son los objetivos que se consideran prioritarios por parte de un gobierno,
en un país concreto y para un momento histórico determinado. El economista puede
contribuir a aclarar, por supuesto, las ventajas, incompatibilidades o riesgos que impli-
ca cualquier decisión, y además, siempre deberá entrar en consideración la variable
tiempo, puesto que gran parte de los logros en términos de eficiencia y de equidad sólo
son medibles a medio/largo plazo.
3
Es decir, una variable-objetivo definida cuantitativamente, que también podría denominarse «meta
absoluta», convertida en restricción. Las distintas metas podrían integrarse en una FUNCIØN DE PREFERENCIA
(del tipo 7 = F(Y1, Y2 ... YN ), en cuyo caso la tarea de las autoridades consistiría en maximizar 7 más que en
alcanzar unos valores específicos para cada una de las variables-objetivo integradas en la función.
OBJETIVOS, INSTRUMENTOS Y POLÍTICAS: UN MARCO CONCEPTUAL BÁSICO 71
Cuadro 3.5. Los instrumentos de política económica y su posible relación con diversos objetivos.
Algunos ejemplos
Instrumentos Objetivos
A B C D E F
POLÍTICA MONETARIA
1. Regulación cantidad de dinero x
2. Modificación del tipo redescuento x x (x)
3. Operaciones de mercado abierto x
4. Coeficientes obligatorios de caja x
POLÍTICA FISCAL/PRESUPUESTARIA
1. Gasto corriente del gobierno x x
2. Inversiones estatales x x (x)
3. Subsidios a las familias (desempleo y otros) x
4. Incentivos a la inversión x x
5. Impuestos sobre la renta y la riqueza personal (x) x
6. Impuestos sobre sociedades (beneficios) x x
7. Impuestos directos (x) (x)
CONTROLES DIRECTOS
1. Controles de precios x x
2. Regulaciones sobre sectores productivos (x) x x
3. Controles de alquileres y otras rentas x x
CAMBIOS INSTITUCIONALES
1. Reforma de la propiedad de las tierras x x
2. Nacionalizaciones/privatizaciones (x) x
3. Reforma del sistema educativo x x
* Incluible entre las medidas de política fiscal.
A = control inflación; B = creación empleo; C = crecimiento; D = mejora de la eficiencia productiva; E = mejora de la balanza con el
exterior; F = redistribución de la renta y riqueza.
ganando cada vez más independencia frente a los gobiernos) y los intermediarios fi-
nancieros (desde los bancos comerciales y las cajas de ahorros hasta las compañías de
seguros y el amplio abanico actual de entidades financieras).
Los instrumentos incluidos dentro de la SROtWLFDILVFDO, o de finanzas públicas, abar-
can esencialmente los gastos públicos los impuestos y la política presupuestaria y de
endeudamiento. El ámbito del gasto corresponde tanto a los gastos gubernamentales
para suministrar servicios y bienes públicos, como las transferencias para satisfacer ne-
cesidades y objetivos sociales4. En el de los ingresos se incluyen los distintos tipos de
impuestos que los gobiernos establecen, orientados no sólo a recaudar, sino a influir
en la distribución de la renta y en la asignación de recursos. El Capítulo 12 presenta
los rasgos básicos del papel de la política fiscal desde la perspectiva coyuntural, así
como la combinación entre política monetaria y fiscal.
Los instrumentos FRPHUFLDOHV\GHOWLSRGHFDPELR han incorporado, normalmen-
te, todas aquellas medidas relacionadas con el comercio y los intercambios de un país
con el exterior (aranceles, medidas de apoyo a la exportación, restricciones) y, sobre
todo, la política del tipo de cambio. Con todo, algunos de estos instrumentos pueden in-
tegrarse también, en determinados casos, dentro de la política fiscal (aranceles), de la
monetaria (tipo de cambio) o de la de controles directos (controles de importaciones y
exportaciones; fijación política del tipo de cambio, etc.). Por esta razón, algunos textos
de política económica no los consideran formando un grupo bien diferenciado. Algu-
nos aspectos de la política económica en una economía abierta se estudian en el Capí-
tulo 13 y varias cuestiones relacionadas con la política comercial en el Capítulo 16.
Los FRQWUROHV y UHJXODFLRQHVGLUHFWDV se refieren a las diversas formas guberna-
mentales de intervención, regulación y establecimiento de prohibiciones o restricciones
que tienen efectos significativos en los precios, los costes de producción y, en general,
en la asignación de recursos. Controles y regulaciones de este tipo suelen aplicarse en
el mercado de trabajo, sobre los precios de ciertos bienes, en la oferta y el funciona-
miento de algunos sectores en la producción y/o distribución de determinados bienes y
servicios públicos (transportes, comunicaciones, educación...) o en el ámbito del co-
mercio exterior. En los Capítulos 15 y 16, dedicados a las políticas microeconómicas,
se consideran algunos casos de los controles y regulaciones, su justificación y sus pro-
blemas.
Las SROtWLFDVGHUHQWDV, que pueden afectar a los salarios y a otras rentas, como los
alquileres, los dividendos, los márgenes de beneficios..., tienen un carácter bastante
singular. Pueden consistir, simplemente, en una imposición gubernamental, en cuyo
caso debería formar parte claramente de los controles definidos en el grupo anterior; o
pueden ser consecuencia de pactos y acuerdos entre las partes implicadas, como ocu-
rre cuando empresarios y sindicatos alcanzan acuerdos que favorecen la estabilidad y,
a veces, una mejor distribución de la renta. En el Capítulo 14 se analiza el origen, la jus-
tificación, los problemas y modalidades de estas políticas.
4
Los bienes públicos y colectivos se han definido (Samuelson, Head y otros muchos) en razón de va-
rias características: RIHUWDFRP~Q (el consumo por cualquier individuo no debe impedir su consumo por par-
te de otros); QRH[FOXVLyQ (que pueda obtenerse —total o al menos parcialmente— por todos los miembros
de la sociedad), y que producen y/o corrigen las economías externas que se generan por las imperfecciones
del mercado. Dentro del gasto público se incluye también, normalmente, la atención a los bienes deseables
(MERIT GOODS), a los que se hizo referencia en el Capítulo 2, al comentar los fallos del sistema de mercado.
OBJETIVOS, INSTRUMENTOS Y POLÍTICAS: UN MARCO CONCEPTUAL BÁSICO 73
FINES
MARCO INSTITUCIONAL
Importantes
Otros
políticamente
INSTRUMENTOS
VARIABLES INTERMEDIAS
FACTORES
EXÓGENOS
Figura 3.2. Relaciones entre fines, objetivos de política económica, instrumentos y variables in-
termedias.
OBJETIVOS, INSTRUMENTOS Y POLÍTICAS: UN MARCO CONCEPTUAL BÁSICO 75
pueden incluso llegar a modificar los fines últimos que se pretende alcanzar con una po-
lítica económica específica.
Este enfoque INTERDEPENDIENTE de la política económica puede abordarse desde dos
vías diferentes. La primera es enfrentar las relaciones entre objetivos e instrumentos
desde una óptica lógico-matemática, es decir, teniendo en cuenta las interrelaciones
formales que pueden existir entre todos los objetivos e instrumentos y tratando de cla-
rificar algunas «reglas» básicas de la política económica, al menos desde un punto de
vista teórico. Esta línea, denominada también de POLÓTICA ECONØMICA CUANTITATIVA , se
ha desarrollado al amparo del progreso de la econometría y ha generado aportaciones
teóricas interesantes en la construcción de modelos diseñados para la búsqueda de po-
líticas económicas ØPTIMAS, aunque desde un punto de vista práctico los resultados no
han sido tan contundentes como sus pretensiones iniciales. La propia complejidad de la
realidad económica hace que por muy completos que sean los modelos siempre acaban
constituyendo simplificaciones de ésta y, por consiguiente, de valor relativo.
La segunda vía, más descriptiva que analítica, consiste en presentar un ESQUEMA o
MODELO muy simplificado que posibilita comprender las relaciones entre fines genera-
les, objetivos e instrumentos, por una parte, y las interrelaciones entre los distintos ti-
pos de políticas (instrumentales y sectoriales), por otra. El esquema que propuso hace
algunos años el profesor Jané Solá (Fig. 3.3) responde a este planteamiento y permite
IGUALDAD
INDEPENDENCIA
LIBERTAD
JUSTICIA...
}
Fines últimos
o de política
«pura» } Políticas
económicas
de ordenación
PLENO EMPLEO
CRECIMIENTO ECONÓMICO
EQUILIBRIO ECONÓMICO EXTERIOR
ESTABILIDAD DE PRECIOS
REDISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
} Políticas económicas finalistas
o dirigidas a un objetivo
económico
Políticas
sectoriales Política Política Política Política Política Política Política
industrial agraria de trans- comercial educa- turística de la ···
}
Políticas portes interior cional vivienda
instrumentales
Política
monetaria
Política
fiscal Políticas económicas
Pol. econó- específicas (sectoriales
mica exterior e instrumentales)
Pol. econó-
mica laboral
Pol. de contro-
les directos y
regulaciones
···
CONCEPTOS CLAVE